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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno

neurobiológico asociado a un importante impacto funcional, personal y social. Posee un fuerte


componente genético que interactúa con los factores ambientales en los que se desenvuelve
el sujeto.

El diagnóstico es difícil de determinar. Debe fundamentarse en una cuidadosa historia


personal, familiar y psico- social. Además es necesario que padres y profesores puedan
aportar al profesional que evalúa, con la finalidad de emitir un juicio clínico, información
acerca de la relación con sus padres, hermanos y demás familiares así como el nivel de
independencia, la autonomía en el cuidado personal y concepto que tiene de sí mismo el
sujeto motivo de estudio.

Existe un elevado número de test neuropsicológicos que evalúan la atención,


concentración, memoria de trabajo y otras funciones ejecutivas involucradas en el TDAH.

CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DSM- 5 PARA TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN E


HIPERACTIVIDAD

A. Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere en


el funcionamiento o desarrollo, caracterizado en 1 y/o 2

1. INATENCIÓN: Seis (o más) de los siguientes síntomas presentes por más de seis
meses y en un grado mayor a lo esperado a su nivel de desarrollo y con impacto negativo
directo en sus actividades académicas, ocupacionales y/o sociales

Nota: Los síntomas no son sólo la manifestación de una conducta oposicionista


desafiante, hostilidad o una falla para entender tareas o instrucciones. Para adolescentes y
adultos (edad 17 años o más), se requieren al menos cinco.

a) A menudo falla en atender a detalles, se equivoca en tonteras

b) Dificultad para mantener atención sostenida en tareas o juegos

c) A menudo parece no escuchar cuando le hablan

d) A menudo no sigue instrucciones, no termina los trabajos

e) Tiene dificultad para organizar sus tareas, actividades

f) Evita actividades que exigen atención mantenida (en adolescentes preparar


informes, completar formularios, lecturas extensas)

g) A menudo pierde los útiles

h) Se distrae fácilmente con estímulos externos (en adolescentes incluye pensamientos


no relacionados)

i) Se le olvidan las cosas (en adolescentes devolver llamados, pagar cuentas, respetar
citas)
2. HIPERACTIVIDAD E IMPULSIVIDAD: Seis (o más) de los siguientes síntomas presentes
por más de seis meses y en un grado mayor a lo esperado a su nivel de desarrollo y con
impacto negativo directo en sus actividades académicas, ocupacionales y/o sociales

Nota: Los síntomas no son sólo la manifestación de una conducta oposicionista


desafiante, hostilidad o una falla para entender tareas o instrucciones. Para adolescentes y
adultos (edad 17 años o más), se requieren al menos cinco.

a) Se mueve constantemente en su asiento

b) Se para constantemente

c) A menudo corre cuando no es apropiado (en adolescentes incluye sensación de


inquietud)

d) Tiene dificultad para jugar tranquilo

e) Está siempre en movimiento

f) Habla en exceso

g) Contesta antes de que se le termine la pregunta

h) Le cuesta esperar su turno

i) Interrumpe a menudo (se mete y toma el lugar de los que están haciendo otros)

3. Varios síntomas de inatención o hiperactividad-impulsividad están presentes antes


de los 12 años

4. Varios síntomas de inatención o hiperactividad-impulsividad estaban presentes en


dos o más ambientes (casa, colegio, con amigos o parientes, otras actividades)

5. Existe clara evidencia de que los síntomas interfieren con o reducen la calidad del
funcionamiento social, académico u ocupacional

6. Los síntomas no ocurren exclusivamente en el curso de una esquizofrenia u otro


trastorno psiquiátrico y no son explicables por otro trastorno mental (trastorno del ánimo,
ansiedad, trastorno personalidad, intoxicación o deprivación de sustancias)

El TDAH suele diagnosticarse durante la niñez y es conveniente resaltar que, pese a


ello, los síntomas no remiten cuando el niño entra en la pubertad por lo que nos vemos ante
un adolescente impulsivo y con conductas de inatención.
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DEL TDAH

1. ABORDAJE PSICOEDUCACIONAL:

Se trata de que el psicólogo enseñe al afectado y a su familia en qué consiste el TDAH,


cuáles son sus características y cómo se puede mejorar.

2. TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL:

Es la herramienta más eficaz para la reducción de los comportamientos perturbadores


asociados al TDAH.

Se enseñan estrategias tanto al paciente como a sus familiares (con el fin de aplicar las
pautas en casa) relacionadas con la Gestión Emocional, la Resolución de Conflictos, la
Planificación de Objetivos y el Entrenamiento en Habilidades Sociales.

3. TERAPIA DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA:

Se basa en la utilización de refuerzos para favorecer la aparición de conductas


positivas.

El terapeuta tiene en cuenta aspectos determinantes como el Establecimiento de


Normas y Límites así como el Entrenamiento en Hábitos Positivos.

4. ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES SOCIALES:

Los niños y adolescentes con TDAH necesitan adquirir pautas y estrategias para
relacionarse de una manera adecuada porque en el área social es donde mayores dificultades
tienen las personas con TDAH.

De este modo es necesario que el psicólogo enseñe pautas para llevar a cabo un
comportamiento asertivo así como realizar un entrenamiento en el refuerzo de la autoestima y
la comunicación emocional.

5. TÉCNICAS DE RELAJACIÓN Y CONTROL DEL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD:

Las técnicas de relajación ayudan a controlar y canalizar el exceso de actividad, los


estados de agitación, el nerviosismo y la ansiedad. Favorecen además las emociones positivas
y mejoran de manera considerable la comunicación y el ambiente familiar.

NOTA ACLARATORIA: En el caso de los adolescentes, es importante descartar abuso de


sustancias antes del inicio del tratamiento terapéutico. Si hay consumo de psicoestimulantes
este será el primer aspecto a trabajar teniendo prioridad sobre el resto de síntomas a reducir.

El TDAH no es una enfermedad de la que uno tenga que curarse. Se trata de un


trastorno que condiciona la vida del niño y del adolescente. Hay que aprender a convivir con
ello y atenuar los síntomas con el fin de llevar una actividad diaria normalizada y con efectos
positivos sobre la persona.

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