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Existe una controversia respecto al lugar del ejercicio de la función del escribano
porque en la Guía General de Archivos del Perú se puede constatar que en el
Archivo general de la nación y archivos regionales existe información referente al
año de ejercicio de su función y esta es anterior a la que se encontró en el archivo
regional de Ayacucho, entonces existe una gran probabilidad de que también haya
ejercido funciones en la capital del Perú y luego, en Ayacucho. Prueba de las
funciones ejercidas en Ayacucho son los protocolos que se encuentran en el Archivo
Regional de Ayacucho y además sobre la construcción del retablo mayor de la
compañía de Jesús de Ayacucho tal y como consta en el trabajo de Raúl H. Mancilla
Mantilla.
“…y de lo que fuese recibiendo ha de dar recibo para que por ellos se
liquide la cuenta al tiempo del, entrego de dicha obra que ha de ser
puesta en el altar mayor en toda perfección en la misma conformidad
que está el dicho dibujo y planta firmada de todas tres y de dicho
escriuano Por que qualquier falta que tuviese la obra del dibujo se han
de tassar Por dos personas Puestas de cada partevna y por la tassacion
que hubieren jurada se ha de estar (Y , Yo) (?) la cantidad que importare
dicha falta se me ha de rebajar a mi el dicho Joseph de Albarado de los
dichos qüatro mil y doscientos Pesos Por quanto ha ofrecido a sus
Paternidades Reberendas no solo no faltar de dicho dibujo, sino exceder
de el Para la mayor hermosura del dicho Retablo dejandolo Perfecto en
todo arte de Simetria aSSi mismo nos obligamos a guardar y cumplir la
condición II que Va expresada es esta escritura ... ". (ADAy; Prol. Leg.93
f. 584 v., f. 585 r. 1691-1703).”1
1. FIRMAS
Según la RAE: “Rasgo o conjunto de rasgos, realizados siempre de la misma
manera, que identifican a una persona y sustituyen a su nombre y apellidos
para aprobar o dar autenticidad a un documento.”
1 Mancilla Mantilla, Raúl H. “El retablo mayor de la Compañía de Jesús de Ayacucho y el taller de
ensambladores en la primera década del siglo XVIII”.Pág. 201.
2 Mancilla Mantilla, Raúl H. “El retablo mayor de la Compañía de Jesús de Ayacucho y el taller de
2. SIGNOS Y SELLOS
El signo notarial es uno de los requisitos extrínsecos de la parte denominada
autorización de un instrumento público.
“La palabra “signo”, de la raíz sue, significa señalar, y por aplicación se llama
signo notarial a la señal manuscrita que con figura determinada e idéntica en
todos los casos, ha de poner el Notario al pie de la escritura y antes de su
firma.”4
Según la RAE, el sello es: “Trozo pequeño de papel, con timbre oficial de
figuras o signos grabados, que se pega a ciertos documentos para darles
valor y eficacia.” Adicionalmente, es definido como “Cuño o impronta con el
escudo del Estado, que emplean los órganos del poder público, para marcar
o caracterizar algunos documentos expedidos en el ejercicio de su función.”5
3 El Nuevo Escribano Instruido. Ed. 4º Librería General de Eug. Maillefert y Cía. París y México. 1859.
Pág. 18-45.
4 PEREZ FERNANDEZ, Bernardo. “El signo y el sello notarial”. Biblioteca Jurídica del Instituto de
“Entre los signos notariales más antiguos que se conocen, se encuentran los
italianos del siglo XI y los españoles y alemanes del siglo XII (…). En España,
en el siglo XIII, Alfonso el Sabio, en la III de las Siete Partidas, legisla acerca
de los signos; y, más tarde en la Novísima Recopilación de las Leyes de
España.”7
Por otro lado Independiente Rodríguez de San Miguel, expresaba: “El signo
del escribano no es otra cosa que una señal de la cruz trazada en diversos
modos según el tipo o modelo estampado en el título que la nación le concede
para que con él autorice los instrumentos. Este signo es que da carácter de
auténticas y públicas a las escrituras, y lo que demuestra la autoridad del
6 PEREZ FERNANDEZ, Bernardo. “El signo y el sello notarial”. Biblioteca Jurídica del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM. México. 1986. Pág. 151.
7PEREZ FERNANDEZ, Bernardo. “El signo y el sello notarial”. Biblioteca Jurídica del Instituto de
10“El Nuevo Escribano Instruido”. Ed. 4º Librería General de Eug. Maillefert y Cía. París y México.
1859. Pág. 18-45.
La escribanía era una institución que prestaba servicios a toda la población
por intermedio de los escribanos, que eran funcionarios reales encargados
de la elaboración de los contratos y toda clase de documentos que suscribían
los particulares así como de la preservación de los acuerdos contenidos en
ellos. Estas escrituras encuadernadas conjuntamente en el transcurso de un
año se conocen con el nombre de Protocolo notarial. Desde la colonización
hispana hasta mediados del siglo XIX, el escribano era el funcionario que,
con título legítimo, redacta y autoriza con su firma las escrituras públicas de
los contratos (acuerdos entre partes), autos y diligencias de los procesos
judiciales.
A partir del siglo XIX, se separan las funciones que ejercía el antiguo
escribano. Una clase de escribanos se encargó de la actuación en los
procesos judiciales, y la otra de la redacción y autorización de escrituras
públicas. Los primeros fueron llamados “secretarios de juzgado”; los otros,
“escribanos público o notarios”. Los primeros eran secretarios porque su
oficio los obligaba a guardar el secreto de todos los asuntos que los
contratantes trataban ante ellos. Los segundos eran notarios porque, antes
de que se hiciese cualquier escritura, debían elaborar las notas o minutas,
que eran un borrador de los acuerdos a los que llegaban las partes ante su
presencia y que tenían que estar conforme a los requerimientos del derecho.
FIRMA DE
FRANCISCO
GARCIA DE
URTEAGA
SIGNO O
SELLO DE
FRANCISCO
GARCIA DE
URTEAGA