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Trabajo practico 3. Matrimonio y divorcio.

FALLOS DIVORCIO CULPABLE.

V., L. C. c/A., J. R. s/ divorcio” – CNCIV – 14/11/2012. DIVORCIO VINCULAR. CULPA EXCLUSIVA


DEL MARIDO. Trato desconsiderado e injuriante dispensado hacia su esposa. EPISODIOS DE
VIOLENCIA FÍSICA Y PSICOLÓGICA. DECLARACIONES TESTIMONIALES QUE ACREDITAN EL
DESPRECIO PERMANENTE HACIA SU PROFESIÓN. Relatos verosímiles consentidos por el marido.
Valoración a la luz de la sana crítica. Cónyuge que no discute sobre el contenido de los testimonios,
sino sobre su validez por la afinidad con la actora. Ponderación de la prueba en los procesos de
divorcio. SE CONFIRMA LA SENTENCIA APELADA. Se decreta el divorcio por injurias graves del esposo
“Corresponde decretar el divorcio de las partes por culpa exclusiva del marido, bajo la causal de
injurias graves, si las pruebas testimoniales aportadas a la causa permiten concluir que el trato
desconsiderado dispensado por aquel a su esposa por comprobarse la existencia de episodios de
violencia física y psicológica, que excedieron los límites que exige el respeto mutuo y la comprensión
recíproca, dentro del contexto familiar, social y cultural en el que se desenvolvían.”
“En el fallo apelado se tuvo en cuenta lo declarado por M. K. , quien dijo que conoce a la actora desde
1976 y que `veía como la trataba en las reuniones…desmereciéndola sobre la profesión que ella tenía
y que consideraba que hasta un mono amaestrado podría recibirse de asistente social, que eso no era
una carrera … vos la boluda de siempre…, le decía: no servís ni para violarte…le decía que era una
boluda, una inservible, que era la misma mierda que el resto de su familia… También que le pegaba
muchísimo al nene, por cualquier cosa…cuando pasaba por al lado de ella la pecheaba y la agredía con
el cuerpo, se la llevaba por delante, lo hacía a propósito…´"
“He transcripto las declaraciones tal cual fueron tomadas por el fallo, y que se encuentran consentidas,
ya que el apelante no discute su contenido. Lo que cuestiona es su validez por la afinidad con la
actora. No está en discusión el carácter injuriante de los dichos del demandado en abstracto, sino su
veracidad.”
“No obsta a la imparcialidad de los testigos el parentesco, la amistad íntima con las partes y la relación
de dependencia, desde que las personas más allegadas a éstas son quienes tienen mejor conocimiento
de esos hechos y constituyen testigos necesarios (esta sala S., V. D. c. F., D. A., 10/2/2011).”
Citar: elDial.com - AA7C12. Publicado el 08/02/2013 . Copyright 2013 - elDial.com - editorial
albrematica - Tucumán 1440 (1050) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Argentina

DIVORCIO VINCULAR. Abandono voluntario y malicioso del hogar conyugal. Esposa que
padece un delicado estado de salud, tras una intervención quirúrgica. CÓNYUGE QUE EN
DICHAS CIRCUNSTANCIAS SE AUSENTA DEL HOGAR CONYUGAL. Contacto vía correo
electrónico con quien fuera su novia durante la juventud. Convivencia con ella luego del
abandono del hogar. Concepción de un hijo. Extensión de beneficios económicos en su favor.
CONFIGURACIÓN DE ADULTERIO. Reconvención entablada por el cónyuge. Injurias graves
cometidas por la esposa. Incumplimiento del débito conyugal durante varios años. RECHAZO.
SE DECRETA EL DIVORCIO VINCULAR POR CULPA EXCLUSIVA DEL MARIDO. Daño Moral.
Gastos por tratamiento terapéutico
"T., C. A. C/ V., A. D. S/ Divorcio" - CNCIV - 05/09/2011
DIVORCIO VINCULAR. Separación de hecho sin voluntad de unirse durante más de tres años.
RECONVENCIÓN ENTABLADA POR LA ESPOSA. EXCESO De ACTIVIDADES
DOMÉSTICAS A SU CARGO. Atención diaria de las necesidades de sus tres hijos. Cuidado de la
madre anciana y de un hermano discapacitado del marido. Obligaciones que superan los deberes
matrimoniales. AUSENCIA DE COLABORACIÓN POR PARTE DEL CÓNYUGE. ACTITUD INDIFERENTE.
INJURIAS GRAVES. Ponderación de dicha circunstancia junto a otras pruebas
que acreditan malos tratos del marido y la existencia de un vínculo amoroso con otra mujer. SE
CONFIRMA LA SENTENCIA QUE DECRETA EL DIVORCIO POR CULPA EXCLUSIVA DEL MARIDO EN
LOS TÉRMINOS DEL ART. 202 INC. 4° DEL CÓDIGO CIVIL. AUSENCIA DE ARBITRARIEDAD.
RECHAZO DEL RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD
"De La R. E. M. en J° 92.202/06/1f 26.609 de la R. E. M. c /S. I. A. P/ Div. cont.
s/ inc." - SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE MENDOZA - 09/03/2012

DIVORCIO. INJURIAS GRAVES. Culpa exclusiva de uno de los cónyuges. VIOLENCIA


FAMILIAR. Maltrato verbal y físico proferido por el esposo. Obstrucción de las puertas de la
vivienda para encerrar a la cónyuge. Ruptura de objetos del hogar utilizando elementos
cortantes. Incumplimiento de los deberes de asistencia alimentaria. Infidelidades. Hechos
que reúnen entidad suficiente para configurar DAÑO MORAL. DAÑO PSICOLÓGICO.
Procedencia
“Z., M. M. C/ G., R. E. S/ Daño Moral” – CNCIV – 20/09/2010
“A modo de resumen, los hechos configurativos de la causal de “injurias graves” por la cual se condenó
al Sr. G. en el juicio de divorcio fueron: 1) discusiones y agresiones verbales propinadas por el
demandado; 2) haber atado las puertas del departamento para que no pudiera salir; 3) haber clavado
un cuchillo en la puerta de la cocina tras una discusión con la actora; 4) el reconocimiento del propio
demandado de haber tenido respuestas violentas en la convivencia con la actora y 5) la falta de
asistencia alimentaria.”
“Si bien es cierto, que como señalara y conforme la doctrina Plenaria ya citada, el daño moral no se
aplica automáticamente, en la especie, las circunstancias apuntadas exceden los desquicios propios que
la desavenencia matrimonial pueden provocar, traspasando los límites normales que pueden presentarse
en aquellos supuestos en que se produce un quiebre matrimonial.”
“Se ha señalado que para resarcirse el daño moral ocasionado por un cónyuge, como consecuencia de
los hechos constitutivos de las causales de divorcio, es necesario que los acontecimientos que fundaron
la disolución del matrimonio tengan “...una fuerza dañosa muy punzante, en el prestigio, en las esencias
comunes espirituales, en lo físico u orgánico...”. Vale decir que la procedencia de un resarcimiento de
este tipo sólo resultaría procedente en aquellos casos que se caracterizan por “...la índole dolorosa y
acentuada del ataque que sobrepase la mera relación matrimonial en sus implicancias, culpas y
quiebras...” (CNCiv. Sala A, P., P.N. c/C., F. J. s/ divorcio", del 16/11/2004).”
“Como se ha puesto de relieve, en autos han quedado configuradas estas circunstancias excepcionales.”
“La actora se agravia que la sentencia apelada no hizo mérito de la pericia psiquiátrica practicada, así
como de las declaraciones testimoniales obrantes en autos, considerando que ambos elementos
probatorios dan cuenta de la relación de causalidad entre las conductas ilícitas del demandado y el daño
objetivo generado.”
“Si bien existe una relación de causalidad entre el daño psicológico ocasionado y las actitudes del
demandado, el porcentaje de incapacidad otorgado por el experto es comprensivo de situaciones que no
han quedado debidamente acreditadas en autos, y excedían los fundamentos de la culpabilidad atribuida
al momento de dictarse el divorcio.”Citar: [elDial.com - AA6560]

DIVORCIO VINCULAR. Injurias graves. Tratamiento despectivo hacia la esposa: Referencia a


su excesivo peso en público. Procedencia de la demanda
“C. H. C. c/ D. C. G. S. s/ divorcio Art. 214 inc. 2º Código Civil” – CNCIV – 30/05/200
“Los testigos refieren que el trato del actor hacia su mujer era imperativo y despectivo, desvalorizándola
en más de una oportunidad, al hacer referencia a su gordura. En tal sentido uno de los testigos cuenta
un episodio acaecido en una reunión familiar en donde la criticó en ese aspecto y, al pedirle la testigo
que no la acosara, contestó “...el que la ve desnuda después soy yo...”. La segunda testigo, de su lado,
sostiene que delante de ella la llamó “gorda”.”“Otro de los testigos advierte que el decir del actor era
grosero, porque él tenía una personalidad así, dirigiéndose hacia ella, por ejemplo, como “gorda no seas
boluda”. También tenía un trato similar hacia los hijos, casi como que era una costumbre suya.”“Más allá
de los defectos que pudiere presentar el actor en su personalidad en orden a un trato chabacano o
grosero, sus actitudes frente a terceros desvalorizando a su esposa, resaltando particularidades físicas
en forma despectiva, representan conductas que -a mi juicio- encuadran perfectamente en el concepto
antes aludido de injurias. Y revisten gravedad suficiente como para dar lugar al divorcio, siendo que,
para dimensionar dicha gravedad, el juzgador deberá tomar en consideración la educación, la posición
social y demás circunstancias de hecho que puedan presentarse (conf. art. 202 inc. 4º del Cód. Civil;
Belluscio, op. y loc. cits., pág. 236 nº 739, letra b); Borda, op. y loc. cits., pág. 418 nº 507; Vidal
Taquini, op. cit., pág. 351; Zannoni, op. y loc. cits., pág. 86 nº 552; Llambías, op. y loc. cits., pág. 577
nº 14; Garbino en Belluscio, op. y loc. cits., pág. 712 ap. b).”“En definitiva, voto para que se revoque la
sentencia de fs. 1283/88, decretándose el divorcio de las partes por culpa del actor, a quien considero
incurso en las causales de los incs. 4 y 5 del art. 202 del Cód. Civil, con costas de ambas instancias a su
cargo, toda vez que no encuentro mérito alguno para apartarse del principio objetivo de la derrota que
estatuye el art. 68 del Cód. Procesal.”

DIVORCIO VINCULAR. Reconvención. INJURIAS GRAVES. VIOLENCIA FAMILIAR. Agresiones


físicas e insultos proferidos por el esposo. Incumplimiento de los deberes de asistencia
familiar luego de la separación de hecho. Abandono voluntario y malicioso. Cónyuge portador
de HIV, sífilis y herpes. Ausencia de pruebas reveladoras del modo de contagio de dichas
patologías. Circunstancia que por sí sola no contribuye a la configuración de la causal de
injurias graves. Ausencia de acreditación de hábitos libertinos o lujuriosos durante la vida
matrimonial. Divorcio vincular por culpa exclusiva del esposo. DAÑO MORAL. PROCEDENCIA.
Cuantificación
“M., A. C. c/ S. M., M. C. s/ Divorcio” – CNCIV – 17/12/2010
“No cabe duda que la agresión física empleada por el actor contra su cónyuge, los insultos que profiriera
y las explicaciones elusivas que diera en sede penal encuadran en la causal de injurias.”
“Luego de la separación de hecho de los cónyuges, realizada de mutuo acuerdo, si el marido descuida
sus deberes de asistencia familiar, corresponde decretar el divorcio por la causal de abandono voluntario
y malicioso (conf. Sala F, 23/12/69, LL, 139-676) o por la causal residual de injurias (conf. Sala E,
2/9/68, LL, 136-1068, 22.137-S).”
“Se agravia el apelante de que el sentenciante de grado sostuviera que constituía una injuria grave que
el actor no se hubiese preocupado, ni antes ni después de iniciado el proceso de divorcio, por demostrar
cómo y por qué medio contrajo HIV.”
“Si bien en el caso se suma una infección por sífilis y herpes, no existe prueba complementaria que de
cuenta de una vida licenciosa, constitutiva de la causal residual de injurias graves y la antiguedad de
tales afecciones impide considerarlas por sí solas constitutivas de la causal de divorcio invocada máxime
cuando, en cuanto a la afección por herpes el perito médico informó que puede tratarse de una antigua
patología que haya recidivado posteriormente.”
“No basta con la mera declaración de culpa en la quiebra del vínculo matrimonial para que proceda el
resarcimiento del daño moral. Es menester que en los hechos que llevaron al divorcio exista una fuerza
dañadora muy punzante en el prestigio, en las esencias comunes espirituales, en lo físico u orgánico,
para que pueda verse además una lesión al bien moral que debe ser compensada con carácter
autónomo. Es necesario, en síntesis, que exista algo más que la culpa en la causación de la ruptura
matrimonial: debe mediar una actitud dolosa que sobrepase la mera relación matrimonial en sus
implicancias.”
“La ponderación de los hechos de esta causa a la luz de los aludidos parámetros me disuade de la
procedencia de la indemnización por el daño moral derivado no sólo del trato descomedido y violento,
sino también del prolongado y pertinaz incumplimiento de los deberes de asistencia del actor respecto
de sus hijas menores de edad, que configuran ambos injurias graves y causales del divorcio decretado.”
Citar: [elDial.com - AA67ED] . Copyright 2011 - elDial.com - editorial albrematica - Tucumán 1440
(1050) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires – Argentina

Consideran Incursos en la Causal de Injurias Graves a Ambos Cónyuges que se Propinaron


Agresiones Físicas Mutuamente
En la causa “D. V. L. L. c/ O. H. B. s/divorcio”, la sentencia de primera instancia que había hecho
lugar parcialmente a la demanda y al reconvención, fue apelada por la demandada quien se agravió de
que el sentenciante hubiera considerado que incurrió en la causal de injurias graves respecto del actor.
Los jueces que integran la Sala H señalaron en primer lugar que el hecho de que la recurrente haya sido
sobreseída en sede penal, “no implica que la justicia civil se vea impedida de encontrar que se ha
incurrido en responsabilidad civil”.
A su vez , los magistrados tuvieron en cuenta que de la causa penal nombrada surge que “existió un
episodio confuso en el cual existieron agresiones físicas de las partes entre sí y con intervención del hijo
de ambos, hecho que ha dejado lesiones tanto en el accionante como en la demandada”.
“Más allá de no poder atribuirle la responsabilidad del hecho a uno u otro, lo cierto es que el hecho
existió, y que ambos intervinieron en él”, explicaron los camaristas, por lo que “con eso resulta
suficiente como para sostener que se ha violado (ambos lo han hecho) el deber de respeto mutuo que se
desprende del matrimonio, como también el de preservar ante todo la integridad de la familia (cuestión
que se ventila con la intervención del hijo de ambos en el episodio)”.
En base a ello, en la sentencia del 2 de febrero pasado, los jueces decidieron confirmar lo resuelto en
primera instancia.

T. R. E. c/ R. P. s/ divorcio” – CNCIV – 10/06/2013DIVORCIO VINCULAR. Demanda iniciada por el


esposo, con fundamento en actitudes de la cónyuge que tornan intolerable la vida en común. Ausencia
de acreditación de dichas conductas. RECONVENCIÓN. Abandono voluntario y malicioso del hogar e
injurias graves por parte del esposo. Procedencia. Art. 202 inc. 4 y 5 del Código Civil. Constancias de
denuncias civiles y penales de violencia familiar. Retiro del hogar conyugal dejando al grupo familiar en
situación de desamparo moral y económico. Incumplimiento de la obligación alimentaria a favor de los
hijos menores de edad. SE DECRETA EL DIVORCIO POR CULPA EXCLUSIVA DEL ESPOSO. Citar:
elDial.com - AA80E0.
Publicado el 30/08/2013

“E. E. c/ C. M. E. s/ divorcio” – CNCIV – 29/03/2011.DIVORCIO VINCULAR. INJURIAS GRAVES.


Sentencia que decreta el divorcio por culpa exclusiva del marido. Aporte de prueba testimonial de
dudosa credibilidad. Existencia de un juicio de alimentos en trámite contra el demandado.
Circunstancia que por sí sola no configura la causal de injurias graves. ANÁLISIS DEL
COMPORTAMIENTO INJURIANTE DE LA ESPOSA. Irrupción en el lugar de trabajo de su cónyuge
(dependencia de la Policía Federal Argentina). Falsa acusación. Referencias a diversos episodios de
maltrato hacia ella. CIRCUNSTANCIA QUE PONE EN RIESGO LA SITUACIÓN LABORAL DEL MARIDO. SE
DECRETA EL DIVORCIO POR CULPA DE AMBOS CÓNYUGES. Art. 202, inc. 4º, y 214, inc. 1º, del
Código Civil
“Los dichos de los declarantes deben tomarse con cautela, ya que en todos los casos los deponentes
saben eso por manifestaciones - o posibles “actuaciones” - de la propia demandada. Se trata de
“testimonios” sobre puntos de dudosa credibilidad porque ninguno de ellos hacen referencia a que
tomaron contacto con el actor, quien pudo decirles o actuar de tal modo que corroboraría la
imputación. Nada de eso ha ocurrido.”
“La mera existencia de un juicio por alimentos sólo pone de relieve que las partes no han llegado a un
acuerdo respecto a su monto o modo de implementación, pero no es configurativo en sí de la causal de
injurias graves; en todo caso exhibe una incapacidad de los litigantes para arribar a los acuerdos
pertinentes.”
“Se le atribuye a la esposa haber incurrido en la causal de injurias graves. Para ello tengo en cuenta
de qué manera pueden repercutir esas escenas en los legajos de los integrantes de la Policía Federal
Argentina; para quien no le resulta indiferente el comportamiento de los policías en su vida personal y
familiar; situación que no podía ignorar la encartada. Es que no se trata en el caso de una pública
discusión matrimonial, sino –mucho peor aún—de una actuación desafortunada de uno de los
cónyuges ante terceros (que no son entes privados sino la misma Policía); y al parecer –si es como
dice el declarante L. L.—teniendo la finalidad de buscar la forma de que los demás se enteren.”
“Un pronunciamiento que recree las figuras de “un culpable” y “un inocente” puede no responder a lo
que en los hechos ha sido la vida matrimonial y comportar, por ende, una sentencia arbitraria. Para
decirlo en otras palabras, cuando decretamos la culpa exclusiva de un esposo en base a hechos
supuestamente probados ¿sabemos realmente cuál fue el comportamiento del otro cónyuge, que
ostentará el título de inocente? Diría categóricamente que no. ¿Qué conocemos acerca de lo que pudo
acontecer en las cuatro paredes del dormitorio matrimonial? Nada. Por eso, aún en la hipótesis de que
existiera alguna dubitación sobre la real acreditación de las injurias proferidas por la demandada, lo
que parece más razonable –al haber también incurrido en culpa el actor — es pronunciarme por la
afirmativa; y ello ante la necesidad de aventar toda posibilidad de que los pronunciamientos judiciales
se conviertan en instrumentos esquizofrénicos alejados por completo de la realidad matrimonial.”
Citar: elDial.com - AA6B04.Publicado el 16/05/2011

"F. D. G. C/ Q. V. E. P/ Divorcio Vincular Contencioso” – CÁMARA SEGUNDA DE APELACIONES


EN LO CIVIL, COMERCIAL, MINAS, DE PAZ Y TRIBUTARIO DE MENDOZA - 30/05/2011. DIVORCIO
VINCULAR. INJURIAS GRAVES PROFERIDAS POR LA ESPOSA. Actitud agresiva frente a terceros.
Lanzamiento de un objeto (“tomate”) hacia el rostro de su marido. Accionar violento y grave. PRUEBA.
Valoración. Declaración testimonial aportada por una vecina y empleada del cónyuge. SE DECRETA EL
DIVORCIO POR CULPA EXCLUSIVA DE LA ESPOSA
“Insultar al esposo frente a su empleada y, en una ocasión, arrojarle un tomate el que dio en su
rostro, es una actitud injuriante que queda atrapada por el concepto de injuria por su violencia y
gravedad.”
“La testimonial de G. R., no admite reparos, por haberse encontrado en una de esas situaciones o
relaciones con las partes señaladas en el fallo glosado – relación de vecindad y laboral - que son las
que – en la mayoría de los casos - permiten conocer los hechos injuriosos y el trato que los esposos se
dan mutuamente. Además de ello, sus declaraciones no fueron motivo de tacha alguna y sólo fue
repreguntada por el asistente jurídico de la demandada.”
“La causal subjetiva de injurias ha quedado acreditada en autos y, por consiguiente, es atendible el
agravio que a ello se refiere, por lo que, de ser compartida mi opinión por mis distinguidas colegas,
corresponde acoger el recurso y revocar la sentencia apelada, disponiéndose hacer lugar al divorcio
demandado por la causal de injurias graves.”
Citar: elDial.com - AA6C94 . Publicado el 29/06/2011

“V., P. G. c/ F., L. L. s/ divorcio” – CNCIV – 04/05/2012. DIVORCIO VINCULAR. Proceso iniciado


por el esposo. Reconvención. INJURIAS GRAVES DEL MARIDO. Acreditación de relaciones
sentimentales extramatrimoniales. PROPUESTAS AMOROSAS DIRIGIDAS HACIA LAS HERMANAS DE SU
ESPOSA (“Cuñadas”). Conductas graves e injuriosas. Alejamiento del hogar conyugal por parte de la
cónyuge. Situación justificada. Se confirma la sentencia apelada. SE DECRETA EL DIVORCIO POR
CULPA EXCLUSIVA DEL MARIDO
“La demostración de que el esposo mantenía relaciones amorosas extramatrimoniales y las propuestas
a sus cuñadas de iniciar relaciones sentimentales, configuran sin lugar a dudas la causal de injurias
graves. Motivo por el cual y de acuerdo a lo dictaminado por el Fiscal de Cámara, los agravios del actor
deben desestimarse pues no logró ni siquiera mínimamente desvirtuar lo correctamente decidido en
primera instancia.”
“En ese orden y como lo entendió la magistrada, considero ampliamente justificado el retiro del hogar
conyugal por parte de la esposa, pues las conductas injuriosas en que incurrió el marido explican su
proceder, dada la discordancia que imperaba en el matrimonio. Lo que resta culpabilidad a la
demandada en la ruptura de la relación conyugal.”. Citar: elDial.com - AA77B1. Publicado el
11/07/2012

READECUACION AL NUEVO CODIGO DE SENTENCIA DIVORCIO NO FIRME ART. 7


CCCN.

DIVORCIO VINCULAR. Sentencia de divorcio dictada con anterioridad a la entrada en vigencia


del Código Civil y Comercial de la Nación. Injurias graves y abandono del hogar. Apelación.
DERECHO TRANSITORIO. ARTÍCULO 7 DEL CCCN. Aplicación del nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación. Deviene abstracta la consideración de los agravios. Posibilidad de
recurrir al derecho a la compensación económica y también a una indemnización por vía del
régimen general de responsabilidad previsto en el ordenamiento. ARTÍCULOS 1716, 1717 Y
1737. SE REVOCA LA SENTENCIA Y SE DECRETA EL DIVORCIO EN LOS TÉRMINOS DE
LOS ARTÍCULOS 435 Inc. "c" Y 437 DEL CCCN. CONVENIO REGULADOR. Partes que
deberán cumplir los requisitos de los artículos 438 y 439 DEL CCCN
"A., C. G. c/ R., C. E. s/ Divorcio" - CÁMARA DE APELACIÓN EN LO CIVIL Y COMERCIAL DE BAHÍA BLANCA (Buenos
Aires) - 28/08/2015

DIVORCIO VINCULAR. Solicitud de divorcio conforme al Código Civil (Ley 340). VIGENCIA
DEL NUEVO CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN. Convenio Regulador. Art. 439
DEL CCCN. Remisión de propuesta por parte del esposo. Contrapropuesta de la cónyuge.
Falta de acuerdo entre las partes. SE DECRETA EL DIVORCIO. Disolución de la comunidad
con efecto retroactivo a la fecha de interposición de la demanda. Se desestiman las propuestas
reguladoras. Deber de iniciar causa autónoma ante el mismo Tribunal de Familia
"G. V., C. C/ C., H. S/ DIVORCIO POR CAUSAL OBJETIVA", Expte. N° 852- Año 2013" - TRIBUNAL DE FAMILIA DE
FORMOSA - 01/09/2015 (Sentencia no firme)

DIVORCIO VINCULAR. Art. 7 del Código Civil y Comercial de la Nación. Proceso que cuenta
con sentencia de primera y segunda instancia. Recurso de inaplicabilidad de la ley. Aplicación
de las nuevas normas que sobre la materia se dictan durante la secuela del juicio. DIVORCIO
"INCAUSADO". Noción de "consumo jurídico". Necesidad de proveer conforme los contornos
actuales del proceso de familia para evitar la dilación de los conflictos. Arts. 705/706 DEL
CCCN. SE DECRETA EL DIVORCIO CONFORME LO DISPUESTO POR EL ART. 437 DEL
NUEVO CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL. Convenio regulador. Reenvío de las presentes
actuaciones al juzgado de origen
Expte. N° 7059 - "L. I. N. C/ G. H. A. M.- S/ Ordinario divorcio" - STJ DE ENTRE RÍOS - SALA CIVIL - 05/10/2015

DIVORCIO VINCULAR. Acción iniciada durante la vigencia del Código Civil derogado.
Invocación de causales contradictorias por ambos cónyuges. Artículos 214, inciso 2°, y 202,
incisos 4 y 5, del Código velezano. Derecho transitorio. Art. 7 del Código Civil y Comercial de la
Nación. Readecuación de pretensiones. ARTS. 436, 437, 438 Y CCDS. DEL CÓDIGO CIVIL Y
COMERCIAL DE LA NACIÓN. Carácter constitutivo de la sentencia de divorcio. SE
CONFIRMA LA RESOLUCIÓN RECURRIDA EN CUANTO ORDENA READECUAR EL
PROCESO A LOS NUEVOS REQUERIMIENTOS QUE PREVÉ EL NUEVO ORDENAMIENTO
"L. M. D. L .A. c/ B. A. s/divorcio (Art. 214 inc. 2 C.C.)" - CÁMARA DE APELACIÓN EN LO CIVIL Y COMERCIAL DE MAR DEL
PLATA (Buenos Aires) - 30/12/2015

RESUMEN FALLO PLENARIO DAÑOS:

"G., G.G. c/ B. de G., S.M. s/Divorcio Vincular" PLENARIO CIVIL . 20/9/1994

DOCTRINA DEL PLENARIO: “En nuestro derecho positivo es susceptible de reparación el daño moral
ocasionado por el cónyuge culpable, como consecuencia de los hechos constitutivos de las causales de
divorcio”

Cuestión: “Si en nuestro derecho positivo, es susceptible de reparación el daño moral ocasionado por el
cónyuge culpable, como consecuencia de los hechos constitutivos de las causales de divorcio”

La mayoría en forma impersonal dijo:

La cuestión acerca de la indemnización de los daños y perjuicios resultantes del divorcio, como derivación
distinta de sus tradicionales efectos, no tiene solución expresa en la legislación argentina.

Tanto en el régimen del Código Civil, tal como fue concebido por Velez Sársfield, como en el de la ley 2393
y en la ley 23.515 (EDLA, 1987-A-330) que derogara esta última, existe una ausencia de norma concreta, en
torno a la cuestión en análisis, a diferencia de lo que ocurre con la nulidad del matrimonio. Respeto de
ésta el primero acordaba derecho al cónyuge de buena fe a reclamar del de mala fe y de los terceros que
hubieran provocado el error, los daños y perjuicios sufridos, a través del art. 234, la segunda lo hacía
mediante los arts. 91 y 109 y tercera lo hace en el actual art. 225.

La omisión legislativa acerca del tema de que se trata dio origen, en la doctrina y jurisprudencia, a
corrientes antagónicas.

Un primer grupo de autores se pronunciaba por la negativa:

Así, Juan Antonio Bibiloni, en su “Anteproyecto”, coherente de su postura

de eliminar del art. 1078 toda referencia al daño moral, argumentando que “la conciencia moral se subleva
ante los reclamos del marido que pretende cobrarse el precio de su honor lastimado” (T. II-p. 510 y
sigtes.). Guillermo A. Borda, sustentó su oposición al resarcimiento en razones de moral y buenas
costumbres, mientras que Jorge Joaquín Llambías interpretó que no era posible proyectar las sanciones de
tipo resarcitorio propias del incumplimiento de las obligaciones, a la infracción de deberes de contenido
extramatrimonial, como el de fidelidad o el de asistencia entre los cónyuges.

Alberto Domingo Millonario descartó tal resarcimiento en el derecho vigente por ausencia de norma
expresa, sin perjuicio de considerarlo conveniente de lege ferenda (en Jornadas Australes de Derecho
reunidas en Comodoro Rivadavia del 1° al 4 de octubre de 1980, “Responsabilidad Civil”, Córdoba, 1984,
págs. 387 a 392, 396, 398 y 401).

Enrique Díaz de Guijarro insiste en que carece de respaldo legal la tesis afirmativa por ausencia de
preceptos particulares que entiende ineludibles al sostener el carácter autónomo del régimen de
sanciones que determina el divorcio; pero a diferencia de Molinario es reacio –más allá del derecho
positivo- a todo resarcimiento en ese ámbito y lo califica como “una indignidad” (“Improcedencia del
resarcimiento del daño moral en el juicio de divorcio y su admisibilidad en la nulidad de matrimonio” , JA,
1983-III-625/630).

La doctrina nacional favorable al resarcimiento de los daños unidos al divorcio es mayorista. Encontramos
a Juan Carlos Rébora (“El daño moral”, J.A. –Sec. doc. Pág. 100), quien fue el primero en apoyar la doctrina
sentada en la materia, por los tribunales franceses, basados en el texto del art. 1382 del Código Civil y, la
jurisprudencia italiana, a partir del art. 1151 del Código Civil, lamentando el vacío existente en la materia
en la jurisprudencia nacional (Barbero, Omar, “Daños y perjuicios derivados del divorcio”, pág. 197, N°
155). También se ubican como defensores de esta tesis; Acdeel Ernesto Salas (“Indemnización de los daños
derivados del divorcio”, en JA, 1942-II-1011), Leonardo Colombo (“Indemnización del daño producido por
el adulterio de la esposa”, LL, 89-708), Arturo Acuña Anzorena (Responsabilidad Civil del cónyuge adúltero
y de su cómplice por causas de adulterio”, LL, 27-212), Elías P. Guastavino, Augusto César Belluscio (“Daños
y perjuicios derivados del divorcio”, LL, 105-1041), Omar Barbero (ob. cit.), Alberto Gaspar Spota (“Tratado
de Derecho Civil”, T. 12 pág. 149), Julio J. López del Carril, Jorge Adolfo Mazzinghi (“Derecho de Familia”, T.
II, pág. 26, n° 160 y T. III, pág. 183 y ss.), Jorge Mosset Iturraspe (“Los daños emergentes del divorcio”, LL,
1983-C-348), Daniel Hugo D’Antonio, Eduardo A. Zannoni (“Derecho de Familia”, T. 2, pág. 175 y sigtes.),
Héctor L. Mancini, Santiago C. Fassi, Ricardo J. Dutto y Gustavo A. Bossert (Sociedad Conyugal”, T. II, pág.
362), entre otros.

La tendencia autoral que acepta la indemnización se basa en el carácter general de las normas del
responder civil contenidas en los arts. 1077, 1109 del Código Civil, y en relación al daño moral en el art.
1078, por advertirse en las causales de divorcio verdaderos actos ilícitos. En ese sentido a dicho Mosset
Iturraspe “que no hay razón fundada para hacer del matrimonio un coto impenetrable para el derecho de
daños… es un principio general del derecho la responsabilidad de los perjuicios sufridos y que ello avanza a
todos los extremos de la vida comunitaria sin dejar afuera ningún sector. No es justo otorgar a uno de los
esposos “un derecho a dañar sin responsabilidad…” (“Los daños emergentes del divorcio”, LL, 1983-C-
348). Aunque en general estén en juego hechos ilícitos dolosos, se admite también el resarcimiento frente
al obrar negligente, meramente culposo, o sea tanto para los delitos civiles como para los cuasidelitos
(conf. Belluscio,”Derecho de Familia”, T. III, Bs. As., 1981, núms. 886 y 890 y reenvío de nota 256 de pág.
587 a núm. 738, Mosset Iturraspe alude a hechos dolosos, ob.cit. pág. 352).

La jurisprudencia se ha expedido concretamente sobre la improcedencia de los daños y perjuicios


entablados por el marido contra el cómplice del adulterio de la mujer, mediante la sentencia del Dr. Borda
(LL, 89-709 fallo 41.766). La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala D, a través del voto del Dr.
Sánchez de Bustamante, el 11 de diciembre de 1970, rechazó la demanda de daño moral, porque no se
había acreditado que el demandado hubiera actuado con intención de vejar a su esposa, argumentando
que: “El mero antecedente de que resultara el divorcio declarado por su culpa, y los hechos que lo
determinan, no bastan para condenarlo a indemnizar a la accionante” (ED, 38-803).

La sala II de la Cámara 1° Civil y Comercial de la Plata , el 7 de abril de 1983, por el voto del Dr. Juan Carlos
Rezzónico (LL, 1983-C-350) admitió la indemnización en concepto de daño moral ocasionado por el
adulterio del consorte.
Si bien se distingue en cuanto a los perjuicios reparables, los daños emergentes del divorcio en sí mismo,
de aquéllos derivados de los hechos constitutivos de las causales de divorcio, atento el tema de la
convocatoria la decisión del Tribunal debe ceñirse a la indemnización de estos últimos.

Limitada la cuestión a la reparabilidad de los daños morales vinculados con los hechos determinantes que
llevaron al divorcio, considera esta mayoría que la ausencia de normas particulares en la materia no puede
ser aducida para inhibir la indemnización. No puede evidentemente acudirse al silencio en la regulación
legislativa de los efectos del divorcio en el régimen legal vigente, para obstar a un resarcimiento que si
bien tiene conexión circunstancial con el divorcio, en realidad se correlaciona con el acto ilícito que
condujera a su declaración.

El principio de especialidad que domina al derecho de familia, no constituye obstáculo para –frente al
silencio de la ley- por vía interpretativa, obviar principios de responsabilidad civil como lo son las
disposiciones expresas contenidas en los arts. 1077, 1078, 1109 y concordantes del Código Civil que, por su
generalidad también son aplicables cuando de los hechos que dan lugar al divorcio, se derivan daños al
cónyuge inocente.

Esa fue por otra parte la interpretación que hicieron los tribunales franceses con anterioridad a la ley del 2
de abril de 1941, convalidada por la Ordenanza del 12 de abril de 1945, que completó el art. 301 del
Código de ese país (conf. Henri León y Jean Mazeaud, “Lecciones de Derecho Civil”, parte primera, vol. IV,
trad. De Luis Alcalá Zamora y Castillo, Ed. Jurídica Europa-América, n° 1514, pág. 510 y sigtes.; reseña
efectuada por Belluscio, “Derecho de Familia”, T. III, n° 878, pág. 553 y sigtes.).

La satisfacción de la víctima del daño moral generado por los hechos que desencadenaron el divorcio, no
se alcanza con la sanción de culpabilidad para el ofensor, lo que explica que si se atiende a las finalidades
indemnizatorias deba imponerse en forma paralela el correspondiente resarcimiento.

Es que si uno de los cónyuges incurre en alguna causal de las taxativamente enumeradas por el art. 202
del Código Civil, está cometiendo un hecho ilícito, porque viola deberes derivados del matrimonio que son
susceptibles de dar lugar a la sanción civil del divorcio. Pero si ese ilícito además causa un daño
objetivamente cierto a la persona del inocente, no existe impedimento alguno para penetrar en el campo
aquiliano y disponer que se enjugue el perjuicio con las sanciones propias de ese ámbito.

Si bien puede admitirse que el derecho de familia ofrece particularidades que, en algunos aspectos, lo
diferencian de otros institutos, lo cierto es que integra un cuerpo normativo congruente, cual es el Código
Civil, que sanciona a quien viola un deber jurídico, sea dolosa o culposamente, con la obligación de resarcir
el daño causado. Tales disposiciones, ante la ausencia de norma específica que excluya su aplicación,
también forman parte del régimen jurídico que integra el derecho de familia.

Bien dice Mosset Iturraspe en el trabajo citado, “la vida en comunidad donde tiene vigencia plena el
naeminem laedere o deber de no dañar y, como contrapartida la responsabilidad por los perjuicios
ocasionados, en relación adecuada de causalidad con el hecho antijurídico, no puede fraccionarse; no es
posible sostener que el matrimonio es una comunidad con su propio plexo normativo “autónomo y
cerrado”…, sino que a la vez “se encuentra sometida a las normas generales”.

Desde otro ángulo se ha sostenido que no se trata de una acumulación de reparaciones por un mismo
hecho como sostuviera la tesis negativa, sino de consecuencias distintas con reparaciones independientes,
que también tienen un fundamento diferente. Así el derecho de alimentos del cónyuge inocente, tiene un
fin asistencial que tiende a cubrir las necesidades alimentarias de éste. Y el resarcimiento por daño moral,
apunta a enjugar las consecuencias del hecho ilícito.

Tampoco se advierten tintes inmorales en el reclamo indemnizatorio del daño moral en tratamiento, ni
tampoco que su reconocimiento conlleve al estigma de la indignidad. Muy por el contrario, la ética
quedaría reñida con el derecho si en materia de daños morales conectados con las causales del divorcio se
concluyera que la reparación se limita a la simple declaración de culpa del ofensor.
En consecuencia, y si bien corresponderá al juzgador en definitiva analizar los elementos de juicio que
presente cada caso, la conducta de los cónyuges y la relación de causalidad entre esta y el daño moral que
uno de ellos alega, este Tribunal no encuentra obstáculo en el sistema legal vigente para la procedencia de
su reparación.

Por estas consideraciones, como doctrina legal obligatoria (art. 303) se resuelve: “En nuestro derecho
positivo es susceptible de reparación el daño moral ocasionado por el cónyuge culpable, como
consecuencia de los hechos constitutivos de las causales de divorcio. – Carlos Roberto Degiorgis – Jorge
A. Giardulli (con aclaración).- Gladys Stella Alvarez.- Ana María Luaces (por sus fundamentos).- Hugo
Molteni (por sus fundamentos).- Jorge Escuti Pizarro (en disidencia y con ampliación de sus fundamentos).
–Luis López Aramburu (en disidencia y por sus fundamentos).- Gerónimo Sansó. – José A. Martín de
Mundo (en disidencia). – Javier Ruda (por sus fundamentos). – Jorge H. Alterini. –José Luis Galmarini (por
sus fundamentos). – Alberto J. Bueres. – Alí Joaquín Salgado. –Osvaldo D. Mirás (en disidencia y por sus
fundamentos). – Juan Carlos Dupuis. – Mario P. Calatayud (con aclaración). – Elena I. Highton (con
ampliación de fundamentos). –Ana María Conde. –Fernando Posse Saguier. – Roberto Ernesto Greco (por
sus fundamentos). –Leopoldo L. V. Montes de Oca. – Marcelo J. Achával (en disidencia). –Claudio Marcelo
Koper (en disidencia y por sus fundamentos). –Julio Ojea Quintana (en disidencia y por sus fundamentos).
– Delfina M. Borda (en disidencia y por sus fundamentos). – Eduardo Leopoldo Fermé. – Luis Gerardo
Lérida (con aclaración). – Teresa M. Estévez Brasa (en disidencia y con ampliación de fundamentos). – Julio
R. Moreno Hueyo (en disidencia). – Emilio M. Pascual (con aclaración). – Carlos Polak. – Hernán Daray. –
Carlos Horacio Gárgano (en disidencia). – No intervienen los Dres. Russomanno y Wilde por hallarse en uso
de licencia. Las vocalías N° 19, 23 y 28 se encuentran vacantes (Sec,: Adriana de Pildán).

En disidencia los Doctores Escuti Pizarro, López Aramburu, de Mundo, Achával, Kiper, Estévez Brasa,
Moreno Hueyo y Gárgano dijeron.- Esta minoría considera que el tema del plenario merece una respuesta
negativa.

En primer lugar el derecho de familia se caracteriza por su especialidad, de ahí que sus normas, en gran
medida, sean de orden público, imperativas en su mayor parte, lo que obsta a la aplicación de las normas
generales de la responsabilidad por daños.

Además en materia de sanciones sólo deben aplicarse las específicamente admitidas por la ley, sin que por
vía de analogía puedan utilizarse las previstas para otras situaciones jurídicas, de origen contractual o
extracontractual, desde que ni el estado de familia, ni el de su pilar, el matrimonio, tienen tales linajes.

Tanto en el Código Civil en su texto original (art. 234) cuanto en la ley 2393 (art. 91 y 109) se previó la
indemnización de los daños y perjuicios a cargo del cónyuge de mala fe en los supuestos de nulidad de
matrimonio. La última norma admitió la reparación del daño moral en época en que el art. 1078 del Código
(antes de la reforma de la ley 17.711 ED, 21-961) requería para obtenerla que se estuviese en presencia de
un delito de derecho criminal. Así, al no haber previsión semejante para el cónyuge culpable del divorcio,
pudo sostenerse que en esta hipótesis se excluyó la factibilidad de reclamar daños y perjuicios (conf. Díaz
de Guijarro, “Improcedencia del resarcimiento del daño moral en el juicio de divorcio y su admisibilidad en
la nulidad del matrimonio”, JA, 1983-III-625).

Si el legislador hubiese entendido que correspondía la reparación de los daños y perjuicios en el divorcio,
sea por la aplicación de los principios generales sobre la responsabilidad civil, o por analogía con lo
dispuesto por la citada ley de matrimonio civil, debió pronunciarse expresamente para concluir con la
discrepancia. Sin embargo, al instaurarse el divorcio vincular con la sanción de la ley 23.515, se mantuvo
una norma semejante para los efectos de la nulidad de matrimonio (art. 225 del Código Civil en su
redacción actual), sin agregar una similar para el culpable del divorcio, a cuyo fin bastaba con establecer
que a las relaciones ente los cónyuges les serán aplicables las disposiciones de este código sobre
responsabilidad civil. De tal modo, puede sostenerse que tácitamente se adscribió a la discriminación en el
tratamiento de uno y otro instituto; sirviendo ello de interpretación auténtica del régimen vigente así
como del anterior en lo que a situaciones aún pendientes pudiere ser aplicable (art. 3, Código Civil).

La esencia del matrimonio es el constituir una sociedad del hombre y la mujer que se unen para perpetuar
su especie, para ayudarse, para socorrerse mutuamente, para llevar el peso de la vida y compartir su
común destino, según la clásica definición de Portalis citada por Borda (“Tratado…”, “Familia”, 5° ed.
Perrot, pág. 45, núm. 47) y por Mazzinghi (“Derecho de Familia”, ed. Abeledo Perrot, T. I, núm. 21,pág. 68).
En presencia de una hipótesis de nulidad es de rigor que no hubo connubio. Ningún efecto de tal se prevé
para el cónyuge de mala fe (art. 223 del código Civil antes art. 89 de la ley 2393). Y si no hubo matrimonio
no concurren aquellos principios que hacen a esta particular comunidad, base del entramado social, con lo
que ésta pudo ser la razón por la cual el legislador ha admitido el resarcimiento causado por quien
desplegó un obrar delictivo.

En cambio, habiendo matrimonio, dichos angulares principios excluyen toda idea de reclamo
indemnizatorio, pecuniario, entre los consortes y en razón de tales, ni aun frente al cometimiento de
actos ilícitos, como son los que constituyen las causales de divorcio.

Quien contrae matrimonio lo hace prestando un consentimiento válido con todo lo que ello implica. Si por
distintas circunstancias, la elección del cónyuge se revela equivocada, se sufren disgustos, humillaciones o
inevitables rupturas, ha de admitirse que tales circunstancias deben ser cuidadosamente sopesadas antes
de dar un paso tan trascendental. Con lo que, acordar por vía jurisprudencial una indemnización,
significaría tanto como asegurarle a quien se equivoca en su elección una reparación pretendidamente
paliativa de los agravios sufridos.

Es que, precisamente por las características propias de la institución del matrimonio que atiende a una
particular realidad vital de convivencia y afinidades, fundada en el amor y la tolerancia recíprocas, en
modo alguno cabría aplicar normas que son propias del ámbito negocial o relativas a la responsabilidad
por hechos ilícitos.

Por otra parte, de aplicarse la tesis permisiva ello importaría una eventual “fuga” de los litigantes desde el
divorcio remedio hacia el divorcio sanción, toda vez que las partes buscarán por todos los medios
acreditar, en juicio contradictorio, la culpa de su consorte para hacerse acreedor de la indemnización de
los daños materiales y morales, eludiendo la vía del divorcio por presentación conjunta o la causal objetiva
de separación de hecho por más de tres años (art. 214. ley 23.515), a la que tiende la legislación moderna
sin excepción.

En suma, cabe concluir que el régimen de sanciones que determina el divorcio es autónomo tanto por la
inexistencia de normas precisas y concordantes en otros dispositivos legales, como por la naturaleza
propia y exclusiva de la regulación de la familia, por lo que no es dable sostener la aplicación de normas
comunes de responsabilidad y condenar al culpable a una satisfacción pecuniaria que se añada a las
sanciones que específicamente contempla la ley para tales conductas.

Los fundamentos expuestos excluyen la posibilidad de reconocer una reparación como consecuencia de la
culpabilidad recaída en el juicio de divorcio.

Por estas consideraciones como doctrina legal obligatoria (art. 30 del Código Procesal) se resuelve: “En
nuestro derecho positivo no es susceptible de reparación el daño moral ocasionado por el cónyuge
culpable, como consecuencia de los hechos constitutivos de las causales de divorcio.- Jorge Escuti Pizarro.
– Luis López Aramburu. – José A. Martín de Mundo – Marcelo J. Achával. – Claudio Marcelo Koper. –
Teresa M. Estévez Brasa. – Julio R. Moreno Hueyo. – Carlos Horacio Gárgano.

CONSIGNAS:

1) Elija uno de los fallos de divorcio adjuntos. Relate los hechos de su


fallo, indique el deber/es matrimonial violado y su fundamento,
encuadre en la causal del Código derogado. Clasifique el divorcio;
causado/incausado; remedio/sanción; objetivo/subjetivo.
Fundamente.
2) Si su fallo elegido no estuviera firme qué sentencia debería dictar
hoy el Tribunal inerviniente y por qué.
3) Qué procedimiento impone hoy nuestro derecho vigente para el
divorcio. Legitimación activa. Requisitos de la demanda. Pactos.
Dictado de la sentencia.
4) Según los hechos de su fallo, hubiera sido admitida indemnización
por daños y perjuicios de haberse solicitado en su momento?
Fundamente. Procedería hoy una indemnización por daños y
perjucios conforme la normativa vigente? Podría aplicarse hoy la
doctrina del Plenario de daños?

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