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TRABAJO MONOGRÁFICO
SEMESTRE : VI
HUANCAYO - PERÚ
2018
AGRADECIMIENTO
2
DEDICATORIA
3
INDICE
DEDICATORIA
INTRODUCCIÓN
CAPITULO I pág.
NOCIONES GENERALES DE LA ETICA 9
1.1. El código de ética del incanato 9
1.2. Padre de la ética 9
1.3. Padre de la deontología Jeremy Bentham 9
1.4. El padre de la ética del desarrollo 10
1.5. Ética a partir de Darwin 11
1.6. Psicoanálisis y conductismo 12
1.7. Tendencias recientes 13
CAPITULO II
LA ETICA Y LA MORAL 15
2.1 La ética 15
2.2 Eticidad 15
2.3 Diferencia entre ética y moral 15
2.4 Ética social 18
2.5 ¿Qué es la ética aplicada? 18
2.5.1. La ética aplicada es interdisciplinar 20
2.6 LAS RAMAS DE LA ÉTICA APLICADA 21
2.6.1. Ética aplicada a los sistemas. 21
2.6.2. Ética aplicada a las organizaciones. 21
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2.6.3. Ética aplicada a las profesiones. 21
2.7 MODELOS DE APLICACIÓN 22
2.7.1. El modelo deductivo. 22
2.7.2. El modelo inductivo. 22
2.7.3. Hermenéutica crítica. 22
CAPITULO III
LA ETICA EN EL AMBITO PROFESIONAL 24
1.1 La ética profesional 24
1.2 Ética y profesiones 24
1.2.1 Ética profesional 26
1.2.2 La Vocación. 27
1.2.3 Finalidad de la Profesión. 27
1.2.4 El Propio beneficio. 27
1.2.5 Capacidad profesional. 27
1.2.6 Los Deberes Profesionales. 27
1.2.7 Ética Personal y de Negocios 28
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CAPITULO IV
ETICA PERSONAL 40
4.1. Concepto 40
4.2. Análisis de la conducta dentro del ámbito ético 41
4.2.1. El sentido material 41
4.2.2. En el sentido formal 42
4.2.3. Análisis de reflexión de la Moral, la Ética y la Metaética 42
a) Moral 43
b) Ética 43
c) Metaética 44
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÀFICAS
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INTRODUCCIÓN
Hoy se habla mucho de ética. Hay ética con apellidos: bioética, ética del
deporte, ética profesional, ética política, ética empresarial, etc., pero lo importante es
que la vida de todas las personas funcione éticamente todos los días y en todo lo que
ellas hacen. Es decir, que en el actuar de cada uno predominen los criterios del bien
y de la justicia, y sean esos criterios y valores los que prevalezcan. Comportarse bien
en momentos importantes de la vida, igual que aparecer solidario ante algunos
sucesos catastróficos divulgados insistentemente en los medios informativos, es
probablemente más fácil que comportarse así en lo normal y ordinario de cada
momento. No es difícil ser generosos y solidarios ante acontecimientos extraordinarios
e impactantes de la vida, pero no es tan fácil permanecer fiel, justo, delicado,
bondadoso y solidario durante todos los días de nuestra vida, entre la gente que nos
es más próxima, cuando no suceden acontecimientos extraordinarios.
Nos referiremos en este tema a esa ética de todos los días, una ética que tiene
que ver con la vida común y corriente, pero que es la que nos lleva y prepara a vivir la
vida de una manera llena de sentido. Es una ética que marca todo un estilo de vida,
un modo de ser que se hace habitual en la persona que la práctica, y gracias a la cual,
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dicha persona actuará siempre de una manera justa y recta que le es como connatural.
Cuando la persona que vive un estilo de vida así, se separa de su línea directriz porque
actúa de una manera no acorde con esos principios y valores que son fundamentales
para ella, se siente mal consigo misma. Ese sentimiento de malestar equivale a lo que
llamamos la voz de la conciencia, que es como la internalización de la ética.
EL ALUMNO
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CAPITULO I
9
Nació el 15 de febrero de 1748 en Houndsditch, fue un pensador inglés,
padre del utilitarismo. Hijo de una familia acomodada, estudió primero en
Westminster School y a los doce años ingresó en la Universidad de Oxford y
empezó a ejercer como abogado a los diecinueve años. Pero enseguida se
mostró crítico con la educación de su época y con la práctica jurídica,
dedicándose por completo a tareas intelectuales. Dotado de una fuerte
personalidad, a lo largo de su vida escribió largos manuscritos donde proponía
ambiciosas ideas de reformas sociales.
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1.5. ÉTICA A PARTIR DE DARWIN
El desarrollo científico que más afectó a la ética después de Newton fue
la teoría de la evolución presentada por Charles Darwin. Los hallazgos de
Darwin facilitaron soporte documental al modelo, algunas veces denominado
ética evolutiva, término aportado por el filósofo británico Herbert Spencer,
según el cual la moral es sólo el resultado de algunos hábitos adquiridos por la
humanidad a lo largo de la evolución. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche dio
una explicación asombrosa pero lógica de la tesis darwinista acerca de que la
selección natural es una ley básica de la naturaleza. Según Nietzsche, la
llamada conducta moral es necesaria tan sólo para el débil. La conducta moral
- en particular la defendida por el judeocristianismo, que según él es una
doctrina esclava - tiende a permitir que el débil impida la autorrealización del
fuerte. De acuerdo con Nietzsche, toda acción tendría que estar orientada al
desarrollo del individuo superior, su famoso Übermensch (‘superhombre’), que
será capaz de realizar y cumplir las más nobles posibilidades de la existencia.
Nietzsche encontró que este ser ideal quedaba ejemplificado en los filósofos
griegos clásicos anteriores a Platón y en jefes militares como Julio César y
Napoleón.
En oposición al concepto de lucha despiadada e incesante como
fundamento de la ley rectora de la naturaleza, el anarquista y filósofo ruso Piotr
Alexéievich, príncipe Kropotkin, entre otros, presentó estudios de conducta
animal en la naturaleza demostrando que existía la ayuda mutua. Kropotkin
afirmó que la supervivencia de las especies se mantiene a través de la ayuda
mutua y que los humanos han alcanzado la primacía entre los animales a lo
largo de la evolución de las especies mediante su capacidad para la asociación
y la cooperación. Kropotkin expuso sus ideas en una serie de trabajos, entre
ellos Ayuda mutua, un factor en la evolución (1890-1902) y Ética, origen y
desarrollo (publicado después de su muerte en 1924). En la creencia de que
los gobiernos se basan en la fuerza y que si son eliminados el instinto de
cooperación de la gente llevaría de forma espontánea hacia la implantación
natural de un orden cooperativo, Kropotkin defendió el anarquismo.
11
Los antropólogos han aplicado los principios evolutivos al estudio de las
sociedades y las culturas humanas. Estos análisis han vuelto a subrayar los
distintos conceptos del bien y del mal planteados por diferentes sociedades;
por lo tanto, se creía que la mayoría de esos conceptos tenía un valor más
relativo que universal. De entre los conceptos éticos basados en un enfoque
antropológico resaltan los del antropólogo finlandés Edvard A. Westermarck en
Relatividad ética (1932).
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En sus escritos de finales del siglo XIX y principios del XX, el filósofo y
psicólogo estadounidense William James abordó algunos de los puntos
centrales y característicos en las interpretaciones de Freud y Pávlov. James es
más conocido como el fundador del pragmatismo, que defiende que el valor de
las ideas está determinado por sus consecuencias. Su mayor contribución a la
teoría ética, no obstante, descansa en su insistencia al valorar la importancia
de las interrelaciones, tanto en las ideas como en otros fenómenos.
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Aquino. Según Maritain, "el existencialismo verdadero" pertenece a esta
tradición cristiana.
Otros filósofos modernos no aceptan ninguna de las religiones
tradicionales. El filósofo alemán Martin Heidegger mantenía que no existe
ningún Dios, aunque alguno puede surgir en el futuro. Los seres humanos, por
lo tanto, se hallan solos en el Universo y tienen que adoptar y asumir sus
decisiones éticas en la conciencia constante de la muerte. El filósofo y escritor
francés Jean-Paul Sartre razonó su agnosticismo, pero también resaltó la
heideggeriana conciencia de la muerte. Sartre mantuvo que los individuos
tienen la responsabilidad ética de comprometerse en las actividades sociales y
políticas de su tiempo. El supuesto conflicto sobre la existencia de un Dios
omnipresente, no revestía ningún sentido de trascendencia para el individuo,
pues en nada afectaba a su compromiso con la libertad personal
Entre otros filósofos modernos, como el estadounidense John Dewey,
figuran los que se han interesado por el pensamiento ético desde el punto de
vista del instrumentalismo. Según Dewey, el bien es aquello que ha sido elegido
después de reflexionar tanto sobre el medio como sobre las probables
consecuencias de llevar a cabo ese acto considerado bueno o un bien.
La discusión contemporánea sobre la ética ha continuado con los
escritos de George Edward Moore, en particular por los efectos de su Principia
ethica. Moore mantuvo que los principios éticos son definibles en los términos
de la palabra bueno, considerando que ‘la bondad’ es indefinible. Esto es así
porque la bondad es una cualidad simple, no analizable.
Los filósofos que no están de acuerdo con Moore en este sentido, y que
creen que se puede analizar el bien, son llamados naturalistas. A Moore se le
califica de intuicionista. Naturalistas e intuicionistas consideran los enunciados
éticos como descriptivos del mundo, o sea, verdadero o falso. Los filósofos que
difieren de esta posición pertenecen a una tercera escuela, no cognitiva, donde
la ética no representa una forma de conocimiento y el lenguaje ético no es
descriptivo. Una rama importante de la escuela no cognitiva defiende el
empirismo o positivismo lógico, que cuestiona la validez de los planteamientos
éticos que están comparados con enunciados de hecho o de lógica. Algunos
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empiristas lógicos afirman que los enunciados éticos sólo tienen significado
emocional o persuasivo.
CAPITULO II
LA ETICA Y LA MORAL
2.1 LA ETICA
Para Ricardo Sada “la ética es la ciencia que estudia la moralidad del
obrar humano, es decir, considera los actos humanos en cuanto son buenos y
malos”
2.2 ETICIDAD
La eticidad consiste en la capacidad propia de la naturaleza humana de
preferir, de no ser indiferente. La eticidad implica también la proyección y
transformación del hombre. El homo sapiens nace indeterminado, nace con la
posibilidad de hacerse más humano, es decir, desarrollar sus potencias, crecer
hacia el bien o lo contrario descuidar sus potencias, abandonar el crecimiento.
La humanidad se transforma a sí misma y trasforma el mundo con sus
creaciones culturales. A la naturaleza, el hombre añade la cultura, la cual se
incorpora a él, como una segunda naturaleza.
La eticidad se define como "segunda naturaleza" que va formando el ser
humano a lo largo de su vida, aprendiendo a respetar a los demás y a si mismo,
formando el carácter teniendo siempre en mente a la sociedad.
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estos términos y también la diferencia que puede haber entre ellos y que está
en el centro de cualquier reflexión o debate respecto del comportamiento
humano. Etimológicamente, ambos términos provienen de la misma raíz, el
mores latino y el ethos griego que se refieren a las costumbres, hábitos o
maneras de ser de las personas en su vida cotidiana. En el principio de toda la
preocupación está pues la persona humana que es activa, autónoma, original
y libre y por lo mismo, que es capaz de decidir lo que hace o lo que no hace y,
además, de formarse un juicio sobre lo que hace o no hace. En esto se sustenta
su dignidad y su superioridad sobre cualquier otro ser viviente. La persona no
actúa por reflejos o por instintos, sino que lo hace en base a los atributos que
acabamos de mencionar y por eso es capaz de asumir la responsabilidad de
sus actos y de juzgar su corrección. Una persona puede, eventualmente “dar
la impresión” a otros, pero en el fuero interno, uno mismo no puede engañarse.
En esto reside pues la dignidad de la persona, su carácter mortal, y también de
aquí se desprenden las exigencias que debe satisfacer.
Es en este sentido que tiene valor la afirmación de que todos los
hombres son morales, pero es necesario añadir dos precisiones. Una es que el
carácter moral de la persona corresponde a su desarrollo y maduración, es
decir que es algo que se adquiere y se perfecciona, que es un proceso. La otra
es que el contenido de moralidad puede variar de sujeto a sujeto, justamente
según la evolución experimentada y los condicionamientos en que se haya
concretado. Según una expresión fuerte y bien justificada de la ya mencionada
profesora A. Cortina, todos los hombres son estructuralmente morales, ya que
deben justificar sus respuestas al medio. Ella afirma que los hombres somos
necesariamente morales y con respecto a algún código moral, y por ello puede
haber hombres inmorales, es decir que no cumplen o que transgreden con lo
exigido por ese código, pero no existen hombres amorales, hombres que
estarían dispensados o que puedan pasar por alto todo juicio moral personal.
Anotemos que la decisión o la acción de una persona en un momento
dado y frente a circunstancias específicas resulta de su historia personal, como
acabamos de decir, pero para juzgarla debemos hacer referencia a lo que se
exige o se reputa como un acto moralmente valedero, en otras palabras, a qué
es lo que se califica como moral o inmoral. En la perspectiva de Aristóteles, lo
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moral es lo prudente y racional y la Ética, como esfuerzo de reflexión sobre el
comportamiento humano, nos ayuda a tomar decisiones racionales, es decir,
decisiones que están precedidas de deliberación, las acciones humanas no son
exabruptos o actos no pensados y aún más, es la Ética que nos ayuda a formar
decisiones racionales. Por lo demás, una acción racional está necesariamente
referida a los objetivos que se persiguen, no es neutra ni gratuita, una acción
precedida de deliberación debe ser además buena o justa, es decir referida a
fines buenos. Aristóteles concluye que las acciones racionales son acciones
prudentes que conducen a la vida buena y en definitiva a la felicidad, entendida
ésta en un sentido amplio y no sólo como algún goce localizado en el tiempo.
En otra perspectiva, aunque con precauciones, A. K. Sen definirá las
acciones racionales, como acciones consistentes. La consistencia no es otra
cosa que la referencia coherente de los componentes de una acción al objetivo
que se persigue o a la finalidad que se busca. Sen distingue la consistencia
interna que recoge lo que acabamos de decir, pero no vincula los actos con los
valores o con la finalidad última de la acción. En este sentido, el asesino o el
ladrón pueden ser perfectamente consistentes pero su acción es moralmente
inaceptable o inmoral. Por eso podríamos decir que la consistencia interna es
una condición necesaria, pero de ninguna manera suficiente. Algo definitivo es
la consistencia externa, es decir la existencia de coherencia entre componentes
o secuencia de actos y con referencia a un sistema de valores que legitime la
acción. Nuevamente estamos enfrentados con el mundo de lo que es bueno,
deseable y justo. En el comienzo de la historia personal puede estar lo que se
ha llamado la lotería genética o en general las condiciones iniciales de inserción
en la sociedad y continúa con lo que los psicólogos identifican como el proceso
de formación de la personalidad y los sociólogos como el de socialización. En
ambos casos se trata de inducir o de adquirir comportamientos y de hacerlo en
medio de condicionamientos, influencias y mensajes diversos. Por eso aparece
el resultado previsiblemente diverso en cuanto a “contenidos” del código o de
la moral personal. Lo inicial o espontáneo es lo que se identifica como el
temperamento (pathos), actitudes y aptitudes que en curso de la vida y
relaciones se pueden cultivar, corregir o superar hasta conseguir
comportamientos estables propios que, desde los filósofos griegos clásicos se
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define como el carácter (ethos) o forma de comportamiento permanente y,
además, referido a valores. Ahora bien, este proceso es personal y universal,
en el sentido que todos lo experimentamos, aunque en grado y modalidad
diferentes, de manera que se traduce en comportamientos no siempre
uniformes o concordantes. Son los “códigos morales”, propios y específicos,
que en la madurez adopta y practica cada uno, es una sabiduría que se alcanza
por la experiencia propia y en ese sentido, la moral es una sabiduría o un saber
práctico que involucra a todos los humanos.
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última) y los grupos de principios éticos fundamentales que sólo se
logran mediante un proceder lógico-metódico, para el cual, a su vez, sirve
de material la “Ética Aplicada”; es decir, la Ética de la concepción práctica
y natural del mundo que se expresa en el lenguaje corriente (a la que
pertenecen, por ejemplo, la sabiduría del refraneo de todos los tiempos y
las máximas tradicionales, etc.), y la ética más o menos científica
(filosofía, teológica, etc.) que suele “justificar” y “fundamentar” la
aplicada sobre los principios supremos, de los cuales los sujetos de la
Ética aplicada no necesitan ser conscientes en absolutos.
Es un término que, en primera noción de ética aplicada, podría parecer
redundante, puesto que la ética misma es una filosofía práctica, una filosofía
de la acción; sin embargo, esa filosofía práctica que Sócrates ejerciera en el
Ágora, quiere decir, en el centro de la vida ciudadana de Atenas, con el
transcurso del tiempo fue poniendo cada vez más el acento en sus
componentes teóricos, hasta casi reducirse en los últimos siglos a una reflexión
sobre los fundamentos de las normas.
De acuerdo con la definición de Ética, entre sus tareas principales no
sólo están las de intentar aclarar en qué consiste lo moral, o por qué se tiene
que actuar con moral, sino que la ética se ocupa también de aplicar lo que ella
manda a los distintos ámbitos de la vida social, en la política, en la economía,
en la empresa, a la profesión, en la casa, etc.
Una de las tareas fundamentales de la ética aplicada es la toma de
conciencia de los actos morales, ya que desde ellas se constituyen una primera
diferencia respecto de la ética tradicional. Para ello cabe sentar las bases que
nos permitan encontrar asidero al constante devenir de posibles soluciones a
los problemas del presente.
El planteamiento metaético sobre la ética aplicada, asume el primado de
la razón práctica para superar desde ella el peligro de limitarse a ser un mero
análisis de la teoría. Así, como ejemplo, las dudas sobre la propia autonomía
de actuar basado en valores, incluso sobre la posibilidad misma de una libertad
de elección, se han hecho notar de las siguientes formas:
a) En una participación en las instituciones políticas, se ha convertido en lo
que se llamaría el crepúsculo de la democracia.
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b) En la proliferación de "idiotas morales", individuos que como desconocen
lo que es una razón moral, terminan por confundir derechos con
intereses, e intereses legítimos con preferencias arbitrarias.
c) En la dificultad de consensuar y explicitar unos mínimos que permitan el
buen desarrollo profesional ético, desde ellos y haciendo un uso público
de la razón, como diría Kant, responder con transparencia y
responsabilidad de las decisiones y acciones tomadas.
La transcendentalidad del concepto de libertad, es preciso
complementarlo con el de responsabilidad, desde y por las comunidades y
tradiciones morales, y el de hermenéutica sobre la realidad que nos rodea. Ello
se debe porque la razón crítica, práctica y hermenéutica, también contemplan
el aprendizaje de los aciertos, así se descubre y conoce más la autonomía de
actuar, la importancia de la tradición, la institucionalización, la democracia, etc.
La ética aplicada, por tanto, pretende ser una ética de la autonomía
complementada por una ética de la responsabilidad, la cual tiene que hacerse
cargo de un triple reto:
1. Forjar y mantener la autonomía, una autonomía de un sujeto ético capaz
de la recreación moral, sin sucumbir a una mera voluntad de placer
utilitarista, sino a la teoría de la justicia, que permita desarrollarse de
acuerdo a los parámetros y a la altura dela política y economía mundial
del siglo XXI.
2. Hacer respetar y promover las idiosincrasias culturales, también
trascendentales, para aquella autonomía que ha superado su
enclaustramiento y hade expresarse en sus tradiciones morales en un
contexto actual y moderno.
3. Asumir todo ello en entornos moralmente cambiantes, y ello porque se
aprecia que el desarrollo tecnológico crea nuevas formas de ver y vivir
el mundo, algunas de ellas sensiblemente mejores en lo que se refiere a
la autonomía delos individuos.
20
hacerla solamente los expertos en ética, ni tampoco los profesionales de
manera individualizada. La fuerza de la ética aplicada es precisamente
que consiste en un trabajo interdisciplinar entre expertos de cada campo
(abogados, contadores, administradores, empresarios, periodistas, etc.)
y expertos en ética.
2.6 LAS RAMAS DE LA ÉTICA APLICADA
Existen tres ramas principales de la ética aplicada, cada una de ellas con
varias sub-ramas:
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6. Ética de la ingeniería
7. Ética de la informática
8. Ética de la arquitectura
9. Ética del deporte
10. Ética de la investigación
11. Ética del arte
12. Ética de la educación
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El modelo de la hermenéutica crítica, que defiende la Escuela de
Valencia dirigida por la Catedrática de Filosofía Moral y Política Adela
Cortina Orts, defiende que el modo más adecuado de realizar la
aplicación es tomando ambos modelos a la vez. Por un lado, acercarse
al problema con una teoría bien razonada y, por el otro, a partir de los
debates que ya se están produciendo en la realidad, conocer las
conclusiones a las que han llegado los que viven esos problemas día a
día.
23
CAPITULO III
LA ETICA EN EL AMBITO PROFESIONAL
24
específico e indispensable para su supervivencia y funcionamiento como
sociedad humana. De esta manera ya establecemos alguna distancia con
algunas de las referencias anteriores y excluimos otras en que el calificativo de
profesional es francamente abusivo. La prestación de un servicio socialmente
valedero también nos obliga a distinguir lo que se conoce como oficio de lo que
es una profesión, ya que si bien es en este caso las destrezas o competencia
específica no están excluidas, se trata del nivel y la forma de adquirirlas que
obligan a una distinción. Por supuesto, sin llegar a jerarquías rígidas o elitistas
como aquella que en una oportunidad y con respecto al periodismo, es decir a
una misma actividad, hacía referencia a la posible “nobleza de la profesión” y a
la igualmente posible “vileza del oficio”, lo que evoca la forma y la finalidad de
la prestación de un servicio para calificarlo.
La importancia social y moral de las profesiones reside en el hecho de
que pueden proporcionar un servicio específico que no puede ser asegurado
sino por personas debidamente competentes y acreditadas. Hay por una parte
el asunto de la adquisición de competencias que tiene una base o fundamento
científico o técnico, que supone una forma y un período de preparación a veces
largo y hay además el hecho, nada desdeñable de la pertenencia a una
corporación, a una comunidad que comparte capacidades y define exigencias.
En medio de esto, se debe reconocer que hay en lo personal, en lo gremial y
en lo social, una exigencia o una aspiración de excelencia, una explicable y
muchas veces necesaria condena de la mediocridad.
Un profesional, en el sentido que estamos entendiendo, es alguien que
se ha preparado para ofrecer en forma eficiente un servicio específico, como
puede ser curar una enfermedad o diseñar y construir un edificio, es decir que
son competencias que no son intercambiables y que no pueden ser aseguradas
por alguien que no haya pasado por el proceso de preparación. Por una parte,
está el problema de la eventual incompetencia, mediocridad o incapacidad de
resolver o de afrontar adecuadamente los problemas que se le presentan y, en
alguna forma está en riesgo o es inmoral o no ético. Por otra parte, el
profesional hace parte de una elite o grupo privilegiado en la sociedad,
característica que no debe llevar sólo a afirmar privilegios o superioridades,
25
sino que define graves exigencias y responsabilidades, ya que la actuación de
la persona en tanto que profesional es siempre ambigua.
Por estas razones definimos el perfil ético del profesional con referencia
a dos características que deben actuar o jugar simultáneamente. Esta son
competencia y discernimiento o compromiso. En efecto, la primera cuestión que
se puede y se debe esperar de un profesional es el conocimiento, amplio y
sólido, de las materias y de las posibilidades que abre la disciplina de que se
trate y que deben excluir los errores por ignorancia o conocimiento insuficiente.
La segunda cuestión es que las decisiones que debe tomar el profesional, en
base a su competencia, tienen consecuencias humanas y sociales, ya sea que
se trate de cómo aplica sus conocimientos y destrezas o, al comienzo, de si lo
hace o no, por ejemplo, sólo por cuestiones pecuniarias (se le puede pagar o
no) o por otras razones estrictamente profesionales, es decir de juicio sobre lo
que es bueno y conveniente. En el fondo se trata del compromiso social del
profesional, es decir del sentido de su servicio: a lo que en bueno para las
personas y para la sociedad, o que no lo es.
Antes nos hemos referido al periodo de preparación y esto en alguna
medida corresponde a las oportunidades que ofrece la sociedad (que no son
iguales y abiertas a todos), aunque intervenga algún pago por los servicios de
enseñanza o entrenamiento y se reconozca el propio esfuerzo y dedicación.
Ahora debemos señalar que el logro de una preparación profesional y el
reconocimiento social que ello acarrea, implican responsabilidades, es decir
alguna forma de reciprocidad que se concreta en el servicio a la sociedad,
servicio que no excluye beneficio y perfeccionamiento personal ni supone
necesariamente algún acto heroico o espectacular. De lo que se trata es de la
responsabilidad social y de la capacidad de discernir lo bueno y malo de las
consecuencias de la actuación profesional.
26
En virtud de su profesión, el sujeto ocupa una situación que le
confiere deberes y derechos especiales, como se verá:
3.2.2 La Vocación.
La elección de la profesión debe ser completamente libre. Quien
elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la mitad de
su éxito en su trabajo.
3.2.3 Finalidad de la Profesión.
La finalidad del trabajo profesional es el bien común. La
capacitación que se requiere para ejercer este trabajo, está siempre
orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades
especializadas para el beneficio de la sociedad.
27
Es bueno considerar ciertos deberes típicos en todo profesional.
El secreto profesional es uno de estos, este le dice al profesionista que
no tiene derecho de divulgar información que le fue confiada para poder
llevar a cabo su labor, esto se hace con el fin de no perjudicar al cliente
o para evitar graves daños a terceros. El profesional también debe
propiciar la asociación de los miembros de su especialidad. La
solidaridad es uno de los medios más eficaces para incrementar la
calidad del nivel intelectual y moral de los asociados. En fin al profesional
se le exige especialmente actuar de acuerdo con la moral establecida.
3.2.7 Ética Personal y de Negocios:
Cada individuo tiene sus propios códigos éticos en los cuales se
basan sus comportamientos. Podemos pensar que ellos son nuestras
propias reglas que gobiernan nuestro comportamiento. Si nos sentimos
fuertes con nuestras reglas éticas nunca las romperemos. Si no son muy
intensas algunas veces dejamos que las condiciones cambien la regla.
Si somos indiferentes, frecuentemente dejamos que otros tomen las
decisiones. La mayoría de las organizaciones o compañías tienen hoy
sus códigos de ética los cuales establecen la conducta esperada de sus
empleados/miembros y las normas de la misma. El comportamiento ético
en el entorno diario es el resultante de la consideración de ambos
comportamientos (el personal y el de negocios). Generalmente en
cualquier cuestión o duda de problemas éticos relacionados con el
trabajo, el empleador mantiene el mayor poder y usualmente el
empleador ejecuta su mayor presión en los asuntos financieros. La
diferencia más importante se manifiesta cuando elementos importantes
de la ética personal entran en conflicto con presiones impuestas por el
negocio. A escalas más cotidianas, la actividad profesional nos pone con
frecuencia ante dilemas éticos, situaciones donde se ponen a prueba los
valores que todos poseemos y la fuerza con la que estamos dispuestos
a mantenerlos. En algunos casos, la inclusión de estos temas para su
estudio no solo proviene de las autoridades académicas sino de la
demanda de los propios alumnos, cada vez más interesados en
programas vinculados con la comunidad, con el sector de las ONG
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(organizaciones no gubernamentales) y temas medioambientales como
por ejemplo métodos para ahorrar energía y agua, el control de
contaminación, mejora de ambientes de trabajo, etc.
3.2.8 Ética y Liderazgo:
El “Liderazgo Ético” es una necesidad que hace mejor y más rica
a la empresa. Por el contrario, si se busca el enriquecimiento acelerado
y sobre bases ilícitas, la empresa se condena a sí misma. Ya en estos
tiempos, nadie puede negar la importancia de la inteligencia emocional
para la toma de decisiones en las empresas; que el cliente es cada día
más y más exigente y más difícil de engañar; que el mundo entero se ha
reducido por efecto del inmenso desarrollo de las telecomunicaciones y
que el temor a una demanda por efecto de un error que afecte a terceros,
es ahora muy latente en todos. Es por eso que la ética empresarial está
teniendo, hoy más que nunca, una presencia determinante en la
dinámica de las empresas modernas. Es el momento de valorizar o
revalorizar las actitudes y valores gerenciales, de tal manera que se
comprenda que la ética empresarial es ahora una necesidad y no una
virtud. Ciertamente, estudios actuales revelan que las empresas
internacionales están sometidas a una creciente presión para que las
conductas de sus líderes de negocios se adecuen a comportamientos
éticos. Y algunos hechos confirman que las actitudes relacionadas con
malos manejos gerenciales están siendo castigados con multas
millonarias. Más profundamente la ética empresarial, tiene mucha
relación con el acatamiento de las leyes, independientemente de los
países en que se aplican. Y aún en aquellas naciones donde existe la
impunidad, la ética debe correr la suerte de emerger, para ubicarse sobre
los pilares de la corrupción, el tráfico de influencias y otras desviaciones
mayores o menores que atentan contra la vida y dignidad de las
personas. En la actualidad, hasta el gerente más pragmático necesita
actuar con ética, porque el actuar ético, está demostrando, que le da vida
permanente a los negocios, todo porque se adquiere credibilidad y
confianza, y las personas terminan siendo leales a los productos o a las
marcas Está comprobado que la adherencia a códigos éticos incrementa
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la efectividad del liderazgo hasta en un 500%. Los individuos líderes con
fuertes creencias éticas, que demuestran un comportamiento constante
y consistente con sus valores éticos, provoca que sus seguidores
puedan confiar y depender plenamente de sus acciones.
3.2.9 Deberes y obligaciones de la profesión
En virtud de su profesión, el sujeto ocupa una situación que le
confiere deberes y derechos especiales, que a continuación de detalla:
La Vocación. -La elección de la profesión debe ser completamente
libre. La vocación debe entenderse como la disposición que hace al
sujeto especialmente apto para una determinada actividad profesional.
Quien elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la
mitad de su éxito en su trabajo.
Finalidad de la Profesión. - La finalidad del trabajo profesional es
el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer este trabajo,
está siempre orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades
especializadas para el beneficio de la sociedad. Sin este horizonte y
finalidad, una profesión se convierte en un medio de lucro o de honor, o
simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio
sujeto.
El Propio beneficio. -Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y
utilidad de la profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es porque
todo el mundo se inclina por naturaleza a la consideración de su
provecho personal, gracias a su profesión. No está de más mencionar el
sacrificio que entrañan casi todas las profesiones: El médico,
levantándose a media noche para asistir a un paciente grave; el
ingeniero, con fuertes responsabilidades frente a la obra, etc. La
profesión también gracias a esos mismos trabajos, deja, al final de
cuentas, una de las satisfacciones más hondas.
Capacidad profesional. - Un profesional debe ofrecer una
preparación especial en dos sentidos: Capacidad intelectual y capacidad
moral. La capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos
que, dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar sus labores.
Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios
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universitarios, pero se deben actualizar mediante las revistas,
conferencias y las consultas a bibliotecas.
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3.2.11 Concepto de profesionista
Un profesionista es toda aquella persona que conoce sus
limitaciones, pero que es capaz de superarlas buscando incrementar su
horizonte de trabajo. El profesionista tiene una responsabilidad especial
que éticamente está obligado a actuar congruentemente con su
profesión. No en vano se le otorga el Título al Nombre de la Nación, y
por tal se le exige un servicio social que le será remunerado.
A los profesionistas se les pide que devuelvan a la sociedad algo
de lo que recibieron con el título, es decir, al lograr el prestigio social
puedan apoyar con sus consejos y enseñanzas a los que empiezan para
que conjuntamente sigan brindando sus servicios a la sociedad, la cual
demanda de ellos. El profesionista se construye a través de un proceso
de formación, el cual es establecido y muchas veces regulado por la
comunidad, quien determinará los criterios y reglas del desempeño
profesional.
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área laboral, el profesionista es el profesional que, por su pertenencia a
un grupo de pares certificados, con un respaldo institucional vía un título
reconocido, guarda una posición en el imaginario social.
Toda profesión tiene por fin una prestación de servicios o una
producción de bienes, y ambos fines se conjugan en un momento
determinado. Son bienes y servicios concretos específicos de cada
profesión. La demanda individual o social les confiere su valor social, en
el sentido de que el profesionista debe ser sensible a reconocer estas
demandas y buscar satisfacerlas de la forma más adecuada y eficiente.
La comunidad confía en que el profesionista será capaz de
resolver sus problemas, ya que cuenta con el saber especializado para
hacerlo. La moral profesional implica hablar de los deberes profesionales
los cuales podemos dividir en deberes generales de toda profesión y los
deberes particulares o específicos de cada actividad profesional,
asimismo podemos clasificarlos también en deberes impuestos por la
ciencia y deberes impuestos por la conciencia.
El profesionista tiene dos clases de deberes, los de su cualidad
como ser humano y los propios de su actividad profesional, por lo que se
encuentra doblemente comprometido con el bien, siendo común,
encontrar personas que son escrupulosos en el cumplimiento de sus
deberes religiosos y familiares y al mismo tiempo son totalmente
negativos en lo relativo a su profesión. La profesión no debe ser un área
neutral para la conciencia, por el contrario, la potencializa e intensifica.
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resultado de ello es la deserción de muchos estudiantes a carreras que
no colman sus expectativas intelectuales seguido de una frustración y al
desinterés total por seguir otra carrera, ya que siempre quedará la
interrogante ¿Y si vuelvo a fracasar?
El problema es que se busca ser profesional, sin estar consciente
de la elección de una carrera profesional que ella implica. No se sabe las
funciones que la carrera conlleva y las responsabilidades que se debe
asumir en las acciones futuras. Es así que en la búsqueda del éxito
muchos profesionales se corrompen y acaban mal por anteponer sus
intereses personales y dejar de brindar un buen servicio a la sociedad.
La universidad como institución educativa tiene en sus manos la
responsabilidad y la obligación de formar éticamente a sus estudiantes
y a todo el personal académico y administrativo. Ya que se ha visto que
las instituciones superiores o universidades forman profesionales de
acuerdo a las necesidades del mercado, pero dejan de lado la formación
Ética y moral de sus estudiantes haciendo que los egresados no tengan
los cimientos doctrinarios en valores para ser aplicados en la praxis
profesional.
Un resultado de ello es el desinterés de los profesionales por el
bienestar de la sociedad. Si uno pregunta a los trabajadores de una
empresa acerca del bienestar social, muy pocos tienen entre sus metas
lograr el bienestar social, sino más bien desean el bienestar personal.
Por ello se debe inculcar en las aulas universitarias y centros estudios
superiores, que un buen profesional se refleja en sus actos en beneficio
de su medio social.
Nuestro país necesita profesionales que conozcan lo que se debe
hacer y lo que no; se necesita profesionales con calidad moral y buena
conducta con valores. Porque como ya se dijo líneas arriba, “Ser un
profesional implica proyectarse hacia el bienestar de la sociedad y el
medio ambiente a través de su aporte personal y científico “.
Por estas razones, y para evitar en gran medida los problemas de
índole ético-moral que surgen en el ejercicio de una profesión o de un
oficio, se debe de poner en práctica los principios éticos que establezcan
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los parámetros y reglas que describan el comportamiento que una
persona que puede o no exhibir en determinado momento. No es difícil
poner estos principios en práctica, pero el omitirlos redundará en
perjuicio propio y en el de las personas con quienes se interviene o se
interactúa.
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Asegurándose que todo personal a su cargo sin excepción
conoce los Derechos Humanos y culturales y de no ser así
capacitarlos para que lo conozcan.
3.2.16 Un profesional es responsable y ético ante el Medio Ambiente y las
generaciones futuras:
Respetando el medio ambiente evitando en todo lo que esté a su
alcance cualquier tipo de contaminación, minimizando la
generación de residuos y racionalizando el uso de los recursos
naturales y energéticos.
Asumiendo iniciativas para promover la prevención y una mayor
responsabilidad medioambiental.
Previniendo en todo lo que pudiere la contaminación del medio
ambiente y el calentamiento global.
Consumiendo con responsabilidad: El agua, la electricidad, el gas
natural y otros recursos.
Cuidando con la tierra que heredarán las futuras generaciones.
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Enviando material de promoción tanto de su empresa como de su
persona sólo a las personas que han consentido previamente el
envío, solicitándolos de diferentes formas.
Evitando que se utilice su nombre en relación con proyectos,
informes, balances, informaciones financieras o estimaciones de
cualquier índole.
Negando permiso de actuar en su nombre a personas que no sea
socio, representante debidamente acreditado o empleado bajo su
autoridad.
Absteniéndose de contratar o hacer trabajo profesional por su
cuenta, sin el consentimiento de los otros socios cuando se los
tenga.
Respetando el principio de la libertad de asociación y el derecho
a la negociación colectiva. Negociando bajo la premisa que todas
las partes deben ganar.
Garantizando que las personas que desempeñen un trabajo en su
ámbito laboral lo hagan dentro de una relación de empleo
reconocida y legal. Además, bajo un ambiente de trabajo
saludable y seguro.
Coadyuvando en el desarrollo de las personas que trabajan con
él. Respetando la propiedad intelectual y otros derechos de
propiedad y respeto por los intereses de todas las partes
interesadas.
Manteniendo una comunicación correcta, efectiva con contenido
sustantivo para todos aquellos que trabajan con él.
Promoviendo en su contexto inmediato y social la práctica de la
responsabilidad social, siendo ético y transparente en los actos.
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CAPITULO IV
ETICA PERSONAL
4.1. CONCEPTO
Este importante tema concerniente a la ética se refiere a cómo debemos
medir nuestras decisiones determinando las diferencias entre el bien y el mal,
basados en los valores, en la formación, en los criterios personales, los cuales
implicarán consecuencias desde el punto de vista personal, familiar, social y
profesional. Por esta razón, las personas afrontamos dilemas ante situaciones
que exigen contar con valores éticos suficientes para no dejarnos llevar por lo
incorrecto. Una de las características que identifica a individuos con ética
personal es su rectitud, lo cual se puede traducir en un comportamiento íntegro
que se corresponde con su probidad. Por esta razón, se convierten en ejemplos
a seguir, debido a su moralidad demostrada en todo momento, cualidad que
además inspira confianza en otros. Así mismo, contar con ética personal
demuestra convicción y coherencia, pues los valores arraigados no permiten
actuar fuera del compromiso individual con lo correcto. De esta manera, el
comportamiento y las acciones están delimitadas por una óptica bien definida
y única, que nunca pierde fuerza con respecto a las prioridades individuales
que deben prevalecer, en cuanto al deber ser. Igualmente, la solidez de
nuestras decisiones es otra demostración de ética personal, sustentada en la
formación y en nuestras experiencias, que dan base para fundamentar
determinaciones y mantenerlas. Un vez que se ha comprometido la palabra, es
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importante conservar este compromiso, pues no cumplir va despertando en los
demás falta de confianza. En este sentido, se recomienda ser cuidadosos, pues
las personas que acostumbran a incumplir con lo ofrecido es muy difícil que
puedan después revertirlo para recuperar esa confianza deseada. Sin duda, la
omisión y la negligencia son enemigos de nuestra integridad. Por otra parte, es
importante no perder de vista la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto,
mantenerse al margen de todo lo que vaya en contra de los valores y principios,
pues esto sin duda traerá buenos resultados en todos los ámbitos. Cultivar la
ética personal como parte de la conducta influye en todos los niveles de nuestra
vida, tanto en lo social, en lo laboral, así como en lo individual y debemos
mantener este valor siempre presente y transformarlo en uno de nuestros
atributos más distintivos, lo que nos brindará muchas satisfacciones y permitirá
representar un ejemplo para los demás.
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Los ejemplos expuestos demuestran que el ser humano percibe
una sensación y lo refleja a través de su voluntad de aceptación o
desaprobación.
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La ética estudia los actos humanos en el sentido formal, porque
es donde el hombre actuará y realizará sus actos de aprobación o
desaprobación de las cosas y de ello se determinará si está obrando bien
o mal de acuerdo a su naturaleza.
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y justas. La ética es como una brújula, un control interno que el
individuo ejerce sobre sí mismo, y su fin es el deber en relación
consigo mismo y la relación con los demás. Se trata pues de
una ciencia normativa de la conducta que permite al profesional
elegir entre distintas opciones cuál debe ser el camino correcto
en el ejercicio de su labor.
La ética se pregunta:
a) ¿Es justo que gane mucho dinero y dejar de lado a mis
padres?
b) ¿Es loable regalar 1000 kilos de arroz de lo que he robado
en la empresa?
c) Metaética
La metaética es una rama de la ética, cuyo centro de interés es
el análisis del lenguaje moral, se preocupa de la
fundamentación y el significado de los términos morales. Es
decir: ¿Qué queremos decir cuando un comportamiento es
bueno?, ¿Qué argumentos y conceptos utilizamos para
fundamentar lo moral?
La metaética como tal no intenta responder, como lo hace la
ética tradicional, a interrogantes como ¿qué es "lo bueno"?,
sino más bien a ¿qué hace una persona cuando habla acerca
de lo "bueno"?, o bien ¿qué características son propias del
lenguaje moral? Se trata, en suma, de un discurso elucidatorio
que se ocupa a su vez de otro discurso, el moral.
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CONCLUSIONES
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RECOMENDACIONES
1. Podemos recomendar que la ética y moral tiene una importancia vital en la vida
de la humanidad por ende es necesario rescatar los valores morales.
2. La ética y la moral deben ser implantadas dentro de la sociedad para su
cumplimiento en la vida personal y laboral.
3. La conciencia social, psicológico e ideológico de la persona debe estar
orientado al respeto de las normas de conducta establecidas por el estado
dentro de un país; el incumplimiento de la misma debe ser castigado.
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BIBLIOGRAFÍA
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