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Inteligencia y creatividad

Se ha estudiado la relación entre creatividad e inteligencia y se ha defendido durante mucho


tiempo que existe una correlación entre ambas, pero no es así por las siguientes razones:
La diferencia entre los altamente creativos y los realmente no creativos no reside en la
inteligencia tal como esta se mide en las pruebas de inteligencia.
El individuo puede, no obstante, diferenciarse de los demás en cuanto a los rasgos de su
personalidad. Hay desde luego, muchas excepciones, pero en general se ha comprobado que
el individuo creativo suele ser introvertido, necesita largos periodos de soledad y parece tener
poco tiempo para lo que la llama trivialidades de la ida cotidiana y de las relaciones sociales.
Los individuos creativos suelen ser enormemente intuitivos y estar más interesados por el
significado abstracto del mundo exterior que por su percepción sensitiva.
Parecería más probable que se dieran individuos creativos entre personas con un cociente
intelectual elevado que entre personas de cociente intelectual bajo, pero no todos los sujetos
inteligentes son creativos.
La creatividad se valora por medio de los resultados, porque esta es la forma de ver lo que es
ser único, como los demás observan creaciones bellísimas de color, la forma e innovación que
surge al ser creativos en situaciones cotidianas o en resolución de problemas.
La diferencia de competencias entre los dos hemisferios cerebrales parece ser característica
exclusiva del ser humano.

Personalidad creativa
Los individuos creativos muestran a menudo dificultad para relacionarse con las demás
personas y suelen eludir los contactos sociales. A menudo muestran inclinación a considerar
que la mayoría de la gente normal es corta, así como tendencias de dominio sobre los demás,
lo que los aleja de establecer relaciones humanas en un grado de igualdad.
Los individuos creativos también parecen estar relativamente liberados
de prejuicios y convencionalismos, y les interesa relativamente poco lo que sus semejantes o
cualquier persona piensen de ellos. Tienen poco respeto por las tradiciones y reglas
establecidas y por la autoridad en lo referente a su campo de actividad, prefiriendo fiarse de
sus propios juicios.
Una característica en ellos es la preferencia por la complejidad. Imaginen que tienen una idea
nueva que alguien nunca ha visto o conocido y la sociedad simplemente no cree que necesita
un individuo creativo para salir adelante con lo que él hizo.
Necesita planear la estrategia... hasta lograr que su idea sea aceptada e impulsada, si requiere
de inversión económica para echarla a andar. Contagiar a otros puede ser el plan, tal vez hacer
trabajo de equipo con algunos más podría ser parte del plan, y así hasta agotar todas las
posibilidades.

Emoción y creatividad
La relación entre creatividad y emoción es de ida y vuelta. La emoción facilita la creatividad.
Cuanta más capacidad de interiorizar en las emociones dispondremos de más conexiones
útiles para la obtención de productos nuevos.
La complejidad es según Mihály un factor de la creatividad individual y ésta tiene un
importante componente emocional.
Una primera relación es la necesidad de tener una rica y variada vida emocional, así como un
rápido acceso racional a la misma como sustento base de los procesos individuales de
creación.

Pero a la vez la creatividad es vía de acceso a nuestro mundo emocional en tanto en cuanto
establece una conexión no mediatizada por la razón. Esto supone otro elemento clave puesto
que nos permite acceder de manera indirecta al mundo emocional. No solo podemos expresar
intencionadamente nuestras emociones, sino que éstas fluyen en los productos artístico-
expresivos en los que la creación está presente

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