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La historia oficial reseña que, en la tarde del 2 de agosto de 1810, un puñado de quiteños irrumpió
abruptamente en los calabozos del Cuartel Real y el Presidio, en donde estaba recluido un grupo
de independentistas. La intención era liberarlos, pues luego de los hechos del 10 de agosto de
1809 (casi un año antes), este grupo obligó a Conde Ruiz de Castilla, presidente de la Real
Audiencia de Quito, a entregar el poder. Se formó entonces la Junta de Gobierno Autónoma. Fue
una administración efímera, ya que Ruiz de Castilla retomó el mando con el apoyo de las tropas
realistas -una parte de ellas llegó desde Lima-. Manuel Quiroga, Juan de Dios Morales, Juan Pablo
Arenas, entre otros, fueron apresados y fue entonces cuando se rumoró que a los participantes del
10 de agosto se los condenaría a muerte. La intención de la revuelta no prosperó. Un grupo de
militares realistas ingresó a los calabozos y dio muerte a los independentistas y a quienes
pretendían liberarlos. Hasta allí lo que se ha escrito en los libros de historia. El hecho no quedó allí.
En los alrededores del cuartel y de las casas aledañas se produjo un feroz enfrentamiento entre las
tropas realistas y ciudadanos. Se calcula que más de 200 quiteños y casi igual número de
soldados murieron. El orden fue restablecido a sangre y fuego. El hecho causó honda repercusión
en la América colonial, pues se generaron sucesivos levantamientos que culminaron después de
casi una década en las guerras por la independencia del poder español. Las autoridades de
Valparaíso (Chile), ante la tragedia del 2 de agosto, colocaron en el faro del puerto una placa en
homenaje a Quito y a la memoria de quienes participaron en el primer grito libertario en América,
con la leyenda: Quito Luz de América.
6 de agosto
Los únicos veteranos de la lucha por la independencia que asistieron a la cita fueron
José Miguel Lanza y José Ballivián, quienes presenciaron cómo las deliberaciones se
prolongaron hasta el 28 de julio para posteriormente, en el mes de agosto, decidir si
las provincias del Alto Perú se unirían a la Argentina o si se declaraban autónomas de
todas las naciones tanto del nuevo como del viejo mundo.
En tanto, en su parte resolutiva señala: "Las provincias del Alto Perú firmes y
unánimes en tan justa y magnánima resolución, protestan ante la faz de la tierra
entera que su voluntad irrevocable es gobernarse por sí mismas y ser regidas por la
constitución…"
En honor a Bolívar
La nueva nación tomó el nombre de Bolivia y hoy cumple 176 años. Charles Arnade
señala en su obra, la dramática insurgencia de Bolivia: "El sábado 6 de agosto de
1825, Bolivia comenzó su vida como nación independiente; estaba en el umbral de una
terrible y espantosa historia."