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Gestalt El todo es más que la suma de sus partes

¿Qué es la psicología de la
Gestalt?
La Gestalt es una corriente decisiva en la historia de la psicología.
Surgió en Alemania a principios del siglo XX. Fue Christian von
Ehrenfels, un filósofo austriaco, quien dio nombre a este
movimiento en Las cualidades de la forma, su obra más importante.
No hay una traducción perfecta en castellano para el término
“gestalt”. Pero podemos interpretarlo como “totalidad”, “figura”,
“estructura”, “configuración” o “unidad organizada”.
“El todo es más que la suma de sus partes” es su máxima. Los
principales autores de la Gestalt propusieron alternativas a los
paradigmas psicológicos dominantes e hicieron grandes
aportaciones a la psicologiá cognitiva. Su particular enfoque
fue un soplo de aire fresco y permitió a la gente que no se sentía
representada por las corrientes principales de la psicología hallar
una alternativa.

Características
 Sus principales antecedentes son filósofos: La base de la
Gestalt es filosófica. Pensadores como Kant, Descartes o
Husserl elaboraron la base teórica sobre que la que esta escuela
se desarrolló. Los psicólogos pertenecientes a esta
corriente consiguieron llevar sus ideas al laboratorio y obtener
resultados asombrosos.
 Debemos tratar a las personas en su totalidad: No podemos
explorar las diferentes dimensiones que nos conforman
aisladamente. Es preciso adoptar un enfoque holístico a la hora de
hablar sobre psicologiá . La complejidad de la mente humana no
puede reducirse. La Gestalt explora las relaciones dinámicas que
conectan los diversos elementos de la realidad. Los gestaltistas no
conciben separar procesos como el aprendizaje de la memoria.
 Somos activos a la hora de comprender la realidad: No todos
percibimos la realidad de la misma forma, tenemos nuestra
propia visión. Cada uno estructura la información que recibe en
función de sus experiencias previas. Nuestras representaciones
mentales no se corresponden por completo con las que
existen en la realidad, las construimos nosotros. Igualmente,
somos capaces de adaptar nuestros procesos y contenidos
mentales a medida que las nuevas situaciones van sucediéndose.
 Se oponían a las escuelas predominantes en su época: Los
psicólogos de la Teoría de la Gestalt, no estaban de acuerdo con
enfoques como el conductista, que limita el comportamiento
humano a asociaciones entre estímulos y respuestas. Esta
perspectiva deja de lado los procesos mentales y no contempla
el potencial de la inteligencia humana. Por otra parte, tampoco
se adscribían a los psicoanalistas por ver a la gente como
agentes pasivos sin voluntad.
 Su principal área de estudio es la percepción: Los psicólogos
de la Gestalt se centraron especialmente en buscar explicaciones
sencillas y naturales que pudieran adaptarse a nuestra forma
natural de percibir la realidad. A través de la percepción
logramos adquirir conocimientos del mundo, interactuar
con él y conectar con los demás.
Nuestros sentidos y procesos mentales interactúan para permitirnos
realizar tareas tan variadas como detectar una pasteleriá , retirar la
mano de una superficie que quema o advertir que nuestro
interlocutor está frunciendo el ceño. La teoría de la Gestalt se
centra en la percepción visual. No obstante, sus ideas han sido
adaptadas a campos como el de la música.

Teoría de la Gestalt:
Principales aportaciones
Los psicólogos de la Gestalt son célebres por sus contribuciones al
estudio del aprendizaje y al de la resolución de problemas. Sin
embargo, su aportación más relevante, que fue enunciada por
Wertheimer, es la elaboración de unas leyes básicas que rigen
nuestra percepción.
Leyes de la Gestalt Podemos ver un sinfín de
ejemplos de estos principios a nuestro alrededor. Además, son
totalmente aplicables a nuestro día a día.
1. Ley de Pragnanz, pregnancia o de la buena
formaLa percepción tiende a organizar los elementos de la forma
más sencilla posible. Nuestro cerebro prefiere las composiciones
armoniosas. Los procesos mentales no son infinitos, no podemos
dedicar un tiempo y unos recursos a todo lo que nos rodea. Por lo
tanto, simplificamos lo que percibimos y preferimos la sencillez. En
esta fotografía no necesitamos más datos para saber que estamos
viendo una taza.
2. Ley de figura-fondoTodos hemos visto una copa de Rubin
alguna vez, es el ejemplo más conocido de este fenómeno. Nos
habremos dado cuenta de que es imposible percibir las caras y la
copa al mismo tiempo.
3. Ley de la proximidadLos elementos más cercanos entre sí
tienden a formar agrupaciones como si se trataran de un mismo
conjunto. Si miramos tres montones de caramelos, apreciaremos
tres grupos en lugar de ver todos los dulces que hay por separado.
En este ejemplo percibimos los objetos que hay en cada caja como
un único bloque.
4. Ley de la similitud Las figuras similares parecen tener la
misma forma. Su semejanza puede deberse a tener un color
parecido, a su forma o a cualquier característica que nos permita
establecer un paralelismo entre ellas. Sabemos que cada árbol tiene
sus propias características; no todos tienen exactamente la misma
altura ni el mismo color. Sin embargo, desde esta perspectiva nos
parecen prácticamente iguales por su parecido.

5. Ley de destino común


Los elementos que parecen moverse juntos hacia una orientación
determinada son percibidos como un conjunto. Si vemos unos niños
corriendo hacia un puesto de helados, nos fijaremos en ellos como
un todo. No obstante, también podemos fijarnos en ellos uno a uno
si tenemos interés. En este caso, percibimos al grupo de forma
homogénea.Tendemos a cerrar mentalmente los contornos para
simplificar la realidad. Si vemos una línea curva prácticamente
cerrada, advertiremos una circunferencia. También es posible
aplicar esta ley a los mensajes verbales. Por
ejemplo, los publicistas lanzan frases sugerentes para que su
audiencia las complete. Esta técnica requiere un poco de esfuerzo
por parte del público para ser eficaz. No obstante, mantiene su
interés y puede lograr una mayor implicación.
6. Ley de buena continuaciónPreferimos ignorar los
cambios bruscos que se dan en una imagen que estamos
observando. Generalmente, nos fijamos más en las caracteriś ticas de
un estímulo que nos permiten percibir una continuidad suave. Una
muestra es que si estamos paseando y advertimos en un cartel una A
tapada por la mitad por una farola, seguiremos sabiendo qué letra es
y leeremos el texto sin dificultades. En este ejemplo podemos
apreciar la continuidad de las ramas.

Psicología de la Gestalt:
Aplicaciones
Investigación básica
El estudio de procesos psicológicos básicos como la atención o la
percepción se ha visto influido por la teoriá de la Gestalt. Sus
investigaciones son fundamentales para que otros autores apliquen
sus descubrimientos posteriormente a la práctica.
Por ejemplo, los avances en el campo de la percepción nos
posibilitan realizar programas para mejorar la señalización en la
carretera y evitar accidentes. Sus ideas siguen siendo revisadas y
modificadas por los expertos para ayudarnos a comprender mejor
cómo funcionamos.

Resolución de problemas
Los gestaltistas opinaban que las circunstancias están compuestas
por varios componentes que interactúan entre ellos. Si deseamos
resolver un problema podemos reorganizar sus constituyentes para
descubrir una nueva solución. Esta idea puede extrapolarse a todos
los ámbitos de nuestra vida. ¿Qué día no tenemos que resolver
algún problema?
Wertheimer planteó la diferencia entre el pensamiento
productivo, que consiste en realizar reorganizaciones creativas de
los elementos de los problemas para solucionarlos y
el reproductivo, que se limita a aplicar los conocimientos
anteriores de forma mecánica.
La Gestalt insiste en utilizar el pensamiento productivo, que nos
ayudará a alcanzar un insight. Este término hace referencia al
momento ¡eureka!, que tiene lugar cuando nos damos cuenta
repentinamente de cuál es la respuesta a nuestras dificultades.

Educación
Los estudiantes deben ser más que meros registradores de datos y
aprender a buscar de forma autónoma la manera de resolver sus
dificultades. Prácticamente todas las contribuciones de la Gestalt
pueden integrarse en el campo de la enseñanza. Desde sus hallazgos
sobre los procesos mentales hasta sus ideas sobre la terapia
posibilitan que los alumnos progresen tanto académica como
personalmente.

Comunicación
Los personas vinculadas al mundo de la comunicación y la
creatividad; como los artistas, diseñadores o publicistas, tienen que
conocer muy bien la teoría de la Gestalt para captar la atención de
su audiencia. Saber cómo interpretamos las imágenes es esencial
para que puedan crear obras que permitan transmitir sus mensajes y
establecer una diálogo eficaz com su público.
Cuando vemos un cartel saturado por elementos visuales y plagado
de diferentes tipografías en una valla publicitaria en las carreteras,
es probable que lo ignoremos directamente. Leyes como la de
pregnancia nos advierten que “menos es más”.
Si deseamos componer imágenes memorables que lleguen
directamente a nuestro receptor, debemos seleccionar qué es lo más
importante de nuestro mensaje. Tenemos que exponerlo de la forma
más clara posible. Toda la atención del destinatario ha de centrarse
en lo esencial sin distracciones irrelevantes.

Terapia Gestalt
Esta terapia se plantea desde un enfoque humanista, que considera
a las personas seres activos y autónomos. Analiza la mente humana
desde su vertiente más trascendental, explora su funcionamiento
desde un punto de vista holiś tico y se centra en los aspectos
positivos de la vida.

La terapia Gestalt adopta la idea kantiana de que no podemos saber


cómo son las cosas en la realidad, pero sí cómo las experimentamos.
Cada persona presenta sus propios pensamientos, experiencias,
deseos y demás complejidades. Nuestra variabilidad precisa que se
contemple a cada individuo de forma personalizada. Esta terapia
también tiene similitudes con el budismo, ya que incide en
desarrollar la atención y la conciencia.

La terapia Gestalt comenzó a ser desarrollada por Fritz Perls en la


década de 1940. Para este autor cada uno tiene su propia verdad y se
centró en el potencial creativo de cada sujeto. Perls enfatizaba que
la percepción es la clave de la realidad y nosotros somos los
responsables de cambiarla. Compuso una oración que resume su
mentalidad:
Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo. Yo no estoy en este mundo para
satisfacer tus expectativas, ni tú estás en este mundo para satisfacer
las mías. Tú eres tú, y yo soy yo, y si por azar nos encontramos,
será maravilloso. Si no, nada se puede hacer.

Fritz Perls

La terapia Gestalt pretende que vivamos “aquí y ahora” sin fingir


algo que no somos. Su intención es que crezcamos personalmente y
tengamos clara nuestra identidad. Terapeuta y paciente colaboran en
este proceso sin establecer jerarquías, son dos personas con un
objetivo común.
¿Qué puede aportarnos la
Gestalt?
Podemos aplicar todo lo que hemos leído en este artić ulo a nuestra
vida cotidiana. Las grandes ventajas de la teoría de la Gestalt son su
aplicación a los ámbitos cotidianos y la sencillez de sus
planteamientos.

Sus ideas nos ayudan a comprender mejor cómo procesamos e


interpretamos la realidad. Por ejemplo, nos explican parte de
las ilusiones ópticas que tanto dan que hablar en las redes sociales o
nuestro comportamiento cuando vamos por la calle y agrupamos los
diversos elementos en lugar de prestar atención a todos.
Además, la Gestalt puede auxiliarnos en retos diarios tan
habituales como la resolución de problemas, nos anima a ser
más creativos y organizados. Por otro lado, podemos seguir
algunas de las indicaciones de la terapia Gestalt para fomentar
nuestro crecimiento personal.

Psicología de la Gestalt:
Autores fundamentales
Estos psicólogos fueron los máximos representantes de la psicologiá
de la Gestalt. Sus ideas siguen siendo revisadas e inspiran nuevas
teorías en la actualidad.

1. Wolfgang Köhler
Fundó este movimiento junto a Koffka y Wertheimer. Su principal
aportación fue el aprendizaje por descubrimiento. Manteniá que este
proceso es activo y dinámico.

Demostró que los chimpancés intentan resolver problemas por


ensayo y error. Tras varios fracasos en tareas como alcanzar
comida, los primates con los que experimentó parecían reflexionar
sobre la solución hasta encontrarla. De hecho, luego conseguían
extrapolarla a nuevas situaciones similares.

2. Max Wertheimer
El fenómeno phi o movimiento aparente es su hallazgo más
revolucionario. Consiste en percibir movimiento a partir de la
sucesión de diferentes imágenes fraccionadas. Por ejemplo, ocurre
cuando percibimos la sucesión de fotogramas del cine como si fuera
un movimiento real.

3. Kurt Koffka
Sus aportaciones fueron elementales en varios ámbitos. Estudió la
memoria, el aprendizaje, la percepción y además aplicó las ideas de
la Gestalt a campos como la psicología en la infancia.

Enfatizaba la necesidad de considerar los procesos mentales desde


un punto de vista holístico. Asimismo, ayudó a Wertheimer en sus
investigaciones sobre el movimiento aparente llegando a participar
como sujeto.

4. Kurt Lewin
No fue uno de los fundadores de la Gestalt. Sin embargo, fue un
destacado psicólogo social que llevó a su área las ideas de la
Gestalt. Incidió especialmente en la aplicación práctica de sus ideas.
Su estudio estuvo más centrado en la motivación y en la
intervención psicosocial.

Estos cuatro psicólogos se vieron obligados a emigrar a Estados


Unidos tras sentirse amenazados por el nazismo.

Muchas gracias por leer este artículo. Esperamos que la corriente de


la Gestalt te haya resultado inspiradora. Si te has quedado con
alguna pregunta o deseas hacer una aportación, no dudes en
comentar.
Max Wertheimer, fundador de la teoría
Gestalt de psicología y de la psicología
de la estructura

Max Wertheimer

Max Wertheimer nació en Praga, Checoslovaquia, el 15 de abril de 1880. Fue uno de los
fundadores de la psicología Gestalt junto con dos asistentes más jóvenes Wolfgang
Köhler y Kurt Koffka.

Durante su juventud cursó estudios de violín, compuso música sinfónica y de cámara.


En 1900 inició la carrera de leyes en la Universidad de Praga, que abandonaría poco
después, para trasladarse a la Universidad de Berlín para iniciar estudios de psicología,
bajo la tutela de Carl Stumpf, famoso por sus aportes al estudio de la psicología de la
música. En 1904 obtuvo el título de doctor por la Universidad de Würzburg.
Su trabajo principal fue sobre la visión estroboscópica en el cual estableció los

principios y las leyes de la psicología de la estructura, la cual rechazaba la psicología de

los elementos y subrayaba la importancia de la forma y de la totalidad por encima de los

elementos componentes. Este concepto integrador superará el campo de la percepción

para ser aplicada a todos los campos de la psicología y trasladada al de la fisiología, a la

lingüística, cubriendo todos las áreas de la ciencia.En 1933, se afincó en Estados

Unidos, donde enseñó en la Nueva Escuela para Investigación Social en la ciudad de

Nueva York.Después de trabajar en las universidades de Frankfurt y de Berlín, se

trasladó a Nueva York, donde se especializó en el estudio de los fenómenos de la

percepción y el aprendizaje, e inició, junto con W. Kohler y K. Koffka, la psicología de

la Gestalt, con quienes estudió el efecto del movimiento aparente de imágenes

generadas por un taquistoscopio, al que bautizó como fenómeno phi.Entre sus obras

destacan Tres contribuciones a la teoría de la Gestalt (1925) y Pensamiento

productivo (1945), que se publicó dos años después de su muerte.El antecesor de esta

corriente fue Christian von Ehrenfelds (1932-1859).Falleció el 12 de octubre de 1943 en

Nueva York
Kurt Lewin y la Teoría del
Campo: el nacimiento de la
psicología social

En la historia de la psicología hay pocas figuras tan importantes e influyentes


como Kurt Lewin. Este investigador no solo fue uno de los impulsores de
la psicología de la Gestalt, sino que además es considerado como el padre de
la psicología social y la psicología de las organizaciones.

Kurt Lewin fue, además, el creador de la Teoría del Campo, que ha servido de base

para desarrollar investigaciones sobre las dinámicas de grupo, muy aplicables en el

entorno organizacional y empresarial. A continuación, para entender su legado, nos

remontaremos a los años en los que Kurt Lewin desarrolló sus ideas.

Los primeros años

Kurt Lewin nació en 1890 en el seno de una familia judía residente en Mogilno, un

pueblo que por aquella época pertenecía al reino de Prusia y que hoy forma parte de

Polonia.
Después de que él y su familia se trasladasen a Berlín, Kurt Lewin empezó a cursar

estudios en medicina en la Universidad de Friburgo pero poco más tarde se

trasladó a Munich para emprender la carrera de biología. De vuelta en Berlín, y sin

haber terminado su formación, pasó a interesarse más en la psicología y la filosofía,

disciplina que empezó a estudiar en 1911. Por aquella época ya había empezado a

participar en iniciativas vinculadas al socialismo, el marxismo y la lucha por los

derechos de las mujeres, y creía que la psicología aplicada podía ser de ayuda para

impulsar reformas a favor de la igualdad.

Fraguando la psicología de la Gestalt

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Kurt Lewin fue enviado al frente para

servir como artillero. Sin embargo, fue herido enseguida, de modo que permaneció

convaleciente durante varios días. En ese momento empezó a realizar una descripción

del campo de batalla usando términos topológicos que recordaban a la que se

realizaría desde la teoría de la Gestalt, que por aquella época se estaba fraguando, y

que además recordaba a la teoría topológica que él mismo crearía algo más tarde.

Una vez hubo regresado a Berlín, además de doctorarse en filosofía, Kurt Lewin

empezó a trabajar en el Instituto Psicológico de Berlín. Es allí donde entró en

contacto con otros dos grandes representantes de la psicología de la

Gestalt: Wolfgang Köhler y Max Wertheimer. El cruce de ideas entre ellos permitió

que se fuesen consolidando las ideas pertenecientes a la corriente de la Gestalt y, a la

vez, sirvió como caldo de cultivo para que el laboratorio fuese un lugar en el que iban a

formarse jóvenes promesas de la psicología europea, como Bluma Zeigarnik.

Kurt Lewin en los Estados Unidos

En 1933, cuando Hitler y los nazis ascienden al poder, Kurt Lewin decide trasladarse

de inmediato a otro país. Termina emigrando a los Estados Unidos tras intentar sin
éxito obtener una plaza como profesor universitario en Jerusalem, y gracias a los

contactos de Wolfgang Köhler consigue entrar a trabajar en la Universidad de Cornell

para más tarde pasar a la de Iowa. En el 1944 pasó a ser director del Centro de

Investigación de Dinámica de Grupo en el MIT de Massachussets.

Durante esta época, Kurt Lewin trabaja especialmente en fenómenos sociales que

tienen que ver con la interacción social, e investiga desde los efectos que tiene la

presión social en los hábitos alimenticios de los niños hasta las dinámicas de trabajo

que son más eficaces en las organizaciones. Por lo tanto, los ámbitos tocados por Kurt

Lewin fueron mucho más allá de lo que solía estar asociado al repertorio de

actividades de un psicólogo, ya fuese de la corriente de la Gestalt o de cualquier otra

escuela.

Cuando Kurt Lewin murió en el año 1947, ya había dejado abierta una puerta que

daría paso a la nueva rama de la psicología: la psicología social.

La Teoría del Campo de fuerzas

En los años en los que Kurt Lewin vivió en Norteamérica, el conductismo era el

paradigma imperante en los Estados Unidos. Los conductistas entendían que el

comportamiento humano es el resultado del modo en el que el entorno influye en los

individuos, pero Lewin partía de una visión de la psicología muy diferente a esta. Él, al

igual que los representantes de la Gestalt en Europa, entendía que las personas no

son un simple agente pasivo que reacciona ante estímulos, sino que actúan según el

modo en el que perciben que ellas mismas interaccionan con el entorno. La

interacción era, pues, el elemento fundamental del que partía Kurt Lewin en sus

análisis.

La Teoría del Campo es su manera de plasmar la idea de que la psicología no debe

centrarse en el estudio de la persona y el entorno como si estas fuesen dos piezas a

analizar separadamente, sino que hay que ver el modo en el que se afectan entre sí

en tiempo real. Es por eso que Kurt Lewin trabajaba con categorías como "espacio
vital" o "campo": lo interesante para él eran las dinámicas, los cambios, y no las

imágenes estáticas de lo que ocurre en cada momento, las cuales entendía que solo

servían para describir lo que pasa en cada fase de un proceso, y no para explicar.

Para describir los procesos de cambio, Kurt Lewin se inspiró en los estudios de la

física y tomó prestada la idea de campo de fuerza. Para él, el comportamiento

grupal o individual puede entenderse como un proceso de cambio que lleva desde una

situación inicial hasta otra distinta. Así, la Teoría del Campo de Lewin establece que lo

que ocurre mientras ese proceso de cambio se desarrolla pasa en el seno de un

campo dinámico en el que el estado de cada parte de este campo de fuerza afecta a

todas las demás.

Las variables más importantes que están actuando en los campos o "espacios vitales"

son, para Kurt Lewin, la tensión, la fuerza y la necesidad, gracias a la cual la conducta

tiene una finalidad.

Kurt Lewin y la investigación-acción

Kurt Lewin entendía que, como en un campo de fuerzas todas las partes se afectan

entre sí, para comprender el comportamiento humano hay que tener en cuenta

todas las variables que están interviniendo en tiempo real en las acciones de las

personas y los grupos, desde el espacio en el que se encuentran hasta la

temperatura, el modo en el que socializan entre ellas, etc. Además, estos elementos

no pueden analizarse aisladamente, sino que hay que centrarse en estudiar sus

interacciones para tener una visión holística de lo que ocurre.

Pero de esto se desprende una idea que en aquella época resultó revolucionaria:

como lo que se estudia no es algo aislado sino la interacción, no hay que tener miedo

de afectar al objeto de estudio como investigadores. Es más, intervenir en el campo de

fuerzas nos permite introducir dinámicas que nos ayudarán a entender los

mecanismos que funcionan en este.


En definitiva, según Kurt Lewin incidir en estas dinámicas ayuda a tener una imagen

fiel de lo que ocurre. Esto quedó cristalizado en una de las frases más famosas de

este psicólogo: para entender un sistema, hay que cambiarlo. Se trata del principio de

la investigación-acción que Kurt Lewin propuso como método eficaz para comprender

y mejorar las dinámicas sociales.

Qué nos dice la teoría de Lewin

De acuerdo con esta teoría, el comportamiento humano depende de dos factores:

1. El comportamiento humano se deriva de la totalidad de los eventos presentes en


determinadas situaciones. Eventos que están en su ambiente.

2. Estos eventos tienen el carácter de un campo dinámico de fuerzas; en donde cada


hecho se interrelaciona de modo dinámico con los demás para influir o dejarse
influenciar por ellos. Este campo dinámico ocasiona el denominado campo
psicológico de cada persona: patrón organizado de las percepciones de un
individuo, que adapta su manera de ver y percibir las cosas al ambiente que lo
rodea.

Fue uno de los primeros psicólogos en proponer que el desarrollo de un individuo es


el producto de la interacción entre las predisposiciones innatas (la naturaleza) y
experiencias de vida (crianza).

Lewin afirmó que el comportamiento de un individuo siempre está orientado hacia


una meta u objetivo y es precisamente esta intención la más importante en el
desempeño de su comportamiento. Estas intenciones, supuestamente, siguen los
principios de campo y están influenciadas por fuerzas psicológicas tales como la forma
en que el individuo percibe una situación.

La idea de campo psicológico de Lewin Según Lewin, el comportamiento es

el resultado de una totalidad de interacciones entre hechos que comprenden un mismo


campo dinámico. Las circunstancias o condiciones en cualquier parte del campo se

ven influidos y dependen todas las otras partes del campo. Este campo psicológico

es también conocido como el espacio que comprende la vida del individuo y su entorno

psicológico o de comportamiento, que son los hechos que afectan el comportamiento o

pensamientos del individuo en un momento dado en el tiempo.

Así pues, ese campo psicológico es el espacio vital constituido por la persona y su
ambiente psicológico (Kart Lewin, “Principles of Topological Psychology”, 1936). El
ambiente psicológico o de comportamiento es lo que la persona percibe e interpreta del
ambiente externo; aún más, es el ambiente relacionado con sus necesidades reales. Los
objetos, las personas o las situaciones pueden adquirir fuerza en el ambiente psicológico
y determinar un campo dinámico de fuerzas psicológicas. La fuerza es positiva cuando
los objetos, las personas o las situaciones pueden satisfacer las necesidades del
individuo, y es negativa cuando pueden causar algún daño o perjuicio. Los objetos, las
personas o las situaciones cargadas de fuerza positiva tienden a atraer al individuo, en
tanto que los de fuerza negativa tienden a causarle repulsión y alejamiento.

La atracción es una fuerza o vector que se dirige hacia el objeto, hacia la persona o
hacia la situación, en tanto que la repulsión es la fuerza o vector que impulsa a
alejarse, intentando escapar del objeto, de la persona o de la situación. Un vector tiende
siempre a producir un “movimiento” en cualquier dirección. Cuando dos o más vectores
actúan al mismo tiempo sobre una persona, el movimiento es una resultante de fuerzas.
En algunas oportunidades, el movimiento producido por los vectores puede ser
contenido por una barrera. En general, el movimiento puede ser de acercamiento o de
alejamiento.Según la teoría de campo, el modelo de comportamiento humano puede
representarse mediante la ecuación:

C=f (P,M)

C: es el comportamiento.
P: persona.
M: entorno o ambiente de la persona.
O lo que es lo mismo, el comportamiento es función de la persona y de su entorno.

En esta ecuación, la persona (P) está determinada por las características genéticas y por
las características adquiridas mediante el aprendizaje a través del contacto con el
ambiente.La teoría de campo explica por qué cada individuo puede percibir e interpretar
de manera diferente un mismo objeto, situación o persona

Kurt Koffka: Biografía, Teoría

Kurt Koffka fue uno de los psicólogos fundadores de la escuela de la


Gestalt. Esta escuela fue uno de los primeros antecedentes de la
psicología cognitiva tal y como la conocemos hoy en día; además, fue
una de las escuelas más influyentes de la historia de esta disciplina.

Junto con Max Wertheimer y Wolfgang Köhler, Kurt Koffka ayudó a


aclarar la manera en la que los humanos percibimos el mundo,
centrándonos más en los conjuntos que en cada una de las partes
que los forman. Sus estudios contradijeron las ideas del mecanicismo,
la escuela fundada por Wundt que predominaba en la psicología
académica del momento.
Tras mudarse a Estados Unidos, Koffka ayudó a llevar las ideas de la
Gestalt al ámbito académico de ese país. Hoy en día, gracias al
desarrollo de sus estudios, la teoría de la Gestalt se sigue utilizando
tanto en la investigación como para hacer terapia psicológica.

Biografía

Primeros años

Kurt Koffka nació en Berlín (Alemania) en 1886. Su padre era


abogado y su hermano Friedrich llegó a convertirse en juez, pero
Kurt, en lugar de seguir los pasos familiares en el terreno legal,
decidió estudiar filosofía y ciencia animado por su tío.

Tras graduarse en el instituto en el Wilhelms Gymnasium, ingresó en


la universidad para proseguir con sus estudios. Koffka comenzó a
estudiar en la Universidad de Berlín, pero en 1904 se trasladó a la
Universidad de Edimburgo en Escocia, en la que se familiarizó con la
filosofía británica.
Tras un periodo de dos años estudiando en este país, volvió de nuevo
a la Universidad de Berlín, donde cambió sus estudios de filosofía por
los de psicología.

Debido a que padecía de un trastorno de la visión (daltonismo),


Koffka estaba especialmente interesado en la percepción humana.

De hecho, uno de sus primeros trabajos científicos publicados se basó


en el estudio de su propio problema visual, conociendo durante el
transcurso del mismo a Mira Klein, quien luego se convirtió en su
primera esposa.

Trabajo como asistente

En el año 1909 Kurt Koffka se trasladó a la Universidad de Freiburgo


para practicar fisiología bajo la tutela de Johannes von Kries.

Sin embargo, tan solo estuvo en este puesto durante unos meses,
yéndose más tarde a la Universidad de Wuzburgo, uno de los
mayores centros de investigación psicológica de la época.

Al año siguiente, en 1910, Koffka decidió dejar Wuzburgo y continuar


con sus investigaciones en el Instituto Psicológico en Frankfurt como
asistente del profesor Friedrich Schumann. Fue en esta universidad
en la que conoció a Wolfgang Köhler, junto con el que se convirtió en
asistente de Max Wertheimer.

Junto con los otros dos fundadores de la escuela de la Gestalt, Koffka


comenzó a estudiar el fenómeno de la percepción del movimiento.

Durante estas investigaciones la relación entre los tres se consolidó, y


juntos establecieron las bases de lo que luego fue esta corriente de la
psicología.
Trabajo como investigador y profesor

En 1911 Koffka abandonó la ciudad de Frankfurt para comenzar a


trabajar como profesor en la Universidad de Giessen. Sin embargo,
su relación con los otros dos fundadores de la escuela de la Gestalt
continuó siendo muy estrecha.

Mientras estaba en su nuevo puesto de trabajo, este investigador


comenzó a interesarse por otros dos procesos básicos de la mente
humana: el pensamiento y la memoria. Tras la Primera Guerra
Mundial, Koffka consiguió un puesto a tiempo completo como
profesor de psicología experimental en la Universidad de Giessen.

Durante los siguientes años continuó con su carrera en esta


institución, hasta que en 1921 se convirtió en director del Instituto de
Psicología de la universidad.

Allí, y tras establecer su propio laboratorio de investigación, publicó


una gran cantidad de artículos relacionados con la psicología de la
Gestalt, en colaboración con Köhler y Wertheimer.

En 1922, justo antes de mudarse a Estados Unidos, Koffka publicó


sus ideas sobre la percepción y su aplicación al desarrollo psicológico
humano.

Sus teorías se volvieron muy populares y más tarde formaron las


bases para muchas investigaciones en el campo de la psicología del
desarrollo.

Sin embargo, a pesar de su éxito internacional, Koffka no era muy


popular en Alemania, por lo que decidió emigrar a América.

Vida en Estados Unidos


Una vez en Estados Unidos, Koffka publicó sus ideas sobre la Gestalt
en el Psychological Bulletin gracias a la ayuda del psicólogo Robert
Ogden. De esta manera, esta corriente de la psicología fue
introducida en Estados Unidos con gran éxito.

Durante los siguientes años, Koffka continuó investigando a la vez


que enseñaba en la universidad, esta vez en el Smith College en
Massachusetts. Los descubrimientos que realizó allí fueron recogidos
en el libro por el que es más conocido: Principios de la psicología de
la Gestalt.

Tras una serie de problemas de salud y personales, Koffka finalmente


falleció en 1941 de un ataque al corazón, a los 55 años de edad.

Teoría y otras aportaciones

Desarrollo psicológico humano

La principal aportación de Koffka a la psicología fue la aplicación de la


teoría de la Gestalt a las investigaciones sobre el desarrollo
psicológico humano.

Su principal idea es que los niños perciben el mundo de manera


holística y responden a los estímulos de la misma manera. Solo con
los años adquirimos la habilidad de distinguir las partes que forman
cada conjunto.

Esta idea fue luego fundamental para el avance en el campo de la


psicología del desarrollo, además de ser también la que le llevó a la
fama. Sin embargo, Koffka también realizó investigaciones en otros
ámbitos, como el aprendizaje, la percepción, la memoria y el
pensamiento.
Fundación de la teoría de la Gestalt

Por otra parte, Kurt Koffka fue una pieza clave en la fundación de la
teoría de la Gestalt, una de las primeras corrientes psicológicas de
carácter humanista.

Junto a Wertheimer y Köhler, creó varias revistas especializadas,


llevó a cabo investigaciones y difundió sus ideas en gran cantidad de
artículos y varios libros.

A pesar de que la psicología de la Gestalt ha cambiado mucho en las


últimas décadas, sus bases se mantienen intactas desde la época de
Koffka. Por ello, hoy en día es considerado como uno de los
psicólogos más influyentes de todos los tiempos

Kurt Koffka es ampliamente conocido por ayudar, junto


con Wolfgang Köhler y Max Wertheimer, a establecer las bases de
la escuela de la Gestalt, que en retrospectiva supondría un
antecedente fundamental para la psicología cognitiva moderna tal
como la entendemos.
Biografía de Kurt Koffka Koffka nace en la Berlín de
1886, en el seno de una familia acomodada y conocida por ser un
largo linaje de abogados y estudiosos del derecho. Ya desde joven,
Koffka rompe con lo tradicional y, en lugar de decantarse por la
carrera de Derecho, estudia Filosofía en la Universidad de Berlín.
Koffka siente que pertenece a este ámbito y termina
doctorándose en 1908. Su tesis, titulada “Investigaciones
Experimentales del Ritmo”, es llevada a cabo bajo la tutela de Carl
Stumpf, importante representante de la psicología fenomenológica.
Durante esta época vive en Edimburgo, que le permite perfeccionar
su inglés y obtener una posición ventajosa con respecto a sus
compañeros para poder introducir sus teorías en los países de
habla inglesa antes que nadie.
Después de trabajar en diferentes laboratorios de psicología que
cuestionan el elementarismo alemán dominante, Koffka viaja a
Frankfurt y Main donde se asocia con Köhler y un Wertheimer
recién llegado con miles de ideas acerca de la percepción que
podrían a prueba en numerosos experimentos. Estos trabajos
darían su primer fruto en 1912, cuando Wertheimer publica un
artículo sobre la percepción del movimiento que da a luz el
movimiento que constituye la escuela de la Gestalt.
Varios años después, tras la primera guerra mundial, se traslada a
Estados Unidos como profesor universitario y participa, junto con
Köhler en 1925, como representante del movimiento gestáltico en
las conferencias de la Clark University, conferencias en las que
años atrás habían participado también figuras como Freud y Jung.
Koffka permaneció activo como profesor universitario, investigador y
escritor hasta el último de sus días en 1941.

La contribución de Koffka desde la


Gestalt
Resulta imposible hablar de la contribución de Koffka sin tener en
cuenta la singular colaboración que dio a luz el movimiento gestalt.
Los tres nombres originalmente asociados a este forman un
triunvirato indisoluble y, hasta cierto punto, es difícil atribuir
aspectos particulares de la teoría a cada uno.
Sin embargo, cada uno de los tres jugó un papel diferenciado en el
grupo e hizo su propia contribución, siempre desde una base común
y el respeto por el trabajo de los otros dos.
En el contexto de una psicología gestáltica que rompe con el
reduccionismo, que postulaba que si la psicología era una ciencia
entonces debía ser capaz de reducir los fenómenos a elementos
constituyentes, a Koffka se le atribuye un gran cuerpo de trabajo
empírico.
Probablemente su contribución más famosa sea la aplicación
sistemática de los principios gestálticos en sus dos trabajos más
conocidos: El Crecimiento de la Mente (1921) y Principios de la
Psicología Gestáltica (1935).

La mente infantil
En El Crecimiento de la Mente, Koffka argumenta que las primeras
experiencias infantiles se organizan como “todos”, en lugar de la
caótica confusión de estímulos que según William James perciben
los recién nacidos. A medida que crecen, dice Koffka, los niños
aprenden a percibir los estímulos de una forma más estructurada y
diferenciada, en lugar de como un “todo”.
Koffka dedica buena parte de este libro a argumentar contra el
aprendizaje ensayo-error. Él, a través de las investigaciones de
Köhler, defiende el insight. Es decir, que el verdadero aprendizaje
ocurre a través de la comprensión de la situación y de los
elementos que la componen, no de dar con la solución de un
problema por puro azar. Este concepto revolucionario contribuyó en
gran medida a que el enfoque pedagógico norteamericano se
desplazase de un aprendizaje memorístico al aprendizaje por
comprensión.

Percepción y memoria En Principios de la Psicología


Gestáltica, Koffka continúa con la línea de investigación de la
que originalmente nace el movimiento gestáltico: la percepción
visual. Además, reúne la ingente cantidad de trabajo llevada a cabo
por los miembros del grupo de la gestalt y sus estudiantes y
profundiza en temas como el aprendizaje y la memoria.
Koffka da mucha importancia a los trabajos sobre la constancia
perceptiva, a través de la cual los humanos somos capaces de
percibir las propiedades de un objeto como constantes, aunque las
condiciones como perspectiva, distancia o iluminación cambien.
Al hablar de aprendizaje y memoria, Koffka propone una teoría de
las trazas. Supone que cada suceso físico experimentado hace
surgir una actividad específica en el cerebro, que deja una traza de
memoria en el sistema nervioso aunque el estímulo ya no esté
presente.
Una vez formada la traza de memoria, todas las subsiguientes
experiencias relacionadas implicarán una interacción entre el
proceso de memoria y la traza de memoria. Esta circularidad donde
las trazas antiguas afectan a los procesos nuevos recuerda a las
teorías de Piaget, que junto con Lev Vygotsky se convertirían en el
fundamento del constructivismo. Asimismo, siguiendo esta
teoría explica también el olvido. Otorga un papel muy importante a
la disponibilidad de las trazas, una idea que sorprende por la
semejanza con las explicaciones de las que disponemos hoy en día
sobre el recuerdo. Es innegable que Koffka, como individuo y
como fundador de la Gestalt, es un pilar fundamental de la
psicología moderna. Tanto a través del cognitivismo como del
constructivismo, vemos reflejado su legado

Terapia Gestalt: ¿qué es y


en qué principios se
fundamenta Muchas veces asociamos
la psicoterapia a una forma de intervención que sólo puede ser

de utilidad para personas con graves problemas psicológicos o

de salud.

Es posible que esto sea así por la confusión que existe a la hora
de diferenciar conceptos como la psicología y la psiquiatría, o
por la manera en la que los medios de comunicación y las ficciones
audiovisuales retratan a los psicoterapeutas: personas que sólo
entran en escena para ayudar a personas infelices, que no
logran sus objetivos y que, en muchos casos, se encuentran en
riesgo de exclusión social.

Sin embargo, esto no es así. Entre otras cosas, porque existen


enfoques psicológicos cuyo objetivo es disponer las herramientas
terapéuticas necesarias para que las personas puedan tender a
la autorrealización y a la creación de un sentido para sus propios
actos. Es el caso de la Psicología Humanista, dentro de la cual
encontramos un tipo de terapia muy conocido: la Terapia Gestalt.

¿Cómo es la Terapia Gestalt?


La Terapia Gestalt, o terapia Gestáltica, es un tipo de terapia
psicológica que se enmarca en la categoría de la Psicología
Humanista en el sentido de que asume la manera en la que el
pensamiento humanista concibe al ser humano, sus metas y su
abanico de necesidades y potencialidades. Además, tal y como su
nombre indica, recoge los principios teóricos de laPsicología de
la Gestalt y los utiliza para proponer una forma de psicoterapia.
Los principales responsables del desarrollo de este tipo de
psicoterapia son autores como como Paul Goodman, Isadore
From y, especialmente, Fritz Perls y Laura Perls. Desde la
consolidación de la Terapia Gestalt a mediados del siglo XX se ha
trabajado mucho para externder su aplicabilidad más allá de la
psicología clínica tal y como la entendemos clásicamente, y por eso
es posible encontrar formas de esta terapia en intervenciones sobre
comunidades, organizaciones o dinámicas de trabajo concretas.

En definitiva, la Terapia Gestalt ha florecido extendiéndose a


una gran cantidad de ámbitos sociales y humanos para poner
en práctica los principios de la Gestalt en todo tipo de
objetivos. Es por eso que, aunque este tipo de terapia se relacione
con la idea de desarrollo personal, no se limita al ámbito de la
clásica consulta psicológica, sino que puede entenderse como una
herramienta para redefinir los estilos de vida en su totalidad.

Los principios de la Terapia Gestalt


La Terapia Gestalt pone énfasis en la manera en la que las
cosas que se experimentan son formuladas mentalmente, más
que preocuparse por el contenido de lo que nos ocurre. Esto
significa que desde este tipo de terapia la importancia recae en
la forma en la que se experimenta algo, y no tanto en ese "algo" en
sí. No se interviene a partir de preguntas como "¿qué nos ocurre?",
sino desde el "¿cómo nos ocurre y cómo lo experimentamos?". Es
un enfoque que remarca el papel de las sensaciones subjetivas, ya
que parte de los planteamientos de la Psicología Humanista.

Este énfasis en los procesos por encima de los contenidos y de lo


subjetiva por encima de lo objetivo se puede desplegar en tres
principios teóricos: la experimentación del "aquí y ahora", la toma de
conciencia y la responsabilidad.

1. Aquí y ahora

Desde la Terapia Gestalt se asume que los seres humanos


percibimos todo lo que nos ocurre como una experiencia
unificada. Esto significa, entre otras cosas, que nuestra idea de lo
que es en futuro y el pasado no son más que proyecciones de cómo
vivimos el presente. En definitiva, trabajando nuestra manera de
pensar el presente estaremos interviniendo sobre nuestras maneras
de plantearnos el futuro por llegar y el modo en el que echamos la
vista atrás para revisar el pasado.

Esta idea, por cierto, cuenta con el respaldo de unas


investigaciones que hicieron famoso al psicólogo Gordon H.
Bower.

2. Toma de conciencia

El la Terapia Gestalt es imprescindible tomar nota de lo que le


ocurre a uno mismo. Sólo a partir de ese modo se podrán
detectar nuevas formas de formular la experiencia del aquí y el
ahora en términos que nos acerquen más a la autorrealización.

Echar la mirada hacia las propias experiencias y pensamientos nos


permite, por un lado, ser mejores reconociendo nuestro estilo a la
hora de experimentar, y por el otro, tener más poder de decisión a
la hora de cambiar nuestra manera de ver las cosas. En otras
palabras, podría decirse que ser honestos con nuestra manera de
experimentar nos permite desarrollar una mejor Inteligencia
Emocional.

3. Responsabilidad Tomar conciencia de los propios


actos y estilos de experimentar las cosas implica también
asumir las consecuencias de esas opciones. A partir de la
aceptación de los errores y la hipotetización de los riesgos, se gana
autonomía. Esto abre el abanico de opciones y de concepción de
sentidos en los que se puede actuar, desde una perspectiva
existencial. La irresponsabilidad se considera fruto de una ilusión,
una negación del presente y una negativa a la hora de tomar
conciencia. Es por eso que la Terapia Gestalt enfatiza la necesidad
de asumir responsabilidades, no ya para mejorar la convivencia con
los demás, sino para ser más libres y más capaces de dotar de
significado a nuestras vidas. En definitiva, los terapeutas que se
adscriben a la Terapia Gestalt entienden que sus
intervenciones deben centrarse en la autonomía y las
potencialidades de la persona. Una buena manera de
experimentar lo que ocurre puede servir para saber guiarse a uno
mismo a través de esa jungla de opciones posibles, de maneras de
concebir la propia existencia
Tres principios fundamentales de la
psicología Gestalt
La terapia psicológica basada en la psicología Gestalt se basa en tres
principios esenciales que son los siguientes:

El conocimiento de uno mismo

El conocimiento de uno mismo nos llevará a saber mejor por qué


reaccionamos, sentimos y nos comportamos de una determinada forma.
Esta visión nos permitirá ver la realidad de otra manera y actuar sobre
nuestra vida.

La importancia del ahora

En la terapia Gestalt lo que importa es el momento actual, el presente,


porque se sostiene que el pasado y el futuro son simples proyecciones de lo
que ocurre ahora. La forma en la que vemos la vida ahora influye
nuestra visión sobre nuestro pasado y nuestro futuro.

La asunción de responsabilidad

La psicología Gestalt entiende que cuando asumimos la responsabilidad de


lo que nos ocurre y de nuestra vida aumentamos nuestra autonomía y
somos capaces de conocer nuestras habilidades y nuestro potencial como
personas

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