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necesario ubicar como eslabón para que este encadenamiento lógico forme parte de nuestros
argumentos para los intercambios teóricos que luego hagamos al respecto: quiero partir del
significante como causa para llegar a cierta concepción del sujeto y del objeto, que -como les
leía al principio- se trata del sujeto del significante y de la teoría del objeto a necesaria para
una integración correcta de la función de la causa, [au regard du sujet du savoir et de la vérité]
en cuanto al sujeto del Saber y de la Verdad .
– Respecto del Sujeto: el sujeto es efecto de las dos operaciones de causación de la estructura
o estructura significante: en la alienación el sujeto adviene como sujeto dividido entre dos
stes, lo que le produce un efecto letal y falta en ser. Es rescatado de ese efecto letal en la
operación de separación, donde se articulan las dos FALTAS: la falta del sujeto en tanto
dividido entre dos significantes y la del A barrado u orden simbólico incompleto, quedando el
sujeto tomado por la falta del A (luego veremos que –en Neurosis- en tanto objeto del d del A).
- Esta inscripción de la falta vía el S(/A) tiene como consecuencia la extracción del objeto a, es
decir la marca de esa falta estructural del A para cada sujeto. La extracción del objeto a es la
marca particular de la inscripción de la falta en el A (/A).
- OBJ a es la falta del objeto estructural, el objeto está perdido estructuralmente, es el objeto
imposible, causa perdida, es el objeto en tanto extraído, bajo el modo de su extracción. La
inscripción de la extracción del objeto a incluye un punto que opera como IMPOSIBLE, se
inscribe el objeto a como IMPOSIBLE. (cross-cap).
- Esta extracción del objeto hace entonces del objeto a un objeto CAUSA del deseo
inconsciente.
- Esta extracción del objeto a o clínica del intervalo es la inscripción particular de la FALTA.
El Eso habla, el que se diga, adviene en análisis mediante un decir con efecto de verdad –por
ejemplo, el establecimiento de un síntoma- y, a partir de las preguntas que causan ese decir,
se puede establecer retroactivamente la estructura de saber subyacente, el saber supuesto, el
Eso piensa y el sujeto “jugando entre los dos”. El inconsciente como Eso habla de una verdad
subjetiva particular conjugada al Eso piensa, a un saber no sabido, a ser establecido y
ordenado en análisis, entre analizante y analista. Este ordenamiento sólo es posible cuando,
como analistas, causamos el deseo de saber sobre la verdad que estructura la lógica de lo
posible y lo imposible para cada caso, proponiendo una revisión de esa lógica para que
advenga otra conjunción de saber y verdad, es decir, que se articule entre ambos un nuevo
sujeto, con sus implicancias en relación al objeto, a la pulsión y al gozo particulares. Para
finalizar una cita del Seminario 17: Tratándose de la posición llamada del analista (…) lo que
ocupa el puesto de mando es el mismo objeto a. Es en tanto idéntico al objeto a, es decir, a lo
que se presenta para el sujeto como la causa del deseo, como el psicoanalista se presta como
punto de mira para esta operación insensata, un psicoanálisis, en la medida en que se
compromete a seguir la huella del deseo de saber. (…) De momento, señalemos que en la
estructura llamada del discurso del analista, éste, como ven ustedes, le dice al sujeto - Venga,
diga todo lo que se le ocurra, por muy dividido que esté, por mucho que demuestre que usted
no piensa o que usted no es nada en absoluto, la cosa puede funcionar, lo que produzca
siempre será de recibo. 69
Más aún: si, como decía Lacan en el Seminario 2, el sujeto del inconsciente es concebido –
siguiendo a Freud- como el núcleo de nuestro ser (der Kern unseres wesen), es decir, como
una suerte de “esencia auténtica”, estaríamos entonces –lo sepamos o noen la misma línea del
posfreudismo al atribuir al sujeto el lugar de centralidad. Observemos que las características
del yo, son las mismas que hoy se atribuyen al sujeto: no sabe lo que dice (función de
desconocimiento), está dividido (en el sentido de que porta una falla en tanto debilidad, déficit
o castración) y requeriría para su “curación” de una nueva identificación, esta vez, al síntoma.
La persistencia de la idea de un sí-mismo –llámesele sujeto o yo- cuyo núcleo está asociado a
un aspecto interior, individual e inmutable, no ha logrado ser conmovida
El hablanteser será considerado entonces como una particularidad producida y existente sólo
en un contexto sociocultural y lingüístico. Mientras que sujeto será definido de esta manera:
Por “sujeto” se entenderá lo que en francés designa sujet (asunto, tema, materia), con el
sentido en que sólo se lo encuentra en la obra de Lacan (…): el sujeto dividido, $. (…) Se lo
hallará siempre dividido entre dos: entre S1 y S2 , o entre hablanteser y Otro, o entre dos
escenas, o entre I(A) y $, o entre 1 y 0, etc.; nunca será uno ni idéntico a sí mismo, tampoco
libre,…28 En el campo del psicoanálisis, advierte, no debe confundirse el sujeto con el
hablanteser. Sólo respecto del $ es que puede postularse racionalmente que “Eso habla”; tan
sólo “Eso” puede hablar con relación a un sujet –ya que consiste en texto y trama-, jamás con
relación a UN hablanteser de carne y hueso. (…) Nunca se podrá utilizar el conceptoEllo-Eso del
psicoanálisis para sostener “Eso habla de ti”, sino tan sólo para sostener la pregunta “¿Qué
quiere decir Eso?”29