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Introducción a la Sociología. R. Horton - P.

Horton

LA CULTURA

Lección 12

Los animales viven sobre todo movidos por instintos, es decir, pautas innatas de conducta
que se manifiestan fidedigna y uniformemente en todos los miembros sanos de determinada
especie. Si aislamos algunas larvas de la abeja melífera, puede predecirse que cuando maduren
construirán colmenares y organizarán una colonia dotada de la misma estructura social que
hallamos en cualquier otra colonia de abejas. El hombre carece de instintos semejantes. El hombre
posee unos pocos reflejos (rotuliano, palpebral, de retracción frente al dolor), pero se trata de
contracciones musculares simples en respuesta a un estímulo específico; no son complicadas
pautas de conducta comparables a la construcción de nidos o de diques por los castores. El
hombre posee también ciertos apetitos y necesidades a los que denominamos impulsos ─de
alimento, sueño, sexo y unos pocos más─, pero no los acompañan pautas innatas de conducta
destinadas a satisfacerlos. Por lo tanto, el hombre vive ajustándose sobre todo a una serie de
hábitos que reciben el nombre de "cultura".

La definición de cultura

La definición temprana (1871) de Sir Edward Taylor concibe la cultura como "esa compleja
totalidad que incluye el conocimiento, el credo, el arte, la moral, el derecho, la costumbre y otros
hábitos y cualidades cualesquiera adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad". Por lo
tanto, una cultura consiste en todas las pautas aprendidas de acción, sentimiento y pensamiento
compartidas por los miembros de determinada sociedad. Nuestra cultura incluye tanto la literatura
de Shakespeare como ciertas baladas populares impublicables, el idioma culto y las obscenidades,
los modales de la sala de estar y los de la taberna. Incluye nuestras creencias religiosas, el elogio
que dispensamos al trabajo esforzado y a la capacidad de progreso, la adición a los artefactos
mecánicos, el deseo de rapidez y puntualidad (la lista es casi interminable). Estos sentimientos y
respuestas a tal punto parecen ser parte de nosotros, que los creemos naturales ─es decir,
componentes de nuestra naturaleza innata─; pero eso es un error. En todos los casos se trata de
características culturales; las aprendemos en nuestra sociedad, y cada una de ellas varía de una
sociedad a otra. Hay muchas sociedades en las cuales la rapidez y la puntualidad no son motivo de
preocupación, y en las que se desdeñan los artefactos nuevos. Cada sociedad tiene una cultura
que difiere en mayor o menor grado de la que caracteriza a las restantes sociedades. Por
consiguiente, afirmamos que una sociedad está formada por todas las personas que comparten
una cultura común.

A veces se distingue entre la cultura material (los objetos elaborados por el hombre, por
ejemplo el vestido, las herramientas, las casas) y la cultura no material (ideas, creencias,
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tradiciones, valores, ceremonias, etc.). No se trata de una distinción particularmente útil, porque
un objeto físico es parte de la cultura sólo por los usos y las ideas que lo acompañan. Así, una
"silla" puede ser un objeto que sirve para sentarse, un bastidor para secar pescado o combustible
para el fuego. Pero como estos conceptos aparecen de tanto en tanto en la literatura sociológica,
el estudiante debe aprender a identificarlos. Ciertos sociólogos prefieren confinar no materiales, y
emplean la expresión "objetos culturales" o "equipo cultural" para los objetos físicos.

Rasgo es la unicidad cultural simple e irreductible. Entre los rasgos de cultura podemos
incluir el apretón de manos, el aplauso al ejecutante, manejar conservando la derecha y sentarse
en sillas.

Cuando una actividad implica un núcleo de rasgos relacionados funcionalmente, estamos


ante un complejo cultural. El fútbol, las citas de las parejas y la Navidad son complejos culturales.
En cada caso hay un núcleo de rasgos de conducta que cuenta con el apoyo de un conjunto de
ideas, sentimientos, valores y ceremonias.

Indique la verdad o falsedad de cada una de las siguientes afirmaciones escribiendo "V" o "F" en el
espacio en blanco:

1. Los seres humanos viven en casas porque la especie humana tiene el instinto de
construir casas.

2. Un impulso humano estimula la actividad destinada a satisfacerlo, pero las formas y los
modos particulares de actividad observados en una sociedad están determinados por el hábito y la
costumbre, no por el instinto.

3. "Cultura" y "sociedad" son términos estrechamente relacionados.

4. "Rasgo" es un término más completo que "complejo cultural".

Consulte las Respuestas al cuestionario de la lección 12, para verificar sus propias contestaciones.

Lección 22

La estructura de la cultura

La vida en común de la gente puede ser cómoda y práctica sólo si todos saben bien qué
pueden esperar unos de otros. De ahí que cada sociedad haya creado un conjunto de normas, que
son las formas acostumbradas, convencionales y esperadas de actuar, pensar y sentir en esa
sociedad.
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Así, las normas incluyen los actos, las ideas, los valores, las reglas y las relaciones que la mayoría
de las personas comparte en determinada sociedad.

William Graham Sumner, uno de los primeros sociólogos, acuñó el término Folkways
─literalmente, las costumbres populares─ con el fin de describir las formas sociales de acción. Las
costumbres populares norteamericanas incluyen el apretón de manos, usar corbata en ciertas
ocasiones, tomar tres comidas diarias, dormir en cama, y todos los restantes modos usuales de
hacer las cosas. Cabe presumir que cada una de ellas se originó como respuesta a determinada
necesidad. Sumner informa que el primer vestido consistió en cierto tipo de hojas que repelían a
las moscas. Ahora usamos ropas no sólo con fines de protección y para estar más cómodos, sino
incluso en los casos en que desnudos nos sentiríamos mejor. También se usan vestidos con fines
de adorno, y porque su uso es una de las costumbres populares. Nos sentiríamos molestos si no lo
tuviéramos. Las costumbres populares representan lo que es "propio", y uno debe acatarlas o
afrontar la desaprobación social. Como se ve, las costumbres nacen para satisfacer una necesidad
práctica, pero a veces perduran cuando ésta ha desaparecido, y conservan su vigencia
simplemente porque se convirtieron en actividades usuales.

De algunas costumbres populares se cree que son fundamentales para el bienestar grupal,
y por eso mismo tienen el apoyo de los mores. Los mores son las ideas de lo conveniente e
inconveniente que rodean a ciertas formas de conducta. Usar bikini en una boda infringiría las
costumbres populares, implicaría faltar a los buenos modales y sería prueba de "mal gusto";
presentarse desnudo en una boda sería una violación de los mores, y el acto recibiría al calificativo
de "inmoral" porque con razón o sin ella nuestra sociedad ha creído durante generaciones que la
desnudez en público es socialmente nociva. Por lo tanto, los mores son las ideas sociales de bien y
mal que imponen ciertos actos y prohíben otros. Nuestros mores prohíben el canibalismo, el
infanticidio, el incesto y el asesinato, e imponen que paguemos nuestras cuentas y cuidemos de
nuestros hijos y nuestros padres ancianos.

Como las costumbres populares, los mores surgen gradualmente de la vida social de un
pueblo y representan sus conclusiones acerca de las prácticas que benefician o perjudican a la
gente. Sumner ha dicho: "...los mores pueden aprobar cualquier cosa, y también impedir la
condena de cualquier cosa", con lo cual quiso señalar que lo correcto e incorrecto es, en definitiva,
lo que los miembros de una sociedad concuerdan que es bueno o malo para la gente. Una vez
aceptado que un acto es perjudicial, los mores que lo prohíben se transmiten de generación en
generación, hasta que se olvidan las circunstancias originales. En ese momento los mores han
adquirido un carácter sagrado, que impone la aceptación y la obediencia sin discusión. Nuestros
remotos antepasados podían tener, con la conciencia perfectamente tranquila, tantas esposas y
concubinas como fueran capaces de mantener; pero los mores modernos condenan la poligamia y
el concubinato. Las "citas" sin la presencia de un tercero son aprobadas por los mores
norteamericanos, pero reprobadas por los mores de la mayoría de los latinoamericanos. Los
mores exhiben impresionantes diferencias según el tiempo y el lugar. En el curso de esta década,
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los mores tradicionales que aprobaban las familias numerosas y condenaban el aborto están
cambiando velozmente. Sobre todo en las condiciones creadas por el cambio social rápido, la
calificación moral exacta de algunos actos puede ser dudosa.

En las sociedades civilizadas, los mores más importantes se incorporan a veces al drecho.
En ese caso las violaciones se castigan no sólo con la desaprobación social, sino también con penas
legales. Pero no todos los mores son ley, y por otra parte muchas leyes se refieren a asuntos
técnicos (códigos de la construcción, normas comerciales) que no están contempladas en los
mores de la sociedad. A veces se aprueba una ley que choca con los mores de amplios grupos de
personas (por ejemplo, la "ley seca" en Estados Unidos); es difícil o incluso imposible lograr que se
cumplan tales leyes.

Las instituciones sociales son núcleos de normas afines centradas en una inquietud
humana fundamental. Las principales instituciones sociales son la familia, la religión, el gobierno,
la economía y la educación. En cada caso, se satisface una inquietud humana fundamental
mediante una serie adecuada de normas que tienen el apoyo de un conjunto de actitudes, valores
creencias y sentimientos. Los núcleos de normas que rodean a ciertos intereses humanos menos
vitales, a veces también se denominan instituciones ─los casos, por ejemplo, del béisbol o la
Navidad─, y en realidad no existe una frontera bien definida entre las instituciones y los complejos
culturales de menor importancia.

Se institucionaliza la conducta cuando se la ha formalizado y estandarizado, se la considera


propia y buena, se la rodea de salvaguardias que actúan como elementos de apoyo y con
disposiciones que evitan perjuicios a los individuos. En la sociedad norteamericana las citas de los
miembros de la pareja está institucionalizada, pero no puede decirse lo mismo de las relaciones
sexuales preconyugales.

Respuestas al cuestionario de la lección 12

1. Falso. Los seres humanos crecen del instinto de construcción de casas, y en muchas regiones del
mundo la gente no habita casas.

2. Cierto. Por ejemplo, el impulso de alimentación del hombre lo estimula a buscar e ingerir
alimentos; pero los alimentos elegidos, los métodos de preparación, los ritos de ingestión, etc., verían
mucho de una sociedad a otra, según las costumbres que prevalecen en cada caso.

3. Cierto. Se define una sociedad como la reunión de todas las personas que comparten una cultura
común. Se define una cultura como el conjunto de las pautas aprendidas de acción, sentimiento y
pensamiento compartidas por los miembros de una sociedad dada.

4. Falso. Un complejo cultural es un núcleo de rasgos, unido a un conjunto de ideas, sentimientos,


valores y ceremonias que los apoyan. Las actividades navideñas constituyen un ejemplo de complejo
cultural.
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Subculturas y contraculturas

Una subcultura es un núcleo de normas más o menos divergentes compartidas por un


grupo o categoría de personas de una sociedad. La "subcultura juvenil" de nuestra sociedad
incluye hoy un conjunto de valores referidos al trabajo, la música, el vestido y la moral, y un
vocabulario especial que hasta cierto punto distingue a los jóvenes de sus mayores. No son
muchos los jóvenes que aceptan del todo la subscultura hippie, pero la mayoría de los jóvenes
modernos sufren su influencia en mayor o menor grado.

En la sociedad norteamericana hay innumerables subculturas. Las subculturas


profesionales del ejecutante de jazz, el misionero cristiano y el profesor universitario difieren
notablemente. Hay muchas subculturas raciales, religiosas, de clase social, regionales y de
intereses especiales. En la actualidad, el grupo de revistas cuya circulación crece más velozmente
está formado por los órganos que se destinan a una subcultura basada en un interés especial
(Boats and Boating, Guns and Ammo, Popular Photography, etc.) Por supuesto, la profundidad del
compromiso es variable; no todos los propietarios de lanchas han ahondado mucho en la
correspondiente subcultura, pero pueden hacerlo si así lo desean. Una persona puede participar
de un número considerable de subculturas, algunas muy importantes para ella (sexo, raza, clase), y
otras más triviales (subculturas recreativas).

La mayoría de las subculturas vienen a reforzar la cultura dominante ofreciendo la


oportunidad de expresar individualmente intereses especiales sin abandonar la cultura
dominante. Pero ciertas subculturas se oponen a la cultura dominante, y algunos sociólogos las
denominan contra-culturas. La contracultura rechaza elementos fundamentales de la escritura
normativa vigente. Serían ejemplos apropiados las pandillas de delincuentes, los movimientos
revolucionarios y ciertos aspectos de la cultura hippie. Quienes abrazan la contracultura se han
apartado de la cultura dominante y se ajustan a su propio sistema normativo. A menudo suscitan
el temor o la antipatía de las personas convencionales, generalmente se los rechaza y a veces son
objeto de persecuciones.

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