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1. Primero, estas doctrinas van a aparecer especialmente en los últimos tiempos. Sin dudas que,
viendo la sociedad actual, podemos reconocer que la venida de nuestro Señor está cada vez más
cercana. Por ende, si asumimos que estamos en los tiempos finales, tenemos que ver las doctrinas
de demonios dando vueltas en nuestros días, así como también lo estaban en la época de Timoteo.
Aunque éstas parecen ir en aumento con el correr del tiempo.
2. Segundo, estas doctrinas van a venir de parte de mentirosos, que ya han llegado a tal punto en su
perseverancia en el pecado, que no sienten ninguna culpa por seguir desobedeciendo a Dios y
haciendo tropezar a otros.
3. Tercero, Pablo indica algunas doctrinas de demonios como para ejemplificar lo que viene
diciendo. Ellas son la prohibición del casamiento y la abstención de ciertos alimentos. En el caso
de la primera, tiene que ver con obligar a ciertas personas a hacer votos de castidad; si bien la
Palabra dice que si podemos permanecer solteros mejor, no hay un mandato al respecto (1 Cor
7:8-9). Por su parte, en el caso de los alimentos, la Biblia es clara reiteradamente que podemos
comer cualquier cosa, pero siempre considerando que si algún hermano, más débil en la fe,
prefiere guardarse de comer ciertos alimentos, tenemos que respetarlo (ver Romanos 14).
Hasta acá pudimos llegar a la conclusión de que hay doctrinas de demonios circulando por nuestra
sociedad en nuestros tiempos, y que dos de ellas tienen que ver con el prohibir a la gente el casarse y el
impedir la ingesta de ciertos alimentos. Sin embargo, todavía no está claro el asunto. Es por ello que, para
entenderlo, tenemos que analizar un poco el comportamiento de Satanás.
Conclusión
Por tanto, a partir de este análisis, podemos concluir que las doctrinas de demonios se presentan en nuestros
días de la siguiente manera:
Por medio de la gente que hace cambios sutiles en la Palabra, para cambiar su significado.
Por aquellos que sacan de contexto la Palabra, dándole el significado que ellos mismos quieren y
creando doctrina a partir de ello.
Por todo hombre que busque ser exaltado por encima de Dios. El centro de nuestras iglesias tiene
que ser Cristo y el Evangelio, y no el pastor ni ninguna otra persona. Tengamos cuidado en hacer
que el hombre tenga más importancia que el Evangelio, porque en ese caso estaríamos cometiendo
el mismo pecado de orgullo que Satanás.
Las mismas estrategias usadas por Satanás desde el comienzo de la historia, son las usadas hoy en día por
los falsos maestros que actúan bajo su influencia. El diablo es mentiroso desde el principio y va a pretender
engañarnos, pero si permanecemos firmes en la Palabra, estando arraigados en Cristo como nuestra piedra
angular, entonces no caeremos en sus artimañas. Considerando estas cosas entendemos de qué se tratan
estas doctrinas, y tenemos que procurar estar especialmente atentos a ellas con el fin de no ser engañados.
¡Qué Dios nos ilumine para poder detectarlas y desecharlas!