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C a p ít u l o 8

INTERPRETACION DEL CONTENIDO DE LA TECNICA


PROYECTIVA GRAFICA CASA ARBOL-PERSONA *
\
por E m anuel F. H am m er

E l i n t e r é s fundam ental del clínico en los papel blanco de un tam año de 18 centímetros
dibujos de la casa, del árbol y de la persona por 21 2 y sólo se ofrece una hoja por vez. P a­
(el test H T P ) consiste en la posibilidad de ra el dibujo de la casa la hoja se ubica con el
observar la im agen interna que el examinado eje más largo paralelo al examinado, y para
tiene de sí mismo y de su am biente; qué co­ los del árbol y la persona con el eje más largo
sas considera importantes, cuáles destaca y perpendicular a él, y entonces se le pide que
cuáles desecha. dibuje lo m ejor que pueda uña casa (y luego
E n los capítulos previos hemos visto cómo un árbol y una persona) aclarando que puede
! los dibujos expresan los imperativos psicodi- dibujarla como desee, que puede borrar y to­
námicos correspondientes al concepto que el marse el tiem po que necesite.
individuo tiene de sí mismo y a su percepción Si protesta diciendo que no es un artista,
del am biente. generalm ente yo le aseguro que el H T P no
La casa, el árbol y la persona son conceptos es un test de habilidad artística y que, por el
de gran potencia simbólica que se saturan de contrario, lo que interesa es cómo él hace las
las experiencias emocionales e ideacionales cosas. Si pidiera permiso o intentara utilizar
ligadas al desarrollo de la personalidad, las cualquier ayuda mecánica se le advertirá que
que luego se proyectan cuando esos concep­ el dibujo debe ser m anual.
tos son dibujados. El orden de presentación de los estímulos
es siempre el mismo: prim ero la casa, luego
el árbol y por últim o la persona. Esto permite
A D M IN IS T R A C IO N una introducción gradual a la tarea gráfica,
! * * i. pues así paso a paso se conduce al exami­
El H T P , capta a] penetrar en el área de la nado a entidades que psicológicamente pre­
I creatividad artística, la corriente de la perso- sentan mayores dificultades para su ejecución.
: nalidad. En interés de la estandarización, han Es decir que en forma gradual se va desde las
I debido im ponerse algunas restricciones a la representaciones más neutrales hasta las más
| expresión com pletam ente libre. cercanas a la propia persona. Es por esto que
P or ejemplo, se piden los mismos temas se deja para el final el concepto gráfico
gráficos, en el mismo tam año de papel y con que despierta las asociaciones más conscientes.
m ateriales similares, a todos los examinados.
| Se utiliza u n lápiz núm ero dos con goma de
i borrar y u n form ulario** de cuatro hojas de LA E L E C C IO N D E LA CASA, D E L
A R B O L Y D E LA P E R S O N A C O M O
* Este capítulo se centra en la consideración de
C O N C E P T O S G R A F IC O S
la interpretación cualitativa del H T P . El sistema
de puntajes cuantitativos de Buck podrá hallarse B u c k 1 en relación con su elección de los
en la presentación detallada que dicho autor hace items (casa, árbol y persona), afirm a que:
I de su técnica 2.
** Estos formularios pueden encargarse a Wes-
a ) son items familiares a todos, hasta para el
; tern Psychological Services, 10655. Santa Mónica niño más pequeño; b ) se observó que, como
Boulevard, W est Los Angeles, California. conceptos que debían ser dibujados por indi­
115
116 EMANUEL F. HAMMER

viduos de todas las edades, tenían mejor acep­ sonas con problemas en el área fálica, frecuen­
tación que otros, y c ) estim ulaban una ver- tem ente proyectan sus problemas en la chi­
balización más libre y espontánea que otros menea de la casa, así como las que poseen una
items. Podemos agregar que son conceptos sim ­ estructura de carácter de tipo oral suelen des­
bólicamente m uy fértiles en térm inos de sig­ tacar el contorno de las ventanas. ExistféÉ
nificación inconsciente (lo que comentaremos otros ejemplos.
en cada una de las secciones de este capítulo E n cuanto al significado simbólico mencio­
donde se trate de la casa, del árbol y de la nado en últim o térm ino (la caSirTcónio .repre­
persona por separado). sentación del hogar paren tal), recontamos el
En relación con la elección de Buck de los caso de una adolescente que se sentía muy
items gráficos, podemos citar un estudio que oprimida por las constantes peleas que se pro­
G riffiths 5 realizó en Inglaterra con dibujos li­ ducían en su hogar. En el dibujo de la casa
bres de niños pequeños. En este estudio se realizó una chim enea con un denso hum o que
afirma que tanto las casas, como los árboles y soplaba de abajo hacia arriba. D e este modo
las personas constituyen los conceptos que m a­ representaba su visión de la casa como her­
yor significación personal poseen. “El objeto videro de turbulencias, intranquilidad y em o­
(gráfico) favorito (d e los niños pequeños) ciones dispersas. O tro ejem plo en que la casa
e s . . . la figura hum an a” (página 199). "(D es­ representaba la percepción de la situación fa­
pués d e ) la figura h u m a n a ... el siguiente m iliar es el que hemos reproducido antes
objeto favorito de los niños es el dibujo de (página 4 0 ). Com o se recordará la casa pare­
la casa” (p ág in a 2 1 9 ). “Luego el niño co­ cía una prisión, lo cual coincidía con la visión
mienza a dibujar árboles y tam bién flo res... que el exam inado tenía de sí mismo, en el
( y ) por prim era vez parece darse cuenta del sentido de sentirse prisionero en la situación
valor real de la'aplicación del color” (página familiar, pues debía posponer su matrimonio
222). O tra confirm ación paralela es la que para poder m antener a sus padres ancianos e
ofrecen los hallazgos de Eng: * “El tema p ri­ inválidos.
mero y favorito que el niño dibuja son seres En los casos en que la construcción de la
hum anos, pero después, según mis observa­ casa simbolizaba el cuerpo del niño, A. A. de
ciones, el que le sigue es la casa.” Pichón Rivière descubrió que las anomalías
C on independencia de Buck, Emil Jiic k e r9 en la construcción se relacionaban simbólica­
descubrió en Europa que el dibujo libre del m ente con las alteraciones de la imagen cor­
árbol ofrecía grandes posibilidades proyectivas. poral que provenían de la forma particular
Por lo tanto, lo transform ó en u n instrum ento que las perturbaciones emocionales asum ían
proyectivo, y no por casualidad, “sino después en el niño. Esto confirm a los hallazgos de
de m aduras consideraciones y pacientes estu­ B u ck 2 con respecto al dibujo de casas.
dios sobre la historia de las culturas y, en Rosen 14 señala que la casa, simbólicamente
especial, de los mitos” (página 5 ). Su alum no tan relacionada con la figura hum ana, juega
C harles Koch ® le dio u n mayor desarrollo un im portante papel no sólo en los dibujos
como instrum ento proyectivo, con el fin de infantiles, sino tam bién en el arte primitivo.
obtener por su interm edio “una idea de la Esto se puede observar en los dibujos del
personalidad total desde las capas más p rofun­ hombre de las cavernas, y tam bién, en los pri­
das del ser” (página 5).* meros desarrollos culturales del hombre. Esta
Al estudiar el juego de construcción de ca­ íntim a relación entre la casa y el objeto más
sas que los niños realizan con bloques, A. A. im portante del arte representativo, el cuerpo
de Pichón R iv ié re 13 descubrió que la casa hum ano, aparece en el tem prano Renacim ien­
podía simbolizar a ) el cuerpo del niño; b ) el to del siglo x m , en el siglo xiv es ya más
interior de la m adre, c ) el hogar parental. Los raro, y en el siglo xv, quando el arte pierde
datos empíricos que se han podido obtener con su carácter infantil, desaparece por com pleto.4
el H T P confirm an el prim ero y el últim o de El concepto gráfico persona es sin duda el
estos significados simbólicos con m ucha más que está más em papado de las experiencias
frecuencia que el segundo, au n q u e los psicó- emocionales ligadas al desarrollo del individuo.
ticos deteriorados suelen dibujar casas m uy T a n to M ach o v er12 como B u ck 2 y L evy,n
semejantes a un útero. y quizás en sus implicaciones teóricas más
C on respecto al prim ero de los significados profundas Paul Schilder con su contribución
simbólicos (la casa como representación de la al estudio de la imagen co rp o ral16 observaron
imagen corporal), se ha observado que las per­
lo mismo, sim ultánea e independientem ente.
* Describe sus descubrimientos en u n libro lla­ D e todo lo dicho se desprende que existen
mado El test del árhol9. sorprendentes confirmaciones independientes
TESTS PROYECTIVOS GRAFICOS 117

acerca del significado altam ente personal de (clínicam ente), he observado que los delin­
los tres conceptos (casa, árbol, persona) que cuentes sexuales a ) o bien m anifiestan de un
Buck eligió como herram ienta para captar las modo directo la sensación de inadaptación
áreas más profundas de la personalidad. Grif- fálica * m ediante dibujos de chimeneas au e
fith s 0 en Inglaterra, A. A. de Pichón Riviè­ pueden adoptar la siguiente variedad de (ol­
re 13 en Sudamérica, y Buck 2 en los Estados mas: sin parte superior o como cortadas en
U nidos, sim ultáneam ente señalaron el intento diagonal, transparentes, pues a través de ellas
potencial simbólico que posee la casa, cuyas se ve el techo (lo cual expresa la sensación
raíces se encuentran en las experiencias bási­ de poca consistencia que el exam inado tiene
cas de la infancia y de la m adurez. Lo mismo con respecto a su pen e); volcadas o cayéndose
ha sucedido con respecto al dibujo del árbol del borde del techo; bidimensionales pero
cuya utilidad clínica fue observada no sólo por colocadas en una casa tridimensional (lo
Buck, sino tam bién p o r Ju c k e r9 en Europa que transm ite la sensación del examinado
y por K o ch 8 en Suiza. Y por último, el di­ de que su imagen fálica posee menos sustan­
bujo de una persona, cuyo valor fue descu­ cia que el resto de su imagen corporal); b )
bierto independientem ente por M achover,12 o bien enmascaran sus sensaciones de inadap­
L evy,11 S cn ild er,18 y por Lauretta B e n d e r1 tación fálica bajo u n disfraz de esfuerzos viri­
que continuó con los estudios de este últim o. les compensatorios ** m ediante el dibujo de
m uchas chimeneas (e n lugar de una, que es
el núm ero convencional) en u n solo techo, o
LO S A S P E C T O S P R O Y E C T IV O S D E LOS de una enorme chim enea alargada; o de una
D IB U JO S D E LA CASA-ARBOL- chim enea con forma fálica y p u n ta redonda;
PERSO N A o de una chim enea que se destaca enorm e­
m ente por la presión de la línea, el sombreado
T radicionalm ente para que una técnica clí­ o el prom inente em plazam iento (como, por
nica pueda ser considerada u n instrum ento ejemplo, una chim enea que ocupe todo el
proyectivo, debe enfrentar al exam inado con largo de la casa, ya que comienza en el suelo,
un estím ulo o serie de estímulos lo suficiente­ o bien, como ocurre en algunos dibujos, que
m ente inestructurados o ambiguos como para sea el centro focal de la hoja).
que el significado de éstos surja, en parte, del Sin embargo, esto no significa que la chi­
interior del examinado. menea sea siempre un símbolo fálico. E n los
R equerir de u n individuo que dibuje «na dibujos de personas con un buen ajuste ge­
casa, u n árbol y u n a persona, constituye una neralm ente la chim enea no es otra cosa que
estructuración más ambigua de lo que podría un detalle más de la casa. Pero en los casos
pensarse en u n principio. A unque al exami­ de personas que sufren de conflictos psico-
nado se le dice que debe dibujar u n a casa, sexuales, es adecuada, a causa de su diseño
un árbol o u n a persona, no se le aclara qué estructural y de la forma en que emerge del
tipo de casa, árbol o persona debe representar. cuerpo de la casa, para la proyección de los
Es decir que como el exam inador no da n in ­ sentim ientos internos con respecto al pene.
gún indicio, la respuesta surge del interior del E n consecuencia, de todo lo dicho podemos
examinado, sea en lo referente al tam año, concluir que si bien en la técnica del H T P
tipo, em plazam iento o presentación del árbol, se presentan al exam inado estímulos totalm en­
o al sexo, expresión facial, postura corporal, te familiares, éstos al mismo tiem po son tan
edad, raza, tam año, vestimenta, presentación poco específicos que para responder a ellos
(d e costado, de tres cuartos de perfil, de fren­ es necesario proyectar o, por lo menos, selec­
te ) o acción de la persona. Basta recordar la cionar. Sir John Lubbock dijo: “Lo que
variada cantidad de dibujos q u e hemos repro­ vemos depende fundam entalm ente de lo que
ducido en los capítulos anteriores para tener queremos v r r " Lo mismo ocurre con el dibu-
la ilustración gráfica de la validez de esta tesis.
* Esta proyección de sentimientos directos de
T am bién depende exclusivamente del exa­ inadecuación fálica se observó en el subgrupo pe-
m inado la inclusión o exclusión de los dis­ dofílico de los delincuentes sexuales, quienes bus­
tintos detalles de la casa, del árbol y de la caban criaturas como sustitutos sexuales, debido a
sus sentimientos de inadecuación psicosexual en lo
persona, así como la importancia que les otor­ que se referia a las relaciones con mujeres adultas.
gue. Para tom ar u n ejem plo del estudio re­ ** Los pacientes que violan mujeres y que in­
ciente sobre delincuentes sexuales que realicé tentan de ese modo, es decir, jnediante relaciones
con el HTP,® m encionaré el hecho de que, sexuales forzadas poner a prueba su masculinidad
transmiten este Tasgo fálico compensatorio en las
así como las personas normales dibujan e n las distorsiones de las chimeneas que dibujan en la*
casas chimeneas que n o llam an la atención casas.
118 EMANUEL F. HAMMER

jo: elegimos la casa, el árbol o la persona con el examinado percibe en su hogar es un dibu­
los que tenemos cierta afinidad o, en ocasio­ jo que ya hemos mencionado, en el que de la
nes, con los que nos sentimos identificados. chim enea sale un hum o denso y oscuro que
Por muy joven que sea el examinado en su revela la atmósfera emocional turbulenta que
vida ha visto tal infinita variedad de casas, se vivía en el hogar del examinado. C uando
árboles y personas q u e en el m om ento de los examinados son personas casadas, m uchas
dibujar sólo podrá elegir lo que para él sea veces en sus dibujos de la casa representan
más significativo desde el punto de vista sim­ la situación doméstica con sus cónyuges. Sin
bólico. Sea que elija u n vigoroso roble, un embargo, en muchas personas adultas casadas,
sauce llorón, u n pequeño brote o un árbol sigue vigente la relación infantil con las figu­
al que las presiones am bientales han doblado ras parentales. Esta relación determ ina actitu­
hasta casi hacerle tocar el suelo; o que repre­ des residuales que se manifiestan en el dibujo
sente un policía de rostro severo que esgrime de la casa. C uanto más neurótico, regresivo
una cachiporra, una figura m aterna nutricia o fijado es el individuo, más probable es que
sosteniendo en sus manos un plato de sopa en la casa aparezcan estas actitudes.
caliente, una figura infantil desvalida, de pie En cuanto al árbol y a la persona, ambos
y con los brazos am putados, una figura des­ conceptos captan ese núcleo de la personalidad
nuda en incitante actitud, con las piernas que los teóricos, en especial Paul S c h ild er18
abiertas, o una prostituta desgreñada tirada denom inaron imagen corporal y concepto de
contra el cordón dé la vereda, en todos los ca­ si mismo. El dibujo del árbol parece reflejar
sos está eligiendo aquello que para él posee los sentim ientos más profundos e inconscien­
mayor significado emocional. Lo mismo que tes que el individuo tiene de sí mismo, en
en los T ests de Apercepción T em ática, el exa­ tanto que la persona constituye el vehículo
m inado selecciona de su experiencia pasada un de transmisión de la autoim agen más cercana
tema, y éste refleja sus necesidades. Los psi­ a la conciencia y de las relaciones con el am ­
cólogos clínicos han llegado a la conclusión de biente. D e este modo es posible obtener un
que au n q u e la persona ofrezca u n tema que retrato de los conflictos y defensas del exami­
haya visto en alguna película cinem atográ­ nado, tal como pstán jerarquizados en la es­
fica, está ofreciendo una inform ación de gran tructura de su personalidad.
interés psicológico. El tem a específico elegido Se considera que el árbol, como entidad
prim ariam ente se fijó en su m ente, y si más básica, natural y vegetativa, constituye un
tarde fue seleccionado del archivo de temas símbolo adecuado para proyectar los sentim ien­
recordados se debió probablem ente a q u e re­ tos más profundos de la personalidad, o sea,
flejaba necesidades o rasgos significativos de los sentim ientos acerca del yo que se encuen­
su personalidad. tran en los niveles más primitivos de la per­
C u an d o u n a persona está respondiendo al sonalidad, niveles a los que no se llega en el
H T P con el ojo in tern o selecciona y decide conocimiento de las personas. Los aspectos
la imagen que sus necesidades escogerán de menos profundos, ju n to con los recursos que
entre la galería de recuerdos. los individuos em plean para manejarse con
los demás y los sentim ientos hacia el prójim o
generalm ente se proyectan en el dibujo de la
S IM B O L IS M O IN H E R E N T E persona.
A LA T R IA D A CA SA -A RBO L P E R S O N A C onfirm a la hipótesis de que el árbol capta
los sentimientos más básicos y duraderos la
Antes de considerar el significado dinámico circunstancia de que es el concepto gráfico me­
de los distintos elem entos que componen los nos susceptible de cam biar en los retests 2>7V
dibujos de la casa, el árbol y la persona, es T am bién lo demuestra el hecho de que, si
convergente referirnos a las áreas más im­ bien una psicoterapia no intensiva puede lo­
portantes de la personalidad que captan los grar mejoras que se m anifiestan en la dis­
tres conceptos gráficos mencionados. m inución de signos patológicos en los dibu­
Se ha comprobado que la casa, como lugar jos de la persona, sólo el tratam iento psicoana-
de vivienda, provoca asociaciones con la vida lítico profundo y extenso ( o alteraciones muy
hogareña y las relaciones interfam iliares. Si significativas de la situación vital, especial­
se trata de niños, pone d e m anifiesto la acti* m ente en niños, cuyas personalidades poseen
tud que tienen con respecto a la situación en suficiente elasticidad como para modificarse
sus hogares y a las relaciones con sus padres de acuerdo con las mejoras am bientales) es
y hermanos. U n ejem plo de esta relación e n ­ capaz de producir algunos cambios, aunque
tre el dibujo de la casa y las condiciones que por lo general menores, en el dibujo del árbol.
TESTS PROYECTIVOS GRAFICOS 119

L a experiencia clínica ha demostrado que es nes coloquiales del tipo de “murciélagos en


más fácil que al dibujo de) árbol se le atribu­ el campanario", '‘está mal d e la azotea”, "tiene
yan T a s g o s y actitudes m ucho más conflictivos algunas tejas flojas”, etcétera, aluden a este
y emocional m ente perturbadores que al dibujo simbolismo por el cual el techo se equipara
de la persona, debido a q u e el árbol como a la vida m ental. Es por esto que se habla de
autorretrato está más alejado de uno mismo. aquellas condiciones en las cuales la fantasía
Los sentim ientos más profundos o prohibidos distorsiona el funcionam iento m ental en tér­
se proyectan en el árbol más fácilm ente que minos de deterioros en el techo del individuo.
en la persona, con menos tem or de quedar Las casas con techos excesivamente grandes,
al descubierto y, por lo tanto, sin recurrir que sobresalen a los costados y achican a la
tanto a las maniobras autodefensivas. casa (véase figura 1) son típicas de pacientes
Por ejem plo es más probable que los trau­ inmersos en la fantasía y apartados del con­
mas emocionales se m anifiesten m ediante el tacto interpersonal manifiesto. G eneralm ente
dibujo de una cicatriz en el tronco de! árbol el Rorschach de estos individuos acusa un ba­
o cortando las ramas, que por medio de m ar­ lance experiencial muy inclinado hacia el lado
cas en el rostro o el cuerpo de la persona, o intratcnsivo (con una proporción promedio de
dañando los brazos. movimiento-color de 7 a 12 M y cero a 2 C ).
£1 descubrim iento clínico según el cual los El núm ero de respuestas d e m ovim iento hum a­
sentim ientos prohibidos se proyectan con m a­ no excede casi invariablem ente en cuatro
yor facilidad en el árbol que en la persona o cinco veces a la sum atoria del color.
concuerda con la fundam entación del test de C on frecuencia los pacientes esquizofrénicos
Blacky de Blum, del T e st de Apercepción T e ­ o acusadam ente esquizoides dibujan un gran
mática infantil de Bellak y de las Fábulas de techo y luego ubican la puerta y las ventanas
Despert. D e acuerdo con m i experiencia las dentro del contorno de ese techo, de tal modo
figuras animales que aparecen en las técnicas que el resultado final es una casa puro techo
temáticas mencionadas, de manera sem ejante (véase figura 2 ). Esto no debe sorprender
a la relación q u e existe entre el dibujo del pues tanto el esquizofrénico como el esquizoide
árbol y el de la persona, son más apreciadas habitan un m undo fundam entalm ente fanta­
para la proyección de sentim ientos profundos seado. Viven más retraídos en la fantasía que
y negativos (q u e am enazan al individuo) que
los que, por ejemplo, dibujan un techo muy
las figuras hum anas del T A T .
grande que sobresale más allá de las paredes
D e lo dicho se desprende que la compara­ de la casa. E n éstos existe una acentuación de
ción en tre las respuestas a los estímulos de la fantasía, que desequilibra la estructura
tipo anim al y a los estímulos hum anos tipo de sus personalidades, m ientras que los que
1 A T , así como la comparación en tre el dibu­ dibujan “casas puro techo" viven una existen­
jo del árbol y el de la persona, ofrece datos cia predom inantem ente fantaseada.
que al psicólogo le perm iten apreciar la jerar­
La ausencia de techo o los techos que sólo
quía de los conflictos y de las defensas del
son una línea que conecta ambas paredes en
examinado.
los extremos, de tal m odo que no poseen altu­
ra (esencialm ente poseen u n a sola dimensión
en lugar de dos), son característicos del ex­
IN T E R P R E T A C IO N D E LOS
trem o opuesto del continuo que podríamos
E L E M E N T O S C O N S T IT U T IV O S
denom inar usode-la-fantasía.
D E LA CASA, D E L ARBOL,
Y D E LA P E R S O N A El grupo que más com únm ente dibuja ese
tipo de techo formado poT una sola línea
El contenido de los dibujos, más que los es el de los imbéciles, individuos que carecen
movimientos expresivos q u e se em plean al di­ de capacidad de ensoñación o fantasía, y den­
bujar, pone de m anifiesto las cualidades más tro de los límites de la norm alidad intelectual
inconscientes q u e existen en !o profundo de los individuos que poseen una personalidad
la personalidad. constreñida y un tipo concreto de orientación.
Lo más probable es que en la práctica clínica
este tipo de techo se dé juntam ente con un
Casa protocolo coartativo de Rorschach.
Techo. — Los descubrim ientos empíricos Podemos afirm ar entonces que el tamaño
con el H T P indican que a m enudo los indi­ del techo refleja el grado en que el individuo
viduos utilizan el techo de la casa para simbo­ dedica su tiem po a la fantasía y en que recurre
lizar el área vital de la fantasía. Las expresio­ a ella en búsqueda de satisfacciones.
120 EMANUEL F. HAMMER

C uando el techo aparece reforzado por una En lugar de intentar rechazar las fuerzas desin-
fuerte presión en las líneas o por u n trazado tegrativas amenazantes, adoptan con respecto
repetido del contorno (y esto no ocurre en a ellas una actitud de tolerancia pasiva.
las otras áreas de la casa), lo más probable Las paredes transparentes en los dibujos de
es q u e el exam inado se esté defendiendo de personas adultas deben considerarse como un
la amenaza de que su fantasía escape a su signo evidente del deterioro e n el criterio de
control (véase figura 3 ). Este tino de techo la realidad. A m enudo los niños dibujan pa­
aparece con frecuencia en los dibujos de los redes transparentes (a través de las cuales
irepsicóticos y, en m enor grado, en los de »uedcn verse los objetos que están dentro de
fos neuróticos ansiosos. De todos modos siem­ f a casa), pero en este caso lo único que puede
pre representa el tem or de que los impulsos válidamente interpretarse es la inm adurez de
que se descargaban en la fantasía comiencen la capacidad conceptual del niño, que se toma
a aparecer en el com portam iento manifiesto amplias libertades para presentar la realidad.
0 a distorsionar la percepción de la realidad. En cambio, en el caso de los adultos, defectos
de esta m agnitud en el exam en de la realidad
sólo aparecen, de acuerdo con mi experiencia,
F / ° ~ \ > 'u *’ \ . en los dibujos d e a ) deficientes profundos y
1 ¿ v r » , - . * í* V M
b ) psicóticos.

Puerta. — La puerta es el detalle de la casa


a través del cual se realiza el contacto con el
am biente. La puerta pequeña en relación con
el tam año de las ventanas y de la casa en
general revela una reticencia a establecer con­
tacto con el am biente, un alejam iento del
intercam bio interpersonal y u n a inhibición de
la capacidad de relación social. El correlato
F IG U R A 3 conducta! de las puertas pequeñas es la tim i­
dez y el temor en las relaciones intérperso-
nales. A veces los individuos que dibujan
casas con puertas demasiado pequeñas ofrecen
protocolos de Rorschach en los que aparece
la reacción del "niño quem ado". Las relacio­
nes emocionales con los demás* han sido dolo
rosas, y el individuo no desea probar nueva­
j / figura 4 RGURA 5 mente.
O tro intento que se utiliza para m antener
L J L - L ____LA M I id À X . __________ la personalidad apartada e inaccesible consiste
en ubicar la puerta m uy p o r encima de la
Paredes. — Se ha observado que en los di­ línea de base de la casa y sin escalones para
bujos de las casas la fortaleza y la adecuación facilitar el acceso a ésta (véase figura 4 ).
de las paredes se relaciona directam ente con Se trata de una forma de representación c o
el grado de fortaleza del yo y de la personali­ m ún en los individuos que sólo tienden a
dad. E n los dibujos de pacientes cuyo yo establecer contactos con el am biente dentro de
está en franco tren de desintegración, las pa­ sus propios términos.
redes aparecen desmoronándose. Los psicóti- Las puertas m uy grandes (a q u í, como en
cos incipientes (enferm os que están haciendo todos los aspectos de la psicología, los extre­
un suprem o esfuerzo de hipervigilancia, a
mos siempre son patológicos) son caracterís­
m enudo consciente, por m antener la integri­
ticas de las personas con u n a excesiva depen­
dad del y o ), con frecuencia dibujan los lí­ dencia de los demás. Si las puertas están
mites de las paredes reforzados. T am bién los abiertas, hecho estadísticam ente poco frecuen­
contornos de las paredes dibujados con líneas te, el exam inado revela que siente una gran
débiles indican inm inente derrum be de la per­ sed de efecto emocional y q u e espera recibirlo
sonalidad y u n débil control yoico, pero en desde afuera (si el interrogatorio posterior * al
estos casos faltan las defensas compensatorias. dibujo indica que la casa está ocupada). Si
Se trata de pacientes más hechos a la idea de la casa resulta estar vacía, las puertas abiertas
su patología inm inente (h a n aceptado como
inevitable la derrota y han cesado de lu c h a r) * Para las preguntas del interrogatorio poste­
que los q u e refuerzan en exceso el contorno. rior al dibujo véanse las páginas 152-155.
TESTS PROYECTIVOS GRAFICOS 121

indican u n sentim iento de vulnerabilidad ex­ plo, un evidente fastidio en relación con el
trema, y falta de adecuación de las defensas intercambio social. Otorgarle al baño una
yoícas. inmerecida importancia m ediante la colocación
La acentuación de las cerraduras y /o bisa­ du las ventanas más grandes implica que en
gras manifiesta una sensibilidad defensiva del el fondo infantil del exam inado existen ciertas
tipo que con frecuencia se encuentra en los experiencias relacionadas con un entrenam ien­
paranoides. to esfinteriano severo. Este mismo detalle se
ha encontrado tam bién en individuos que su­
Ventanas. — E n el dibujo de la casa las fren de culpa masturbatoria y en obsesivos con
ventanas representan un medio secundario de el síntoma del lavado compulsivo de manos.
interacción con el ambiente. La acentuación El emplazamiento de las ventanas de tal
de las cerraduras de la ventana, lo mismo que modo que éstas no se adecúan de una pared
de las cerraduras de las puertas, es típica de a la otra (y que sugieren q u e la altura de un
aquellos que se defienden excesivamente del piso visto desde el frente d e la casa no es la
temor por los daños que puedan venir desde misma que si se lo ve desde el costado, como
afuera. Esto se da con frecuencia en los p a­ ocurre en la figura 5 ) revela dificultades orga­
ranoides. El agregado de persianas y cortinas nizativas y formales que, em píricam ente, se
cuando las ventanas están cerradas expresa la han visto como indicios de formas tempranas
necesidad de apartarse y u n a extrema reticen­ de esquizofrenia.
cia a interactuar con los demás. C uando las
ventanas poseen persianas o cortinas, ñero C him enea. — Ya ha sido comentada en la
están abiertas, o parcialm ente abiertas, debe sección introductoria de este capítulo con el
entenderse que la persona tiende a actuar en fin de ilustrar la amplia variedad de trata­
el am biente de u n modo controlado. Se trata mientos que pueden acordarse a uno solo de
de individuos con u n tipo de ansiedad que se los detalles del dibujo.
m anifiesta como "tacto” en las relaciones socia­ H um o. — El hum o denso que sale en for­
les. C u an d o en relación con u n estudio de ma profusa de la chim enea puede indicar una
los patrones de personalidad de los diferentes considerable tensión interna en el individuo,
grupos vocacionales se entrevistó a asistentes conflictos y turbulencias e n la situación de
sociales se observó en sus dibujos la predi­ la casa, o ambas cosas, pues la últim a condi­
lección por este atributo, signo del control ción puede dar lugar a la prim era, y viceversa.
emocional en el contacto con los demás.4“ El hum o que se desvía m ucho hacia un la­
Las ventanas totalm ente desnudas, que no do, como si hubiese un viento muy fuerte,
poseen ni persianas, ni cortinas, ni visillos, y constituye un índice de las presiones am bien­
que ni siquiera están sombreadas, son tipicas tales y, de acuerdo con mi experiencia, a
de individuos q u e interactúan con su amSien- m enudo se relaciona con casos infantiles de
te de una m anera m uy descortés, ruda y di­ dificultad con la lectura, e n los que las pre­
recta. N o tienen casi nada de “tacto”, y son el siones parentales son causativa y reactivam en­
tipo de participante social que siempre “pro­ te masivas. Este tipo de h u m o tam bién ha
voca lío s’. aparecido en los dibujos de adolescentes que
C uando sólo el contorno de las ventanas están sometidos a una presión parental inapro­
está reforzado, es probable que el examinado piada en relación con la conform idad social
sea una persona con fijación oral o con ras­ y /o a los logros escolares. Y por último, tam ­
gos orales de carácter. Sin embargo, en ocasio­ bién se lo ha encontrado en los tests de algu­
nes, tam bién los individuos con rasgos anales nos individuos poco tiempo después de haber
refuerzan el contorno de las ventanas. En sido incorporados a las fuerzas armadas.
estos casos, el dibujo de la persona perm itirá Perspectiva. — Las personas que básicamen­
efectuar la interpretación diferencial, según te rechazan la situación hogareña en que se
recaiga el énfasis en la zona oral o en la anal. encuentran y los valores por los que allí se
Si consideramos el tam año de las ventanas, aboga, dibujan la casa como si el observador
• de acuerdo con la convención, la del living estuviese arriba y la mirase hacia abajo ( p e r s ­
debe ser la más grande y la del cuarto de pectiva que Buck denom inó “visión de ojo de
baño la más pequeña. Si los dibujos se des­ p ájaro ’)- E n estas personas se da una com-
vían de esta regla, tendrem os indicios acerca oinación de sentimientos de superioridad com­
de las necesidades emocionales que presionan. pensatorios con actitudes de rebelión contra los
Por detrás de los intentos de m inim izar la valores tradicionales que se le enseñaron en
importancia del living poniéndole las venta­ el hogar. Las actitudes iconoclastas se dan
nas más pequeñas de la casa, existe, por ejem ­ junto con una sensación de estar por encima
122 EMANUEL F. HAMMER

de los requerim ientos de la convención y de de paranoicos esquizofrénicos, por lo general


la conform idad. B u c k :u realizó u n estudio en cuando estaban aún en un estado prepsicótico,
el que comparó diferentes grupos profesiona­ en el que se siente de m anera muy aguda la
les, y observó que esta "visión de ojo de pája­ necesidad de protegerse poniendo distancia.
ro” era más común en los estudiantes de
Línea del suelo. — La relación entre el di­
m edicina que en cualquier otro grupo.
Las personas q u e se sienten rechazadas c bujo (d e la casa, del árbol o de la persona), y
inferiores en la situación familiar, dibujan la la línea del suelo, revela el grado de contacto
del examinado con la realidad. La misma co­
casa desde lo que se ha llamado "visión de
ojo de gusano". Desde esta perspectiva la casa rriente simbólica responsable de la ecuación
suelo o tierra = realidad práctica, se pone de
aparece como si el observador estuviese abajo
m anifiesto en el lenguaje coloquial en expre­
y la mirase hacia arriba. En estas personas se
siones tales como "tiene los pies bien plantados
mezclan sentim ientos de desvalorización, de
en la tierra". El tipo de contacto con el suelo
inadecuación y una baja autoestima; conside­
(firm e o débil) reviste un enorm e valor diag­
ran inalcanzable la felicidad hogareña.
nóstico. Los esquizofrénicos latentes o fronte­
C u an d o se presenta la casa desde una pers­
rizos siempre tienen dificultades con la presen­
pectiva lejana, es decir, distante * del obser­
tación del dibujo en firme contacto con la
vador, puede tratarse de dos grupos distintos:
realidad (representada por la línea del suelo).
a ) los que proyectan en el dibujo de la casa
Sus dibujos suelen apoyarse débilm ente en
una imagen d e sí mismos, y de este modo re­
una línea de suelo cortada o dibujada en for­
presentan su sensación de aislam iento e inacce­
ma esporádica (véase capítulo 9, figura 9 ) , o
sibilidad; b ) los que en el dibujo de la casa
bien en una línea amorfa y nebulosa (véase
transm iten la percepción que tienen de la si­
capítulo 9, figura 7 ), o suelen estar directa­
tuación familiar; situación que el individuo se
m ente desarraigados de la tierra (e n el caso del
siente incapaz de enfrentar. En este último
árbol) y cayendo (véase capítulo 9, figura
caso de perspectiva "lejana", el individuo m a­
nifiesta su sensación de la imposibilidad de 14). Los casos esquizofrénicos más patológi­
sentirse cómodo con aquellos con quienes vive. cos, con mayor distancia de la realidad y mayor
entrega a la fantasía, dibujan entidades sus­
La perspectiva de "perfil absoluto" consti­
tuye una desviación, individualm ente signi­ pendidas, que en ningún p u n to tocan la línea
del suelo dibujada por debajo.
ficativa, de la perspectiva usual. La expresión
"perfil absoluto" se refiere a la casa q u e se Accesorios. — H ay individuos que directa­
dibuja, de tal modo que el observador sólo ve m ente m anifiestan su falta de seguridad ro­
u n costado de esta. El frente de la casa, in­ deando y reforzando la casa con arbustos, ár­
cluyendo las puertas o cualquier otra en tra­ boles y otros detalles que no forman parte de
da, está dado vuelta, de m anera que queda la consigna. El agregado d e un sendero que
invisible y menos accesible. conduce a la puerta, bien proporcionado y rea­
Las personas distantes, oposicionistas o inac­ lizado con facilidad, es com ún en individuos
cesibles desde un p u n to de vista interpersonal, que ejercen un cierto control y "tacto" en sus
proyectan estos rasgos en el dibujo de la casa relaciones. Pero si el sendero es largo y tor­
m ediante la perspectiva m encionada. T am bién tuoso, se trata de individuos que en sus rela­
los paranoicos evasivos buscan refugio, cuando ciones sociales en un principio se m antienen
realizan el I1T P , en la perspectiva de "per­ distantes pero que en ocasiones entran en ca­
fil absoluto". lor y entonces pueden establecer vínculos em o­
La casa vista desde atrás y, especialmente, cionales con los demás. Son lentos y algo cau­
sin n inguna puerta trasera, m uestra las mis­ telosos para hacer amistades, pero una vez que
mas tendencias oposicionistas y de distancia la relación se desarrolla llega a poseer una
que se expresaban en la perspectiva de "perfil gran calidad.
absoluto", pero en este caso adquiere propor­ Si el sendero que conduce en línea recta
ciones más patológicas. hacia la puerta es m uy ancho en el extremo
Los únicos casos de "visión desde atrás” que del observador y va angostándose en forma
he tenido oportunidad de \ e r fueron dibujos gradual de manera que al llegar a la puerta es
m ucho más angosto que ella, el dibujo revela
* Pueden dibujarse casas pequeñas perdidas en
una vasta extensión de espacio blanco; pueden di­ el intento de disim ular m ediante el empleo
bujarse casas de tam año considerable en la cima de una amistad superficial los deseos básicos
de una montaña; o puede ocurrir que la casa se de aislamiento.
. encuentre separada del observador por una m ultitud
de detalles irrelevantes: árboles, cercos, animales, Los cercos alrededor de la casa constituyen
un camino, un río, etcétera. una maniobra defensiva. R ecientem ente un
TESTS PROYECTIVOS GRAFICOS 123

niño de ocho años, m uy tímido, dibujó una En el folklore escandinavo los antiguos mi­
casa, en la q u e lo que más se destacaba era tos cuentan la historia d e Ygdrasil, el "árbol
un cerco "para m antener a todos alejados”. de la vida”. En los cuentos alemanes se dice
Era como si intentara asegurarse de que nadie que el árbol tiene sus raíces en las entrañas de
iba a interferir con la escasa seguridad que la tierra, en nuestro pasado primitivo; su tron­
sentía. co en la tierra, entre los mortales; y sus ramas
extendiéndose y alcanzando los cielos, donde
Resumen. — Podríamos decir que el dibujo
habitan dioses que gobiernan a la hum a­
de la casa generalm ente representa alguna de nidad.9
las siguientes entidades fundam entales: a ) la
imagen de uno mismo, con sus elementos co­ El significado simbólico del árbol llega hasta
rrespondientes: área de la fantasía, yo, con­ el siglo xx y se pone de m anifiesto cuando
tacto con la realidad, accesibilidad, predomi­ hablamos del "árbol genealógico”, o en ciertas
nio oral, anal o fálico y b ) la percepción de expresiones: “como se inclina el vastago, así
la situación familiar; pasado, presente y futuro crece el árbol”. Como luego veremos, el in­
deseado, o alguna combinación de los tres. dividuo que en el dibujo del árbol olvida
las ramas, es él que no se “ramifica”, no se
mezcla con los demás ni disfruta con ellos. De
Á rbol este modo los individuos se proyectan durante
el proceso del dibujo de un árbol, ofreciendo
T al como lo señaló Schactel 16 la mente
así un verdadero autorretrato.
adulta, totalm ente m adura y diferenciada has
ta cierto p u n to , es capaz de asum ir en forma Algunas veces los examinados dibujan árbo­
les agitados por el 'v ie n to y quebrados por
voluntaria distintas actitudes en su percepción
y en su experiencia del ambiente. Así como las tormentas, con lo cual en realidad repre­
en un determ inado m om ento se puede ser el sentan el efecto que las presiones ambientales
observador distante, en otro uno puede abrirse han tenido sobre ellos mismos.
receptivam ente a todas las impresiones, y a E n un caso reciente, a rravés del dibujo del
los sentim ientos y placeres que éstas suscitan, árbol se puso muy claramente de manifiesto el sur­
y en un tercero es posible proyectarse en una gimiento inconsciente de la autoimagen. Se trataba
experiencia de empatia con algún objeto del de una mujer que, debajo del árbol, dibujó un
ambiente. canasto que contenía cinco lustrosos frutos. La mu­
Tom em os como ejem plo el acto de m irar un jer tenía cinco hijos, y el dibujo representaba con
árbol: en un m om ento se puede ser el botá­ bastante claridad su orgullo por el rol materno.
nico distante que observa, compara y clasi­ Esta evaluación positiva está en franco contraste
fica lo que ve; en el m om ento siguiente puede con el dibujo del árbol d e una mujer a quien se
uno entregarse al color del follaje y la corteza, examinó para lograr una evaluación clínica en re­
al sonido de las hojas que m urm uran con la lación con u n programa psicoterapéutico para sus
brisa, y a la fresca fragancia que surge des­ dos hijos; uno, u n homosexual manifiesto de veinte
pués de u n chaparrón; y en un tercer m o­ años, y el otro, un chico de once años con una
m ento se puede tratar de sentir dentro de uno, incapacidad para *la lectura de difícil curación. La
kinestésicamente, la solidez o debilidad con m ujer dibujó u n árbol frutal con dos llamativas
que se sostiene y crece el tronco, la calma con manzanas tiradas en el suelo, al lado del árbol.
que se extienden las ramas, o la gracia con que Demostró así el rechazo inconsciente que sentía
se m ueven y entregan al viento. por sus hijos y la evaluación negativa de ella mis­
liem os visto que cuando el examinado di­ ma como madre.
buja un árbol, de entre los recuerdos de los El comentario espontáneo que hizo del dibujo
innum erables árboles que ha visto selecciona ("Estas son dos manzanas podridas que se cayeron
aquél con el que tiene una mayor identifica­ al suelo") trajo, desde su inconsciente hasta un
ción em pática, y en el mom ento de dibujarlo, primer plano, la imagen mencionada.
lo m odifica y recrea de acuerdo con su reac­
ción kinestésica, reacción que se alim enta con "El dibujo del árbol puede captarse intuiti­
sus propios sentim ientos internos. vamente como totalidad; aun sin una investi­
Para los antropólogos no es ninguna nove­ gación de los detalles es posible recibir una
dad que la "visión” que se tiene de un árbol impresión que puede ser de armonía, de in­
posea u n significado personal. En los mitos y quietud, de vacío, de carencia o abundancia;
en el folklore, y hasta en el lenguaje diario, y es también posible recibir una impresión de
el árbol siempre ha simbolizado la vida y el hostilidad. Esto constituye además el primer
crecimiento. estadio del aprendizaje del método. U no de­
124 EMAiNUEL F. HAMMER

bería entregarse pasivamente a los efectos que tiene de sí mismo en el contexto de sus rela­
producen un gran núm ero de dibujos de árbo­ ciones con el ambiente.
les, "contemplarlos", mirarlos sim plem ente, sin B uck- agrega a esto los siguientes postu­
ninguna actitud crítica. D e esta manera el lados: a ) el tronco representa la sensación que
m irar se convierte en ver, se comienzan a re­ la persona tiene acerca de su poder básico y
conocer las diferencias, ya n o parecen todos de su fortaleza interna ( en terminología ana­
los dibujos iguales, y se comienza a conocer lítica, la "fuerza del yo”); b ) la estructura
más íntim am ente a las personas. . . Algunos de las ramas representa la capacidad que se
dibujos perm iten la elaboración de estudios del siente poseer para obtener satisfacciones del
carácter. Otros, sim plem ente constituyen una medio penetrando en un nivel más inconscien­
contribución para el diagnóstico de la perso­ te d.*l área que captan los brazos y las manos
nalidad" (°, página 31). de la persona dibujada); y c ) la organización
C uando K o ch 0 habla de la línea del des­ total del dibujo revela cómo siente el indivi
arrollo del árbol desde abajo hacia arriba, seña­ dúo su equilibrio intrapersonal.
la que a medida q u e el dibujo crece en un Existe un notable paralelo entre los dos
desarrollo que va desde las raíces hasta la copa, primeros postulados de Buck y la experiencia
esc desarrollo es paralelo al desarrollo psíquico que Koch realizó en Suiza: “ El tronco repre­
temporal del exam inado, es decir, a sil historia senta frecuentem ente el área básica del con­
vital psicológica. Observa q u e en la parte in ­ cepto de uno mismo, la fortaleza del y o . . . D e­
ferior del tronco suelen aparecer las huellas be presuponerse que cuando se dibuja un
de las experiencias tem pranas, y en la parte árbol el conocimiento que se posee de la m a­
de arriba las d e aparición más reciente Esto dera conducirá a que todo lo relacionado con
concuerda con la experiencia de Buck :1 según cualidades inherentes a ese m aterial se pro­
la cual cuanto más abajo estén las cicatrices yecten más claram ente en las partes de madera
en el tronco del árbol más precoces han sido que, por ejemplo, en el follaje del árbol. 'Está
las experienciasrtraum atizantes. moldeado en buena m adera'. 'La madera de
Levine y G a la n te r10 investigaron esta hipó­ esa persona es buena’, y expresiones similares
tesis con parapléjicos internados, y compararon son, sin duda, m uy habituales en las personas
la altura del tronco en que aparecían las ci­ de habla germ ana cuando se refieren a la n a tu ­
catrices con la edad en que se había estable­ raleza de las personas." (°, página 15.)
cido el estado paranléjico. El análisis de esta A estos ejemplos tomados del idioma alemán
relación condujo a los investigadores a la con­ ptxlcmos agregar la famosa frase americana
clusión de que .. la hipótesis puede tener "D e tal palo tal astilla." Independientem ente
algún grado de validez en términos de una de Buck, pero de acuerdo con su segundo pos­
amplia aproximación a la época d e la enfer­ tulado, Koch observa que "las partes externas
medad". de la copa, las extremidades, forman la zona
de contacto con el am biente, la zona de rela­
El caso más extremo de cicatrices que he tenido
ción e intercam bio entre lo interno y lo ex­
oportunidad de observar fue el de un niño de doce
terno" (°, página 15).
años. D ibujó una herida destructiva aproximada­
mente en la mitad del tronco del árbol. Gracias a Veremos ahora el significado dinám ico del
un tratam iento psicoterapéutico llevado a cabo con tratam iento de detalles en el árbol:
ulterioridad se supo que cuandu el paciente tenía Tronco. — E n apoyo de la hipótesis que
cinco años había perdido a su madre, y que incons­ considera al tronco como un índice de la for­
cientemente lo había sentido como un abandono taleza básica de la personalidad, se ha obser­
que le dejó una profunda herida. vado que si las líneas periféricas de éste están
El joven estaba secretamente enojado con la ma­ reforzadas revelan la necesidad del indi­
dre por haberlo desamparado. Al mismo tiempo viduo de m antener la integridad de su perso
creía que él había sido muy malo porque si no, la nalidad. El reforzamiento es una defensa com­
madre no lo hubiese dejado. Esta sensación de un pensatoria para encubrir y com batir el temor
mundo doloroso surgía con toda claridad en el árbol de la difusión y la desintegración de la per­
que, en última instancia, era un autorretrato. sonalidad. El individuo in te n ta evitarlas con
todos los recursos a su alcance.
El árbol, una cosa viviente o que en algún C uando, por el contrario, para dibujar el
mom ento vivió en u n m edio elem ental (lluvia, tronco se utilizan líneas débiles, esbozadas o
viento, nieve, torm entas, calor o sol) es el más punteadas que no aparecen e n ninguna otra
apto de los tres conceptos gráficos del I I T P parte del dibujo, se trata de un estadio más
para transm itir la imagen que el individuo avanzado del tem or por el colapso de la per­
TESTS PROYECTIVOS GRAFICOS 125

sonalidad o de una pérdida de la identidad; ciones de inadaptación, suelen utilizar como


en este estadio no se tiene ya la esperanza línea de base para sus dibujos el borde infe­
de que las defensas compensatorias detengan rior del papel. Se apoyan en esta parte de la
el derrum be inm inente. E n estos casos existe página como si esto representara para ellos
invariablem ente u n a aguda ansiedad. una seguridad compensatoria. Es probable que
Los pacientes que en el tronco del árbol di­ los pacientes depresivos, que por lo general
bujan agujeros y animales m irando desde és­ emplazan sus dibujos en la sección inferior
tos, pueden ser individuos qué: a ) interna­ de la hoja, lleguen en ocasiones tam bién hasta
m ente sienten que u n segmento de su per­ el borde. Para la interpretación diferencial
sonalidad está fuera de control (disociado) y entre ambas posibilidades es preciso tener en
que es potencialm ente destructivo (e l caso más cuenta que los depresivos utilizan líneas dé­
frecuente es el de las personas abrum adas por biles como expresión del debilitam iento depre­
sentim ientos de culpa obsesiva)- o b ) se iden­ sivo de la energía y el im pulso, y que en
tifican prim ariam ente con el anim al que se en ­ general como árbol favorito eligen el sauce
cuentra dentro del tronco, en lugar de hacerlo llorón.
con el árbol, y de éste modo revelan sus Ramas. — Las ramas representan los recur­
anhelos regresivos por una existencia uterina sos que el individuo siente poseer para obte­
retirada, cálida y protegida. D e acuerdo con ner satisfacciones del medio, para extenderse
mi experiencia la identificación con el árbol h a d a los demás y para “ramificarse" en logros
es más frecuente en individuo« adultos y la acertados. Las ramas del árbol, con respecto
identificación con el anim al q u e se encuentra al concepto que el individuo tiene de sí mis­
dentro del árbol, es más com ún en los niños. mo, constituyen un símil más inconsciente de
Pero la guía más segura para la interpretación los brazos en el dibujo de la persona. Joyce
diferencial es el interrogatorio posterior al Kilmer, en su obra épica, pulsó como poeta
dibujo, los otros datos proyectivos que se p o ­ las cuerdas del simbolismo al expresar la si­
sean y la historia clínica, pues con frecuencia guiente analogía: un árbol q u e “extiende sus
se da u n a superposición de ambos grupos de frondosos brazos para rezar".
edad en cuanto a la figura de identificación, Algunos individuos in te n tan en ocasiones
sea en adultos inm aduros o en niños obse­ enmascarar con u n optimismo superficial y
sivos o fóbicos (co n un gran potencial para compensatorio sus sentim ientos más profun­
la disociación). dos de incapacidad para obtener satisfacciones.
Raíces. — La excesiva preocupación por el Es probable que en estos casos dibujen per­
contacto con la realidad, se expresa en la sonas con brazos muy largos, extendidos fuera
exageración con q u e se destacan las raíces del del cuerpo en una valiente actitud. Pero fi­
árbol, ya que éstas tienen como función el nalm ente se delatarán en el árbol, el que pro­
contacto con el suelo. R ecientem ente, un pa­ bablem ente tendrá las ramas tronchadas. Esto
ciente dibujó raíces tipo garra (raíces que se revelará que, en realidad, el paciente n o tiene
esforzaban por “agarrarse’ al suelo). Al poco verdaderas esperanzas de éxito.
tiem po sufrió u n derrum be psicòtico manifies­ Las ramas altas y angostas, q u e se extienden
to y debió ser internado. C u an d o se le adm i­ hacia arriba y apenas hacia los costados son
nistró el H T P , dos semanas antes del derrum - típicas de los dibujos de personas que tem en
bs psicòtico, el m odo en que las raíces de su buscar satisfacciones del am biente y en el am ­
dibujo se agarraban a la tierra ya revelaba el biente, y que por lo tanto se refugian, más
contacto hipervigilante del paciente con la de lo necesario, en la fantasía (arriba, hacia
realidad y el tem or pánico a perderlo. el tope de la h o ja) para obtener una gratifi­
Las raíces que se ven a través de la tierra cación sustitutiva. Los individuos que más
transparente constituyen u n indicio directo com únm ente realizan este tipo de ramas son
de u n deterioro en el criterio de realidad del los que se encuentran en la línea que va des­
de la introversión hasta la esquizoidia.
paciente. Si se tTata de una persona con una
inteligencia media o superior, y que se en ­ D istinto es el caso en q u e las ramas se
cuentra en la edad adolescente o adulta, este extienden lateralm ente hacia afuera, h a d a el
ucterioro del criterio de realidad debe consi­ am biente, y tam bién hacia arriba, h a d a el
derarse como un indicio de la posibilidad, pero área de la fantasía: aquí se advierte un mayor
sólo de la posibilidad, de q u e existan otros in ­ equilibrio.
dicios de u n proceso esquizofrénico. Algunas personas acentúan tanto la exten­
sión de las ramas hacia arriba, que el extremo
Arbol con base en el borde del papel. — Los del árbol sobrepasa el borde superior de la
individuos inseguros, q u e padecen de sensa­ página. Esto constituye un ejem plo extremo
126 EMANUEL F. HAMMER

de inmersión en la fantasía. Si bien los in ­ La flexibilidad de la estructura de las ra­


trovertidos y esquizoides exageran la extensión mas, organizadas de tal modo que van desde
de las ramas hacia arriba, cuando éstas se ex­ lo más grueso hasta lo más fino en dirección
tienden más allá del borde superior de la p á­ próximo-distal, constituye un dato favorable e
gina se debe considerar posible la existencia indica una gran habilidad por parte del exa­
de un franco estado esquizofrénico, m anifiesto minado para obtener satisfacciones de su am ­
o en desarrollo. Y más aú n si el tronco es biente. Esto es así siempre que el tamaño
el que sobrepasa el borde mencionado. de las ramas guarde relación con el del tronco.
Las ramas tipo garrote o tipo lanza con afi­
ladas puntas en los extremos o con pinches
como púas, señalan la presencia de intensos
impulsos hostiles y agresivos. Si la conducta
m anifiesta indica que la persona no actúa
según dichos impulsos sino que, por el contra­
rio, es bastante apacible y dócil, podemos ase­
gurar que se trata de u n ajuste superficial,
logrado a expensas de esfuerzos represores m a­
sivos que se acom pañan de una tensión in ­
terna considerable. En estos casos el psicólogo
debería analizar detalladam ente los dibujos
con el fin de encontrar índices de descontrol
q ue perm itan evaluar la posibilidad de actua­
ciones incipientes de dichos impulsos.
La excesiva acentuación de los índices de
control puede indicar posibles irrupciones im­
pulsivas en la conducta manifiesta, pues el
individuo puede estar al borde del agotam ien­
to d£ su potencia] defensivo.
Las ramas bidimensionales y abiertas en el
F IG U R A Q
extremo distal revelan un escaso control sobre
l AM INA JL la exprosión de los impulsos (véase figura 7 ).
U n esquizofrénico deteriorado, con la intui­
Por el contrario, algunos examinados acha­ tiva sensibilidad de los enfermos cuyos proce­
tan abruptam ente la p arte superior del follaje sos inconscientes han invadido la conciencia
o copa, como si intentaran negar o rechazar comentó justam ente en relación con el dibujo
totalm ente el área de la fantasía. Reciente­ de un árbol con las ramas abiertas en el ex­
mente esto se observó en el caso de un pa­ trem o: “Este es mi retrato, sin control sobre
ciente que sentía pánico ante sus fantasías lo que sale de mí, sobre las cosas que hago.”
homosexuales, y de otro que intentaba negar Las ramas que más que ramas parecen penes
la percepción de la dolorosa culpa que le son típicas de personas con preocupaciones
traían sus fantasías de m atar a su herm ano sexuales y /o que luchan por la búsqueda de
menor. Estos dos pacientes buscaban repri­ la virilidad.
mir las fantasías, y negar los contenidos am e­ Las rama9 rotas y cortadas expresan la sen­
nazantes que se les im ponían. sación que tiene el exam inado de estar trau­
Las ramas unidim ensionales que no forman m atizado y de no constituir una unidad in ­
estructura y están inadecuadam ente ligadas a terna completa. Se trata de sentim ientos de
un tronco unidim ensional (segm entación) su­ “castración1 que en u n nivel psicosocial p u e­
gieren la posibilidad de síntomas de organi- den darse bajo la forma de sentim ientos de in ­
cidad (véase figura 6 ). A unque los matices adaptación, inutilidad y extrema pasividad y
del resto de los dibujos y de las demás téc­ en un nivel psicosexual, de sentim ientos que
nicas proyectivas así como la historia del caso pueden variar desde la sensación de falta de
y los datos neurológicos sugieren o n o orga- virilidad hasta la impotencia.
nicidad, este tipo de árbol siempre transm ite Si el tronco está trunco, y desde el cabo
una sensación de im potencia y de futilidad, crecen pequeñas ramas, la persona siente que
de falta de fuerza del yo y de u n a pobre in te­ el núcleo del yo está dañado. Sólo dos veces
gración de los recursos para la búsqueda de he visto este tipo de dibujo y e n ambos casos
satisfacciones, todo lo cual contribuye a crear se trataba de niños que habían comenzado
u n cuadro gráfico de inadaptación. u n tratam iento psicoterapéutico.
TESTS PROYECTIVOS GRAFICOS 127

Este tipo de árboles representaba una de­ tiempo, dibujó un árbol de este tipo. Sus senti­
tención en el crecimiento emocional, y los mientos de frustración sexual y emocional apare­
primeros esfuerzos, au n q u e débiles, por volver cieron también en los protocolos del RorschBch y
a crecer, esfuerzos estimulados quizá por la del T A T .
fase inicial del tratam iento.*
B u c k 8* relata una experiencia similar: a un Algunas veces, especialmente en dibujos de
paciente neurótico que estaba pasando por niños, las ramas se extienden hacia el sol. Esto
un difícil climaterio, se le recetó testosterona. es común en los dibujos de jóvenes con una
Después de esto le agregó al tronco largo y fuerte necesidad de afecto frustrada. El árbol
sin ramas que había dibujado, pequeñas ra­ extiende sus ramas buscando el calor de algu­
mas unidim ensionales que parecían de encaje. na figura autoritaria significativa (e n este
C uando las ramas, en lugar de dirigirse caso, representada por el sol) de la que el
hacia el am biente, lo hacen centrípetam ente, exam inado está necesitado.
hacia el árbol, estamos frente a casos de ego­ Es posible que un niño dibuje un árbol
centrismo con fuertes tendencias a la intro­ que se inclina para alejarse de un gran sol que
versión. Este tipo de árbol por el momento está a corta distancia de él. Esto es frecuente
sólo se ha observado en obsesivo-compulsivos. en individuos que intentan apartarse de la
dominación de alguna figura parental o de
Las ramas m uy grandes en u n tronco rela­
cualquier tipo de autoridad, porque se sienten
tivamente pequeño, revelan una exagerada
dolorosamente controlados, sojuzgados y, en
/preocupación por la búsqueda de satisfaccio
consecuencia, inadaptados.
f nes. H ace m uy poco h e tenido oportunidad
A ntes de term inar con esta sección, merece
/ de observarlo cuando le adm inistraba los tests
mencionarse un tipo de ramas que se da rara­
a una persona, u n día de la sem ana por la
m ente pero que posee un significado simbó­
noche.
lico m uy claro: se trata de ramas secundarias
El protocolo proyectivo del paciente era extenso que se dibujan como espigas y que se insertan
y rico, y antes de finalizar con toda la batería ya en las ramas primarias. Las puntas de las ra­
era medianoche. El paciente pidió permiso para te­ mas secundarias, en lugar de encontrarse en
lefonear a su esposa, y le ofrecí mis disculpas para el extremo dista], se encuentran en el punto
que las agregara a las suyas por llegar tan tarde a de contacto con el tronco del árbol o con las
su casa. O í con sorpresa <juc le telefoneaba para ramas de las cuales crecen. Estas pequeñas
decidir si 8 la una de la mañana se encontraban ramas parecen enterrarse en las ramas más
en el Club de la cigüeña o en el Club veinticinco grandes en lugar de crecer de ellas.
para comenzar la velada. Cuando le pregunté a qué Seguram ente el lector ya ha anticipado la
hora comenzaban sus citas comerciales al día si­ interpretación correspondiente: se trata de
guí cote respondió, con m ucha naturalidad: "A las tendencias masoquistas.
nueve." Su imperiosa búsqueda de placer como
Recuerdo un dibujo de este tipo. En una oca­
intento de aplacar o, por lo menos, enmascarar la
sión la mujer que lo hizo se quejó de las incomo­
voz interna de la duda con respecto a su importan­
didades que le acarreaban las cañerías de la cocina,
cia como persona, apoyaba la interpretación (exa­
pues tenían u n desperfecto, y había tenido que
gerado énfasis en la búsqueda de satisfacciones)
llamar al plomero muchísimas veces en el plazo
que surgía de la estructura desequilibrada de las
de pocos días. "Si tengo que llamarlo una vez
ramas.
m ás-. . (y el autor esperaba oír que la frase con­
cluyera con alguna expresión de rabia, dirigida
El extrem o opuesto, es decir, la estructura extrapunitivamente, como por ejemplo pegarle al
de las ramos m uy pequeña, y el tronco exce­ plomero en la cabeza con el palo de la co c in a )..
sivamente grande, indica que el paciente ex­ M e arranco el pelo." Esta orientación intropunitiva
perim enta frustraciones debido a su incapa­ de la agresión concordaba con la orientación maso-
cidad para satisfacer imperiosas necesidades quista que sugerían las ramas del dibujo.
básicas.
U na m ujer reciVn casada de veintidós años, E ntre la tendencia intropunitiva y la extra-
cuyo marido había sido reclutado hacía muy poco punitiva, se encuentran individuos predom i­
nantem ente impunitivos. Esto se aprecia en el
* U no de estos pacientes interrum pió el tra­ dibujo del árbol, porque estas personas suelen
tamiento cuando se m udó a otra ciudad, pero el otro envolver los extremos de las ramas con circuios
al concluir su terapia dibujó u n árbol cubierto de como nubes. La aspereza de las ramas está
frutos que expresaba su renovada sensación de
capacidad y de optimismo con respecto al creci­ am ortiguada por una almohadilla de algodón.
miento futuro. Son personas cuya agresión no se descarga
128 EMANUEL F. HAMMER

ni interna ni externam ente, pues la inhibición hom bre identificado con una figura parental
lo impide. A m enudo acom pañan a este "tra­ que amenaza al árbol con la total destrucción
tam iento im punitivo de las ramas”, maneras a hachazos.
agradables y u n suave modo de hablar. Hem os observado que las m ujeres em bara­
D e un modo general podemos decir que zadas dibujan con notable frecuencia árboles
la impresión global de las ramas se correla­ frutales, y que los pacientes depresivos m ues­
ciona con una amplia visión de la personali­ tran una llamativa preferencia por los sauces
dad del individuo. Sea que las ramas o el llorones. A m enudo los niños dibujan m an­
follaje transm itan una impresión de vida, de zanos; para ser exactos, con una frecuencia del
anim ación y suavidad, que posean contor­ 35 por ciento a la edad del jardín de infantes,
nos angulosos, duros y firmes, o bien que del 9 por ciento alrededor de los 10 años, y
estén dibujadas espasmódieamente, con irrita­ casi nada cuando llegan a los 14 años.® P a­
ción, ansiedad e inseguridad, en todos los recería que los niños se identifican con el
casos la hoja de dibujo hace las veces de tela fruto, m ientras que el árbol representa a la
donde el individuo esboza el estilo más per­ figura materna; tal como hem os visto; los n i­
durable de su personalidad. ños que se sienten rechazados dibujan la m an ­
zana a punto de caer del árbol o ya despren­
Arbol tipo "cerradura0. — Por parecerse a
dida de él.
una cerradura, se llam a así al árbol cuyo tron­
co y follaje están dibujados con u n a línea con­ Edad adscrivta al árbol. — C u an d o u n adul­
tinua, sin n inguna separación entre la copa to, en lugar de un árbol com pletam ente des­
y el tronco. arrollado dibuja un pequeño retoño manifiesta
Se trata d e u n espacio blanco encerrado, con claridad sus sentim ientos de inm adurez.
sin n in g u n a relevancia. Lo mismo que la res­ Pero de todos modos para obtener u n índice
puesta de espacio blanco‘ en el Rorschach, es más exacto del nivel evolutivo que el árbol
característico de individuos oposicionistas y parece transm itir al finalizar la tarea el exa­
negativistas. C u an d o el exam inado dibuja este m inado es interrogado en relación con la edad
tipo de árbol, obedece la consigna del exam i­ del árbol que dibujó. D e acuerdo con nuestra
nador, pero sólo en parte. Son personas que experiencia la edad proyectada se vincula con
sin negarse totalm ente a d ibujar hacen lo me­ el nivel psicosociosexual que el examinado
nos posible. siente poseer. Esto se confirmó m ediante un
estudio experim ental que dirigí.6
Arbol "d is o c ia d o — El nom bre de esta res­
Los sujetos del experim ento fueron sesenta
puesta gráfica se debe a que las líneas laterales
y cuatro delincuentes sexuales de la prisión
del tronco n o se conectan en tre ellas; se ex­
de Sing Sing, de los cuales la m itad estaban
tienden hacia arriba, form ando cada una su
convictos por el delito de violación de una
propia ram a de estructura independiente (v é a ­
m ujer adulta, y la otra mitad, por el de actua­
se figura 8 ). D a la impresión de u n árbol
ciones sexuales con una niña (p ed o filia). Los
disociado o dividido verticalm ente por la m i­
violadores servían como grupo de contraste
tad. E n realidad parecen dos árboles u n id i­
con los pedofílicos en relación con factores
mensionales, u n o al lado del otro. Estos árboles
tales como la experiencia de la detención, el
indican la existencia de una ruptura de la
juicio y el encarcelam iento por un delito se­
personalidad, una disociación de sus compo­
xual así como por vivir en un am biente de
nentes fundam entales, u n derrum be de las
prisión más o menos com ún en la época en
defensas y el peligro de que los impulsos in ­
que se realizó el estudio.
ternos se vuelquen en el am biente. Si en el
H T P existe algún signo que pueda considerar­ La investigación c lín ic a 8 ha demostrado
se patognomónico de la esquizofrenia, ese sig­ que los pedofílicos son personas que se sienten
no es éste. T a n to Koch,® (p ág in a 8 0 ) como sicosexualmente inmaduras. Están fijadas, o
B u ck 3 consideraron q u e el árbol dividido era an regresado a un nivel infantil. D e acuerdo
un índice de esquizofrenia. con los estudios normativos, en ese nivel los
impulsos sexuales se expresan bajo la forma
T em a . — H ay temas que se explican por sí de la m anipulación sexual y del m utuo tocarse
mismos: n o se necesita aclarar el sentido de y verse. Las actividades sexuales de la gran
condena que implica u n árbol con u n halcón mayoría de los pedofílicos se lim itan a esas
revoloteando sobre su copa, o el sentido de formas. D ebido a su inm adurez, para satisfa­
degradación que revela u n árbol orinado por cer sus necesidades sexuales, el pcdofílico bus­
un perro, o el sentim iento de inm inente m u ti­ ca objetos sexuales inm aduros de la edad a la
lación corporal que transm ite el dibujo de u n que él mismo se siente psicosexualmente adap­
TESTS PROYECT1VOS GRAFICOS 129

tado. En su juego sexual intenta elegir, por Si en el interrogatorio posterior al dibujo


decirlo así, otro n iñ o como compañero. el paciente afirma que el árbol está m uerto,
E n consecuencia, si consideramos cierto el debemos averiguar si para él la m uerte fue
supuesto de que el violador se relaciona con causada por algo externo o por algo interno.
adultos y el pedofílico lo hace con niños por­ Si el paciente afirma que lo que causó la
que psicosexualmentc se siente más inm adu­ m uerte del árbol son cosas tales como pará­
ro qu e aquél, una comparación entre las edades sitos, el viento, agentes naturales, rayos, etcé­
adscriptas a los árboles por ambos grupos nos tera, está responsabilizando al am biente ex­
perm itirá investigar la validez de la hipótesis terno de sus dificultades. Por lo general estos
de B u c k 8 q u e se refiere a la edad adscripta pacientes padecen de agudos sentimientos de
al árbol como u n reflejo del nivel de m adurez traumatización. Si por el contrario afirman
psicosextwl q u e el sujeto siente poseer. que lo que provocó la m u en e fue algo interno,
como por ejem plo que las raíces, el tronco o
Los resultados fueron altam ente significati­
las ramas estaban podridos, se trata de indivi­
vos en la dirección predicha. La media de la
duos que consideran a su propia persona como
edad adscripta por los violadores fue de 24,4
nociva e inaceptable. H e observado que en
años, m ientras que la adscripta por los pedofí-
general existe una patología y una culpa m u­
licos fue de 10,6 años. La edad adscripta al
cho más intensas en aquellos pacientes que
árbol diferencia a los pedofílicos de los viola­
perciben al árbol pudriéndose desde adentro
dores en u n nivel de confiabilidad del uno
oue en aquellos que consideran que su m uerte
por ciento, y sirve para confirm ar la hipótesis
rué causada por agentes externos. Si todas las
de Buck.
dem ás variables se m antienen iguales, el pro­
Arbol m uerto. — U n a de las preguntas del nóstico es generalm ente mejor cuando se atri­
interrogatorio posterior al dibujo se refiere a buye a agentes externos.
lo q u e e l'in d iv id u o siente en relación con la C uando el examinado percibe al árbol co­
calidad de vida o m uerte del árbol. Los exa­ mo "muerto” se le debe preguntar cuánto tiem ­
minados q u e a la pregunta “¿Ese árbol está po hace que ha m uerto. Se ha comprobado
vivo?” responden q u e no, que el árbol es­ que el tiem po transcurrido desde la m uerte del
tá m uerto, deben considerarse como pacientes árbol puede indicar la duración de los senti­
con u n mal ajuste. Esta respuesta prevalece mientos de desajuste e incapacidad del exa­
en los esquizofrénicos, deprim idos y neuróticos m inado o del sentim iento masivo de inutilidad
graves q u e h an perdido la esperanza d e lograr o de pérdida de la esperanza, según sea el
una adaptación adecuada. Es decir, q u e estos caso.
com entarios poseen u n significado negativo Para finalizar esta sección dedicada al árbol
desde el p u n to de vista pronóstico, lo mismo quizá sea necesario hacer una advertencia:
que cualquier otro signo que sugiera senti­ "Se debe tener en cuenta que no siempre es
mientos d e inutilidad. E n otro estudio sobre posible estar seguro, sobre la base del dibujo
delincuentes sexuales7 comprobé q u e existía solamente, acerca de cuál de los posibles sig­
una progresión desde los sujetos violadores a nificados es el conecto para cada caso indivi­
los pedofílicos heterosexuales y de éstos a los dual. Algunos significados son siempre co­
pedofílicos y homosexuales con respecto a la rrectos como formulaciones generales; otros,
frecuencia con que veían árboles "muertos”, por el contrario, deben considerarse como in ­
lo cual concuerda con el aum ento de distancia dicaciones provisionales para poder descubrir
respecto del objeto sexual apropiado. luego el significado más exacto en u n examen
Por u n a parte estos datos confirm an el he­ completo ae los resultados del interrogatorio,
cho de q u e las personas más enferm as psico­ de la observación, de los resultados del test,
lógicam ente son las que consideran al árbol etcétera”. (®, página 33).
“m uerto” y por otra, perm iten considerar a
los pedofílicos homosexuales (q u ien es se des­
Persona
vían de la norm a tanto en la edad como en
el sexo de la pareja elegida) como el subgrupo La persona constituye el concepto del H T P
más enfe.-mo de entre los delincuentes sexua­ que con mayor frecuencia se realiza en forma
les estudiados. El aum ento de distancia con incompleta o se rechaza totalm ente, pues como
respecto al objeto sexual apropiado es paralelo au to n etrato es el que está más "cerca de uno
al aum ento de posibilidad d e q u e exista una mismo”. D ebido justam ente a esta dificultad
grave psicopatología. D el mismo modo la apa­ puede determ inar que en el examinado surja
rición de árboles m uertos en el H T P sugiere el tem or al fracaso, especialmente en aquellos
la posible existencia de u n a grave patología. individuos que sienten que el test "no les va
130 EMANUEL F. HAMMER

a salir bien”. Por esta razón durante el dibujo aprendiese''. Mientras su madre estaba en el tra­
de las personas es cuando más a m enudo se bajo lo castigaba el hermano. Todo esto determinó
necesita el apoyo del examinador. en el un autoconcepto inconsciente de “muñeco de
Con respecto al tema, el dibujo de la per­ Fútbol", cuya única función es recibir castigos
sona puede motivar tres tipos de temas: el Cvéase capitulo 2).
autorretrato, el ideal del yo, y la representa­ En otro caso, el aulodesprecio de un paciente
ción de personas significativas para el sujeto se manifestaba en el dibujo de “un hombre pidien­
(padres, hermanos, etcétera). do limosna". Su sensación de inutilidad con res­
a) U n autorretrato que revela lo que el pecto a su adecuación al rol masculino se revelaba
individuo siente ser. Con frecuencia en el d i­ en el dibujo que consistía en un hombre con una
bujo de la persona se reproducen con exacti­ vestimenta demasiado grande para él; las ropas caían
tud los contornos corporales (obesos o delga­ desde sus hombros y su cuerpo no las llenaba.
dos), las áreas fisiológicas, como por ejemplo
una nariz ganchuda u orejas grandes, etcétera. Otros ejemplos so n : la persona agresiva tipo
Los pacientes con un C1 medio o inferior, simio que dibujó un delincuente sexual; la
por lo general reproducen sus propios rasgos persona tam baleante, perdiendo el equilibrio
corporales en el efibujo de la persona como si de un preesquizofrénico; las ropas de maniquí
se estuviesen m irando en un espejo. Es decir, que sugieren sentim ientos de despersonaliza­
si el individuo tiene la m ano derecha torcida ción; el dibujo que realizó un adolescente
reproJuce esta condición en la m ano izquierda de una persona con un palo de béisbol en
de lá persona que dibuja. Por el contrario, la una mano, una raqueta de tenis en la otra, y
capacidad abstracta perm ite la representación con bigotes, todos estos signos de virilidad
en imagen no especular (e s decir q u e el lado revelan sentimientos subyacentes de inadecua­
derecho del entrevistado esté representado en ción en dicha área, la m ujer exhibicionista que
el lado derecho de la persona del d ib u jo ). Ra­ se ingenió para que la m ujer del dibujo pu­
ra vez se encuentra en sujetos que no tengan diese exhibirse con la excusa de que una fuerte
un alto cociente intelectual. ráfaga de viento le levantaba la pollera por
Se ha observado que las^ enferm edades fi­ encima de la cabeza; el dibujo de un payaso
siológicas y las incapacidades físicas se repro­ como fusión de los intentos del examinado
ducen en el dibujo de la persona sólo cuando por representar la innocuidad de sus impulsos
han influido en el concepto q u e el examinado instintivos con el uso secundario de este con­
tiene de sí mismo, creando en consecuencia cepto como maniobra para llamar la atención;
un área de sensibilidad psicológica. la reducción de la energía que sugiere el di­
Adem ás de defectos físicos tam bién se pro­ bujo de una persona sentada en un sillón en
yectan las cualidades físicas: am plitud de lugar de estar parada sobre sus pies (como
hombros, desarrollo muscular, aspecto general. estadísticamente es la norm a), y la necesidad
T an to es así que aun los individuos con in ­ de calor emocional y de seguridad que implica
capacidad artística dibujan personas que se el ubicar a la figura en un sillón frente a una
les parecen mucho. chim enea dibujada con m ucho detalle; el nar­
E n el dibujo de las personas, además del cisismo que revela el dibujo de una m ujer
yo físico se proyecta una imagen del yo psi­ que con una m ano se acaricia el cabello mien
cológico. Por ello es posible que individuos tras baila sola al son de la música (confirm ado
con una altura normal o superior a la normal por la respuesta al Rorschach: “Anim al mi
dibujen figuras pequeñas con los brazos col­ rando su reflejo en el agua”) , y el dibujo
gando con desgano, a los costados y con una paranoide de un hombre con el cuerpo de
expresión im plorante en el rostro. E n este caso perfil y rígidam ente erecto, con lo cual ma­
proyectan una imagen psicológica de sí mis­ nifiesta su rechazo a enfrentar la realidad y
mos: pequeña, insignificante, inútil, depen­ su rígida falta de adaptación. Todos estos
diente, y con gran necesidad de apoyo emo­ temas fundam entan la tesis de que el dibujo
cional a pesar del yo físico que poseen. de la Persona puede representar un autorre­
U n hombre adulto siempre coniplaciente, que trato psicológico.
vivía con sus padres y estaba controlado por una b) U n ideal del yo en lugar de un retrato
madre calculadora dibujó u n títere. de lo que el sujeto siente que es.
U n niño de nueve años dibujó un "muñeco de U n hombre delgado, casi frágil, intensamente
fútbol”. El visitador social informó que al niño paranoide dibujó u n boxeador cuyos hombros te­
se lo castigaba con frecuencia privándolo de comida nían las dimensiones de los de un Hércules.
y azotándolo con un rebenque de siete lonjas. C uan­ U na joven soltera embarazada, que sentía terri­
do se orinaba lo sumergían en agua fría "para que ble vergüenza por la dimensión de su vientre, tan
TESTS PROYECTIVOS GRAFICOS 131

reveladora de su estado, dibujó una bailarina flexi­ C on respecto a los pacientes obesos que re­
ble, ágil y delgada, girando libre de todo peso. curren a la terapia be comprobado que los
que se siguen adhiriendo a su ideal del yo
C on frecuencia los adolescentes dibujan (es decir que dibujan una persona delgada
musculosos atletas en trajes de baño, y las en lugar de una obesa) tienen u n pronóstico
adolescentes, actrices d e cine con vestidos de considerablem ente mejor.
fiesta, es decir estados ideales q u e los adoles­ c) Representación de una persona signifi­
centes añoran. cativa para el sujeto en su am biente contem ­

■ - ■■ — - ——
ADULTO IMBECIL

ADULTO MORON

ADULTO FRONTERIZO

ADULTO LENTO PROM EDIO

L á m in a I H
132 EMANUEL F. HAMMER

L à m in a IH (Continuación)

poráneo o pasado, sea por una valencia posi­ incorporar a su autoconcepto.* Por esta razón
tiva o por una negativa. La transposición a el tipo de percepción de la figura m aterna o
la hoja de papel de la percepción q u e el in d i­ paterna que el niño manifiesta en sus dibujos
viduo tiene de las figuras significativas del constituye un dato profètico, pues predice los
medio, en' contraste con la de la percepción rasgos que años después un retest gráfico de­
de uno misino,* se da más en los dibujos de mostrará que el niño ha incorporado.
niños q u e en los de adolescentes o adultos.
U n niño de 8 años, enviado para ser examinado
Por lo general la persona q u e dibuja es una
figura parcntal. E l hecho de que la represen­ por ser excesivamente pcndencieru con sus compa­
tación de la figura parcntal se dé con mayor ñeras de clase, dibujó u n hombre amenazante desde
frecuencia en los dibujos de niños q u e en los todo punto de vista: se le veían los dientes afi­
de adultos probablem ente obedece a la mayor lados, en una mano tenía u n garrote y los dedos
im portancia q u e los padres poseen en la vida de la otra eran muy poco convencionales: consti­
del niño, a la necesidad q u e tiene el n iñ o de tuían una clara representación de algo parecido a
poseer un modelo con el que identificarse e
* Los adultos que dibujan figuras parentales ñor
• En ocasiones, ambas posibilidades se dan si­ lo general se encuentran “manejados por el pasado"
m ultáneam ente en el mismo dibujo transmi tiendo y nunca han logrado una total independencia del
una imagen fusionada del yo y de los otros. control parental.
TESTS PROYECTIVOS GRAFICOS 133

los extremos de una tijera, un arma que podía cortar Antes de concluir este capítulo considera­
y dañar partes vitales del paciente. La investigación remos el conjunto de dibujos d e la Lám ina 111
sobre el padre que realizó el visitador social, reveló tomada de uno de los m anuales de Buck.3
que éste era un déspota en todos los aspectos, un C onstituyen una m uestra de dibujos de suje­
hombre cruel, punitivo y dominante. Las actitudes tos “normales”. Los dibujos pertenecen a su­
pendencieras del paciente sugerían que se estaba jetos adultos de distintos niveles intelectuales,
defendiendo contra la amenaza del padre investido desde "imbécil" a “superior”. E n algunos de
de destrucción a través del mecanismo universal de los dibujos podríamos señalar elem entos neu­
la incorporación. róticos secundarios: las m últiples chimeneas,
En una comprensible maniobra autoprotcctora, se el sombreado ansioso del árbol del nivel “adul­
cubría con el manto del enemigo para ponerse fuera to medio", y la figura sentada que sugiere
del alcance del daño. Se convirtió en el que inti­ cierta dism inución de la vitalidad con el agre­
mida en lugar del intimidado. El proceso de incor­ gado de la pipa de u n m odo compensatorio.
poración se convirtió en el puente a través del cual En conjunto los dibujos representan el funcio­
el examinado trató de obtener seguridad comparativa. nam iento de la personalidad e n los diferentes
niveles intelectuales. P ueden servir como mar­
D e este modo, los dibujos proyectivos tien ­ co de referencia aproximativo, a partir del cual
den a poner de m anifiesto el yo sentido, el juzgar los tratam ientos gráficos desviados.
ideal del yo, y — nos tienta decirlo— el yo Los dibujos proyectivos de la casa, el árbol
futuro (excepto en los casos en que se dé Ja y la persona, las respuestas verbales al inte­
intervención d e tratam ientos psicoterapéuticos rrogatorio posterior al dibujo, la repetición de
o de cambios significativos en la situación am ­ los dibujos con crayones (véase el capítulo
bien tal). sobre el H T P crom ático) y las respuestas al
interrogatorio correspondiente, ju n to con las
Al llegar a este punto, recomendamos la
indicaciones que ofrecen otros tests y los datos
lectura del capítulo 4 sobre el dibujo de la fi­
biográficos orientadores, todo esto ofrece un
gura hum ana, de Sidney Levy, donde se trata
co njunto de información que perm ite estimar,
el significado que poseen los distintos elem en­
por lo m enos aproxim adam ente y a veces de
tos en el dibujo de una p e rs o n a /
u n modo más específico, las áreas conflictivas
del exam inado y el tipo y la adecuación de
* C uando recibí el capítulo de Levy observé
que existía una concordancia tan estrecha y un sus operaciones adaptativas. D entro del marco
acuerdo tan congruente entre ambos con respecto a de referencia q u e constituye u n análisis psi­
los distintos items gráficos que, en interés de la cológico individual del m oda total en que
economía de espacio, suprimí la sección que me funciona una persona, los dibujos proyectivos
correspondía. La confirmación independiente del
área de superposición de dos enfoques proycctivos ayudan al psicólogo a apartar las cortinas que
gráficos, en diferentes áreas geográficas, resulta es­ cubren las ventanas de la personalidad interna
tim ulante y tranquilizadora. del examinado.

R EFER EN C IA S

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