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Definir objetivos a largo plazo de calidad del recurso hídrico para los
tramos cuya calidad actual o prevista no es satisfactoria.
Las Autoridades ambientales deben definir los escenarios de calidad para
los recursos hídricos en el corto, mediano y largo plazo. Las nuevas
herramientas y normas afines a la planeación de la calidad de los recursos
naturales, como es el caso del Decreto 1729 de 2002, indican que este
procedimiento debe desarrollarse de manera estratégica y participativa.
Los Objetivos de Calidad establecidos en procedimientos de emergencia,
como los requeridos para la implementación de la Tasa Retributiva
reglamentada en el decreto 3100 de 2003, deben diseñarse e implementarse
pensando en resultados que sirvan al proceso de desarrollo del PORH y aun
al proceso de desarrollo de los POMCA´S, de este modo se evitará la
duplicación de esfuerzos y el consecuente desaprovechamiento y pérdida de
recursos.
Definir distintas alternativas de descontaminación por etapas, entre la
más rápida posible y la más lenta aceptable.
Es la fase de visualización técnica orientada a identificar las alternativas más
viables para reducir la contaminación a los niveles que garanticen el
cumplimiento de los Objetivos de Calidad establecidos o en proceso de
definición.
De esta manera con ayuda de los resultados del modelo de calidad se
pueden determinar los Objetivos de Calidad más consecuentes con las
condiciones socioeconómicas y ambientales de la cuenca, subcuenca o
tramo, los cuales deben establecerse mediante acto administrativo por parte
de la Autoridad Ambiental.
Las soluciones a los problemas de calidad del agua de las cuencas o
subcuencas pueden ser de los siguientes tipos:
− Política de multas y sanciones: Las multas y sanciones son medidas que
se deben considerar cuando existen normas claras que se quebrantan y son
la causa de los problemas de calidad del agua.
− Planes de cumplimiento: Los planes de cumplimiento son alternativas
de solución válidas en los casos en que los usuarios que no están
cumpliendo actualmente las normas de vertimiento, mediante un
compromiso con la Autoridad Ambiental, expresado en forma de plan de
cumplimiento, se comprometen a realizar dentro de un período de tiempo
determinado, las acciones y obras necesarias para cumplir las mencionadas
normas.
− Normatización complementaria: Las Autoridades Ambientales
regionales están autorizadas para emitir, en caso necesario,
reglamentaciones ambientales adicionales más estrictas que las existentes
a nivel nacional. En estos casos deben apuntalar sus decisiones en estudios
criteriosos y muy bien fundamentados.
− Concertación ambiental sectorial: Este es un mecanismo utilizado
exitosamente por algunas AAC. En este caso, se convoca a sectores
específicos de la actividad regional, y se explican los problemas causados
por su comportamiento ambiental. Si las AAC logran demostrar su
argumentación y la conveniencia de las medidas propuestas, usualmente es
factible llegar a compromisos de acciones y obras ambientales que, en la
medida en que afectan similarmente a los miembros de un sector, no
producen desequilibrios en materia de costos de producción que puedan
alterar su competitividad y grado de participación en el mercado. En este tipo
de herramientas se debe reconfirmar el compromiso de los actores de
cumplir la normatividad y se debe establecer indicadores que permitan
evaluar su desempeño, frente a los compromisos convenidos con la AAC.
− Educación y capacitación: En muchos casos, los daños al medio
ambiente pueden solucionarse mediante programas de educación y
capacitación de los usuarios del recurso hídrico. Este es el caso de
problemas de contaminación causados por uso incorrecto del recurso
hídrico, falta de reciclaje, descarga de basuras en los cuerpos de agua o uso
de tecnologías obsoletas.
− Obras de saneamiento y manejo de vertimientos: Normalmente, parte
de la solución de los problemas de calidad del agua es la ejecución de obras
de saneamiento tales como conducciones para cambiar los sitios de
vertimiento o plantas de tratamiento, obras que son responsabilidad de los
que hacen el vertimiento pero que pueden tener dificultades institucionales,
financieras y sociales para su ejecución, como ocurre en muchos sitios del
país con aguas residuales urbanas. Las distintas alternativas existentes para
solucionar la problemática de la calidad del recurso hídrico deben evaluarse
y compararse desde los puntos de vista de sus beneficios y costos y teniendo
en cuenta aspectos ambientales, técnicos, institucionales, económicos,
financieros y de viabilidad socioeconómica general, seleccionando los
programas, proyectos y desarrollos por etapas más convenientes. La
selección debe responder al criterio de costo-efectividad, es decir que el
programa o proyecto seleccionado debe garantizar el mayor beneficio
ambiental al menor costo para la Autoridad Ambiental y la comunidad. Al
seleccionar una alternativa, se está seleccionando también un programa
objetivo de recuperación de la calidad del agua y un programa de reducción
de las cargas contaminantes vertidas. Para la realización de la evaluación de
alternativas de descontaminación, es conveniente llevar a cabo un proceso
de información y consulta con los involucrados, con el fin de darles
oportunidad de participar y de enriquecer y mejorar la evaluación antes de
tomar una decisión.
Determinar las tasas retributivas que serán cobradas por las consecuencias
nocivas de las actividades contaminadoras Es importante que las
autoridades, los usuarios y la ciudadanía tengan claridad sobre la definición
legal de tasa, que algunos todavía las confunden con sanciones o impuestos.
El artículo 42 de la ley 99 de 1993 determina que se cobrarán “tasas
retributivas por las consecuencias nocivas de las actividades expresadas”.
El Decreto 3100 de 2003 y sus complementarios, el Decreto 3440 de 2004 y
Resolución 1433 de 2004, definen de manera clara las condiciones para la
implementación de la tasa retributiva y las destinaciones que puede darse a
los recaudos. Lo ideal en estos casos es la conformación de un Fondo
regional de descontaminación, el cual debe dotarse de un reglamento para
la cofinanciación de proyectos, el cual debe dar prevalencia a las propuestas
de manejo del recurso hídrico más costo efectivo, es decir: aquellos que
remuevan la mayor contaminación por cada peso invertido.
Definición de metas quinquenales de reducción de cargas
contaminantes para las sustancias reglamentadas
Para los criterios (parámetros) cuyas tasas retributivas ya hayan sido
reglamentadas (DBO5 y SST), el programa de reducción de cargas
contaminantes correspondiente a la alternativa seleccionada, será la base
para definir las metas quinquenales de reducción por parte de los sujetos
pasivos.
Las metas de reducción de cargas a ser sustentadas por los responsables
de los vertimientos líquidos, necesariamente deberán responder a los
OBJETIVOS DE CALIDAD DEL RECURSO HÍDRICO, establecidos por la
AAC y notificados como requisito para el desarrollo de los PSMV y de los
PLANES DE CUMPLIMIENTO por parte de las industrias.
En esta fase vale la pena recordar que se han dado avances importantes
con el Decreto 3100 el cual ha confirmado las dos sustancias o elementos
reglamentados a través del Decreto 901 de 1997. Complementariamente han
sido reglamentados los Planes de Saneamiento y Manejo de Vertimientos –
PSMV, cuya planeación por parte de las Empresas de Servicios Públicos -
ESP´S, deberá apuntar a la reducción la carga orgánica transportada por los
sistemas de alcantarillado y equivalente en términos de DBO5 y SST.
Definición de metas quinquenales de reducción de cargas
contaminantes para las sustancias no reglamentadas
Para los criterios (parámetros) cuyas tasas retributivas no estén
reglamentadas, se buscará la reducción requerida de cargas contaminantes
mediante la expedición de normas específicas para cada tramo, las cuales
obliguen a mejorar la calidad de los vertimientos hasta el nivel necesario,
para cumplir con los Objetivos de Calidad por tramos en el largo plazo (5
años o más). La reducción de las demás sustancias no contempladas en el
Decreto 3100 deberá seguirse buscando con la implementación o
perfeccionamiento de los demás instrumentos de orden regulatorio, como es
el caso del decreto 1594 de 1984. La reducción de la carga difusa y toda
aquella contaminación no puntual, requiere de múltiples acciones y
compromisos de la AAC y otros actores no contemplados o sobre los cuales
no tiene gobernabilidad un programa de tasas retributivas.