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Resumen
El presente trabajo indaga en la relación entre pensamiento y lenguaje en un Borges que en
cuanto escritor, se nos presenta plural. Esto en el sentido que tanto en su obra como en él
mismo, la identidad se diversifica en múltiples “Yoes” como el abordaje de personajes
literarios en sus cuentos, la creación de nuevos mundos, la invención de un lenguaje, etc.
Encontramos que en este discurrir, la relación entre identidad y mascara juega un elemento
esencial en esta pluralidad. A su vez presentamos una pequeña reflexión sobre la poesía en
Borges, ya que es un elemento esencial en toda su obra literaria.
Abstrac
The present work explores the relationship between thought and language in a Borges who
as a writer, is presented plural. This in the sense that both in his work and himself, the
identity is diversified into multiple "Me" as the approach of literary characters in their
stories, the creation of new worlds, the invention of a language, etc. We find that in this
discourse the relationship between identity and mask plays an essential element in this
plurality. At the same time we present a small reflection on the poetry in Borges, since it is
an essential element in all his literary work.
1
Estudiante de Licenciatura en Filosofía y Letras de la Universidad Pontificia Bolivariana.
Actualmente finaliza el décimo semestre. 2018.
Introducción
“Je est un autre” A. Rimbaud
Pero, ¿De qué forma se hace esta relación dinámica para hablar de un aparente
Borges plural? En la obra borgeana el “Yo” se entiende como un yo diversificado, un yo
que se discurre en otros “yoes”, por eso la frase de Rimbaud que da inicio a esta
introducción no aparece por mera casualidad, la angustia que presupone la desaparición de
un yo personal, ya ha sido tratado por otros escritores como Fernando Pessoa que en libro
del desasosiego nos dice:
No sé quién soy ni que alma tengo (…) Soy diversamente otro respecto a un yo que no sé si
existe (si es esos otros). Me siento múltiple. Soy como una habitación con innumerables
espejos fantásticos que distorsionan en reflejos falsos, una única realidad anterior que no
está en ninguno y está en todos. Como el panteísta se siente árbol e incluso flor, yo me
siento varios seres. Me siento vivir vidas ajenas en mí, parcialmente como si mi ser
participara de todos los hombres.
Cabría preguntarse: ¿Por qué existe este isomorfismo e imparcialidad del yo y como se
hace latente en la obra borgeana? Ya Borges en su texto La nadería de la personalidad
afirma tajantemente: “No hay tal yo de conjunto” y esto presupone no solo una crítica a la
personalidad sino a lo que de esta emana, la identidad. El mismo Borges, no se sentía
Borges se veía a sí mismo como una fuga, como un yo que vive los sucesos cotidianos y
como otro que sueña la metafísica y la literatura: “al otro Borges, es a quien le ocurre las
cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro (…) Así mi vida es una fuga y todo lo
pierdo y todo es del olvido, o del otro. No sé cuál de los dos escribe esta página.”2 Esta
identidad múltiple también está muy relacionada con el concepto de tiempo, este tampoco
aparece como unidad sino como sucesión de instantes indivisibles que construyen una vida.
Es una causa y efecto continuo que nos acerca siempre al presente, el hombre es entonces
tan diverso como lo es el tiempo, es heredero de todos esos instantes transcurridos en la
historia. En su ensayo Borges: marginal, central del libro “La máscara y la transparencia”
(1975) nos dice Guillermo Sucre: “El yo, es solo una ancha denominación colectiva que
2
Borges y yo (1960)
abarca la pluralidad de todos los actos de conciencia” en ese sentido lo que realicemos en el
mundo pertenece al mundo y a o todas sus singularidades. Ya lo expresaba Borges en el
poema Mi vida entera del poemario “Luna de enfrente” (1925):
Creo profundamente que eso es todo y que ni veré ni ejecutare cosas nuevas.
Creo que mis jornadas y mis noches se igualan en pobreza y en riqueza a las
Damos por sentado entonces que en Borges hay una pluralidad del yo, pero a esta
conclusión sería menester preguntar ¿Con que intención y como aparece en la obra de
Borges? Guillermo Sucre en el mismo ensayo sostiene que está pluralidad existe por que
Borges busca un arte impersonal uno que suponga “la desaparición del yo para que de paso
a las palabras, es decir, a la obra misma” Borges intuye que las técnicas literarias se están
agotando por eso este apela a una nueva forma de escritura a otro yo que emerja en ella y
sea diversificado. Es por eso que continuamente en la obra de Borges nos sentimos en
diferentes realidades, en múltiples lugares y en un mar de nombres. Nos ejemplifica mejor
Sucre: “Toda la obra de Borges se caracteriza por este rasgo estructural: es una obra que se
presenta como un tejido de relaciones en el cual no hay centro o, mejor, que todo en él
pueda ser centro. Y si ello es cierto, cada parte de la obra implica su totalidad.” La
intención es pues potencializar el lenguaje creador a través de lo múltiple.
La mascara
Desde el comienzo de la creación literaria se puede evidenciar el uso de la máscara como
un artefacto para dar vida a personajes, situaciones y hechos. La máscara siempre ha sido
sinónimo de diferencia, marca los detalles más distintos de un sujeto, juega con lo aparente,
al respecto nos dice Antonio Carreño que: «la máscara viene a ser de este modo, nuestra
actuación, ese papel que dentro de la línea alegórica de Calderón nos toca representar.» 3 en
el campo poético el uso de la máscara también es frecuente, como un modo de imponer a
través del lenguaje poético, una determinada situación a través de un disfraz. 4 Esta forma
de Carreño nombrar la función de la máscara en la creación literaria hace que surjan los
siguientes interrogantes: ¿La máscara es inherente a la literatura?, ¿Se puede pensar la
literatura sin un disfraz?
El disfraz es algo que no nos pertenece por naturaleza, sino que se asume deliberadamente
en consideración de algún fin, impelidos por alguna necesidad. En el hombre moderno, el
disfraz es asumido pata combatir un estado de temor y de debilidad (…) Esta incapacidad es
miedo a asumir responsabilidades históricas en primera persona, e inseguridad de las
propias decisiones. 5
Es pues la máscara un utensilio para transformarse en algo distinto a lo que se es. En esta
conclusión no deja de ser angustiante el preguntarse de qué modo estamos utilizando este
recurso y, qué formas o grados toma en nuestro acaecer contemporáneo. ¿Acaso estamos
impelidos por la máscara?
Borges y la identidad
Una reflexión sobre la máscara inevitablemente conlleva una meditación sobre la persona,
y de está también nace un disquisición sobre la identidad. Según Carreño el poeta es un
artesano que con sus manos configura determinadas realidades que nacen de su fantasía.
3
Carreño, Antonio. La dialéctica de la identidad en la poesía contemporánea. (Madrid: Editorial
Gredos, 1982), p.19.
4
Ibíd.., 24
5
Vattimo, Gianni. El sujeto y la máscara. (Madrid: Península, 2003), p. 20.
Para este mascara y yo o; mascara e identidad configuran ciertas creaciones literarias. ¿De
qué modo se hace latente esta postura en la obra borgeana?
¿Acaso Borges se sintió como Shakespeare? Este interrogante tal vez pueda ser
atrevido, pero en aras a la conclusión que estamos diluyendo podríamos decir que Borges
sintió la necesidad de ser nadie, para poder alcanzar un todo. Ese “todo»” toma la forma de
máscara; máscara que al fin y al cabo trabaja en la construcción de caracteres humanos, con
el fin de trazar nuevos destinos.
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Cursiva de Borges.
Entendemos pues que lo que hace a Borges plural es un “Yo” que aparece
discurrido en toda su obra y el uso de la máscara de sus personajes literarios que
constantemente nos hacen confundir la realidad con la ficción un claro ejemplo de esta
postura es la que aparece en el cuento de Emma Zuns, pero revisemos esto más
concretamente
Está noción la podemos encontrar en el cuento de Borges Emma Zunz ya que esté
juega con los elementos de la realidad que circundan a sus personajes. Lo que le sucede a
Emma al principio de cuento lo damos por verdad, hasta que el narrador nos hace dudar de
los hechos: “verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero era el pudor, verdadero el
odio. Verdadero también era el ultraje que había padecido; solo eran falsas las
circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios” podemos notar entonces que Borges
juega con los hechos y hace dudar al lector de si lo acontecido es real o no.
Pero desde otra perspectiva los sucesos que le pasan a Emma Zunz no son muy lejanos de
nuestro acaecer diario; teniendo en cuenta que los ultrajes y engaños por los que paso
Emma, pueden ser vividos por cualquier persona. En ese sentido hay una conexión con la
realidad, con lo que acontece en el mundo. Entonces esa noción de “ficticio” escapa a
elementos imaginarios o no-reales.
Nos hace preguntas como: ¿Qué emoción, nos produce, la música, la poesía, el arte
en general? , ¿Una emoción se puede traducir? Lo que me llevo a pensar que la poesía está
hecha de impresiones, que suscita al lector emociones, las palabras, tienen un ritmo, una
cadencia, un mensaje, que hacen la metamorfosis perfecta, de un estado neutro a uno
totalmente emocionado. Y el poeta, es el que habita al mundo de emociones.
Borges también habla del lenguaje, pero no el común, sino del “originario”. La
poesía es el lenguaje originario por excelencia. Cuando escribimos poesía damos el carácter
mágico a las palabras, como un continuar con la tradición. La poesía- dice Borges- , se
acerca más al hombre común, al hombre de la calle. Un poco parecido a lo que decía
Octavio Paz en “El arco y la lira”, al referirse que el lenguaje de un poeta, no es el de un
diccionario, sino el de la gente, la ciudad, la vida, etc...
La lectura de esta conferencia resulta deliciosa, puesto que Borges habla con un
lenguaje jovial, sencillo, a manera de dialogo. Comienza con pequeñas cosas, como
pintando un cuadro, y a medida que va avanzando le va agregando gamas, colores, para
dejar un paisaje completo. Porque cuando el habla de poesía, no la hace de forma teórica,
sino que por el contrario; habla de ella como un infante perplejo, ante el universo de las
palabras.
Y para concluir, resulta para mi grato entrar en sintonía, con la visión de la poesía
que nos ofrece Borges. Varias cosas de la que nos expone, son cosas que siempre han
estado allí, y que de algún modo no habíamos visto. Si realmente hay un “quehacer
poético”, yo creo que Borges nos diría que nos olvidemos del quehacer, y solo dejemos lo
poético. Porque un poeta no es el que escribe poemas, sino el que habita, vive el mundo, de
forma poética. Y eso como lo decía Jorge Larrosa, un “pensar más despacio, escuchar más
despacio, pararse a sentir, sentir más despacio.” Admirar al mundo, volverse vidente, etc.
La filosofía
Filosofía es como afirmaba Aristóteles ciencia primera, es decir aquella que estudia
al ente y las esencias, en un sentido más paidetico la filosofía más que una formación
teórica, es la forma de relacionarse con el saber en una vida meditativa o contemplativa,
noción a la que considero es más cercano Borges, ya que este rechaza los sistemas y ve en
la literatura una forma de acercarnos a un estado reflexivo, nos dice: “No soy filosofo ni
metafísico; lo que he hecho es explotar o explorar –en una palabra más noble- las
posibilidades literarias de la filosofía.
Conclusión
El Yo plural que azota a muchos escritores tiene en Borges una función; una
función que no cae en el derrotismo y la angustia, sino que tiene una responsabilidad de ser
en la escritura. He vislumbrado que al preverse diverso se puede incurrir al ensueño y al
confinamiento, que da por efecto un total olvido de sí, como si el mundo fuese un lugar de
desconexión en vez de relación, como si estuviéramos despatriotizados de nosotros
mismos. En oposición en Borges se presenta como una forma de diversificar su mundo
literario, que a la larga es una de las principales características de su obra.
Bibliografía