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27 DE JUNIO DE 2018
UNIPUEBLA
DERECHO COMPARADO
INDICE
TITULO TENTATIVO 3
EL ABORTO JURÍDICAMENTE 8
EMBARAZO ADOLECENTE. 10
MARCO NORMATIVO. 15
1. IGLESIA CATOLICA 16
RESUMEN DE LA IGLESIA COMO ACTOR 19
ESTADO 20
OBJETIVOS GENERALES. 26
OBJETIVOS ESPECIFICOS. 26
CONCLUSION. 27
RECOMENDACIONES. 28
NORMATIVAS: 28
AREA DEL TEMA:
TITULO TENTATIVO
HPOTESIS:
• La religion no lo permite
¿PORQUE EL ABORTO • Mucha gente lo ve mal y argumentan que es una vida
NO ES LEGAL? que debe vivir
• Porque el bebé siente y sufre. (Supuestamente)
Introducción:
El aborto es “la interrupción del embarazo antes de que el producto sea viable” según la OMS, es
decir antes de que pueda sobre vivir por sí mismo fuera del útero. La interrupción del embarazo
puede surgir de manera espontánea debido a causas fisiológicas o puede ser inducido.
El aborto inducido es la interrupción activa del desarrollo vital de embrión hasta las 22
semanas de embarazo. Puede tratarse de un aborto terapéutico(o indirecto) cuando se
realiza desde razones médicas, o de un aborto electivo cuando se realiza por decisión de la
mujer embarazada. Según la técnica empleada para inducir el aborto, puede tratarse de
aborto médico o con medicamentos y de aborto quirúrgico.
Pero hay varios factores que lo impiden como la religión católica ya que es el principal opositor de
la despenalización del aborto en el mundo y lo aclara en el número 2271 de su catecismo: “El aborto
directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral”. En
el caso del aborto indirecto no se trata de que el médico escoja entre salvar al bebé no nacido o a
su madre, se treta de optar por salvar las dos vidas.
Entre las sociedades primitivas el infanticidio y el aborto no eran vistos como un problema
moral, sino como un problema económico, naturalmente necesario y aun intrínsecamente bueno
para la tribu cuando se consideraba que podía ahuyentar a los malos espíritus capaces de hacer
daño al grupo. Lo mismo ocurrió con la esclavitud y la tortura, la antropofagia y el sacrificio ritual de
enemigos e incluso de personas o niños de la tribu ofrecidos a los dioses para propiciarlos y hacerlos
benévolos.
Con el tiempo y las necesidades de cada grupo, con la evolución de las distintas culturas, las
cosas fueron cambiando. Entre los oceánicos, el infanticidio era práctica común (Melanesia,
Polinesia, Australia). En una época indeterminada, el ensayo con plantas debió producir efectos que
observados por los chamanes, les llevó al descubrimiento de sustancias capaces de interrumpir el
embarazo, destruyendo el fruto de la concepción antes del nacimiento. Lo cierto es que los cronistas
españoles de Indias relatan con frecuencia cómo los indios conocían las plantas capaces de producir
el aborto e incluso otras con propiedades esterilizantes, preventivas de la natalidad.
En algunos pueblos antiguos como India, Asiria, China, Persia, entre otros, el aborto no era
considerado como delito. Por ejemplo en India, existía una facultad tácita en el aborto por cuanto
no estaba penado por ley.
Entre asirios y babilonios, los malos tratos a una mujer embarazada eran castigados de
distinta manera según las consecuencias que acarreasen a la mujer. En el Código de Hammurabi se
señala una sanción económica en caso de aborto (209-214) de distinta cuantía según la categoría
social de la mujer. Si la mujer lesionada fuese hija de persona de elevada categoría y muriese como
consecuencia del aborto, la hija del causante de la muerte, debía morir también.
En las leyes asirias se trata solamente del aborto de la hija de un señor por culpa de otro. El
culpable pagaba una crecida multa, recibía cincuenta azotes y trabaja para el Rey durante un mes o
bien su mujer recibía el mismo trato, compensando la pérdida del feto con su vida.
En algunas épocas, sin embargo, se castigó por considerarlo una ofensa para el marido.
Según Kohler, en el derecho penal azteca el aborto era castigado con la muerte que se
aplicaba tanto a la mujer como al que la ayudaba. Las fuentes consultadas permiten conjeturar que,
a diferencia del derecho romano, en el azteca el aborto era un delito que afectaba los intereses de
la comunidad.
En algunas etnias como entre los arunta de Australia cuando nacían mellizos, a uno
de ellos (se prefería la destrucción del que tuviese sexo femenino) después de que el padre lo
matara, era comido por sus progenitores, lo que considerando la falta de proteínas por escasez de
caza o pesca, era para ellos una necesidad que no podían desperdiciar
Históricamente, el mundo cristiano ha estado siempre en contra del aborto. Dentro del
contexto del “no matar”, desde los albores del Cristianismo hay testimonios explícitos en contra del
aborto. En efecto, en el curso de la historia, los Padres de la Iglesia, sus pastores y sus doctores, han
enseñado la misma doctrina, y a pesar de las diversas opiniones acerca del momento de la infusión
del alma espiritual, nunca existió duda acerca de la ilegitimidad del aborto.
Con la llegada del cristianismo cambia radicalmente la actitud frente al aborto,
inicialmente en el pensamiento y posteriormente en las leyes. La tesis central del cristianismo era
que a partir del momento de la fecundación se constituye ya una vida humana, que posee dignidad
y honor similares a los de cualquier ser humano ya nacido. No obstante, ante esta tesis se presentó
la controversia acerca de "la animación inmediata" o "la animación retardada" del fruto de la
concepción. De acuerdo a la primera tesis se afirmaba que el embrión recibía directamente de Dios
su alma racional en el mismo momento de la concepción. Por el contrario, la tesis de la animación
retardada sostiene que el alma se integra al cuerpo cuando el embrión humano está lo
suficientemente conformado para recibirla. A partir de esta última postura la Iglesia Católica
distinguía la muerte del feto que aún no tenía alma de aquél en el que ya residía. "El feto no era un
ser humano con alma humana hasta, al menos, 40 días después de la concepción". En este orden de
ideas, para el cristianismo -ya sea al momento de la fecundación (según la tesis de la animación
inmediata) o cuarenta días o más posterior a ella (según la tesis de la animación retardada)- la unión
del alma y del cuerpo hace al ser humano y por tanto, su destrucción constituiría homicidio.
En el siglo XVI el aborto era un crimen al que un gran número de países imponía la pena
capital. Esta situación cambiaría a partir del siglo XVIII por influencia de los filósofos de la Ilustración,
quienes promovieron un movimiento crítico de la legislación criminal del Antiguo Régimen. En
general, se previeron sanciones de prisión severas, aunque se excluyó la pena de muerte. Por otro
lado, además de las razones tradicionales esgrimidas en relación con el castigo del aborto -la
destrucción de una vida humana, se añaden motivaciones demográficas y se introduce la figura del
aborto honoris causa como atenuante.
Ante el actual debate sobre la conveniencia o no de la despenalización del aborto sería útil
recordar, como un antecedente, lo que muchos pensadores de la Iglesia Católica han escrito sobre
ese tema. En los primeros siglos del cristianismo, los Santos Padres tuvieron opiniones divididas
entre la aceptación de la "animación inmediata" (el alma informa al feto inmediatamente después
de la concepción) y la "animación retardada" (el alma da forma al feto -forma humana, de cuerpo y
alma- después de cierto tiempo). San Agustín (354-430), en su Comentario al Evangelio de San Juan
y en el De Anima, sostiene que no se considera homicidio el aborto de un feto aún no formado, y
señala la animación del feto en el día 45 después de la concepción. San Buenaventura (1225-1274),
In sententias, opina que el aborto es posible "antes de que el feto esté organizado". San Alberto
Magno (1206-1280) sostiene que el alma es infundida por Dios, la del varón a los cuarenta días y la
de la mujer a los noventa. (Es bien conocido que el varón se forma más rápido que la mujer.) Santo
Tomás de Aquino (1225-1274), en el De Potentia, acepta la animación hasta que el cuerpo esté
organizado por "formas sustanciales" anteriores; en su Comentario a las Sentencias sostiene -al igual
que San Alberto Magno- que la animación del feto se da a los cuarenta días para el varón y a los
noventa para la mujer. Más tarde, el jesuita Luis de Molina (1535-1600) dice que, en la práctica, la
Santa Sede admite que el feto sólo después de cincuenta días de concebido tiene un alma racional.
Éstos son sólo ejemplos de muchos autores católicos, aceptados por la Iglesia, que aprueban la
posibilidad del aborto si se realizara antes de cierto tiempo (entre cuarenta y noventa días, según el
caso). Las opiniones de esos pensadores diferían de quienes sostenían la idea de la animación
inmediata del feto, obra -igual que la retardada- directa de Dios. Sin embargo, en 1917 (hace, por lo
tanto, casi un siglo), después de una amplia discusión, en la época del pontificado de León XIII, se
estableció la doctrina de la animación siempre inmediata del feto, que es la opinión católica oficial,
la de la Santa Sede y la jerarquía, condenatoria del aborto tanto inmediato -muy cercano a la
concepción- como retardado. Es la doctrina actual de la Iglesia Católica, basada en el Derecho
Canónico de 1917. En las últimas encíclicas de los papas, de Pío XI y XII en adelante (desde 1930), se
da por sentada la condenación del aborto, bajo pena de excomunión. Esto fue confirmado en varias
conferencias episcopales de diversos países, desde 1969, específicamente la celebrada en México,
en 1975. Tomando como referencia los datos anteriores, podemos concluir en este aspecto que es
sólo en el campo religioso donde puede plantearse una discusión teológica sobre la animación en el
feto (que podría ser inmediata o retardada).
Pareciera que hablar del tema del aborto, después de duros debates en los que la sociedad
mexicana se ha manifestado de múltiples maneras, entraña algunas dificultades: podría pensarse
que con las recientes reformas y adiciones al Código Penal y a la Ley de Salud del DF, todo está dicho.
Sin embargo, el debate apenas empieza, pues en la discusión sobre el aborto intervienen
consideraciones de diversa índole que deben tratarse con profundidad: éticas, morales, legales,
religiosas, de salud y sobre todo de derechos humanos.
Sabemos que la problemática del aborto es muy compleja y por ello queremos aportar
elementos para el debate.
EFECTOS INMEDIATOS Y FUTUROS.
En Puebla el Código Penal del estado, en el artículo 343, contempla aquellos casos o
situaciones en los que el aborto no es sancionable, sin embargo, aún queda mucho por hacer para
respetar y favorecer los derechos de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y proyectos de vida. A
la fecha, muchas mujeres son obligadas a concluir un embarazo, ya sea por falta de información o
desconocimiento por parte del personal médico, de enfermería y/o funcionarios que atienden a
mujeres en edad reproductiva, o porque estos mismos agentes anteponen criterios y juicios de valor
personales al ofrecer sus servicios frente a una mujer que quiere o necesita interrumpir un
embarazo.
La ley estatal contempla que una mujer puede abortar bajo 4 circunstancias:
1. Cuando el embarazo es producto de una violación, contemplada también en la NOM 046.
Sin embargo, al día de hoy tenemos personal atendiendo a mujeres víctimas de violación
que no conocen la norma, no están capacitados, sensibilizados o son objetores de
conciencia y por tanto están imposibilitados para practicar un aborto. Aun cuando la ley
prevé que deben ser referidas a otra institución, esto no siempre sucede. Por otro lado, aun
cuando la reforma de 2016 indica que no es necesario presentar una denuncia para acceder
a un aborto por violación, el personal médico no considera esto y niegan el servicio.
2. Cuando el aborto se deba a causas eugenésicas graves. Para acceder a esta excluyente se
debe contar con el dictamen de dos peritos médicos, sin embargo aun cuando muchas veces
este diagnóstico se realiza entre el segundo y tercer trimestre, la falta de un manual de
atención genera confusión entre el personal médico y obstaculiza y retrasa la atención.
3. Cuando el aborto fue causado por imprudencia de la mujer. Han llegado mujeres a los
servicios de salud con un aborto en proceso y son criminalizadas y torturadas por el personal
médico o administrativo de las instituciones, negándoles la atención inmediata,
manteniéndolas en condiciones que las vulneran y las ponen en riesgo e incluso, avisando a
los ministerios públicos para que se les inicie un proceso de investigación o sanción.
La población adolescente durante más de dos sexenios estuvo abandonada, lo que contribuyó a que
el embarazo en edades tempranas se convirtiera en un problema de salud: la falta de información
sobre salud sexual y reproductiva, así como de educación sexual integral en instituciones de salud,
educativas y familiares; acceso a servicios de salud y métodos anticonceptivos; desconocimiento
sobre sus derechos, todo esto aunado a la falta de oportunidades que enfrenta la población
adolescente, han sido los resultados y consecuencias de este abandono, que se traduce en deserción
escolar, muerte materna y la perpetuación del empobrecimiento de las mujeres, quienes suelen
verse en la necesidad de truncar o posponer sus estudios para ejercer el rol materno.
El debate sobre el aborto en México ha sido obstaculizado por la iglesia católica y otros
grupos conservadores –como el Comité Nacional Pro-Vida y el Partido Acción Nacional– que han
propiciado la confusión y el amarillismo sobre el tema. En los últimos años, sin embargo, gracias a
importantes cambios en la vida política del país, la discusión sobre el aborto ha adquirido nuevos
matices y la antigua demanda feminista para liberalizar las leyes ha ganado el apoyo de los sectores
progresistas y una mayor atención entre la sociedad civil.8,9 Como resultado de los esfuerzos para
dar visibilidad a la situación del aborto, el marco legal que lo regula ha empezado a cambiar de
manera sustantiva en años recientes.
Salvo en la capital del país, las leyes sobre el aborto en México son restrictivas y la mayoría
de las legislaciones estatales carece de procedimientos precisos para darles cumplimiento, lo que
supone un importante obstáculo para garantizar el acceso de las mujeres al aborto en casos de
violación o cualquier otra circunstancia amparada por las leyes.10 Los hospitales públicos que
ofrecen servicios de aborto son pocos y se concentran mayormente en el Distrito Federal. Además,
las mujeres en general desconocen las leyes y el proceso para autorizar los abortos suele ser
complicado, debido al burocratismo de los servicios legales y médicos responsables; es común que
la autorización se obtenga cuando el embarazo sobrepasó el primer trimestre y en esos casos la
mayoría de los médicos se rehúsa a practicar abortos.
Una primera reforma para liberalizar las leyes sobre el aborto en México tuvo lugar en el
Distrito Federal en 2000. Con esta reforma se ampliaron las causales para el aborto legal,
incluyendo, además del embarazo resultado de violación, vigente en todo el país, indicaciones que
existían en otros estados: riesgo para la salud de la mujer, malformaciones fetales e inseminación
artificial no consentida. Esta reforma proporcionó una sólida base para ofrecer servicios de aborto
legal en los hospitales públicos y el debate sin precedentes que generó propició algunos cambios en
los códigos penales de otras entidades federativas. En 2007, se aprobó una reforma que despenalizó
el aborto en la Ciudad de México. El decreto de ley establece que el aborto se permite a solicitud de
la mujer hasta las 12 semanas del embarazo y lo autoriza después de ese plazo en casos de violación,
grave riesgo para la salud o la vida de la mujer, y malformaciones genéticas o congénitas severas.
Los servicios pueden ofrecerse en unidades de los sectores público, social y privado, por
ginecólogos-obstetras o cirujanos generales. La ley ordena a la Secretaría de Salud (SSA) del Distrito
Federal proporcionar en sus hospitales servicios de aborto, seguros y gratuitos, para las mujeres
residentes en la entidad, así como garantizar el acceso a la anticoncepción para prevenir los
embarazos no deseados. Al gobierno local corresponde instrumentar políticas para promover la
salud sexual, los derechos reproductivos, y la maternidad y paternidad responsables.
La despenalización del aborto en el Distrito Federal responde a la necesidad de abatir la alta
incidencia de daños ocasionados por el aborto inseguro. En 2005, la razón de mortalidad materna
en el país fue de 63.3 muertes por 100000 nacidos vivos; para el Distrito Federal la cifra fue menor,
con 57.6, pero mayor a la de otras 15 entidades. Entre 1990 y 2005, el aborto representó la tercera
causa de mortalidad materna en el Distrito Federal, mientras en el ámbito nacional constituyó la
quinta. En 2005, la tasa anual promedio de hospitalización por aborto por cada mil mujeres de 15 a
49 años en el Distrito Federal era de 9.1, cifra significativamente alta respecto del indicador
nacional, que era de 5.8.
Por otro lado, las reformas del Distrito Federal se inscriben en la tendencia mundial hacia la
liberalización de las leyes sobre el aborto que existe desde los años ochenta, la cual ha sido un factor
clave en la reducción de la mortalidad materna en muchos países. Datos de la Organización Mundial
de la Salud (OMS) indican que la mortalidad materna por aborto es mucho mayor en las regiones y
países con leyes restrictivas; en América Latina ocurren 30 muertes por aborto por cada 100000
nacidos vivos, mientras en Europa se registran sólo cinco. En casi todos los países con leyes liberales
la política gubernamental asegura el acceso a servicios de aborto; la mayoría de los abortos se
practica en el primer trimestre del embarazo, por personal capacitado y con procedimientos
quirúrgicos o médicos seguros.
Si bien la legalidad juega un papel decisivo para prevenir las consecuencias del aborto
inseguro, la liberalización de las leyes no garantiza por sí sola que el aborto seguro es accesible para
todas las mujeres. Las reformas tienen un impacto limitado o nulo cuando las leyes carecen del
apoyo político necesario; y cuando los servicios de aborto son escasos y las mujeres no saben que
existen o enfrentan dificultades para obtenerlos. El impacto puede ser también limitado cuando los
médicos no entienden las leyes, carecen de capacitación para practicar abortos o se rehúsan a ello
por temor a ser procesados penalmente, o bien cuando por motivos morales o religiosos se acogen
a las cláusulas de objeción de conciencia incluidas en las leyes.
La ley que despenalizó el aborto en el Distrito Federal entró en vigor en abril de 2007 y para
diciembre de ese año el Programa de Interrupción Legal del Embarazo que opera en los hospitales
de la SSA del Distrito Federal había atendido a poco más de 4000 mujeres. La nueva ley tiene el
pleno respaldo político del gobierno local, pero los hospitales que ofrecen servicios de aborto
requieren contar con personal médico suficiente y capacitado, tanto para continuar respondiendo
a la demanda inmediata como para asegurar la viabilidad de la reforma a largo plazo. El 70% de los
médicos se ha negado a ofrecer servicios de aborto por objeción de conciencia y sólo una minoría
ha participado en los cursos de capacitación impartidos en los hospitales.
CAUSAS PROBABLES Y FACTORES ASOCIADOS.
El acceso al aborto legal y seguro es parte esencial de los servicios de salud reproductiva a
los que tienen derecho las mujeres. El acceso al aborto legal y seguro se fundamenta en los derechos
a la vida; la salud, incluida la salud reproductiva; la integridad física; la vida privada; la no
discriminación y la autonomía reproductiva de las mujeres. Estos derechos se encuentran
reconocidos tanto en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como en los tratados
internacionales en materia de derechos humanos.
A nivel internacional, los estudios especializados más recientes1 evidencian que el aborto
es un problema de salud pública, que genera casi 47,000 muertes al año alrededor del mundo,
aportando 13% de todas las causas de muerte materna; y casi cinco millones de complicaciones,
algunas de ellas permanentes; es decir, el aborto realizado en condiciones inseguras y marcos
legales restringidos se relaciona con una elevada morbilidad y mortalidad materna.
Cuando los servicios de aborto son inaccesibles para las mujeres que los necesitan o cuando
las leyes de aborto son restrictivas, los Estados pueden ser responsables a nivel constitucional e
internacional por las violaciones a los derechos humanos de las mujeres. La falta de acceso al aborto
legal y seguro es una violación a los derechos reproductivos de las mujeres y tiene un impacto
negativo en el ejercicio de sus derechos humanos, sus oportunidades de vida y su futuro.
Sin embargo, el acceso efectivo de las mujeres a las causales legales de aborto en las
entidades federativas es bastante precario o nulo, lo cual denota una gran brecha entre la ley y el
ejercicio efectivo de este derecho.
En este sentido, un estudio muy reciente documenta que las mujeres pobres, menos
educadas e indígenas, tienen nueve veces más probabilidad de tener un aborto inseguro que las
mujeres con mayores posibilidades económicas, más educadas y que no pertenecen a etnias
indígenas. Adicionalmente, las mujeres que viven en los estados más pobres del país tienen más
riesgo de tener un aborto inseguro; allí es, además, donde hay una mayor proporción de mujeres
sexualmente activas que no utilizan métodos anticonceptivos o no conocen de ellos.
La legislación restrictiva en materia de aborto y la falta de acceso aun en las causales legales,
orilla a que muchas mujeres recurran a abortos clandestinos que ponen en riesgo su salud y su vida.
Se calcula que la tasa de abortos inducidos en 2009 fue de 38 por cada 1,000 mujeres entre 15 y 44
años, lo que se traduce en números totales en 1,025,669 abortos inducidos.9 Ello implica que los
abortos inducidos en México han aumentado, de poco más de 500,000 abortos estimados en 1990
a 874,747 abortos en 2006, con una tasa que subió de 25 a 38 abortos por cada 1,000 mujeres en
edad reproductiva, para ubicarse entre las más altas del mundo.
Sólo una de cada seis mujeres que se realizan un aborto clandestino busca u obtiene
atención hospitalaria, por lo que las restantes carecen de atención sanitaria adecuada.13 De
acuerdo con la organización civil Ipas México, las atenciones hospitalarias por aborto han
aumentado año por año, alcanzando un total de 1,604,976 mujeres de 10 a 54 años de edad en los
hospitales públicos de México entre 2000 y 2008.
Aun cuando los abortos ilegales se realicen en condiciones seguras, las mujeres que se
someten a un aborto clandestino se encuentran expuestas a ser sujetas de procesos penales cuya
resolución puede constituir penas que van desde multas, tratamientos médicos o pérdida de la
libertad. Con datos de los tribunales superiores de justicia, obtenidos a través de solicitudes de
acceso a la información, en el periodo del 1 de abril de 2007 al 31 de julio de 2012 en 19 entidades
federativas existen 127 sentencias por el delito de aborto.17 Por su parte la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) presentó cifras en relación con el número de denuncias de mujeres que
acuden a los servicios de salud en busca de atención post aborto, durante el período 1992-2007, las
cuales consisten en aproximadamente 1,000 causas penales y averiguaciones previas tramitadas en
relación con este el delito,18 lo que resulta en un promedio de 62.5 mujeres denunciadas y/o
procesadas al año en el país.
En contraste, a partir de la aprobación de las re- formas constitucionales en varios estados que
prote- gen la vida desde la concepción, durante el periodo 2009-2011, 679 mujeres han sido
denunciadas por el delito de aborto, es decir, 226.3 mujeres en promedio al año.19 Ello implica un
incremento significativo, ya que, en el comparativo entre ambos períodos, un promedio de 163.8
mujeres más son denunciadas cada año.
MARCO NORMATIVO.
En México el aborto es un tema de regulación local, es decir que cada entidad federativa
establece cuándo el aborto es delito o no, qué procedimientos debe seguir una mujer para solicitar
la interrupción legal del embarazo y cómo debe prestarse el servicio en las instituciones de salud.
Con base en el artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el
aborto es un delito de competencia local, excepto en los casos en que se aplique excepcionalmente
el Código Penal Federal.
Por su parte, la normativa de salud regula la forma de proveer los servicios de atención
médica. Esta regulación corresponde tanto a autoridades federales como a locales, por tratarse de
una facultad concurrente. En este sentido, la Ley General de Salud sirve como ordenamiento base
para la actuación de las autoridades federales y las leyes locales para la actuación de las autoridades
de las entidades federativas.
Las normas que regulan el acceso al aborto deben estar armonizadas con los estándares de
protección más alta de derechos humanos, e incluso, en caso de que no lo estuvieran, la
interpretación y aplicación que de ellas hagan las autoridades judiciales y administrativas deberán
aplicar estos estándares.
Desde hace años las batallas más sonadas en torno a los derechos humanos de las mujeres
tienen como contrincante acérrimo a la jerarquía de la Iglesia católica. En estas páginas pretendo
trazar solo un aspecto de ese lamentable panorama: la confrontación que, desde hace tiempo, se
viene dando en torno a la despenalización del aborto. Primero exploraré qué está en juego para la
Iglesia católica en el hecho de que las mujeres tomen decisiones sexuales y reproductivas. Luego
mostraré aspectos relevantes del contexto mundial de esa batalla. Y, finalmente, exhibiré algunas
consecuencias concretas de las tramposas actitudes del episcopado mexicano. Por cuestiones de
espacio no daré detalles de lo que ha sido la larga lucha del movimiento feminista y otros sectores
sociales para lograr, en abril de 2007, la despenalización del aborto en la ciudad de México.
Únicamente consignaré algunos incidentes significativos de este conflictivo proceso.
¿Por qué la lucha del Vaticano se centró, y lo sigue haciendo, principalmente en América
Latina?
Porque en esta región el catolicismo tiene su mayor clientela. A pesar de que en varios países de la
región florecen nuevas iniciativas feministas y se abren inéditos cauces de participación, la
despenalización del aborto todavía no es una realidad extendida. La interrupción voluntaria del
embarazo solo es legal en Cuba, Puerto Rico, Guyana y la ciudad de México. En el resto de las
naciones latinoamericanas se permite el aborto únicamente para salvar la vida de la mujer o si es
producto de una violación, aunque cinco incluso lo tienen prohibido por estas causas: Chile, El
Salvador, Honduras, República Dominicana y Nicaragua. Por ello las mujeres, al recurrir al aborto
clandestino, corren el riesgo de morir, de contraer infecciones o ser encarceladas. Como el
feminismo ha repetido hasta el cansancio, el aborto es un problema de justicia social, porque las
mujeres con recursos abortan sin peligro en lugares seguros donde pagan altas sumas, mientras las
demás arriesgan su salud y sus vidas.15 No obstante la gravedad de la situación, la decisión soberana
de despenalizar continúa atorada, soterrada o negada porque la Iglesia católica frena a los
gobiernos, incluso a los supuestamente democráticos o de izquierda.16 Pese a contar con el apoyo
de un amplio sector de la ciudadanía, el factor que más ha impedido un tratamiento racional y
democrático del problema es la alianza del fundamentalismo eclesiástico con las cúpulas
empresariales locales. La labor de zapa de organizaciones conservadoras ha sido financiada por una
organización del Vaticano y de los obispos estadounidenses –Human Life Internacional– y opera
localmente pero bajo el mismo esquema a través de los grupos llamados próvida.
El volante incorpora el concepto de decisión (“¿Vas a dejar que decidan por ti?”) al mismo tiempo
que maneja temores irracionales como que se elimine la palabra madre en la familia o que se
fomente el sexo entre preadolescentes “sin importar la opinión de los padres”. Así como el
feminismo modifica su discurso sustituyendo la reivindicación profundamente subversiva del
cuerpo como propiedad de la mujer (Petchesky 1994) por una estrategia argumentativa más
vinculada a la preocupación democrática, los grupos fundamentalistas católicos transforman su
retórica. Esta recuperación discursiva de señas de identidad progresistas con fines reaccionarios
también se dio durante las dos conferencias de El Cairo y Beijing. El Vaticano le atribuyó a la ONU la
imposición de pautas culturales del primer mundo en el tercer mundo y la obediencia a la presión
de Estados Unidos para instaurar un “imperalismo anticonceptivo”, al mismo tiempo que manifestó
su interés por la discriminación de las mujeres. En el caso de México, un cambio discursivo llamativo
fue el de Provida. Conscientes de que su argumentación amarillista y condenatoria estaba perdiendo
fuerza, hicieron una recuperación manipuladora: en sus declaraciones antiaborto las mujeres
aparecen como víctimas y el objetivo de Provida se expresa como la protección de sus derechos.
Varios de los elementos del discurso feminista son integrados: la discriminación femenina, el
respeto a la maternidad y la preocupación por el consentimiento informado.
Ha bastado que el Gobierno haya anunciado su. Propósito de proceder a una ampliación del
actual. Marco legal del aborto en un sentido más respetuoso, con la voluntad de la mujer para que
la Iglesia salga al. Paso con una beligerancia de conceptos que se creía. Superada. Sobre tan
controvertida cuestión puede opinarse de muchas maneras, pero lo que no cabe es negar al Estado
legitimidad para legislar en la búsqueda de soluciones a los problemas que plantea. Sin embargo,
esto es lo que ha hecho el presidente de los obispos españoles, monseñor Elías Yanes, en el discurso
inaugural de la asamblea plenaria del episcopado. Este intento de expulsión de determinados
espacios de actuación del Estado democrático -cuyas leyes expresan la mayoría social legítimamente
representada en el Parlamento, y no el autoritario que impone su dicta, aunque sea revestido de
legalidad- se hace, además, desde concepciones filosóficas y biológicas que distan de suscitar la
unanimidad incluso entre los propios creyentes. Pero lo más preocupante es que la Iglesia, al tiempo
que niega al Estado legitimidad para intervenir en esta materia, se erija ella misma en maestra y
depositaria de una pretendida verdad natural, e incluso en autoridad científica con jurisdicción
universal sobre creyentes y no creyentes. Seguir afirmando, como hace monseñor Yanes, que el
embrión es "un ser humano inocente" constituye, sin duda, una opinión respetable, pero
eminentemente ideológica, no científica, y, por otra parte, va contra la tradición jurídica de los
códigos penal y civil.
En todo caso, la pretensión del Estado al intervenir en la regulación del aborto es más
modesta: no busca imponer al ciudadano ninguna concepción filosófica, científica, ni mucho menos
moral, sino facilitar, en el ámbito legal y sanitario que le compete, la solución pacífica, y no
traumática, de los problemas personales y sociales que plantea. ¿O es que el Estado debe
permanecer impasible ante el riesgo de muerte en los abortos clandestinos y los dramas personales
que subyacen en la decisión, siempre dolorosa, de recurrir al aborto y, a continuación, perseguir
penalmente a quienes osen buscar por su cuenta una salida a estas situaciones traumáticas y
castigarlos con la cárcel? No basta predicar, como hace la Iglesia, la "comprensión y el respeto" para
estas situaciones, ni tampoco reclamar a la sociedad y al Estado apoyo para "las iniciativas sociales
de ayuda a las madres solteras". Sin duda, son actitudes necesarias, pero parciales y
complementarias, y en ningún caso pueden proponerse seriamente como solución global del
problema del aborto.
Precisamente de la preocupación por encontrar el marco legal más ajustado a los diversos
aspectos que conforman la decisión del aborto (derecho de la mujer, protección del feto,
información, asistencia sanitaria y asesoramiento médico, entre otros) parece nacer la idea del
Gobierno de modificar o de ampliar la actual legislación despenalizadora de la interrupción
voluntaria del embarazo desde la perspectiva de atribuir a la mujer la última palabra en la decisión
y, correlativamente, de anular el papel preponderante que ejercen jueces y médicos. Lo contrario
sería considerar que el Estado debe permanecer también impasible ante el ejercicio de la objeción
de conciencia por parte de muchos médicos con fines de boicoteo o ante la proliferación de
querellas y de decisiones judiciales que convierten en un calvario el derecho a abortar en los tres
supuestos legalmente vigentes (violación, malformación y peligro para la vida de las madres).
Nadie va a negar a la Iglesia su derecho a defender sus convicciones sobre el aborto. Lo que
no puede hacer es pretender imponerlas a quienes no las comparten y cuestionar la legitimidad de
que está investido el Estado democrático para establecer un marco de solución legal equilibrado y
voluntario, al que pueda acogerse sin riesgo la mujer que decida abortar. La futura legislación no
podrá obviar el problema de la protección del feto -bien jurídico protegible, pero no persona, como
afirma el Tribunal Constitucional- o los asesoramientos médicos o de otro tipo que permitan a la
mujer fundamentar su decisión con el máximo conocimiento de causa. Ésa es una salida humanista.
Mientras que la idea de una verdad única que se impone frente al error múltiple es premoderna. Y
en este caso, frecuentemente cruel para muchas mujeres.
MEXFAM
Organización líder en Salud Sexual y Reproductiva en México buscan hacer efectivo tu
derecho a una maternidad elegida. En sus cuatro clínicas de la CDMX ofrecen el servicio de ILE de
forma profesional, humana y respetuosa.
Fundación Naiset
Organización que apoya y ejerce el derecho a vivir una sexualidad de forma libre, informada
y responsable. En sus clínicas ofrecen servicio de ILE de forma segura, profesional y respetuosa.
Ofrecen subsidio de hasta el 100% para mujeres que demuestren no contar con recursos para cubrir
el costo, e igual forma ofrecen un paquete con hospedaje para mujeres de provincia.
Mario S. Stubbia en su obra Aspectos Constitucionales del Aborto enuncia las técnicas
utilizadas para llevar a cabo un aborto de acuerdo a la compilación de los trabajos de los doctores
(W.Colliton, J. Wilke y B. Nathanson, de Planned Parenthood), clasificándose en las siguientes:
TECNICA PROCEDIMIENTO
Succión - aspiración El abortista inserta un tubo de plástico en el
útero dilatado.”El tubo se conecta a un aparato
de succión que se echa a andar. Se evacua el
útero mediante succión” (2) El cuerpo del bebe
se desplaza al ser succionado a través del tubo.
Dilatación – curetaje Tras dilatar el cuello del útero, el abortista
introduce en el útero un fórceps en forma de
anillos y extrae al bebe en pedazos. Luego el
abortista introduce una cureta, “instrumento
semejante a una cuchara con bordes afilados”
con el cual raspa las paredes del útero para
sacar la placenta y asegurarse de que no queda
nada dentro del útero. Usualmente la
hemorragia es abundante.
Dilatación y Evacuación (D Y E) Usado después de las 12 semanas de
gestación. El bebe ya esta muy grande para
pasar por el cuello del útero. Es necesario
“sacar al bebe con instrumentos y curetaje de
succión” (2). Se usa un instrumento como
tenazas debido a que los huesos así como el
cráneo del bebe ya están calcificados. El
abortista inserta el instrumento en el útero,
coge una pierna o cualquier otra parte del
cuerpo del bebe y torciéndola la arranca. Se
quiebra la columna vertebral y aplasta el
cráneo para poder sacarlo del vientre
materno. Luego se arma el bebe con los
distintos pedazos, que se cuentan para
asegurarse de que no ha quedado nada en e
vientre materno.
Envenenamiento Salino (inyección salina) Este procedimiento se usa después de las 16
semanas. Se encaja una larga aguja a través del
abdomen de la madre hasta la bolsa amniótica
del bebe. Se saca algo de líquido amniótico y se
inyecta una potente solución salina. El bebe
traga y respira esa solución que lo envenena
lentamente. El bebe patalea y se sacude
violentamente mientras literalmente se quema
vivo. ”El útero comienza a contraerse, como en
el parto. Continúan las contracciones hasta que
se expulsa en feto y la placenta”.
Histerotomía Usado principalmente en los últimos meses de
embarazo. Se penetra quirúrgicamente en el
vientre materno de manera semejante a una
cesárea, mediante una incisión a través del
abdomen. “Se saca el feto y la placenta, se
sutura la herida”(2(. Se deja morir al pequeño
bebe por abandono o se le mata mediante acto
directo.
Aborto químico con Prostaglandina Esta forma de aborto usa sustancias químicas
(desarrolladas por la Farmacéutica Upjohn)
que provocan fuertes contracciones en el
útero hasta expeler al bebe que se está
desarrollando. En un escrito, se señala como
una de las complicaciones de ese método la de
“nacidos con vida”. De hecho, las dos
complicaciones mas “temidas” por un
abortista son una madre muerta o un bebe
vivo
Las semanas de gestación del producto (que no será mayor a las 12);
El estado de salud de la usuaria, y
El criterio del médico cirujano, gineco-obstetra o del cirujano general que realice el
procedimiento.
PREGUNTAS DE INVESTIGACION:
Escribir un artículo sobre este tema resulta bastante complejo por la cantidad de matices
que pueden diferenciar un caso de otro; un amigo me comentó que tuviera cuidado porque es “Un
tema trampa” a nivel político y ético; sin embargo, personalmente creo que debemos por lo menos
reflexionar y tratar de buscar soluciones que permitan analizar todo el abanico de situaciones,
circunstancias, características y estados psicológicos y físicos que puedan envolver cada uno de los
casos.
Es bastante habitual intentar discutir algunos temas desde la distancia de la lógica, la razón
y la ética, pero lo cierto es que el ser humano dista mucho de comportarse bajo uno sólo de eso
preceptos y personalmente creo que al hacer esto tan sólo conseguimos distanciarnos de la
verdadera problemática, ya que sólo veremos una cara de la realidad, quedando oculta el resto del
poliedro o las diferentes caras que componen una determinada situación. Es cierto que en el
derecho penal el primer derecho es el derecho a la vida, aunque también es cierto que las leyes de
la naturaleza y el instinto son otras y podemos observar cómo en cantidad de especies desde pájaros
a felinos, las madres pueden abandonar o incluso comerse a sus crías si las aborrecen o si consideran
que no pueden hacerse cargo de ellas; el ser humano sin embargo, ha superado las leyes del instinto
en muchos casos y puede llegar a dejar de comer por una convicción personal o moral aunque eso
no quiere decir que pueda dejar de sentir hambre. Personalmente considero que la solución a estos
dilemas desdibuja nuestros valores, principios y estilos educativos y de convivencia como sociedad;
por lo que considero de gran importancia buscar soluciones integradoras desde la escucha de las
personas que se puedan encontrar en este tipo de situación y ofrecerles un apoyo con servicios que
puedan acompañar y asesorar en el proceso de decisiones a todas aquellas personas que al concebir
un hijo se puedan encontrar en situación de conflicto o desamparo
¿Quiénes SE BENEFICIARAN?
El altísimo número de abortos muestra el poco o nulo efecto disuasorio que tiene la
penalización en la decisión de las mujeres. Al mismo tiempo, si lo que se busca es proteger al
embrión, la penalización no es un medio efectivo. Su protección puede lograrse mediante políticas
públicas que sean, a la vez, consistentes con los derechos de las mujeres.
En marzo de este año, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU dijo
que “Todos los individuos y grupos, incluyendo jóvenes y adolescentes, tienen derecho a
información basada en la evidencia sobre todos los aspectos de la salud sexual y reproductiva,
incluyendo salud materna…aborto seguro y atención posaborto…”. La desinformación y las
restricciones en el acceso a la información sobre salud sexual y reproductiva son una violación a los
derechos humanos.
La falta de garantía del Estado para el ejercicio en igualdad de condiciones de los derechos
reproductivos viola los derechos de las mujeres a la vida, a la salud, a la integridad física, psíquica y
moral, a la autonomía, intimidad, dignidad y a estar libre de tratos crueles, inhumanos y
degradantes. Según el Relator Especial sobre el Derecho a la Salud de la ONU Anand Grover “la
promulgación o el mantenimiento de leyes que penalicen el aborto puede constituir una violación
de la obligación de los Estados de respetar, proteger y hacer efectivo el derecho a la salud”.
1. Las mujeres que solicitan un aborto no punible son víctimas de juicios reprobatorios y
maltrato institucional: se les niega la práctica y las dejan libradas a su suerte, intentan
convencerlas de que desista, sufren intervenciones ilegales de operadores de la justicia y
abogados que intentan impedir que aborten.
2. En los países que tienen una legislación restrictiva de acceso al aborto, el mercado moviliza
cifras multimillonarias por abortos clandestinos –a través de los abortos quirúrgicos y la
comercialización de pastillas de misoprostol o mifepristona–. Es decir que la penalización
del aborto valida un mercado no regulado y clandestino que lucra con la vida, la salud y la
autonomía de las mujeres.
El misoprostol fue declarado “medicamento esencial” por la OMS. Es indispensable que la
provisión de un medicamento de ese tipo no quede librada a las reglas del mercado.
En términos de política criminal, la penalización del aborto es ineficaz para proteger la vida
del feto. La persecución penal a las mujeres es una forma de estigmatización escrita dentro del
Código Penal.
Además de reforzar estereotipos sobre la crianza y cuidado de los y las niñas, negar a las
mujeres la decisión sobre si tener o no hijos y el control sobre cuándo ser madre, agrava las
desigualdades de género en la vida educativa, cultural, económica y política. Mantener la
penalización del aborto es contrario a la construcción de sociedades igualitarias. Un primer paso
para la igualdad de género es que las mujeres tengan control sobre su capacidad reproductiva, que
incluye acceso a la anticoncepción y al aborto seguro. La soberanía de las mujeres sobre sus cuerpos
es clave para lograr la igualdad.
OBJETIVOS GENERALES.
Determinar los factores asociados en la decisión de abortar en las pacientes con
antecedente de aborto, que se encuentran hospitalizadas en el IEMP.
Analizar la asociación entre el numero de factores y los factores que intervienen en la
decisión del aborto provocado
OBJETIVOS ESPECIFICOS.
Determinar, si el factor familia está asociado en la decisión de un aborto provocado, en
mujeres hospitalizadas en el IEMP, con antecedentes de aborto provocado.
Determinar, si el factor económico está asociado en la decisión de un aborto provocado, en
mujeres hospitalizadas en el IEMP, con antecedentes de aborto provocado.
Determinar, si el factor futuro personal está asociado en la decisión de un aborto
.provocado, en mujeres hospitalizadas en el IEMP, con antecedentes de aborto provocado.
Determinar, si el factor pareja está asociado en la decisión de un aborto provocado en
mujeres hospitalizadas en el IEMP, con antecedentes de aborto provocado.
Determinar si el factor reproductivo está asociado en la decisión de un aborto provocado
en mujeres hospitalizadas en el IEMP, con antecedentes de aborto provocado.
CONCLUSION.
A partir de la investigación, se puede concluir que las autoridades mexicanas están lejos de
cumplir con sus obligaciones de promoción, respeto, protección y garantía del derecho a servicios
de aborto legal y seguro para las mujeres.
Hay que señalar que se han presentado avances muy importantes, como la despenalización
en el Distrito Federal del aborto en las doce primeras semanas de gestación. Sin embargo, como
reacción a esta normativa y a la sentencia de la SCJN que validó la reforma, se modificaron 16
constituciones locales en el sentido de proteger la vida prenatal en abstracto --sin considerar que
esta protección pasa necesariamente por la protección de la vida y la salud de la mujer gestante--,
con la clara intención de evitar una despenalización como la del DF. Dichas reformas han impactado
de manera negativa en el acceso a servicios de aborto legal y seguro en varios estados del país.
Sobre la implementación de las causales de aborto legal y de la NOM 046, preocupa la falta
de acceso por parte de las instituciones federales, así como el número tan bajo de autorizaciones
por parte de las procuradurías generales de justicia de los estados de interrupción legal del
embarazo en caso de violación sexual.
Puede concluirse que en el caso de que las mujeres que acuden a los servicios médicos por
causa de un aborto, la normativa vigente obstaculiza el acceso a los servicios de salud, pues no existe
claridad sobre las obligaciones del personal en cuanto al secreto profesional o denuncia de hechos
delictivos, como el aborto.
Otro tema preocupante es la criminalización de la que son objeto las mujeres en los estados
que protegen la vida desde la concepción, lo cual ha generado un clima de obstaculización de
servicios de salud y de persecución penal de las mujeres, como se demuestra en los casos
documentados y registrados por GIRE.
RECOMENDACIONES.
NORMATIVAS:
Armonizar la legislación penal y de salud a nivel local y federal en materia de aborto, de
conformidad con la reforma constitucional de derechos humanos, con la finalidad de
eliminar la discriminación en el ejerci cio de sus derechos, que viven las mujeres
dependiendo de su lugar de residencia. En este sentido y con siderando el principio pro
persona y el estándar más alto de pr otección, los estados deben avanzar hasta lograr la
despenalización del aborto al menos hasta las doce primeras semanas de gestación por libre
voluntad de la mujer. Mientras se logra la despenalización, como medida temporal, los
estados deben avanzar en la ampliación de causales legales de aborto de forma que se
proteja la vida, la integridad y la salud de las mujeres.
Reformar los códigos penales de los estados para reducir al mínimo las penas establecidas
para el delito de aborto y que no sean privativas de la libertad.
Reformar las leyes orgánicas de las procuradurías de justicia para establecer la obligación
de los médicos que dependen de esta instancia de proporcionar información sobre la NOM
046, especialmente en materia de ILE, anticoncepción de emergencia y profilaxis de Virus
de Inmunodeficiencia Humana e Infecciones de Transmisión Sexual.
Reformar las leyes estatales de salud para regular la objeción de conciencia a servicios de
salud reproduc- tiva de forma que no implique una barrera para que las mujeres acceden a
estos servicios. La regulación de conciencia debe establecer claramente quiénes y en qué
circunstancias pueden alegar la objeción de conciencia. Asimismo, deben quedar
establecidas las responsabilidades de los profesionales de salud objetores y la de las
instituciones de salud para asegurar que los servicios de salud reproductiva se brin- den de
forma oportuna.
Reformar la Ley General de Salud para garantizar el acceso a servicios de salud
reproductiva, incluida la ILE y salvaguardar la confidencialidad médica y establecer que la
información que reciba el personal de salud en el ejercicio de sus funciones no debe ser
revelada. Asimismo, modificar los códigos penales estas tales para eliminar la obligación
de denuncia del personal de salud.
https://es.scribd.com/doc/238875515/El-Aborto-en-Mexico
https://es.scribd.com/document/282997851/Una-mirada-al-aborto-en-Puebla
https://es.scribd.com/document/382384451/Informe-Especial-Puebla-CEDAW-2018
http://cybertesis.unmsm.edu.pe/bitstream/handle/cybertesis/2959/Salomon_pl.pdf;jsessionid=E2
EADA1FEFAB8223EDABC5DA90D95086?sequence=1
https://informe.gire.org.mx/caps/cap1.pdf
https://blogs.laopiniondemurcia.es/angelinaction/2014/02/04/posibles-consecuencias-
psicologicas-del-aborto-o-el-embarazo-no-deseado/
file:///C:/Users/ADMIN/Downloads/Dialnet-MujeresAbortoEIglesiaCatolica-4988766%20(1).pdf