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TEMA

ÉTICA PARA AMADOR”

ESTUDIANTE
CCANTO CARBAJAL JHON

CARRERA
EDIFICACIONES

CURSO
ÉTICA Y LIDERAZGO

PROFESOR
ESTRADA VERA WILLIAMS GERMAN

CICLO
VI

TURNO
NOCHE

LIMA, 2018
“ÉTICA PARA AMADOR”
CAPITULO IV (RESUMEN)

Date la Buena Vida


No le preguntes a nadie qué es lo que debes hacer con tu vida: Pregúntatelo a ti mismo. Si deseas
saber en qué puedes emplear mejor tu libertad, no la pierdas poniéndote ya desde el principio al
servicio de otro o de otros, por buenos, sabios y respetables que sean: interroga sobre el uso de tu
libertad... a la libertad misma. “Haz lo que quieras» no es más que una forma de decirte que te
tomes en serio el problema de tu libertad, lo de que nadie puede dispensarte de la responsabilidad
creadora de escoger tu camino. Una cosa es que hagas «lo que quieras» y otra bien distinta que
hagas «lo primero que te venga en gana»... Si te digo que hagas lo que quieras, lo primero que
parece oportuno hacer es que pienses con detenimiento a fondo qué es lo que quieres. Muy pocas
cosas conservan su gracia en la soledad; y si la soledad es completa y definitiva, todas las cosas se
amargan irremediablemente. La buena vida humana es buena vida entre seres humanos o de lo
contrario puede que ser vida pero no será ni buena ni humana. El hombre no es solamente una
realidad natural sino también una realidad cultural. No hay humanidad sin aprendizaje cultural y
para empezar sin la base de toda cultura, el lenguaje. Pero nadie puede aprender a hablar por sí
solo porque el lenguaje no es una función natural y biológica del hombre sino una creación cultural
que heredamos y aprendemos de otros hombres. Por eso hablar a alguien y escucharle es tratarle
como a una persona, por lo menos empezar a darle un trato humano. Es sólo un primer paso, desde
luego, porque la cultura dentro de la cual nos humanizamos unos a otros parte del lenguaje pero no
es simplemente lenguaje. Hay otras formas de demostrar que nos reconocemos como humanos, es
decir, estilos de respeto y de miramientos humanizadores que tenemos unos para con otros. Todos
queremos que se nos trate así y si no, protestamos. Lo más importante de todo esto: la
humanización es un proceso recíproco. Para que los demás puedan hacerme humano, tengo yo que
hacerles humanos a ellos; si para mí todos son como cosas o como bestias, yo no seré mejor que
una cosa o una bestia tampoco. Por eso darse la buena vida no puede ser algo muy distinto a fin de
cuentas de dar la buena vida

ANÁLISIS

En el transcurso de la vida nos preguntamos siempre hacia dónde ir, que elegir especialmente cuando
damos el paso hacia la vida adulta, muchas inquietudes, lo que quiere la familia para nosotros y lo
que queremos. La ética nos enseña que lo que queremos es lo que debe guiar nuestras decisiones
porque somos libres de elegir como será nuestra “buena vida” y como vivirla. Teniendo en cuenta
que no somos animales, ya que hemos sido capaces de crear complejos sistemas sociales y
organizaciones muy complejas gracias a nuestra herramienta básica que es el lenguaje, el cual nos
permite expresar emociones, sentimientos, ideas, etc. Que van dirigidas a otro ser humano que tiene
las mismas potencialidades que nosotros, capaz de comprender, de analizar y en base a esto crear y
evolucionar en distintos aspectos. Es la relación entre humanos (familia, amigos, compañeros,
paciente, etc.) que nos permite evidenciar la libertad humana y elegir nuestra buena vida,
compartirla con otros y dar buena vida. A todos nos gustaría ser tratados con respeto, que valoren
más allá de la situación en sí, nuestro sentir, nuestras dificultades y más importante aún destaquen
nuestras aptitudes para alcanzar una buena vida, y así también los demás puedan dar ese buen vivir
a alguien más.
CAPITULO VII (RESUMEN)

Ponte en su lugar
Lo que a la ética le interesa, lo que constituye su especialidad, es cómo vivir bien la vida humana, la
vida que transcurre entre humanos. Ya que el vínculo de respeto y amistad con los otros humanos
es lo más precioso del mundo para mí, que también lo soy, cuando me las vea con ellos debo tener
principal interés en resguardarlo y hasta mimarlo, si me apuras un poco. Pero tenía bastante claras
dos cosas que me parecen muy importantes: Primera: que quien roba, miente, traiciona, viola, mata
o abusa de cualquier modo de uno no por ello deja de ser humano. Y quien «ha llegado» a ser algo
detestable como sigue siendo humano aún puede volver a transformarse de nuevo en lo más
conveniente para nosotros, lo más imprescindible...Segunda: Una de las características principales
de todos los humanos es nuestra capacidad de imitación. La mayor parte de nuestro
comportamiento y de nuestros gustos la copiamos de los demás. Por eso somos tan educables y
vamos aprendiendo sin cesar los logros que conquistaron otras personas en tiempos pasados o
latitudes remotas. En todo lo que llamamos « civilización», «cultura», etc., hay un poco de invención
y muchísimo de imitación. Si no fuésemos tan copiones, constantemente cada hombre debería
empezarlo todo desde cero. Ahora bien: si cuanto más feliz y alegre se siente alguien menos ganas
tendrá de ser malo. El que colabora en la desdicha ajena o no hace nada para ponerle remedio...se
la está buscando. Tratar a los semejantes como enemigos (o como víctimas) puede parecer
ventajoso. ¿En qué consiste tratar a las personas como a personas, es decir, humanamente?
Respuesta: consiste en que intentes ponerte en su lugar. Reconocer a alguien como semejante
implica sobre todo la posibilidad de comprenderle desde dentro, de adoptar por un momento su
propio punto de vista. Ponerse en el lugar de otro es algo más que el comienzo de toda
comunicación simbólica con él: se trata de tomaren cuenta sus derechos. Y cuando los derechos
faltan, hay que comprender sus razones. Lo mismo que nadie puede ser libre en tu lugar, también
es cierto que nadie puede ser justo por ti si tú no te das cuenta de que debes serlo para vivir bien.
Para entender del todo lo que el otro puede esperar de ti no hay más remedio que amarle un poco,
aunque no sea más que amarle sólo porque también es humano... y ese pequeño pero
importantísimo amor ninguna ley instituida puede imponerlo.
Quien vive bien debe ser capaz de una justicia simpática, o de una compasión justa.

ANÁLISIS
Es decir debemos enfrentarnos a personas y relacionarnos de buena manera con ellas para lograr
vivir bien, ya que solo entre humanos se da la relación más perfecta a pesar de no tener la misma
cultura, ideas o código de valores.
Lo importante es no dejarse llevar por las conductas de las personas, sean malas o buenas, ya que
son tan humanos como nosotros mismos y a la vez son imprescindibles ya que dan valor a nuestra
existencia, humanizan nuestra vida. La característica de imitación del ser humano se basa en el
traspaso de las habilidades y cultura entre otros, a través del tiempo, que nos hace seres
influenciables y moldeables. De ahí la importancia de dar el ejemplo con nuestras acciones y que
sean lo más justas posibles.
Cabe destacar que la mayor ventaja que podemos obtener de nuestros semejantes no es la posesión
material, sino la confirmación y refuerzo de la humanidad.
Conclusiones Personales

Date la Buena Vida


Para vivir bien el autor recomienda que te interrogues siempre sobre el uso que le das a tu libertad,
tener prioridades, distinguir entre lo que quiero y me conviene. Sin creer que todo da igual. Dice
que la buena vida no se consigue a costa de los otros, la vida es buena, entre seres humanos, porque
no somos humanos sin la ayuda de los demás. Los humanos no somos cosas por lo cual merecemos
respeto. Tenemos que tomar decisiones por nuestra cuenta más allá de lo que pueda pasar más
adelante, pero lo que queremos debe guiar nuestras decisiones y que nadie se puede sobreponer
sobre tu libertad o decisión sobre hacia donde quieras ir o llegar; que debemos darle prioridad a las
necesidades propias y escoger lo que mejor nos convenga, como también que nuestra vida este
rodeada de personas y no por cosas materiales ya que de eso se trata la buena vida. Bueno para mí
este capítulo tiene como síntesis de vivir con las personas que amo y tener lo necesario.

Ponte en su lugar
Hay que tener claro que a los hombres que no consideramos buenos los debemos mantener a
distancia, pero también debemos tener en cuenta que son humanos y aunque nosotros los
consideremos malos, pueden darnos humanidad. Debemos dar buen ejemplo y debemos también
tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros. Desde luego si vamos dando
enemistad no vamos a recibir amistad y yo pienso que es mejor unirse al pequeño grupo de los
buenos que al gran grupo de los malos. Si hacemos el mal a los demás nos lo hacemos también a
nosotros mismos porque ese mal nos va a ser devuelto, tarde o temprano. Antes de hacer algo a
alguien debemos ponernos en su lugar y ver cómo nos afectaría, a eso se le llama
humanidad. Debemos saber que a los humanos hay que amarlos un poquito para que nosotros
recibamos ese poquito de amor que nos hace tanta falta para hacernos humanos y vivir una vida
humana, una buena vida. A veces las personas malas tratan a los demás como enemigos en lugar de
buscar su amistad, lo hacen por miedo, o soledad o porque quizá piensa que pueden ser tratados
sin amor ni respeto. En conclusión debemos actuar con las personas que se nos van a presentar en
nuestra vida o en nuestro entorno de trabajo, estudio, etc., con la misma manera que nos gustarían
que nos traten, no todo se ve por las actitudes, apariencias, razas, etc.; eso vas más allá de todo
tenemos que aprender a tratarnos como seres humanos para tener una buena vida.

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