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Efectos de la prohibición

EL uso de las drogas han sido un conflicto para la sociedad, teniendo en cuenta que este uso
de sustancias psicotrópicas es considerado como una enfermedad ficticia del ser humano. En
el Ecuador el 33,5% de hombres y el 77% de mujeres prohibidos de su libertad se debe al
consumo excesivo o por el tráfico de las mismas, lo que en el país es considerado como un
delito. Esto se debe a que las personas que consumen o trafican estas sustancias psicotrópicas
se consideran peligrosas y se anticipa un castigo para prevenir un crimen y que no haya
conflictos entre la sociedad.

El articulo presenta teorías sobre optar las políticas represivas para disminuir o eliminar la
oferta y demanda de algunas drogas, ya que algunas personas representativas de esta
enfermedad son un conflicto para la sociedad, por lo que se da a la prohibición de su libertad,
dado casos que las personas son llevadas en contra de su voluntad, es decir a la fuerza siendo
este un efecto de prohibición complejo de tratar.

Un efecto de prohibición principal es la construcción de una legislación que permita la


eliminación hacia el uso y tráfico de estas drogas, las cuales serían un peso para la sociedad,
por lo cual tendría un efecto hacia la opinión del público y estos deben ser los primeros pasos
hacia una política deliberativa, creando un grupo de sociedad civil y organizada para vencer la
estigmatización que los usos de drogas construyen.

Drogas y Poder
“Los efectos que la prohibición ha tenido sobre las personas son los que motivan a la
generación de debates, reclamos y nuevas protestas, cuestionando “la forma en que el
conocimiento (sobre drogas, en este caso) circula y funciona, sus relaciones con el poder”

“La prohibición de las drogas implica el despojo del derecho a los propios cuerpos de los
individuos y el derecho a la propiedad privada, a partir de fundamentos paternalistas que
pretenden proteger a los sujetos de sí mismos y que criminalizan o patologizan a quien desee
usar drogas.”

El problema radica en que el ser humano al consumir estas sustancias, las cuales no están
regularizadas en muchos de los países debido a la inconsistencia en sus propiedades, usos y
abusos se ve inmerso a regularizaciones por parte de las Instituciones de Control que se
encuentran en una disputa debido a que tienen que controlar el actuar de los individuos y no
solo penalizándolos por su uso y de manera principal por su expendio, sino que al hacerlo van
contra el derecho de todos los seres humanos de ser dueños de sus actos de su cuerpo y de su
actuar siempre y cuando esto no lo perjudique ni a él ni a la sociedad.

Es una situación difícil de analizar ya que al no poder involucrarse las instituciones de control
en la vida de los individuos, deja espacios vacíos que debido a los cuestionamientos no pueden
ser llenados ya que se iría en contra de los derechos; pero sin embargo hay una gran diferencia
entre las personas que lo consumen en cantidades pequeñas y de manera ocasional, no así es
el caso de las personas en el que las drogas se ha convertido en una adición que no puede ser
controlada por ellos, sino que más bien ha llegado incluso a controlar sus vidas.

De la Prohibición al Debate

“La posibilidad de legalizar ciertas drogas y descriminalizar otras indudablemente generaría


beneficios para los Estados, ya que se reduciría el gasto destinado al control, represión y
manutención de las personas privadas de su libertad, y permitiría un mayor ingreso por
impuestos y la descriminalización reduciría las ganancias que genera el narcotráfico, lo que
debilitaría a muchos sistemas violentos que se benefician de la prohibición”

Es un problema que ha venido arraigándose a las sociedades que a lo largo de los años
no se ha logrado erradicar; el hecho de legalizar ciertas drogas analizado desde el
punto de vista de gastos por parte del Gobierno e instituciones públicas que están a
cargo quizá posee ciertos beneficios como la reducción del gasto destinado al control,
represión y manutención; pero en el Ecuador se ha demostrado que desde el punto de
vista de mejora para los consumidores o una mejora en su estilo de vida no resulta
provechoso, ya que las medidas tomadas con el fin de mejorar la situación han dado
un efecto inverso, incrementando el consumo de las personas con una mayor libertad
lo que demuestra que las políticas que se han modificado no han dado resultado en
nuestro país.
¡Para Szasz (1992), el debate sobre las drogas tiene tres propuestas fundamentales. La primera
se relaciona con la criminalización, a partir de la cual los delincuentes en tema de drogas son
tanto criminales como pacientes, por lo que deben ser tratados al igual que castigados, es
decir, debe imponérseles un castigo e imponérseles un tratamiento. La segunda posición es la
legalizadora, a partir de la noción de que la guerra contra las drogas ha fracasado y el
problema debe abordarse como un asunto de salud pública. Los usadores de drogas, entonces,
son enfermos y deben ser forzados a tratamiento a partir de programas que respalde el
Estado. Finalmente, hay una posición que no ha tenido aún cabida en la esfera de la opinión
pública o en la arena política, que es la partidaria del libre mercado, ubicando a las drogas en
el mismo lugar que tiene el alcohol y el tabaco o los fármacos de venta libre, y considerándolas
ya no como un crimen o una enfermedad, sino como una elección personal, como en los
Estados de Colorado y Washington.”

Si bien es cierto las drogas son nocivas para la salud como el alcohol o el cigarrillo más sin
embargo no pueden ser tratadas de la misma manera, debido a sus efectos nocivos
dependiendo del tipo de droga que incluso podrían causar la muerte del individuo.

Es evidente el hecho de que las personas consumidoras deben ser sometidas a un tratamiento
voluntario ya que solo depende de la persona el salir de esa adicción, pero no por ello hacer de
esto un escudo para los expendedores que tienen que ser sometidos a manos de la justicia ya
que están conscientes de los efectos de las drogas y las consecuencias de distribuirlas.

Al pretender tratar y legalizar su expendio comparado con los cigarros o el alcohol como
consecuencia daría efectos similares a los que se tienen con los dos productos antes
mencionados pero potenciados y se estaría fomentando su uso y abuso como se da
actualmente ya con el alcohol solo que con el tiempo sería liberado o por lo menos reducido el
prejuicio de la sociedad.

“En un Estado democrático, las decisiones vinculantes deberían originarse en la periferia, es


decir, tendrían que surgir del pueblo y no del gobierno (Habermas, 1992). En el caso de las
drogas, la legislación ha surgido no de una necesidad real del Ecuador, sino de acuerdos
internacionales entre los gobiernos, acuerdos liderados por los intereses de los Estados
Unidos.”
Es una realidad el hecho de que las personas involucradas son las más adecuadas para
proponer una solución o por lo menos una alternativa de tratamiento de la situación y no
como ha surgido en la actualidad en nuestro país, que las personas que aceptan o niegan
propuestas de tratamiento son personas alejadas completamente de esa realidad.

“Por otra parte, los cambios en políticas respecto a la marihuana en los mismos Estados Unidos
(la reciente creación de una comisión federal de marihuana que apunta a la reconciliación de
las leyes federales con las estatales) dan cuenta de un proceso de cambio ineludible ante tres
décadas de atropello innecesario de derechos en nombre de la protección del sujeto, de sí
mismo.”

Es un constante debate el uso de drogas, del cual ningún país está libre; ya sea en mayor o
menor cantidad todos se ven involucrados, pero es necesario que cada país diseñe reformas
aplicables basadas en la realidad de cada uno; ya que ninguna sociedad es igual mucho menos
reacciona de la misma manera. Se han venido dando una especial atención a la problemática
es innegable, que no ha sido suficiente es evidente.

El Impacto Ambiental
El negocio de las drogas ilícitas también tiene un impacto significativo en el medio ambiente. El
cultivo de drogas de origen vegetal se realiza en muchos casos en zonas selváticas de gran
valor ecológico, generando consecuencias inmediatas y devastadoras para el ambiente: la
deforestación, la degradación de tierras y la contaminación.

Muchas actividades económicas tradicionales sobre la agricultura, minería y ganadería, ejercen


en conjunto un impacto negativo sobre los ecosistemas naturales, en parte debido a la
tendencia a remplazar bosques naturales por áreas de cultivo. Pero este proceso se acelera
con los cultivos ilícitos.

Conclusión:
La guerra contra las drogas obliga a replantear políticas nuevas que se fundamenten en la
racionalidad y en la democracia deliberativa, posibilitando debates que sobrepasen las
representaciones sociales que se han construido en torno a las sustancias ilegales.

Existe un nivel de acuerdo en la sociedad ecuatoriana sobre la percepción que se tiene


alrededor del tema de las drogas, que probablemente no se encuentre en muchas de las
problemáticas del acontecer nacional. Sin embargo, este consenso no es una ventaja
estratégica para la implementación de intervenciones efectivas, puesto que se ve que
predominan imaginarios donde priman asociaciones estigmatizantes entre drogas hacia los
jóvenes de esta sociedad.

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