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Ep IT 0 pS SPASSKY BERNARD CAFFERTY oem key de un (Orme Lm lgd En 1969, Boris Spassky, el Gran Maestro Ruso, derroté a Tigran Petrosian y se corond Cam- peén del Mundo, vengando asi la estrecha derrota sufrida tres afios antes. Como el actual Campeén del Mundo Bobby Fischer, Spassky posee un soberbio juego de ataque y es consi- derado como uno de los mas sobresalientes Grandes Maestros de todos los tiempos. Los veinte afios de lucha que le Ilevaron a la cumbre estin magnéficamente representados en esta coleccién de sus 100 mejores partidas, comenzando con su victoria en 1949 en el Cam- peonato Juvenil de Leningrado cuando Spassky tenia once afios y terminando con las partidas que le proclamaron Campeén del Mundo. Este libro contiene, ademas, una fascinante se- leccién de jugadas victoriosas con sus corres- pondientes anilisis. Leonard Barden, ex cam- peén britdnico y que ha conocido a Spassky durante los tltimos diez afios, contribuye tam- bién con un largo y perspicaz prologo en el que pinta un retrato tanto del hombre como del jugador. BERNARD CAFFERTY es un destacado juga- dor internacional britanico. Ademds de esta obra, ha traducido el clasico Pensemos como un gran maestro, de Alexander Kotov y publicado Las mejores partidas de Botvinnik. LAS 100 MEJORES PARTIDAS DE SPASSKY Titulo original: Spassky’s 100 Best GaMES Edicion original: B. T. BATSFoRD LTD., LONDRES THE MACMILLAN Company, NUEVA YORK 12 ed., 1972; 2.9 ed., 1973 Traduccién GREGORIO VLASTELICA Cubierta Gracia / PERCEVAL BERNARD CAFFERTY LAS CIEN MEJORES PARTIDAS DE SPASSKY Introduccién de LEONARD BARDEN ® EDITORIAL POMAIRE Santiago de Chile / Buenos Aires México / Barcelona © 1972 by The Chess Player ISBN: 0-7134-0275-6 (Gran Bretafia) © 1973 by Editorial Pomaire, S. A. Avda. Infanta Carlota, 100 / Barcelona - 15 / Espafia ISBN: 84-286-0389-8 Depésito Legal: B.30.017-1973 Printed in Spain Compuesto por EMEGE Londres, 98 y E. Granados, 91 / Barcelona-11 Impreso por Graficas M. Pareja Montafia, 16 / Barcelona-13 INDICE Agradecimientos Introduccién de Leonard Narden 1949-57 1958-61 1962-65 1966-69 1969-70 Perfeccionamiento continuo (partidas ‘1-24) Fracaso y éxito (partidas 25-44) Camino de regreso (partidas 45-71) La segunda vez (partidas 72-88) Digno campeon (partidas 89-98) 1971 Sucesos recientes (partidas 99-100) jDescubra la continuacién vencedora! Soluciones Historial de juego ie Spassky Indice de adversariys Indice de aperturas il 37 97 151 221 275 299 307 313 317 321 323 AGRADECIMIENTOS El autor desea expresar su reconocimiento a R.G. Wade y D.T. Fairbank, bibliotecario del Club de Ajedrez de Bir- mingham, por permitirle el acceso a fuentes de informa- cién que su biblioteca personal no incluia. También desea hacer llegar sus agradecimientos a los seftores A.J. Gillam, R.D. Keene y D.N.L. Levy por su ayuda y consejo. Debe mencionar en particular a J.M. Ripley, quien fue el primero en sugerir que el autor deberia hacerse cargo de la tarea de proporcionar al publico de habla inglesa, aficionado al ajedrez, un registro actualizado de la carrera del campeon mundial. INTRODUCCION de LEONARD BARDEN Boris Spassky ha tenido una carrera ajedrecistica curiosamente irregular para un campeén mundial. Nifio prodigio, campeén ju- venil del mundo y el mas joven jugador (a los 18 afios) clasificado para el Interzonal. (Mas tarde, Fischer bajé el récord a 14 ajfios). Spassky era el principe heredero del ajedrez internacjonal antes de cumplir veinte afios. Después vinieron afios de desilusiones, conflictos con su entrenador y con los circulos oficiales del aje- drez, y el divorcio, antes de que una segunda oleada condujera a Boris a la cima en 1969. Mientras este libro se encuentra en prensa, la falta de conviccién en el juego de Spassky parece haber vuelto, en vista del desafio de Bobby Fischer.! Estos altibajos en su carrera ilustran una paradoja personal que el mismo Spassky percibe. El mds atractivo campeén desde Capablanca, con una merecida fama de persona amistosa, afable y desprejuiciada, se siente también mas inclinado a dudar de si mismo que cualquier otro campeén desde Morphy, y esta mas comprometido con los aspectos psicolégicos del ajedrez que cual- 1, La edicién origina. de este libro aparecié en Inglaterra en junio de 1972. Todos saben cual fue el resultado del Campeonato Mundial disputado en Reykjavik en julio de 1972. El aficionado puede encontrar las jugadas de este histérico torneo en la obra Fischer contra Spassky, anotadas por el Gran Maestro Internacional Svetozar Gligoric (Ed. Pomaire, 1972). (N. del E.). il quier otro de los que han obtenido el titulo nundial, con la po- sible excepcién de Emanuel Lasker. Las primeras impresiones que se reciben deSpassky nos mues- tran un ser encantador, atractivo y relajado que acepta a los desconocidos sin dificultades. Boris es poco c:remonioso, le gus- ta conversar, hacer amistades y visitar paises 1esconocidos. Mide 1,78 m y tiene el fisico atlético del que pracica el salto alto y juega al vodleibol, aunque recién ahora empiez a acusar los pri- meros sintomas de cierto engrosamiento que trae consigo la ma- durez. La cara es atractiva; en ella se destacan tm par de reflexivos ojos verdes y cabello castafio, impecablement> peinado. Ultima- mente se lo ha dejado crecer y lo acompafia un par de pulcras patillas. Su voz es profunda, mds masculina cue musical. Fuma generalmente dos cigarrillos en una hora, ocasionalmente mu- chos mas. Una vez le pregunté qué consejo le daria a un joven jugador que quisiera llegar a ser maestro de ajedrez. Levant6 sus manos con fingido horror y me dijo: «No, por favor, esa pregunta no. Capablanca dio un consejo muy bueno: estudiar ajedrez desde el final de la partida. Es el tipo de consejo que todo el mundo da a todo el mundo, algo asi como “deje de fumar”.» Y Boris, sonriendo, sacé el ultimo cigarrillo de su paquete y lo encendid. Le gusta este tipo de humor sardénico. En otra oportunidad, me describié la escasez de alimentos que habia sufrido su familia durante la segunda guerra mundial, cémo su madre se habia enfermado mientras su padre se habia visto incapaz de prestar ninguna ayuda. «Habria que advertir a los nifios», comenté con su sonrisa burlona. Su ironia incluye la mimica. Pudo haber tenido una exitosa carrera como actor; de hecho, una vez se le ofrecié un trabajo en el campo. Actual- mente, ha limitado su talento a la imitacién de otros grandes maestros. Uno de sus numeros favoritos muestra a Botvinnik dan- do una solemne conferencia sobre cémo entrenarse para torneos y derrotar a Petrosian. El melancélico encantador Boris habla inglés bien, a pesar de que su vocabulario y su ento- nacién son generalmente superiores a su gramattica. Si se le pre- gunta algo, se descubrira su desconcertante cositumbre de mirar 12 inexpresivamente mientras busca la respuesta, casi como si se tratara de una prregunta que implicara alguna novedad tedrica de la Ruy Lépez. Al conocerlo mejor, se capta su honda conciencia de los sentimienitos y de las emociones, su gentileza natural y su modestia. Muchos campeones de ajedrez tienen una actitud materialista respecto a sus carreras, tipica de los deportistas profesionales que forman parte de un circulo internacional. La unica diferencia consiste en que su campo de actividad es mental y no fisico. Spassky es emocionalmente mds complejo. En la superficie se encuentra ironia y encanto. Robert Byrne lo ha llamado reciente- mente un «gentleman», maximo elogio que un anglosajén puede hacer a un eslavo. Sin embargo, Spassky presenta a menudo en su personalidad una faceta profundamente introspectiva y me- lancélica que aparece incluso en los momentos que podrian con- siderarse menos apropiados. Esta faceta sugiere que gran parte de su vida, como la de los artistas, transcurre bajo la superficie. El comentarista de Tass sefial6 que Petrosian parecia relajado y satisfecho cuando llegé al Club Central de Ajedrez de Moscu para abandonar la octava partida y quedar con dos puntos menos para el campeonato mundial por el titulo, en 1969, pero el vence- dor se veia cariacontecido y deprimido. Un periodista yugoslavo le pregunté a Boris, después que ganara el titulo: «¢Pierde alguna vez su entusiasmo por la vida?» «Si, pero cuando estoy deprimido mi entrenador Bondarevsky se convierte en optimista, y viceversa. Nos complementamos perfectamente». Este aspecto melancolico de la naturaleza de Spassky se re- fleja en la modesta apreciacién de su propio éxito. Es signifi- cativo que siempre haya asegurado que «la partida de su vida» es una derrota, que sufriéd ante Polugaevsky en el Campeonato de la U.R.S.S., en enero de 1961. Los antecedentes familiares de Boris no hacian pensar que los Spassky fueran a producir tanto un campeén de ajedrez como una campeona de damas en la misma generacién. (La atractiva Irina, de 27 afios, hermana de Boris, ha ganado mds de una vez el Campeonato Femenino de Damas de la U.RS.S.) El abuelo pa- terno de Boris erz un sacerdote ortodoxo. Su otro abuelo, aunque algo pobre, fue elegido delegado de su distrito de Kursky Guberna (a unos 400 km. Je Moscu), para una de las asambleas en San Petersburgo. Representa, tal vez, el lado judio de los antecesores de Boris. Ambas ‘amilias eran —segun palabras de Boris— muy 13 numerosas. Su padre, que estudié ingenieria civil en Leningrado, tenia 10 hermanos. Su madre, profesora de primaria, era la mayor de nueve. Los Spassky se conocieron y se casaron a comienzos de 1930 y, usando las irénicas palabras de Boris, «decidieron procrear». Su hermano mayor tiene 36 afios y trabaja como electricista en una fabrica. El escritor inglés sobre temas dz ajedrez, David Hooper, sustenta la teoria que un buen nimero de grandes maes- tros son hijos segundos y, mas especificamente, segundos hijos varones de una familia. Spassky, Alekhine, Botvinnik y Fischer figuran entre los casos conocidos. Boris nacié el 30 de enero de 1937. Sdlo tenia cuatro afios cuando ocurrié la primera crisis de su vida. Los alemanes inva- dieron la Unién Soviética en 1941. Y la ciudad de Leningrado fue muy pronto sitiada. Boris fue evacuado a Mosct dos meses después de estallar la guerra y fue devuelto a Leningrado sdlo cinco afios mas tarde. La guerra y el asedio trajeron consigo ta- les tensiones que el matrimonio Spassky se deshizo. La madre de Boris era la personalidad mas fuerte, una mujer con creencias firmes y simples. Cuando era joven profesora fue dirigente de Komsomol, le gustaban las canciones revolucionarias, sin dejar de ser puritana y religiosa. Boris me ha dicho: «Tiene la firme creencia que en el mundo todo es bueno y que el ser humano debe tomar una actitud muy calmada ante la vida». La sefiora Spassky tiende a ser tenaz y es esta faceta la que Boris sefiala como su caracteristica mds destacada como jugador de ajedrez. Indiscutiblemente, este es un aspecto que Spassky admira. Escri- biendo para Chess Life and Review, en 1971, sobre la partida entre Petrosian y Korchnoy describid a este ultimo como «un luchador de una tenacidad que cualquiera envidiaria. Es tenaz en la defensa y puede “enojarse” mucho, en la acepcién deportiva de la palabra». Los padres de Boris se divorciaron en 1944. Los tres nifios permanecieron con su madre y desde entonces Boris ha visto a su padre una o dos veces por afio, a pesar de vivir ambos en Moscu. El padre de Spassky se ha divorciado dos veces. La ausen- cia de una sdlida figura masculina en sus afios de formacién ha sido, probablemente, uno de los factores que luego hicieron que Boris buscara un entrenador al que pudiera admirar como padre y como hombre de familia. Resulta obvio comparar a Spassky, cuyas mejores victorias en el ajedrez coinciden con el feliz pe- 14 riodo en el cual trabajaba con el gran maestro Bondarevsky, con Fischer —su padre también desaparecié de la escena familiar du- rante su primera infancia— cuyo genio ha alcanzado la plenitud en los ultimos dos afios, unido a otra personalidad fuerte, el Direc- tor de la USCF y ex coronel del ejército estadounidense, Ed Edmondson, que acttia como su agente. En opinidn del que escribe, esta similitud en los antecedentes familiares de ambos es una de las causas de la inesperada simpatia y amistad que existe entre Spassky y Fischer antes de su gran lucha en 1972. Aprendiendo a jugar Boris aprendié a jugar ajedrez a los cinco afios. Fue un accidente afortunado antes que un plan familiar, ya que el padre de Boris preferia el domino y la madre estaba demasiado absorbida por su trabajo y sus preocupaciones como para tener tiempo para juegos. Después de la evacuacién de Leningrado, Boris fue des- tinado a una casa particular con otros nifios. «Recuerdo que mi pieza favorita era la torre. Me gustaba mucho porque se movia en linea recta. Luego olvidé completamente el ajedrez hasta que nuestra familia volvid a Leningrado después de la guerra.» Probablemente, tuvo suerte al aprender a jugar a tan temprana edad. Una investigacién reciente realizada por el psicdlogo Nikolai Krogius, publicada en la revista letona Sah ha demostrado una intima correlacién entre los grandes maestros que han aprendido ajedrez antes de los ocho afios y aquellos cuyas carreras se han mantenido en la cumbre durante largas temporadas. Cuando la familia volvid a Leningrado, después de la guerra, Boris vio por casualidad un club de ajedrez. «Senti una gran pa- sién y un enorme respeto por él. Entonces empecé a visitar un pabellén especial de ajedrez en el parque central de Leningrado. Lo mas interesante, y lo recuerdo muy bien, era que tenia miedo de pedir que jugaran conmigo y pasé como espectador los dos primeros meses. Luego comencé a aprender mis primeras ju- gadas. El club sdélo estaba abierto durante el verano y para mi fue una verdadera tragedia cuando cerré en septiembre. Sin aje- drez, era como estar muerto. Recuerdo que iba al pabellén a las 11 de la mafiana y volvia a las 11 de la noche. Yo tenia nueve afios. Habia muy poco que comer porque el periodo de posguerra, en 1946, fue una época de mucha hambre.» 15 Al afio siguiente, Boris ingresé en el Palacio de los Pioneros de Leningrado y comenzé a jugar ajedrez mas sistemdticamente. Empezé a mejorar, pero sin creer verdaderamente que era un jugador fuerte: «Cuando se obtienen buenos resultados, se o- mienza a comprender que no se juega ajedrez tan bien». En el Palacio de los Pioneros conocié a su primer entrenador, Vladimir Zak, un maestro candidato y el entrenador mas antiguo del pa- lacio. Boris lo recuerda como «muy interesante y muy compren- sivo. A veces me daba lecciones de ajedrez, me ensefiaba varian- tes de aperturas y tal vez captara que yo tenia talento para el ajedrez. Comprendiéd que, probablemente, yo seria fuerte en el futuro. Fue mi entrenador y profesor durante cinco afios, un pe- riodo bastante bueno». Zak fue el primero en analizar concienzuda- mente una jugada de la Defensa Nimzoindia (1. P4D, C3AR; 2. P4AD, P3R; 3. C3AD, ASC; 4. ASC) posteriormente adoptada por Boris y con la que obtuvo su primera victoria importante contra un gran maestro en Bucarest, en 1953, jugando contra Smyslov. El joven maestro — El calculador apasionado A los nueve afios, Boris tenia una curiosa mezcla de pasién inte- rior y frialdad exterior en su forma de enfrentar el ajedrez. Ama- ba mas el juego que los resultados, a pesar de que se enojaba y a menudo lloraba si perdia. En 1947, cuando tenia 10 afios, se encontré con un sorprendente portento del futuro, Victor Korch- noy, un dotado adolescente que era el campe6n juvenil soviético y que jugaba simultdneas contra los jévenes pioneros. Boris era su admirador: «En esa época, era como un dios del ajedrez para mi». En una de las demostraciones de Korchnoy contra quince oponentes, el joven maestro candidato decidié participar en una partida a la ciega, y casualmente Spassky era el adversario. Korchnoy gané facilmente y Boris, como de costumbre, llordé. Veintitin afios mas tarde, en la partida final de la serie de reta- dores, obtuvo el desquite. La dura prdctica en el Palacio de los Pioneros, unida con el inteligente entrenamiento de Zak, pronto desarrollaron sus talen- tos, pero aun era una época dura para él. «En 1946, yo era un jugador muy débil, de tercera categoria, pero tuve éxito porque en 1947 fui ascendido a segunda categoria, al afio siguiente a pri- mera y en 1949 me converti en maestro candidato. jBastante 16 bien! Jugaba, sin embargo, como un viejo, muy posicional y sd- lido. Esto es mas facil de entender si le cuento que cuando tenia seis o siete afios yo era el jefe de mi familia. Mi madre se encon- traba en una condicién muy dificil. Sola en Moscu con tres ni- fios, incapacitada para trabajar después de los cuarenta afios por- que se habja accidentado levantando un peso. Mi padre no podia hacer ya nada por su familia y algunos amigos ayudaban a mi madre para ir tirando. jEsto no era bueno para el ajedrez!» Krogius, escribiendo en el British Chess Magazine, en mayo de 1971, describia la impresién que producia Spassky a sus adver- sarios en esa época: «La gente comenzé a hablar de él como de un prodigio. Sin embargo, resultaba un insdlito wunderkind ya que era notablemente calculador y muy poco infantil frente al tablero. Sus primeras partidas eran demasiado frias. Recuerdo nuestro encuentro en el Campeonato Juvenil de la U.R.S.S. en 1947. Boris jugaba con las blancas, tenia un mejor final y, de pronto... me ofrecié tablas. Le pregunté la razén y en tono pro- fesional me respondié: «Ya habia decidido hacer tablas en esta partida cuando consideré la situacién general del torneo». Como puede verse, era la respuesta de una persona con experiencia, jno la de un nifio de diez afios!» concluye Krogius. _ En su interior, Boris todavia reaccionaba en forma emocional frente al ajedrez. Como me dijo: «Me apasionaba cuando era muy joven, hasta los nueve o diez afios. Entre 1946 y 1950, ju- gaba regularmente unas cinco horas diarias. Después el entu- siasmo disminuy6é y el ajedrez se convirtid en un habito diario. Probablemente, el amor entre las personas sufre la misma evo- lucién. Cuando nifio, nunca pensé que llegaria ser un jugador fuerte o un profesional. Mas tarde, cuando creci, comprendi que iba a ser necesario que tomara el ajedrez con mas seriedad, pero segui siendo perezoso. Esta es una contradiccién, pero esta en mi naturaleza el ser como un oso ruso». —cQué quiere decir un oso ruso? —Un oso ruso es alguien calmado y perezoso jhasta el extremo de considerar un esfuerzo ponerse de pie! De Bucarest a Amsterdam: el principe heredero A pesar de la cauta valoracién que el joven Spassky hacia de sus progresos, su fama comenzé a aumentar en forma constante, a partir de 1950. tf; 2 Us 100 MEJORES PARTID«S Dit SPASSKY Quedé segundo en el Campeonato de Leningrado, en 1952, detras de Taimanov, pero aventajando a Levenfish y Korchnoy. Botvinnik, que era al mismo tiempo la maxima autoridad de la administracion ajedrecistica soviética, y el campeén mundi, lo alabé con creces. En 1953, incluso antes de tomar parte en la se- mifinal del Campeonato de la U.R.S.S. fue uno de los jugadores soviéticos seleccionados para participar en el disputado Campeo- nato Internacional de Bucarest. El mundo del ajedrez comenzé a fijarse en él cuando derroté a Smyslov con la jugada de Zak: 4. ASC, en la primera ronda. La final del torneo lo situé en cuarto lugar junto con Bolevslavsky y Szabo, quienes participaron pos- teriormente en el torneo de candidatos de 1953. Boris tenia dieciséis afios, a esa misma edad Bobby Fischer abandono la escuela secundaria para concentrarse en el ajedrez. Boris también preferia el ajedrez y los deportes al aire libre a la vida académica. Cuando le pregunté acerca de las materias en las que obtenia mejores resultados, explicé: «Me gustaba mu- cho la Historia y, de hecho, todavia me gusta. Pero tenia mas éxito con las matematicas, y ésta fue la especialidad que comencé en la Universidad. La abandoné después de dos meses y me tras- ladé a periodismo. No me sentia capaz de realizar el trabajo sis- tematico que exigian. Fui un estudiante perezoso, el deporte ocu- paba la mayor parte de mi tiempo. Quedé en segunda categoria en salto alto. Logré pasar 1,81 m, es decir, tres centimetros mas que mi propia estatura. Nadaba y era medio centro en vdleibol. En la escuela secundaria, solia cantar himnos patridticos y era un orador bastante bueno.» —Por qué cambié de especialidad en la Universidad? —En matematicas, era necesario trabajar todos los dias, pero a menudo tenia que interrumpir mis estudios para asistir a tor- neos. De modo que me decidi por el periodismo, cuyas activida- des eran menos intensivas. Obtuve mi titulo; los ex4menes no eran diffciles. En realidad no soy un periodista en el fondo; ni siquiera me gusta escribir acerca del ajedrez. Durante un tiempo estuve a cargo de una seccién sobre ajedrez en un periddico de Leningrado, pero lo dejé. El tiempo que pasé en la Universidad no me sirvid de mucho, incluso es probable que sean cinco ajios perdidos. Fischer tiene toda la razén cuando dice que no es buena idea que los maestros de ajedrez estudien seriamente en la escue- la o en la universidad. 18 Después de Bucarest, la F.I.D.E. le otorgé el titulo internacio- nal de maestro. Su primera participacién en el Campeonato de la U.R.S.S. fortalecié esta imagen de principe heredero del mun- do del ajedrez. En el mismo lugar que Botvinnik, Petrosian e Ilvitzky, y sdlo a medio punto de los vencedores, Geller y Smyslov, Boris se habia convertido en el jugador mas joven del momento calificado para el titulo mundial interzonal. A continuacién, se convirtid en el primer soviético que particip6 en el Campeonato Mundial Juvenil y el unico en obtener el titulo, hasta que Ana- toly Karpov obtuvo el mismo triunfo en 1969. Aparte de un mo- mento, sumamente incémodo durante las preliminares, en que su posicién de enroque largo fue destrozada por Klages, un des- conocido ajedrecista de Alemania Occidental, no tuvo mas di- ficultades y gano la final con 8 triunfos en 9 partidas. Pocos dias después del torneo mundial juvenil, jugaba en el Interzonal. Nuevamente, como Bobby Fischer en su primer In- terzonal tres afos mas tarde, se clasificé con dificultad, empa- tando en el séptimo lugar con Pilnik y Filip. Pero ahora era un gran maestro internacional y ya se le reconocia como uno de los diez mejores del mundo. Al afio siguiente, quedé tercero en el Torneo de Candidatos de Amsterdam. Tenia sélo diecinueve afios de edad. Sorprendentemente, no sofiaba con conseguir el titulo mundial como era de esperar en un jugador joven, en esa si- tuacion. —Creo que nunca pensé en esa probabilidad (de llegar a ser campeon mundial) sdlo me preocupaba del torneo o de la partida siguiente. Mi actitud cambid sdlo mucho mas tarde, en 1964, cuando fui el arbitro principal de la competicién entre la Repu- blica Rusa y Budapest. Quise hacer una broma y dije a Bonda- revsky: «Seré campedén del mundo». Luego vi que mi broma te- nia posibilidades de convertirse en realidad, y que mi posicién era sdlida. Esa fue la primera vez que pensé seriamente en el titulo. —Debe de haberlo pensado un poco antes, después de todo era uno de los ocho éspirantes. —No, no me hacia ninguna ilusién respecto del resultado. Aun- que fue muy interesante para mi, pues me permitid competir con grandes maestros como Keres y Symslov. Comprobar la forma seria y nerviosa «n que los candidatos tomaban su preparacion para el torneo result6 toda una revelacién. Recuerdo especial- mente una tarde en que Bronstein queria asegurarse respecto de 19 sus posibilidades. Tomé tres dados y los lanzé tres veces. Obtuvo tres cincos cada vez, y decidié que era un buen augurio. En la ronda siguiente, le tocé jugar contra Smyslov y perdi, arrasado por completo. Traté de comprender la situaci€n; yo era muy jo- ven y me daba cuenta de que los demas jugacores estaban exci- tados y nerviosos. Yo me sentia muy tranquil. Comprendi que era un jugador muy débil en ese conjunto, p2ro que tenia que luchar. A pesar de sus modestas esperanzas en Amsterdam, Boris ter- mino en tercer lugar, aventajado por Smyslov y Keres. Sdlo per- dié ante Geller y Szabo. Como escribid Wade en Soviet Chess: «Parecia que la llegada del mas joven de los grandes maestros al trono del campeonato mundial se efectuaria con la misma segu- ridad con que lo hizo Capablanca y que era s6lo cuestién de tiempo.» La tragedia de Riga Los resultados menos favorables de Boris en los dos afios siguien- tes parecieron al comienzo una reaccién natural ante la brillan- tez de sus logros en 1955 y 1956. Empaté con Averbakh y Taima- nov en el Campeonato de la U.R.S.S. de 1956, pero se enfermé du- rante la competicién de desempate y no se presenté a una partida. El campeonato de 1957 brindé brillante éxito para Mikhail Tal, quien muy pronto ocuparia el lugar de Boris como héroe de la generacion joven. Tal obtuvo el titulo mientras Spassky empataba en un util cuarto lugar. Sin embargo, el comienzo del Campeo- nato de 1958 en Riga, que era otro torneo zonal por el campeo- nato mundial, parecié indicar que Spassky surgia nuevamente. Un poderoso triunfo sobre Bronstein en la décima ronda, le propor- cion6 el estupendo puntaje 7-2 (el sorteo lo Ilevé pronto a la se- gunda eliminatoria). Luego aparecieron signos de nerviosismo e inquietud que no auguraban nada bueno. Perdié ante Gurfenidze y Kotov. ¢Dénde estuvo el fallo? «En primer lugar, tenia poco espiritu de lucha. Si perdia una partida no podia dormir; mientras que ahora si me ganan siento una gran energia para luchar de nuevo e incluso creo que la derrota me ayuda. En 1958, me puse mds ambicioso, en realidad demasiado ambicioso. Cuando uno participa en un torneo deberia 20 pensar en el resultado, pero yo cometi el error de esperar mds de lo que razonablemente podia lograr.» Fue en la ultima ronda de Riga cuando Spassky jugé una par- tida que se convirtié en un presagio de su falta de éxito en los afios siguientes y que, por un tiempo, amenaz6 con destruir su confianza en si mismo, tal como hicieron los encuentros Car- doso-Bronstein, Portoroz, 1958, y Quifiones-Stein, Amsterdam, 1964, a otros dos aspirantes al titulo. Se enfrenté a Tal, quien debia obtener un triunfo para seguir siendo campeén, mientras que él necesitaba a su vez el puntaje completo para asegurarse un lu- gar en la Interzonal. Spassky rehusé unas tablas al comienzo y obtuvo una posicién muy superior. La partida, que se disputaba en forma encarnizada, fue aplazada después de cuarenta jugadas y ambos jugadores pasaron toda la noche analizando. Boris me describié lo que ocurrié al dia siguiente: «La partida fue aplazada. Yo tenia una buena posicién, pero estaba cansado de analizar y me presenté a la mafiana siguiente sin siquiera afeitarme. Gene- ralmente, antes de jugar partidas importantes, me doy un bajfio y voy bien vestido. Habitualmente trato de presentarme comme il faut. Pero en esta ocasién habia Ilevado a cabo un analisis in- cesante y me acerqué al tablero sintiéndome muy cansado y con un aspecto desarreglado. Luego, me porté con la obstinacién de una mula. Recuerdo que Tal me ofrecié tablas, pero las rechacé. Posteriormente senti que mis fuerzas me abandonaban y perdi el hilo del juego. Mi posicién se deterioraba. Propuse unas tablas que Tal rehusé. Cuando abandoné, los aplausos sonaron atrona- doramente, pero yo me sentia aturdido y apenas comprendia. Senti que el mundo se hundia, que en alguna parte habia un error. Después de esta partida sali a la calle y lloré como un nifio. Re- cuerdo que la ultima vez que lloré fue en 1951, cuando perdi ante Smyslov en la simulténea con reloj. Habia prometido no volver a hacerlo nunca mas, pero después de mi derrota frente a Tal no pude mantener mi promesa.» Este episodio tenia todavia una influencia decisiva tres afios mas tarde durante el siguiente torneo zonal, en la primavera de 1961, Debia vencer a Stein en la ultima ronda para obtener la ca- lificacién para la Iaterzonal, pero atacé en forma nerviosa e im- prudente aplazandc con una posicién perdida. Analizé, no encon- tré posibilidades de hacer tablas, se dirigid a la habitacién de Stein y le ofrecié

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