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Año litúrgico
patrístico
(5) Tiempo Ordinario X-XVIII
CICLO A
Cristo vino a llamar a los pecadores. Él
es infinitamente misericordioso y no quie-
Tiempo Ordinario re la muerte del pecador sino que se con-
vierta y se salve. La Misa de hoy nos lo
muestra con el texto evangélico y el del
profeta Oseas. Para esto necesitamos fe,
como enseña San Pablo en la segunda lec-
tura, la fe en la muerte y resurrección del
10ª Semana Señor. La liturgia de este Domingo nos
enseña a que suba hasta Dios el homenaje
de su amor y su confianza. Dios es la
fuente de todo bien, como se dice en la
colecta, y nos ha dado a conocer su ser
Domingo íntimo: «Dios es amor».
Entrada: «El Señor es mi luz y mi sal- –Oseas 6,3-6: Quiero misericordia y no
vación: ¿a quién temeré? El Señor es la sacrificio. San Agustín explica la impor-
defensa de mi vida: ¿quién me hará tem- tancia del perdón:
blar? Ellos,mis enemigos y adversarios, «Centraos, hermanos míos, en el amor que la
tropiezan y caen» (Sal 26,1-2). Escritura alaba de tal manera que admite que nada
Colecta (del Misal anterior, retocada con puede comparársele. Cuando Dios nos exhorta a
textos del Gelasiano): «¡Oh Dios!, fuente que nos amemos mutuamente, ¿acaso te exhorta a
que ames solamente a quienes te amen a ti? Este es
de todo bien, escucha sin cesar nuestras un amor de compensación, que Dios no considera
súplicas, y concédenos, inspirados por ti, suficiente. Él quiso que se llegara a amar a los
pensar lo que es recto y cumplirlo con su enemigos (Mt 5,44-45). Quien te enseñó a orar
ayuda». es quien ruega por ti, puesto que eras culpable.
Salta de gozo, porque entonces será tu juez quien
Ofrendas (del Misal anterior, retocada ahora es tu abogado. Dado que tendrás que orar y
con textos del Veronense): «Mira compla- defender tu causa con pocas palabras, has de lle-
cido, Señor, nuestro humilde servicio, para gar a aquellas: Perdónanos nuestras deudas, como
que esta ofrenda te sea agradable y nos nosotros perdonamos a nuestros deudores» (Mt
haga crecer en el amor». 6,12) (Sermón 386,1).
Comunión: «Señor, mi Roca, mi Alcá- –Con el Salmo 49 decimos: «Al que si-
zar, mi Libertador, mi Fuerza salvadora, gue buen camino le haré ver la salvación
mi Baluarte» (Sal 17,3); o bien: «Dios es de Dios». Este Salmo es algo más que
amor, y quien permanece en el amor per- una simple, pero durísima requisitoria con-
manece en Dios y Dios en él» (1 Jn 4,16). tra la hipocresía de ciertas prácticas reli-
giosas que carecen de sentido, porque no
Postcomunión (del Misal anterior, re- tienen el aliento vital del espíritu. El sacri-
tocada con textos del Gelasiano): «Padre ficio que Dios quiere es el de la alabanza,
de misericordia, que la fuerza curativa de o lo que es lo mismo, que el hombre inte-
tu Espíritu en este sacramento sane nues- gre en sus sacrificios y ofrendas su mis-
tras maldades y nos conduzca por el ca- ma persona, todo lo que él es.
mino del bien».
4 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
CICLO A
Todos constituimos un pueblo, que es
el depositario de la gracia y de la obra de
Cristo. Y, por lo mismo, depositario de la
salvación que los demás hombres necesi-
tan.
–Éxodo 19,2-6: Seréis para Mí un rei-
no de sacerdotes y una nación santa. Los
11ª Semana Apóstoles son enviados, como lo había
sido Moisés, para anunciar a los hombres
sin esperanza, que Dios quiere hacer de
Domingo ellos, su pueblo, Israel, pueblo sacerdo-
tal, figura del nuevo pueblo de Dios. ¡Pue-
Entrada: «Escúchame, Señor, que te lla- blo de reyes, asamblea santa, pueblo sa-
mo. Tú eres mi auxilio. No me deseches, cerdotal! ¡Pueblo de Dios: bendice a tu
no me abandones, Dios de mi salvación». Señor!
Colecta (del Misal anterior, y antes de Son apelativos legítimos del pueblo de
los Sacramentarios Gelasiano y Grego- Dios en el Antiguo Testamento y que pa-
riano): «¡Oh Dios!, fuerza de los que en ti san a la Iglesia, verdadero Pueblo de Dios
esperan, escucha nuestras súplicas; y en el Nuevo Testamento.
pues el hombre es frágil y sin ti nada pue-
de, concédenos la ayuda de tu gracia para Los santos Padres han tratado muchas
guardar tus mandamientos y agradarte veces del sacerdocio común de los fieles.
con nuestras acciones y deseos». En esta ocasión trasladamos aquí un tex-
to de San Pedro Crisólogo:
Ofrendas (del Misal anterior, retocada
«Hombre, procura ser tú mismo el sacrificio y
con textos del Veronense): «Tú nos has el sacerdote de Dios. No desprecies lo que el po-
dado, Señor, por medio de estos dones der de Dios te ha dado y concedido. Revístete con
que te presentamos, el alimento del cuer- la túnica de la santidad; que la castidad sea tu
po y el sacramento que renueva nuestro ceñidor, que Cristo sea el casco de tu cabeza, que
espíritu; concédenos con bondad que la cruz defienda tu frente, que en tu pecho more el
siempre gocemos del auxilio de estos do- conocimiento de los misterios de Dios, que tu
oración arda continuamente, como perfume de
nes». incienso; toma en tus manos la espada del Espíri-
Comunión: «Una cosa pido al Señor, eso tu; haz de tu corazón un altar y, así afianzado en
buscaré: habitar en la casa del Señor por Dios, presenta tu cuerpo al Señor como sacrificio.
los días de mi vida» (Sal 26,4) ; o bien: Dios te pide fe, no desea tu muerte; tiene sed de tu
entrega, no de tu sangre; se aplaca, no con tu muer-
«Padre santo: guárdalos en tu nombre a te, sino con tu buena voluntad» (Sermón108).
los que me has dado, para que sean uno
como nosotros, dice el Señor» (Jn 17,11). –Por eso cantamos en el Salmo 99: «no-
sotros somos tu pueblo y ovejas de tu re-
Postcomunión (del Misal anterior): baño». Este Salmo nos lleva como de la
«Que esta comunión en tus misterios, mano al sacrificio puro y santo de la Nueva
Señor, expresión de nuestra unión conti- Alianza en la sangre de Cristo. Este es el
go, realice la unidad de tu Iglesia». verdadero sacrificio de expiación y de
11ª Semana del Tiempo Ordinario 17
acción de gracias, la Eucaristía. En él po- Sus propósitos misioneros no han de ser
demos pagar con creces nuestras ofen- oscurecidos y frustrados por la ambición
sas al Padre, puesto que en él se ofrece el del dinero, ya que el poder de obrar mila-
Cuerpo y la Sangre de Cristo derramada gros nada les ha costado a los Apóstoles.
por nuestros pecados. Pero, además, el Comenta San Juan Crisóstomo:
sacrificio admirable y todo santo de la «Mirad la grandeza del ministerio, mirad la dig-
Cruz se reactualiza sacramentalmente en nidad de los apóstoles. No se les manda que ha-
la Eucaristía, o Santa Misa. Y es el que blen de cosas sensibles, ni como hablaron antaño
funda y constituye la Iglesia, como Cuer- Moisés y los profetas. Su predicación había de
po místico de Cristo y Pueblo de Dios ser nueva y sorprendente. Moisés y los profetas
predicaban de la tierra y de los bienes de la tierra;
congregado. Nunca mejor dicho que en los apóstoles, del reino de los cielos y de cuanto a
la Cruz, en la Eucaristía, «Él nos hizo y él atañe. Mas no sólo por este respecto son los
somos ovejas de su rebaño», un pueblo apóstoles superiores a Moisés y a los profetas,
santo, regio y sacerdotal. sino también por su obediencia. Ellos no se
arredran de su misión ni vacilan como los anti-
–Romanos 5,6-11: Si fuimos reconci- guos... Ninguna gracia hacéis a los que os reci-
liados con Dios por la muerte de su Hijo, ben, pues no habéis recibido vuestros poderes
con cuanta más razón seremos salvados como una paga ni como fruto de vuestro trabajo.
por su vida. San Efrén dice: Todo es gracia mía. De este modo, pues, dad tam-
bién vosotros a aquéllos. Porque, por otra parte,
«Nuestro Señor fue dominado por la muerte, tampoco es posible hallar precio digno de lo que
pero Él venció a la muerte, pasando por ella como vuestros dones merecen» (Homilía 32,4,sobre San
si fuera su camino. Se sometió a la muerte y la Mateo).
soportó deliberadamente para acabar con la obsti-
nada muerte. En efecto, nuestro Señor salió car- CICLO B
gado con la cruz, como deseaba la muerte; pero
desde la cruz gritó, llamando a los muertos a la En la historia de la salvación los acon-
resurrección, en contra de lo que la muerte desea-
ba. tecimientos salvíficos evidencian la Vo-
luntad de Dios por encima de los proyec-
«La muerte le mató gracias al cuerpo; pero Él,
con las mismas armas, triunfó sobre la muerte. La
tos y esperanzas humanos. Aquélla ter-
divinidad se ocultó bajo los velos de la humani- mina siempre superando los planes y la
dad; sólo así, acabó con la muerte. La muerte des- capacidad limitada de los hombres.
truyó la vida natural, pero luego fue destruida, a –Ezequiel 17,22-24: Ensalcé un árbol
su vez, por la vida sobrenatural.
humilde. El desastre del pueblo de Dios,
«La muerte, en efecto, no hubiera podido devo- en los días de Nabucodonosor y de la cau-
rarle a Él si Él no hubiera tenido un cuerpo, ni el tividad babilónica, fue resultado de una
abismo hubiera podido tragarle si Él no hubiera
estado revestido de un cuerpo, pero cuando hubo política, que confió más en los poderes
asumido el cuerpo, penetró en el reino de la muer- humanos que en la fidelidad a Dios. Tras
te, destruyó sus riquezas y desbarató sus teso- la humillación saludable, la iniciativa di-
ros» (Sermón 3 sobre Nuestro Señor). vina salvaría a su pueblo.
–Mateo 9,36-10,8: Llamó a sus doce La misión de los profetas, como centi-
discípulos y los envió. En el plan divino, nelas de los intereses espirituales de su
Israel debía ser el que primero recibiera pueblo, es situar en su debida proporción
los beneficios de la ofrenda mesiánica (cf. el alcance de los castigos de Dios a su
Rom 1,16). La misión está confinada al pueblo. En medio de todas las encrucija-
territorio galileo. La autenticidad de su das críticas de la historia de Israel se cier-
mensaje está garantizada con milagros. ne siempre la esperanza mesiánica, como
18 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
norte de vida nacional. Esta lectura hace Pues “somos hijos de Dios y aún no se ha mani-
relación con el Evangelio de hoy, sin el festado lo que seremos; sabemos que, cuando se
cual no se la entiende. Una vez más se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo
veremos tal cual es” (1 Jn 3,2). Lo mismo prome-
trata en la liturgia de la humildad y de su tió en el Evangelio: “Quien me ama, dijo, guarda
eficacia en orden a la Iglesia. San León mis mandamientos. Y quien me ama será amado
Magno elogia la humildad: por mi Padre, y yo lo amaré y me mostraré a él”
«Reconozca la fe católica su nobleza en la hu- (Jn 14,21). Ciertamente le estaban viendo aque-
mildad del Señor y encuentre su alegría la Iglesia, llos con quienes hablaba, pero en la forma de sier-
Cuerpo de Cristo, en los misterios de su salva- vo, en la que es menos que el Padre. La primera la
ción... Mas para curar las enfermedades, para dar mostraba a quienes temían; la segunda la reserva-
vista a los ciegos, para resucitar a los muertos, ba para quienes esperaban en Él; en aquélla se
¿qué hay más conveniente que curar las heridas manifestaba a los que iban de viaje, a ésta llamaba
del orgullo con los remedios de la humildad? (Ser- a los que iban a habitar con Él; aquélla la mostraba
món 25,5). a los caminantes, ésta la prometía a los que llega-
sen a la meta» (Sermón 260,A,1).
–Con el Salmo 91 proclamamos que
«Es bueno dar gracias al Señor». Los ca- –Marcos 4,26-34: Era la semilla más
minos de la providencia de Dios son, a pequeña, pero se hace más alta que las
veces, difíciles de comprender; pero el demás hortalizas. El estado glorioso del
hombre de fe sencilla y humilde como la Reino futuro sucederá al estado actual de
de un niño, podrá reconocer fácilmente humildad. Comenta San Jerónimo:
que Dios va escribiendo en ellos la histo- «Pienso que las ramas del árbol del Evangelio,
ria de un Amor infinito y de una fideli- que crece del grano de mostaza, son los dogmas
diversos, en los que descansa cada una de las aves
dad sin límites: «El justo crecerá como la dichas. Tomemos nosotros también alas de palo-
palmera. Se alzará como cedro del Líba- ma para que, volando a las más altas, podamos
no; plantado en la casa del Señor, crecerá habitar en las ramas de este árbol y hacernos ni-
en los atrios de nuestros Dios. En la vejez dos de las enseñanzas, huyendo de las cosas de la
seguirá dando fruto y estará lozano y fron- tierra y corriendo hacia las del cielo» (Comenta-
doso; para proclamar que el Señor es jus- rio al Evangelio de San Mateo).
to, que en mi Roca no existe la maldad» . El Reino tiene en apariencia un comien-
–2 Corintios 5,6-10: En destierro o en zo humilde. Pero Cristo predice un nota-
patria nos esforzamos en agradar a Dios. ble desarrollo del que la historia da testi-
La salvación definitiva del hombre no se monio. No la inmediatez ni la espectacu-
debe a los valores humanos, ni es fruto laridad. Sin embargo, no hay nadie que
de éxitos espectaculares terrenos. Es obra lo pare. Pasan los perseguidores, los de-
de Dios que nos la garantiza en Cristo y tractores, los cismáticos, los malos hijos,
que habrá de juzgarnos por nuestra fide- los calumniadores. La Iglesia sigue cre-
lidad a Él. San Agustín dice que Cristo es ciendo por doquier y profundizando en
el camino para nuestra peregrinación: santidad. Es admirable la cantidad de pro-
cesos de beatificación y canonización que
«Mientras dura la peregrinación en este cuerpo
mortal, camináis en la fe. Cristo Jesús, en su con-
hay en la Congregación para las Causas
dición de hombre que se dignó tomar por noso- de los Santos y sigue aumentando sin ce-
tros, se ha convertido en camino seguro para vo- sar.
sotros; Cristo Jesús a quien tendéis, reservó, en
efecto, gran dulzura para quienes le temen; quie- CICLO C
nes esperan en Él tendrán acceso en plenitud a
ella cuando hayamos recibido también en la reali- En este Domingo se nos recuerda la ne-
dad lo que ahora hemos recibido en esperanza. cesidad que tenemos de conversión per-
11ª Semana del Tiempo Ordinario 19
manente: penitencia por el pecado y nue- gozo, que sólo se encuentra en la fideli-
va vida, propias de hijos de Dios, regene- dad a Dios.
rados por el sacrificio redentor del Señor –Gálatas 2,16.19-21: No soy yo; es
Jesús. Cristo quien vive en mí. San Agustín co-
También nosotros somos pecadores menta:
ante Dios. Es menester reconocer humil- «Aprende a orar como enemigo de ti mismo;
demente nuestros pecados, pero también mueran las enemistades. Tu enemigo es un hom-
responder al designio de Dios, que quiere bre. Hay dos nombres: hombre y enemigo. Viva
que rehagamos nuestras nuestras vidas por el hombre y muera el enemigo. ¿No te acuerdas
una penitencia eficaz y constante y nos cómo Cristo, el Señor, con la sola voz desde el
cielo, hirió, tiró por tierra y dio muerte a un enemi-
reintegremos al Amor que brota de su go, Saulo, acérrimo perseguidor de sus miem-
Corazón divino. bros? No hay duda de que le dio muerte, pues
–2 Samuel 12,7-10.13: El Señor per- murió en su perseguidor y se levantó convertido
dona tu pecado. No morirás. Pecó David en predicador. Murió; si no me crees a mí, pre-
gúntaselo a él. Escúchale y lee, oye su voz en la
y, corregido por el profeta, confesó su pe- Carta a los Gálatas: “vivo, pero ya no soy yo
cado y se arrepintió: «Ten piedad de mí, quien vive” (2,20). Vivo, dice, pero ya no soy yo.
Señor, según tu gran misericordia». En Luego él murió. ¿Y cómo hablaba? Vive en mí
un comentario atribuido a San Agustín se Cristo. En la medida de tus fuerzas, ruega, pues,
dice: que muera tu enemigo, pero considera en qué for-
ma. Si muriese sin que su alma abandone el cuer-
«(Dios) vió el corazón de David, cuando, recri- po, tan sólo perdiste a un enemigo y a la vez con-
minado y gravemente por el profeta, después de seguiste un amigo. Por tanto, que vuestra oración
las terribles amenazas de Dios, exclamó, dicien- no sea para pedir la muerte corporal de vuestros
do: Pequé, y al instante escuchó: El Señor ha bo- enemigos» (Sermón 105,A).
rrado tu pecado... Tal es el valor de estas dos
sílabas: Pequé consta de dos sílabas, pero me- La ley divina denuncia nuestros peca-
diante ellas subió al cielo la llama del sacrificio del dos; pero no tiene capacidad para rege-
corazón. Así, pues, quien haga penitencia en ver- nerarnos. Esto sólo ha sido posible por el
dad y se vea libre de la atadura que le tenía sujeto sacrificio redentor de Cristo, que nos da
y separado del Cuerpo de Cristo, si después de
haber hecho penitencia vive santamente, como la posibilidad de una vida nueva.
ya debía haber vivido antes, muera cuando muera –Lucas 7,36-8,3 : Sus muchos pecados
después de la reconciliación, se encamina hacia están perdonados porque tiene mucho
Dios, se encamina al descanso, no se verá priva- amor . Dejemos a un lado la identidad de
do del Reino de Dios, y será separado de la com-
pañía del diablo» (Sermón 393). la persona; son muchas las opiniones que
han dado los Santos Padres. Jesús decla-
–Con el Salmo 31 clamamos: «Perdo- ra que sus pecados han sido perdonados
na, Señor, mi culpa y mi pecado». Este y el amor que ella siente en agradecimien-
salmo nos ofrece la alegría de la peniten- to es manifestado a Jesús. De todos mo-
cia. El cristiano al meditarlo ha de tener dos es evidente que ella trata a Jesús como
muy presente que si, mediante la peniten- Dios, pues sólo Dios puede perdonar los
cia sincera, ha recuperado la paz y la ale- pecados. San Ambrosio nos exhorta:
gría, eso se debe al sacrificio de Cristo en
«Tú también, si quieres la gracia aumenta el
la cruz. Todo este salmo es una exhorta- amor; derrama sobre el cuerpo de Jesús la fe en la
ción a frecuentar el sacramento de la pe- resurrección, el olor de la Iglesia, el perfume del
nitencia con gran arrepentimiento y con amor para la comunidad; y mediante tal progreso
verdadero dolor de corazón, que condu- tú darás al pobre. Este dinero te será más útil si,
ce al hombre a la fuente del verdadero en lugar de dar de tu abundancia, prodigas en
20 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
nombre de Cristo lo que te hubiera servido, si lo del Hijo de Dios, Cristo, nuestro Salvador. Este
das a los pobres como una ofrenda a Cristo» (Tra- Rey mesiánico vino a ganar la batalla de la salva-
tado sobre el Evangelio de San Lucas lib.VI,29). ción del mundo; pero expulsó al enemigo no con
armas o fuerzas corporales, sino con el amor, la
humildad, la paciencia y con el mérito de su vida
Lunes santísima y con su sangre preciosa derramada por
amor» (Sermón 3,2)
Años impares
–2 Corintios 6,1-10: Damos prueba de Años pares
que somos servidores de Dios. Exhorta San –1 Reyes 21,1-14: Nabot muerto ape-
Pablo a los fieles para que den acogida a dreado. La perfidia de los hombres hace
la gracia de Dios en el tiempo favorable, estragos en la humanidad y consuma to-
vaticinado por los profetas. Luego mani- das las maldades.
fiesta que él siempre ha procedido como «Vio Dios cuanto había hecho y era muy
ministro de Dios en medio de numerosas bueno» (Gén 1,31). La oposición entre el
dificultades de su vida apostólica. San bien y el mal plantea al creyente de nues-
Agustín también explica este pasaje de San tros días un serio problema, para el que
Pablo: la Biblia misma nos ofrece elementos de
«¿Qué significa que unos lleven las cargas de solución: ¿De dónde viene el mal en este
los otros? Lleve el carnal la carga de otro hombre mundo creado bueno?, ¿Cuándo y cómo
carnal y el espiritual las de otro espiritual. Llevad se le vencerá? La bondad de las criaturas
mutuamente unos los pecados de los otros, es
decir, no os desentendáis recíprocamente de vues- se mide en relación con el Dios Creador,
tros pecados. Argüid a aquellos con quienes te- único que da a las cosas su bondad.
néis confianza; amonestad a los demás, si tenéis Pero la bondad del hombre constituye
confianza para argüirlos; y, si es necesario, para un caso particular. Depende en parte de
que nadie peque, orad, rogad. ¿O acaso os he
humillado al decir rogad? Escuchad al Apóstol: “al él mismo. Dios le concedió un gran don:
mandároslo, dijo, rogamos también para que no la potestad de elegir. Si rechaza el mal y
recibáis en vano la gracia de Dios” (2 Cor 6,1)» hace el bien, observando la ley de Dios y
(Sermón 163,B,4). conformándose con su voluntad, será bue-
En otro lugar dice: «No tener nada superfluo, no y agradará a Dios; de lo contrario, será
nada que sea una carga, nada que ate, nada que sea malo y lo desagradará. Su elección deter-
un impedimento. En efecto, también ahora se cum- minará su calificación moral y, consi-
ple más auténticamente en los siervos de Dios guientemente, su destino. El primer hom-
aquello: “como quien nada tiene y todo lo posee”
(2 Cor 6, 10). No tengan nada a lo que puedan
bre y la primera mujer escogieron el mal.
llamar tuyo y todo será tuyo; si te adhieres a una Buscaron su bien en las criaturas, pero
parte, pierdes la totalidad, pues lo suficiente es lo fuera de la voluntad de Dios. Fueron cas-
mismo, venga de la riqueza o de la pobreza» (Ser- tigados. Esto se plantea en todo hombre,
món 350,A,4). más aún con las consecuencias del peca-
–Con el Salmo 97 decimos: «El Señor do original. Pero vino Cristo y nos dio su
da a conocer su victoria... revela a las na- gracia para vencer el mal. Escogiendo el
ciones su justicia; se acordó de su mise- cristiano vivir con Cristo, se desolidariza
ricordia y su fidelidad». Dice San Rober- de la opción de Adán.
to Belarmino: –El cristiano ora a Dios para que atien-
« Las maravillas de la bondad y fidelidad divi- da sus gemidos ante el mal que le acosa,
nas llegaron a una realización impensable para la como pedimos en el Salmo 5. El cristia-
mente humana, con la encarnación y nacimiento no ha de salir cada mañana para librar la
11ª Semana del Tiempo Ordinario 21
lucha diaria en un mundo «instalado en el Señor, a todo el que te pida” (Mt 5,42). Si a
mal» (Jn 5,19). Nada mejor que acudir a todos, cuánto más al necesitado y al mísero, cuya
Dios, a la intimidad de su presencia, para flaqueza y palidez están mendigando, cuya len-
gua calla, a la vez que piden limosna su suciedad
emprender con alegría la nueva jornada: y gemidos. Escúchame, oh rico, y sea de tu agra-
«Señor, escucha mis palabras, atiende a do mi consejo. Redime tus pecados con la limos-
mis gemidos, haz caso de mis gritos de na... Da de aquello que te hace ser admirado,
socorro, Rey mío y Dios mío. Tú no eres llénate de cosas más admirables para llegar al rei-
un Dios que ame la maldad, ni el malvado no de los cielos» (Sermón 350,B).
es tu huésped, ni el arrogante se mantiene
en tu presencia. Detestas a los malhecho- Martes
res, destruyes a los mentirosos...»
Todo pecado es una falta de fe, porque Años impares
ciega al hombre para que no vea la pro- –2 Corintios 8,1-9: Cristo se hizo pobre
funda realidad de las cosas, que son tal y por vosotros. San Pablo recomienda la ge-
como Dios las ve. Es una falta de amor, nerosidad de los fieles para con los nece-
porque el hombre no se acepta en esa sitados. De este modo imitarán a Cristo.
esencial correlación amorosa con Dios San Agustín pone ese texto al comentar
Creador y con los demás hombres. Es un que los invitados a la cena no quisieron
orgullo que trata de romper los diques que venir, y dice:
limitan su libertad. Es una autodestruc– «No vinieron los ricos sanos, quienes creían
ción. que andaban bien y que tenían la vista despierta,
–Mateo 5,38-42: Yo os digo: no hagáis es decir, los que presumían mucho de sí y, por lo
mismo, casos más desesperados cuanto más so-
frente al que os agravia. No hay que de- berbios. Vengan, pues, los mendigos, ya que invi-
volver mal por mal, sino bendecir. Exis- ta el que “siendo rico se hizo pobre por nosotros
tía la ley del talión: ojo por ojo y diente para que los mendigos nos enriqueciéramos con
por diente. Cristo que habla de nuevo al su pobreza” (2 Cor 8,9). Vengan los débiles, por-
alma de cada cristiano, subordina la jus- que no necesitan del médico los sanos, sino los
ticia estricta a la caridad generosa. Su enfermos. Vengan los cojos... Vengan los cie-
gos...» (Sermón 162,8).
punto de vista es aclarado con cuatro pe-
queños ejemplos. Mas hay que conceder Venimos nosotros y somos servidos.
un margen al vigor del lenguaje. Comen- –Por eso alabamos al Señor con el Sal-
ta san Agustín: mo 145: «alaba, alma mía, al Señor. Lo
«Da algo a quien no tiene, puesto que también alabaré mientras viva»... Con ese Salmo
tú creces de algo. ¿Acaso tienes la vida eterna? se ponen de manifiesto la grandeza y el
Da, pues, de lo que tienes para adquirir lo que no poder real de Dios de tal manera, que, atraí-
tienes. Llama el mendigo a tu puerta: llama tam- dos por la misericordia, el poder y la bon-
bién tú a la puerta de tu Señor. Dios hace contigo,
su mendigo, lo que haces tú con el tuyo. Da, por dad de Dios, se despeguen de los atracti-
tanto, y se te dará; pero si no quieres dar. ¡Allá vos ilusorios y engañosos de este mundo
tú!... Veamos quien de nosotros sufre mayor daño: y pongan su esperanza sólo en Dios. Este
yo que me veo defraudado en un bocado, o tú, mensaje del Salmo es de perpetua utili-
que te verás privado de la vida eterna; yo que soy dad. Cristo es nuestro Modelo. Él llevó
castigado en el estómago, o tú, que lo eres en la una vida entera pendiente de su Padre hasta
mente; por último, yo que ardo de hambre, o tú,
que has de ser entregado al fuego y llamas vora-
el punto de decir que su comida era hacer
ces. Ignoro si la soberbia del rico podrá dar res- la voluntad del Padre (Jn 8,29). San
puesta a estas palabras del pobre. “Da, dice el Agustín comenta:
22 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
«Contra tus venenosas insinuaciones canta el No basta, en efecto, mejorar las costumbres y
mártir: “alabaré al Señor mientras viva” (Sal apartarse de las malas acciones, si no se satisface
145,2). Entonces, una vez que haya muerto, ¿ya a Dios por todo cuanto se ha hecho mediante el
no lo alabarás? Al contrario, lo harás con mayor dolor de la penitencia, el gemido de la humildad,
intensidad que mientras dura la vida. No se puede el sacrificio de un corazón contrito y la colabora-
hablar de duración lo que no tiene fin» (Sermón ción de las limosnas» (Sermón 351,12).
335,B,2).
–Mateo 5,43-48: Amad a vuestros ene-
Años pares migos. La doctrina de la nueva justicia al-
–1 Reyes 21,17-29: Has hecho pecar a canza su culmen en el amor a los enemi-
Israel. El profeta Elías manifiesta al rey gos. Hasta ese punto de perfección de-
la gravedad de su crimen con la muerte ben tender los discípulos de Cristo, si quie-
de Nabot y le anuncia el castigo. El rey ren imitar al Padre que está en los cielos.
hace penitencia y obtiene que se retrase San Juan Crisóstomo nos exhorta:
la ejecución de la sentencia. «¡He aquí cómo pone el Señor el coronamiento
de todos los bienes! Porque, si nos enseña no
Lógicamente la Iglesia indica como Sal- sólo a sufrir pacientemente una bofetada, sino a
mo responsorial algunos versos del Sal- volver la otra mejilla; no sólo a soltar el manto,
mo 50 con el estribillo: «Misericordia, sino añadir la túnica; no sólo a andar la milla a que
Señor, hemos pecado» . El pecado es un nos fuerzan, sino otra más de nuestra cuenta, todo
mal intolerable. Es la muerte. Todo el Sal- ello es porque quiere que recibas como la cosa
mo está construido sobre la oposición: más fácil algo muy superior a todo eso.
muerte–resurrección; pecado–perdón. El –«¿Y qué hay, me dices, superior a eso? –Que
pecado es un mal esencial, porque se mide a quien todos esos desafueros cometa con noso-
su gravedad en relación con el Bien esen- tros, no le tengamos ni por enemigo. Y todavía
algo más que eso. Porque no dijo: no le aborrece-
cial que es Dios. El pecado no se mira rás, sino: le amarás. Ni dijo: no le hagas daño,
como la infracción de una regla, o de un sino: hazle bien.
código de conducta, sino como la infide- «Mas, si atentamente examinamos las palabras
lidad a un Amor: el Amor eterno e infini- del Señor aún descubriremos algo más subido
to de Dios, Es un mal trascendente. que todo lo dicho. Porque no nos mandó simple-
–El Salmo 50 contiene el resumen de mente amar a quienes nos aborrecen, sino tam-
todas nuestras oraciones: adoración, amor, bién rogar por ellos. ¡Mirad por cuántos escalo-
nes ha ido subiendo y cómo ha terminado por
ofrenda, acción de gracias, arrepentimien- colocarnos en la cúspide de la virtud!
to, súplica... Comenta San Agustín:
«Contémoslo de abajo arriba. El primer escalón
«Fíjate en el rey David. También él había reci- es que no hagamos por nuestra parte mal a nadie.
bido ya los sacramentos de su tiempo... Ya esta- El segundo, que si a nosotros se nos hace, no
ba también ungido con la unción venerable en la volvamos mal por mal. El tercero, no hacer a quien
que estaba figurado el sacerdocio real de la Igle- nos haya perjudicado lo mismo que a nosotros se
sia. De forma repentina se hizo reo... No en vano, nos hizo. El cuarto, ofrecerse uno mismo para
pues, arrepentido, clamó al Señor desde tan terri- sufrir. El quinto dar más de lo que el ofensor pide
ble y abrupto abismo del crimen, diciendo: Apar- de nosotros. El sexto, no aborrecer a quien todo
ta tu rostro de mis pecados... ¿En mérito de qué, eso hace. El séptimo, amarle. El octavo, hacerle
sino a lo que dice a continuación: Reconozco mi beneficios. El noveno, rogar a Dios por él. ¡He
maldad y mi pecado está siempre en tu presen- aquí una cima filosófica!. De ahí también el es-
cia. ¿Qué le ofreció al Señor para tenérselo propi- pléndido premio que se le promete... Se nos pro-
cio? Si hubieras querido un sacrificio... (Sal mete ser semejantes a Dios, cuanto cabe que lo
50,11,5.18-19). Así, pues, no sólo le ofreció de- sean los hombres» (Homilía 18,3-4 sobre San
votamente este sacrificio, sino que también mos- Mateo).
tró con esas palabras lo que convenía ofrecerle.
11ª Semana del Tiempo Ordinario 23
Años pares
Miércoles –2 Reyes 1,6-14: Lo separó un carro de
fuego y Elías subió al cielo . El hombre
Años impares de Dios desaparece misteriosamente de la
–2 Corintios 9,6-11: Al que da de bue- vista de los que lo rodean, arrebatado por
na gana lo ama Dios. Se trata de la co- el «torbellino», «el carro de Israel y su
lecta por los pobres de Jerusalén. Quien auriga», dejando a Eliseo su espíritu pro-
da limosna con generosidad, atrae para sí fético para que continúe la obra de Dios.
las bendiciones de Dios. Comenta San Al rapto misterioso corresponde un re-
Agustín: torno escatológico (Mal 3,23 ss. Eclo
«Esto te dice el Señor: Dame y recibe. En el 48,10).
momento debido te devolveré. ¿Qué devolveré? El Evangelio nos aclara que ese retorno
Me diste poco, recibirás mucho; me diste bienes escatológico se realiza en Juan Bautista
terrenos, te devolveré celestiales; me diste tempo-
rales, los recibirás eternos; me diste de lo mío,
Son muchos los pasajes evangélicos que
recíbeme a Mí mismo... Mira a quien prestas. Él lo relacionan con la persona y actuacio-
alimenta y pasa hambre por tí; da y está necesita- nes diversas del profeta Elías (Mt 17,10-
do. Cuando da, quieres recibir; cuando está nece- 13), pero de forma misteriosa (Jn
sitado, no quieres dar. Cristo está necesitado cuan- 1,21.25)... San Juan Bautista realiza la fi-
do lo está un pobre. Quien está dispuesto a dar a gura de Elías sobre todo en lo que se re-
todos los suyos la vida eterna, se ha dignado reci- fiere a la penitencia (Mt 3,4; 2Re 1,8).
bir de manera temporal en cualquier pobre» (Ser-
món 38,8). San Clemente Romano dice, a propósito
de los dones concedidos por Dios a sus
Y en otro lugar dice: elegidos:
«...Así, pues, cuando haces una obra de miseri- «¡Qué bienhadados y maravillosos, carísimos,
cordia, si das pan, compadécete de quien está ham- son los dones de Dios! Vida en inmortalidad, es-
briento; si le das de beber, compadécete del que plendor en justicia, verdad en libertad, fe en con-
está sediento... Si amamos a Dios y al prójimo, no fianza, continencia en santificación, y no sólo lo
hacemos nada de esto sin dolor de corazón... Es- que ahora alcanza nuestra inteligencia. Pues, ¿qué
tas son nuestra buenas obras que confirman nues- será lo que está aparejado a los que esperan? Sólo
tro ser cristiano... Esto os digo que “quien siem- el Artífice y Padre de los siglos, el Todo–Santo,
bra escasamente, escasamente recogerá” (2 Cor sólo Él conoce su número y su belleza. Ahora,
9,6). Mas, cuando siembras, es decir, al hacer las pues, por nuestra parte, luchemos por hallarnos
obras de misericordia, siembras entre lágrimas, en el número de los que esperan, a fin de ser
puesto que te compadeces de aquél a quien se las también partícipes de los dones prometidos»
haces...» (Sermón 358 A,1-2). (Carta a los Corintios 35,1-4).
–Con el Salmo 111 proclamamos: «di- –Con el Salmo 30 proclamamos: «sed
choso quien teme al Señor». Pocos sal- fuertes y valientes de corazón los que es-
mos como éste ponen tan de relieve que peráis en el Señor». En este salmo en-
el justo es un aliado de Dios, que de todo contramos cuatro ideas maestras: entre-
corazón cumple con la justicia, como Dios ga sin límites, entrega activa, entrega a la
es justo: «Dichoso quien teme al Señor y justicia que salva, Dios no quiere la ado-
ama de corazón sus mandatos... Reparte ración de los ídolos.
limosna a los pobres, su caridad es cons-
tante, sin falta y alzará la frente con dig- El que es constante con los principios
nidad» de la fe trabajará en el mundo con toda
24 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
responsabilidad y dedicación, sin comple- van a buscar las úlceras, así también los envidio-
jos de ninguna clase. Pero no por eso se sos, no miran ni se fijan en el esplendor de la vida,
verá libre de conjuras humanas. Sin em- ni en la grandeza de las obras buenas, sino en
podrido o corrompido; y si notan alguna falta en
bargo el justo ha puesto su vida en manos alguno –como sucede en la mayor parte de la co-
de Dios, a ejemplo de Cristo. En esa en- sas humanas– la divulgan y quieren que los hom-
trega total encontrará plena libertad de es- bres sean conocidos por sus faltas: (Homilía so-
píritu para obrar el bien y una fuente de bre la envidia 3,2).
gozo y alegría que nadie le podrá arreba- Mas como esto no es posible evitarlo
tar. incluso sin hacer mal, como en el caso de
–Mateo 6,1-6.16-18: Tu padre, que ve san Pablo, hemos de estar dispuestos a
en lo escondido, te recompensará. Todo presentar la verdad de los hechos y luego
ha de ser hecho por amor de Dios: limos- estar tranquilos, como dice San Gregorio
na, ayuno, oración... San Juan Crisóstomo Magno:
explica: «¿Qué importa que los hombres nos deshonren
«Quiere ahora el Señor desterrar de nosotros la si nuestra conciencia sola nos defiende? Sin em-
más tiránica de las pasiones: aquella rabia y furor bargo, de la misma manera que no debemos exci-
por la vanagloria que suele precisamente atacar a tar intencionadamente las lenguas de los que inju-
los que obran bien. Nada dijo al principio sobre rian para que no perezcan, debemos sufrir con
este punto, pues fuera superfluo, antes de ins- ánimo tranquilo las movidas por su propia mali-
truirnos sobre nuestros deberes, darnos lecciones cia, para que crezca nuestro mérito» (Homilía so-
sobre cómo habíamos de cumplirlos. Una vez que bre los Evangelios, 3,4).
nos introdujo en la filosofía, entonces, sí, era –Con el Salmo 110 decimos: «Justicia
momento de limpiarla de esta peste que subrepti- y verdad son las obras de tus manos, Se-
ciamente se le infiltra. Porque esta enfermedad no
nace así como así, sino después que hemos ya ñor». La fidelidad de Dios permanece para
cumplido mucho de lo que se nos ha mandado. siempre y sus preceptos siguen siendo
Tenía, pues, que plantar primero la virtud y des- fuente de vida y manifestación de su bon-
truir luego aquella pasión que suele corromper su dad y de su justicia. En Cristo se mani-
fruto. Y advertid por dónde empieza el Señor: por festó de un modo insuperable la bondad,
el ayuno, la oración y la limosna, pues en estas la fidelidad, la justicia de Dios y su in-
buenas obras es donde señaladamente suele ani-
dar la vanagloria» (Homilía 19,1, sobre San
menso amor a los hombres: «Doy gra-
Mateo). cias al Señor de todo corazón, en compa-
ñía de los rectos, en la asamblea. Gran-
des son las obras del Señor, dignas de
Jueves estudio para los que las aman. Esplendor
y belleza son su obras, su generosidad dura
Años impares por siempre; ha hecho maravillas memo-
–2 Corintios 11,1-11: Os anuncié de bal- rables, el Señor es piadoso y clemente.
de el Evangelio de Dios. San Pablo se Justicia y verdad son las obras de sus
defiende de falsas acusaciones. Estas siem- manos, todos sus preceptos merecen con-
pre existirán por causa de la envidia. Mi- fianza; son estables para siempre jamás,
remos lo que dice San Basilio sobre ellas: se han de cumplir con verdad y rectitud».
Es lo que hizo San Pablo ante los Corintios.
«Así como los buitres, que pasan volando por
muchos prados y lugares amenos y olorosos sin Años pares
que hagan aprecio de su belleza, son arrastrado
por olor de las cosas hediondas; así como las –Eclesiástico 48,1-14: Elogios de Elías
moscas, que no haciendo caso de las partes sanas y de Eliseo. Es una página lírica dentro
11ª Semana del Tiempo Ordinario 25
del elogio de los antepasados. Se canta a demos olvidar lo que dice el Salmo: «De-
Elías como un fuego, cuyas palabras eran lante de Él avanza fuego, abrasando en
horno encendido. Desde la elección de torno a los enemigos» .
Abrahán el signo del fuego resplandece –Mateo 6,7-15: La oración del Padre-
en la historia de la salvación (Gén 15,17). nuestro. Comenta San Juan Crisóstomo,
En Israel el fuego tiene sólo valor de sig-
«Mirad cómo de pronto levanta el Señor a sus
no, que hay que superar para hallar a Dios. oyentes y desde el preámbulo mismo de la ora-
En efecto, cuando Yavé se manifiesta en ción nos trae a la memoria toda suerte de benefi-
«forma de fuego», ocurre esto siempre cios divinos. Porque quien da a Dios el nombre
en el transcurso de un diálogo personal. de Padre por ese sólo nombre confiesa ya que se
No es el único símbolo. El fuego divino le perdonan los pecados, que se le remite el casti-
desciende entre los hombres en la perso- go, que se le justifica, que se le santifica, que se le
na de los profetas, pero entonces se trata redime, que se le adopta como hijo, que se le hace
heredero, que se le admite a la hermandad con el
ordinariamente de vengar la santidad di- Hijo unigénito, que se le da el Espíritu Santo. No
vina, purificando o castigando, como en es, en efecto, posible darle a Dios el nombre de
Moisés, como en Elías que es llamado Padre y no alcanzar todos esos bienes. De doble
«una tea ardiente». San Cirilo de Alejan- manera, pues, levanta el Señor los pensamientos
dría dice: de sus oyentes: por la dignidad del que es invoca-
do y por la grandeza de los beneficios que de Él
«Este fuego es saludable y útil, por el cual no- habían recibido» (Homilía 19,4, sobre San
sotros, que estábamos fríos y muertos por el pe- Mateo).
cado y por la ignorancia del verdadero Dios, so-
mos despiertos para la vida religiosa, y nos hace-
mos fervorosos en el espíritu, según dice San Pa-
blo (Rom 12,11); y conseguimos además la parti- Viernes
cipación del Espíritu, a manera de fuego dentro de
nosotros. Fuimos bautizados en el fuego, en el Años impares
Espíritu Santo. Es habitual en la Sagrada Escritu- –2 Corintios 11,18.21-30: Tengo la pre-
ra llamar con el nombre de fuego a la enseñanza
divina y a la fuerza y actuación del Espíritu San- ocupación de todas las comunidades . San
to» (Comentario al Evangelio de San Lucas 2,4). Agustín habla de los trabajos de San Pa-
blo en el apostolado:
–El Salmo 96 habla precisamente del
fuego que abrasa a los enemigos, de re- «Una vez convertido de perseguidor en predi-
cador, ¿qué tuvo que soportar? “Peligros en el
lámpagos que deslumbran el orbe y la tie- mar, peligros en los ríos, peligros en la ciudad”...
rra se estremece. El reino de Yavé apare- (2 Cor 11,26-29). He aquí el perseguidor. Sufre,
ce como la venida de Dios, en toda su aguanta; padeces más que hiciste padecer; pero no
majestad, para juzgar al mundo, al final te sientas molesto, pues has cobrado los intereses.
de los tiempos. Pero este juicio, a prime- Pero, ¿qué esperaba cuando soportaba tales co-
ra vista estremecedor, se convierte en un sas? Cuando soportaba con valentía todos esos
juicio liberador del justo. Por eso, el cris- males, por duros y pésimos que fueran, pero siem-
pre temporales, ardía en amor por las cosas eter-
tiano, lejos de temer, anhela la venida glo- nas. Cualquier suplicio que tenga fin es llevadero
riosa del Señor que va a juzgar al mundo; cuando se promete un premio eterno.
porque ése es el acto culminante de la obra «Y con todo, cuando soportaba eso, ¿no lo so-
salvífica. Sin embargo, es un toque de aler- portaba en él y con él quien nunca desfallece?
ta para que el cristiano expulse valiente- Decididamente me atrevo a afirmarlo; no era Pa-
mente de su corazón tantos ídolos de afi- blo mismo quien lo soportaba. Lo soportaba él,
ciones y pasiones desordenadas, que es- porque en su fe así lo quería y, a la vez, no lo
clavizan y envilecen al hombre. No po- soportaba él, porque en él habitaba la fuerza de
26 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
Cristo. Cristo reinaba. Cristo otorgaba las fuer- to del Sinaí, de sus exigencias y de las
zas. Cristo no lo abandonaba. Cristo corría en la maldiciones que formaban parte de su te-
persona del corredor. Cristo lo conducía hasta la mor. San Agustín habla del temor de Dios:
palma» (Sermón 299 C,3).
«Ama la bondad de Dios, teme su severidad;
–Con el Salmo 33 proclamamos: «El una y otra no te permitirán ser orgullosa. Aman-
Señor libra a los justos de todas sus an- do, temerás ofender gravemente al amante y al
gustias». La fe y la justicia no son un se- amado. Pues, ¿qué ofensa puede haber más grave
guro que exime al justo de las espinas de que desagradar por soberbia a quien por causa
este valle de lágrimas, en la vida ordina- tuya desagradó a los soberbios?... El temor del
ria, en el apostolado, en todo momento. que habla San Pablo en Rom 8,15 creo que es el
que tenían en el Antiguo Testamento de perder los
Quiere decir que Dios lo mira con com- bienes temporales que Dios les había prometido,
placencia; que en Dios tiene un valedor no todavía como hijos dirigidos por la gracia, sino
omnipotente y lleno de amor y que, por como a siervos sometidos bajo la ley. Es también
tanto, todo terminará en bien. Así lo ex- el temor del fuego eterno; pues si se sirve a Dios
plica San Agustín: por evitarlo, no hay todavía perfecta caridad. Una
cosa es el deseo del premio, otra el temor del
«¡Cuántas cosas soporto y nadie me oye! Si castigo» (Sobre la santa virginidad 38).
me oyera, tal vez, dices, apartaría de mí la tribula-
ción; grito y soy atribulado. Permanece constan- –Con el Salmo 131 proclamamos: «el
temente en sus caminos y cuando seas atribulado Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir
te oirá... Como las madres, cuando refriegan a sus en ella». Dios no se deja vencer en gene-
hijos en el baño y estos lloran... ¿Crueles? Por el rosidad, a la ruptura de los pactos por la
contrario, son misericordiosísimas, sin embargo,
lloran los niños y no se les perdona. Así también
infidelidad de Israel sigue la reanudación
nuestro Dios está lleno de amor; pero parece que por parte de Dios que es infinito en amor
no nos oye, con el fin de sanarnos y perdonarnos y en todas sus perfecciones. Dios bendijo
para siempre» (Sermón segundo sobre este Sal- a David con una descendencia eterna, que
mo). no es otra que Cristo, el Ungido del Se-
ñor, Rey mesiánico en quien habita la ple-
Años pares nitud de la divinidad como en un templo.
–2 Reyes 11,1-4.9-18.20: Ungió a Joás y El cristiano fiel a la voluntad de Dios es
todos aclamaron: ¡Viva el Rey! Renova- también un templo vivo de Dios. Así se
ción de la alianza entre Dios, el rey y el edifica en este mundo la Jerusalén celes-
pueblo. Toda la historia de Israel, ya lo tial, la Iglesia, construida como un inmen-
hemos dicho, es la historia de los pactos so templo de piedras vivas que son los
entre Dios y su pueblo. El pueblo rompe cristianos, edificados sobre la piedra an-
la alianza por su rebeldía e infidelidad y gular que es Cristo, el descendiente de
los reanuda la infinita misericordia de David (Ef 2,20).
Dios. Esto también nos atañe a nosotros. –Mateo 6,19-23: Donde está tu tesoro,
Es cierto que el Pacto hecho con Cristo y allí está tu corazón. El discípulo auténti-
sellado con su preciosísima Sangre no co de Cristo se desliga de las riquezas te-
puede romperse jamás. Pero nosotros po- rrenas para amontonar tesoros en el cie-
demos apartarnos de él por nuestros mu- lo, es decir, ante Dios. Si la mirada del
chos pecados. hombre está fija en Dios, toda su persona
Si denuncian los profetas unánimemen- es transparente a la luz divina. San Juan
te la infidelidad de Israel a Dios, si anun- Crisóstomo explica con claridad:
cian las catástrofes que amenazan al pue- «Por eso, como antes he dicho, añade el Señor
blo pecador, lo hacen en función del pac- otra razón, diciendo: Porque donde está tu teso-
11ª Semana del Tiempo Ordinario 27
ro, allí está también tu corazón. Como si nos bre era el mismo que hablaba, y, como atribuyó a
dijera: aun cuando nada de lo dicho sucediese, no otro lo que había tenido lugar en él, no faltó»
será menguado el daño que vas a sufrir, clavado (Sermón 261,3).
quedarás en lo terreno, hecho de libre esclavo,
desterrado del cielo e incapaz de tener pensa-
–Con el Salmo 3 decimos: «gustad y
miento elevado. Todo será dinero, interés, prés- ved qué bueno es el Señor». Ya lo hemos
tamos, ganancias y viles negocios. ¿Puede haber expuesto. La experiencia mundana pare-
cosa más miserable? Un hombre así está someti- ce decir lo contrario y, sin embargo, esto
do a una esclavitud más dura que la de todos los es, encontrar en Dios todo su gozo. Quien
esclavos, y nada hay más triste que haber abdica- tiene a Dios tiene lo esencial, aun cuando
do de la nobleza y libertad del hombre. Por más se viera falto de muchas cosas; quien no
que se te hable, mientras tengas clavado el pensa-
miento en el dinero, nada serás capaz de oir de lo tiene a Dios, aunque tenga abundante ri-
que te conviene. Serás como un perro atado a un queza, vive en la más absoluta indigen-
sepulcro. Tu cadena –la más fuerte de las cade- cia. Dios es el Bien esencial e insupera-
nas– será la tiránica pasión por el dinero: Aullarás ble. Ante Él palidecen todos los demás
contra todos los que se te acerquen y no tendrás bienes transitorios y perecederos. Por eso
otro trabajo, y continuo trabajo, que el de guardar dijo el Señor: «Buscad primero el reino de
para vosotros lo que tienes. ¿Puede haber suerte
más miserable?» (Homilía 20,3 sobre San Mateo). Dios y su justicia y todo lo demás se os
dará por añadidura» (Mt 6,33)
Sábado
Años pares
Años impares –Crónicas 24,17-25: Muerte de
–2 Corintios 12,1-10: Muy a gusto pre- Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá.
sumo de mis debilidades. Habla San Pa- Cristo lo evocó como precursor de los
blo de su revelaciones, pero también de mártires cristianos (Mt 23,35). No obs-
sus debilidades, que supera por la gracia tante la infidelidad de los israelitas, Dios
de Jesucristo. Comenta San Agustín: es fiel a sus promesas. Ha sellado una
«En cuanto me es posible voy tras las huellas alianza con su elegido. Fundó un linaje per-
de aquel atleta de Cristo, es decir, del Apóstol petuo davídico y edificó su trono para to-
Pablo, que dice: “ni yo mismo, hermanos, pienso das las edades. Sólo en Cristo se cumplie-
haberlo alcanzado”. Ni yo mismo (Flp 3,13). ¿Qué ron plenamente esas promesas. Los hijos
ese yo mismo? ¿Yo que trabajo más que todos de David abandonaron la ley del Señor,
ellos? Sé, apóstol, de qué manera pronuncias ‘yo’:
es una expresión enfática, no manifestación de no siguieron sus mandamientos, profana-
orgullo... He trabajado más que todos ellos. Y ron sus preceptos... Dios los castigó, pero
como si dijéramos nosotros: ¿Quién? nos respon- no retiró su favor ni desmintió su fideli-
de: Pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. dad.
Así, pues, el que estaba en posesión de tanta gra-
cia de Dios que, a pesar de haber sido llamado El cristiano, como el piadoso salmista,
más tarde, trabajó más que los que lo habían pre- tiene que vivir de la fe, seguir esperando
cedido, dice no obstante: Hermanos, ni yo mismo contra toda esperanza, porque mientras
pienso haberlo alcanzado. Vuelve a aparecer el viva en esta peregrinación terrenal, sabe
‘yo’ donde indica no haberlo alcanzado. El no que no tiene en este mundo una mansión
alcanzarlo es resultado de la debilidad humana. permanente. Es como un extranjero que
En cambio cuando habla de que fue elevado al
tercer cielo.. no dijo ‘yo’. ¿Qué dijo entonces?
vive lejos del Señor (2 Cor 5,6). El Pue-
“Conozco a un hombre que hace catorce años”... blo de Dios y cada uno de sus miembros
(2 Cor 12,2). Conozco a un hombre... y ese hom- es consciente de que en esta vida le que-
28 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
dan duras etapas que recorrer bajo la in-
comprensión, injuria y persecución. Pero
nuestra esperanza es firme, pues está
puesta en Cristo, que dijo: «si a mí me
persiguieron, también os perseguirán a
vosotros».
–En el Salmo 88 el salmista hace decir
a Dios: «le mantendré eternamente mi fa-
vor. Sellé una alianza con mi elegido, ju-
rando a David mi siervo: Te fundaré un
linaje perpetuo, edificaré tu trono para to-
das las edades... Mi alianza con él será 12ª Semana
estable; le daré una posteridad perpetua y
un trono duradero como el cielo. Si sus
hijos abandonan mi ley y no siguen mis
mandamientos, si profanan mis precep- Domingo
tos y no guardan mis mandatos, castiga- Entrada: «El Señor es fuerza para su
ré con la vara sus pecados y a latigazos pueblo, apoyo y salvación para su Ungi-
sus culpas; pero no les retiraré mi favor do. Salva a tu pueblo y bendice tu here-
ni desmentiré mi fidelidad» . dad, sé su Pastor y llévalos siempre» (Sal
–Mateo 6,24-34: No os agobiéis por el 27,8-9).
mañana. Hay que entregarse sin condi- Colecta (del Misal anterior, retocada
ciones al servicio del único Amo y some- con textos del Gelasiano): «Concédenos
terse por entero a Aquel que conoce cuanto vivir siempre, Señor, en el amor y respe-
necesitamos. Ante todo debe interesarnos to a tu santo nombre, porque jamás dejas
la búsqueda del Reino de Dios y su justi- de dirigir a quienes estableces en el sóli-
cia. San Juan Crisóstomo así lo explica: do fundamento de su amor».
«No os preocupéis. Es decir, que, una vez mos- Ofrendas (del Misal anterior, retocada
trado el daño incalculable, extiende aún más su
mandamiento. Porque no sólo nos manda que ti-
con textos del Veronense y del Gelasiano):
remos lo que tenemos, sino que no nos preocupe- «Acepta, Señor, este sacrificio de recon-
mos siquiera del sustento necesario... No porque ciliación y alabanza, para que, purifica-
el alma necesite de alimento, pues es incorpórea, dos por tu poder, te agrademos con la
sino que el Señor habla aquí acomodándose al ofrenda de nuestros amor».
uso común. Pues, si es cierto que ella no necesita
de alimento, no lo es menos que no puede perma- Comunión: «Los ojos de todos te están
necer en el cuerpo si éste no es alimentado. Y esto aguardando, Señor, tú les das la comida a
dicho, no se contenta con afirmarlo simplemente, su tiempo» (Sal 144,15); o bien: «Yo soy
sino que también aquí nos da las razones... Pues el Buen Pastor, yo doy mi vida por las
el que os ha dado lo más ¿no os dará lo menos... ovejas, dice el Señor» (Jn 10,11.15).
No es el alimento el que le hace crecer, sino la
providencia de Dios... Si tanta cuenta tiene Dios Postcomunión (del Misal anterior, re-
de los pobres animalillos, ¿cómo no la va a tener tocada con textos del Veronense): «Reno-
con nosotros?» (Homilía 21 2 y 3 sobre San vados con el cuerpo y la sangre de tu Hijo,
Mateo). imploramos de tu bondad, Señor, que
cuanto celebramos en cada eucaristía sea
para nosotros prenda de salvación».
12ª Semana del Tiempo Ordinario 29
tivos. Alábenlo el cielo y la tierra, las aguas
y cuanto bulle en ellas».
CICLO A Buena ocasión para agradecer al Señor
Se nos presenta en este domingo el dra- los beneficios de su Pasión, para seguir-
ma existencial del cristiano auténtico, en le, para imitarle, para soportar las con-
su condición de testigo de Cristo con to- tradicciones de la vida presente.
das sus consecuencias. No es el discípulo ¡Qué caminos tan distintos siguen Dios
de mejor condición que su Maestro. Él y el hombre! Dios hecho hombre tiene
fue vaticinado como «signo de contradic- sed y el hombre le da vinagre. El hombre
ción» (Lc 2,34). Por lo mismo el cristia- tiene sed y Dios hecho hombre le da su
no no puede quedar extrañado de que le propia Sangre para la vida eterna! (Mt
surjan contradicciones y dificultades. Pero 26,27). San Ignacio de Loyola decía:
Cristo venció y el que le sigue también «¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por
participa de su victoria. Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo?»
–Jeremías 20,10-13: Libró la vida del –Romanos 5,12-15: El don no se pue-
pobre de manos de los impíos. Jeremías, de comparar con la caída. San Pablo su-
por su fidelidad a Dios y por su misión braya nuestra solidaridad en la condena-
de testigo de sus designios ante el pueblo ción a fin de exaltar nuestra solidaridad
degenerado y frívolo, fue personalmente en la gracia que se nos da por Jesucristo.
un signo de contradicción en medio de La vida de toda la humanidad es, por lo
los suyos. Figura de Cristo y de los cris- mismo, un signo de contradicción. El pe-
tianos. cado de origen común y la gracia reden-
–Es bien expresivo el Salmo 68 sobre tora de Cristo luchan en el interior de cada
el tema de la contradicción: «Por Ti he hombre. No es posible ser indiferente.
aguantado afrentas, la vergüenza cubrió Comenta San Agustín:
mi rostro». Ante todo vemos en este Sal- «Ved lo que nos dio a beber el hombre, ved lo
mo la figura de Cristo, el Hijo de Dios, que bebimos de aquel progenitor, que apenas pu-
devorado por el celo de la Casa y de la dimos digerir. Si esto nos vino por medio del hom-
causa de su Padre; muerto por nuestros bre ¿qué nos llegó a través del Hijo del Hom-
bre?... Por aquél el pecado, por Cristo la justicia.
pecados, insultado, abandonado de todos Por tanto todos los pecadores pertenecen al hom-
saciada su sed con vinagre... bre, todos los justos al Hijo del Hombre» (Ser-
«Soy un extraño para mis hermanos, un món 255,4).
extranjero para los hijos de mi madre, Y en otro lugar:
porque me devora el celo de tu templo, y «Gracias a la acción mediadora de Cristo, ad-
las afrentas con que te afrentan caen so- quiere la reconciliación con Dios la masa entera
bre mí. Pero mi oración se dirige a Ti, del género humano, alejada de Él por el pecado de
Dios mío, el día de tu favor; que me es- Adán (Rom 5,12). ¿Quién podrá verse libre de
cuche tu gran bondad, que tu fidelidad esto? ¿Quién se distinguiría pasando de esta masa
de ira a la misericordia? ¿Quién, pues, te distin-
me ayude. Respóndeme, Señor, con la gue? ¿Qué tienes que no hayas recibido? No nos
bondad de tu gracia; por tu gran compa- distingue los méritos, sino la gracia... Gracias a
sión vuélvete hacia mí. Miradlo los hu- una sola persona, nos salvamos los mayores, los
mildes y alegraos, buscad al Señor y vivi- menores, los ancianos, los hombres maduros, los
rá vuestro corazón. Que el Señor escu- niños, los recién nacidos; todos nos salvamos gra-
cha a los pobres, no desprecia a los cau- cias a uno solo: Cristo» (Sermón 293,8).
30 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
–Mateo 10,26-33: No tengáis miedo a vida: el amor de Cristo le ha conquistado.
los que matan el cuerpo. Los auténticos Ese amor que ha hecho de él una criatura
discípulos de Cristo habrán de afrontar nueva, le confiere una visión renovada del
siempre la contradicción de cuantos no mundo: «Lo viejo ha pasado, ha llegado
conocen a Cristo o positivamente lo re- lo nuevo».
chazan. «No puede ser el discípulo de me-
jor condición que el Maestro». San Juan –Job 38,1.8-11: Aquí se romperá la arro-
Crisóstomo comenta: gancia de tus olas. Como Creador, cuyas
huellas se nos evidencian en todas las
«Ya, pues, que ha animado el Señor y levanta- obras de la creación, «Dios no se encuen-
do a sus apóstoles, nuevamente les profetiza los
peligros que habrían de pasar, y nuevamente tam- tra lejos de cada uno de nosotros. En Él
bién presta alas a sus almas y los levanta por enci- vivimos, nos movemos y existimos» (He-
ma de todas las cosas. Pues, ¿qué les dice? No chos,17,27-28).
temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden
matar el alma. ¡Mirad cómo los pone por encima –Esta lectura sirve de introducción a la
de todo! Porque no les persuade a despreciar sólo del Evangelio y lo mismo también el Sal-
toda solicitud y la maledicencia, y los peligros, y mo 106: «Los hijos de Israel entraron en
las insidias, sino a la muerte misma, que parece nave por el mar comerciando por las aguas
ser lo más espantoso de todo. Y no sólo la muerte inmensa... Él habló y levantó un viento
en general, sino hasta la muerte violenta...
tormentoso, que alzaba las olas a lo alto;
«¿Teméis la muerte, y por eso vaciláis en predi- subían al cielo y bajaban al abismo... Pero
car? Justamente porque teméis la muerte, tenéis gritaron a Dios en su angustia y los arran-
que predicar, pues la predicación os librará de la
verdadera muerte. Porque, aun cuando os hayan có de la tribulación». Sea una interpreta-
de quitar la vida, contra lo que es principal en ción simbólica de cuatro grupos de per-
vosotros, nada han de poder, por más que se em- sonas liberadas de peligros diversos, o sea
peñen y porfíen... De suerte que, si temes el supli- una interpretación realista de cuatro gru-
cio, teme a lo que es mucho más grave que la pos de personas que suben a Jerusalén
muerte del cuerpo. para ofrecer sacrificios de acción de gra-
«Mirad cómo tampoco aquí les promete el Se- cias, en el fondo es lo mismo: se dan gra-
ñor librarlos de la muerte. No, permite que mue- cias a Dios por los peligros de que los ha
ran; pero les hace merced mayor que si no lo hu-
biera permitido. Porque mucho más que librarlos
liberado, ya sea para significar la libera-
de la muerte es persuadirlos de que desprecien la ción de la cautividad de Babilonia u otros
muerte. Así pues, no los arroja temerariamente a peligros.
los peligros, pero los hace superiores a todo peli- Esto nos lleva a la acción de gracias por
gro. Y notad cómo con una breve palabra fija el
Señor en sus almas el dogma de la inmortalidad
antonomasia: la Eucaristía que celebra-
del alma y cómo, plantadas en ella esa saludable mos y que es el centro de la vida cristia-
doctrina, pasa a animarlos por otros razo- na. Por ella damos también gracias a Dios
namientos» (Homilía 34,2, sobre San Mateo). por los beneficios que constantemente re-
cibimos de él.
CICLO B –2 Corintios 5,14-17: Lo viejo ha pa-
sado, ha llegado lo nuevo. La suprema
Dios es el único Dueño de la creación. cercanía personal y amorosa de Dios a
Con ocasión de apaciguar la tempestad, nosotros se ha consumado en el Corazón
Jesús hace que sus discípulos se pongan de Cristo. Su presencia viviente de Verbo
en interrogante acerca de su origen divi- encarnado, con el sello de su divinidad
no. San Pablo revela hoy el secreto de su tras su Resurrección, le hace convivir mis-
12ª Semana del Tiempo Ordinario 31
teriosamente con sus elegidos en la Igle- rías? Vengarte. ¿Se te ha pasado de la memoria
sia. San Agustín dice: que El, cuando fue crucificado dijo: “Padre, per-
dónalos, porque no saben lo que hacen”? (Lc
«En efecto, ya ve a Cristo detenido el que dice: 23,34). Quien dormía en tu corazón no quiso ven-
Y “si habíamos conocido a Cristo, según la carne, garse. Despiértale, acuérdate de Él. Recordárle es
ahora no lo conocemos así” (2 Cor 5,16). En la recordar su palabra. Recordarle es recordar su pre-
medida en que es posible en esta vida, veía la cepto. Si Cristo está despierto en tí, ¿qué dices en
divinidad de Cristo. Existe la divinidad de Cristo, tu interior? ¿Quién soy yo para querer vengarme?
existe la humanidad. La divinidad se detiene, la ¿Quién soy yo para proferir amenazas contra un
humanidad pasa. ¿Qué significa que la divinidad hombre?... Por tanto calmaré mi ira y volveré a la
se detiene? No cambia, no se destruye, no retroce- quietud de mi corazón. Dio órdenes Cristo y se
de. Su venida a nosotros no significó separarse produjo la bonanza» (Sermón 63,2).
del Padre; ni su Ascensión el moverse localmen-
te» (Sermón 188,14).
«Ha llegado lo nuevo». San Juan CICLO C
Crisóstomo señala el cambio radical que En el Evangelio, después de la confe-
ha supuesto la Encarnación de nuestro sión de fe de San Pedro, Jesús anuncia su
Señor Jesucristo, y la diferencia conse- Pasión e invita a sus discípulos a tomar
cuente entre judaísmo y cristianismo: cada uno su cruz para seguirlo. Esto ha
«En lugar de una Jerusalén terrestre, hay una sugerido colocar como primera lectura la
Jerusalén descendida del cielo; en lugar de un tem- profecía de Zacarías sobre el Siervo do-
plo material y sensible, un templo espiritual que liente, que prefiguraba a Cristo.
no aparece a nuestras miradas; en lugar de unas
tablas de piedra, depositarias de la ley divina, son San Pablo nos recuerda que, por hallar-
nuestros propios cuerpos los que han venido a ser nos unidos a Cristo a causa del Bautismo,
el santuario del Espíritu Santo; en lugar de la cir- no formamos ya más que un sólo Cuerpo
cuncisión, el Bautismo; en lugar del maná, el Cuer- con Él. Nada debe separar a quienes se
po del Señor; en lugar del agua que brotó de la
roca, la sangre que salió del costado de Jesucristo; reconocen en la fe hijos de Dios. ¿Sere-
la cruz del Salvador reemplaza la vara de Aarón y mos capaces de reconocer esta revela-
Moisés, y el Reino de los Cielos a la tierra prome- ción fundamental por encima de nuestras
tida» (Homilía 11 sobre 2 Cor). divisiones?
–Marcos 4,35-40: ¿Quién es éste a –Zacarías 12,10-11: Mirarán al que
quien el viento y las olas obedecen?. Je- traspasaron. Ya antes del acontecimiento
sucristo es mucho más que una «revela- redentor del Calvario, Dios había anun-
ción de Dios» en medio de los hombres o ciado por sus profetas la condición victi-
que un signo humano de la divinidad. Es mal solidaria del Mesías Redentor: El Gran
la presencia personal del Verbo consus- Traspasado por nuestros pecados. Dice
tancial al Padre, viviente en condición e San Agustín:
intimidad humanas entre los hombres. Co- «Oid y entended; ya un profeta había dicho
menta San Agustín: esto: Alzarán los ojos a Aquél a quien traspasa-
«Oíste una afrenta, he ahí el viento. Te airaste, ron. Verán, pues, la forma misma que traspasaron
he ahí el oleaje. Soplando el viento y encrespán- con una lanza; se sentará como juez; condenará a
dose el oleaje, se halla en peligro la nave, peligra los verdaderos culpables quien fue culpado injus-
tu corazón. Oída la afrenta deseas vengarte. Te tamente. Él mismo será quien venga en aquella
vengaste y, cediendo a la injuria ajena, naufragas- forma. También tienes esto en el Evangelio» (Ser-
te. ¿Cuál es la causa? Porque duerme en ti Cristo. món 127,10).
¿Qué significa: duerme en ti Cristo? Te olvidaste El primogénito traspasado por nuestros
de Cristo. Despierta, pues, a Cristo; acuérdate de pecados, que con su sacrificio en la cruz,
Él, está despierto en tí; piensa en Él. ¿Qué que-
32 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
está recabando nuestras miradas de amor «¿Por qué no dijo: cuantos habéis sido bauti-
penitente y agradecido. En la cruz se nos zados en Cristo, habéis nacido de Dios? –era, sin
evidenció todo el amor de Dios a los hom- duda, la consecuencia lógica de ser hijos de Dios–
. Porque recalca la misma idea de una forma más
bres en la inmolación redentora del Cora- efectiva. Si Cristo es Hijo de Dios y tú te has
zón que tanto ha amado a los hombres. revestido de Él, teniendo al Hijo en ti mismo y
Pero el sacrificio del Calvario es preci- haciéndote semejante a Él, alcanzaste una total
so hacerlo, de alguna manera, nuestro. Por conexión con Él « (Comentario a la Carta a los
Gálatas III,5).
la penitencia sincera, evidenciamos tener
conciencia de la profunda necesidad que –Lucas 9,18-24: Tú eres el Mesías de
todos tenemos de Cristo. Dios. El Hijo del hombre tiene que pade-
cer mucho. Todo el amor redentor del
Por la fe amorosa, podemos retornar a Corazón de Cristo Jesús hacia nosotros
la condición bautismal de hijos de Dios se convirtió en una constante obsesión por
marcados para la santidad. el misterio de la Cruz. Su pasión fue el
–Con el Salmo 62 decimos: «Mi alma sello misterioso de su condición de ver-
está sedienta de Ti, Señor, Dios mío». Del dadero Mesías y el aval del amor infinito
que traspasaron brotó sangre y agua: san- que nos tiene. San Ambrosio explica:
gre del sacrificio y agua de vida y gracia. «Pedro no ha seguido el juicio del pueblo, sino
Al caer sobre nosotros esa agua fecunda, que ha expresado el suyo propio al decir: Tú eres
sentimos primero nuestra aridez, se exa- el Cristo, el Hijo de Dios vivo. El que es, es siem-
cerba nuestra sed de Dios, pues sentimos pre, no ha comenzado a ser, ni dejará de ser. La
una corriente de vida, mejor que lo que bondad de Cristo es grande porque casi todos sus
comúnmente llamamos vida: es la gracia nombres los ha dado a sus discípulos... Cristo es
de estar unidos a Dios y recibir su espíritu» piedra –pues bebían de la roca que los seguía, y
“la roca era Cristo” (1 Cor 10,4)–, y Él tampoco
–Gálatas 3,26-29: Los que habéis sido ha rehusado la gracia de este nombre a su discípu-
bautizados os habéis revestido de Cristo. lo, de tal forma que él es también Pedro, para que
Por el bautismo el misterio de la cruz se tenga de la piedra la solidez constante, la firmeza
hace una realidad misteriosamente eficaz de la fe.
en nosotros. Nos incorpora a Cristo, ha- «Esfuérzate también tú en ser piedra. Y así, no
ciéndonos participar de su condición de busques la piedra fuera de ti, sino dentro de ti. Tu
Hijo del Padre. San Juan Crisóstomo co- piedra es tu acción; tu piedra es tu espíritu. Sobre
menta este pasaje de San Pablo: esta piedra se edifique tu casa, para que ninguna
borrasca de los malos espíritus pueda tirarla. Tu
«Si la ley es un pedagogo y, encerrados, ella piedra es la fe; la fe es el fundamento de la Iglesia.
nos custodiaba, no es contraria a la gracia, sino Si eres piedra estarás en la Iglesia, porque la Igle-
que colabora con ella. Por el contrario, se le opon- sia está fundada sobre piedra. Si estás en la Igle-
dría si, venida la gracia, ella persistiera en mante- sia, las puertas del infierno no prevalecerán sobre
ner su dominio. Corrompería nuestra salvación si ti: las puertas del infierno son las puertas de la
impidiera acudir a la gracia. Sería como la lámpara muerte y las puertas de la muerte no pueden ser
que iluminando de noche, impidiera, llegado el las puertas de la Iglesia... El Hijo del Hombre ha
día, la vista del sol, por lo que no sería agradable, de padecer mucho... Tal vez el Señor ha añadido
sino desagradable. Así sucedería también con la esto porque sabía que sus discípulos difícilmente
ley, que sería un obstáculo en la consecución de habían de creer en su pasión y en su resurrección.
lo que es mejor. Los que ahora la observan, son Por eso ha preferido afirmar Él mismo su pasión
los que sobre todo la desacreditan, de la misma y su resurrección, para que naciese la fe del hecho
manera que el pedagogo ridiculiza al joven cuan- y no la discordia del anuncio. Luego Cristo no ha
do, llegado el momento de apartarse de él se afe- querido glorificarse, sino que ha querido aparecer
rra junto a él...
12ª Semana del Tiempo Ordinario 33
sin gloria para padecer el sufrimiento; y tú, que (Gál 3,29). Son palabras del Apóstol» (Sermón
has nacido sin gloria, ¿quieres glorificarte? Por el 130,3).
camino que ha recorrido Cristo es por donde tú
has de caminar. Esto es reconocerle, esto es imi-
–Con el Salmo 32 decimos «Dichoso
tarle en la ignominia y en la buena fama (2 Cor el pueblo que el Señor se escogió como
6,8), para que te gloríes en la cruz como Él mismo heredad. Dichosa la nación cuyo Dios es
se ha gloriado» (Tratado sobre el Evangelio de el Señor, el pueblo que Él se escogió
San Lucas lib.VI, 97-98 y 100). como heredad. El Señor mira desde el cie-
lo, se fija en todos los hombres. Los ojos
del Señor están puestos en sus fieles, en
Lunes los que esperan en su misericordia, para
librar sus vidas de la muerte y reanimar-
Años impares los en tiempo de hambre. Nosotros aguar-
–Génesis 12,1-9: Abrahán marchó damos al Señor: Él es nuestro auxilio y
como le había dicho el Señor. La fe de escudo. Que tu misericordia, Señor, ven-
Abrahán es modélica. Comenta San Agus- ga sobre nosotros, como lo esperamos
tín: de tí».
«Tanto hizo por nosotros que, aún enseña más Nosotros, los miembros del Cuerpo
que sus promesas, y sus obras deben movernos a Místico de Cristo, somos la nueva crea-
creer en lo que prometió. A duras penas creyéra-
mos lo que hizo de no haberlo visto. ¿Dónde lo
ción, la obra del Verbo y del Espíritu y
vemos? En los pueblos que tienen su ley, en las somos la tierra llena de su amor miseri-
muchedumbres que le siguen. Se ha realizado así cordioso. Somos el Pueblo que Dios se
la promesa que hizo a Abrahán cuando dijo: “en escogió. A nosotros nos ha confiado el
tu descendencia será bendecidas todas las gen- Señor realizar su palabra, como dice San
tes” (Gén 12,3). De poner los ojos en sí mismo, Pablo en su Carta a los Colosenses 1,24-27.
¿cuándo hubiera creído? Era un hombre y solo, y
viejo, y estéril su mujer de tan avanzada edad Años pares
que, aun sin el defecto de la esterilidad, la con-
cepción fuera imposible. No existía base alguna –2 Reyes 17,5-8: El Señor arrojó de su
en absoluto donde apoyar la esperanza: mirando presencia a Israel y sólo quedó la tribu
empero a quien le hacía la promesa, lo creía aun de Judá. Las calamidades acaecidas en el
sin llevar camino. He ahí cumplido ante nosotros Reino del Norte y la deportación de sus
lo que fue objeto de su fe; creemos, en conse-
cuencia, lo que no vemos por lo que viendo esta- habitantes se deben a la desobediencia y a
mos. Engendró a Isaac: no lo hemos visto. Isaac la infidelidad para con la alianza. Lo he-
engendró a Jacob: lo que tampoco vimos; éste mos visto ya muchas veces.
engendró a sus doce hijos; que no hemos visto –Ahora se confirma con el Salmo 59.
tampoco; y sus doce hijos engendraron al pueblo
de Israel que ahora estamos viendo... Se trata de un desastre terrible o una se-
ñal de desbandada ante los arcos del ene-
«Del pueblo de Israel nació la Virgen María,
que dio a luz a Cristo y a los ojos está cómo en migo. Pero tiene un trasfondo saludable
Cristo son benditas las naciones todas. ¿Hay algo que lleva envuelta la idea de corrección y
más verdadero? ¿Hay algo más palmario? Voso- conversión:
tros que conmigo salísteis de la gentilidad, desead «Que tu mano salvadora nos responda,
conmigo la vida futura. Si ya en el siglo cumplió
Dios lo que había prometido hacer en la descen- Señor. Oh Dios nos rechazaste y rompis-
dencia de Abrahán, ¿cómo no va a cumplir sus te nuestras filas, estabas airado, pero res-
promesas eternas a los que hizo de la descenden- táuranos. Has sacudido y agrietado el país:
cia de Abrahán? El Apóstol dice: vosotros sois repara sus grietas que se desmorona. Hi-
cristianos, luego “sois descendientes de Abrahán” ciste sufrir un desastre a tu pueblo, dán-
34 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
dole a beber un vino de vértigo. Tú, oh Dios le prometió una numerosa descen-
Dios, nos has rechazado y no sales ya dencia junto con la posesión del país en
con nuestras tropas. Auxílianos contra el que reposa». San Jerónimo exhorta tam-
enemigo, que la ayuda del hombre es in- bién:
útil. Con Dios haremos proezas, Él piso- «Así, pues, te ruego y te aconsejo con afecto
tea a nuestros enemigos». de padre: ya que has dejado Sodoma para cami-
El cristiano tiene conciencia de perte- nar presuroso hacia los montes, no mires a tu
espalda, no sueltes la mancera del arado, ni el
necer al Pueblo de Dios de los últimos borde del vestido del Salvador, ni sus cabellos
tiempos: la Iglesia. Es indudable que a húmedos con el rocío de la noche; nada entonces
través de la historia se han producido asal- de lo que has logrado asir permitas se te escape,
tos contra la Iglesia, que han roto sus fi- ni bajes tampoco del tejado de las virtudes a bus-
las y han cuarteado sus muros, pero tiene car los vestidos antiguos, no te vuelvas del cam-
la promesa de Jesucristo: las puertas del po a la ciudad, no ames como Lot los parajes
llanos y amenos (Gén 13,10), que no son regados
infierno no prevalecerán contra ella. Esa por el cielo, como la tierra santa, sino por el tur-
es nuestra fe, esa es nuestra esperanza, no bulento río Jordán después de haber perdido la
obstante las dificultades que puedan sur- dulzura de sus aguas mezclándose con el mar
gir de dentro o de fuera. Muerto» (Carta 71,1 a Lucinio).
–Mateo 7,1-5: Sácate primero la viga –En el Salmo 14 encontramos un códi-
de tu ojo. Jesús enuncia el principio de go moral del que aspira a vivir en la inti-
que no hay que juzgar al prójimo. San midad con Dios en el santuario de Jerusa-
Juan Crisóstomo explica este principio: lén: «Señor, ¿quién puede hospedarse en
«¿Veis cómo Cristo no prohibe juzgar, sino que tu tienda? El que procede honradamente
manda primero echar la viga de nuestro ojo y lue- y practica la justicia, el que tiene inten-
go tratar de corregir lo de los otros? A la verdad, ciones leales y no calumnia con su len-
todo el mundo sabe lo suyo mejor que lo ajeno, y gua. El que no hace mal al prójimo ni di-
ve mejor lo grande que lo pequeño, y se ama más fama al vecino, el que considera despre-
a sí mismo que a su prójimo. De manera que, si ciable al impío y honra a los que temen al
corriges por solicitud, tenla antes de ti mismo,
pues ahí está más patente y es mayor el pecado. Señor. El que no presta dinero a usura ni
Mas, si a ti mismo te descuidas, es evidente que acepta soborno contra el inocente. El que
no juzgas a tu hermano por su interés, sino por- así obra nunca fallará».
que lo aborreces y quieres deshonrarle. Si hay No se insiste en las purezas rituales, sino
que juzgar, que juzgue quien no tiene él mismo
pecado, no tú... Porque, si es un mal no ver los en las condiciones morales del corazón.
propios pecados, doble y triple lo es juzgar a los El Nuevo Testamento nos manifiesta que
otros cuando uno mismo, sin sentirlas, lleva las la Humanidad de Cristo es el templo de
vigas en sus propios ojos. A la verdad, más pesa-
do que una viga es un pecado» (Homilía 23,2
Dios. Es la tienda y el monte santo en la
sobre San Mateo). que Dios ha fijado su morada en medio
de los hombres. Hemos de tener las virtu-
des necesarias para entrar en ese santua-
rio, principalmente las obras de caridad,
Martes como lo indica el Salmo.
Años impares
–Génesis 13,2.5-18: No haya disputas Años pares
entre nosotros dos, pues somos hermanos. –2 Reyes 19,9-11.14-21.31-36: Yo
Un vez que Abrahán se separó de Lot, escudaré a esta ciudad para salvarla, por
12ª Semana del Tiempo Ordinario 35
mi honor y el de David. El reino de Judá Ezequías. La grandeza de Dios se ha ma-
no se libra del peligro de la invasión, pero nifestado en la Iglesia: Ella es su ciudad
la oración del rey Ezequías es acogida: El santa construida sobre el Monte santo que
profeta Isaías le anuncia la partida inmi- es Cristo. En ella elevamos a Dios nues-
nente del enemigo y la próxima liberación tras súplicas y ella misma ora por todos
de Jerusalén. Es grande el poder de la ora- los hombres principalmente en su liturgia
ción, como ya lo hemos expresado en di- sagrada.
versas ocasiones. He aquí un bello texto –Mateo 7,6,12-14: Tratad a los demás
de San Gregorio Magno: como queréis que ellos os traten. Es la
«La mente del que pide suele reaccionar de for- regla de oro de la buena concordia social
ma diferente a la mente de Aquel a quien se dirige y cristiana. San Agustín dice:
la petición, por eso las almas de los santos ponen
su morada en el seno secreto e interior de Dios, «“Lo que no quieres que te hagan, no lo hagas
encontrando descanso en él. ¿Cómo es posible, tú a otro” (Tob 4,16; Mt 7,12). Antes de darse la
entonces, que se diga que clamaban si sabemos ley, a nadie se permitió ignorar esto que decimos,
que su voluntad no discrepa en nada de la de para que así tuviesen modo de juzgar aquellos a
Dios? ¿Cómo es posible que eleven su petición, quienes no se había dado la ley. Pero, para que los
si sabemos con certeza que no ignoran ni la vo- hombres no tratase de obtener algo que les falta-
luntad de Dios ni lo que sucederá en el futuro? ba, se escribió en tablas lo que no leían en los
corazones. Tenían escrita la ley, pero no querían
«Se dice que presentan peticiones, aun vivien- leer... Pero como los hombres, apeteciendo las
do en Él, no porque deseen algo en desacuerdo cosas externas, se apartaron de sí mismos, se dio
con la voluntad que conocen, sino porque cuanto la ley escrita; no porque no estuviese escrita ya
más ardientemente se unen a Él con la mente tan- en los corazones, sino porque, habiendo huido tú
to más reciben de Él el deseo de seguir pidiendo de tu corazón, debías ser acogido por Aquel que
lo que ya saben que se les va a conceder. De Él está en todas partes y devuelto al interior de ti
beben lo que les hace estar más sedientos de Él, y, mismo» (Comentario al Salmo 57,1).
de forma aún incomprensible para nosotros, se
sacian pregustando eso mismo que al ser pedido Con respecto a otros temas de esa lec-
aumenta el hambre. No estarían de acuerdo con la tura evangélica, el mismo San Agustín co-
voluntad del Creador si no pidieran lo que Él menta el respeto que hemos de tener por
quiere que vean, y se unirían menos a Él si de- lo sagrado. No dar lo santo a los perros ni
mandaran de mala gana lo que Él quiere darles»
(Morales sobre Job lib. II,11).
las piedras preciosas a los puercos.
«Perros son los que ladran calumniosamente;
–Con el Salmo 47 proclamamos: «Dios puercos son los manchados con el lodo de los
ha fundado su ciudad para siempre. Gran- placeres sensuales. No seamos ni perros ni puer-
de es el Señor y muy digno de alabanza cos para merecer que el Señor nos llame hijos»
en la ciudad de nuestro Dios. Su Monte (Sermón 60,A,4).
Santo, una altura hermosa, alegría de toda La defensa de lo sagrado nos urge siem-
la tierra. El monte Sión, vértice del cielo, pre; no podemos participar en la liturgia
ciudad del gran rey. Entre sus palacios, santa con malas disposiciones del alma.
Dios descuella como un alcázar. Oh Dios, Y se han de realizar las ceremonias sa-
meditamos tu misericordia en medio de gradas tal como lo ha prescrito la compe-
tu templo: como tu renombre, oh Dios, tente jerarquía de la Iglesia. «Con tem-
tu alabanza llega al confín de la tierra; tu blor y fe» decía una antigua antífona
diestra está llena de justicia». litúrgica.
El salmista ha celebrado la grandeza de
Dios en el momento del peligro. Se diría
que deseaba reproducir la oración de
36 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
de la salvación, la parte absolutamente in-
sustituible y esencial realizada por Dios
Miércoles desde los comienzos hasta el fin del mun-
Años impares do.
–Génesis 15,1-12.17-18: Abrahán cre- Años pares
yó al Señor y se le contó en su haber, y el
Señor hizo alianza con él. Por la imita- –2 Reyes 22,8-13.23,1-3: El rey leyó al
ción de la fe de Abrahán, los seguidores pueblo el libro de la Alianza encontrado
de Cristo son verdaderos hijos del Patriar- en el templo y selló ante el Señor la Alian-
ca, herederos de la promesa y miembros za. Se trata de la reforma del rey Ezequías,
de la alianza. Así lo explica San Agustín: que señala una vuelta a la fidelidad con
respecto al verdadero Dios y de la cual
«Así, a nosotros, hermanos, se nos llamó hijos
de Abrahán, sin haberlo conocido personalmente hemos tratado ampliamente en otras oca-
y sin tener de él la descendencia carnal. ¿Cómo, siones.
pues, somos sus hijos? No en la carne, sino en la –Por eso con el Salmo 118 cantamos:
fe... Si Abrahán fue justo por creer, todos los que «muéstranos, Señor, el camino de tus le-
después de él imitaron la fe de Abrahán se hicie-
ron hijos de él. Los judíos, nacidos de él, según la yes». Este Salmo es el fruto de una conti-
carne, degeneraron; nosotros, nacidos de gente nua contemplación interior de la ley de
extranjera, conseguimos imitándolo lo que ellos Dios. El piadoso salmista refleja en él su
perdieron por su degeneración. ¡Lejos de noso- maravillosa e inefable experiencia exal-
tros pensar que Abrahán es su padre aunque des- tando la ley del Señor y declarando su
ciendan de su carne! Sus padres fueron aquellos amor y su adhesión a ella en todas las cir-
que ellos mismos confesaron que eran» (San
Agustín, Sermón 305,A,3). cunstancias de su vida, porque en ella ha
encontrado el bien supremo, luz, alegría
–Con el Salmo 104 decimos: «el Señor y confortación en las persecuciones y en
se acuerda de su alianza eternamente». El los sufrimientos.
cristiano debe tomar conciencia de que
todos los prodigios operados por Dios en Todo cristiano ha de encontrar en este
la Antigua Alianza para llevar adelante las Salmo una colección de jaculatorias para
promesas hechas por Dios a Abrahán, son expresar los sentimientos que le inspira
prodigios que nos atañen a todos los be- su amor a la palabra de Dios y al manda-
neficiarios de la Nueva Alianza: «Si sois to de la caridad, en las circunstancias más
hijos de Cristo, sois descendientes de diversas de la vida. El Salmo 118 es como
Abrahán según la promesa» (Gál 3,29). un rosario del mandamiento del amor en-
señado por Jesucristo como complemen-
«Por eso el cristiano ha de recitar este to de la ley mosaica.
salmo como un memorial y una glorifi-
cación de su propio origen, que llegó a su –Mateo 7,15-30: Por su frutos los co-
consumación y plenitud en Jesucristo. Por noceréis. Cristo alerta contra los falsos pro-
eso con este Salmo nos adentramos en las fetas. El árbol bueno da frutos buenos y
maravillas de la Encarnación y en todos el árbol malo da frutos malos. San Juan
los misterios de Cristo que son reactua- Crisóstomo explica estas palabras de Je-
lizados en la celebración litúrgica, sobre sús:
todo en el Misterio Pascual. «En todo tiempo tuvo interés el diablo en su-
plantar la verdad por la mentira. A mi parecer, al
Por medio de este salmo se nos da a nombrar aquí a los falsos profetas, no alude el
conocer el aspecto divino de la historia Señor a los herejes, sino a quienes, siendo de vida
12ª Semana del Tiempo Ordinario 37
corrompida, se ponen la máscara de la virtud, y a cer y sentir la enorme injusticia que su-
quienes el vulgo da el nombre de impostores... pone el pecado que es una rebelión de la
No hay mansedumbre, no hay dulzura alguna en infidelidad del hombre contra la fidelidad
los falsos profetas. De ovejas sólo tienen la piel.
Por eso es fácil distinguirlos. Y porque no tengas de Dios. De ahí que el salmo pretenda ante
la más ligera duda, te pone los ejemplos de las todo excitar los sentimientos de arrepen-
cosas que han de suceder por necesidad de la na- timiento y conversión.No obstante, los
turaleza... El árbol malo produce siempre frutos versículos escogidos aquí son los prime-
malos y no puede jamás producirlos buenos... No ros que expresan la invitación a alabar a
dice que sea imposible que el malo cambie y que Dios por su misericordia, en relación con
el bueno no pueda caer. El malo puede efectiva-
mente convertirse a la virtud; pero, mientras per-
la lectura precedente que es la continua-
manezca en su maldad, no producirá frutos bue- ción de la historia de la salvación:
nos... El Señor mandó que a cada uno se le juzgue «Dad gracias al Señor, porque es bue-
por sus frutos» (Homilía 23,6-7 sobre San no, porque es eterna su misericordia.
Mateo).
¿Quién podrá contar las hazañas de Dios,
pregonar toda su alabanza? Dichosos los
Jueves que respetan el derecho y practican siem-
pre la justicia. Acuérdate de mí por amor
Años impares a tu pueblo. Visítanos con tu salvación:
–Génesis 16,1-12.15-16: Hagar dio un para que vea la dicha de tus escogidos, y
hijo a Abrahán y Abrahán lo llamó me alegre con la alegría de tu pueblo, y
Ismael. San Pablo en su Carta a los Gálatas me gloríe con tu heredad».
(4,21-31) ve en la esclava Hagar un sím- Años pares
bolo de la Sinagoga, el judaísmo esclavo
de la ley y en Sara, la mujer libre, la ima- –2 Reyes 24,8-17: Deportación de
gen de la Iglesia. Comenta San Agustín: Jeconías y establecimiento de un monar-
«Es, pues, el testamento antiguo, correspon-
ca vasallo. La Iglesia sufre por la des-
diente a Hagar, que engendra para la servidum- cristianización de los pueblos, en los cua-
bre. En cambio la Jerusalén que está arriba es libre les se ha sembrado abundantemente la
y ella es nuestra Madre. Así, pues, los hijos de la palabra de Dios, de los sacerdotes y reli-
gracia son los hijos de la libre; los hijos de la letra giosos secularizados. Ora también por la
son los hijos de la esclava. Busca los hijos de la paz, la libertad y el bienestar de todos los
esclava: La letra mata. Busca los hijos de la libre: pueblos. Son muchos los que están en gue-
El Espíritu,en cambio, da vida. La ley del espíritu
de vida en Cristo Jesús te libró de la ley del peca- rra continua; se hallan esclavizados y
do y de la muerte, de la que no pudo librarte la ley mueren de hambre y de miseria.
de la letra» (Sermón 162,7). –Todo esto está expresado en la oración
–Con el Salmo 105 proclamamos: «dad del Salmo 78: «líbranos, Señor, por el
gracias al Señor porque es bueno». La te- honor de tu nombre. Los gentiles han en-
sis que el Salmo 105 desarrolla está en trado en tu heredad, han profanado tu san-
consonancia con los temas del Antiguo to templo, han reducido a Jerusalén a rui-
Testamento, según los cuales, la miseri- nas». Tanto la liturgia como la tradición
cordia de Dios está muy por encima de patrística ven en este Salmo una súplica
los pecados de los hombres. Pero de aquí de la Iglesia en tiempo de persecución y
no se puede deducir que no hay que dar de prueba, pero también para expresar sen-
importancia al pecado. Por el contrario, timientos de penitencia y propiciar la mi-
uno de los fines del Salmo es dar a cono- sericordia de Dios para con una humani-
38 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
dad pecadora y para con sus hijos arre- «Por tanto, si es malo para ti edificar sobre
pentidos y penitentes: arena, malo es también no edificar nada; sólo que-
da como bueno edificar sobre roca. Cosa mala es,
«...echaron los cadáveres de tus sier- pues, no escuchar; mala también escuchar y no
vos en pasto a las aves del cielo, y la car- obrar; lo único que queda es obrar también» (Ser-
ne de sus fieles a las fieras de la tierra. món 179,8-9).
Derramaron su sangre como agua en tor-
no a Jerusalén, y nadie la enterraba. Fui-
mos el escarnio de nuestros vecinos, la Viernes
irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Vas a estar siem- Años impares
pre enojado? ¿Va a arder como fuego tu –Génesis 17,1.9-10.15-22: Dios da a
cólera? No recuerdes contra nosotros las Abraham un hijo de su esposa Sara, la
culpas de nuestros padres; que tu com- libre, Isaac, con quien establecerá su pacto
pasión nos alcance pronto, pues estamos perpetuo. Este pasaje es interpretado en
agotados. Socórrenos, Dios Salvador el sentido de que es mejor la nueva alian-
nuestro, por el honor de tu nombre; líbra- za que la antigua. Pero ello siempre que
nos y perdona nuestros pecados, a causa se conserve en unión con la verdadera
de tu nombre». Iglesia, por el bautismo, la fe y las cos-
–Mateo 21-29: La casa edificada sobre tumbres. Dice San Agustín:
roca y la casa edificada sobre arena. La «Hay quien solamente se ha revestido de Cristo
religión auténtica consiste en cumplir con por haber recibido el sacramento, pero están des-
nudos de Él por lo que se refiere a la fe y a las
la voluntad de Dios. Todo lo demás no costumbres. También son muchos los herejes que
pasa de ser ilusión y artificio, merecedor tienen el mismo sacramento del bautismo, pero no
de condenación por parte de Dios. Dice su fruto salvador ni el vínculo de la paz... O bien
San Agustín: están sellados por los desertores o bien son ellos
«Hermanos míos, que vinísteis con entusias- mismos desertores, llevando el sello del buen rey
mo a escuchar la palabra: no os engañéis a voso- en carne digna de condenación... Ved que puede
tros mismos fallando a la hora de cumplir lo que darse que alguien tenga el bautismo de Cristo,
escuchásteis. Pensad que es hermoso oirle, ¡cuánto pero no la fe y el amor de Cristo; que tenga el
más será el llevarlo a la práctica! Si no escucháis, sacramento de la santidad y no sea contado en el
si no ponéis interés en oirla, nada edificais. Pero, lote de los santos. Ni importa, por lo que se refiere
si la oyes y no la pones en práctica, edificas una al solo sacramento, el que alguno reciba el sacra-
ruina. mento de Cristo, donde no existe la unidad de
Cristo, pues también quien ha sido bautizado en la
«Cristo el Señor puso a este respecto una seme- Iglesia, si pasa a ser desertor de la misma, carece-
janza muy oportuna: Quien escucha mis palabras... rá de la santidad de vida, pero no del sello del
¿Por qué no se derrumbó? Estaba cimentada so- sacramento» (Sermón 260,A,2).
bre roca. Por tanto, el escuchar la palabra y cum-
plirla equivale a edificar sobre roca. El sólo escu- –Con el Salmo 127 proclamamos: «ésta
char es ya edificar... Quien la escucha y no la pone es la bendición del hombre que teme al
en práctica edifica sobre arena y edifica sobre roca Señor». Los Santos Padres han aplicado
quien la escucha y pone en práctica; y quien no la las palabras de este Salmo a la Iglesia,
escucha no edifica ni sobre la roca ni sobre la Madre fecunda por el Bautismo. San León
arena... ¿No es esto más seguro? Entonces que- Magno afirma:
darás sin techo donde cobijarte si nada escuchas...
Considera, pues, qué parte vas a elegir... Si te «La fiesta de hoy, del nacimiento de Jesucristo
hayas sin techo, necesariamente serás sepultado, de la Virgen María, renueva para nosotros los
arrastrado y sumergido. comienzos sagrados. Y al adorar el nacimiento de
12ª Semana del Tiempo Ordinario 39
nuestro Salvador, tratamos de celebrar al mismo los canales de Babilonia, que son este enga-
tiempo nuestros propios comienzos. La genera- ñoso mundo que pasa, provocada y opri-
ción de Cristo es, en efecto, el origen del pueblo mida por sus perseguidores, llora en sus
cristiano, y el aniversario de la Cabeza es tam-
bién el aniversario del Cuerpo. Aunque cada uno miembros que sufren. Pero en su cora-
sea llamado en su orden y todos los hijos de la zón, el deseo de ver a Dios y la nostalgia
Iglesia se diferencien en la sucesión de los tiem- del cielo son más fuertes que cualquier
pos, sin embargo, como el conjunto de los fieles provocación e insinuación del enemigo.
nacidos de la fuente bautismal ha sido crucificado
con Cristo en su pasión, ha resucitado en su resu- «Los que son de Cristo Jesús han cru-
rrección, ha sido colocado a la derecha del Padre cificado su carne con sus pasiones y sus
en su ascensión, así también con Él ha nacido en deseos» (Gál 5,24). Mientras estamos en
esta navidad» (Sermón 6 de Navidad). este mundo somos como exiliados y de-
portados (cf. 2 Cor 5,6). Luchamos, pero
Años pares en Cristo tenemos la esperanza del triun-
fo (2 Cor 5,8).
–2 Reyes 25,1-12: Marchó Judá al De-
sierto. Nueva conquista de Jerusalén por –Mateo 8,1-4: Si quieres puedes lim-
Nabucodonosor. El rey es castigado y de- piarme. Comenta San Juan Crisóstomo
portado a Babilonia. Gran parte de la po- el diálogo entre Jesús y el leproso:
blación corre la misma suerte. Es el fin «Grande es la prudencia, grande la fe de este
del reino de Judá. leproso que se acerca al Señor. Porque no le inte-
rrumpió en su enseñanza, ni irrumpió por entre la
–Así lo canta el Salmo 136: «Que se concurrencia, sino que esperó el momento opor-
me pegue la lengua al paladar si no me tuno y se acercó al Señor cuando éste hubo bajado
acuerdo de tí... Junto a los canales de Ba- del monte. Y no le ruega como quiera, sino con
bilonia nos sentábamos a llorar con nos- gran fervor, postrado a sus pies, como cuenta otro
talgia de Sión». Babilonia es la personifi- evangelista, con verdadera fe y con la opinión que
cación de la multiforme potencia del mal. de Él debe tener...: Si quieres, puedes limpiarme...
Todo se lo encomienda a Él; a Él hace Señor de su
Este satánico poder que pervierte en el curación.
mundo está destinado a autodestruirse.
«Y Él atestigua que tiene toda autoridad... Lo
Babilonia es el símbolo de la ciudad te- que hace es aceptar y confirmar lo que el leproso
rrena, surgida y crecida en oposición a le había dicho. Por ello precisamente no le res-
Dios y a todo lo que viene de Él. Es el ponde: “queda limpio”, sino: “quiero, queda lim-
resultado de todos los egoísmos y concu- pio”; con lo que el dogma ya no se fundaba en la
piscencias humanas. mera suposición del leproso, sino en la sentencia
misma del Señor. No obraron así los apóstoles...
En su poder y prosperidad, ella acu- Mas el Señor, que muchas veces habló de sí hu-
mula sus pecados hasta el cielo, pero Dios mildemente y por bajo de lo que a su gloria co-
recuerda sus iniquidades y la justicia di- rresponde, ¿qué dice aquí para confirmar el dog-
vina la aniquilará. Cristo ha revelado al ma, en el momento en que todos le admiraban por
hombre su miseria y su desgracia, pero su autoridad? Quiero, sé limpio. En verdad con
haber Él hecho tantos y tan grandes milagros, en
no lo ha abandonado en su desesperación. ninguna parte aparece repetida esta palabra. Aquí
Con sus misterios pascuales nos ha de- empero, para confirmar la idea que tanto el pue-
vuelto el paraíso perdido y la posibilidad blo como el leproso tenían de su autoridad, aña-
de cantar los cánticos de la Jerusalén ce- dió ese “quiero”. Y no es que lo dijera y luego no
leste. lo hiciese, la obra siguió inmediatamente a su pa-
labra» (Homilía 25,1-2 sobre San Mateo).
La Iglesia, formada por los que creen
en la palabra de Cristo, sentada junto a
40 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
elevación y un éxtasis. La gran hora de la
Virgen María es también la gran hora de
Sábado su pueblo. Al comienzo de su cántico ha-
bló María de la salud que Dios le había
Años impares preparado, al final habla de la salud que
–Génesis 18,1-15: La visita de los tres alborea para su pueblo. Lo que sucedió
a Abrahán junto a la encina de Mambré. en la Virgen María se realiza en la Iglesia
Anuncio del nacimiento de Isaac, impor- de Dios. En la Virgen María está repre-
tante para la historia de la salvación. San sentado el pueblo de Dios.
Jerónimo explica que: El siervo de Dios es aquí el Pueblo de
«Abrahán era rico en oro, plata, ganado, pose- Israel: «Pero tú, Israel, eres mi siervo, yo
siones y vestidos, y tenía tanta familia que, al reci- te elegí. Jacob, progenie de Abrahán, mi
bir una noticia inesperada, pudo armar un ejército amigo. Yo te traeré de los confines de la
de jóvenes escogidos y alcanzar junto a Dan y dar tierra, y te llamaré de las regiones leja-
muerte a cuatro reyes, de quienes antes habían
huido otros cinco. Y sin embargo, después que,
nas, diciéndote: Tú eres mi siervo, yo te
habiendo cumplido muchas veces el deber de hos- elegí y no te rechacé» (Is 41,8s.). Ahora
pitalidad, mereció recibir a Dios cuando él pensa- va a tener cumplimiento la misericordia
ba acoger a hombres, no encomendó a criados y de Dios y la fidelidad a las promesas. La
criadas que sirvieran a los huéspedes ni disminu- Virgen María se reconoce una con el pue-
yó, por encomendarlo a otros, el bien que practi- blo de Dios. Ella fue fiel. En Ella se cum-
caba; sino que él solo con su mujer Sara se entre- plen las promesas. Es un gran misterio el
gó a aquel servicio de humanidad, como si hubie-
ra dado con una presa. Él mismo les lavó los pies, rechazo de Israel a Cristo, el Mesías. «Vi-
él mismo trajo sobre sus hombros un lucido bece- no a los suyos y los suyos no le recibie-
rro del rebaño, permaneció en pie como un criado ron».
mientras los peregrinos comían, y sin comer él,
les fue poniendo los manjares que Sara había co- Años pares
cido con sus manos» (Carta 66,11 a Panmaquio).
–Lamentaciones 2,2.10-14.18-19: Gri-
Muchos Santos Padres y la liturgia tan- ta al Señor, levántate, Sión . Después de
to oriental como occidental han visto en haber descrito el desastre de la ciudad san-
esto una figura de la Santísima Trinidad. ta, el autor del libro de las Lamentacio-
San Hilario de Poitiers dice que «vió a nes llora su dolor ante las ruinas. Echa en
tres y adoró a uno»: cara a los profetas el que no le revelaran
«...Cuando Abrahán ve a un hombre y adora a a Israel su pecado, para provocar su peni-
Dios. La antigua liturgia romana tenía un respon- tencia y perdón divino. Finalmente invita
sorio en el que se decía: “tres vidit et unum a los supervivientes a que oren con fer-
adoravit”» (Tratado sobre los Misterios 2,13-14).
vor. San Jerónimo explica:
–Por eso se ha escogido como salmo «Jeremías se lamenta sobre un pueblo que no
responsorial el Magnificat. «Auxilia a Is- hace penitencia... Llora a quienes salen de la Igle-
rael, su siervo, acordándose de la miseri- sia por sus crímenes y pecados y no quieren vol-
cordia, como lo había prometido a nues- ver a ella arrepintiéndose de sus pecados. Por eso,
tros padres, en favor de Abrahán y su des- dirigiéndose a los hombres de Iglesia, a los que
cendencia por siempre». son llamados muros y torres de la Iglesia, la pala-
bra profética dice: “Muros de Sión, derramad lá-
Del himno de la Virgen María se ha es- grimas” (Lam 2,18), como cumpliendo con el pre-
crito que no es ni una respuesta a Isabel, cepto del Apóstol de “alegrarse con los que se
ni propiamente una plegaria a Dios. Es una alegran y llorar con los que lloran” (Rom 12,15).
12ª Semana del Tiempo Ordinario 41
«Así, con vuestras lágrimas incitaréis a llanto a nuestras enfermedades». Comenta San
los duros corazones de los que pecan para que no Agustín sobre este milagro que Jesús hace
tengan que oir, obstinados en su malicia: “Yo te en favor del centurión:
planté como viña fructífera, de simiente legítima.
¿Cómo has degenerado en amarga vid silvestre?...” «Podemos nosotros medir la fe de los hom-
No han querido volverse a Mí para hacer peniten- bres, pero en cuanto hombres. Cristo, que veía el
cia, sino que por la dureza de su corazón me han interior, Cristo a quien nadie engañaba, dio testi-
vuelto la espalda para injuriarme... Cuánta es la monio sobre el corazón de aquel hombre, al escu-
clemencia de Dios, cuánta nuestra dureza, que char las palabras de humildad y pronunciar la sen-
después de tantos pecados nos llama a la salva- tencia de la sanación.
ción. Y ni aun así queremos convertirnos al Bien» «El Señor, aunque formaba parte del pueblo
(Carta 122,1-2, a Rústico). judío, anunciaba ya la Iglesia futura en todo el
–Con el Salmo 73 decimos: «No olvi- orbe de la tierra, a la que había de enviar a sus
des sin remedio la viña de tus pobres. El apóstoles. Los gentiles no lo vieron y creyeron;
los judíos lo vieron y le dieron muerte. Del mismo
enemigo ha arrancado del todo el Santua- modo que el Señor no entró con su cuerpo en la
rio... prendieron fuego a tu Santuario, de- casa del centurión, y, sin embargo, ausente en el
rribaron y profanaron la morada de tu cuerpo y presente por su majestad, sanó su fe y su
nombre». casa, de idéntica manera el mismo Señor sólo es-
tuvo corporalmente en el pueblo judío; en los otros
Este Salmo apasionado, como las mis- pueblos ni nació de una Virgen, ni sufrió la pa-
mas Lamentaciones, refleja una época trá- sión, ni caminó, ni soportó las debilidades huma-
gica, si las ha habido en la historia de Is- nas, ni hizo las maravillas divinas. Ninguna de
rael. El templo destruido, los profetas dis- estas cosas realizó en los restantes pueblos. Él se
persos, Dios mismo parece haber aban- había dicho: El pueblo, al que no conocí, ése me
donado a su pueblo. Pero el salmista no sirvió. ¿Cómo si faltó el conocimiento? Tras ha-
ber oído me obedeció (Sal 17,45). El pueblo judío
desespera, sino que se vuelve a Dios su- lo conoció y lo crucificó; el orbe de la tierra oyó y
plicante y Dios otorga el perdón. Todo se creyó» (Sermón 62,4).
restaura. Esto se repite constantemente en
la historia de Israel, como hemos visto en
diversas ocasiones.
Tiene aplicación en nosotros, porque el
cristiano en gracia es templo vivo de Dios.
Por el pecado ese templo queda destrui-
do, profanado, como nos decía San Jeró-
nimo en su Carta anterior. Dios nos aguar-
da, como el Padre del hijo pródigo. Espe-
ra de nosotros el arrepentimiento y siem-
pre está dispuesto a la misericordia y al
perdón.
–Mateo 8,5-17: Vendrán muchos de Orien-
te y Occidente y se sentarán con Abrahán,
Isaac y Jacob. La fe del centurión romano
logra la salud de su criado. Jesús ve en
ellos el augurio de la conversión de los
pueblos paganos. Luego curó a la suegra
de San Pedro. Se cumplen las profecías:
«Tomó nuestras dolencias y cargó con
42 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
ma eucarística que hemos ofrecido y re-
cibido en comunión nos vivifique, Señor,
para que, unidos a ti en caridad perpetua,
demos frutos que siempre permanezcan».
CICLO A
La primera y la tercera lecturas se co-
rresponden. En la primera Dios bendice
el hogar que había acogido al profeta Eli-
seo; en el Evangelio, Jesús, después de
haber invitado a los apóstoles a dejarlo
13ª Semana todo para que le sigan a Él solo, promete
su bendición a los que los acojan con ge-
nerosidad y cariño. En la segunda lectura
San Pablo que ya nos enseñó que hemos
Domingo sido salvados por la muerte y resurrec-
ción del Señor, nos muestra ahora cómo
Verdad y caridad son los dos polos de
el bautismo nos introduce en este miste-
la vida y del testimonio cristiano, y son
rio.
también el objeto de nuestra oración en
una liturgia dominical como la de hoy, lle- –2 Reyes 4,8-11.14-16: Este hombre de
na de la alegría de los redimidos. Dios es un santo, se quedará aquí. Todo
profeta auténtico es un signo de la pre-
Entrada: «Pueblos todos, batid palmas, sencia de Dios en la vida de los hombres.
aclamad a Dios con gritos de júbilo» (Sal La plenitud del profetismo fue Cristo Je-
46,2). sús. El Hijo de Dios comprometido en la
Colecta (del Sacramentario de Bérga- vida de los hombres y conviviendo con
mo): «Padre de bondad, que por la gracia ellos.
de la adopción nos has hecho hijos de la –Por siempre jamás cantamos las mi-
luz; concédenos vivir fuera de las tinie- sericordias del Señor. Así lo proclama-
blas del error y permanecer siempre en el mos en el Salmo 88. En Cristo nos lo ha
esplendor de la verdad». dado todo. La alianza sellada por Dios con
Ofrendas (del Veronense): «¡Oh Dios!, la casa de David no fue quebrantada nun-
que obras con poder en tus sacramentos, ca por parte de Dios, aun cuando por par-
concédenos que nuestro servicio sea dig- te de los hombres hubo muchos fallos e
no de estos dones sagrados». infidelidades. Dios conducía la historia por
caminos desconcertantes hasta que llega-
Comunión: «Bendice, alma mía, al Se- ra el Descendiente de David esperado, el
ñor y todo mi ser a su santo nombre» Ungido por antonomasia, Cristo Jesús,
(Sal 102,1); o bien: «Padre, por ellos rue- Salvador de los hombres. Desde entonces
go; para que todos sean uno en nosotros la Alianza sellada con su sangre será eter-
y así crea el mundo que Tú me has envia- na, irrompible, no obstante las deficien-
do, dice el Señor» (Jn 17,20-21). cias de unos y los insultos y persecucio-
Postcomunión (del Misal anterior, reto- nes de otros. «Reinará para siempre en la
cada con el texto de Jn 15,16): «La vícti- Casa de Jacob» (Lc 1,32).
13ª Semana del Tiempo Ordinario 43
–Romanos 6,3-4.8-11: Por el bautis- espada y a la sangre. Porque el que no lleva su
mo fuimos sepultados con Él en la muer- cruz y me sigue no puede ser mi discípulo. Por-
te para que andemos en una vida nueva. que no dijo simplemente que hay que estar pre-
parado para la muerte, sino para la muerte vio-
La vocación cristiana es, por su propia lenta y no sólo para la muerte violenta, sino tam-
naturaleza, vocación de santidad cristifor- bién para la ignominia...
me; ruptura total con el pecado y nueva «Ahora bien, ¿no es cosa de admirarse y pas-
existencia en Cristo. Comenta San Agus- marse que, oyendo todo esto, no se les saliera a
tín: los apóstoles el alma de su cuerpo? Porque lo
duro por todas partes se les venía a la mano; pero
«Mas centremos nuestra reflexión, amadísimos, el premio estaba todo en esperanza. ¿Cómo es
en la resurrección de Cristo, pues del mismo modo pues, que no se les salió? Porque era mucha la
que su pasión era símbolo de nuestra antigua vida, virtud del que hablaba y mucho también el amor
así su resurrección encierra el misterio de la vida de los que oían... Un simple vaso de agua fría que
nueva. Por eso dice el Apóstol: “Hemos sido se- des, que nada ha de costarte, aun de tan sencilla
pultados con Cristo por medio del bautismo, para obra tienes señalada recompensa. Porque por vo-
la muerte, a fin de que, como Cristo resucitó de sotros, que acogéis a mis enviados, yo estoy dis-
entre los muertos, así también nosotros camine- puesto a hacerlo todo» (Homilía 35,1-2 sobre San
mos en una vida nueva” (Rom 6,4). Has creído y Mateo).
te has bautizado: murió la vida antigua, recibió la
muerte en la cruz, fue sepultado en el bautismo. CICLO B
Ha sido sepultada la vida antigua, en la que viviste
mal; resucita la vida nueva. Vive bien; vive para
vivir; vive de tal manera que cuando mueras, no
Como sucede ordinariamente se corres-
mueras... Comenzad a realizar en el espíritu, vi- ponden las lecturas primera y tercera.
viendo santamente, lo que Cristo nos manifestó «Dios no hizo la muerte». Por envidia del
mediante la resurrección de su cuerpo» (Sermón diablo entró la muerte en el mundo. En
229,E,3-4). la tercera lectura Cristo resucita a la hija
–Mateo 10,37-42: El que no toma su de Jairo. San Pablo exhorta a los cristia-
cruz, no es digno de Mí. El que os recibe nos de Corinto a acudir en ayuda de sus
a vosotros a Mí me recibe. San Juan Cri- hermanos de Jerusalén. Ayudar al pobre
sóstomo explica las palabras de Jesús: es imitar a Cristo.
«Mirad la dignidad del Maestro. Mirad cómo El poderío de Cristo sobre la vida y la
se muestra a Sí mismo hijo legítimo del Padre, muerte es, en la Revelación divina, el sig-
pues manda que todo se abandone y todo se pos- no más decisivo para evidenciar la antíte-
ponga a su amor... La propia vida que antepongáis sis misteriosa entre el Adán original con
a mi amor, estáis ya lejos de ser mis discípulos...
Y si es cierto que Pablo ordena muchas cosas su influencia degradante (el pecado y la
acerca de los padres y manda que se les obedezca muerte cf. Rom 5,17; 1 Cor 15,26) y el
en todo, no hay que maravillarse de ello, pues nuevo Adán, Redentor del pecado y de la
sólo manda que se les obedezca en aquello que no muerte.
va contra la piedad para con Dios... Con este modo
de hablar quería el Señor templar el valor de los –Sabiduría 1,13-15–2,23-25: La muerte
hijos y amansar también a los padres que tal vez no procede de Dios. Pero es el signo de la
hubieran de oponerse al llamamiento de sus hi- limitación humana y la marca que dejó
jos... en el hombre la aberración original de pre-
«Nada hay más íntimo al hombre que su propia tender ser como Dios (Gén 3,4).
vida. Pues bien, si aun a tu propia vida no aborre- La revelación divina afronta el «enig-
ces, sufrirás todo lo contrario del que ama, será
como si no me amaras. Y no nos manda simple-
ma» de la muerte en su dimensión de mis-
mente que la aborrezcamos, sino que lleguemos terio insoslayable para la existencia tempo-
hasta entregarla a la guerra, a las batallas, a la ral humana (GS 14). San Atanasio escribe:
44 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
«Porque Dios no sólo nos hizo de la nada, sino es decir, porque Jesucristo se ha revestido de
que con el don de su Palabra nos dio el poder nuestra carne, se ha hecho hombre, ha sufrido
vivir como Dios. Pero los hombres se apartaron todo lo que sabemos, aunque Él no fuera, como lo
de las cosas eternas, y por insinuación del diablo somos nosotros, deudor de la pena y de los sufri-
se volvieron hacia las cosas corruptibles; y así, mientos» (Homilía 17, sobre 2 Cor.).
por su culpa le vino la corrupción de la muerte,
pues, como dijimos, por naturaleza eran corrup-
–Marcos 5,21-43: Contigo hablo, niña,
tibles, y sólo por la participación del Verbo po- levántate. «Yo soy la resurrección y la
dían escapar a su condición natural, si permane- vida» (Jn 11,25), pudo decir Jesús un día.
cían en el bien. Porque, en efecto, la corrupción Lo evidenció con el lenguaje de los he-
no podía acercarse a los hombres a causa de que chos y lo selló con el misterio de su pro-
tenían con ellos al Verbo, como dice la Sabiduría: pia muerte redentora y su resurrección
Dios creó al hombre para la incorrupción y para pascual. Comenta este milagro San Am-
ser imagen de su propia eternidad; pero “por la
envidia del diablo entró la muerte en el mundo” brosio:
(Sab 2, 23-24). Entonces fue cuando los hombres «No está muerta la niña sino dormida. Los que
empezaron a morir, y desde entonces la corrup- no creen se ríen. Lloren pues, sus muertos los que
ción los dominó y tuvo un poder contra todo el se creen muertos; cuando se tiene fe en la resu-
linaje humano superior al que le correspondía por rrección, no se considera la muerte, sino el repo-
naturaleza, puesto que por la transgresión del so. Y no está fuera de propósito lo que dice San
precepto tenía en favor suyo la amenaza de Dios Mateo (9,23) de que había en la casa del jefe flau-
al hombre...» (Sobre la Encarnación 4,6). tistas y una multitud de plañideras; ya porque,
–Con el Salmo 29 decimos: «te ensal- siguiendo los usos antiguos, se hizo venir a los
flautistas para inflamar y excitar los plañidos; ya
zaré, Señor, porque me has librado». Es porque la Sinagoga, a través de los cánticos de la
un himno de acción de gracias por la sal- ley y de la letra, no podía captar la alegría del
vación recobrada. La tradición patrística Espíritu.
y la liturgia ven en este Salmo una profe- «Tomando, pues, la mano de la niña, Jesús la
cía de la Resurrección de Cristo y de nues- curó y mandó que le dieran de comer. Es una
tra propia resurrección. atestación de vida, para que no se crea que es un
fantasma, sino una realidad. Dichoso aquél al que
–2 Corintios 8,7-9.13-15: Vuestra la Sabiduría coge de la mano. ¡Ojalá que ella dirija
abundancia remedia la falta que los po- nuestras acciones, que la justicia tenga mi mano,
bres tienen. Ante la indigencia humana el que la tenga el Verbo de Dios, que Él me introduz-
Corazón de Jesucristo es misterio de cari- ca en su interior, que me aparte del espíritu del
dad y de comunión redentora. Quienes son error, que me conduzca el espíritu que salva, que
de Cristo lo evidencian en su comunión ordene que me den de comer! Pues el Pan celestial
es el Verbo de Dios. Esta Sabiduría, que ha llena-
de fe y caridad ante la indigencia de sus do los santos altares con los alimentos del Cuerpo
hermanos. Así lo explica San Juan Crisós- y de la Sangre divinos ha dicho: “Venid, comed
tomo: mis panes, bebed mi vino, que he preparado para
«Si no podéis entender que la pobreza enrique- vosotros” (Prov 9,5)» (Tratado sobre el Evange-
ce, representaos a Jesucristo y en seguida se disi- lio de San Lucas lib.VI, 62-63).
parán vuestras dudas. En efecto, si Jesucristo no
se hubiera hecho pobre, los hombres no hubieran CICLO C
podido ser enriquecidos. Esas riquezas inefables,
que por un milagro incomprensible para los hom- Carácter exigente de la vocación apos-
bres han encontrado su fuente en la pobreza son: tólica: Cuando Dios llama todo se ha de
el conocimiento de Dios y de la verdadera virtud, abandonar. Así lo hizo el profeta Eliseo.
la liberación del pecado, la justicia, la santidad y No nos ate la letra de la ley, como dice
otros mil beneficios que Jesucristo ya nos ha con-
cedido y que nos concederá todavía. Todo esto
San Pablo. Así estaremos en la verdadera
ha venido a nosotros por el canal de la pobreza, libertad para ponernos al servicio de los
13ª Semana del Tiempo Ordinario 45
demás por amor. Ser cristiano significa realidad cierta y firme con la resurrec-
haber sido elegido y predestinado por el ción de Jesucristo.
Padre, para ser injertado en el misterio –Gálatas 4,31-5,1,13-18: Vuestra vo-
de Cristo y para permanecer fieles a su cación es la libertad. Liberación perso-
llamamiento, a su amor, y a su obra de nal del pecado para vivir totalmente con
santificación sobre nosotros. La iniciati- fidelidad al designio de Dios sobre noso-
va de esta vocación es siempre de Dios. tros. La libertad del justo es una libertad
Nuestra responsabilidad consiste en res- en el amor al prójimo por Dios. Esto, pa-
ponder diariamente con toda generosidad radójicamente, nos lleva a una esclavitud
a este don divino. al servicio del hermano. Es también una
–1 Reyes,19,16.19-21: Eliseo se levan- libertad en el Espíritu Santo, que dirige
tó y se marchó tras Elías. Su actitud es un la vida de los justos y la orienta por un
ejemplo exacto de renuncia de los pro- camino espiritual contrario a las apeten-
pios intereses para seguir el llamamiento cias de la carne, cuya vida es antagónica
divino. a la del Espíritu, totalmente dominada por
En la Nueva Alianza los apóstoles y dis- lo divino y sobrenatural. Dice San Juan
cípulos de Cristo heredarán el espíritu de Crisóstomo:
los profetas. Jesucristo exigirá una exclu- «Cristo nos liberó del yugo de la esclavitud,
sividad absoluta en su servicio. Así ac- nos hizo responsables de nuestras actuaciones,
tuaron los apóstoles y millones de hom- pero no para que empleáramos ese poder para el
mal, sino como ocasión de alcanzar un premio
bres y mujeres en los veinte siglos de cris- mayor, elevándonos a un nivel más alto de vida.
tianismo. San Jerónimo dice: Puesto que en varias ocasiones llama a la ley yugo
«Una administración excesivamente cautelosa de esclavitud y a la gracia liberación de la maldi-
de la hacienda familiar, y que vuelve cautelosa- ción, a fin de que nadie creyese que prescribe
mente a sus cálculos, no se abandona tan fácil- abandonar la ley porque fuera lícito vivir de forma
mente. José con la túnica puesta, no habría podido contraria a la ley, corrige esta suposición dicien-
escapar de la mano de la egipcia. Aquel joven que, do: ordeno esto, no para que surja una forma de
envuelto en una sábana, seguía a Jesús, al ser vida inicua, sino para que la vida cristiana vaya
apresado por los esbirros dejó el vestido terreno y más allá de la ley, pues las ataduras de la ley han
se marchó desnudo. Elías, cuando fue arrebatado sido destruidas.
en un carro al cielo, dejó su manto en la tierra. «No digo todo esto para que seamos pusiláni-
Eliseo ofreció en sacrificio los bueyes y los yugos mes, sino para que alcancemos un nivel más alto..
de su anterior oficio... Dejar el oro es de princi- Andad según el Espíritu y no deis satisfacción al
piantes, no de perfectos. Eso lo hizo el tebano deseo de la carne. He aquí que señala otro camino
Crates, lo hizo Antístenes. Ofrecerse a sí mismo a que hace accesible la virtud y que da cumplimien-
Dios, eso es lo propio de los cristianos y de los to a cuanto se ha dicho, camino que engendra
apóstoles» (Carta 71,3, a Lucinio). amor y que viene reforzado por el amor. Pues
–Con el Salmo 15 decimos: «el Señor nada, nada inclina tanto al amor como el ser espi-
es mi lote y mi heredad». En este Salmo ritual, y nada induce al Espíritu a permanecer con
nosotros como la fuerza del amor... El que posee
tenemos una magnífica expresión de la el Espíritu, tal y como conviene, apaciguará gra-
fe. Pero esa fe con la que nos jugamos cias a él todos los malos deseos. El que se ve libre
toda nuestra existencia a la única carta de de estos, no necesita del auxilio de la ley, porque
Dios, está toda ella trascendida de amor. se encuentra en una situación más elevada con
Con él nos remontamos fácilmente hasta respecto a sus preceptos...» (Comentario a la
las alturas desde donde se divisa una vida Carta a los Gálatas V,3-6).
prolongada más allá de la muerte en la pre- –Lucas 9,51-62: Te seguiré adonde va-
sencia y compañía de Dios. Esto se hizo yas. Ante la iniciativa y el llamamiento di-
46 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
vino siempre corremos el riesgo de tratar
de condicionar nuestra respuesta según
los propios intereses personales. De este Lunes
modo, podemos hacernos indignos del
don divino. Comenta San Agustín: Años impares
«Escuchad lo que me ha inspirado Dios sobre –Génesis 18,16-33: ¿Es que vas a des-
este capítulo del Evangelio. En él se lee cómo se truir al inocente con el culpable? Abrahán,
comportó el Señor distintamente con tres hom- con gran fe y con humilde respeto, pero
bres. A uno que se ofreció a seguirlo, lo rechazó; también con bastante familiaridad, inter-
a otro que no se atrevía lo animó a ello; por fin a
un tercero que lo difería lo censuró. ¿Quién más cede ante Dios en favor de Sodoma y Go-
dispuesto, más resuelto, más decidido ante un bien morra, ciudades depravadas por la per-
tan excelente como es seguir al Señor adonde quiera versidad de sus habitantes. En toda la na-
que vaya que aquél que dijo: “Señor, te seguiré rración se palpa la misericordia de Dios y
adondequiera que vayas” (Lc 9,57). la perversidad de los hombres. Es un diá-
«Lleno de admiración preguntas: ¿Cómo es logo inefable de la condescendencia de
esto; cómo desagradó al Maestro bueno, nuestro Dios e ingenuidad de Abrahán.
Señor Jesucristo, que va en busca de discípulos
para darles el Reino de los cielos, hombre tan –Con el Salmo 102 proclamamos la mi-
bien dispuesto? Como se trataba de un Maestro sericordia del Señor. En este Salmo se ma-
que preveía el futuro, entendemos que este hom- nifiesta la misericordia y el amor divino
bre, hermanos míos, si hubiera seguido a Cristo con resplandor refulgente. La misma pa-
hubiera buscado su propio interés y no el de Je- labra «misericordioso» tiene para el he-
sucristo.
breo una resonancia que no se puede tra-
«Pues el mismo Señor dijo: “No todo el que me ducir en nuestras lenguas. Deriva de la
dice: Señor, Señor, entrará en el Reino de los cie- misma raíz que maternal.
los” (Mt 7,21). Este era uno de ellos; no se cono-
cía a sí mismo, como lo conocía el médico que lo Por muy enorme que sean los pecados
examinaba. Porque si ya se veía mentiroso, si ya de los hombres mayor es la misericordia
se conocía falaz y doble, no conocía a quien le divina. Si Abrahán hubiera descendido
hablaba. Pues Él es de quien dice el evangelista: más en el número de los justos también
“No necesitaba que nadie le informase sobre el
hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre” Dios lo hubiera atendido con la miseri-
(Jn 2,25). ¿Y qué le respondió? “Las zorras tie- cordia divina, que aparece en la Sagrada
nen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Escritura sin límites. Así lo enseñan los
Hijo del Hombre no tiene donde reclinar su cabe- Santos Padres, como San Jerónimo:
za ”(Lc 9,58). Pero, ¿dónde no tiene? En tu fe. Las
«No dudéis del perdón, pues, por grandes que
zorras tienen escondites en tu corazón; eres falaz.
sean vuestras culpas, la magnitud de la misericor-
Las aves del cielo tienen nidos en tu corazón; eres
dia divina perdonará, sin duda la enormidad de
soberbio. Siendo mentiroso y soberbio no puedes
vuestros muchos pecados» (Comentario sobre el
seguirme. ¿Cómo puede seguir la doblez a la sim-
profeta Joel 4).
plicidad?...» (Sermón 100,1).
Libertados por Cristo y para Cristo, San Cipriano también lo dice:
nuestra libertad está en defender esa liber- «Él nos ha prometido el perdón de los pecados
tad de los hijos de Dios, sin hipotecar nues- y no puede faltar a su palabra, ya que al enseñar-
nos a que sean perdonados nuestros pecado, nos
tra vida a nada que pueda traicionar nues- ha prometido su misericordia paternal y, en con-
tra vocación a la santidad y nuestra fideli- secuencia, su perdón» (Tratado sobre el Padre-
dad al Corazón de Cristo y al Evangelio nuestro 18).
Y San Gregorio Magno:
13ª Semana del Tiempo Ordinario 47
«Consideremos cuán grandes son las entrañas sin remedio; el que me ofrece acción de
de su misericordia, que no sólo nos perdona nues- gracias ése me honra; al que sigue el buen
tras culpas, sino que promete el reino celestial a camino le haré ver la salvación de Dios».
los que se arrepienten después de ellas» (Homi-
lía 9 sobre los Evangelios,3). –Mateo 8,18-22: Sígueme. San Jeróni-
mo comenta la exigencia de Jesús:
Años pares «Jesús propone duras exigencias a quienes quie-
–Amós 2,6-10.13-16: Oprimen contra el ren caminar en pos de Él; seguirle supone com-
polvo la cabeza de los míseros. Dios de- partir su vida de profeta que carece de morada;
nuncia las injusticias y las prácticas ver- supone asimismo renunciar aún los deberes de
piedad filial, por servicio al Reino. La llamada del
gonzosas a que se entregan los israelitas. Señor debe tener una correspondencia pronta, sin
Tales pecados serán castigados con seve- dilaciones, ni aun por motivos familiares. La dis-
ridad, pues la infidelidad del pueblo, que ponibilidad ha de ser sin condiciones. Él tiene
tantos beneficios ha recibido de Dios, es unos planes más altos para el discípulos y para los
inmensa. que aparentemente saldrían perjudicados.
A lo largo de la historia de la salvación «Ha dispuesto las cosas para que resulten bue-
nas para todos. Cuando Dios llama ése es el mo-
la fidelidad de Dios se revela inmutable, mento más oportuno, aunque aparentemente, mi-
frente a la constante infidelidad del hom- radas las cosas con ojos humanos, puedan existir
bre hasta que Cristo, testigo fiel de la ver- motivos que dilaten la entrega. Tan pronto como
dad (Jn 18,37; Ap 3,4) comunica a los el Hijo de Dios entró en la tierra, se instituyó para
hombres la gracia de que está lleno (Jn sí una nueva familia, para que quien era adorado
1,14-16) y los hace capaces de merecer por los ángeles en el cielo tuviera también ángeles
la corona de la vida imitando su fidelidad sobre la tierra.
hasta la muerte (Ap 2,10). «Entonces la casta Judit cortó la cabeza de
Holofernes; entonces Amán, que significa iniqui-
–El Salmo 49 es un eco de la lectura dad, quedó abrasado en su propio fuego; enton-
anterior: «atención los que olvidáis a ces Santiago y Juan, dejando padre, redes y
Dios». De suyo este salmo es una invecti- navecilla, siguieron al Salvador, abandonando a la
va contra el formulismo del culto judío y vez los vínculos de la sangre, las ataduras del
la hipocresía del pueblo. Fue tomado por siglo y la solicitud de la familia. Entonces se oyó
por vez primera: “el que quiera venir en pos de
Cristo con términos fuertes y decisivos, Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”
sobre todo contra las actitudes de los fa- (Mt 16,24). Porque no hay soldado que marche a
riseos y jefes espirituales del pueblo (cf. combatir con su esposa. A un discípulo que de-
Mt 15,1-20. 23): seaba ir a dar sepultura a su padre no se lo con-
siente el Señor. Las zorras tienen guaridas y las
«¿Por qué recitas mis preceptos y tie- aves del cielo nidos; pero el Hijo del Hombre no
nes siempre en la boca mi alianza, tú que tiene donde reclinar la cabeza (Mt 8,20). Eso para
detestas mi enseñanza y te echas a la es- que no te contriste si tu morada es algo estrecha»
palda mis mandatos? Cuando ves un la- (Carta 22,21, a Eustoquia).
drón, corres con él, te mezclas con los San Juan Crisóstomo dice:
adúlteros; sueltas tu lengua para el mal,
«Ni siquiera pidió al Señor que le permitiera ir
tu boca urde el engaño. Te sientas a ha- a su casa y dar la noticia a los suyos, por lo
blar contra tu hermano, deshonras al hijo demás tampoco lo hicieron los pescadores. Estos
de tu madre; esto haces, ¿y me voy a ca- dejaron las redes, la barca y padre, y Mateo su
llar? ¿crees que soy como tú? Te acusa- oficio de alcabalero y su negocio, para seguir al
ré, te lo echaré en cara. Atención los que Señor» (Homilía 30 sobre San Mateo).
olvidáis a Dios, no sea que os destroce
48 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
Dios, por su Cristo, por su Iglesia, no po-
demos mirar atrás, hacia las cosas de este
Martes mundo que nos encadenan.
Años impares Años pares
–Génesis 19,15-29: El Señor hizo llo- –Amós 3,1-8; 4,11-12: Habla el Señor,
ver sobre Sodoma y Gomorra azufre y fue- ¿quién no profetiza? Si el profeta habla
go. El castigo de Dios se desencadena es porque tiene que transmitir un mensa-
sobre las ciudades malditas. En el Evan- je. Ya que los últimos castigos nos han
gelio se dice que quien rechace creer en traído consigo la conversión del pueblo,
su mensaje será juzgado con mayor dure- el Señor mismo vendrá en persona a juz-
za aún el día del juicio. Comenta San gar a Israel con severidad. Por tanto, que
Agustín: se prepare a comparecer ante Dios.
«Nada hay tan opuesto a la esperanza como Los que desprecian al profeta y sus
mirar atrás, poner la confianza en las cosas que se amenazas deben pensar que los castigos
deslizan y pasan. Por tanto, ha de ponerse en lo y calamidades que anuncian vienen, en de-
que todavía no se nos ha dado, pero que ha de finitiva, de Dios, y, por tanto no burlarse
dársenos en algún momento y jamás pasará. Sin
embargo, cuando se precipitan sobre el mundo las
de ellos, porque la venganza será inexo-
tentaciones como una lluvia de azufre sobre rable. No podemos burlarnos de la predi-
Sodoma, ha mantenerse la experiencia de la mujer cación evangélica. Se nos pedirá cuenta
de Lot. Miró atrás y en aquel lugar quedó conver- de los rechazos de los dones del Señor.
tida en sal para sazonar a los prudentes con su No podemos jugar con la justicia divina.
ejemplo» (Sermón 105,7).
–El Señor, como se dice en el Salmo 5,
–Con el Salmo 25 decimos: «tengo ante no es un Dios que ame la maldad, ni son
mis ojos, Señor, tu bondad». La libera- los malvados los que habitan con Él, sino
ción de la familia de Lot hace pensar en el justo, como el piadoso salmista. Es ini-
lo que dice el salmo: «No arrebates mi maginable hasta qué extremos puede lle-
alma con los pecadores... camino en la gar la cercanía de Dios: no sólo ofrece su
integridad». Quien contemporiza cons- propia Casa o Templo, sino que está dis-
cientemente con el mal, ya está resque- puesto a convertir el corazón del hombre
brajando su fe, al menos, en la pura lógi- en el templo más estimable y apreciado:
ca de los hechos; ya ha roto de algún modo «Cristo habita en nuestros corazones por
esa opción absoluta por Dios, que exige la fe» (Ef 3,17).
la fe. De ahí que la fe tenga que mante-
nerse, reavivarse y fortalecerse continua- Qué bien se dio cuenta San Agustín, aun
mente por medio de la oración. Porque antes de ser cristiano, de esa sublime rea-
una fe con esas exigencias de integridad lidad de la presencia de Dios en el inte-
y perseverancia, ni puede adquirirse, ni rior de todo hombre:
puede conservarse viva y operante sin la «Pobre infeliz de mí..., era tal mi ignorancia,
ayuda de Dios. que te buscaba, Dios mío, con los ojos y demás
sentidos de mi cuerpo..., siendo así que Tú esta-
El Señor nos purifica con su propia san- bas más dentro de mí que lo más interior que hay
gre y nos hace participar en su propia san- en mí mismo» (Confesiones, 3,6).
tidad e inocencia, nos asocia en su culto La intimidad con Dios no se compren-
al Padre mediante la celebración euca- de sino para llevar una vida según Dios la
rística. Una vez que hemos optado por justicia de Dios: mirar, valorar, usar de
13ª Semana del Tiempo Ordinario 49
las cosas con el criterio de Dios, que es el «Después estando el niño abandonado a punto
último que da el sentido verdadero y justo de morir, se acercó el ángel del Señor a Hagar y le
de la realidad. abrió los ojos y vio un pozo de agua viva (Gén
21,19). ¿Cómo puede relacionarse esto con la his-
–Mateo 8,23-27: Increpó al viento y al toria? ¿Dónde encontramos que Hagar tuviera los
lago y vino una gran calma. Al sosegar la ojos cerrados, y que luego le fueran abiertos? Está
tempestad muestra Jesús su poder sobre más claro que la luz que aquí hay un sentido espi-
los elementos. San Juan Crisóstomo dice: ritual y místico. El que fue abandonado es el pue-
blo según la carne, el cual yace con hambre y sed,
«Una vez, pues, que estalló la tormenta y se no con hambre de pan ni con sed de agua, sino
enfureciera el mar, los apóstoles despiertan al Se- con sed de la palabra de Dios hasta que se le abran
ñor... Mas el Señor los reprende a ellos antes que los ojos a la sinagoga.
al mar. Porque esta tormenta la permitió Él para
«Este es el misterio del que habla el apóstol, a
ejercitarlos y darles como un preludio de las prue-
saber, que la ceguera ha caído sobre una parte de
bas que más tarde había de sobrevenirles... De ahí
Israel hasta que la masa de los gentiles haya entra-
el sueño de Cristo. Porque si la tempestad se hu-
do, y “entonces todo Israel será salvado” (Rom
biera desencadenado estando Él despierto, o no
11,24). Esta es la ceguera de Hagar, la que engen-
hubieran tenido miedo alguno, o no le hubieran
dró según la carne; y esta ceguera permanecerá en
rogado, o, tal vez, ni pensaran que tenía Él poder
ella “hasta que sea retirado el velo de la letra” (2
de hacer nada en aquel trance. De ahí el sueño del
Cor 3,16) por el ángel de Dios y vea el agua viva.
Señor, pues así daba tiempo a su acobardamiento
y a que fuera más profunda la impresión de los «Pero nosotros mismos hemos de estar alerta,
hechos... porque muchas veces también estamos echados
junto al pozo de agua viva, es decir, junto a las
«Sin embargo, como era menester que también
Escrituras divinas y andamos perdidos en ellas.
ellos, por personal experiencia, gozaran de los
Tenemos los libros en las manos y los leemos,
beneficios del Señor, permitió Él la tempestad, a
pero no alcanzamos su sentido espiritual. Por ello
fin de que al sentirse libres de ella, tuvieran tam-
son necesarias las lágrimas y la oración ininte-
bién el más claro sentimiento de un beneficio
rrumpida, a fin de que el Señor abra nuestros
suyo... ¿Qué hombre es éste, a quien obedecen
ojos...» (Homilías sobre el Génesis 7,5).
los vientos y el mar? Cristo, empero, no les re-
prendió de que le llamaran hombre, sino que es- –Con el Salmo 33 decimos: «Si el afli-
peró a demostrarles por sus milagros que su opi- gido invoca al Señor, Él lo escucha y lo
nión era equivocada. Ahora, ¿de dónde deducían salva de sus angustias; el ángel del Señor
ellos que fuera hombre? De su apariencia, de su acampa en torno a su fieles, y los prote-
sueño, de tenerse que servir de una barca... Porque
el sueño y la apariencia externa mostraban que era ge. Todos sus santos, temed al Señor, por-
hombre; pero el mar y la calma de la tormenta lo que nada les falta a los que le temen; los
proclamaban Dios» (Homilía 28,1, sobre San ricos empobrecen y pasan hambre, los que
Mateo) buscan al Señor no carecen de nada. Ve-
nid, hijos, escuchadme: os instruiré en el
temor del Señor; ¿hay alguien que ame la
Miércoles vida y desee días de prosperidad?».
Años impares Años pares
–Génesis 21,5.8-20. La herencia para –Amós 6,14-15.21-24: Dios manifies-
el hijo de la libre. Luego del nacimiento ta su desagrado ante el culto que se limi-
de Isaac, son expulsados Hagar e Ismael. ta a unas prácticas externas y carece de
Si bien la oración de Hagar es atendida, sinceridad. El que es justo y exigente no
sigue siendo Isaac el escogido como here- puede contentarse sino con la equidad y
dero de la promesa hecha a Abrahán. Orí- la justicia de sus seguidores.
genes comenta:
50 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
Lo exige la esencia del culto que es la crificios su misma persona, en contrapo-
veneración por un ser basada sobre el sen- sición de los dones puramente materia-
timiento de su excelencia y de la propia les. Los profetas insistieron mucho en esto.
inferioridad y sumisión que se tiene fren- No debe haber dos líneas paralelas: por
te a ello. Es, pues, radicalmente una cier- un lado el culto y por otro la conducta, la
ta actitud interna hecha no sólo de admi- propia vida de espaldas a lo que el culto
ración, de estima y de honor, sino tam- exige. Esto tiene una gran aplicación para
bién de humildad y de protestación de su- nosotros.
misión. El Concilio Vaticano II dice así:
El culto es esencial y principalmente in- «Mas, para asegurar la plena eficacia de la litur-
terno. Ante todo porque el culto es un gia, es necesario que los fieles se acerquen a la
homenaje que se rinde a Dios; ahora bien, sagrada liturgia con recta disposición de ánimo,
el honor está formalmente en el espíritu pongan su alma en consonancia con su voz y
que lo rinde, siendo formalmente una ac- colaboren con la gracia divina para no recibirla en
vano. Por esta razón, los pastores de almas deben
titud del espíritu, ante todo de la volun- vigilar para que en la acción litúrgica no sólo se
tad. También porque Dios es espíritu y observen las leyes relativas a la celebración válida
en espíritu hay que ponerse en contacto y lícita, sino también para que los fieles participen
con Él. Finalmente, porque en el hombre en ella consciente, activa y fructuosamente»
la parte sustancial, determinante, y más (Sacrosanctum Concilium11).
noble es el espíritu. Pero, como el hom- –Mateo 8,28-34: Los milagros de Jesús
bre no es solamente espíritu, también es dan a conocer la presencia misteriosa del
necesario el culto externo, social y colec- Reino que hace retroceder a las fronteras
tivo. Mas en ese culto externo no se ha de del imperio del mal. Al liberar a los hom-
omitir el interno, pues es esencial al cul- bres de la sujeción a los espíritus malig-
to. nos, Jesús lleva a cabo ya desde ahora el
El culto supone un signo empeñativo: juicio de Dios. Dice San Juan Crisóstomo:
las disposiciones de ánimo en las que el «Apenas hubo desembarcado Jesús, al milagro
culto interno consiste no se conciben sin pasado sucedió otro más temeroso. Y fue que unos
el «compromiso» o la obligación, al me- endemoniados, como si fueran esclavos fugitivos
nos implícita de vivir en el futuro como y criminales que se topan con su amo comenza-
ron a gritar: “¿qué tenemos que ver contigo Je-
lo exige de nosotros la excelencia de Dios, sús, Hijo de Dios? ¿has venido aquí para ator-
que reconocemos en el culto y la sumi- mentarnos antes de tiempo?” Como las turbas le
sión que le profesamos. habían confesado hombre, vienen ahora los de-
–Con el Salmo 49 nos ponemos en la monios a proclamarlo Dios; y los que no habían
oído al mar embravecido y luego en calma, ahora
misma línea de lo dicho anteriormente: oían a los demonios que gritaban lo mismo que
«Al que sigue buen camino le haré ver la había proclamado el mar con su calma.
salvación de Dios» Es una requisitoria con- «Luego, porque no se pensara que era cuestión
tra el formalismo requisitoria no son los de adulación, como quienes lo estaban muy bien
sacrificios rituales que el pueblo ofrece, experimentando, gritan y dicen: ¿Has venido aquí
sino el absurdo de erigir la religión y el para atormentarnos antes de tiempo? Muy bien
culto en un sistema consistente por sí mis- hacen confesando ante todo su enemistad con el
mo y privado de la entrega sincera del Señor, pues así no caben sospechas en la súplica
corazón. El sacrificio que Dios quiere es que le van a dirigir... ¿Y por qué razón mataron
los demonios a los cerdos? No por otra razón
el sacrificio de alabanza, o lo que es lo sino porque el empeño de los demonios es siem-
mismo, que el hombre integre en sus sa- pre afligir a los hombres y en la ruina de éstos
13ª Semana del Tiempo Ordinario 51
está siempre su alegría... Realmente también en el hombres a su Hijo inmortal. Ante esto, ¿qué dire-
caso de estos endemoniados les salió la jugada al mos? ¿qué le devolveremos al Señor a cambio de
revés; pues, por una parte, quedó proclamado el todo lo que nos ha dado? (Sal 105,3). Dios Padre,
poder de Cristo, y proclamada también, con más por amor nuestro, no perdonó a su propio Hijo.
claridad aún, la maldad de ellos, de la que el Señor ¿Quién de vosotros podrá oir alguna vez la voz
libró a los posesos; y, por otra, se demostró que, de Dios diciendo: Ahora he conocido que tú te-
si el Dios de todas las cosas no se lo permite, no mes a Dios, porque no has perdonado a tu hijo, o
pueden ellos tocar ni a una piara de cerdos» (Ho- a tu hija, o a tu esposa, o no has perdonado tu
milía 28,2-3 sobre San Mateo). dinero, los honores del siglo y las ambiciones del
mundo, sino que lo has despreciado todo y lo has
tenido por estiércol para ganar a Cristo (Flp 3,8),
Jueves lo has vendido todo dándolo a los pobres y has
seguido la palabra de Dios?» (Homilías sobre el
Génesis, VIII).
Años impares
–Con el Salmo 114 proclamamos: «ca-
–Génesis 22,1-19: El sacrificio de
minaré en presencia del Señor en el país
Abrahán, nuestro padre en la fe. El sacri-
de la vida». Pocos salmos como éste po-
ficio de Isaac fue una prefiguración del
nen de relieve que el justo es un siervo de
misterio de la Cruz (cf. Heb 11,17-19).
Dios que cumple su voluntad, como la
Orígenes así lo explica:
cumplió Abrahán.
«Que Isaac lleve él mismo la leña para el holo-
causto es figura de Cristo, que llevó Él mismo la «Amo al Señor, porque escucha mi voz
cruz (Jn 19,17). Pero llevar la leña para el holo- suplicante; porque inclina su oído hacia
causto es oficio del sacerdote; por tanto, él es a la mí, el día que lo invoco. Me envolvían re-
vez hostia y sacerdote. Cuando se añade: “Y par- des de muerte, me alcanzaron los lazos
tieron los dos juntos” se significa lo siguiente: del abismo, caí en tristeza y angustia. In-
Abrahán, que tenía que hacer el sacrificio, llevaba
el fuego y el cuchillo, e Isaac no iba detrás de él,
voqué el nombre del Señor; Señor, salva
sino juntamente con él, para mostrar que con él mi vida. El Señor es benigno y justo, nues-
desempeña un mismo sacerdocio... Abrahán le- tro Dios es compasivo; el Señor guarda a
vanta un altar, pone sobre el altar la leña, ata al hijo los sencillos; estando yo sin fuerza me
y se dispone a degollarlo. salvó. Arrancó mi alma de la muerte, mis
En esta iglesia sois muchos los padres que es- ojos de las lágrimas, mis pies de la caída.
cucháis esta narración: ¿acaso alguno de vosotros Caminaré en presencia del Señor, en el
al oir narrar esta historia obtendrá tanta fortaleza y país de la vida».
tanta valentía, que cuando tal vez pierda a su hijo
por la muerte ordinaria que a todos ha de venir, Años pares
aunque se trate de un hijo único, aunque se trate
de un hijo preferido, se aplicará el ejemplo de –Amós 7,10-19: Ve y profetiza a mi pue-
Abrahán poniendo ante sus ojos su grandeza de blo. El pesimismo de la predicación de
alma? Y aun a ti no se te exigirá tan gran fortaleza Amós le lleva al profeta a ser acusado de
de que tú mismo hayas de atar a tu hijo, tú mismo alta traición y le acarrea la posibilidad de
hayas de sujetarlo, tú mismo prepares el cuchi-
llo, tú mismo degüelles a tu unigénito.
ser expulsado de su territorio. Amós hace
notar el carácter irresistible de su voca-
«Todos estos oficios no se te pedirán; pero ción y reitera sus desdichados presagios.
por lo menos mantente firme en tu propósito y
en tu voluntad, y agarrado a la fe ofrece con ale- El profeta es el representante de Dios
gría tu hijo a Dios. Sé tú el sacerdote del alma de y, por tanto, oponerse a su predicación
tu hijo: ahora bien, no es digno que el sacerdote, es oponerse a los designios divinos. Sus
al ofrecer un sacrificio a Dios, vaya con llanto... opositores serán los primeros en sentir la
Abrahán ofrece a Dios su hijo mortal, que no
había de morir; Dios ofrece a la muerte por los prueba de la autenticidad de la profecía
52 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
de Amós. Así ha sucedido siempre. Pero «Como todos, pues, daban grandes pruebas de
los seguidores de Dios no pueden, no de- fe el Señor la dio de su poder perdonando con
ben abandonar su camino, aunque le cues- absoluta autoridad los pecados y demostrando una
vez más su igualdad con el Padre. Pero notadlo
te la vida. Así actuaron los mártires del bien: antes la había demostrado por el modo como
cristianismo en todos los tiempos y otros enseñaba, pues lo hacía como quien tiene autori-
que, sin derramar su sangre, han tenido dad... Aquí, empero, por modo más eminente obli-
que sufrir por predicar y enseñar la doc- ga a sus propios enemigos a que confiesen su
trina del Evangelio. igualdad con el Padre, y por boca de ellos hace Él
que esta verdad sea patente.
–El Salmo 18 canta la excelencia de la
«Por lo que a Él le tocaba, bien claro mostraba
ley del Señor: «los mandamientos del Se- lo poco que le importaba el honor de los hombres.
ñor son verdaderos y enteramente justos». Y era así que le rodeaba tan enorme muchedum-
Es un himno maravilloso en el que se ce- bre que amurallaban toda la entrada y acceso a Él,
lebra la Sabiduría de Dios que ordena y y ello obligó a bajar al enfermo por el tejado, y, sin
rige el universo y vivifica y dirige el es- embargo, cuando lo tuvo ya delante, no se apresu-
píritu y el corazón del hombre. La mis- ró a curar su cuerpo. A la curación de éste fueron
ma ley divina que se manifiesta en la crea- más bien sus enemigos los que le dieron ocasión.
Él, ante todo, curó lo que no se ve, es decir, el
ción, penetra con su luminosa claridad en alma, perdonándole los pecados. Lo cual, al en-
la conciencia humana y a través de la ra- fermo le dio la salvación; pero a Él no le procuró
zón y de la adhesión libre de la voluntad, muy grande gloria. Fueron, digo, sus enemigos
armoniza el universo y la historia para quienes, molestándole llevados de su envidia y
una misma celebración de la gloria de tratando de atacarle, lograron, aun contra su vo-
Dios en la que el hombre viene a ser como luntad, que brillara más la gloria del milagro. Y es
que, como el Señor era hábil, se valió de la envidia
intérprete consciente de todas las voces misma de sus émulos para manifestación del mi-
de la creación y el cantor del cosmos ante lagro» (Homilía 29,1 sobre San Mateo).
el Altísimo.
«La ley del Señor es perfecta y es des-
canso del alma; el precepto del Señor es Viernes
fiel e instruye al ignorante. Los manda-
tos del Señor son rectos y alegran el co- Años impares
razón; la norma del Señor es límpida y –Génesis 23,1-4.19; 24,1-8.62-67: An-
da luz a los ojos. La voluntad del Señor tes de morir Abrahán quiso que su hijo tome
es pura y eternamente estable; los man- esposa en el país de sus antepasados» era
damientos del Señor son verdaderos y en- Rebeca. Era un eslabón más en las pro-
teramente justos. Más preciosos que el oro, mesas de Dios. Orígenes expone el para-
más que el oro fino; más dulces que la lelismo entre el pozo de agua donde Isaac
miel de un panal que destila». encontró a Rebeca y el agua viva de las
–Mateo 9,1-8: La gente alaba a Dios Escrituras, a donde hemos de ir todos:
que da a los hombres tal potestad. Con «Rebeca iba todos los días a los pozos, todos
ocasión de la curación del paralítico Je- los días sacaba agua. Y porque todos los días iba
sús manifiesta el misterio de su persona. a los pozos, por esto pudo ser hallada por el mozo
de Abrahán y pudo arreglarse su matrimonio con
Es el Hijo de Dios, llamado también por Isaac. ¿Piensas que esto son fábulas y que el Es-
Daniel el Hijo del Hombre (Dan 7,13). Po- píritu Santo cuenta cuentos en las Escrituras?
see, por lo mismo, la potestad de perdo- Hay aquí una enseñanza para las almas y una
nar los pecados y transmitirla. Comenta doctrina espiritual, que te instruye y te enseña a
San Juan Crisóstomo: ir todos los días a los pozos de las Escrituras, a
13ª Semana del Tiempo Ordinario 53
las aguas del Espíritu Santo, para que saques siem- pan ni sed de agua, sino de oir la palabra de Dios”
pre y te lleves a casa una vasija llena. Como hacía (Amos 8,11). Quien, habiendo sustraído su pala-
la santa Rebeca, la cual no se habría podido casar bra, dice que nos angustiará con hambre y sed,
con tan gran patriarca como Isaac –que era nacido demuestra que su palabra es para nosotros comi-
de la promesa (Gál 4,23)- sino viniendo por agua da y bebida. Pero es de notar que unas veces es
y sacándola en tanta cantidad que pudiera saciar comida y otras bebida; pues en las cosas más
no sólo a los de su casa, sino al mozo de Abrahán; oscuras, que no pueden entenderse si no son ex-
no sólo al mozo, sino que era tan abundante el puestas, la Sagrada Escritura es comida, porque
agua que sacaba de los pozos que pudo abrevar a lo que se expone para que sea entendido es como
sus camellos, como dice hasta que dejaron de be- que se mastica para ser deglutido; pero en las co-
ber (Gén 24,19). sas más claras es bebida, pues la bebida se deglute
Todo lo que está escrito son misterios... Si no sin masticar. Así que bebemos los mandatos más
vienes cada día a los pozos, si no sacas agua cada claros porque, aun sin exponerlos, los podemos
día (de la Escritura), no sólo no podrás dar de entender» (Homilía 10,3, sobre Ezequiel).
beber a otros, sino que tú mismo sufrirás la sed de –«No sólo de pan vive el hombre, sino
la palabra de Dios. Oye al Señor que dice en el de toda palabra que sale de la boca de
Evangelio: “el que tenga sed, que venga a Mí y Dios» (Mt 4,4). A este estribillo siguen
beba” (Jn 7,37). Pero, a lo que veo, tú no tienes
hambre ni sed de justicia (Mt 5,6) ¿cómo podrás unos versos del Salmo 118:
decir: “como el ciervo desea las fuentes de las «Dichoso el que, guardando sus precep-
aguas así mi alma desea al Señor”? (Sal 41,1)... tos, lo busca de todo corazón. Te busco
Decidme vosotros, los que sólo venís a la iglesia de todo corazón, no consientas que me
los días de fiesta, ¿es que los demás días no son
días de fiesta? ¿No son días del Señor?...» desvíe de tus mandamientos. Mi alma se
(Homilías sobre el Génesis X). consume, deseando continuamente tus
mandamientos. Escogí el camino verda-
–Con el Salmo 105 damos gracias al
dero, deseé tus mandamientos. Mira cómo
Señor, porque ha sido tan bueno con no-
ansío tus decretos: dame vida con tu jus-
sotros, porque es eterna su misericordia.
ticia. Abro la boca y respiro, ansiando tus
«¿Quién podrá contar las hazañas de Dios,
mandamientos».
pregonar toda su alabanza? Dichosos los
que respetan el derecho y practican siem- –Mateo 9,9-13: No tienen necesidad de
pre la justicia. Acuérdate de mí por amor médico los sanos; misericordia quiero y
a tu pueblo. Visítame con tu salvación, no sacrificios. San Juan Crisóstomo dice:
para que vea la dicha de tus escogidos, y «Después que Jesús hubo llamado a Mateo,
me alegre con la alegría de tu pueblo, y honróle además con el más alto honor, como fue
me gloríe con tu heredad». sentarse luego con él a la mesa. De este modo
quería el Señor aumentar en él la confianza y su
Años pares buen ánimo para lo por venir. La curación, efecti-
vamente, de su mal estado no había necesitado de
–Amós 8,4-6.9-12: Enviaré hambre, no mucho tiempo, sino que había sido obra de un
de pan, sino de escuchar la palabra del momento. Mas no se sienta a la mesa sólo con
Señor. Amós descubre la forma inicua de Mateo, sino con otros muchos publicanos, no obs-
proceder de los fraudulentos y explota- tante echársele también en cara que no apartaba de
sí a los pecadores. Los evangelistas por su parte,
dores. Profetiza sobre «el Día del Señor». tampoco ocultan que sus enemigos buscaban de
Por fin el pueblo arderá en deseos de la qué acusarle en sus acciones. Acuden pues, los
Palabra de Dios. Comenta San Gregorio publicanos a casa de Mateo, como compañero de
Magno oficio que era, pues él, orgulloso del hospedaje de
«Es la Sagrada Escritura comida y bebida. Por Cristo, los había invitado a todos.
eso, también el Señor amenaza por otro profeta: «A todo linaje de medicina solía apelar Cristo;
“Yo enviaré hambre sobre la tierra; no hambre de y no sólo hablando, no sólo haciendo milagros y
54 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
confundiendo a sus enemigos, sino hasta comien- de alabar a Dios de todo corazón y con
do, procuraba la salud de los que mal se hallaban. todas las fuerzas del espíritu, correspon-
Con lo que nos enseña que no hay tiempo, no hay de de modo especial al cristiano, que ha
obra que no pueda procurarnos alguna utilidad...
Sus enemigos le acusaban de que trataba con aque- sido escogido por Dios con una espe-
llas gentes, mas Él les hace ver que lo indigno de cialísima elección, como dice San Pedro
Él y de su amor hubiera sido precisamente rehuir (1 Pe 2,9-10). Pero la fe cristiana nos dice
su trato. Curar a aquellos hombres no sólo estaba mucho más aún: Dios omnipotente y mi-
fuera de toda culpa, sino que era parte principal y sericordioso se ha hecho visible en Cris-
necesaria de su misión y merecía infinitas alaban- to: verdadero Dios y verdadero hombre,
zas... “Misericordia quiero y no sacrificio” (Os
6,6). Al hablar así, echábales en cara su ignoran-
semejante a nosotros menos en el pecado
cia de la Escritura» (Homilía 30,2, sobre San (Heb 4,15-16). La alabanza del piadoso
Mateo). israelita es por la elección de Jacob: «Ala-
bad al Señor, porque es bueno; tañed para
su nombre, que es amable. Porque Él se
Sábado escogió a Jacob, a Israel en posesión su-
ya».
Años impares
–Génesis 27,1-5.15-29: Animado por su Años pares
madre Rebeca Jacob arrebata a Esaú, su –Amós 9,11-15: Haré volver los cauti-
hermano primogénito, la bendición de su vos de Israel y los plantaré en su campo.
anciano padre. Los designios de Dios pro- Una profecía sobre la restauración de la
ceden por simple elección y no dependen dinastía de David y sobre una era de feli-
de las obras, sino de Aquél que llama cidad. Es más bien una predicción sobre
(Rom 9,11-13). Comenta San Gregorio la vocación de todos los pueblos a reunir-
Magno: se en la Iglesia de Jesucristo.
«En efecto, el círculo de sus preceptos una El idilio de los tiempos mesiánicos de
veces está arriba y otras abajo, porque a los más que nos habla el profeta se ha quedado
perfectos se les anuncia espiritualmente, a los dé- corto, pues las realidades de la vida de la
biles se les aplica conforme a la letra, y lo que los
pequeñuelos entienden a la letra, los varones doc-
gracia, vivida con la intensidad que exige
tos lo subliman mediante la inteligencia espiritual. la vocación cristiana, superan a todo lo
Porque, ¿quién de los pequeños no se deleita le- que podían soñar los profetas del Anti-
yendo la sagrada historia de Esaú y Jacob, cuando guo Testamento. San Jerónimo así lo ex-
el uno sale a cazar para ser bendecido, y el otro, plica:
mediante la suplantación hecha por la madre, reci-
be la bendición del padre? (Gén 27). Historia, en «En aquel tiempo, la uva se pisará en los laga-
la que, ciñéndose a una inteligencia poco sutil, res llenos y se exprimirán los mostos enrojecidos
parece que Jacob no arrebató fraudulentamente con la sangre de Cristo y de los mártires, y este
la bendición del primogénito, sino que la recibió pisador de uva será semillero de la palabra de
como debida a él, puesto que, con el consenti- Dios, para que su sangre clame en el mundo más
miento de su hermano, habíala comprado, dándo- que clamó la sangre del justo Abel. Los que as-
le en pago el alimento. Pero, no obstante, si algu- ciendan al monte por los méritos de sus virtudes,
no, pensando más profundamente, quisiera exa- sudarán miel, más aún, destilarán la dulzura de la
minar la conducta de cada uno de ellos, mediante palabra de Dios, de la que está escrito: “Gustad y
los secretos de la alegoría, en seguida se eleva ved qué bueno es el Señor” (Sal 33,9) y “Qué
desde la historia al misterio» (Homilía 1 sobre dulce al paladar tu promesa, más que la miel en la
Ezequiel). boca” (Sal 118,103). Los que están bajo las mon-
tañas, a los que llega el esposo en el Cantar de los
–Con el Salmo 134 proclamamos: «ala- Cantares saltando por las montañas, brincando
bad al Señor, porque es bueno». El oficio por las colinas (Cant 2,8) –los llama colinas–,
13ª Semana del Tiempo Ordinario 55
imitarán el paraíso de Dios, de manera que en «Lo que el Señor quiere decir con esto es: el
ellos se encuentren los frutos de la doctrina. En- tiempo presente es de alegría y regocijo. No ven-
tonces, si alguno está cautivo en la infidelidad, y gáis, pues, con estas cosas tristes. Y, en verdad,
aún no ha creído en el nombre del Señor, y es del cosa triste es el ayuno, no por su naturaleza, sino
resto del en otro tiempo pueblo de Israel, edifica- por la disposición aun demasiado flaca de quienes
rán ciudades antes desiertas y habitarán en ellas» lo practican. Porque para quienes quieren de ver-
(Comentario sobre el profeta Amós 4). dad vivir santamente, no hay cosa más dulce y
apetecible... Mas no sólo por este medio cierra el
–Con el Salmo 84 alabamos a Dios «que Señor la boca a sus enemigos, sino también con lo
anuncia la paz a su pueblo». Dios había que seguidamente dice: Días vendrán en que les
perdonado a su pueblo y le había abierto será arrebatado el esposo... Con estas palabras les
el camino a la patria. Así se describen en hace ver el Señor que, si sus discípulos no ayuna-
Isaías 40, como si fuera un segundo Éxo- ban, no era por glotonería, sino por una admirable
do; como un desfile triunfal por el de- disposición suya. Pero ya anticipa aquí Jesús un
sierto, en el que Dios marchaba a la cabe- anuncio sobre su pasión...» (Homilía 30,3-4, so-
bre San Mateo).
za de los liberados. Pero, además, el re-
torno se hacía coincidir con la restaura- Esta frase del Señor motivó en los pri-
ción final de los tiempos y de la conver- meros años del cristianismo el ayuno del
sión de las gentes. Todo esto se explica viernes y sábado santos, con lo cual se
mejor con la liberación y redención he- preparaban para la celebración de la Pas-
cha por Cristo no obstante todas las difi- cua del Señor. Esos pocos días se fueron
cultades y el mal en el mundo. En reali- luego ampliando, hasta llegar en el siglo
dad todo se ve mejor en el triunfo total IV a la Cuaresma.
de Cristo en la Jerusalén celeste, llamada
visión de paz (cf. 1 Cor 15-28).
–Mateo 14-17: El tiempo de la presen-
cia del mensajero del Reino sobre este mun-
do, similar a una fiesta nupcial, es un tiempo
de alegría, del que queda excluido el ayu-
no. Pero, allá, en el horizonte, se perfila
la tragedia final. El Esposo será arrebata-
do. Entonces vendrá el ayuno. Renova-
ción impuesta por Cristo. Dice San Juan
Crisóstomo:
«Antes se había llamado el Señor a sí mismo
médico y ahora se da el nombre de Esposo: nom-
bres ambos con que se nos revelan inefables mis-
terios. Y a fe que podía haberles respondido mu-
cho más ásperamente. Podía, por ejemplo, haber-
les dicho: No sois vosotros quiénes para poner
esas leyes. Porque, ¿de qué vale el ayuno, si el
alma está chorreando maldad?... Lo primero que
debiérais hacer era arrojar de vosotros toda vana-
gloria y practicar luego las virtudes de la caridad,
la mansedumbre y el amor al prójimo. Pero, real-
mente, nada de esto les dice, sino que con toda
modestia les replica: “no pueden ayunar los hijos
de la cámara nupcial mientras esté con ellos el
esposo”.
56 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
nos sus frutos de salvación y haz que per-
severemos siempre cantando tu alaban-
za».
CICLO A
El Señor se nos presenta en el Evange-
lio con su Corazón manso y humilde; a Él
corresponde la profecía de Zacarías en la
que ve al Señor «justo y victorioso, mo-
desto y cabalgando en un asno», como
así sucedió en su entrada triunfal en Jeru-
14ª Semana salén. San Pablo nos recuerda que por el
bautismo hemos participado en el Miste-
rio Pascual del Señor. Por lo mismo he-
mos de vivir, según el Espíritu de Cristo
Domingo que habita en nosotros.
Entrada: «Oh Dios, meditamos tu mi- La figura mesiánica del Redentor, manso
sericordia en medio de tu templo» (Sal y humilde de Corazón, con la que hoy la
47,10-11). liturgia nos invita a identificarnos, encar-
Colecta (del Misal anterior, antes del na el designio de Dios de ofrecernos el
Gregoriano, y ahora retocada con textos modelo viviente para la regeneración del
del Gelasiano): «¡Oh Dios!, que por me- hombre degradado por la violencia del mal
dio de la humillación de tu Hijo levantas- y del pecado.
te a la humanidad caída, concede a tus Es difícil para un corazón humano siem-
fieles la verdadera alegría, para que, li- pre dispuesto a la venganza, al rencor, a
bres de la esclavitud del pecado, alcancen la violencia, al egoísmo y al odio todo lo
también la felicidad eterna». que significa el mensaje que nos da el Co-
Ofrendas (del Misal anterior, antes del razón de Jesucristo. A Él hemos de mirar
Gregoriano, retocada ahora con textos del y aprender de Él la mansedumbre, la hu-
Gelasiano): «La oblación que te ofrece- mildad y el amor.
mos, Señor, nos purifique, y cada día nos –Zacarías 9,9-10: Tu Rey viene pobre
haga participar con mayor plenitud de la a ti. Frente las esperanzas mesiánicas de
vida del reino glorioso». Israel, cifradas en el triunfo violento de
Comunión. Es comprensible que la Igle- la fuerza y del poderío político, el profeta
sia ante estos dones del Señor cante albo- Zacarías anunció el verdadero Mesías, lle-
rozada: «Gustad y ved qué bueno es el no de bondadosa y humilde mansedum-
Señor, dichoso el que se acoge a Él» (Sal bre.
33,9); o bien: «Venid a mí todos los que Pablo VI dijo en la clausura del Concilio
estáis cansados y agobiados y yo os ali- Vaticano II:
viaré, dice el Señor» (Mt 11,28). «La religión del Dios que se ha hecho hombre
Postcomunión (del Misal anterior, an- se ha encontrado con la religión –porque así es–
tes del Gregoriano, retocada con textos del hombre que se hace dios.
del Gelasiano): «Alimentados, Señor, con «Este endiosamiento del hombre moderno re-
un sacramento tan admirable, concéde- presenta una de las crisis más graves de la huma-
14ª Semana del Tiempo Ordinario 57
nidad actual. De ahí el ateísmo; de ahí el es la Vida y en ellos vive Cristo» (Carta 119,9, A
temporalismo absoluto; de ahí la fobia a las lla- Minervio y Alejandro).
madas virtudes pasivas tan queridas en el Evan-
gelio; de ahí la repulsa obsesiva contra la moral y
–Mateo 11,25-30: Soy manso y humil-
la ascética evangélica. Hemos de seguir a nuestro de de corazón. San Hilario de Poitiers ex-
Rey que viene a nosotros justo y victorioso, mo- plica:
desto y cabalgando en un asno». «Llama a Sí a cuantos están probados por las
–Como Salmo responsorial se ha esco- dificultades de la ley y oprimido por los pecados
gido el Salmo 144 que aclama a Dios del mundo (Mt 11,28-29)? Promete librarlos de
las fatigas y de su peso sólo con que ellos tomen
como Rey y bendice su nombre por siem- su yugo, esto es, acepten las prescripciones de
pre jamás, y es un himno a la grandeza y sus mandatos. Acercándose a Él por el misterio de
a la bondad de Dios. El objeto directo de su Cruz, ya que Él es manso y humilde de Cora-
la alabanza es Yavé, pero no de un modo zón, encontrarán descanso para sus almas. Él ofrece
didáctico, sino vivido y paladeado con la la suavidad de su yugo y su carga ligera (Mt.
fruición del que contempla extasiado el 11,30) para dar a los creyentes la ciencia del bien,
que sólo Él conoce en el Padre. ¿Y qué hay más
ser y el obrar de Dios. Así van aparecien- suave que su yugo y más ligero que su carga, que
do los atributos divinos, vivos y operan- consiste en ser dignos de aprobación, abstenerse
tes, excitando por sí mismos la admira- del mal, amar a todos los hombres, no odiar a
ción y la alabanza del orante: su majes- ninguno, conseguir la eternidad, no dejarse domi-
tad, su grandeza, su fidelidad protectora, nar por el tiempo presente, ni querer devolver a
su providencia generosa, sus cuidados pa- nadie el daño que no se hubiera querido recibir?
ternales y su delicadeza. (Comentario al Evangelio de San Mateo 11,13).
CICLO A
La primera lectura nos prepara a recibir
las enseñanzas del Evangelio: el Sembra-
dor difunde su doctrina. San Pablo exalta
la dimensión cósmica de la Redención.
Dios es el Sembrador que realiza en no-
sotros su obra. A nosotros nos queda la
15ª Semana enorme responsabilidad de no hacer in-
fructuosa la gracia santificante y los me-
dios que Él nos da en su Palabra y en los
Sacramentos, especialmente en la Euca-
Domingo ristía.
Entrada: «Yo, con mi apelación, vengo –Isaías 55,10-11: La lluvia hace ger-
a tu presencia, y al despertar me saciaré minar la tierra. La palabra de Dios, se-
de tu semblante» (Sal 16,15). Con esta milla de salvación, lleva en sí toda la efi-
ardiente súplica se inicia la Misa. cacia de la iniciativa divina y de su amor
santificador.
Colecta (del Misal anterior, antes del
Gregoriano, y ahora retocada con textos El profeta usa sus grandes cualidades
del Gelasiano): «¡Oh Dios!, que mues- literarias y una gran intuición teológica
tras la luz de tu verdad a los que andan para infundir la firme adhesión a Yavé,
extraviados, para que puedan volver al Dios de los padres que, contrariamente a
buen camino; concede a todos los cris- la desconfianza general de los exiliados,
tianos rechazar lo que es indigno de este está salvíficamente presente entre ellos.
nombre y cumplir cuanto en él se signifi- El dirige la historia y los acontecimien-
ca» tos para que el universo y el hombre, que
han sido creados por Él, de Él dependan
Ofrendas (también del Misal anterior, y y con Él se desarrollen.
antes del Gregoriano): «Mira, Señor, los
dones de tu Iglesia en oración, y concede La semejanza de la lluvia y de la nieve
a quienes van a recibirlos crecer conti- que fecundan y hacen germinar la tierra
nuamente en santidad». nos debe hacer comprender que la poten-
cia creadora y transformadora de la pala-
Comunión: «Dichosos los que viven en bra de Dios ha de dar fruto, si la acoge-
tu casa» (Sal 83,4-5); o bien: «El que mos con fe, pues Dios que nos creó sin
come mi carne y bebe mi sangre habita nosotros no nos salvará sin nosotros.
en mí y yo en él» (Jn 6,57).
Es un texto muy profundo y eficaz para
Postcomunión (también del Misal ante- comprender la Sagrada Escritura como
rior, retocada con textos del Gregoriano palabra de Dios al hombre. Nos pone en
y Gelasiano): «Alimentados con esta eu- contacto directo con Él que nos invita a
caristía, te pedimos, Señor, que cuantas que recibamos su mensaje salvífico para
veces celebramos este sacramento se otorgarnos su comunión de vida realizan-
acreciente en nosotros el fruto de la sal- do en nosotros su salvación.
vación».
15ª Semana del Tiempo Ordinario 71
–Muy acertadamente se ha escogido se ahora carnalmente; no hay tiempo: el mundo
como responsorio el Salmo 64 : «Tú cui- se conmueve, el hombre viejo es echado fuera, la
das de la tierra, la riegas... Tú preparas carne siente la operación, aniquílese el espíritu.
El cuerpo de Pedro yace en Roma, dicen los hom-
los trigales... La semilla cayó en buena bres; en Roma yacen los cuerpos de Pablo, de
tierra y dio su fruto». En realidad ese Sal- Lorenzo y de otros santos mártires; sin embargo,
mo es un himno a Dios providente con su Roma está asolada: es afligida, pisoteada e incen-
pueblo. Los versículos 10-14, que son los diada... ¿Dónde están las memorias de los Após-
que se han tomado aquí, nos hacen revi- toles? Allí están, allí están, pero no en ti. ¡Ojalá
vir la primavera de Palestina, cuando el estuvieran en tí!... Ojalá estuviesen en ti las me-
morias de los Apóstoles; ojalá pensaras en ellos.
mismo desierto florece, los rebaños pas- Verías qué felicidad les fue prometida, si la terrena
tan sobre verdes colinas y el trigo germi- o la eterna» (Sermón 296,6).
na sus espigas en la llanura. Los santos
han usado esos dones de la creación para –Mateo 13,1-23: Salió el Sembrador a
elevarse hasta Dios y cantar su magnifi- sembrar. La palabra de Dios y toda su
cencia. Son bien conocidos los versos de obra de santificación pueden quedar in-
San Juan de la Cruz, ya expuestos por fructuosas por el modo de ser y de vivir
nosotros en otra ocasión. de los hombres.
–Romanos 8,18-23: La creación expec- La parábola explica plásticamente la
tante está aguardando la plena manifes- proclamación del Reino, que constituye
tación de los hijos de Dios. En medio de su tema fundamental. Aunque aparente-
la creación el cristiano auténtico es como mente podamos ver un aspecto negativo,
una semilla viva de Dios, que restaura la sin embargo, el tema esencial es un sere-
obra del Creador y la libera de la degra- no optimismo sobre el fruto que tendrá el
dación del pecado. mensaje predicado por el Señor. Comen-
ta San Agustín:
Para San Pablo y para todo el Nuevo «Dice Pablo en sus escritos que fue enviado a
Testamento el sufrimiento es esencial en predicar el Evangelio allí donde Cristo aún no
la economía salvífica: Cristo murió en una había sido anunciado. Pero, como aquella otra siega
cruz para la redención de la humanidad. ya tuvo lugar y los judíos que quedaron eran paja,
El cristiano, como discípulo de Cristo, se prestemos atención a la mies que somos nosotros.
encuentra en el mismo camino de la cruz: Sembraron los apóstoles y los profetas. Sembró
«El que quiera ser mi discípulo que se el mismo Señor; Él estaba, en efecto, en los após-
toles, pues también Él cosechó; nada hicieron ellos
renuncie a sí mismo, tome su cruz y me sin Él; Él sin ellos es perfecto, y a ellos dice: “sin
siga» (Mc 8,34;Mt 16.24;Lc 9,23). Mí nada podéis hacer” (Jn 15,5). ¿Qué dice Cris-
Esto no debe ser motivo de tristeza. to, sembrando entre los gentiles? “Ved que salió
Muere con Cristo para resucitar con Él. el Sembrador a sembrar” (Mt 13,3). Allí se en-
vían segadores a cosechar; aquí sale a sembrar el
Este destino no está fundado en la pala- sembrador no perezoso. Pero, ¿qué tuvo que ver
bra del hombre, sino en la palabra de Dios con esto el que parte cayera en el camino, parte en
que es viva y eficaz. Comenta san Agustín: tierra pedregosa, parte entre espinas? Si hubiera
«Estáis viendo, amadísimos, qué se les pide en temido a esas tierras malas, no hubiera venido
esta vida a los siervos de Dios en cambio a la vida tampoco a la tierra buena.
futura que se revelará en nosotros. Frente a esa «Por lo que toca a nosotros, ¿qué nos importa?
gloria, carece de significado cualquier tribulación ¿Qué nos interesa hablar ya de judíos y de la
temporal, sea la que sea. “Los sufrimientos de paja? Lo único que nos atañe es no ser camino, no
este tiempo, dice el Apóstol, no son equipara- ser piedras, no ser espinas, sino tierra buena. –
bles con la futura gloria que se revelará en noso- ¡Oh Dios! Mi corazón está preparado– (Sal 56,8)
tros” (Rom 8,18). Si las cosas son así, nadie pien- para dar el treinta, el sesenta, el ciento, el mil por
72 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
uno. Sea más, sea menos, pero siempre es trigo» tes enemigas, donde está el asirio y los ejércitos
(Sermón 101,3). de los caldeos, una faja que debía pudrirse (cf. Jer
13,1-7); a Ezequiel se le manda comer un pan
CICLO B hecho de todo género de semillas y rociado pri-
mero con excrementos humanos y luego bovinos
La primera lectura trata de la vocación (cf. Ez 4,9-15), y termina presenciando con los
ojos secos de lágrimas la muerte de su mujer (ib.
del profeta Amós, cómo el Señor elige su 24,15-17). Amós es expulsado de Samaría (Am
mensajero a quien quiere, cuándo y como 7,12) Y todo esto, te pregunto, ¿por qué? Porque
quiere. La tercera lectura nos habla de las eran cirujanos espirituales que cortaban los vicios
consignas dadas por Cristo a los discípu- de los pecadores y exhortaban a la penitencia...
los enviados a evangelizar. En la segunda Así, no es de extrañar, si también nosotros, al
lectura San Pablo describe a los Efesios censurar los vicios, ofendemos a muchos» (Car-
ta 40 1-2, a Marcela).
el plan divino sobre nosotros. Dios nos
ha destinado desde toda la eternidad a con- –Con el Salmo 84 decimos: «voy a es-
vertirnos en hijos suyos por Jesucristo pa- cuchar lo que dice el Señor». Esta es la
ra alabanza de su gloria. actitud de todo profeta en todos los tiem-
pos. «Dios anuncia la paz a su pueblo y a
La vocación cristiana, don de iniciativa
sus amigos y a los que se convierten de
amorosa de Dios a quienes Él mismo ha
corazón». El misterio de la venida de
elegido, es, por su propia naturaleza, vo-
Cristo tiene una historia en la vida de todo
cación a la santidad testifical y vocación
creyente. El que se convierte y recibe la
al apostolado responsable (cf. Lumen
gracia es como un exiliado que espera
Gentium 17 y 40)
regresar a la patria verdadera. Por eso pue-
El auténtico cristiano es siempre un tes- de hacer suyas las palabras del Salmo: «La
tigo viviente de Cristo. El falso cristiano salvación ya está cerca de sus fieles y la
vive ajeno a la salvación de los hombres, gloria habitará en nuestra tierra. La mi-
sus hermanos. sericordia y la felicidad se encuentran, la
–Amós 7,12-15: Ve y profetiza a mi pue- justicia y la paz se besan; la fidelidad brota
blo. En su fe profunda y operante, Amós de la tierra y la justicia mira desde el cie-
se siente responsable ante Dios, que le re- lo. El Señor nos dará la lluvia, y nuestra
clama para profeta y testimonio contra la tierra dará su fruto. La justicia marchará
frivolidad religiosa del reino de Israel. Su ante él, la salvación seguirá sus pasos».
vida evidencia plenamente su fidelidad a –Efesios 1,3-14: Nos eligió en Él antes
Yavé. San Jerónimo dice: de crear el mundo. La introducción a la
«Los médicos que se llaman cirujanos son teni- Carta a los Efesios nos recuerda que nues-
dos por crueles y son realmente desdichados. tra fe cristiana es un don de iniciativa di-
Porque, ¿no es una desdicha dolerse de las heri- vina que compromete plenamente nues-
das ajenas y tener que cortar con hierro compasi- tra existencia ante el Padre y ante los hom-
vo las carnes muertas, y, al tener que curar, no
sentir horror de lo que horroriza al que es curado, bres.
y encima ser tenido por enemigo? Está en la natu- Todo el proceso salvífico de la lectura
raleza de las cosas el que la verdad sea amarga y es atribuido por san Pablo a la benevo-
los vicios sean considerados agradables. lencia de la voluntad divina. Por tres ve-
«Isaías, para poner un ejemplo de lo que había ces se subraya que esto sucede «para ala-
de ser la cautividad inminente, no tuvo empacho banza y gloria de su gracia», «para que la
de andar desnudo (Isaías 20,2); Jeremías es saca-
do de en medio de Jerusalén y enviado al Eúfrates,
gloria de su gracia... redunde en alabanza
río de Mesopotamia, para esconder allí, entre gen- suya», «seremos alabanza de su gloria».
15ª Semana del Tiempo Ordinario 73
Estas expresiones tienen en el himno la limitaciones. La doctrina que subyace en
función de estribillo, el carácter doxoló- esta lectura es la de que la victoria se rea-
gico de toda la composición. San Jeróni- liza en la humildad y en la carencia de
mo comenta: medios humanos. No podemos prescin-
«Aunque uno sea santo y perfecto, y sea esti- dir de ellos, ciertamente; pero no hemos
mado digno de la felicidad a juicio de todos, sin de poner nuestro afán en ellos. San Pablo
embargo ahora ha conseguido las arras del Espíri- nos dice que todo es para nosotros, para
tu para la herencia futura. Si la prenda es tanta, nuestra utilidad, para nuestro provecho,
¿qué será la posesión? Como la prenda que se nos pero nosotros somos de Cristo y Cristo
da no está fuera de nosotros, sino dentro de noso-
tros, así la herencia misma –esto es, el reino de
de Dios. Ése es el orden que siempre han
Dios dentro de nosotros está (Lc 17,21)– es algo seguido los santos. Emplear los medios
intrínseco a nosotros. ¿Qué mayor herencia pue- de este mundo para el servicio de Dios,
de haber que contemplar y ver sensiblemente la sin estar apegados, sino desprendidos to-
belleza de la Sabiduría del Verbo, de la Verdad y talmente de ellos.
de la Luz, y lo inefable del mismo; y considerar la
magnífica naturaleza de Dios y ver la sustancia de En la celebración litúrgica no agotamos
todas las cosas creadas a semejanza de Dios. Este toda la responsabilidad de nuestra fe y de
Espíritu Santo de la promesa, que es la prenda de nuestra identidad cristiana. Esto se ha de
nuestra heredad, se nos da ahora, para que sea- prolongar en la vida cotidiana, como tes-
mos redimidos y unidos a Dios para alabanza de tigos y apóstoles de Cristo.
su gloria. No porque Dios necesite alabanza de
nadie, sino para que su alabanza aproveche a los
que le alaban, y mientras conocen en cada una de
sus obras su majestad y su grandeza, se levanten CICLO C
a alabarle en un milagro de estupor» (Comentario
a la Carta a los Efesios 1,14). La parábola del Buen Samaritano es una
–Marcos 6,7-13: Y comenzó a enviar- enseñanza para vivir el mandato del amor
los. Los primeros creyentes, los apósto- para con Dios y para con el prójimo. La
les y los discípulos, vieron íntegramente ley del Señor, recuerda la primera lectu-
comprometidas y marcadas sus vidas para ra, no es algo exterior a nosotros mismos,
la obra redentora de Cristo. A San Mar- sino que se encuentra dentro de nosotros
cos le interesa presentar al predicador y hemos de llevarla a la práctica. San Pa-
evangélico como al que revela en el mun- blo, en la segunda lectura, delinea ante
do el misterio de la salvación mediante el nosotros la imagen de Cristo en toda su
Mesías crucificado. A esto parece que va grandeza. Es el principio de la nueva hu-
dirigida la absoluta pobreza de medios en manidad en su resurrección de entre los
el apóstol, catequista, evangelizador. La muertos.
Iglesia es en sí, como lo fue Cristo, por- Cristo y la caridad serán siempre la cla-
tadora de la salvación, pero no tiene nin- ve de toda autenticidad cristiana. El Co-
gún aspecto triunfalístico pagano y mun- razón de Jesucristo, su iniciador y consu-
dano. Cristo triunfó por su Misterio Pas- mador, el Maestro y el Modelo a seguir
cual sobre el pecado y la muerte. La Igle- (LG 40). En el cristianismo todo lo que
sia sigue ese mismo camino, no puede no se centra en la caridad, puede ser equí-
prescindir de ello. voco. Ciertamente es infructuoso para
Esto no podemos olvidarlo, aun en nues- nuestra salvación (1 Cor 13,10).
tro aspecto de vida escondida, crucifica- –Deuteronomio 30,10-14: El manda-
da, en la pobreza y debilidad, en nuestras miento está muy cerca de ti; cúmplelo.
74 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
Por la revelación divina, Dios mismo se herida de amor. Este Verbo es, efectivamente, la
ha puesto en actitud de diálogo amoroso imagen y el esplendor del Dios invisible, “primo-
al alcance de toda conciencia recta. Es en génito de toda creación, en quien han sido creadas
todas las cosas en el cielo y en la tierra, las visibles
lo íntimo de su corazón donde cada hom- e invisibles” (Col 1,16). Por consiguiente, si al-
bre se abre a su Voluntad o la rechaza. guien logra con la capacidad de su inteligencia
Al autor de este libro interesa sobre todo vislumbrar y contemplar la gloria y hermosura de
exhortar al pueblo de su tiempo a reflexio- todo cuanto ha sido creado por Él, pasmado por la
belleza misma de las cosas y traspasado por la
nar sobre su vocación y elección y obre magnificencia de su esplendor, como por una sae-
las consecuencias nefastas a que ha con- ta bruñida, en expresión del profeta (Isaías 49,2),
ducido el abandono de Yahvé, el Dios de recibirá de Él una herida salutífera, y arderá en el
los padres, mediante la infidelidad a la fuego deleitoso de su amor» (Comentario al Can-
alianza sancionada después del éxodo y tar de los Cantares, prólogo).
renovada repetidas veces por Dios a tra- –Lucas 10,25-37: ¿Quién es mi próji-
vés de los profetas. Como tantas veces ya mo? Cristo, Dios y hombre, en unidad de
hemos expuesto con textos patrísticos, todo Persona, ha hecho de la caridad a Dios y
se concreta en la observancia del Pacto, a los hombres la plenitud de la ley, como
pues por parte de Dios siempre estará fir- norma de salvación para todos nosotros.
me su fidelidad. Siempre tenemos necesidad de insistir en
–El Salmo 68 nos exhorta a buscar al el precepto del amor. La apologética esen-
Señor para que viva nuestro corazón. Es cial al cristianismo será siempre la de la
como una continuación de la lectura an- caridad». Escuchemos a San Agustín:
terior: «Mi oración se dirige a Ti, Dios «Aquel hombre que yacía en el camino, aban-
mío, el día de tu favor; que me escuche donado medio muerto por los ladrones, a quien
tu gran bondad, que tu fidelidad me ayu- despreciaron el sacerdote y el levita que por allí
de. Respóndeme, Señor, con la bondad pasaron y a quien curó y auxilió un samaritano
que iba también de paso, es el género humano.
de tu gracia, por tu gran compasión vuél- ¿Cómo se llegó a esta narración? A cierta persona
vete hacia mí. Yo soy un pobre malheri- que le preguntó cuáles eran los mandamientos más
do, Dios mío, tu salvación me levante. excelentes y supremos de la ley, el Señor respon-
Alabaré el nombre del Señor con cantos, dió que eran dos... Jesucristo, el Señor, quiso que
proclamaré su grandeza con acción de gra- viésemos a Él representado en el Samaritano... El
cias. Miradlo, los humildes, y alegraos, Señor se nos hace cercano en el prójimo. Él, para
hacerse cercano a ti, asumió tu pena, pero no tu
buscad al Señor y vivirá vuestro corazón. culpa, y si la asumió fue para borrarla, no para
Que el Señor escucha a sus pobres, no perpetrarla. Siendo justo e inmortal, estaba lejos
desprecia a sus cautivos. El Señor salvará de los injustos y mortales. Tú, en cuanto pecador
a Sión...» y mortal estabas lejos del justo e inmortal. Él no se
hizo pecador, como lo eras tú, pero se hizo mortal
–Colosenses 1, 15-20: Todo fue creado como tú. Permaneciendo justo se hizo mortal.
por Él y para Él. El acercamiento amo- Asumiendo la pena sin la culpa, destruyó pena y
roso de Dios a los hombres ha culminado culpa. Por tanto, el Señor está cerca, no os inquie-
en el misterio entrañable del Corazón de téis por nada. Aunque corporalmente ascendió por
Cristo, centro y culmen de la revelación encima de todos los cielos, con su majestad no se
de la caridad del Padre. Orígenes dice: alejó. Quien hizo todo está presente en todas par-
tes (Sermón 171,2-3).
«Ahora bien, el alma es movida por el amor y
deseo celestes cuando, examinadas a fondo la be- Prescindiendo o infravalorando la cari-
lleza y la gloria del Verbo de Dios, se enamora de dad evangélica (sobrenatural y positiva)
su aspecto y recibe de Él como una saeta y una el «moralismo» sólo sirve para justificar
15ª Semana del Tiempo Ordinario 75
posturas naturalistas, privadas o sociales, muestra la caducidad de la vida presente:
pero nunca de autenticidad cristiana. «Si el Señor no hubiera estado de nuestra
parte, que lo diga Israel, si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte, cuando
nos asaltaban los hombres, nos habrían
Lunes tragado vivos, tanto ardía su ira contra
Años impares nosotros. Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello; nos
–Éxodo 21,8-14.22: Vamos a vencer a habían llegado hasta el cuello las aguas
Israel porque está siendo más fuerte y nu- espumantes. Bendito el Señor que no nos
meroso que nosotros. Los israelitas se ven entregó en presa a sus dientes. Hemos
reducidos a esclavos de los egipcios. Un salvado la vida como un pájaro de la tram-
pueblo es explotado por otro. Esto es su- pa del cazador; la trampa se rompió y es-
ficiente para señalar el mal. Los pobres capamos. Nuestro auxilio es el nombre
han tomado pronto conciencia de su infe- del Señor, que hizo el cielo y la tierra».
rioridad, han adoptado, bajo la dirección
de uno de los suyos, medidas para salir
Años pares
de ella. Pero esto tiene un sentido reli-
gioso, porque en definitiva es Dios el que –Isaías 1,15-17: Lavaos, apartad de mi
tiene la iniciativa de la liberación... Se verá vista vuestras malas acciones. Dios da a
más adelante. El hombre se rebela contra conocer a su pueblo por medio del profe-
Dios en la misma liberación que Él deter- ta Isaías cuál es el culto que le agrada: no
mina hacer. Es increíble, pero así es de los ritos puramente externos, sino la con-
insensato el hombre pecador. Prefiere la versión del corazón. Es doctrina común
misma esclavitud a la libertad que Dios le en los profetas, como ya lo hemos ex-
otorga. Así lo afirma San Jerónimo: puesto en muchas ocasiones con textos
«En la etapa decimoséptima podemos darle el patrísticos. San Justino trae ese texto de
nombre de los ladrillos... En el Éxodo se lee de los Isaías al tratar del Bautismo, en su pri-
ladrillos de Egipto y que el pueblo gemía cuando mera Apología, 61. Todo culto verdade-
los fabricaba (Ex 1,14)... De todo ello aprende- ro ha de proceder de un corazón purifi-
mos que, en el camino de la vida presente y en el cado y ha de inducir a un amor más in-
continuo pasar de una cosa a otra, unas veces
crecemos, otras retrocedemos, y después de ha- tenso a Dios y al prójimo, que son todos
ber ocupado una dignidad eclesiástica con fre- los hombres.
cuencia pasamos al trabajo de los ladrillos» (Car- –Esto mismo sigue en el Salmo 49, en
ta 78,19, a Fabiola). el que se repite como estribillo: «Al que
–Por eso cantamos en el Salmo 123: sigue buen camino le haré ver la salva-
«Nuestro auxilio es el nombre del Señor», ción de Dios», no a los que participan en
que es una afirmación llena de fe y de el culto y detestan las enseñanzas de Dios
confianza en Dios. El cristiano puede te- y no tienen presentes sus mandatos... «El
ner la seguridad de que nunca está solo. que ofrece acción de gracias ése honra al
Sobrellevando con entereza las pruebas Señor». No debe haber dos líneas parale-
de esta vida, que Dios permite para nues- las en la vida del cristiano: por un lado su
tra purificación y mayor mérito, pode- fe, su culto y por otro su conducta y com-
mos progresar rápidamente en la perfec- portamiento. El verdadero espíritu del
ción cristiana. El Salmo da al cristiano una culto cristiano es la fidelidad a la volun-
buena lección de fe y de humildad y le tad de Dios. Es bien explícito lo que se
76 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
lee en la Carta a los Hebreos 9,11-15 y
13,15-16.
Esto es lo que enseñó Pío XII en su
encíclica Mediator Dei y lo repitió el Con- Martes
cilio Vaticano II, en la Constitución Sa- Años impares
crosanctum Concilium, nº 11: en los dos –Éxodo 2,1-15: Cuando creció fue a
documentos se nos pide «recta intención donde estaban sus hermanos. Manifesta-
de ánimo y cooperar con la gracia divina ción de la protección providencial de Dios
para no recibirla en vano». con respecto a Moisés y a su pueblo ele-
–Mateo 10,34–11,1: No he venido a gido. El futuro liberador del pueblo ha sido
sembrar la paz, sino espadas. Cristo es él mismo un «liberado»; el verdadero con-
una señal de contradicción para el mun- ductor del pueblo es el que ha vivido lo
do. O en favor de Cristo o en contra del que propone a los demás. Dios tiene com-
mismo. Sus discípulos han de preferirlo pasión de su pueblo elegido. Comenta
a todo lo demás. «No anteponer nada al Orígenes:
amor de Cristo», dice San Benito en su «No se ha de pensar acerca de Dios según cri-
Regla. terios humanos, pues no tenemos una naturaleza
Los enviados del Señor que le siguen tal que, por sus propias fuerzas, pueda elevarse
al conocimiento de las cosas celestiales. De Dios
con las rupturas necesarias y le acompa- mismo se ha de aprender lo que se ha de entender
ñan llevando cada uno su propia cruz, acerca de Dios, pues no se le conoce sino cuando
reciben al final una promesa extraordina- Él mismo se ha dado a conocer. Aunque alguno
ria: todo lo que se haga a sus enviados es tenga una instrucción completa en la ciencia se-
a Cristo a quien se hace. San Agustín ha cular y lleve una vida honesta, estas cosas serán
comentado con frecuencia este pasaje: de provecho para satisfacción interior. Pero no
pueden alcanzar el conocimiento de Dios.
«La justicia exige de ti lo que de ti obtuvo la
impureza. Escuchásteis el Evangelio: “No vine a «Moisés había sido adoptado como hijo de la
traer la paz a la tierra, sino la espada” (Mt 10,34). reina (Ex 1,10) e instruido en todas las ciencias de
Dijo que iba a separar a los hijos de los padres. los egipcios... Y cuando había dejado Egipto y
Pon tu mirada, pues, en aquella espada. ¿Quieres era pastor en la tierra de Madián, mientras mira-
acaso servir a Dios y tu padre te lo prohibe? Cuando ba el fuego que ardía en la zarza sin que ésta se
amabas la impureza, corrías tras ella, aunque tu consumiera, oyó a Dios, le preguntó su nombre y
padre te lo prohibiese. Ahora la justicia te prohibe conoció su naturaleza: pues todas estas cosas
seguir amándola; también aquí encontraste la pro- acerca de Dios no hubieran podido ser conocidas
hibición de tu padre. Saca a relucir tu libertad, más que por su medio mismo. Por tanto, no se
como entonces tu pasión. Entonces estabas dis- debe hablar de modo distinto de como Él mismo
puesto a ser desheredado con tal de no separarte ha hablado de Sí, para que nosotros le entendiéra-
de aquella impureza; estálo ahora también con tal mos» (Sobre el Éxodo, 3).
de no separarte de la hermosura de la justicia. Es –Con el Salmo 68 proclamamos: Hu-
cosa grande y justa. ¿Quién hay que se atreva a mildes, buscad al Señor y revivirá vues-
decir: Es más merecedora de amor la impureza tro corazón. Estamos ante una súplica im-
que la justicia?... Fijaos en aquella impureza y ved
cuánto más exige de vosotros la piedad y la cari- presionante para que Dios socorra al que
dad, la hermosura de la justicia y la dulzura de la se encuentra abandonado, y salve del bor-
santificación» (Sermón 306,4). de de la muerte al que es objeto de perse-
cución mortal, como en la lectura ante-
rior lo estuvo Moisés. El justo no deja de
confiar en el Señor, aun en situaciones
15ª Semana del Tiempo Ordinario 77
extremas, sino que espera confiadamente ticipamos en la misma vida de Dios y en-
verse libre de sus perseguidores. En el contramos en Él apoyo y aliento.
Nuevo Testamento se aplica este Salmo a Multitud de veces han tratado de este
Cristo (Jn 2,17;15,23-25;19,28-30)... Por pasaje bíblico los Santos Padres. Trae-
esos numerosos testimonios los Santos mos aquí un texto de San Ireneo:
Padres fueron unánimes en considerar
«También, para no sufrir nada semejante, de-
mesiánico este Salmo. Siete veces apare- bemos conservar intacta la regla de fe, cumplir
ce citado por San Agustín en sus sermo- los mandamientos, creyendo en Dios, temiéndo-
nes. En uno de ellos dice: le porque es Señor y amándole porque es Padre.
«Antes de su pasión, cuando, con referencia a Ahora bien, el cumplimiento de los mandamien-
la misma, da ejemplo de humildad según la carne. tos es una adquisición de la fe, porque si no creéis
Se enardecieron contra Él las olas del mar y a ellas –dice Isaías– no subsistiréis (7,9), y la verdad
cedió de grado por nosotros. Para que se cum- lleva a la fe, que tiene por objeto las cosas que
pliera la profecía, dijo: “Llegué a la profundidad realmente existen (Heb 11,1), de manera que crea-
del mar, y la tempestad me sumergió” (Sal 68,3). mos en los seres que existen y, creyendo en ellos
No repudió los testigos falsos, ni el clamor tu- tal como son, guardemos siempre nuestra con-
multuoso de los que gritaban: “Sea crucificado”. vicción con respecto a ellos.
No reprimió con su poder, sino que toleró con su «Y como la fe está íntimamente ligada a nues-
paciencia los corazones rabiosos y las bocas de tra salvación, hay que tener mucho cuidado, a fin
los furiosos. Le hicieron cuanto quisieron, pues de tener una verdadera inteligencia de estos seres.
se hizo obediente hasta la muerte y muerte de Ahora bien: la fe es la que nos la proporciona, tal
cruz. Mas, cuando resucitó de entre los muertos como los presbíteros, discípulos de los apósto-
tenía que orar a solas por los discípulos recogi- les, nos la han transmitido por tradición» (De-
dos en la Iglesia, como en una barquilla, sosteni- mostración de la predicación apostólica, 3).
dos por la fe en su cruz como en un madero,
sacudidos por las tentaciones de este siglo como –Es impresionante la seguridad que ofre-
por el oleaje del mar. Y entonces comenzó a ser ce el Salmo 47, tomado como responso-
honrado su nombre también en este siglo, en el rio: «Dios ha fundado su ciudad para siem-
que fue despreciado, acusado y asesinado». pre. Grande es el Señor, y muy digno de
Este salmo nos muestra la angustia de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. Su
Cristo en la pasión y su confianza en el monte Santo, una altura hermosa, alegría
Padre: «Me estoy hundiendo en un cieno de toda la tierra. El monte Sión, vértice
profundo, y no puedo hacer pie; he en- del cielo, ciudad del gran Rey. Entre sus
trado en la hondura del agua, me arrastra palacios, Dios descuella como un alcá-
la corriente... Pero el Señor escucha a los zar. Mirad: los reyes se aliaron para ata-
pobres, no desprecia a sus cautivos». carla juntos; pero, al verla, quedaron ate-
rrados y huyeron despavoridos. Y allí los
Años pares agarró el temblor y dolores como de par-
to; como un viento del desierto que des-
–Isaías 7,1-9: Si no creéis no subsistiréis. troza las naves de Tarsis».
El Señor tranquiliza a Ajab, rey de Judá,
cuyo reino se ve atacado por los pueblos –Mateo 11,20-24: El día del juicio será más
circundantes. Se invita al rey a un acto de llevadero a Tiro y Sidón y a Sodoma que a
fe en la existencia divina. Dios está pre- vosotros. Comienza un período crítico en
sente, incluso en medio de las catástrofes el ministerio de Jesucristo, pues muchos
y de los conflictos sociales. Es necesario lo abandonan. Las maldiciones dirigidas
tener fe, no obstante las contradicciones, contra las ciudades que han rehusado se-
las pruebas, los fracasos. Con esa fe par- guir su llamada a la penitencia hacen re-
78 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
saltar la gravedad del aviso divino: un día «¡Oh acontecimiento admirable: una virgen
el juicio divino caerá inexorablemente so- madre, permaneciendo virgen! Mira el nuevo or-
bre aquellos que hayan rechazado a su en- den de la naturaleza. En el caso de todas las de-
más mujeres, mientras que una permanece vir-
viado. San Juan Crisóstomo dice: gen, ciertamente no puede ser madre al mismo
«Entonces, cuando la sabiduría quedó justifi- tiempo; una vez que llega a serlo, ya no posee la
cada, cuando les hubo mostrado que todo se ha- virginidad.
bía cumplido, púsose el Señor a reprender a las «Conviene, en efecto, que aquel que hacía su
ciudades. Ya que no las pudo convencer, las de- entrada en la vida humana para la salvación de los
clara malhadadas, que es más que infundirles mie- hombres íntegro e incorrupto, trajera su origen de
do. A la verdad, ya les había dado su enseñanza, una integridad absoluta y dada a Él sin reservas;
ya había en ellas realizado milagros. Mas ya que ahora los hombres habitualmente llaman
se obstinaban en su incredulidad, ya no le queda incorrupta a una mujer que no había tenido unión
sino maldecirlas.. Y no sin razón les pone el ejem- carnal alguna.
plo de Sodoma, pues quiere con él encarecer su
culpa. Prueba, en efecto, máxima de maldad es «Pienso que el gran Moisés conoció ya este
que, por lo visto, aquellos habitantes de Cafarnaún acontecimiento por el fuego en el que Dios se le
no sólo eran peores que los que entonces vivían, apareció, cuando veía la zarza ardiendo y no se
sino más malvados que cuantos malvados habían consumía (Ex 3 1ss.). Efectivamente, entonces en
jamás existido. el fuego y en la zarza, se ponía de manifiesto aque-
llo que en su momento oportuno se manifestó
«Por modo semejante, establece el Señor otra claramente en el misterio de la Virgen. Del mismo
vez comparación y condena a los judíos con el modo que la zarza, aunque quemada por el fuego,
ejemplo de los ninivitas y de la reina del Sur. Sólo no se consumió, igualmente la Virgen, engendran-
que allí se trata de quienes obraron bien; aquí, do la Luz, no se corrompió» (Sermón sobre el
empero, la comparación es con quienes pecaron, nacimiento de Cristo).
lo que aumenta la gravedad... Así por todos lados,
trata de atraérselos; lo mismo por sus ayes de –El Salmo 102, ya tantas veces expues-
maldición que por el miedo que les infunde. Es- to, sigue con la idea de la misericordia de
cuchemos también nosotros estas palabras del Dios: «El Señor es compasivo y miseri-
Señor. Porque no sólo contra los incrédulos, con- cordioso... Él perdona todas tus culpas y
tra nosotros mismos, señaló el Señor castigo más
duro que el de los habitantes de Sodoma si no
cura todas tus enfermedades... El Señor
acogemos a los huéspedes que acuden a nosotros, defiende a todos los oprimidos». El sal-
pues Él les mandó que sacudieran hasta el polvo mista es un israelita y tiene un título espe-
de sus pies» (Homilía 37,4-5, sobre San Mateo). cial para agradecer a Dios los beneficios
que ha hecho con su pueblo, muchas ve-
ces oprimido, pero siempre liberado. Los
Miércoles Santos Padres cantan la amplísima mise-
ricordia de Dios. Bien lo resume San Ber-
nardo:
Años impares
«Se da prisa en buscar la centésima oveja que
–Éxodo 3,1-6.9-12: La zarza ardiendo se había perdido... ¡Maravillosa condescenden-
sin consumirse. La primera manifestación cia de Dios que así busca al hombre; dignidad
de Moisés manifiesta la grandeza y el po- grande la del hombre, así buscado por Dios!»
der de Dios, así como una providencia y (Sermón del primer domingo de Adviento, 7)
amor para con su pueblo. Muchas veces
los Santos Padres tratan de ese hecho y lo
aplican a la virginidad de María en la En- Años pares
carnación. Oigamos a San Gregorio de –Isaías 10,5-7.13-16: ¿Se envanece el
Nisa: hacha contra quien la blande? Dios es-
15ª Semana del Tiempo Ordinario 79
coge sus instrumentos para su obra, como nifiesta en el Salmo 93: «El Señor no re-
lo hizo con el rey de Siria para castigo de chaza a su pueblo. Trituran, Señor, a tu
Israel, pero si el instrumento se sobrepo- pueblo, oprimen a tu heredad; asesinan a
ne a Dios, Él le retira su asistencia. El viudas y forasteros, degüellan a los huér-
primero y el peor de los pecados es la so- fanos. Y comentan: Dios no lo ve, el Dios
berbia. Así lo reitera Orígenes: de Jacob no se entera. Enteraos, los más
necios del pueblo, ignorantes, ¿cuándo dis-
«¿Cuál es el mayor de todos los pecados? Cier-
tamente aquel por el que cayó el diablo. ¿Cuál es curriréis? El que plantó el oído ¿no va a
ese pecado, en el que cayó tanta altura, del que oir? El que formó el ojo, ¿ no va a ver? El
elevado cae en el juicio del diablo? Dice el Após- que educa a los pueblos, ¿no va a casti-
tol: la inflación, la soberbia, la arrogancia es el gar? El que instruye al hombre, ¿no va a
pecado del diablo; y por tales delitos cayó a la saber? Porque el Señor no rechaza a su
tierra desde el cielo. De aquí que Dios resiste a pueblo, no abandona su heredad; el justo
los soberbios y da su gracia a los humildes. ¿Para
que te ensoberbeces tierra y ceniza, de manera obtendrá su derecho, y un porvenir, los
que el hombre, olvidado de lo que es y en qué rectos de corazón».
vaso tan frágil está encerrado, y en qué estiércol
está metido y qué suciedades arroja de su cuerpo,
–Mateo 11,25-27: Has escondido estas
se subleve con arrogancia? cosas a los sabios y se las has revelado a
la gente sencilla. A la incredulidad de los
«¿Qué dice la Escritura? ¿De qué te pueblos cultos se contrapone la fe de los
ensoberbeces, polvo y ceniza? Ya en vida vomi-
tas la entrañas (Eclo 10,9). La soberbia es el ma-
sencillos. Comenta San Agustín:
yor de todos los pecados y el principal pecado «Confesamos ya cuando alabamos a Dios, ya
del mismo diablo. Cuando la Escritura descubre cuando nos acusamos a nosotros mismos. Piado-
los pecados del diablo, encontrarás que todos ellos sas son ambas confesiones, ya cuando te repren-
brotan de la fuente de la soberbia. Dice: “con la des tú que no estás sin pecado, ya cuando alabas
fuerza de mi brazo he hecho eso... me he apode- a Aquel que no puede tener pecado... A los ridí-
rado de la tierra toda” (Is 10,13-14). culos sabios y prudentes, a los arrogantes, en
«Mira sus palabras: hasta qué punto son so- apariencia grandes y en realidad hinchados, opu-
berbias y arrogantes, y lo desprecia todo. Tales so a los incipientes, no los imprudentes, sino los
son todos los que andan hinchados por la jactan- pequeños. ¿Quiénes son estos pequeños? Los
cia y la soberbia. Materia de la soberbia, las ri- humildes... ¡Oh camino del Señor! O no existía o
estaba oculto, para que se nos revelase a noso-
quezas, las dignidades, la gloria secular. Causa
frecuente de soberbia es para aquel que ignora tros. ¿Y por qué exultaba el Señor? Porque el
tener la dignidad eclesiástica, el orden sacerdotal camino fue revelado a los pequeños.
o el grado de los levitas. ¡Cuántos presbíteros se «Debemos ser pequeños; pues si pretendemos
olvidan de la humildad! ¡Como si hubieran recibi- ser grandes, como sabios y prudentes, no se nos
do el orden sagrado para dejar de ser humildes!» revelará el camino. ¿Quiénes son grandes? Los
(Homilías sobre Ezequiel 9,17). sabios y prudentes, diciendo que son sabios (Rom
1,22). Pero tienes el remedio por contraste. Si
Dice San Agustín: diciendo que eres sabio te haces necio, dí que eres
«Cuanto más humilde sea el hombre ante sí necio y será sabio. Pero dílo, y dílo interiormen-
mismo, más grande será ante Dios; el soberbio, te. Porque no es así como lo dices. Si lo dices, no
cuanto más glorioso aparece ante los hombres, lo digas ante los hombres y lo calles ante Dios...
más abyecto es delante de Dios» (Sermón sobre Con tu Luz, Señor, iluminarás mis tinieblas (Sal
la humildad 3). 17,29). Nada tengo, sino tinieblas, pero Tú eres
la Luz que disipas las tinieblas al iluminarme. La
–El castigo de Dios es siempre medici- luz que tengo no viene de mí, sino que es luz
nal en este mundo, con él quiere Dios pro- participada de ti» (Sermón 67,1 y 8).
vocar la conversión. Esto es lo que se ma-
80 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
Abrahán y a los hijos de Jacob, porque
Israel es una posteridad colectiva que con-
serva su identidad a través de la historia.
Jueves Por eso la comunidad presente puede y
Años impares debe proclamar ante el mundo lo que Dios
hizo por ella, aunque sea en la lejanía de
–Éxodo 3,13-20: Yo soy el que soy. Yo los Patriarcas. A partir del verso siete el
soy me envía a vosotros. Dios le da a co- himno se convierte en una profesión de
nocer a Moisés su nombre: Yo soy. Es el fe, en la cual es presentado Dios como el
único Dios verdadero. Existente por ex- Dios de la Alianza y el Señor del mundo
celencia, el que actúa para salvar a su pue- entero que gobierna la tierra. Aquella his-
blo. Esto es sumamente admirable. Nin- toria es también nuestra historia, que ha
gún hombre pudo inventar esa definición perfeccionado la anterior con la Alianza
de Dios, nada menos que un siglo antes Nueva sellada con la sangre de Jesucristo
de Tales de Mileto. Oigamos a San Agus- y avalada con el precepto del amor.
tín:
«Romped los ídolos de vuestros corazones; Años pares
prestad atención a lo que se dijo a Moisés cuando
preguntó cuál era el nombre de Dios: “Yo soy el –Isaías 26,7-9.12.16-19: Despertarán
que soy”. Todo cuanto es, en comparación con Él, jubilosos los que habitan en el polvo. Es
es como si no fuera. Lo que realmente es desco- una plegaria en la que el autor busca
noce cualquier clase de mutación. Todo lo que ardientemente a Dios y su justicia; y pro-
cambia y es inestable y durante un cierto tiempo
no cesa de sufrir mutaciones, fue y será; pero no fetiza la futura resurrección en unos tér-
lo incluyen dentro del que es. Dios, en cambio, minos que auguran ya la revelación del
carece de fue y será. Lo que fue, ya no es; lo que Nuevo Testamento. Comenta San Agus-
será, aún no es, y lo que llega para luego desapa- tín:
recer, será para no ser. Pensad, si podéis esas «De esa paz dice el profeta Isaías: “Señor, Dios
palabras: Yo soy el que soy. No os enredéis en nuestro, danos la paz, pues nos has dado todo”
antojos míos, no os turbéis con pensamientos ca- (Is 26,12). Prometiste a Cristo y lo diste; pro-
prichosos y pasajeros. Paraos en el “es”, perma- metiste su cruz, la sangre que se derrama para el
neced en el mismo “es”. ¿Adonde vais? Permane-
perdón de los pecados y la diste; prometiste su
ced, para que también vosotros podáis ser. Pero, Ascensión y el Espíritu Santo enviado desde el
si tenemos una imaginación versátil ¿vamos a que- cielo, y lo diste; prometiste la Iglesia, fundada
darnos fijos en lo que permanece? ¿Cuándo lo- por toda la redondez de la tierra, y la diste; pro-
graremos tal cosa? Por eso se compadeció Dios, y metiste herejes futuros para ejercitación y
el que “es” dijo: dirás a los hijos de Israel: “el que probación y la victoria de la Iglesia sobre los
es me envió a vosotros”. Después de indicar el
errores de ellos, y los diste; prometiste la supre-
nombre de su ser, añadió el de su misericordia» sión de los ídolos de los gentiles, y los diste.
(Sermón 223 A,5). Señor, Dios nuestro, danos la paz, pues todo
–Como Salmo responsorial se han es- nos lo diste. Entretanto, mientras llegamos a
cogidos algunos versos del Salmo 104, aquella paz, en que no tendremos enemigo algu-
ya muchas veces expuesto, pero en esta no, peleemos larga, fiel y valientemente, para
merecer ser coronados por el Señor Dios... Cada
ocasión como estribillo se ha escogido el uno es tentado por su concupiscencia. Por lo
verso octavo: «El Señor se acuerda de su mismo, pelee, resista, no consienta, no se deje
Alianza eternamente... envió a Moisés, su llevar... He ahí que la concupiscencia solicita,
siervo, y a Aarón, su escogido». Es como estimula, insiste, exige, para que hagas algo malo;
un eco poético de la lectura anterior. El no consientas... El pecado es dulce, pero la muer-
salmista se dirige a la posteridad de te es amarga» (Sermón 77,A,2-3).
15ª Semana del Tiempo Ordinario 81
–El Señor desde el cielo se ha fijado en Porque, ¿qué es lo que tú temes? parece decirte el
la tierra, dice el Salmo 101. Este salmo Señor. ¿Quedar rebajado por la humildad? Míra-
nos enseña a ser solidarios con todo el me a Mí, considera los ejemplos que yo os he
dado y entonces verás con evidencia la grandeza
pueblo de Dios. Jesucristo, como el sal- de esta virtud. ¿Veis cómo por todos los medios
mista, vio las ruinas de Jerusalén castiga- los conduce a la humildad?» (Homilía 38,2-3 so-
da por no querer escuchar la voz de Dios bre San Mateo).
y lloró sobre ella (Lc 19,41). El cristiano
ha de pensar que sus pecados afean el
rostro de la Iglesia y, en cuanto de ellos Viernes
dependa, procuran su ruina. Esto nos de-
be ayudar a recapacitar sobre nuestros ac- Años impares
tos que pueden ser útiles a la Iglesia o –Éxodo 11,10-12.14: La Pascua del
perjudiciales. La santidad personal ya es, Señor. El cordero pascual es símbolo de
de por sí, un magnífico apostolado, pues Cristo. El memorial de la Nueva Pascua
en la Iglesia todos debemos ser solidarios es la Eucaristía. Comenta San Cirilo de
unos de otros. Con este salmo el Señor Alejandría:
quiere reanimar nuestra esperanza y dar- «Los israelitas en Egipto inmolaron un cordero
nos consuelo y fortaleza de ánimo. He- siguiendo las órdenes e instrucciones de Moisés.
mos de acoger con confianza esta palabra Se les mandó también añadir panes ázimos y ver-
de consuelo sabiendo que, por la gracia duras amargas... Así pues, aquel verdadero cor-
de Cristo, seremos introducidos en la vida dero, que quita el pecado del mundo, se inmoló
también por nosotros, que estamos llamados a la
eterna. santidad mediante la fe. Acerquémonos en su com-
–Mateo 11,28-30: Soy manso y humil- pañía a aquellos banquetes espirituales, sublimes
de de corazón. Cristo se inclina hacia los y realmente santos, prefigurados en cierto modo
menesterosos y los invita a buscar en Él por los ázimos prescritos en la ley, y que espiri-
tualmente han de ser recibidos.
descanso para sus almas. San Juan Cri-
sóstomo, «De hecho, en las sagradas Escrituras la leva-
dura ha sido siempre considerada como símbolo
«No os espantéis –parece decirnos el Señor– al de iniquidad y del pecado. Por lo cual, nuestro
oir hablar de yugo, pues es suave; no tengáis mie- Señor Jesucristo exhorta a sus santos discípulos
do de que os hable de carga, pues es ligera. Pues, que se abstengan del pan fermentado de los fari-
¿cómo nos habló anteriormente de la puerta es- seos y saduceos... Igualmente, el doctísimo Pablo
trecha y del camino angosto? Eso es cuando so- escribe a los santificados que se mantengan lo
mos tibios, cuando andamos espiritualmente de- más alejados posible de la levadura de la impure-
caídos; porque si cumplimos sus palabras, su carga za que mancha el alma... Para estar espiritualmen-
es realmente ligera. ¿Y cómo se cumplen sus pa- te unidos a Cristo, nuestro Salvador, y tener un
labras? Siendo humildes, mansos y modestos. alma pura, no es, pues, inútil, antes muy necesario
Esta virtud de la humildad es, en efecto, madre de y hemos de tomarlo muy a pecho, librarnos de
toda filosofía. Por eso, cuando el Señor promulgó nuestras miserias y evitar el pecado; en una pala-
aquellas sus divinas leyes al comienzo de su mi- bra, mantener nuestra alma alejada de todo lo que
sión, por la humildad empezó. Y lo mismo hace pudiera contaminarla» (Homilía pascual 19).
ahora aquí, al par que señala para ella el más alto
premio. Porque no sólo –dice– serás útil a los –Con el Salmo 115 decimos: «alzaré el
otros, sino que tú mismo, antes que nadie, encon- cáliz de la salvación, invocando el nom-
trarás descanso para vuestras almas. Ya antes de bre del Señor». Lo primero que se pre-
la vida venidera te da el Señor el galardón, ya que guntaba el salmista, y también nosotros
aquí te ofrece la corona del combate y de este debemos hacerlo, es: «¿Cómo pagaré al
modo, a par que poniéndosete Él mismo por de- Señor todo el bien que me ha hecho?».
chado, te hace más fácil de aceptar su doctrina.
La respuesta la da él mismo: «Tomaré la
82 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
copa de la salvación e invocaré el nombre –Mateo 12,1-8: El Hijo del hombre, Se-
del Señor». La Eucaristía es, en efecto, ñor del sábado. San Juan Crisóstomo ex-
no sólo la mayor prenda de la misericor- plica sobre los preceptos referidos al sá-
dia divina, sino que es el medio mejor de bado:
dar gracias a Dios por todo cuanto de Él «Habla de Sí mismo. Marcos, nos cuenta que
hemos recibido. también se refirió el Señor a la común naturaleza
humana, y así dijo: “el sábado se hizo para el
Años pares hombre, y no el hombre para el sábado”. Enton-
ces ¿por qué fue castigado de muerte aquel que
–Isaías 38,1-6.21-22.7-8: He escucha- recogía leña el día de sábado? (Num 15,33ss).
do tu oración, he visto tus lágrimas. Eze- Porque si desde el principio se hubiera tolerado
quías ora a Dios, y Él lo cura y prolonga el desprecio de la ley, mucho menos se hubiera
su vida. De ahí está tomada la lectura y el observado posteriormente.
salmo responsorial. Esto nos da oportu- «Y a la verdad, muchos y grandes provechos
nidad de reflexionar sobre la muerte. Oi- vino a traer en los comienzos la guarda del sába-
gamos a San Jerónimo: do. El sábado, por ejemplo, hacía que los judíos
fueran más blandos y humanos para con sus pro-
«Lo mismo muere el justo que el impío, el bue- pios familiares, les enseñaba a conocer la provi-
no y el malo, el limpio y el sucio, el que ofrece dencia y la obra de Dios, como dice Ezequiel (20,
sacrificios y el que no lo hace. La misma muerte 12,20), y los iba instruyendo para que, poco a
es para el bueno que para el que peca. El que jura poco, se apartaran de la maldad, y les obligaba, al
que el que teme el juramento. De igual modo se fin, a prestar alguna atención a las cosas del espí-
reducen a pavesas hombres y animales... Pase que ritu.
se llore a un muerto, pero a aquel que se lo lleva la
gehenna, al que devora el tártaro, y para castigo «Si Dios, al promulgar la ley del sábado, les
del cual arde el fuego eterno. Pero nosotros, cuya hubiera dicho: “el día del sábado haced el bien,
salida del mundo acompaña el ejército de los án- pero no os entreguéis al mal”, no habrían conteni-
geles, a quienes sale Cristo al encuentro, debería- do. De ahí que se lo prohibió todo por igual. No
mos sentir pesar de permanecer demasiado tiem- hagáis absolutamente nada. Y ni aun así le obede-
po en esta tienda de muerte. Porque mientras cieron. Sin embargo, el mismo que les da la ley
vivimos aquí, andamos peregrinos lejos del Se- del sábado, aun dentro de aquella generalidad, deja
ñor...» (Carta 39, a Paula). entender que solo quiere que se abstengan de toda
obra mala. Porque no haréis nada –dice– fuera de
Dice San Ambrosio: lo que haga el alma (Ex 12,16) Y todo aquello se
«No te perturbe el oir el nombre de la muerte, hacía en el templo y se hacía con duplicado fervor
antes bien, deléitate en los dones que te aporta este y multiplicada faena. De este modo, por la sombra
tránsito feliz, ¿Qué significa en realidad para ti la misma, revelábales el Señor a sus contrarios la
muerte sino la sepultura de los vicios y la resu- verdad» (Homilía 39,3, sobre San Mateo).
rrección de las virtudes?» (Tratado sobre el bien
de la muerte, 4).
Y San Cipriano: Sábado
«El que está lejos de la patria es natural que Años impares
tenga prisa por volver a ella. Para nosotros, nues-
tra patria es el paraíso; allí nos espera un gran –Éxodo 12,37-42: La noche en que el
número de seres queridos, allí nos aguarda el nu- Señor sacó a Israel de Egipto. Esa noche
meroso grupo de nuestros padres, hermanos e se convirtió en una noche de vela, de ac-
hijos, seguros ya de su suerte, pero solícitos aún ción de gracias por los beneficios recibi-
de la nuestra... La muerte no es un punto final, es
un tránsito. Al acabar nuestro viaje en el tiempo dos. De ahí el sentido grande que para el
viene el paso a la eternidad» (Tratado sobre la cristiano tiene la gran Vigilia Pascual: Paso
muerte, 18, 20). de Cristo de la muerte a la resurrección,
15ª Semana del Tiempo Ordinario 83
paso seguido por todos los cristianos,
pues todos lo somos en la muerte y resu- Años pares
rrección del Señor.
–Miqueas 2,1-5: Codician los campos
El recuerdo de la salida de Egipto alien- y se apoderan de las casas. El profeta ataca
ta toda la historia de Israel con una gran sin piedad a los ricos, preocupados úni-
esperanza. Lo que Dios ha puesto en mar- camente en acrecentar sus posesiones en
cha, al reunir una masa tan grande de is- detrimento de los pobres. Tendrán su cas-
raelitas en el momento de la salida de tigo. San Gregorio Magno dice:
Egipto, puede llevarlo a cabo hasta su
«Creen algunos que los preceptos del Antiguo
meta definitiva, haciendo surgir un gran Testamento eran más severos que los del Nuevo;
pueblo del pequeño renuevo del exilio. pero sin duda se engañan en su mal modo de
Dios ha «velado» por su pueblo, en una pensar; pues en aquél no se castiga el ansia de
noche famosa, la del éxodo, como una tener sino la rapiña; en éste se castiga el robo con
cuádruple restitución... Por tanto, de aquí debe
madre al lado de sus hijos enfermos. La colegirse ante todo con qué pena será castigado
fiesta de Pascua, en la que se prescribe quien arrebata lo ajeno, cuando quien no da lo
así una manera de compartir el cuidado propio es castigado con la pena del infierno» (Ho-
de Dios por el futuro de su pueblo. Esto milía 20,3 sobre los Evangelios).
se realiza, debe realizarse, con mayor ra- La injusticia social no es solamente una
zón y motivos sobrenaturales en los cris- violación de los derechos de los pobres,
tianos. sino ante todo es, para el profeta, una fal-
ta contra Dios y su Alianza. Dios castiga
–El Salmo 135 es como un eco de la el pecado, en esta vida con sentido medi-
lectura anterior: «dad gracias al Señor, cinal, para que el pecador se convierta y
porque es bueno, porque es eterna su mi- viva, pues Dios no quiere su muerte.
sericordia». Es el Gran Hallel o Gran Ala-
banza y se cantaba en la Pascua, porque La ausencia de amor entre los hombres
en él se conmemoraba la salida y libera- que son miembros del pueblo concierne
ción de la cautividad de Egipto. directamente al honor de Dios. No se tra-
ta sólo de deberes sociales, sino de obli-
En él se nos muestra el amor miseri- gaciones religiosas que recaen sobre los
cordioso de Dios, la clave de toda la crea- miembros de un pueblo asociado a Dios
ción, de toda la historia del pueblo de Dios por un puro favor de su benevolencia.
en el que entramos también nosotros. La
bondad de Dios es la razón de ser de todo En todo esto se tiene mayor responsa-
lo que Él ha obrado. Todo parte de la in- bilidad después de la venida de Cristo con
agotable bondad misericordiosa de Dios. su mandamiento nuevo de amar como Él
En esa bondad toma aliento el universo y amó.
la historia sagrada. En esa bondad todo –Con el Salmo 10 se dice eso mismo:
vive y se ilumina. «no te olvides de los humildes, Señor».
Casiano dice que alabamos al Señor En este Salmo se presentan dos cuadros
cuando proclamamos sus maravillas. En- muy diversos: el primero es un mundo
tonces la alabanza sale del fervor de la revuelto por el desorden en el que domi-
contemplación y manifiesta la grandeza, na el mal y se agitan los impíos que con-
el poder de Dios. juran y tienden insidias contra los pobres
y humildes; en el segundo, se ve a Dios
que observa toda acción de los hombres
84 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
y está siempre dispuesto a intervenir para
hacer justicia.
El grito de los pobres que se eleva hasta
los oídos de Dios resuena con frecuencia
en los Salmos. Es cierto que en ellos no
oímos sólo los lamentos de los indigen-
tes, sino también la oración de los perse-
guidos, de los desgraciados, de los afligi-
dos, todos estos que no dejan de formar
parte de los pobres. Sus enemigos son
los de Dios, los soberbios y los impíos. Y 16ª Semana
su aflicción es un título de amor de Dios.
Constituyen las primicias del pueblo hu-
milde y modesto, de la Iglesia de los po-
bres que reunirá el Mesías: «La soberbia
del impío oprime al infeliz y lo enreda en Domingo
las intrigas que ha tramado... Pero Tú, oh La liturgia de este Domingo tiene un
Dios, ves las penas y los trabajos... A Ti mensaje especial sobre el sacrificio
se encomienda el pobre, Tú socorres al eucarístico.
huérfano». Entrada: «Dios es mi auxilio, el Señor
–Mateo 12,14-21: Se dibuja en el hori- sostiene mi vida. Te ofreceré un sacrifi-
zonte la Pasión por obra de la conspira- cio voluntario, dando gracias a tu nom-
ción de los fariseos. Pero Cristo sigue su bre que es bueno» (Sal 53,6.8).
misión evangelizadora curando a los en- Colecta (del Sacramentario de Bérga-
fermos, pero no quiere que se divulgue. mo): «Muéstrate propicio con tus hijos,
San Mateo ve el oráculo de Isaías (42,1- Señor, y multiplica sobre ellos los dones
4) en la discreción con que Jesús rodea de tu gracia, para que, encendidos de fe,
sus curaciones y milagros. La intención esperanza y caridad, perseveren fielmen-
primera era sin duda rechazar las mani- te en el cumplimiento de tu ley».
festaciones populares en las que el entu-
siasmo ahogaría la fe. Se ve que desde el Ofrendas (del Misal anterior, retocada
principio los cristianos contemplan a Cris- con textos del Gelasiano). Se alude en ella
to como el verdadero Siervo de Yahvé y de nuevo al sacrificio: «Oh Dios, que has
así fue considerado en la predicación a- llevado a la perfección del sacrificio úni-
postólica y de la primitiva comunidad cris- co los diferentes sacrificios de la antigua
tiana. Para San Mateo es Jesús el Siervo alianza, recibe y santifica las ofrendas de
que anuncia la justicia a las naciones y tus fieles, como bendijiste la de Abel, para
cuyo nombres es su esperanza (Mt 12,18- que la oblación que ofrece cada uno de
21; Is 42,1-4). En este mismo sentido se nosotros en honor de tu nombre sirva para
expresa San Juan Crisóstomo: la salvación de todos».
«Todo es humildad, compasión, misericordia. Comunión: «Ha hecho maravillas me-
No quiere destruir, sino edificar y reparar; no morables; el Señor es piadoso y clemen-
apagar el rescoldo que ha quedado, sino hacer que te: él da alimento a sus fieles» (Sal 110,4-
prenda allí de nuevo el fuego de su amor. Vino, en 5); o bien: «Estoy a la puerta llamando,
una palabra, a renovar, robustecer y vivificar» dice el Señor; si alguien oye y me abre,
(Homilía 40,2,sobre San Mateo).
16ª Semana del Tiempo Ordinario 85
entraré y comeremos juntos» (Apoc pero le conforta el pensamiento de que
3,20). Dios perdona a los que se arrepienten de
Postcomunión (del Veronense y del corazón.
Gelasiano): «Muéstrate propicio a tu pue- –Con el Salmo 85 proclamamos: «Tú,
blo, Señor, y a quienes has iniciado en Señor, eres bueno y clemente... Todos los
los misterios del Reino, concédeles aban- pueblos vendrán a postrarse en tu presen-
donar el pecado y pasar a una vida nue- cia, Señor bendecirán tu nombre. El Se-
va». ñor es bondadoso y misericordioso, per-
dona nuestros pecados...»
CICLO A –Romanos 8,26-27: El Espíritu inter-
cede por nosotros con gemidos ine-
Dios castiga al perverso, pero es pa- narrables. Por la obra redentora de Cris-
ciente y espera la conversión. Esto es lo to el Padre nos da su propio Espíritu, ca-
que se deduce de la primera lectura y de paz de superar en nosotros el mal y trans-
la tercera con la parábola del trigo y la formarnos en hijos suyos. San Agustín
cizaña. El Espíritu intercede por nosotros explica:
y obra en nosotros, según nos enseña San «Eso quiere decir que hay en nosotros una docta
Pablo en la segunda lectura. ignorancia, por decirlo así, pero docta por el Es-
En el mundo que nos rodea, en las per- píritu de Dios, que soporta nuestra debilidad. En
sonas con quienes convivimos, en noso- efecto dice el Apóstol: “Si lo que no vemos lo
esperamos, por la presencia lo aguardamos”; y a
tros mismos, aparece el mal como una continuación dice: “De un modo semejante el Es-
realidad que nos condiciona. Es un ver- píritu socorre nuestra debilidad... pues intercede
dadero misterio. Dios nos da los medios según Dios por los santos” (Rom 8, 25-27).
adecuados para conocer el mal y supe- «No hemos de entender estas palabras como si
rarlo. Pero el hombre es libre y puede re- el Espíritu de Dios, que en la Trinidad de Dios es
chazar el don de Dios y preferir las tinie- inmutable y un solo Dios con el Padre y con el
blas del error, de la mentira, del pecado. Hijo, interpelase a Dios como alguien distinto de
Dios. Se dice que interpela por los santos, porque
–Sabiduría 12,13.16-19: En el pecado impulsa a los santos a interpelar. Del mismo modo
das lugar al arrepentimiento. Dios apare- que se dice: “Os tienta el Señor, vuestro Dios,
ce como el Soberano absoluto del univer- para ver si le amáis” (Dt 13,3), es decir, para que
so. Lo muestra el orden de todo el cos- vosotros lo conozcáis. El Espíritu Santo impulsa
mos. Quien conoce el poder divino y no a interpelar a los santos con gemidos inenarrables,
se le revela puede tener confianza y aban- inspirándoles el deseo de esa tan grande realidad,
que todavía nos es desconocida y que esperamos
donarse a la misericordia infinita de Dios. con paciencia. Pero ¿cómo es que, cuando se de-
Dos enseñanzas deducimos de la lectura. sea, se pide lo que se ignora? Porque en verdad, si
Una lección de bondad, de amor para con enteramente nos fuese ignorada, no la desearía-
todos los hombres: encontramos aquí una mos ni la pediríamos con gemidos» (Carta 130, a
superación de los confines de la religión Proba).
y raza, como pretendían los escribas y –Mateo 13,24-43: Dejadlos crecer has-
fariseos contemporáneos de Jesucristo, ta la siega. Porque es eterno y paciente,
que traía una misión de salvación univer- Dios tolera el mal en los seres libres, has-
sal para todos los hombres. Y una lec- ta el día de su juicio en que dará a cada
ción de esperanza: el hombre no puede uno una eternidad según sus obras. Co-
pretender por sí mismo ser impecable, menta San Juan Crisóstomo:
86 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
«A la verdad, traza suele ser del diablo mezclar –Jeremías 23,1-6: Reuniré el resto de
siempre el error a la verdad, coloreándolo muy mis ovejas y les pondré pastores. La más
bien con apariencia de ella a fin de engañar fácil- entrañable semblanza del Mesías Salva-
mente a los ingenuos. De ahí que el Señor no
habla de otra semilla, sino que la llama cizaña, dor fue delineada desde siglos atrás, a tra-
pues, ésta a primera vista, se asemeja al trigo. vés de los profetas, como el Buen Pastor
Seguidamente explica cómo procede el diablo en de toda la humanidad y como Maestro de
su asechanza: “mientras sus hombres dormían”. pastores elegidos por Él para continuar
No es pequeño el peligro que aquí amenaza a los su obra bajo sus cuidados especiales. San
superiores, a quienes está encomendada la guarda Jerónimo dice:
del campo; y no sólo a los superiores, sino tam-
bién a los súbditos. Y da a entender el Señor que «Los apóstoles, con toda confianza y sin te-
el error viene después de la verdad, cosa que com- mor alguno, apacentarán el rebaño de la Iglesia y
prueban los hechos mismos. Después de los pro- las reliquias del pueblo de Israel se salvarán de
fetas vinieron los falsos profetas; después de los todas las tierras; y volverán a sus campos, a sus
apóstoles, los falsos apóstoles; después de Cris- pastos, y crecerán y se multiplicarán. Sobre los
to, el anticristo. Y es que el diablo, si no ve algo malos pastores, escribas y fariseos, el Señor ma-
que imitar ni a quienes tender sus lazos, ni lo nifestará la malicia de su doctrina. Con todo, po-
intenta ni lo sabe... demos entenderlo también, conforme a la
tipología, de los príncipes de la Iglesia que no
«Así sucedió también en los comienzos de la apacientan dignamente las ovejas del Señor.
Iglesia. Porque muchos prelados, introduciendo Dejadlas, y castigados ellos, se salve el pueblo.
en las Iglesias hombres perversos, heresiarcas so- Entregadlas a otros que sean dignos, y así se sal-
lapados, facilitaron enormemente estas insidias del ve el resto. Pierden las ovejas los que enseñan la
diablo, pues una vez plantados estos hombres en herejía; laceran y dispersan los que hacen cis-
medio de los fieles, poco trabajo le queda ya al mas» (Comentario sobre el profeta Jeremías 2,4).
diablo... Mientras los herejes estén junto al trigo
hay que perdonarlos, pues cabe aún que se con- –Oportunamente se canta el Salmo 22:
viertan en trigo, mas una vez que hayan salido de «el Señor es mi Pastor, nada me puede
este mundo sin provecho alguno de tal proximi- faltar», ya muchas veces expuesto.
dad, entonces necesariamente les alcanzará el cas-
tigo inexorable» (Homilía 46, 1-2, sobre San –Efesios 2,13-18: Él es nuestra paz y
Mateo). ha hecho de dos una sola cosa. En el Co-
razón de Jesucristo se nos revela Jesús
CICLO B como el Buen Pastor que realiza la paz y
la unidad entre los hombres por su pro-
Ovejas sin pastor fue el panorama que pio sacrificio. La salvación es paz, es re-
vio Jesús en Palestina y peor aún en el conciliación, es acercamiento a Dios; en
mundo restante. Cristo se compadece. El otros términos, la salvación es liberación
es verdadero Pastor que Dios había pro- de todos los males que nos oprimen y que
metido a su pueblo. Todos los hombres, nos impiden ser lo que Dios quiere que
judíos y gentiles, se unen en Cristo, que seamos. Sólo si se une a Cristo, puede el
ha sellado con su sangre nuestro pacto con hombre conseguir su salvación.
Dios, de donde brota la paz verdadera.
Con mucha frecuencia ha comentado
La Iglesia entera es siempre el resulta- San Agustín este pasaje paulino:
do de una acción pastoral evangélica, que
hace de cada comunidad creyente un solo «A ambos, judíos y gentiles, les nació la piedra
angular, para, como dice el Apóstol, hacer en Sí
rebaño, bajo el cayado del Unico y Eter- mismo un solo hombre nuevo, estableciendo la
no Príncipe de Pastores (Jn 10; 1 Pe 2,25), paz y transformar a los dos en un solo cuerpo
elegidos por Él para continuar su obra de para Dios por la cruz. ¿Qué otra cosa es un ángu-
santificación. lo sino la unión de dos paredes que traen direc-
16ª Semana del Tiempo Ordinario 87
ciones distintas y, por decirlo así, encuentran allí surtidor que salta hasta la vida eterna» (Comen-
el beso de la paz? Los judíos y los gentiles fueron tario al Cantar de los Cantares,2).
enemigos entre sí, por ser dos pueblos diversos y
contrarios: allí encontramos el culto del único Dios
verdadero y aquí el de muchos y falsos dioses.
Aunque los primeros estaban cerca y los segun- CICLO C
dos lejos, a unos y a otros los ha conducido hacia
Sí (Ef 2,11-22)... Quienes escucharon y se mos- La primera lectura narra la hospitalidad
traron obedientes, viniendo de aquí y de allí, en- de Abrahán a Dios, que se le muestra bajo
contraron la paz y pusieron fin a la enemistad. las apariencias de un extranjero. El Evan-
Los pastores y los magos fueron las primicias de gelio nos muestra a Jesucristo, huésped
los unos y de los otros» (Sermón 204). de sus amigos Lázaro, Marta y María. En
–Marcos 6,30-34: Andaban como ove- la segunda lectura San Pablo se siente iden-
jas sin pastor. La compasión pastoral es tificado con Cristo, cuya pasión vive en
la expresión más profundamente bíblica su propia carne, y con la Iglesia, cuyo
de la caridad salvadora de Cristo ante las misterio anuncia.
necesidades del género humano. Esto no Ni la trascendencia de la divinidad ni la
es un gesto aislado o coyuntural en Jesu- profundidad misteriosa de su vida íntima
cristo, sino la razón de toda su vida. Por trinitaria, ni su absoluta supremacía so-
eso hemos de acudir a Él como al Pastor bre todas las cosas han sido óbice contra
Bueno de nuestras almas. San Gregorio la iniciativa de Dios de entablar intimi-
de Nisa se dirige a Cristo: dad amorosa con nosotros, los hombres.
«¿Dónde pastoreas, Pastor Bueno, Tú que car- El mismo se ha puesto a nivel de diálogo.
gas sobre tus hombros a toda la grey? (toda la «El Verbo se hizo carne y habitó entre
humanidad, que cargaste sobre tus hombros, es, nosotros» (Jn 1,14), convivió con noso-
en efecto, como una sola oveja). Muéstrame el
lugar de tu reposo, guíame hasta el pasto nutriti- tros. Esta es la gran noticia que todos los
vo, llámame por mi nombre, para que yo, oveja hombres deben conocer y secundar.
tuya, escuche tu voz, y tu voz me dé la vida eterna. –Génesis 18,1-10: Señor, no pases de
Avísame, amor de mi alma, dónde pastoreas. Te largo ante tu siervo. Abrahán, Padre de
nombro de este modo, porque tu nombre supera
cualquier otro nombre y cualquier inteligencia, de los creyentes, es en la historia de la salva-
tal manera que ningún ser racional es capaz de ción el «amigo de Dios» (Is 41,8; Sant
pronunciarlo o de comprenderlo. Este nombre, 2,23). Es el hombre que en la fe y en la
expresión de tu bondad, expresa el amor de mi caridad pudo llegar hasta el diálogo y la
alma hacia Ti. ¿Cómo puedo dejar de amarte, a Ti intimidad misteriosa con Dios. Su pro-
que de tal manera me has amado, a pesar de mi funda religiosidad no lo aparta del próji-
negrura, que has entregado tu vida por las ovejas
de tu rebaño? No puede imaginarse un amor su-
mo, sino que lo hace particularmente ge-
perior a éste, el de dar tu vida a trueque de mi neroso y delicado con los hombres. San
salvación. Hilario de Poitiers dice en su Tratado so-
«Enséñame, pues, dónde pastoreas, para que bre los Misterios que «Abrahán ve a un
pueda hallar los pastos saludables y saciarme del hombre y adora a Dios». Esta interpreta-
alimento celestial, que es necesario comer para ción es común en los Santos Padres.
entrar en la vida eterna; para que pueda asimismo En verdad acogiendo al hermano pobre,
acudir a la fuente y aplicar mis labios a la bebida
divina que Tú, como de una fuente, proporcionas marginado, socorriendo al menesteroso,
a los sedientos con el agua que brota de tu costa- se acoge y socorre al mismo Dios. Lo
do, venero de agua abierto por la lanza, que se dijo Cristo en el Evangelio: «Tuve ham-
convierte para todos los que de ella beben en un bre y me diste comer...»
88 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
–Adecuadamente se ha escogido el Sal- «la mejor parte», que el Evangelio garan-
mo 14 como Salmo responsorial: «Señor, tiza y defiende para los que le conocen y
¿quién puede hospedarse en tu tienda?» le aman. San Agustín comenta este pasa-
Y las condiciones son las obras de cari- je evangélico:
dad: «El que procede honradamente y «Marta y María eran dos hermanas no sólo en
practica la justicia, el que tiene intencio- la carne, sino también en la devoción. Ambas se
nes leales y no calumnia con su lengua. unieron al Señor, ambas le sirvieron en la unidad
El que no hace mal al prójimo ni difama de corazón cuando vivía en la carne de este mun-
al vecino; el que considera despreciable do. Marta lo recibió en su casa como suele recibir-
se a los peregrinos. La sierva sirve al Señor; la
al impío y honra a los que temen al Se- enferma al Salvador, la criatura al Creador. Lo
ñor. El que no presta dinero a usura, ni recibió para alimentarlo en la carne, ella que iba a
acepta soborno contra el inocente, el que ser alimentada en el espíritu. Quiso el Señor to-
así obra nunca fallará». mar la forma de siervo y en ella ser alimentado por
los siervos, mas no por necesidad, sino porque
–Colosenses 1,24-28: El misterio que así se dignó...
Dios ha tenido escondido lo ha revelado
ahora a su pueblo. Ese misterio es Cris- «Marta preparando y aderezando el alimento
para el Señor se afanaba en infinidad de quehace-
to, revelado como cercanía personal y su- res; María, su hermana, prefirió ser alimentada
prema de Dios ante los hombres. Todo por el Señor. Abandonando en cierto modo a su
cristiano, en cuanto miembro de Cristo hermana, entregada a los afanes domésticos, ella
por el bautismo, ha de ser testimonio y se sentó a los pies del Señor y, libre de ajetreos
apóstol del Evangelio. En el momento de humanos, escuchaba su palabra... Una sola cosa
la prueba y del sufrimiento no debe venir- es necesario: aquella unidad celeste, la unidad por
la que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una
se abajo, sino ofrecer las tribulaciones al sola cosa. Ved cómo se nos recomienda la uni-
Señor para irradiar el mensaje evangélico dad... Y con todo, estas tres Personas no son tres
al mundo, completando, a imitación de dioses, ni tres omnipotentes, sino un solo Dios
San Pablo, lo que falta al padecimiento de omnipotente. La misma Trinidad es un solo Dios,
Cristo. Todo fiel puede y debe cooperar a porque una sola cosa es necesaria. Y a la consecu-
la dilatación del Reino de Cristo con su ción de esta única cosa sólo nos lleva el tener los
muchos un solo corazón» (Sermón 103).
oración, con sus palabras, con su vida
ejemplar, con su propio sufrimiento ofre-
cido a Dios por medio de Jesucristo. Lunes
Dios ha reconciliado consigo al mundo
por medio de la sangre de Cristo, muerto Años impares
en la cruz. Tal misterio de amor ha de ser –Éxodo 14,5-18: Sabrán que yo soy el
participado por los cristianos en su que- Señor, cuando me haya cubierto de glo-
hacer cotidiano. El amor de Dios se ma- ria a costa del Faraón. En el momento
nifiesta en el dolor y en el sufrimiento. en que los israelitas ponen el mar y el
El cristiano debe asociarse a la cruz de desierto entre ellos y Egipto, creen llega-
Cristo para hacer brillar el rostro amoro- da la hora de medir el peso de esta deci-
so de Dios en toda la humanidad. sión y, en particular, la significación y esta
–Lucas 10,38-42: Marta lo recibió en emancipación de su servicio al Faraón,
su casa. María ha escogido la parte me- para ponerse al servicio de Dios. Oríge-
jor. La plena intimidad amorosa y dialo- nes,
gante con el Corazón de Cristo, como en «La quinta etapa es Mara, que se traduce por
familia y en trato de amistad es siempre amargura. No podían llegar a los torbellinos del
16ª Semana del Tiempo Ordinario 89
mar Rojo, para ver cómo perecía Faraón con su El profeta es bien claro: «Pueblo mío,
ejército, hasta que tuvieron palabras de nobleza ¿qué te hice o en qué te molesté? Respón-
en su boca, es decir, hasta que confesaron las deme. Te saqué de Egipto, de la esclavi-
maravillas del Señor, y confiaron en el Señor y en
su siervo Moisés y oyeron de él: “El Señor com- tud te redimí, y envié delante de tí a Moi-
batirá por vosotros y vosotros guardaréis silen- sés, Aarón y Mirián». Esto nos evoca los
cio” (Ex 4,14)» (Sobre el Éxodo 4). llamados Improperios del Viernes Santo
–Respondemos a la lectura con el cán- en la liturgia romana. Es una lección para
tico de Moisés después del paso del mar nosotros, pues nos ha hecho mayores do-
Rojo: «Cantemos al Señor, sublime es su nes. ¿Cómo correspondemos? Sigue el
victoria» (Ex 15). «Caballos y carros ha profeta: «Te he explicado, hombre, el bien,
arrojado en el mar... Los carros del Fa- lo que Dios desea de ti: simplemente que
raón los lanzó al mar, ahogó en el mar respetes el derecho, que ames la miseri-
Rojo a sus mejores capitanes. Las olas los cordia y que andes humilde con tu Dios».
cubrieron, bajaron hasta el fondo como –El Salmo 49 reza: «Al que sigue buen
piedras». Por eso, se acogen a Dios solo. camino le haré ver la salvación de Dios».
En El ponen su confianza: «Él es mi Dios; «Congregadme a mis fieles que sellaron
yo lo alabaré, el Dios de mis padres, yo mi pacto con un sacrificio. Proclame el
lo ensalzaré... Tu diestra, Señor, es fuerte cielo su justicia: Dios en persona va a juz-
y terrible; tu diestra, Señor, tritura al ene- gar. No te reprocho tus sacrificios, pues
migo». Es una lección para nosotros. Is- siempre están tus holocaustos ante Mí.
rael, no obstante ver las maravillas que Pero no aceptaré un becerro de tu casa ni
Dios ha obrado en su favor, le fue rebel- un cabrito de tus rebaños. ¿Por qué reci-
de muchas veces. Así puede encontrarse tas mis preceptos y tienes siempre en la
el cristiano muchas veces y, de hecho, se boca mi alianza tú que detestas mi ense-
encuentra, como nos lo manifiesta la vida ñanza y te echas a la espalda mis manda-
ordinaria, pese a que el Señor, como lo tos? Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿Crees
comentan los Santos Padres, ha hecho que soy como tú? Te acusaré, te lo echa-
con nosotros mayores maravillas. ré en cara. El que me ofrece acción de
Años pares gracias, ése me honra, al que sigue buen
camino le haré ver la salvación de Dios».
–Miqueas 6,1-4.6-8: Te he explicado,
hombre, lo que Dios desea de ti. Al revi- –Mateo 12,38-42: La reina del Sur se
sar el proceso de su pueblo, recuerda Dios levantará contra esta generación en el jui-
con amargura todos los beneficios que le cio. A los que piden una señal espectacu-
ha prodigado. Entonces el fiel interroga lar de que Él es el Mesías, Jesús les ase-
al profeta que le indique cuál es el cami- gura de que no se les dará otra señal que
no preferido de Dios. Clemente de Ale- la de Jonás, el profeta de la penitencia y
jandría dice: símbolo de la resurrección. San Agustín
comenta:
«Todo el que se convierte del pecado a la fe, se
convierte de las costumbres de pecador, que son «El mismo Salvador mostró que el profeta
como una madre, a la vida; así me lo dirá el testi- Jonás, arrojado al mar y engullido en el vientre de
monio de uno de los doce profetas cuando dice: un monstruo marino y vomitado vivo al tercer día,
“Habré de dar a mi primogénito por causa de mi es figura del mismo Salvador. Era denunciado el
impiedad, el hijo de mi vientre por causa de los pueblo judío por comparación con los ninivitas,
pecados de mi alma” (Miq 6,7)» (Stromata, pues cuando fue enviado a ellos para fustigarlos
III,16,100). el profeta Jonás, hicieron penitencia, aplacaron
90 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
la cólera de Dios y merecieron misericordia. Dijo: en la que se consumieron nuestros pecados, su-
“y aquí hay uno más que Jonás” (Mt 12,41), mergió en el mar Rojo a todos los enemigos...»
refiriéndose a Sí mismo. Los ninivitas oyeron al (Sermón 363,1-2).
siervo y consiguieron sus caminos; los judíos
oyeron al Señor y no sólo no se corrigieron, sino
–El Salmo responsorial es el canto de
que además lo asesinaron... » (Sermón A,1). Moisés del que se trató ayer y en la lectu-
ra anterior.
CICLO A
La multiplicación de los panes y peces
(lectura evangélica) ha sugerido el texto
de Isaías 55,1-3, en el que el Señor invita
a comer y a beber gratis. En la segunda
lectura San Pablo corona su exposición
con un himno al amor de Dios.
La liturgia de la palabra es hoy una pro-
18ª Semana clamación de la condición vivificante de
Cristo y una meditación profunda sobre
la grandeza de cuantos, por la fe, hemos
conocido el gran acontecimiento de la Eu-
Domingo caristía. Por lo mismo, es un día de grati-
Entrada: «Dios mío, dígnate librarme; tud y de responsabilidad, de amor intenso
Señor, date prisa en socorrerme. Que tú y de fidelidad amorosa al Padre que así
eres mi auxilio y mi liberación; Señor, nos ha amado en su Hijo unigénito.
no tardes» (Sal 69,2.6). –Isaías 55,1-3: Daos prisa y comed. La
Colecta (del Veronense, retocada con idea de convite de comunión con Dios y
textos del Gelasiano y Grego-riano): «Ven, de llamamiento divino a participar en él
Señor, en ayuda de tus hijos; derrama tu aparece en los vaticinios mesiánicos como
bondad inagotable sobre los que te supli- un reclamo amoroso de Dios invitándo-
can, y renueva y protege la obra de tus nos a la salvación. En todos los dones que
manos en favor de los que te alaban como nos ofrece ese texto de Isaías se subraya
creador y como guía». la «gratuidad». A tal gratuidad de amor y
de benevolencia se contrapone la desidia
Ofrendas (del Misal anterior, retocada del hombre, que pretende busca en sí mis-
con textos del Veronense): «Santifica, mo su felicidad. San Jerónimo dice:
Señor, estos dones; acepta la ofrenda de
este sacrificio espiritual y a nosotros trans- «Había dicho que todo vaso falso había de ser
machacado contra la Iglesia, y toda voz y lengua
fórmanos en oblación perenne». que se armara contra la lengua de Dios había de
Comunión: «Nos has dado pan del cie- ser superada. Provoca a los creyentes a venir al
lo, Señor, que brinda toda delicia y sacia río de Dios, lleno de aguas, y cuyo ímpetu alegra
todos los gustos» (Sab 16,20); o bien: «Yo la ciudad de Dios, para que beban en las fuentes
del Salvador. Dice a la Samaritana: “si conocieras
soy el pan de vida. El que viene a mí no el don de Dios..., te habría dado agua viva” (Jn
pasará hambre, y el que cree en mí no 4,10). Y en el templo: “si alguno tiene sed, que
pasará sed, dice el Señor» (Jn 6,35). venga a Mí y beba... ” (Jn 7,37-38), significando
al Espíritu Santo... De ella se dice con palabra
Postcomunión (del Misal anterior, reto- mística: “mi alma tiene sed de Dios” (Sal 41,2), y
cada con textos del Gelasiano): «A quie- en otro lugar: “me han abandonado a Mí, fuente
nes has renovado con el pan del cielo, de aguas vivas, para cavarse aljibes agrietados”
protégelos siempre, Señor, y, ya que no (Jer, 2,13). Estas aguas las esparcen las nubes,
cesas de reconfortarlos, haz que sean dig- por las que llega la verdad de Dios (Is 45,8)»
nos de la redención eterna». (Comentario al profeta Isaías).
18ª Semana del Tiempo Ordinario 111
–En el Salmo 144 prosigue el tema de lectura paulina, corta, pero densa y lumi-
la lectura: «Abres tú la mano, Señor, y nosa.
nos sacias de favores... Todos aguardan –Mateo 14,13-21: Comieron hasta que-
a que Él nos dé la comida a su tiempo... dar satisfechos. Si Jesucristo, Dios-Hom-
Él abre la mano y sacia de favores a to- bre entre los hombres, tenía poderes di-
dos viviente... está cerca de los que lo vinos para dar vida a los cuerpos, mucho
invocan sinceramente». Alabamos a Dios, más para dar vida a las almas. Comenta
digno de toda alabanza por su infinita gran- este evangelio San Jerónimo:
deza, por la sublimidad maravillosa de sus
«Levanta los ojos al cielo para enseñarnos a
obras. Pero, sobre todo, por su inmensa dirigir hacia allí nuestra mirada. Tomó en sus ma-
bondad, por su misericordia y generosi- nos los cinco panes y los dos pececitos, los partió
dad, ya que todos los dones que tenemos y se los dio a sus discípulos. Cuando el Señor
lo debemos a Él. parte los panes abundan los alimentos. En efecto,
si hubieran permanecido enteros, si no hubieran
–Romanos 8,35.37-39: Ninguna cria- sido cortados en trozos ni divididos en cosecha
tura podrá apartarnos del amor de Dios, multiplicada no hubieran podido alimentar a las
manifestado en Cristo. Frente al mundo gentes, los niños, las mujeres, a una multitud tan
increyente o anticristiano que dramática- grande. Comenta San Jerónimo:
mente pretende arrancar al creyente del «Por eso la Ley con los profetas es fraccionada
amor de Dios garantizado por Cristo, el en trozos y son anunciados los misterios que con-
mismo Cristo es quien nos mantiene en el tiene para que lo que estaba íntegro y en su primer
amor del Padre y nos vivifica. Comenta estado no alimentaba, dividido en partes, alimente
San Agustín: a la multitud de los pueblos. Cada uno de los
apóstoles llena su canasto con los restos del Sal-
«Por la paciencia fueron coronados los márti- vador para tener luego que alimentar a los pueblos
res: Deseaban lo que no veían y despreciaban los o bien para mostrar con esos restos que los panes
sufrimientos. Fundados en esta esperanza decían: multiplicados eran panes verdaderos. Trata a la
“¿Quién nos separará del amor de Cristo?”... (Rom vez de explicar cómo en un desierto, en una sole-
8,23 s.). ¿Dónde está el por quién? Porque por Ti dad tan vasta donde no se encuentran sino cinco
vamos a la muerte cada día. Por Ti. ¿Y dónde panes y dos pececitos, tan fácilmente se hallan
está?: “Dichosos los que no vieron y creyeron” doce canastos» (Comentario al Evangelio de
(Jn 20,29). Mira dónde está: En ti, pues en ti está Mateo 14,19-20.
tu misma fe. ¿O nos engaña el Apóstol que dice
que “Cristo habita por la fe en nuestros corazo- Jesús «rompe» la ley, y los misterios
nes”? (Ef 3,17). Ahora habita por la fe, luego por que contiene escondidos en su interior son
la visión; por la fe mientras estamos en camino, ahora revelados. Es lo que quiere decir
mientras dura nuestro peregrinar... Todo lo que San Jerónimo y lo mismo dice San Agus-
aquí buscamos, todo lo que aquí tenemos por tín (La ciudad de Dios 4,33 y 16,26,2).
grande, todo eso será para ti... Estando en pose-
sión de la caridad y nutriéndola en nosotros, per-
severemos con confianza en Dios, con su ayuda,
y digamos hasta que Él se apiade y lo lleve a la CICLO B
perfección: ¿Quién nos separará del amor de Cris-
to...? (Sermón 158,8-9). La multiplicación de los panes y de los
La garantía del cristiano es el amor in- peces dio ocasión a Jesucristo a exponer
quebrantable y gratuito de Dios, no la pro- la admirable doctrina del Pan de la vida.
pia voluntad de corresponder a Él, aun- Esto ha sugerido la primera lectura sobre
que sea muy decidida y comprometida. el maná en el desierto (Ex 16,2-4.12-15).
Toda la teología de la gracia de modo in- San Pablo nos recuerda en la segunda lec-
cisivo y entusiasta está contenida en esa tura que el cristiano es un hombre nuevo.
112 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
Ha de abandonar el hombre viejo que ha- del cielo. El hombre comió pan de ánge-
bía en él. les, el Señor les mandó provisiones hasta
La lectura continuada del capítulo sex- la hartura»...
to del Evangelio según San Juan nos pre- –Efesios 4,17.20-24: Vestíos de la nue-
senta el acontecimiento eucarístico como va condición humana creada a imagen de
misterio de participación de la vida divi- Dios. En la Nueva Alianza Cristo mismo
na del Verbo encarnado en plenitud de es el misterio de la vida divina que nos
vida para nosotros. En la plenitud de los vivifica y nos transforma en hijos suyos.
tiempos Cristo es el verdadero maná, que El paso de una situación a otra se deno-
da la vida divina y la salvación real de los mina «nueva creación» No se trata de un
elegidos de Dios para la eternidad. Parti- cambio exterior, como el que tendría lu-
cipar de esta vida, viviendo el misterio gar en quien cambia de vestido, sino de
de Cristo y dejándonos transformar por una renovación interior, por la que el cris-
Él, es la finalidad del acontecimiento tiano, al ser hecho nueva criatura en Je-
salvífico del Hijo de Dios vivo y viviente sucristo, puede vivir la justicia y la santi-
en medio de su Iglesia (Jn 10,10). dad con una profundidad y verdad que
–Éxodo 16,2-4.12-15: Yo haré llover superan las fuerzas de la propia naturale-
pan del cielo. Peregrinos los israelitas por za humana. San Anastasio Sinaíta dice:
el desierto hacia la tierra de promisión, el «Entrar en la iglesia y honrar las imágenes sa-
alimento providencial del maná fue sig- gradas y las veneradas cruces, no basta por sí solo
no permanente del amor divino sostenien- para agradar a Dios, como tampoco lavarse las
manos es suficiente para estar completamente lim-
do su indigencia de emigrantes. San Gre- pio. Lo que verdaderamente es grato a Dios es
gorio Magno dice: que el hombre huya del pecado y limpie sus man-
«Truena Dios maravillosamente con su voz, chas por la confesión y la penitencia. Que rompa
porque con fuerza oculta penetra incomparable- las cadenas de sus culpas con la humildad del
mente nuestros corazones y, cuando con secretos corazón» (Sermón sobre la sagrada sinaxis).
impulsos los oprime en el terror y los reforma en –Juan 6,24-35: El que viene a Mí no
el amor, publica de alguna manera calladamente pasará hambre, y el cree en Mí no pasará
con cuánto ardor debe ser seguido; y hácese en el
alma una grandeza de ímpetu, aunque no suena nunca sed. Cristo se nos presenta como
nada en la voz. La cual tanto más fuertemente providencia amorosa y como Redentor de-
resuena en nosotros cuanto hace ensombrecer el finitivo que nos ofrece la salvación eter-
oído de nuestro corazón de todo sonido exterior. na.
«Por lo cual el alma, recogida luego en sí misma Comenta San Agustín:
por esta voz interior, se maravilla de lo que oye,
porque recibe la fuerza de la compunción no co- «Necesitamos el consejo de cómo llegar a Él
nocida. La admiración de la cual fue bien figurada para saciarnos de Aquel del que ahora apenas con-
en Moisés cuando el maná vino de arriba (Ex seguimos una migajas, para no perecer de hambre
16,15). Porque aquel dulce manjar es llamado en este desierto; sobre cómo llegar a la hartura de
maná que quiere decir :“¿Qué es esto?” Y enton- ese Pan del que dice el Señor. Necesitamos el
ces decimos: ¿qué es esto, cuando, no sabiendo lo consejo sobre cómo conseguir esa saciedad de
que vemos nos maravillamos» (Tratados mora- Pan tan distinta de la saciedad de quien sufre el
les sobre el libro de Job 27,42). hambre de aquí abajo» (Sermón 389,2).
–Con el Salmo 77 decimos: «El Señor Dios pone a disposición del hombre su
les dio pan del cielo»... Dio orden las al- vida una vida que no termina jamás, pues
tas nubes, abrió las compuertas del cielo. supera la muerte.
Hizo llover sobre ellos maná, les dio pan
18ª Semana del Tiempo Ordinario 113
Esta vida se identifica con el Hijo que el «Cosas vanas hacemos cuando pensamos en
Padre ha dado al mundo. Aceptar al Hi-jo las cosas transitorias; y de aquí es que se dice
equivale a entrar en el círculo de la vida envanecer lo que de repente es quitado de los
ojos de los que lo miran... Así que “las cosas que
divina. El hombre tiene que abrirse al Hijo. pasan son vanas”, según que dice Salomón (Ecl.
En una palabra, tener fe en Él, tomar una 1,2). Pero convenientemente después de la vani-
decisión por Él y vivir de Él. dad sigue luego la maldad, porque, cuando somos
Hemos de repartir el pan material, para llevados por algunas cosas transitorias, somos
atados culpablemente en algunas de ellas; y como
que el mundo entero se acerque al Pan el alma no tiene estado de firmeza, procediendo
espiritual, esto es, la Sagrada Eucaristía. de sí misma con inconstancia, cae en los vicios.
Tenemos una gran responsabilidad de Así que de la vanidad se cae en la maldad, porque
una comunión vital con el Corazón de el alma, acostumbrada a las cosas mudables, como
siempre salta de unas cosas a otras, allégase a las
Cristo vivo, que deberá dar nuevo senti- culpas que nuevamente nacen» (Tratados mora-
do a toda nuestra vida, más allá del altar les sobre el libro de Job 10,20-21).
y del templo, si no queremos profanar con
–El Salmo 94 recuerda al pueblo judío,
nuestra conducta lo que la Eucaristía sig-
y ahora a nosotros, las prevaricaciones
nifica y exige.
de tiempos pasados: «No endurezcáis el
corazón como en Meribá, como el día de
CICLO C Masá en el desierto». Podemos encontrar-
nos también nosotros en situaciones se-
La codicia de que nos habla el Evange- mejantes. Es mejor: «aclamar al Señor,
lio de hoy está relacionada con la prime- postrados por tierra, bendiciendo al Se-
ra lectura: «Vaciedad sin sentido; todo es ñor, Creador nuestro», no sólo con nues-
vaciedad». Nueva vida, nos dice San Pa- tros labios, sino, sobre todo, con el cora-
blo, han de vivir los que han sido bauti- zón y las obras buenas.
zados, pues son un hombre nuevo. Esto
hace que caminemos hacia el encuentro –Colosenses 3,1-5.9-11: Buscad los bie-
del Señor. nes de arriba, donde está Cristo. Incor-
porado al misterio redentor por la renun-
Las lecturas de este domingo nos re- cia al «hombre viejo» y por la «nueva
cuerdan el «principio y fundamento» de vida en Cristo», el auténtico cristiano pue-
los Ejercicios de San Ignacio de Loyola: de superar a diario el riesgo de frustra-
«El hombre es creado para alabar, hacer ción de su vida para la eternidad. San Agus-
reverencia y servir a Dios y mediante esto tín ha comentado con frecuencia este pa-
salvar su alma». Todo lo demás vale «tan- saje paulino en sus sermones. Escogemos
to» en «cuanto». Caminamos hacia Dios. un sermón predicado en Hipona en la oc-
Somos peregrinos. Nos realizamos en tava de Pascua:
Cristo.
«Escuchemos lo que dice el Apóstol: Si habéis
–Eclesiástico 1,2; 2,21-23: ¿Qué saca resucitado con Cristo... ¿Cómo vamos a resucitar
el hombre de todo su trabajo?. El inson- si aún no hemos muerto? ¿Qué quiso decir enton-
dable misterio de la muerte y de la limita- ces el Apóstol con esas palabras? ¿Acaso Él hu-
ción de la felicidad humana, sin perspec- biera resucitado si o hubiera muerto antes? Habla-
ba a personas que aún vivían, que aún no habían
tivas de eternidad, son una fuente perma- muerto y ya habían resucitado. ¿Qué significa esto?
nente de defraudación, que sólo la fideli-
dad en Dios puede esperar». Dice San « Ved lo que dice: “si habéis resucitado con
Cristo saboread las cosas de arriba, buscad las
Gregorio Magno: cosas de arriba...” Si vivimos bien, hemos muerto
114 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
y resucitado; quien, en cambio, aún no ha muerto y guía hacia las mansiones celestiales, y logra
ni resucitado, vive mal todavía; y, si vive mal, no conseguir para los difuntos, a cambio del despre-
vive; muera para no morir. ¿Qué significa muera ciable dinero los eternos tabernáculos» (Tratado
para no morir? Cambie para no ser condenado... sobre el Evangelio de San Lucas lib.VII,122).
A quien aún no ha muerto, le digo que muera; a
quien aún vive mal, le digo que cambie. Si vive
mal, pero ya no vive, ha muerto; si vive bien, ha Lunes
resucitado... Por tanto, mientras vivimos en esta
carne corruptible, muramos con Cristo, mediante Años impares
el cambio de vida, y vivamos con Cristo, median- –Números 11,4-15: Yo solo no puedo
te el amor a la justicia. La vida feliz no hemos de
recibirla más que cuando lleguemos a Aquel que cargar con este pueblo. Quejas de los is-
vino hasta nosotros y comencemos a vivir con raelitas por el maná. Moisés se desahoga
quien murió por nosotros» (Sermón 231,3ss). ante Dios. San Pablo, evocando las mur-
–Lucas 12,13-21: Lo que has acumu- muraciones del pueblo en el desierto, es-
lado ¿de quién será? La misión redento- cribe a los Corintios en su primera Carta,
ra de Cristo de Cristo Jesús no fue la de 10,6: «No codiciéis el mal, como lo hi-
solucionarnos la felicidad materialista en cieron vuestros padres». San Agustín dice:
el tiempo, sino la de abrir nuestras vidas «Cuando los cuerpos de los fieles son someti-
íntegras a los verdaderos valores de la eter- dos a servidumbre, toda disminución del placer
nidad, que nos llevan hasta el Padre. Lo corporal va en provecho de la salud del espíritu.
Por ello debéis guardaros de buscar manjares cos-
afirma San Ambrosio: tosos, o simplemente sustituirlos por otros, a ve-
«El que había descendido para razones divinas, ces, más exquisitos, bajo la excusa de no comer
con toda justicia rechaza las terrenas, y no se dig- carne. La mortificación del cuerpo y su reducción
na hacerse juez de pleitos ni repartidor de heren- a servidumbre conlleva reducir los placeres, no
cias terrenas, puesto que Él tenía que juzgar y cambiarlos por otros. ¿Qué importa un alimento u
decidir sobre los méritos de los vivos y de los otro, si la culpa está en el deseo inmoderado del
muertos. Debes, pues, mirar no lo que pides, sino mismo? La voz divina condenó a los israelitas por
a quien se lo pides, y no creas que un espíritu apetecer no sólo carnes, sino también algunos fru-
dedicado a cosas mayores puede ser importunado tos y alimentos del campo... Por lo tanto,
por menudencias. Por esto, no sin razón es recha- amadísimos, sean cuales sean los alimentos de
zado este hermano que pretendía que el Dispensa- que os plazca absteneos, recordad las palabras
dor de los bienes celestiales se ocupara en cosas antes mencionadas, para manteneros en vuestros
materiales, cuando precisamente no debe ser un propósitos por religiosa templanza, sin conde-
juez el mediador en el pleito de la repartición de nar, por sacrílego error, a ninguna criatura de
un patrimonio, sino el amor fraterno. Dios» (Sermón 208,1).
«Aunque, en realidad, lo que debe buscar un –Con unos versos del Salmo 80 nos
hombre no es el patrimonio del dinero, sino el de unimos a la lectura anterior: «Aclamad a
la inmortalidad; pues vanamente reúne riquezas el Dios, nuestra fuerza. Mi pueblo no escu-
que no sabe si podrá disfrutar de ellas, como aquél
que, pensando derribar los graneros repletos para chó mi voz. Israel no quiso obedecer.
recoger las nuevas mieses, preparaba otros mayo- Ojalá me escuchase mi pueblo y camina-
res para las abundantes cosechas, sin saber para se Israel por mi camino». Un Dios tan
quien las amontonaba (Sal 38,7). Ya que todas las bueno para con su pueblo, tiene derecho
cosas de este mundo se quedan en él y nos aban- a que se le oiga y se le obedezca como su
dona todo aquello que acaparamos para nuestros único Dios. Él ha testimoniado de sí mis-
herederos; y, en realidad, dejan de ser nuestras
todas esas cosas que no podemos llevar con no-
mo narrando todas sus grandes gestas en
sotros. Sólo la virtud acompaña a los difuntos, favor de Israel. Ahora corresponde a los
sólo la misericordia nos sirve de compañera, esa israelitas dar testimonio de sí mismos obe-
misericordia que actúa en nuestra vida como norte deciendo y amando a su Señor. No qui-
18ª Semana del Tiempo Ordinario 115
sieron. Pero Dios esperó su conversión. para no quedar avergonzado. A pesar de
Así también nosotros. Todo pecado es una los lazos y redes del enemigo el fiel medi-
especie de idolatría que sustituye al Dios ta los preceptos del Señor. Instruídos por
único por un capricho. También el Señor Él no nos apartamos de sus mandatos.
espera nuestra conversión, nuestro progre- –Mateo 14,13-21: La multiplicación de
so espiritual. Siempre podemos, debemos, los panes y peces. Se ha querido ver en
optar por un grado mayor de perfección. este hecho a Cristo como un nuevo Moi-
sés, capaz de saciar al pueblo con alimen-
Años pares
to de vida y conducirlo a los pastos defi-
–Jeremías 28,1-17: Jeremías sufre la nitivos. Toda la narración de la multipli-
contradicción del profeta Ananías que ase- cación de los panes y de los peces está
gura al pueblo una liberación inmediata. concebida de tal manera que aparece real-
Jeremías, desorientado en un principio, mente Cristo, no como Moisés, sino como
cambia de postura y, desenmascarando al superior a él, ofreciendo un alimento de
falso profeta, denuncia la próxima derro- más valor que el antiguo maná, liberando
ta. al pueblo del legalismo en que había caí-
El individuo que va a la búsqueda de sí do la ley de Moisés, triunfando sobre las
mismo, considera que la actitud de la so- aguas del mar y abriendo acceso a la ver-
ciedad para con él es la de los falsos pro- dadera Tierra Prometida, no solamente a
fetas, puesto que calla una verdad para los miembros del pueblo elegido, sino tam-
ofrecer otra; por otra parte, define la ver- bién a los mismos paganos. San Juan Cri-
dad de manera tan absoluta y con una pu- sóstomo comenta este milagro:
blicidad tan bien orquestada, que el indi- «Por el lugar en que se hallaban, por el hecho
víduo se verá obligado a aceptarla, no por de no darles de comer sino pan y peces, y dársele
convicción, sino para ser bien visto, por a todos en igual medida y en común y que a nadie
causa de su buen nombre o, simplemen- se le procurara mayor porción que a otro, el Señor
daba a las muchedumbres lecciones varias de hu-
te, para no hacerse notar. Es, por consi- mildad, de templanza, de caridad, de aquella igual-
guiente, imposible que una sociedad así dad que había de imperar entre todos y de la co-
concebida tenga una alta concepción de munidad de bienes en que habían de vivir... Él les
su ética. dio partidos los cinco panes y éstos se multipli-
caban en manos de los discípulos. Y no acaba
El «falso profeta» puede hallarse tam- aquí el prodigio, sino que el Señor hace que so-
bién en los que defienden la lucidez con bren, y que sobren no sólo panes sino también
fanatismo; los que crean poseer ellos so- fragmentos. Estos mostraban que eran restos de
los la verdad, los que no quieren escu- aquellos panes, y los ausentes podían fácilmente
char, sino que se les escuche. Todo ha de comprobar el milagro.
ser moderado por la humildad y el amor. «Podía muy bien el Señor haber hecho que las
gentes no sintieran hambre, pero sus discípulos
–De nuevo rezamos unos versos del Sal- no se hubieran dado cuenta de su poder, pues eso
mo 118, el más largo de todo el Salterio. mismo había sucedido con Elías (3 Re 17,9-16).
Humildemente se pide al Señor que nos El hecho fue que los judíos quedaron tan maravi-
instruya en sus leyes, que nos aparte del llados de este milagro, que intentaron proclamarlo
falso camino y nos dé la gracia de su vo- rey, cosa que no hicieron en ningún otro prodigio
luntad, que no quite de nuestros labios del Señor. ¡Qué palabra, pues, pudiera explicar
las palabras sinceras, porque queremos es- cómo se multiplicaban aquellos cinco panes, cómo
corrían como un río por el desierto, cómo fueron
perar en sus mandamientos..., que sea bastantes para tan ingente muchedumbre? Eran,
nuestro corazón perfecto en sus leyes, en efecto, cinco mil hombres sin contar las muje-
116 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
res ni los niños. Máxima alabanza de aquel pue- cordia, hemos pecado». También noso-
blo, pues seguían al Señor a par de hombres y tros pecamos y tenemos necesidad del
mujeres, ¿Cómo se formaron los fragmentos? perdón de Dios. El venerable Padre Char-
Porque éste es otro milagro no menor que el pri-
mero. Y hubo tantos que se llenaron doce canas- les de Foucauld escribe:
tos, en número igual, ni más ni menos al de los «Gracias, Dios mío, por habernos dado esta
apóstoles. Tomando, pues, los fragmentos, los dio divina oración del Miserere... Este Miserere que
el Señor no a las muchedumbres, sino a los após- es nuestra oración cotidiana... Digamos este Sal-
toles, pues las gentes eran aún más imperfectas mo con frecuencia, hagamos a base de él nuestra
que los apóstoles» (Homilía 49,3 sobre San oración. Él contiene el resumen de todas nuestras
Mateo). oraciones: adoración, amor, ofrenda, acción de
gracias, arrepentimiento, súplica. Parte de la con-
sideración de nosotros mismos y sobre nuestros
pecados, y se eleva hasta la contemplación de Dios,
Martes pasando por el prójimo y orando por la conver-
sión de todos los hombres».
Años impares La humanidad pecadora, guiada por
–Números 12,1-13: Se atrevieron a ha- Cristo, encuentra el camino para pasar de
blar contra Moisés. En vista de las quejas la esclavitud del mal a una vida renova-
de la profetiza María y de Aarón contra da, obteniendo la efusión del Espíritu
Moisés, el Señor hace resaltar la superio- Santo y un corazón puro santificado por
ridad de éste, a quien habla como confi- la gracia divina, para ofrecerse a sí mis-
dente, que tiene, además, el privilegio de ma, «como sacrificio viviente, santo y
contemplar su gloria. Dice San Jerónimo: agradable a Dios» (Rom 12,1), juntamen-
«Aquel caudillo del ejército israelita que había te con Cristo el cual «se ha dado como
herido a Egipto con diez plagas, y a cuyo mando sacrificio de suave olor» (Ef 5,2).
obedecían cielo, tierra y mares, es proclamado
como “el hombre más bondadoso de cuantos en- Años pares
tonces había engendrado la tierra” (Num 12,3). Y
por eso conservó el poder durante cuarenta años, –Jeremías 30,1-2.12-15.18-22: Se cam-
pues con la bondad y la mansedumbre atenuaba la biarán la suerte de las tiendas de Jacob.
arrogancia del mando. El pueblo intenta apedrearlo, No obstante la desgracia vaticinada, Dios
y él ruega por los que le quieren apedrear. Es más:
prefiere se le borre del libro de Dios (Ex,32,32) a pronuncia palabras de consuelo, por boca
que el pueblo que se le ha confiado perezca. Que- del mismo profeta. La derrota exterior es
ría de este modo imitar a aquel pastor de quien consecuencia del pecado, pero vendrá la
sabía que iba a llevar sobre sus hombros las ove- reconstrucción y la alegría. Sigue la Alian-
jas descarriadas... También el discípulo del Buen za porque Dios es siempre fiel a sus pro-
Pastor desea ser anatema por sus hermanos y alle- mesas. El mesianismo no ha muerto. No
gados según la carne, que son los israelitas (cf.
Rom 9,3). Y si éste desea perecer para que los
puede morir. Espera la venida del Mesías:
perdidos no perezcan, ¿cuánto más los padres Cristo. San Jerónimo distingue entre la
buenos deberán estar atentos para no provocar a aflicción del pecador y la del inocente:
sus hijos a ira y no forzar por una dureza excesi- «Existen diferentes tipos de aflicciones. Una es
va a que aun los más dóciles se hagan violentos?» la aflicción que padece el pecador como castigo
(Carta 82,3, a Teófilo). sin remisión; otra es la que padece para que se
–Los judíos, arrepentidos de haber cri- arrepienta; otra distinta es la que uno puede sufrir,
ticado a Moisés, obtienen el perdón. Tam- no para que se arrepienta de alguna falta pasada,
sino para que no la cometa en el futuro; otra, en
bién nosotros lo obtendremos rezando el fin, es la que padecen muchos, no para que se
Salmo 50: «Misericordia, Señor, miseri- arrepientan de un pecado pasado ni para impedir
18ª Semana del Tiempo Ordinario 117
que lo cometan en el futuro, sino para que cuando especificar quién es, podían conocer por la voz
uno es salvado inesperadamente de la aflicción, que les era conocida a quien les hablaba en las
ame con mayor ardor la esperada potencia del oscuras tinieblas de la noche, o bien se acordaban
que le salva. De esta forma cuando el sufrimiento de Aquel que sabían había hablado a Moisés: Así
alcanza al inocente, permite que por su paciencia dirás a los israelitas: Yo soy me ha enviado a
obtenga un cúmulo de méritos. Como hemos di- vosotros.
cho, a veces el pecado es afligido para recibir un «Pero le respondió: “Señor, si eres Tú, mánda-
castigo sin remisión, tal como se dice a Judea al me ir a ti sobre las aguas”. En todas partes encon-
ser condenada: “te golpeé con la desgracia del tramos la ardentísima fe de Pedro... También aho-
enemigo, con un castigo cruel” (Jer 30,14). Y aña- ra, con la misma ardiente fe de siempre, mientras
de: “¿por qué me invocas en la aflicción? Tu dolor los otros callan él cree poder hacer por la voluntad
es incurable” (ib. 30,15)» (Libros morales sobre del Maestro, lo que éste podía por naturaleza.
Job prefacio, 12). Mándalo y al punto las aguas se volverán sólidas
–Las ideas de la lectura anterior siguen y mi cuerpo, pesado por sí mismo, se volverá
en estos versos del Salmo 101, escogidos liviano... Era ardiente la fe de su alma pero la
como responsorial: «El Señor reconstru- fragilidad humana lo arrastraba hacia las profun-
didades. Es abandonado por un momento a la ten-
yó Sión y apareció en su gloria. Los gen- tación para que aumente su fe y para que com-
tiles temerán su nombre, los reyes del mun- prenda que ha sido salvado no por una oración
do su gloria, cuando el Señor reconstru- fácil, sino por el poder del Señor...
ya Sión y aparezca su gloria, y se vuelva «Si al Apóstol Pedro cuya fe y corazón ardiente
a la súplica de los indefensos y no des- evocamos antes, si a él que había pedido con gran
precie sus peticiones, cuando se reúnan confianza al Señor mándame ir a ti sobre las aguas,
unánimes los pueblos y los reyes para dar por haber tenido miedo un momento se le dice:
culto al Señor». “hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”, ¿qué se
nos dirá a nosotros que no tenemos ni siquiera
Dios es eterno y por eso los hijos de sus una parte de esa poca fe?» (Comentario al Evan-
siervos subsistirán y encontrarán una ha- gelio de Mateo 14,27-31).
bitación estable en el país que Él les ha
asignado. Su posteridad vivirá eternamen-
te en su presencia. La eternidad de Dios Miércoles
aparece para el salmista como el gran mo-
tivo de esperanza para él y para la ciudad Años impares
santa. La tradición cristiana ha meditado
este Salmo como plegaria de Cristo en su –Números 13,2-3.26; 14,1,26-30.34-
Pasión. Él resucitó y esta Resurrección es 35: Despreciaron una tierra envidiable.
nuestra liberación. «El salario del pecado Las noticias de los exploradores de la tie-
es la muerte, pero el don de Dios es la rra prometida es acogida con murmura-
vida eterna en Cristo Señor nuestro» ciones. Dios castigó la incredulidad. La
(Rom 6,23). grandeza de estos hechos no puede ser
–Mateo 14,22-36. Cristo andando so- disimulada por las perversiones y abusos
bre las olas. Es un signo más del misterio propios de gran parte de los que se reve-
de su persona que se presenta como Hijo lan. La misma rebelión contra Dios es ya
de Dios ante sus discípulos. Comenta este una gran perversión. Dice Orígenes:
evangelio San Jerónimo: «En este mismo libro que tenemos en las ma-
«“Tened confianza. Soy yo. No temáis”. Pone nos: cuando regresaron los exploradores, envia-
remedio a lo que interesaba en primer lugar; a los dos a inspeccionar la tierra, y diez de ellos, con
que tienen miedo les manda: tened confianza, no sus informes pésimos, infundieron desesperación
temáis. En cuanto a lo que sigue: Yo soy, sin al pueblo, pero los otros dos, a saber, Caleb y
118 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
Josué, anunciaron las ventajas (Num 13 y 14) y
exhortaron al pueblo a permanecer en lo propues-
to, les valió del Señor un mérito inmortal, no tan- Años pares
to su confesión, cuanto el miedo de sus compa- –Jeremías 31,1-7: Con amor eterno te
ñeros» (Homilía sobre los Números 16-17,9). amé. Jeremías contempla la restauración
La presencia de Dios es siempre fecun- de Israel, fruto del amor eterno de Dios
da de promociones humanas, sobre todo para con los suyos. Serán unos días de
después de Cristo, que ha iluminado con alegría para Jerusalén, celebrando al Se-
su vida y doctrina todas las situaciones en ñor que ha salvado a su pueblo. San Am-
que podemos encontrarnos los hombres. brosio explica que:
Siempre hemos de proceder con gran es- «En todo actuar divino está presente la misma
píritu de fe, de sumisión y de reverencia misericordia, aunque la gracia varíe según nues-
a Dios, a Cristo, a su Iglesia, que se rige tros méritos. El Pastor va a la oveja cansada, es
por pastores escogidos por Él. No hay que hallada la dracma que se había perdido, y el hijo,
dudar: Cristo está presente en su Iglesia por sus propios pasos, vuelve al Padre, y vuelve a
Él plenamente arrepentido del error que le acusa
hasta la consumación de los siglos, como sin cesar (Lc 15,1-32). Y por eso, con toda justi-
Él mismo prometió, y su palabra no pue- cia se ha escrito: “Tú, Señor, salvarás a los hom-
de fallar. bres y los animales” (Sal 35,7). ¿Y quiénes son
No podemos ser desorientados por las esos animales? El profeta dijo que la simiente de
Israel era una simiente de hombres, y la de Judá,
revoluciones, por los díscolos, los una simiente de animales (Jer 31,37) Y por eso
insumisos, los orgullosos, los autosufi- Israel es salvado como un hombre y Judá recogi-
cientes que niegan toda autoridad al Papa do como una oveja» (Tratado sobre el Evangelio
y a los obispos en comunión con él. de San Lucas 7,208).
–De nuevo el Salmo 105 nos sirve de –Del mismo Jeremías se ha tomado el
meditación a la lectura anterior: «acuér- canto responsorial: «El Señor nos guar-
date de mí, Señor, por amor a tu pueblo: dará como Pastor a su rebaño... El que
Hemos pecado con nuestros padres, he- dispersó a Israel lo reunirá..., porque el
mos cometido maldades e iniquidades... Señor redimió a Jacob, lo rescató de una
Olvidaron las obras de Dios, no se fiaron mano más fuerte, vendrán con aclama-
de sus planes, ardieron de avidez en el ciones a la altura de Sión, afluirán hacia
desierto y tentaron a Dios en la estepa... los bienes del Señor... convirtió su triste-
Se olvidaron de Dios, su Salvador»... za en gozo, los alegró y alivió sus penas»
También nosotros, por nuestros pecados, Esto mismo hace con su Iglesia, con las
hemos sido rebeldes. Necesitamos con- almas de los pecadores que se convierten,
vertirnos a Dios con todo nuestro cora- con las almas buenas que reparan los pe-
zón. Muchas veces nuestra misma histo- cados de los demás. Con razón en el culto
ria está descrita en esas páginas bíblicas. al Corazón de Jesucristo se ha escogido
Es una historia de caídas, de rebeliones, este texto de Jeremías: «Con amor eterno
de traiciones... Es la historia del mismo te amé». Esto está pidiendo una corres-
Dios que sigue nuestros pasos y nos lla- pondencia de amor por nuestra parte.
ma constantemente a la conversión y a la –Mateo 15,21-28: Mujer ¡qué grande
penitencia. Es la historia de nosotros que, es tu fe! Curación de la hija de la Cananea.
arrepentidos, volvemos a Dios. San Jerónimo elogia la fe de esta mujer:
«Admira en la persona de la mujer cananea la
fe, la paciencia, la humildad de la Iglesia; la fe
18ª Semana del Tiempo Ordinario 119
porque creyó que su hija podía ser sanada, la que el tema del agua viva sea uno de los
paciencia porque a pesar de tantos rechazos per- más evocadores de la presencia de Dios
severa rogando, la humildad cuando no se com- en su pueblo (Sal 45-46; Is 30,25; 35,4-
para a los perros sino a los cachorros. Los perros
son los paganos llamados así a causa de su idola- 7; 41,15-18; Ez 47; Zac 13,1). Es Cristo
tría, los perros que alimentados con sangre y con quien distribuye el agua viva, don de su
cadáveres se vuelven rabiosos (cf. Ap 22,15). propia vida (Jn 7,37-38;1 Cor 10,1-11),
«Observa que esta cananea, perseverando en agua llena del Espíritu.
su petición, lo llama primero Hijo de David, lue- –El oráculo fivino del Salmo 94 sigue
go Señor, y finalmente lo adora como Dios... “Yo siendo actual. «¡Ojalá escuchéis hoy la
sé, dice, que no merezco el pan de los hijos, que
no puedo recibir todo su alimento ni sentarme a
voz del Señor!... No endurezcáis el cora-
su mesa con su padre. Pero me contento con los zón como en Meribá, como el día de Masá
restos reservados a los cachorros, para que por la en el desierto». El hoy de la misericordia
humildad de las migas pueda llegar al honor de de Dios brilla sobre nosotros. San Pablo
compartir todo el pan”. ¡Oh admirable mudanza también cita este salmo al invitar a la con-
de las cosas! En otro tiempo Israel era hijo, noso- versión a los cristianos:
tros, perros, Por la diversidad de la fe se cambia el
orden de los nombres... Nosotros escuchamos con «Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de
la sirofenicia y la hemorroísa: “Grande es tu fe, vosotros un corazón malo e incrédulo, que se aparte
que te sucede como deseas”, e “Hija, tu fe te ha del Dios vivo; antes exhortaos mutuamente cada
salvado”» (Comentario al Evangelio de Mateo día, mientras perdura el hoy, a fin de que ninguno
15,26-27). se endurezca con el engaño del pecado. Porque
hemos sido hechos participantes de Cristo en el
supuesto de que hasta el fin conservemos la firme
confianza del principio; mientras se dice: Si hoy
Jueves oyéreis su voz, no endurezcáis vuestros corazo-
nes como en la rebelión» (Carta a los Hebreos
Años impares 3,12-15).
–Números 20,1-13: Ábreles tu tesoro,
la fuente de aguas vivas. El pueblo se que- Años pares
ja a Moisés por faltar el agua. Y Dios le –Jeremías 31,31-34: Haré una alianza
indica que haría brotar agua de la roca. nueva y no recordaré sus pecados. El
El pueblo tiene sed y murmura. Pone en anuncio de una nueva alianza constituye
duda la presencia de Dios. El simbolismo un hito en la predicación del profeta. La
del agua ocupa un lugar importante en la antigua alianza, basada en la ley escrita,
vida del pueblo elegido y en el mismo cederá su puesto a una Alianza nueva,
Cristo. cuya ley estará grabada en los corazones
También en nuestros días tiene esto una de los fieles. Se trata de la Alianza nueva
plena realidad, no obstante tantísimos ade- y eterna que Cristo asegura que se ha rea-
lantos como hay. Hay épocas, tempora- lizado en su Sangre, según las palabras
das e incluso años de sequía. Esto es más del relato de la institución de la Eucaris-
vivo en la época en que se escribió este tía. Exclama Clemente de Alejandría:
libro bíblico. El pueblo debió experimen- «¡Salve, Luz! Desde el cielo brilla una luz so-
tar con frecuencia, durante su vida en el bre nosotros, que estábamos sumidos en la oscu-
desierto (Ex 17; Num 20), y en la misma ridad y encerrados en la sombra de la muerte, Luz
más pura que el sol, más dulce que la vida de aquí
Jerusalén en la que sólo había una fuente, abajo. Esta Luz es la vida eterna, y todo lo que de
la bendición que significa para él el des- ella participa vive, mientras que la noche teme a
cubrimiento de un punto de agua. De ahí la luz y, ocultándose de miedo, deja el puesto al
120 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
día del Señor; el universo se ha convertido en Luz hizo Hijo del Hombre por ti. “¿Quién dice la
indefectible, y el ocaso se ha transformado en au- gente que soy yo, el Hijo del Hombre?” ¿Quién
rora. Esto es lo que quiere decir la “nueva crea- es Este que por ti se hizo Hijo del Hombre?...
ción” (Gál 6,15); porque el Sol de justicia (Mal “Tú eres Cristo, el Hijo de Dios vivo”. Yo, dijo,
4,2), que atraviese en su carroza el universo ente- recomiendo mi humildad; tú reconoce mi divini-
ro, recorre asimismo la humanidad imitando a su dad. Yo digo que me he hecho por ti; di tú cómo te
Padre... hice a ti (Hebreos 3,12-15):» (Sermón 306, D).
«Él fue quien transformó el ocaso en amanecer,
quien venció la muerte por la resurrección, quien
arrancó al hombre de su perdición y lo levantó al
cielo;... Da leyes a su inteligencia y las graba en Viernes
su corazón. ¿De qué leyes se trata? Pues “todos
me conocerán, desde el más pequeño al mayor, Años impares
oráculo de Yavé; ya que perdonaré su culpa y no
recordaré más su pecado” (Jeremías, 31,34)» (Ex- –Deuteronomio 4,32-40: Amo a tus
hortación a los paganos 11,114,4-5). padres y después eligió su descendencia.
No hay oposición entre los dos Testa- Llama la atención Moisés sobre la
mentos, sino cumplimiento en uno de lo misericordiosa elección del Señor en fa-
que en el otro se había prometido. Todo vor de Israel, a quien se ha dado a cono-
es un acto continuado de la misericordia cer y ha colmado de beneficios. Por eso
divina. el pueblo escogido ha de corresponder
con gran amor, manifestado en la obser-
–De nuevo repetimos algunos versos del vancia de sus mandatos, que en definitiva
Salmo 50: «Oh Dios, crea en mí un co- son para bien de todos los hombres.
razón puro..., renuévame por dentro... en- Tres acontecimientos del pasado retie-
señaré a los malvados tus caminos, los nen la atención de este pasaje bíblico: Dios
pecadores volverán a Ti; los sacrificios se ha acercado a Israel comprometiéndo-
no te satisfacen, si te ofreciera un holo- se en las promesas de los patriarcas yen-
causto no lo querrías. Mi sacrificio es un do a busca a su pueblo exiliado en Egip-
espíritu quebrantado: un corazón quebran- to, e introduciéndolo en la tierra prome-
tado y humillado Tú no lo desprecias». tida. El mismo y único Dios es el autor
de estos tres acontecimientos: ¿por qué
–Mateo 16,15-23: Tú eres Pedro, te daré no habrá de ser también el autor de los
las llaves del Reino de los cielos. Pedro acontecimientos que nos preocupan? Dios
proclama en nombre de los Doce su fe en es único; por tanto su amor dura para
que Jesús es el Mesías y Éste lo procla- siempre...
ma dichoso y le anuncia su futura misión
en la Iglesia. Muchas veces ha comenta- La palabra de Dios no se limita al pasa-
do San Agustín este pasaje evangélico: do; también tiene actualidad ahora y la
tendrá en el futuro; si esa Palabra espera
«Él les dijo: “Los hombres que pertenecen al una respuesta del hombre, esa respuesta
hombre dicen esto y aquello; pero vosotros, hom-
bres ciertamente, que pertenecéis al Hijo del Hom- es tan necesaria hoy como ayer y no es
bre, ¿quién decís que soy yo?” Entonces respon- otra que una correspondencia de amor.
dió Pedro, uno por todos, la unidad en todos: “Tú
eres Cristo, el Hijo de Dios vivo”. Cristo encarece –Seguimos con la misma idea en el Sal-
su humildad; Pedro confiesa la majestad de Cris- mo 76 escogido como responsorial: «Re-
to. Era justo y conveniente que fuera así. Escucha, cuerdo las proezas del Señor, Sí recuer-
Pedro, lo que Cristo se hizo por ti y tú di quien se do tus antiguos portentos, medito todas
18ª Semana del Tiempo Ordinario 121
tus obras y considero tus hazañas. Dios tiempo quien ha sido en cierto sentido es-
mío, tus caminos son santos... Tú, oh cogido como instrumento de su justicia
Dios, haciendo maravillas...» recibirá su paga por su mala acción. Él
El cristiano, con mirada de fe, ha de dice: daré su paga al adversario». Porque
saber leer en los caminos de la Providen- Dios es único, un acontecimiento que
cia, que saca bienes aun de los mismos tuvo lugar en Nínive, según la lectura an-
males. Por muy mal que nos parezca la terior, repercutió en Jerusalén. Por la mis-
situación del mundo, el cristiano ha de sa- ma razón, un pueblo hundido en la des-
ber que Cristo ha prometido su asistencia gracia recupera la felicidad prometida a
a la Iglesia y una acogida favorable a la sus antepasados. Siempre hemos de tener
oración perseverante. Nunca hemos de gran confianza en Dios.
desconfiar de que los antiguos portentos –Mateo 16,24-28: ¿Qué podrá dar un
de la historia de la salvación se pueden hombre para recobrar la vida? Después
renovar en nuestros días, como de hecho del anuncio de la Pasión, Jesús les indica
se renuevan en tantos movimientos más a los suyos que habrán de seguirle en el
o menos silenciosos y en tantos actos he- sufrimiento y en la muerte. Llegará, sin
roicos patentes a los ojos de Dios. embargo, un día en el que Cristo volverá
en su gloria para el premio final. Algu-
Años pares nos de sus discípulos tendrán un anticipo
–Nahúm 1,15; 2,2; 3,1-3.6-7: ¡Ay de de semejante venida en la visión de Jesús
la ciudad sangrienta! Nahúm, contempo- transfigurado. San Agustín comenta:
ráneo de Jeremías, anuncia el final del po- «El hombre se perdió por primera vez causa
der sirio. El profeta es el alegre mensaje- del amor a sí mismo. Pues si no se hubiese amad
ro que trae la noticia de la salvación, al y hubiese antepuesto a Dios; no se hubiese incli-
tiempo que anuncia la ruina de Nínive, la nado a hacer su propia voluntad descuidando la
de Él. Amarse uno a sí mismo no es otra cosa que
ciudad enemiga. Yavé es realmente el Se- querer hacer su propia voluntad. Antepón la vo-
ñor de toda la historia. San Jerónimo ex- luntad de Dios; aprende a amarte no amándote...
plica que: Cuanto tiene de bueno, atribúyalo a Aquél por
«El padre únicamente corrige al que ama; el quien ha sido hecho; cuanto tiene de malo, es de
maestro únicamente reprende al alumno que ve de cosecha propia.
más agudo ingenio; si el médico deja de curar, es «No hizo Dios lo que de malo existe en él;
que ha perdido toda esperanza. Y si tú replicaras pierda lo que hizo si esto le causó defección. “Nié-
que así como Lázaro recibió los males en su vida, guese a sí mismo, dijo, y tome su cruz y sígame”
así yo también soportaré resignado mis sufrimien- (Mt 16, 24). ¿A dónde hay que seguir al Señor?
tos, para que se me conceda la gloria futura, el Sabemos adonde va: hace pocos días hemos cele-
Señor no tomará dos veces venganza de los mis- brado su solemnidad. Resucitó y subió al cielo:
mos (Nah, 1,9). Por qué Job, hombre santo y sin allí hay que seguirle. No hay motivo alguno para
tacha, y justo entre los de su tiempo, tuvo que perder la esperanza; no porque el hombre pueda
sufrir tantas calamidades está explicado en su mis- algo, sino por la promesa de Dios... Sigan a Cris-
mo libro» (Carta 68,1, a Castriciano). to los miembros que allí tienen su lugar, cada uno
–El salmo responsorial se ha tomado del en su género, en su puesto...
capítulo 32 del Deuteronomio: «Yo doy «Tomen su cruz, es decir, mientras están en
la muerte y la vida... El Señor defenderá este mundo toleren por Cristo cuantos sufrimien-
tos les procure el mundo. Amen al único que no
a su pueblo y tendrá compasión de sus sufre engaño, el único que no engaña. Amenle
siervos...» El Señor es justo. Si castiga, porque es verdad lo que promete. Mas como no
será hasta lo señalado por Él y al mismo lo da al instante, la fe titubea. Resiste, persevera,
122 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
aguanta, soporta la dilación: todo esto es llevar la gado al Monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, a la
cruz» (Sermón 96). Jerusalén celestial... y al Mediador de la nueva
Alianza, Jesús...» (12,18-19.22.24).
Habría que traducir: «yo te amo entra-
Sábado ñablemente, desde lo más íntimo de mi
ser». Con estas palabras se expresa el sen-
Años impares tido de lo preceptuado en Deuteronomio
–Deuteronomio 6,413: Amarás al Se- 6,4, según la lectura anterior.
ñor tu Dios con todo tu corazón. Jesús
reiterará a sus discípulos que en esto con- Años pares
siste el primero y el más grande manda- –Habacuc 1,12–2,4: El justo vivirá por
miento. Comenta San Agustín: su fe. El profeta Habacuc, coetáneo de
«La ley contiene muchos preceptos; aquella Jeremías, exalta la potencia de Dios y se
misma ley que recibe el nombre de decálogo tiene lamenta del espantoso poderío del rey de
diez. Pero son como los diez preceptos generales Asiria. Seguidamente el profeta aguarda
a los que han de referirse todos los demás, innu- la visión que tiene que esperar con pa-
merables por cierto... No te envió a cumplir mu-
chos preceptos; ni siquiera diez, ni siquiera dos; ciencia. Comenta San Agustín:
la sola caridad los cumple todos. Pero la caridad «Igualmente si dijerámos que carecemos en ab-
es doble; hacia Dios y hacia el prójimo. Hacia soluto de justicia, carecemos también de fe; y si
Dios, ¿en qué medida? Con todo. no tenemos fe, ni siquiera somos cristianos. Si
«¿A qué se refiere ese todo? No al oído, o a la tenemos fe, algo de justicia poseemos. ¿Quieres
nariz, o a la mano, o al pie. ¿Con qué puede amarse conoces la medida de ese algo? El justo vive por la
de forma total? Con todo el corazón, con toda el fe... puesto que cree lo que no ve» (Sermón 158,4).
alma, con toda la mente. Amarás la fuente de la –Con el Salmo 9 decimos: «No aban-
Vida con todo lo que en tí tiene vida. Si, pues, donas, Señor, a los que te buscan... Él
debo amar a Dios con todo lo que en mí tiene vida,
¿qué me reservo para poder amar al prójimo?
será el refugio del oprimido... Él venga
Cuando se te dio el precepto de amar al prójimo la sangre. Él recuerda y no olvida el grito
no se te dijo “con todo el corazón, con toda el alma de los humildes». La acción de gracias y
y con toda la mente”, sino “como a tí mismo”. Has la alabanza es un modo de manifestar la
de amar a Dios con todo tu ser, porque es mejor fe en Dios. Pero la fe es, además, la más
que tú, y al prójimo como a tí mismo, porque es lo pura fuente de alegría; más aún, de una
que eres tú» (Sermón 179,A). alegría desbordante. Este tema de la fe se
–Sigue la misma idea en el Salmo 17: repite muchas veces en el Salterio. Hay
«Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza... que vivir según la fe. El que vive como
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo un pagano, el avaro, el intrigante, el mal-
mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte... hechor, el opresor, ha negado la fe en la
Viva el Señor...sea ensalzado mi Dios y práctica y no tardará de abandonarla por
Salvador». El Señor nos sigue con un ros- completo; porque, si el corazón está co-
tro lleno de amor y de misericordia, con rrompido, pronto se nublará la vista para
el poder del Espíritu. En la Carta a los no ver claro las cosas de la fe.
Hebreos se dice: –Mateo 17,14-19: Si tuvierais fe, nada
«No os habéis allegado al monte tangible, al os será imposible. Con ocasión de la cu-
fuego encendido, al torbellino, a la oscuridad, a la ración del epiléctico, Jesús recomienda
tormenta, al sonido de la trompeta y a la voz d las
palabras, que quienes las oyeron rogaron que no
siempre la fe. La incredulidad no puede
se les hablase más...Pero vosotros os habéis alle- hacer milagros. Pero la fe es capaz de ob-
18ª Semana del Tiempo Ordinario 123
tener de Dios grandes cosas. San Juan
Crisóstomo dice:
«La Escritura nos muestra que este hombre era
muy débil en la fe, Muchas circunstancias nos
patentizan esta debilidad de fe: el haberle dicho
Cristo “para el que cree todo es posible”; la res-
puesta misma del hombre a Cristo “Señor, ayuda
a mi incredulidad”; el haber mandado al demonio
que no volviera a entrar en el enfermo. Y otra
prueba de poca fe es haber dicho el hombre a
Cristo: “Si puedes”...
–«Mas si la falta de fe del padre –me dirás– fue
la causa de que el demonio no saliera del enfermo,
¿cómo es que el Señor reprende a sus discípulos?
–«Porque quiere hacerles ver que podían ellos
mismos, sin contar con los que se les acercaban,
curar en muchas ocasiones con sola su fe. Porque
así como muchas veces ha bastado la fe del supli-
cante para recibir la gracia aun de taumaturgos
inferiores, así otras muchas ha bastado la fuerza
del taumaturgo, aun sin la fe de los que se les
llegaban, para obrar el milagro... De uno y otro
caso se muestran ejemplos en la Escritura» (Ho-
milía 57,3 sobre San Mateo).
San Agustín comenta:
«Nuestro Señor Jesucristo... reprochó la infi-
delidad hasta en sus mismos discípulos... Si los
apóstoles eran incrédulos, ¿quién puede llamarse
creyente?... No obstante, ni siquiera cuando eran
incrédulos los abandonó la misericordia del Se-
ñor, sino que los censuró, los nutrió, perfeccionó
y coronó. Pues también ellos, conscientes de su
debilidad le dijeron: “Señor, auméntanos la fe”
(Lc 17,5). La primera cosa útil era la ciencia, saber
de qué estaban escasos; la gran felicidad saber a
quien lo pedían... Ved si no llevaban sus corazo-
nes como a la fuente y llamaban para que se les
abriera y los llenara. Quiso que se llamase a la
puerta, no para rechazar a los que lo hicieran, sino
para ejercitar sus deseos» (Sermón 80,1).
124 P. Manuel Garrido, O.S.B. – Año litúrgico patrístico (5)
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