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CONCEPTO:
Es un movimiento literario, cultural e ideológico que surge inspirado en
el poblador andino mal llamado “indio”, en la década de 1920, en los
países hispanoamericanos con población de habla quechua (Perú,
Bolivia y Ecuador) En el Perú, alcanza mayor apogeo en las décadas 30
– 40 del siglo pasado.
2. CARACTERÍSTICAS:
Contrariamente al indianismo de Ventura García Calderón, muestra al
indio tal como es; un hombre con dignidad, con costumbres y
tradiciones propias, capaz de organizarse y realizar, de manera
colectiva, obras trascendentales y luchar por su reivindicación.
Exalta los valores, las creencias, tradiciones y cosmovisión,
milenarias del hombre andino.
Plantea la reivindicación racial, cultural y social del indio por él
mismo.
Denuncia la condición de humillado, explotado y excluido social del
“indio” ejercida por el gamonal, las autoridades corruptas y la
iglesia católica.
Señala que el problema del indio empieza por la tierra.
Refleja la contradicción social, política y cultural del mundo de arriba
(andino, con raíces incaicas) y el mundo de abajo (costa, con raíces
españolas)
Revalora al quechua como lengua andina y demuestra la fuerza
connotativa y expresiva de su literatura.
Rechaza la imagen pintoresca y falsa del indio mostrada por Ventura
García Calderón.
3. REPRESENTANTES:
EN NARRATIVA:
Ciro Alegría (trujillano) con “El Mundo Es Ancho y Ajeno”.
José María Arguedas (apurimeño) con “Todas las Sangres”.
Manuel Robles Alarcón (apurimeño) con “Sara Cosecha”.
Alcides Arguedas (boliviano) con “Raza de Bronce”.
Jorge Icaza (ecuatoriano) con “Huasipungo”.
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EN POESÍA:
Mario Florián (cajamarquino) con “Urpi”.
Kilku Warak’a (cusqueño) con “Taki Parwa”.
Luis Nieto Miranda (cusqueño) con “Charango. Romancero Cholo”.
Efraín Miranda (puneño) con “Choza”.
EN ENSAYO:
Luis E. Valcárcel (cusqueño) con “Tempestad En Los Andes”.
Uriel García (cusqueño) con “El Nuevo Indio”.
Gamaliel Churata (puneño) con “Qori Challwa”.
José Carlos Mariátegui Lachira (moqueguano) con “Siete Ensayos de
Interpretación de La Realidad Peruana”.
“YAWAR FIESTA”
A. CRONOLOGÍA DEL AUTOR:
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1927: Deja el internado, pero continúa sus estudios en Ica. Viaja a
Huaytará, donde vive el padre, separado de la madrastra. Por ser
serrano quechuahablante una compañera de quien él se había
enamorado lo desprecia.
1929: Es matriculado en el colegio Mercedario de Lima.
1931: Ingresa en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos a su
facultad de letras.
1932: Muere el padre. Sin apoyo económico busca trabajo y encuentra
como portapliegos del Correo Central.
1933: Publica los cuentos: “Warma Kuyay” (Amor de Niño), “Los
Comuneros de Ak’ola”, “Los Comuneros de Utej-pampa” en el
semanario “La Calle” de Lima. Asimismo, en el semanario “La
Prensa” publica otros dos cuentos más “Kollkatay – pampa” y “El
Vengativo”.
1935: Publica su primer libro de cuentos: “Agua”. Con este obtiene el
segundo premio de un concurso internacional convocado por la
revista americana de Buenos Aires.
1937: Concluye la especialidad de Literatura. Por participar en una
manifestación estudiantil en la San Marcos contra el ingreso a esa
casona de un militar fascista es detenido y recluido en el penal “El
Sexto” y pierde su empleo.
1939: Se casa con Celia Bustamante Vernal. Trabaja como profesor de
Castellano y Geografía en el Colegio Mateo Pumacahua de Sicuani –
Cusco.
1941: Ingresa al Ministerio de Educación como colaborador en la reforma
de los planes de educación secundaria. Publica “Yawar Fiesta”, su
primera novela.
1950: Concluye la especialidad de Antropología en San Marcos.
1553: Es nombrado jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de
Cultura Peruana.
1954: Publica en la revista Letras Peruanas el cuento “Orovilca” Y en
volumen editado en Lima por Mejía Baca la novela: “Diamantes y
Pedernales”.
1955: Gana un premio en México con el cuento: “La Muerte de los
Hermanos Arango”.
1958: Publica su novela “Los Ríos Profundos” en la editorial Losada de
Buenos Aires.
1959: Obtiene el premio Ricardo Palma por su novela “Los Ríos
Profundos”.
1961: Aparece su novela “El Sexto” en la editorial Mejía Baca. Recibe
nuevamente el premio Ricardo Palma por “El Sexto”.
1962: Publica su poemario en Quechua: “Tupac Amaru Kamaq
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Taytanchisman; Hailli taki” (A nuestro Padre Creador Túpac Amaru;
Himno – Canción) Es contratado como profesor a tiempo parcial por
La Universidad Nacional Agraria La Molina. Publica su cuento “La
Agonía del Rasu Ñit’i”.
1963: Es nombrado director de la casa de Cultura del Perú.
1964: Aparece su novela “Todas las Sangres”.
1966: Intenta suicidarse. En la revista Cachkanirajmi aparece su poema
en quechua “Katatay” (Temblar).
1967: Se casa en segundas nupcias con la chilena Sybila Arredondo.
Publica “Amor Mundo y Todos Los Cuentos”.
1968: Obtiene el premio Gracilaso de la Vega. Viaja a Cuba, como jurado
del premio Casa de Las Américas.
1969: El 28 de Noviembre se dispara en el baño de la Universidad La
Molina. El 02 de diciembre muere en el hospital 2 de Mayo.
OBRAS:
Narrativa:
– “Agua”, 1935.
– “Yawar Fiesta”, 1941.
– “Diamantes y Pedernales”, 1954.
– “Los Ríos Profundos”, 1958.
– “El Sexto”, 1961.
– “Todas Las Sangres”, 1964.
– “Amor Mundo y Todos los Cuentos”, 1967.
– “El Zorro de Arriba y El Zorro de Abajo” (póstuma), 1971.
Poesía:
– “Tupac Amaru Kamaq Taytanchisman; Hailli taki” (A Nuestro Padre
Creador Túpac Amaru; Himno – Canción), 1962.
– “Katatay” (Temblar), 1966.
B. CONTEXTO SOCIOCULTURAL:
Después del gobierno de Augusto B. Leguía en la década del 30, se
suceden los gobiernos de Sánchez Cerro y Oscar R. Benavides,
caracterizados por proteger a los grupos de poder a través de formas de
gobierno dictatoriales, donde la persecución y la crueldad para sus
opositores no tenían límites.
Las movilizaciones y las reivindicaciones populares eran dirigidas por la
Confederación General de Trabajadores y otras organizaciones, con el
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apoyo del Partido Socialista y el APRA. Partidos que eran puestos fuera de
ley y sufrían prisiones, persecuciones y un sinnúmero de tropelías.
Las clases populares organizadas, sus dirigentes y los grupos
intelectuales tenían conciencia clara de lo que era el Perú a nivel
económico: fuente de riqueza del imperialismo norteamericano y
propiedad feudal de algunas familias que detentaban el poder del Estado.
En lo social, la diferencia de clases era abismal; la clase pudiente y la
popular (en su mayoría campesinos analfabetos y abandonados), era
aprovechada para la servidumbre incondicional en el campo, minas y
fábricas. En lo cultural, las castas gobernantes imponían a través de su
poder, con apoyo de la prensa y la iglesia modelos y estereotipos
extranjeros con el fin de aniquilar definitivamente a la cultura andina.
C. TRAMA ARGUMENTAL:
I. PUEBLO INDIO.
Puquio es un pueblo indio ubicado en una lomada desigual entre,
chacras de trigo, de habas y cebadas. Desde el abra de Sillanayok se
divisa para abajo tres ayllus: Pichk’achuri, K’ayau y Chaupi. Hay también
tres riachuelos que bajan desde las punas. Las casas con techos de teja
suben desde las orillas de dichos riachuelos y terminan en el jirón Bolívar
porque allí viven los vecinos principales o mistis y los techos de sus casas
son de calamina.
Para los mistis, Puquio es un pueblo nuevo. Cuando todo el pueblo era
indio, talvez hace trecientos años llegaron los mistis, buscando peones
para la mina, provisiones o mujeres. En los mismos cerros de Puquio no
había mineral; sino, en otros pueblos. La explotación minera se acabó y los
mistis, a la fuerza, se apropiaron y repartieron todos los pueblos indios de
la provincia. Muchos mistis eligieron Puquio porque era grande, con cuatro
acequias de agua y muchos indios para la servidumbre. Se establecieron
en el pueblo, construyen su templo y con ayuda de los curas, militares,
políticos y papeles de toda talla que los jueces firmaban, despojaron poco
a poco a los indios.
II. EL DESPOJO.
En tiempos pasados, todas las tierras; quebradas, pajonales, cerros y
todo lo que en ellos había fueron de los campesinos. No de cada uno sino
de todos. Las pampas no estaban cercadas. Los indios vivían en cualquier
parte. De todo eran dueños naturales. No había mucho ganado en
Lucanas. Al principio los mistis no querían echaderos o pastizales porque
no criaban ningún ganado. De vez en vez subían a la puna a cazar vicuñas
o a comprar carne; pero sólo un ratito porque los mistis tenían miedo a la
puna. “Para esos salvajes está bien la puna”, decían. Cada ayllu tenía un
echadero suficiente. Un riachuelo o la ceja de una montaña era la división.
Nunca hubo pleitos causados por las tierras entre los comuneros. Además
del varayok o alcalde (que era sabio y honesto), otra autoridad no era
necesaria. Todo estaba bien organizado y los bienes bien distribuidos. No
había desigualdad ni marginación social, tampoco pobreza. Todo ello vino
ya con los mistis. Ellos habían traído los pleitos, la ambición y la
desigualdad. Les quitaron sus animales con ayuda de los cachacos o
militares y algunos “chalos” mayordomos; pero aún no las chacras, el
agua, ni los pastizales. Es que , los indios aprendieron las artimañas de los
litigios. Los ayllus bien organizados se reunían cada domingo y tomaban
decisiones. Sólo así pudieron defender el agua para los sembríos. Los
principales les pedían agua y el varayok les daba de manera justa; pero,
eran tan ambiciosos y querían más. Los Varayok les negaron. Así con
ayuda de los guardias detenían a los indios, pero, ellos, ni bala, ni zurriago,
ni ruego de cura daban su brazo a torcer “¡Mi ojo premero sacarán!
¡Jajayllas!” decían.
Mientras tanto, don Pedro, don Jesús, don Federico o cualquier otro
misti se convertía en gamonal. Los comuneros ayllu y todo se fueron más
allá de la puna, al cerro, al pie mismo del auki K’arwarasu (cerro tutelar).
Allí no crecía ni siquiera pasto. Sus pocos animales se acabaron y los
comuneros ya no tenían nada, ni tierras, ni animales, nada. Entonces,
bajaron al pueblo. Muchos se convirtieron en lacayos de los gamonales,
otros trataron de acomodarse en Puquio y otros se fueron a Nazca o Acarí.
Allí como eran analfabetos, fueron esclavizados por los hacendados en los
algodonales. Algunos lograron regresar amarillos y enclenques dando
pena. En las punas cuidaban los animales de los mistis hacendados,
sufrían y lloraban pero en sus corazones fermentaba un odio a los
principales: hacendados, curas, autoridades y policías, que un día tenía
que estallar.
IV. K’AYAU.
K’ayau era uno de esos ayllus o barrios indios que el 28 de ese año
quería quitar el puesto de primero a Pichk’achuri. Para ello, se habían
propuesto firmemente traer a un toro bravísimo y endemoniado llamado
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Misitu. Ese toro no era de ellos, sino de don Julián Aragüena un poderoso
hacendado dueño de K’oñani, lugar donde estaba el toro más bravo y
temido de Puquio. Los varayok visitaron a Arangüena a pedir permiso para
traer al Misitu. Ya en la casa del gamonal los varayok: “nos días Tayta
Julián” lo saludaron y luego le pidieron permiso para traer al Misitu. El
gamonal Arangüena se opuso, argumentando que ni él mismo siendo su
dueño había logrado traerlo, que era imposible porque ese toro estaba
encantado por el demonio. Las autoridades indígenas lo convencieron y
Julián Arangüena aceptó, advirtiendo que ese toro destriparía a todos los
que intenten traerlo.
Todos brindaron con cañazo por el traslado del Misitu, luego se retiraron
agradeciendo y con sus sombreros lok’os en la mano. Don Pancho Jiménez
preguntó desde la puerta de su tienda si era verdad lo de Misitu, el
varayok contestó que sí, que don Julián les había regalado al toro.
Emocionado don Pancho se ofreció regalar dos arrobas de cañazo si traían
al Misitu para el 28 de julio. Todos, sean indios, chalos o mistis hacendados
comentaban sobre la destripadera que ocurrirá si los de K’ayau traían a
Misitu. Algunos señores juzgaban como salvajismo y hasta proponían no
permitir. El Ayllu completo que era más de mil se reunió en pleno. El
alcalde o varayok ultimaba detalles para traer al Misitu. “¡Eso sí, carajo!
¡Ahora sí carajo! ¡Misitucha! ¡Ahora sicha!” decían los indios de K’ayau.
Don Pancho dijo a don Julián que los k’ayaus sí traerían al toro. Julián
Aragüena dijo que eso era imposible y apostaron a diez cajas de cerveza.
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Los de Chaupi y K’ollana preferían el baile de tijeras. En eso no tenían
competencia.Taita “Untu” y Tankayllu de K’ollana eran los danzak de tijera.
Tankayllu estaba ataviado lujosamente y con uniforme de danzak y era
acompañado por Nicanor Rojas de arpistas y Jacinto Pedraza de violinista.
Todos los ayllus lo contemplaban. Los mistis salían a sus balcones y desde
allí exclamaban: “¡Es un artista!” “¡hay que llevarlo a Lima!”.
V. LA CIRCULAR.
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El subprefecto convocó al alcalde y vecinos notables de Puquio un
miércoles por la mañana, era mediados de julio y les comunicó que
acababa de recibir una circular de parte del gobierno en la que se prohibía
la corrida al estilo indio. Los vecinos argumentaron que eso no era posible
que el pueblo reclamaría, pero el subprefecto se puso firme y dijo que él
haría respetar la ley. La circular se pegó en las esquinas del jirón principal.
Todo Puquio se desconcertó, don Pancho y don Julián se oponían a la
circular, algunos vecinos apoyaron la posición del subprefecto para
ganarse confianza y favores de la autoridad. Ellos eran: al alcalde don
Antenor Miranda, don Demetrio Cáceres y don Jesús Gutiérrez.
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multitud de indios chalos y mistis preocupados, el alcalde pronunció:
“¡kank’am pukllay!”(habrá corrida). En el corazón del pueblo y del mismo
alcalde y a sí de los que se habían opuesto a la corrida india estalló la
alegría. “¡Qué pueblo de indios! El capitán jefe provincial y el juez de
primera instancia maldecían a Puquio.”
VI. LA AUTORIDAD.
De pronto, mientras el subprefecto se paseaba por el corredor de su
despacho reflexionando para sí, la indiada de los cuatro barrios entró a la
plaza. Era de noche y el subprefecto miraba a la indiada. Se arrepentía por
estar en un pueblo serrano como ese. Los guardias opinaban lo mismo,
todos aseguraban que con pueblos como Puquio “la patria era una gran
vaina”. También se quejaba de la hipocresía de los gamonales y la
guapura de Pancho Jiménez y Julián Arangüena. Si fuera por él, el alcalde y
las demás autoridades hipócritas merecían ser fregados por Jiménez. La
bulla del gentío terminó y el subprefecto mandón traer a Pancho Jiménez.
Tenían un poco de pisco y quería hacer hablar a ese cholo. Entraron a la
subprefectura Pancho Jiménez habló. Ante la pregunta de porqué Puquio
era feo él respondió que para extranjeros sería así pero que para uno
como él que ha nacido allí, de ninguna manera era feo. Dijo también que
don Antenor Miranda, el alcalde, no servía para nada; pues su alma estaba
en Lima y su panza en Puquio. Él (Pancho) era puquiano nacido en Chaupi.
Ante tanta amabilidad del subprefecto, Jiménez pensó que algo se traía
ese. Don Pancho explicó sobre Puquio y lo que pasaría si se daba la corrida
al estilo costeño. Antes de hablar el subprefecto invito a brindar, todos lo
hicieron. El subprefecto se paró y rodeándole con las manos en el bolsillo
dijo a Jiménez que haría enterrar Puquio, que no servía para nada, que
todos los serranos eran unos sarnosos y piojosos. Don Pancho no pudo
más y corrigió a la autoridad política. Se puso de pie. El subprefecto se
encrespó furioso y preguntó a Jiménez, sobre si lo estaba tildando de
mentiroso, Jiménez machamente le dijo que sí. El subprefecto lo botó de su
despacho y lo mandó a su celda. Su objetivo era hacerlo matar con el
sargento. El militar se negó a cumplir la orden. Colérico el subprefecto
entró a su despacho miró el retrato del presidente y le dijo: “¡Si tú
estuvieras aquí! ¡Desgraciado!
VII. LOS SERRANOS.
Dos mil lucaninos vivían en Lima. Más de quinientos eran de Puquio que
es la capital de la provincia Lucanas. Estos abandonaron sus tierras porque
querían“llegar a Lima, ver, aunque fuera un día, el palacio, las tiendas de
comercio”, los autos y el tranvía. Para ir a Lima volteaban el Kondorsenk’a,
tras ese cerro empezaba una meseta inmensa llamada Galera pampa. Los
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chalos iban como sirvientes y se quedaban allá. De vuelta estaban con
nueva ropa y caminaban con el cuerpo erguido. En Lima se ganaron la
fama de honrados y trabajadores con sus patrones. Serviciales pero
brutos para el estudio. Después de un tiempo se compraban una guitarra y
cuando sus patrones salían los serranos cantaban huaynos de sus pueblos
en su cuarto. Los domingos generalmente eran sus días libres. Iban a la
plaza o paseo Colón y sentados en una banca se pasaban horas y horas
viendo a la gente y los autos. Al verlos así los limeñitos se burlaban y los
insultaban. Muchos de ellos se defendían con bravura. En esos parques
también se encontraban con sus paisanos y tras conocerse se hacían
amigos, se contaban de sus pueblos y hasta lloraban recordando sus
pueblos y se despedían.
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VIII. EL MISITU.
Misitu era un toro legendario y bravísimo que vivía en el k’eñwal de
Negromayo en las punas de K’oñani, que era la vaquería de los mistis.
Según los k’oñanis no tenía ni padre ni madre, que había salido de
Torko’ocha, tras una tormenta que había caído sobre la laguna Torkok’ocha.
Al día siguiente muy temprano el centro de la laguna se hizo remolino. Del
medio de la laguna salió el Misitu bramando con furia y sacudiendo su
astada cabeza. Nadó hasta la orilla. Luego entró a los k’eñwales de
Negromayo donde se asentó. Todos los punarunas contaban esta historia,
decían también, que ese toro corneaba a su propia sombra, rompía las
k’eñwas y que araba la tierra con sus filudas astas. Cuando bajaba a tomar
agua el Negromayo corría turbio. De día miraba el sol rabiando y de noche
corría leguas y leguas tras la luna. Había arañado la nieve del K’arwarasu
pretendiendo subir a la cumbre. Era como puma y que a sus dominios no
entraba ningún otro animal, por eso, con un poco de temor pero decidido
si es posible a morir, los comisionados al mando del don Julián Arangüena
fueron en busca del Misitu. Estaban dispuestos a meter bala si el toro no
salía. Eran doce comisionados nuevos montados en sus caballos.
Arangüena montaba a su brioso overo. Él tenía la fama de ser decidido y
rabioso, que no temía ni a dios por eso, un día oyó misa borracho y
montando en su caballo. Arangüena y sus comisionados durmieron en la
casa estancia de K’oñani y escucharon una sonido extraño. Era la
wakawak’ra del vaquero Kokchi. Despertó a su mayordomo Fermín y
ordenó a los indios quedarse ahí y nada de músicas ni wakawak’ras, ni
cantos, si no los mataría de un balazo. Montó a su overo y seguido por su
mayordomo y otros comisionados desapareció en la pampa. El corcel
chapoteando cruzó a saltos el riachuelo Negromayo. El patrón ordenó a su
gente permanecer ahí porque el Misitu vendría. Cuando estaban a la
espera de Misitu, el monte se movió con fuerza, sonó el rió y las ramas de
los árboles empezaron a quebrase. El vaquero gritó: “¡Curriychik!”
(corran). Se vio la cabeza del Misitu mirando a los otros jinetes y estos
guidados por el mayordomo Fermín corrieron asustados. Don Julián no
corrió y alistó su lazo, cuadró su caballo en sitio estratégico. Misitu al verlo
cargó contra Arangüena. Este, lanzó su lazo pero falló y además el Misitu
se escondió en el k’eñwal. Los demás ya volteaban la lomada
escapándose. Arangüena les disparó y la bala cogió al caballo de su
mayordomo Fermín. Por la tarde retornaron a Puquio sin éxito. Aragüena
se emborrachó de cólera y fracaso. Kokchi que era el vaquero de Aragüena
había hecho un pago al cerro taita Ak’chi para que Misitu no sea llevado,
así pues el Misitu, más salvaje que nunca seguía en Negromayo.
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IX. LA VISPERA.
Un grupo de vecinos notables obsequió un caballo fino al subprefecto y
a través de una carta redactado por don Demetrio le felicitaban por
rechazar la corrida al estilo indio. El subprefecto convocó a una reunión.
La mayoría de los asistentes adulaban al subprefecto menos Julián
Arangüena que explicó las desventajas de toreros profesionales traídos
desde Lima. Después de su participación llamándolos ¡quejones! se retiró
de la reunión. Los demás se quedaron y hablaban del plan, que el “Centro
Unión Lucanas” ya había contratado al torero. Luego se preguntaron si el
torero costeño querrá torear en la plaza Pik’achuri porque era grande. El
subprefecto propuso mandar hacer una plaza chica de eucalipto dentro de
la misma plaza Pichk’achuri. Los ayllus lo harían a fin de que toreen. Para
que se vea mejor se necesita una plaza chica con asientos buenos donde
se acomodarían todos los vecinos principales. De esa forma el subprefecto
quería engañar a los indios. Don Demetrio pidió el encierro de Aragüena,
lo tildó de peligroso. Los vecinos principales tenían que poner cuota para
contratar a un torero limeño, don Jesús se opuso, pero enojado y todo dio
200 soles. Don Demetrio y el alcalde Antenor entregaron al subprefecto
1500 soles. Abrazados festejaron el arreglo, enviaron a Lima 500 soles con
los cuales el “Centro Unión Lucanas” contrató al torero español Ibarito II,
con pasajes y estadía pagada para que toreara seis toros. Este Ibarito
confesó que no le gustaba torear donde los indios; porque según él los
indios le echaban a uno aquellos toros que antes ya habían matado tres o
cuatro vidas.
Escobar en Lima les informó que los vecinos de Puqio estaban divididos
por lo de la corrida. El obispo también participó y dijo que todos del centro
irían a defender la circular con ayuda de los guardias.
En Puquio el vicario citó a varios varayok les habló de Misitu diciendo
que era diabloy que no traigan. Ellos estuvieron firmes en su decisión de
traerlo, el cura aceptó con al condición de que construyeran una plaza
más chica y que los cuatro ayllus deberían hacerlo. Ellos aceptaron.
X. EL AUKI.
Todas las montañas de Lucanas tienen un padre: el auki K’arwarasu.
Este tiene tres picos de nieve. Es el más alto y el más venerado. Los
viajeros indios, los arrieros lucaninos, lo miran con respeto y rocían o
esparcen aguardiente o cañazo al aire en su honor. El auki es la seña de
Lucanas. Al K’arwarasu, el varayok o alcalde de K’ayau encomendó su
ayllu con tres llamas blancas enterrándas en la cumbre misma para que
así los bendiga y ayude en el arreo del Misitu. Fue acompañado pon un
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regidor wayna (joven) y retornó con un layk’a (brujo) de Chipau. El layk’a
quiso ir solo por el Misitu porque según él el auki K’arwarasu le había dado
poder sobre todos los ganados de la puna. El varayok se opuso pues todo
K’ayau iría y además contó que K’arwarasu le había hablado de la
siguiente manera: “Yo voy a mirar desde mi cumbre el yawar fiesta” y
todo saldría bien porque estaba con K’ayau. El vayayok al escucharlo
había llorado de emoción.
Raura tocaba su wakawak’ra y lo mostraba grande y circular, hecho con
cuernos de toros bravos. Los cuernos daban tres vueltas hasta formar el
instrumento musical y tenían boquilla de acero. Raura soplaba con furia,
su cara se hinchaba y la wakawak’ra bramaba como toro. Al oír ese son
taurino los k’ayaus se llenaban de coraje y gritaban: “¡Maypim chay Misitu
Carago!” (Dónde está ese Misitu) El 25 de Julio todo K’ayau hervía de valor
y coraje. Los indios, sea como sea, tenían que torear si no es en la plaza
de toros, aunque sea en la iglesia. Saldrían a la media noche, cada cual
con su lazo y fiambre.
Reunidos al extremo de la iglesia partieron detrás del layk’a y después
de los varayok, el Raura y el Tobías. Algunos mistis salieron para verlos.
Pancho Jiménez rogó en vano a los policías que lo llevaran a despedir a
los valientes indios aunque sea con grilletes. Tras la negativa, caminaba
furioso de aquí para allá dentro del calabozo. Se preguntó con respecto al
gobierno: “¿Para qué se meterá en la vida de los pueblos? ¿Quién friega de
aquí al gobierno?”. Luego se hizo encerrar en un cuartito más oscuro.
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cabeza. Corría decidido a cornear a quien sea. “!Só, salk’a¡ ¡Só,
carago¡ ¡Sáyay¡” dijo el layk’a y estiró el brazo. Sin hacer caso la orden del
layk’a, el toro clavó sus astas en el pecho del layk’a. Le sacudió, le tiró al
suelo y le hizo dar vueltas. El Misitu estaba endiablado, volvió donde
estaba, escarbó el suelo con sus patas, bramó con furia, volvió donde el
layk’a que intentaba pararse, le rajó la barriga y la entrepierna. El layk’a
murió.
Con sumo cuidado y sin ser visto por el toro el Raura tiró su lazo y le dio
justo en las astas. El Misitu se encabritaba, sacudía su cabeza laceada. El
varayok también laceó, el animal volteó y arremetió contra él, pero ahí
estaba Raura que lo jaló apoyado a la keñwa. Los otros comuneros
también lacearon y algunos llevaron el cuerpo del layk’a al pie de una
k’eñwa. El Tobías tocó la wakawak’ra que animó a los indios. El Misitu se
cuadró en un rincón. Los demás lo vieron de lejitos. “Ahistá Misitucha”
señalaba tranquilo Raura. “Era gateado, color pardo oscuro”, aunque no
era tan enorme, su cogote estaba bien crecido y redondo, sus astas
gruesas y filudas. Seis lazos colgaban de las astas del toro: tres para
arrastre tres para tiemple de atrás. Turnándose de distancia en distancia
traían al Misitu. Un poco detrás de ellos cuatro k’ayaus cargaban en una
camilla de k’eñwa el cuerpo del layk’a. Cuando salieron de la quebrada el
varayok derramó aguardiente al k’eñwal de Negromayo como pago por el
Misutu. Cuando ya anochecía llegaron al abra de Pedrork’o. Quitándose el
sombrero el alcalde miró al Auki K’arwarasu. En el coso ya habían
ganados bravos que otros ayllus habían traído, por su parte.
El vaquero Kokchi se adelantó al pueblo para avisar a su patrón don
Julián que al Misitu lo estaban trayendo los k’ayaus. Asombrado, incrédulo
y pensativo Julián Aragüena no sabía qué hacer. Mientras su vaquero
Kokchi esperanzado en su patrón imaginó la liberación del Misitu. Don
Julián recordó entonces que si los k’ayaus traían a su toro él perdía diez
docenas de cerveza a favor de don Pancho que estaba detenido. Kokchi
lloraba por el toro y Aragüena ordenó hacerlo en la cocina. De un
puñetazo tumbó a su mayordomo Fermín y lo revolcó a patadas por haber
sido cobarde aquella vez cuando él como dueño intentó traer al salk’a.
Dejándolo medio muerto, partió rumbo al cuartel a decirle a don Pancho
que Misitu ya bajaba a Puquio. Cuando quiso entrar le impidió un cabo
argumentando que tenía que pedirle permiso al subprefecto. Aragüena
fue al despacho de la autoridad. Allí estaban los chalos renegados del
Centro Unión Lucanas: el estudiante Escobar, Guzmán, el chofer Martínez,
Tincopa, Vargas, apoyando al subprefecto su idea de hacer la corrida a la
limeña. Don Julián Aragüena pidió venia al subprefecto para entrevistarse
con Pancho Jiménez. El motivo era simple: decir que había ganado la
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apuesta y que lo felicitaba. El hacendado se peleó con los del club. El
subprefecto autorizó y cuando ya estaba en la celda de don Pancho, la
autoridad a traición ordenó el encierro del visitante. El estudiante
Ecobarcha y sus compañeros felicitaron al subprefecto. Allí también estaba
el torero español Ibarito y dijo que el inicio con pelea era mala seña para
la corrida. Tampoco quería ver de noche al toro.
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el de Pichk’achuri, pararon K’encho y “Honrao” Rojas.
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querían detener, golpeaban empujaban pero los indios se filtraban por
cualquier sitio. Las mujeres empezaron a cantar al son de los Wakawak’ras
una canción titulada “Wak’raykuy”:
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Raura. El valiente Wallpa aún pudo pararse, pero de pronto se hincharon
sus pantalones y a borbotones un chorro de sangre se deslizó por el suelo
y Wallpa cayó muerto.
Un dinamitazo soltado por Raura estalló muy cerca del Misitu. Este, con
el pecho perforado, sangrando y aún con vida buscaba cuerpo humano.
Los wakrapukus tocaron la tonada de ataque. Honrao Rojas se acercó al
toro y le dijo “¡Muere pues, muérete salka!”. Al presenciar aquello, el
alcalde le dijo al subprefecto que estas eran las corridas indias, el yawar
p’unchay verdadero.
Fin.
LOS MISTIS:
1. ANTENOR MIRANDA: Alcalde de Puquio que hace sin murmurar la
que dice el subprefecto. Se opone radicalmente a la corrida india.
Cuando cobardemente el torero que contrató se escapa del Misitu,
autoriza el ingreso de toreros indios. Al final de la novela comenta al
subprefecto que esa era el yawar p’unchay verdadero.
2. EL SUBPREFECTO: Máxima autoridad política representante del
gobierno centralista. De origen costeño (Ica), hace todo lo posible
para sabotear la corrida al estilo indio, por considerarla salvaje.
Como costeño desprecia a todo lo que es de la sierra.
LOS OTROS:
IBARITO II: Torero de origen español, rubio a quien por quinientos soles
los principales de Lucanas a través del Club Unión Lucanas contratan, a
79
fin de que toree profesional y “civilizadamente”. Pero cuando se
encuentra frente a frente con el Misitu corre y se esconde.
H.MANEJO LINGÜÍSTICO:
El etnólogo y reconocido narrador apurimeño, José María Arguedas
Altamirano, en su primera novela “Yawar Fiesta” hace uso de un
castellano culto, directo y poético; pero, magistralmente, el castellano
andino más conocido como el Quechuañol. Como se puede ver: el título
“Yawar Fiesta” (Fiesta de Sangre) y expresiones como: “Nu hay
empusible para ayllu, taytay. Capaz cerro grande también cargando
hasta lamark’ocha”. “¡Só salk’a! ¡Só, carago! ¡Campu! ¡Maqt’a Tankayllu
está entrando! ¡Misitucha! ¡Pierro!”
G.ESTRUCTURA EXTERNA:
“Yawar Fiesta” de José María Arguedas está presentada en XI capítulos,
cada capítulo marcado con cifras romanas y a la vez con título.
1. CONCEPTO:
Se denomina así a la producción literaria en género narrativo que se
desarrolló en la década del 1960 en el Perú y alcanzó notoriedad
nacional e internacional.
2. CARACTERÍSTICAS:
Moderniza e innova la narrativa peruana con la experimentación de
las técnicas narrativas modernas bajo el magisterio de Kafka, Joyce,
Dostoievski y Faulkner entre otros narrados vanguardistas del siglo
XX.
Se proyecta hacia lo internacional o universal a través del “Boom”
Literario Latinoamericano.
82
Logra la producción de una novela total o completa que abarque todo
un universo en toda su complejidad política, social, cultural e
histórica.
Pone mayor interés en Lima capital; sus barriadas y solares
aristocráticos, pero también el mundo andino con la técnica del
realismo mágico.
Muestra con crudeza y realismo lacerante la vida de los marginados
sociales en Lima.
Los escritores vivían una intensa agitación política cultural a raíz el
triunfo de la Revolución Cubana al mando de Fidel Castro y las
muertes: del poeta y guerrillero Javier Heraud (Puerto Maldonado,
1963) y del “Che” Guevara (Bolivia, 1967).
3. REPRESENTANTES:
Eleodoro Vargas Vicuña con “Taita Cristo” (1960)
Mario Vargas Llosa con “La Ciudad y Los Perros” (1963)
José Antonio Bravo con “Las Noches Unidas” (1968)
Miguel Gutiérrez Correa con “El Viejo Saurio Se Retira” (1869)
Edgardo Rivera Martínez con “Ángel de Ocongate”
Alfredo Bryce Echenique con “Huerto Cerrado” (1968)
Oswaldo Reynoso con “En Octubre No hay Milagros” (1965)
Julio Ramón Ribeyro con “Crónica de San Gabriel” (1961)
83
primaria.
1947: Viaja a Lima, donde estudia el sexto año de primaria y los dos
primeros años de secundaria en el colegio La Salle.
1950: Ingresa al colegio militar Leoncio Prado de Lima, donde estudia el
tercer y cuarto año de secundaria.
1952: Regresa a Piura, donde termina la secundaria en el colegio nacional
San Miguel. Inicia su carrera literaria como columnista en periódicos
locales.
1953: Vuelve a Lima e inicia estudios de Letras y Derecho en la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
1955: Se casa con Julia Urquidi. Publica sus primeros cuentos. Trabaja
como periodista en las revistas Turismo y Cultura Peruana y en el
suplemento dominical de El Comercio.
1957: Gana, con su relato “El Desafío”, el concurso organizado por la
Revue Française, lo que le permite viajar a París.
1958: Se recibe de Licenciado en Literatura, con la tesis “Bases Para Una
Interpretación de Rubén Darío”.
1959: Le conceden la beca "Javier Prado" para hacer el doctorado en la
Universidad Complutense de Madrid. Gana el premio Leopoldo Alas
(España) por su colección de cuentos “Los Jefes”. Se muda a París
donde vive cerca de siete años, trabajando como profesor de
español en la Escuela Berlitz, como periodista en la Agencia France
Press y en la Radiodifusión-Televisión Francesa.
1963: Publica su primera novela “La ciudad y Los Perros” y obtiene el
premio Biblioteca Breve. Con esta misma novela, gana el premio de
la Crítica Española.
1964: Vuelve al Perú, donde realiza su segundo viaje a la selva. Se
divorcia de Julia Urquidi.
1965: Se casa con Patricia Llosa, en Lima, y regresa con ella a Europa.
1966: Publica su segunda novela “La Casa Verde”, su obtiene el premio de
la Crítica Española.
1967: Publica el relato “Los Cachorros”. “La Casa Verde” gana el premio
Nacional de Novela (Perú), y el Premio Internacional de Literatura
Rómulo Gallegos (Venezuela).
1969: Publica la novela “Conversación en La Catedral”.
1971: Publica “Historia Secreta de una Novela” y “García Márquez:
Historia de un Deicidio”, en ensayo literario.
1973: Publica la novela “Pantaleón y las Visitadoras”.
1975: Es nombrado Miembro de la Academia Peruana de la
Lengua.Publica “La Orgía Perpetua: Flaubert y Madame Bovary”,
ensayo literario.
1977: Publica su novela “La tía Julia y el Escribidor”.
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1981: Publica y estrena en Buenos Aires su pieza de teatro “La Señorita
de Tacna”. Publica su novela “La Guerra del Fin del Mundo” y su
colección de ensayos “Entre Sartre y Camus”.
1983: Toma parte, a petición del Presidente de Perú, Fernando Belaunde
Terry, en la comisión investigadora sobre los sucesos ocurridos en
Uchuraccay, donde fueron asesinados ocho periodistas por
soldados peruanos, pero que para Vargas Llosa fueron campesinos.
1984: Publica “Historia de Mayta”, novela.
1985: Gana el premio Ritz Paris Hemingway (Francia), por su novela, “La
Guerra del Fin del Mundo”.
1986: Publica y estrena en Lima su pieza de teatro “La Chunga” y la
novela policial “¿Quién Mató a Palomino Molero?”. Gana el premio
Príncipe de Asturias de las Letras (España).
1988: Funda en Perú el Movimiento Libertad y forma parte del Frente
Democrático(FREDEMO), con partidos políticos de la derecha,
creando así una opción para las elecciones presidenciales de 1990.
Publica su novela erótica “Elogio de la Madrastra”.
1989: Se oficializa FREDEMO y es lanzado como candidato presidencial a
las elecciones de 1990.
1990: Publica su libro de ensayos literarios “La Verdad de las Mentiras”. El
10 de junio, en la segunda vuelta electoral, pierde las elecciones
presidenciales y regresa a Londres donde retoma su actividad
literaria.
1992: Recibe el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Boston y
de la Universidad de Génova.
1993: Profesor invitado en la Universidad de Princeton para el semestre
de primavera, donde dicta un curso sobre Literatura
Hispanoamericana. Publica su libro de memorias “El Pez en el
Agua”. Publica la novela “Lituma en los Andes” con la que denigra
al mundo andino y pese a ello, obtiene el Premio Planeta.El
Gobierno Español le concede la ciudadanía española.
1994: Obtiene el Premio Miguel de Cervantes, instituido por el Ministerio
de Cultura de España, como reconocimiento a su trayectoria
literaria.
1996: Publica el polémico ensayo literario “La Utopía Arcaica. José María
Arguedas y las Ficciones del Indigenismo”.
1997: Visita la República Dominicana para realizar un trabajo de
investigación sobre el dictador Leonidas Trujillo. Se publica su
novela “Los Cuadernos de don Rigoberto”.
2000: Presenta en Madrid y varias ciudades de España, su novela “La
Fiesta del Chivo”.
2001: El Presidente del Perú, Dr. Alejandro Toledo le concede la
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condecoración Orden “El Sol del Perú”, en el Grado de Gran Cruz
con Diamantes, la más alta distinción que otorga el Estado peruano,
2002: La Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, le otorga el
grado de Doctor Honoris Causa.
2003: Se publica su novela “El Paraíso en la Otra Esquina”. Se publica
“Diario de Irak”, con los artículos del reportaje sobre la guerra en
Irak.
2006: Se presenta su novela, “Travesuras de la Niña Mala”, en Madrid
(España).
2007: Publica “Odiseo y Penélope”.
OBRAS PRINCIPALES:
NARRATIVA:
– “La Casa Verde” (1966)
– “Conversación en La Catedral” (1969)
– “La Guerra del Fin del Mundo” (1981)
– “La Fiesta del Chivo” (2000)
– “El Paraíso en la Otra Esquina” (2003)
– “Travesuras de la Niña Mala” (2006)
ENSAYO:
– “García Márquez: Historia de un Deicidio” (1971)
– “La Orgía Perpetua: Flaubert y Madame Bovary” (1975)
– “La Verdad de las Mentiras: Ensayos sobre la Novela Moderna”
(1990)
– “La Utopía Arcaica. José María Arguedas y Las Ficciones del
Indigenismo” (1996)
– “El Lenguaje de la Pasión” (2001)
– “La Tentación de lo Imposible” ensayo sobre Los Miserables de Víctor
Hugo (2004)
TEATRO:
– “La Huida del Inca” (1952)
– “La Señorita de Tacna” (1981)
– “Kathie y el Hipopótamo” (1983)
– “La Chunga” (1986)
– “El Loco de los Balcones” (1993)
– “Ojos Bonitos, Cuadros Feos” (1996)
– “Odiseo y Penélope” (2007)
MEMORIAS:
– “El Pez en el Agua” (1993)
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PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS:
En 1959 gana el Premio Leopoldo Alas por “Los Jefes”.
En 1962 obtiene el Premio Biblioteca Breve con su obra La ciudad y
los perros. Con esta misma novela obtiene en 1963 el Premio de la
Crítica Española.
En 1967 obtiene los premios Nacional de Novela del Perú, el Premio
de la Crítica Española y el Rómulo Gallegos por su novela La casa
verde.
En 1985 gana el Premio Ritz París Hemingway por su novela La
guerra del fin del mundo.
En 1986 gana el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
En 1988 recibe el Premio Libertad (Suiza) otorgado por la Fundación
Max Schmidheiny.
En 1994 Premio Cervantes de Literatura. Entre otros que superan el
medio centenar.
B. CONTEXTO SOCIOCULTURAL:
En el nordeste brasileño, a finales del siglo XIX, se desencadenó una de
las más sangrientas rebeliones populares de la historia americana,
llamada Guerra de Canudos. Movimiento pacífico religioso que adquirió
tintes políticos y pasó a ser considerado subversivo por el gobierno,
mientras se extendía por una de las áreas más necesitadas y pobres del
país.
87
El día 1º de octubre de 1897, 5.871 soldados según el mapa de
batallones, iniciaron el asalto final al exhausto pueblo de Canudos.
Solamente esa primera jornada se arrojaron 90 bombas de dinamita,
avivadas por latas de kerosene derramadas en torno al miserable caserío,
y se contaron 567 bajas del Ejército Federal. La última defensa cesó por fin
el día 5 de octubre, cuando fueron destrozadas todas las casuchas, en un
total de 5.200, cuidadosamente contadas. Canudos no se rindió. Ejemplo
único en toda la historia, resistió hasta el agotamiento completo. Al
amanecer del día 6 se encontró en una fosa, entre cientos, el cadáver
pestilente de Antonio Conselheiro, muerto hacía un par de semanas. Luego
de fotografiarlo y de labrar una rigurosa acta castrense, antes de restituirlo
a la fosa, con una espada le cortaron la cabeza, que fue enviada a la
Universidad de Bahía para que la ciencia dijese la última palabra.
C. TRAMA ARGUMENTAL:
” O Anti-Christo nasceu
Para o Brasil governar
Mas ahi está O Conselheiro
Para delle nos livrar”
91
Abade, Pajeú, Joao Grande y otros, se preparaban para la batalla del juicio
final, echando mano de todos los recursos posibles. De vez en cuando
recibían una prédica del Consejero sobre los temas de siempre: la
superioridad del espíritu, las ventajas de ser pobre y frugal, el odio a los
impíos y la necesidad de salvar a Canudos para que fuera la tierra
prometida, la segunda Jerusalén, refugio de justos. Y realmente lo era,
pues allí todos eran aceptados por igual: asesinos arrepentidos, seres
deformes que habían sido rechazados por sus familias, etc.
92
lo libró de una turba que quería quemarlo, y se lo llevó con él en su
peregrinaje.
En tanto, en casa de Rufino, el guía que iba a llevar a Galileo Gall hasta
Canudos para entregar las armas a los yagunzos, se ha marchado a ver un
trabajo que le han ofrecido y lo mantendrá fuera durante cuatro días.
Jurema, su mujer, muestra su satisfacción ante este hecho ya que no
quiere ver a su marido comprometido en tales acciones. Sorpresivamente
tres hombres asaltan la vivienda y, aun cuando Gall logra dar muerte a
dos de ellos, el tercero logra apoderarse de las armas y huir. En un
arrebato brusco, incontenible, incomprensible, Galileo viola a Jurema tras
de diez años de no tocar a una mujer.
93
La estación de Queimadas se engalana con banderolas que dan la
bienvenida al Coronel Moreira César, el militar más prestigioso del Brasil, y
a quienes consideran la última esperanza para debelar a los rebeldes
sublevados estacionados en Canudos. Una de sus primeras medidas es
prohibir al Mayor Febronio de Brito y a sus hombres a entrar en acción.
“Permanecerán en la retaguardia, encargados de los enfermos y del
ganado”, fue la orden. Enemigo de los banquetes, recepciones, bailes o
agasajos, el parco militar se entrevistó con el grupo de periodistas que lo
acompañarían en la difícil tarea que le esperaba. Todos aceptaron de
buena o mala gana las severas disposiciones del experto militar, como si
en aquella energía que transmitía sus ojos les costara imaginárselo
matando de cinco tiros de revólver a un oscuro periodista que se había
atrevido a insultar al Ejército. Moreira César mostró a los periodistas allí
presentes una caja de fusiles ingleses que decía haber capturado en el
sertón bahiano (las mismas que le sustrajeron a Galileo Gall) y acusó
gravemente a los ingleses de entrometerse en los problemas internos del
Brasil. Moreira César concluyó la reunión con los periodistas indicando que
él no había llegado a Bahía a intervenir en las luchas políticas entre
Republicanos y Autonomistas. “El Ejército está por encima de las querellas
de las facciones, al margen de la politiquería. El Sétimo Regimiento está
aquí para develar una conspiración monárquica. Porque detrás de los
ladrones y locos fanáticos de Canudos, hay una conjura contra la
República. Esos pobres diablos son un instrumento de los aristócratas que
no se resignan a la pérdida de sus privilegios, que no quieren que el Brasil
sea un país moderno. De ciertos curas fanáticos que no se resignan a la
separación de la Iglesia del Estado porque no quieren dar al César lo que
corresponde al César».
94
Cuando Rufino regresó de Itiuba una vez terminado su contrato con la
gente del Ferrocarril de Jacobina, encontró su casa deshabitada, y un
rumor que lo enfureció. Se decía que ha hubo un tiroteo y muertos en su
casa y que su mujer se ha fugado con un forastero de pelos rojos. Rufino
va a Queimadas a ver a su madre, quien le confirma dichos rumores. Le
cuenta que Caifás, el único sobreviviente que se apoderó de las armas
cuando atacaron su casa, trató de matar a Galileo, pero que la oportuna
intervención de Jurema evitó que el sicario cumpliera su cometido: “Caifás
quiere verte, quiere explicarte. Es tu amigo, quiere explicarte. No venían a
matarte a ti. Ni a ella. Iban a matar al forastero solamente. Pero él se
defendió y mató a dos. Ella lo salvó, ella le cogió las manos a Caifás. Se
fue con él, abrazándolo, apoyada en él”, concluye su anciana madre.
Ante una señal del oficial, dos soldados desenvainan sus facas del
cinto, y con movimientos idénticos, cogen, cada cual con la mano
izquierda, los pelos de un prisionero, de un tirón le echan la cabeza atrás y
lo degüellan al mismo tiempo de un tajo profundo. Todos los oficiales
presentes, entre los que se cuentan Olimpo de Castro, Cunha Mattos y el
coronel Tamarindo, quedan atónitos al ver que Moreira César ni se inmuta
ante tan cruento espectáculo. Sus pensamientos parecen estar en otra
parte. Cuando el capitán Olimpo de Castro lo interroga sobre el motivo de
su preocupación, Moreira César habla como si tuviera un cuerpo extraño
en la boca: “El tiempo que huyan antes de que lleguemos”. Un ataque de
epilepsia pone fuera de mando al legendario coronel, en quien estaban
puestas las esperanzas para acabar con la insurgencia religiosa
establecida en Canudos.
96
había encomendado dirigir. Un domingo más tarde, la Guardia Católica
recorrió en procesión las calles de Canudos entre una doble valla de
gentes que los aplaudían y los envidiaban. A la madrugada siguiente
llegaba hasta Joao Abade un mensajero de Pajeú a informar que el ejército
enemigo tenía mil doscientos hombres varios cañones y que al coronel
que lo mandaba le decían Cortapescuezos.
Enflaquecido, con las pupilas irritadas, en los pocos días desde la salida
de Queimadas el mayor se ha vuelto un ser amargo y huraño. Su mala
suerte hace que sea suya la responsabilidad de esos cuadrúpedos que
caen en medio de elegías sonoras, que sea él quien deba ordenar que los
97
rematen y carbonicen sabiendo que esas muertes significan hambrunas
futuras. Ha hecho lo que estaba a su alcance para amortiguar el efecto de
los dardos, disponiendo círculos de patrullas en torno a los rebaños y
protegiendo a las bestias con cueros y crudas, pero, con la altísima
temperatura del verano, el abrigo los hace sudar, demorarse y a veces se
desploman. Los soldados han visto al mayor a la cabeza de las patrullas
que, apenas comienza la sinfonía (sonido de los pitos que soplan los
yagunzos preludiando el lanzamiento de los dardos), salen a dar batidas.
El ejército de Moreira César, con éste a la cabeza, llega a Monte Santo
donde hace saltar puertas y ventanas a culatazos y patadas y pronto
empiezan a ver filas de vecinos arrastrados hacia cuatro corrales
enmarcados por centinelas. Allá son interrogados en medio de insultos y
protestas. Un periodista miope del Jornal de Noticias pregunta al Coronel
Moreira César si era necesario convertir a todo Monte Santo en enemigo
en esos interrogatorios. «-Ya lo son, todo el pueblo es cómplice. El
cangaceiro Pajeú ha estado aquí en estos días, con una cincuentena de
hombres. Los recibieron en fiestas y les dieron provisiones. ¿Ven ustedes?
La subversión ha calado hondo en esta pobre gente, gracias a un terreno
abonado por el fanatismo religioso», responde el Coronel, a quien no se le
nota alarmado. Al producirse un incidente en el cual tres soldados violan a
una muchacha, Moreira César pone a prueba una vez más su temple de
soldado. Después de azotar cruelmente a los culpables, advierte que el
próximo caso de violación será castigado con la pena de muerte, pues,
casos como aquellos son los que dañan la imagen del Ejército.
Mientras tanto, día a día más gente llega a Canudos a unirse al séquito
del Consejero. Antes de ser aceptados, el Beatito, como era costumbre, les
tomaba el juramento de no ser republicanos, ni aceptar la expulsión del
Emperador, ni la separación de la Iglesia y el Estado, ni el matrimonio civil,
ni los nuevos pesos y medidas ni las preguntas del censo. Al enterarse los
yagunzos que el Barón de Cañabrava servía al Anticristo, ordenando a los
hacendados que dieran provisiones, caballos y mulas al Ejército, se decide
arrasar Calumbí, lugar donde habitaba el Barón. Pajeú es el encargado de
comunicar el ultimátum al Barón, quien valiéndose de todo tipo de
argumentos trata de que los yagunzos cesen en sus intenciones pero todo
es inútil, pues, los hombres del Consejero saben que si Calumbí no es
destruida, les será más difícil defender Canudos cuando el Ejército llegue a
combatirlos. Así pro orden de Pajeú se quema la hacienda Calumbí. Ese
hechp provoca la locura del al esposa del Barón.
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dicen que al forastero que busca se lo llevaron a Calurnbí, donde el Barón
de Cañabrava. Allí se dirige el pistero con la esperanza de que ha llegado
el momento de salvar su honor. Aristarco, un criado del Barón, le dice que
Galileo será entregado al Ejército. Enfurecido, Rufino pide a Aristarco que
le diga a Galileo Gall. Después de muchas cavilaciones el Barón deja partir
a Galileo quien se halla decidido a ir a Canudos para combatir al lado de
los yagunzos. El cura Joaquín es detenido por el Ejército e interrogado por
el mismo Moreira César. El cura hace gala de su oratoria para impresionar
al imperturbable militar, quien ante la sorpresa de todos los presentes
coloca el cañón de su pistola en la sien del sacerdote: “Siempre ha sido
política de la Iglesia Católica estar donde cree que está su conveniencia”,
dice Moreira César. Todo el temple del cura Joaquín se desploma ante la
amenaza de que el famoso “Cortapescuezos” le vuele la cabeza de un tiro.
Ante tal situación y por orden del Coronel, el curita dibuja en un papel un
mapa detallado de todo aquello que facilite la toma de Casnudos. Cuando
el Periodista Miope del Jornal de Noticias manifiesta a Moreira César el
temor que lo invadió porque pensaba que realmente mataría al cura
Joaquín, el Coronel respondió muy serenamente: “-El señor cura nos será
útil en Canudos. Y, además, conviene que se sepa que la adhesión de la
Iglesia a la República no es tan sincera como algunos creen”.
Galileo Gall, guiado por Ulpino, hombre de rasgos fuertes y piel cobriza
que mascaba tabaco, llega a Caracatá, un pequeño pueblo invadido de
arbustos y cactus. Momentos antes, un grupo de yagunzos habían
masacrado a una patrulla de soldados, a quienes después de darles
muerte, colgaron de unos árboles para que sean picoteados por los
urubús, en un espectáculo que pone los pelos de punta a los hombres más
inicuos. Allí el Caracatá también se halla Rufino, quien ha llegado en busca
de Jurema, a la que ha logrado capturar. Por Ulpino, Rufino se entera de la
llegada de Galileo a Caracatá. Ahora tiene en sus manos a los que han
mancillado su honor, y piensa que ha llegado la hora de saldar cuentas.
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Enterado de la emboscada que han sufrido sus hombres, el Coronel
Moreira César se dirige a Caracatá. El Periodista Miope de “Jornal de
Noticias” piensa que la casualidad lo salvó de morir, pues sin saber por
qué, se rehusó a acompañar al sargento rubio que comandaba la patrulla
que sucumbió a la furia de los yagunzos en Caracatá. El espectáculo que
encuentran en aquel pequeño pueblo los deja estupefactos: “En la
cenicienta tarde que comienza a ser de noche, vuelve a ver cómo el
paisaje adquiere de pronto perfil fantasmagórico, con esos extraños frutos
humanos colgados de las umburanas y la favela, y esas botas, vainas de
sables, polacas, quepís, bailoteando de las ramas. Algunos cadáveres son
ya esqueletos vaciados de ojos, vientres, nalgas, muslos, sexos, por los
picotazos de los buitres o los mordiscos de los roedores y su desnudez
resalta contra la grisura verdosa, espectral, de los árboles y el color pardo
de la tierra. Moreira César ha desmontado y lo rodean los oficiales y
soldados que cargaron tras él. Están petrificados. Todos observan y, en las
caras, al estupor, al miedo, van sucediendo la tristeza, la cólera. El joven
sargento rubio tiene la cabeza intacta -aunque sin ojos- y el cuerpo
deshecho de cicatrices cárdenas, huesos salientes, bocas tumefactas que
con el correr de la lluvia parecen sangrar. Se mece, suavemente”.
100
ahorrar esfuerzos para ayudar a los yagunzos. Rufino no entiende más
razón que la de lavar su honra. “Hablas mucho de los pobres, pero
traicionas al amigo y ofendes la casa donde te dan hospitalidad”, le dice a
Gall. Estaban luchando ardorosamente cuando aparecieron dos soldados
quienes convencidos de que son yagunzos les disparan a quemarropa pero
sin efecto, llevándose luego a rastras a Jurema hacia unos matorrales
secos. Allí la mujer es violada por uno de los soldados. El otro no logró su
objetivo, pues la fortuita aparición de una partida de yagunzos comandada
por el caboclo Pajeú, pone fin al conato. Después de dar muerte a los dos
hombres, Pajeú y sus hombres se retiran, habiéndose negado el caboclo a
intervenir en la pelea que aún sostenían Rufino y Galileo Gall, quienes
terminan matándose mutuamente. “–Es cosa de hombres, Jurema. Tú los
metiste en eso. Déjalos donde los pusiste, que resuelvan su negocio como
dos hombres. Si tu marido se salva te matará y si muere su muerte caerá
sobre ti y tendrás que dar cuenta al Padre. En Belo Monte el Consejero te
aconsejará para que te redimas. Ahora márchate porque aquí se viene la
guerra”, le dice Pajeú antes de irse. La guerra tan esperada a la que se
refiere Pajeú ya había llegado. Los cañonazos de las huestes de Moreira
César habían sorprendido a la multitud congregada en Canudos, en la
procesión más larga que María Quadrado recuerda haber visto. El
Consejero y su séquito habían desfilado por las calles de Canudos
alentando a toda su grey para que enfrenten con hidalguía y valentía al
destino que les esperaba. El pueblo estaba transformándose como si fuera
a combatirse en cada casa. En el interior de las viviendas, hombres,
mujeres y niños abrían fosos o llenaban sacos de tierra. Todos tenían
carabinas, trabucos, picas, palos, facas, collares de balas, o cargaban
guijas, fierros, pedruscos. Los reiterados cañonazos eran el anuncio
esperado por aquellos que desde hacía tiempo atrás habían optado por el
camino del Buen Jesús: el anuncio del fin del mundo. El cañoneo aumenta
y Canudos queda sepultado en una nube de humo que escala las faldas de
los cerros. Techos y paredes, alcanzados por incesantes explosiones, salen
despedidas por todas partes. El Coronel Moreira César no puede ocultar su
preocupación al ver que los yagunzos resisten las arremetidas de las
compañías dirigidas por Olimpio de Castro, Cunha Mattos y el Coronel
Tamarindo.
En un instante de desesperación, Moreira César monta en su corcel
blanco para dirigir él mismo el ataque. Unas balas mortíferas hacen blanco
en él, destrozándole el vientre. En su lecho de agonía, el bizarro militar
arenga a sus oficiales para que continúen en aquella loca guerra que está
ya perdida. Los oficiales se rehúsan a obedecer las órdenes por
considerarlas una locura. Es entonces que el periodista del Jornal de
101
Noticias escribe, por orden del agónico Coronel, una “acta de infamia” en
la que se hace constar que la retirada del sitio de Canudos es decisión que
se toma en contra de su voluntad, por subalternos que no están a la altura
de su responsabilidad histórica. Al morir Moreira César, sus subalternos
toman la decisión de retirarse, para así evitar que los sobrevivientes sean
sacrificados en vano.
Jurema, después de cubrir con una manta de yerbas trenzadas los
cadáveres de Rufino y de Gall, parte acompañada de un enano en busca
de un lugar seguro. Sin saber cómo, se ve inmersa en medio de aquella
vorágine, ve caer al Coronel Moreira César víctima de las balas del caboclo
Pajeú. En su loca fuga, Jurema y el enano topan con el periodista miope del
Jornal de Noticias quien se halla acompañado del padre Joaquín, a quien
ha liberado de manos de las huestes del malogrado Moreira César. El
periodista miope tiene miedo, pues, después de la derrota del Ejército
Republicano, se siente desprotegido en aquellos lares extraños donde fue
testigo de la tardía retirada del ejército: “No le hicieron caso al Mayor
Cunha Mattos, no se retiraron anoche y lo hacen sólo ahora como quería el
coronel Tamarindo”, piensa. Será testigo también del innecesario
ensañamiento con que los yagunzos barren a las columnas que huyen
despavoridas. Ve a los yagunzos “recogiendo los fusiles, las municiones,
las bayonetas, pero sus ojos no se engañan y desde el primer momento
saben que, además, esos grupos de yagunzos, aquí, allá, más allá, están
también decapitando a los cadáveres con sus machetes, con la aplicación
con que se decapita a los bueyes y a los chivos, y echando las cabezas en
costales o ensartándolas en picas y en las mismas bayonetas que esos
muertos trajeron para ensartarlos o llevándoselas cogidas de los pelos. En
tanto que otros prenden fogatas donde comienzan a chisporrotear, a
estallar, a chamuscarse los cadáveres descabezados.
Nada de lo que ve y oye le sorprende lo asusta o interesa. Pero un
momento después se para en seco y, con la serenidad que ha alcanzado,
se pone a escudriñar una de las cabezas auroleadas por enjambres de
moscas. No hay duda alguna: es la cabeza de Moreira César».
Ante la catástrofe que ha significado la caída del mejor Regimiento del
Brasil, el Barón de Cañabrava cita de urgencia a Epaminondas Goncalves
para buscar un acuerdo que salve a Bahía, pues, ante lo sucedido, es
evidente que el Presidente Prudente del Moráis eliminará toda forma de
poder local por lo que Bahía se convertirá en un simple apéndice de Río. El
Barón ofrece al director del Jornal de Noticias y dirigente del Partido
Republicano, el camino libre para que pueda llegar al poder, solo, pues, le
garantiza que él será el único candidato. A cambio el Barón exige que no
se toquen las propiedades agrarias ni los comercios urbanos. Nada de
confiscaciones ni expropiaciones que hagan peligrar la propiedad privada.
102
Mientras tanto en Canudos, casi no hay escombros en las calles. No
había terminado la procesión celebrando el triunfo contra los anticristos de
la República, cuando ya estaba Antonio Vilanova a la cabeza de piquetes
de voluntarios organizando el entierro de los muertos, la remoción de
escombros y la reconstrucción de las cabañas, de los talleres y el rescate
de las ovejas, cabras y chivos espantados. El ruido que produce la
reconstrucción se confunde con la voz monótona, afinada, del enano que
llegó a Canudos con Jurema, el periodista miope y el padre Joaquín. Este
último es interrogado por Joao Abade sobre las noticias que el cura ha
traído de su viaje a Joazeiro. Las noticias son por demás alarmantes: un
contingente de más de nueve mil soldados, al mando del General Artur
Oscar, viene a Canudos por Queimadas y por Sergipe. Apesadumbrado,
manifiesta también que estuvo con el doctor Aguilar de Nascimento quien
recomienda que lo único que pueden hacer es dispersar a la gente y
regresar todos a los pueblos de origen, antes de que ese ejército blindado
y bien armado llegue a Canudos. La vida para Jurema, el Enano y el
Periodista Miope, en Canudos, se le torna muy difícil, pues la pobreza de
los yagunzos raya en la desesperación. “Están más hueso y pellejo que
nosotros”, murmuró el enano, quien nunca en su vida había visto tantos
mancos, ciegos, tullidos, tembladores, albinos, sin orejas, sin narices, sin
pelos, con tantas costras y manchas. Dentro de ese ambiente, el enano se
sentía un ser normal. El enano, con sus payaserías y recitaciones,
conseguía algunos puñados de farinha de maíz o de carne de chivo secado
al sol que los mantenía vivos a los tres. Poco después fue Antonio Vilanova
quien los acomodó en un depósito donde se guardaban fusiles, pólvora,
morteros y cartuchos de dinamita y todas las armas arrebatadas del
Ejército vencido. El Periodista Miope, sumido en una ceguera debido a que
se le habían roto sus anteojos, estaba horrorizado de pensar que en
cualquier momento sus dos amigos lo abandonarían. Así permanecía,
encogido, atento, esperando -no sabía por qué- recibir una patada, un
bofetón, un escupitajo.
Cuando parece que todo para los yagunzos está terminado, el ataque
de los soldados cesa por completo. A pesar de que muchos de sus oficiales
se hallan en desacuerdo, el general Artur Oscar, militar de alto rango al
mando de la expedición republicana, ordena a sus hombres el cese del
fuego, pues, considera que continuar el asalto hubiera significado el
aniquilamiento. Han tenido mil veintisiete bajas, la tercera parte de sus
fuerzas. Veintitrés oficiales muertos, entre ellos, los coroneles Carlos Telles
y Serra Martins. Después de hacer un recuento de la situación se llega a la
conclusión de que sólo la quinta parte de Canudos ha sido lomada y que si
en vez de tres mil, hubieran sido cinco mil soldados, Canudos estaría en
poder de los Republicanos. El General Artur Oscar recorre todas las
guarniciones acantonadas impartiendo ánimos entre los heridos y a todos
aquellos valerosos defensores de la República, quienes se hallan
107
aletargados por el hambre y el cansancio. Entre toda esa miseria humana
que lo rodea, el General Oscar siente renacer sus ánimos al ver la heroica
labor del doctor Cavalcanti, aquel joven a quien días antes ni conocía y
que se presentó ante él para decirlo: “He matado a mi mejor amigo y
quiero ser castigado”; se refería al Teniente Pires Ferreira. El hambre es
apremiante entre la soldadesca, y más aún cuando los yagunzos roban
cientocincuenta reses que iban destinadas a alimentar a la tropa. La moral
de los soldados decae considerablemente por la falta de alimento. Los
hombres comen las sobras y los perros que capturan y hasta tuestan
hormigas y se las tragan para aplacar el hambre. Hundido hasta el cuello
en esa miserable región, el General Artur Oscar maldice la hora en que
aceptó ese comando. Tres generales habían rehusado aceptarlo. Ahora
entendía por qué le habían hecho lo que él, en su ingenuidad, creyó una
distinción, un regalo para cerrar con broche de oro su carrera.
La invasión a Canudos había comenzado un 18 de julio, y veinte días
después, cuando la desmoralización del ejército estaba en su etapa más
crítica, el General Oscar recibe la grata visita de un oficial quien le informa
que la Brigada de refuerzos del General Girard llegaría en pocas horas.
Cuatro mil quinientos soldados terminarán por fin para él y para el Brasil la
pesadilla de Canudos.
Ya en el umbral de la muerte el Consejero manda llamar al ex
comerciante Antonio Vilanova. Hacía más de seis días que su estómago no
dejaba de evacuar una aguadija que María Quadrado no cesaba de limpiar.
Su rostro oscuro, alargado, inmóvil, sigue con los párpados sellados
esperando la llegada de Antonio. Ya frente a él, el Consejero, le pide que
abandone Canudos llevándose a su familia y a los forasteros amigos del
padre Joaquín. “Anda al mundo a dar testimonio, Antonio. Aquí me quedo
yo con el rebaño. Allá irás tú. Eres hombre del mundo, anda, enseña a
sumara los que olvidaron la enseñanza” , le dice con voz susurrante. El
Beatito capta la mueca que contrae la cara de Pajeú. Maravillado, el
Beatito entiende por qué el Consejero, en ese instante supremo, se ha
acordado de los forasteros que protege el padre Joaquín. ¡Para salvar a un
apóstol! ¡Para salvar el alma de Pajeú de la caída que podría significarle tal
vez esa mujer! El Consejero muere acariciando las greñas tupidas del León
de Natuba. De inmediato el cadáver del santo es sepultado en una fosa
hecha a toda prisa, pero muy profunda, para que los Perros de la
República no encuentren nunca su cadáver. El Beatito toma juramento a
todos los presentes para que nunca revelen, sea cual sea la tortura, el
lugar donde reposa el Consejero. El padre Joaquín se encarga de avisarle a
Jurema la decisión del Consejero. La mujer se siente agraciada después de
tanto sufrimiento y penurias, más ahora que siente que ama al Periodista
Miope como una mujer ama a un hombre. Pese a que ya ha sido suya
108
como una mujer es de su marido o amante, Jurema seguía cuidándolo,
mimándolo, jugando mentalmente con él como una madre con su hijo.
Pajeú da las instrucciones precisas que deben acatar todos los que
abandonarán Canudos. Al ver que el periodista miope estornudaba, el
exbandido de la gran cicatriz en el rostro le dijo con voz impasible:
“Estornuda ahora. No después. No cuando estén esperando la señal. Si
estornuda ahí, le clavarán una faca en el corazón. No sería justo que por
sus estornudos capturaran a todos”. Para que los fugitivos puedan huir,
Pajeú y un grupo de treinta hombres atacan un campamento de cerca de
quinientos soldados a punta de dinamita que sorprende a Queluz, un cabo
que se ha quedado dormido haciendo guardia. Pajeú es herido en una
pierna y cuando trata de huir, se topa de lleno con Queluz quien lo
captura. El exbandolero muere a consecuencia de los puntapiés que le
propina el coronel Madeiros, responsable de la guarnición atacada por
Pajeú y sus hombres. «.Termina el trabajo -le dice Madeiros a Queluz,
alcanzándole su sable con movimiento enérgico-. Reviéntale los ojos y
córtale la lengua. Después, le arrancas la cabeza y la echas por encima de
la barricada, para que los bandidos vivos sepan lo que les espera». Hasta
oídos del León de Natuba llega la noticia de que la cabeza de Pajcú, sin
ojos ni lengua ni orejas, se balancea desde hace unas horas en una estaca
plantada en las trincheras de los republicanos. Como puede, el León, va
abriéndose camino entre llamaradas de fuego, escombros y cadáveres.
Joao Grande logra salvarlo cuando ya era evidente que un soldado le
volaría la cabeza. Cuando siente el inmenso calor que reina a su alrededor
como consecuencia de las grandes llamaradas, el León de Natuba cree
que ya le ha llegado su momento; ese fuego que lo espera hace veinte
años.
Cuando la guerra terminó, las cinco mil doscientas casas que habían en
Canudos estaban convertidas en escombros. El Coronel Gerardo Macedo,
jefe del Batallón de la Policía Bahiana, buscó entre aquella pestilencia el
cadáver de Joao Abade, a quien había tratada de capturar sin ningún éxito
durante diez años. Conocido con el apodo de “Cazabandidos”, Macedo
había dado muerte al padre de Joao Abade treinta años atrás en el pueblo
de Custodia. Una viejecita, que se encontraba entre los prisioneros, le dijo
que ella había visto que unos arcángeles lo habían subido al cielo. Macedo
comprendió que proseguir con esa obsesionante búsqueda resultaría
inútil.
110
cortaran la lengua o le reventaran los ojos. Para el Beatito encontraron la
única tortura que no podía resistir: los perros. Después de largas horas de
charla, el periodista miope se marchó; el Barón sintió un gran alivio, pues,
con ese hombre se iba el recuerdo de Canudos, recuerdo que nunca
hubiera querido recordar.
Fin.
D.PERFIL PSICOSOCIAL DE LOS PERSONAJES:
1. CONSELHEIRO: Cuyo verdadero nombre era Antonio Vicente
Mendes Maciel. Hombre alto y tan flaco que siempre parecía de
perfil. Piel oscura y huesos prominentes. Sus ojos ardían con fuegos
perpetuos. Pastor, misionero o peregrino, aunque su edad,
procedencia y familia nunca se supo; predicaba la ley del buen Jesús
por más de veinte años en el sertón del noreste brasilero,
proclamando que en 1900 se iba a producir el juicio final. Con su
oratoria religiosa logró dar esperanza de una nueva vida a los
desposeídos, los más sanguinarios bandoleros y a los marginales e
incomprendidos sociales. Estos se convierten en sus seguidores
fanáticos. Junto con ellos invade la hacienda Canudos del Barón de
Cañabrava para fundar la comunidad del buen Jesús (la nueva
Jerusalén) donde no hay desigualdad, ni incomprensión, convivencia
pacífica y hermandad hasta que aparecen las fuerzas militares para
violentarlos y luego exterminarlos. El Conselheiro, muere tras larga
agonía acariciando la cabeza del león de Natuba y ordenado a
Vilanova irse de, Canudos con su familia y los amigos del padre
Joaquin, para proclamar lo que pasó. Su cuerpo enterrado en una
fosa común finalmente fue encontrado por los militares. Lo
decapitaron y su cabeza fue llevado para un estudio.
2. EL BEATITO: Su nombre verdadero es Antonio Mota. Nacido en
Pombal. Sobrevivió a la sequía y hambruna que azotó la región. Al
morir su padre fue recogido por un zapatero. Un Tuerto que lo
explotaba. Por su físico, que daba lástima, las mujeres de Pombal
eran altruistas con él. Ellas le llevaron al templo. A partir de ese
momento se volvió tan cristiano. Con estampas construyó un altar en
su cuarto. Después de realizar penitencia y obras caritativas fue
aceptado por el Conselheiro como su seguidor. Muere en la masacre
de Canudos. Él es quien delata la tumba del santo.
3. MARIA QUADRADO: Muchacha de veinte años que con la cabeza
pelada y ropa andrajosa venía en peregrinación (por haber matado a
su propio hijo) desde Bahía de San Salvador hasta el calvario de la
111
sierra Picuaracá. Cargaba una enorme cruz y en el trayecto fue
violada 4 veces. Se instaló en una gruta camino al pueblo de Monte
Santo. Allí la llamaban como “La madre de los hombres”... Muere en
Canudos.
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Recrear literariamente la rebelión de Canudos
Señalar que el fanatismo puede enceguecer tanto al hombre hasta
conducirlo a la muerte y la destrucción.
Condenar la intolerancia, represión y violento accionar de las
fuerzas armadas (policías y soldados) que representan no al pueblo
pobre y oprimido, sino, al poder político, al gobierno de turno y otros
intereses.
Mostrar el inevitable aplastamiento y destrucción a la clase, raza y
cultura débil por parte de la fuerte y poderosa.
Denunciar la condición infrahumana, el olvido y abandono, extrema
pobreza y exclusión en la que se hallaban los campesinos del
noreste brasilero.
Advertir que la continua exclusión y abandono a los campesinos
por parte de los gobernantes puede provocar una nueva rebelión
mucho más violenta que la anterior.
Revelar la incapacidad de la clase política para solucionar de
manera pacífica y no únicamente con al violencia represión brutal.
Señalar cómo un discurso esperanzador puede tocar
profundamente el alma de los marginados, indeseables y pobres
hasta llevarlos a una rebelión.
Señalar que ni la fe ni la razón garantizan exclusivamente la
correcta interpretación del mundo.
Mostrar las ambiciones económicas y personales que llevan a los
políticos a delinquir y engañar al pueblo.
H. MANEJO LINGÜÍSTICO:
Pese a referir hechos suscitados en una zona de habla portuguesa, en
“La Guerra del Fin del Mundo”, Mario Vargas Llosa maneja un español
estándar; esto es, el lenguaje que usa es directo, claro y algunas veces
hiperbólico.
115
escribió y publicó en 1901 un tratado sociológico titulado “Os
Sertaoes” (Los Sertones). En dicho texto mostró y analizó las causas
de la guerra de Canudos y principalmente denució la masacre, el
crimen y el genocidio que los militares en su afán de gloria y fanatismo
bélico cometieron contra los seguidores del Conselheiro. Tanto el libro
como el hecho pasaron con el tiempo al olvido. Y cien años después, es
Mario Vargas Llosa quien los resucita, para ello, leyó principalmente el
libro de Euclides Da Cunha, visitó en un viaje de estudios los lugares
principales donde se sucitaron los hechos narrados para mostrarnos a
tarvés de la ficción: El fanatismo religioso y bélico, la intolerancia,
represión y violento accionar de las fuerzas armadas, el inevitable
aplastamiento y destrucción a la clase, raza y cultura débil por parte
de la fuerte y poderosa, la continua exclusión y abandono a los
campesinos por parte de los gobernantes y las ambiciones económicas
y personales corruptas de los políticos y como no podría faltar, el amor
correspondido entre un hombre y una mujer hallado en un Apocalipsis
o fin del mundo.
G.ESTRUCTURA EXTERNA:
“La Guerra de Fin del Mundo” Está estructurada y presentada en cuatro
parte solo macados con cifras romanas.
Es una foto histórica de uno de los episodios más comentados acerca de dos
grandes protagonistas de la literatura latinoamericana. El ojo izquierdo negro de
Gabriel García Márquez, en un primer plano del rostro del Premio Nobel de Literatura
que acaba de cumplir el martes 81 años de edad, con celebraciones en todo el mundo.
La trompada se la dio otra gloria de las letras sudamericanas, el escritor peruano y
hasta entonces su amigo, Mario Vargas Llosa.
La historia es conocida y tiene varias versiones porque en verdad ni García
Márquez ni Vargas Llosa ni sus respectivas mujeres han contado cuál fue la razón de
la reacción furibunda, salvaje, del autor de La ciudad y los perros, contra el
colombiano de Cien años de soledad.
El diario mexicano La Jornada y el italiano la Repubblica publicaron primero la
famosa foto. Hay dos instantáneas. En una Gabo sonríe, mientras que en la otra está
muy serio.
Autor de las fotografías es el colombiano Rodrigo Moya, naturalizado mexicano,
amigo de familia de García Márquez. Moya guardó las fotos durante 31 años. "Ahora
que él cumple 80 años y 40 la primera edición de Cien años de soledad, considero
correcta la publicación de este comentario sobre el terrorífico encuentro entre dos
grandes escritores, uno de izquierda y el otro de contundentes derechazos."
Con fidelidad e ironía, Moya cuenta en el testimonio La horripilante historia de un ojo
morado que escribió para La Jornada que el 14 de febrero de 1976 García Márquez se
presentó en su casa para que le tomara fotografías "con un tremendo hematoma en el
116
ojo izquierdo y una herida en la nariz, causada por el puñetazo que dos días antes le había propinado su colega y
hasta ese momento gran amigo Mario Vargas Llosa.
La crónica. Era de noche y numerosos intelectuales se habían congregado en un cine de ciudad de México para
asistir a la proyección de La odisea de los Andes, el filme que narra la aventura del grupo de uruguayos que estuvo
72 días entre las nieves de la cordillera de los Andes y que practicó el canibalismo para sobrevivir.
Al terminar la película hubo un momento mundano, con copas y canapés. García Márquez, que estaba
acompañado por su mujer, Mercedes, divisó al amigo Vargas Llosa. Se dirigió a abrazarlo. Alcanzó a decirle
sonriendo: "Mario..." y recibió el tremendo puñetazo, un derechazo entre el ojo izquierdo y la nariz. Vargas Llosa le
gritó. "¡Cómo te atreves a venir a saludarme después de lo que le hiciste a Patricia en Barcelona!"
Con una abundante hemorragia, entre los gritos y algunos sollozos de las damas presentes, sentado en el suelo,
perplejo por lo que había ocurrido y no terminaba de entender, Gabo fue socorrido de inmediato.
Un escritor mexicano corrió a buscar un bife que le fue aplicado en el ojo tumefacto al glorioso autor de Crónica
de una muerte anunciada para absorber la hinchazón. Vargas Llosa se retiró tras el puñetazo. Y los dos ex amigos
nunca más volvieron a hablarse.
No hubo razones políticas en la agresión del peruano, que se había volcado a la derecha liberal mientras García
Márquez permanecía fiel a la izquierda y a su estrecha amistad con Fidel Castro.
Algunos contaron más tarde que Vargas Llosa había abandonado a su mujer Patricia y a sus dos niños para correr
detrás de una estupenda joven sueca. Los dos matrimonios vivían en Barcelona y Patricia buscó consuelo en sus
amigos. Los García Márquez le habrían aconsejado la separación legal. No se sabe bien qué pasó, pero cuando
largó a la sueca y se reconcilió con Patricia, que le contó con pelos y señales sus diálogos con los García Márquez,
algo ofendió terriblemente a Mario Vargas Llosa.
¿Fue así la historia de la más famosa pelea en la historia de la literatura latinoamericana? Misterio. "Dejemos el
tema a los historiadores", dijo hace poco Vargas Llosa. García Márquez no habla del asunto.
Una nueva edición de Cien años de soledad, con el auspicio de la Real Academia Española, está por salir con un
millón de copias, que se agotarán enseguida. Y Mario Vargas Llosa autorizó a que se publique como prólogo el
extracto de Historia de un deicidio, el ensayo que escribió sobre el libro de su entonces amigo en 1971,
¿Es ésta una señal de reconciliación? Así lo señalaron varios periódicos y revistas. Otras fuentes negaron que en
ambos haya buena voluntad para superar el pasado.
1. CONCEPTO:
Llamada también Urbanismo, Narrativa Criolla o Capitalina, es una
corriente literaria que surge en Lima aproximadamente en la década de
1930 y agarra mayor fuerza desde 1950 hasta la actualidad.
2. CARACTERÍSITICAS:
Su espacio y tema favorito es Lima, “la horrible”: su gente y sus
problemas.
Muestra la crisis y decadencia de la aristocracia oligárgica limeña.
Refleja el caos, la violencia, drogadicción, delincuencia,
homosexualismo y degeneración de la sociedad limeña.
3. REPRESENTANTES:
José Diez Canseco con “Estampas Mulatas”.
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Enrique Congrains Martín con “Lima, Hora Cero”.
Julio Ramón Ribeyro con “La Palabra del Mudo”.
Oswaldo Reynoso con “En Octubre No Hay Milagros”.
Mario Vargas Llosa con “Conversación En La Catedral”.
Alfredo Bryce Echenique con “Un Mundo Para Julius”.
Maynor Freire con “Puro Cuento”.
Cronwell Jara con “Patíbulo para un Caballo”.
Fernando Ampuero con “Puta Linda”.
Jaime Bayly con “No se lo Digas a Nadie”.
118
1970: Publica “Un Mundo para Julius”. La novela qu eda finalista del no
adjudicado premio Biblioteca Breve de la editorial Seix Barral.
1972: Obtiene el Premio Ricardo Palma que se convierte en el Premio
Nacional de Literatura en Perú por “Un mundo para Julius”.
1974: Publica el volumen de cuentos “La felicidad ja ja”. Ingresa en la
Universidad de Vicennes, como Asistente de español.
1977: Publica su novela “Tantas Veces Pedro”. Durante una estancia de
ocho meses en Perú obtiene el título de Doctor en Letras,
especialidad de Literatura, por la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos.
1980: Es contratado por la Universidad Paul Valery de Montpellier, donde
al año siguiente es ascendido a Catedrático de Literatura y
Civilización latinoamericanas.
1981: Se publica con éxito “La Vida Exagerada de Martín Romaña”, primer
volumen del díptico “Cuadernos de Navegación en un Sillón
Voltaire”.
1985: Se instala en Barcelona y publica la segunda parte del díptico, “ El
Hombre que Hablaba de Octavia de Cádiz”.
1986: Se publica “Magdalena Peruana y Otros Cuentos”.
1988: Publica “La Última Mudanza de Felipe Carrillo”.
1989: Se casa con Pilar de Vega y fija su residencia en Madrid.
1990: Edita tres novelas breves con el título de “Dos Señoras Conversan”.
1993: Ve la luz “Permiso Para Vivir” (Antimemorias) El Rey de España le
otorga la Encomienda de Isabel la Católica.
1995: Publica “No Me Esperen en Abril”, una novela sobre la
adolescencia. Rechaza, en un viaje a Lima, la Orden del Sol de Perú
que le ofrece el gobierno de Alberto Fujimori, en protesta por la
amnistía decretada por ese gobierno a los integrantes del grupo
paramilitar Colina. Francia le concede la insignia de Caballero de la
Orden de las Artes y las Letras.
1996: Edita “A Trancas y Barrancas”, que integra los textos que ha venido
publicando en diversas revistas y periódicos del mundo
hispanoahablante.
1997: Publica la novela “Reo de Nocturnidad”. Se le tributa un homenaje
en la Universidad de Montpellier.
1998: Concesión del premio Nacional de Narrativa en España.
1999: Publica la novela “La Amigdalitis de Trazan” y los cuentos de “Guía
triste de París”. Regresa a vivir definitivamente a Perú, donde recibe
el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos.
119
2000: Francia le asciende a Comendador de la Orden de las Artes y las
Letras. El Ministerio de Educación y Cultura de España le concede la
Encomienda de Alfonso X El Sabio.
2002: Recibe el premio Planeta por la novela “El Huerto de mi Amada”.
2006: Publica su novela: “Entre La Soledad y el Amor”.
2007: Publica su novela “Las Obras Infames de Pancho Marambio”.
PRINCIPALES OBRAS:
CUENTO:
– “Huerto Cerrado”.
– “La Felicidad Ja, Ja”.
– “Magdalena Peruana”.
– “Guía Triste de París”.
NOVELA:
– “Un Mundo Para Julius”.
– “La Vida Exagerada de Martín Romaña”.
– “El Hombre Que Hablaba de Octavia de Cádiz”.
– “La Última Mudanza de Felipe Carrillo”.
– “Tantas Veces Pedro”.
– “Reo de Nocturnidad”.
– “La Amigdalitis de Tarzán”.
– “El Huerto de Mi Amada”.
ANTIMEMORIAS:
– “Atrancas y Barrancas”.
– “Permiso Para Vivir”.
B. CONTEXTO SOCIOCULTURAL:
“Un Mundo Para Julius” fue escrita en Paris en los años 60 y publicada
en 1970. Según los críticos, retrata a la aristocracia limeña entre los años
1958 – 1963. Durante este tiempo fueron presidentes del Perú, el nefasto
dictador Manuel A. Odría (1948 – 56); Manuel Prado Ugarteche (1956 – 62)
y Fernando Belaunde Terry (1963 – 196__). Este último con su gobierno
favoreció el mayor enriquecimiento de la aristocracia feudal y entregó los
recursos al capitalismo norteamericamo, como hoy lo está haciendo Alan
García. En esta época se crea la tarjeta de crédito, asimismo, pocas
familias peruanas se enriquecen con la venta de minerales a EE.UU.
durante la guerra de Corea. Por primera vez se permite el voto de las
mujeres en 1956, pero aún no de los campesinos.
120
empiezan a organizar luchas guerrilleras. Así surgió el MIR (Movimiento de
Izquierda Revolucionaria) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional), La
represión fue brutal y sanguinaria. Así El 15 de mayo de 1963 en Puerto
Maldonado, el Ejército Peruano acribilló el cuerpo del poeta Javier Heraud
quien convertido en guerrillero por un Perú justo e igualitario finalmente
murió.
Con esto, los oligarcas limeños que tenían haciendas en el interior del
país como los personajes de “Un Mundo Para Julius”se vieron afectados.
Por la década de 1970, el general Velasco Alvarado tras un golpe de
estado tomó el poder. Inició una política antioligárquica, antifeudal y
antiimperialista lo que empobreció a la aristocracia. Lo curioso es que el
joven narrador (de entonces) Alfredro Bryce Echenique por su novela “Un
Mundo Para Julius” fue visto como un aliado de Velasco. El Ministro de
Educación velasquista llegó a afirmar que “Entre el general Velasco y
Alfredo Bryce Echenique habían liquidado a la oligarquía limeña.”
C. TRAMA ARGUMENTAL:
Julius es un niño de la clase aristocrática limeña que “nació en un
palacio de la avenida Salaverry, frente al antiguo hipódromo de San Felipe;
un palacio con cocheras, jardines, piscina, pequeño huerto donde a los dos
años se perdía y lo encontraban siempre parado de espaldas…” Su
bisabuelo había sido presidente de la República. Su padre Santiago era un
hombre distinguido y de buen apellido que se había casado con Susan una
señorita aristócrata que siempre estaba linda, en la casa Sarta de
Londres. Ella dio a Santiago cuatro hijos: Santiago, Bobby, Cinthia y el
último: Julius. Cuando todo iba bien en la familia, el padre enfermó de
cáncer y tras una penosa agonía dejó de existir cuando Julius tenía un año
y medio de vida. Su mamá linda y olorosa, los primeros años lloró todas
las noches por su esposo muerto. Mientras, Julius se instaló
definitivamente en la carroza del bisabuelo presidente en la que pasaba
todo el día. A eso de las seis de la noche venía a buscarlo una muchacha
de nombre Vilma que según la mamá de Julius por ser chola hermosa
121
debía descender de algún indio noble o un inca. Sólo esa niñera podía
sacarlo a Julius de la carroza y llevarlo al baño de los niños pequeños. Allí
lavaba el pequeño cuerpo de Julius con todos los cuidados posibles. La
bañera era una tina enorme llena de cisnes, gansos y patos que bien podía
ser una piscina de Beverly Hills. Julius le preguntaba a la chola hermosa de
dónde era y ella le respondía de Puquio – Nazca, camino a la sierra. Un
pueblo con muchas casas de barro.
122
donde se reunían todo tipo de provincianos. Celso como tesorero guardaba
bien la caja y al ver que el candado de la puerta del local estaba viejo,
trajo la caja al palacio. El niño orejón le rogaba para ver la caja.
123
ella por más linda que estaba no le respondía. Cinthia y Julius pese a la
negativa de su madre pudieron vestirse de luto por la muerte de nana
anciana. La muerte de Bertha unió a los dos hermanos.
Desde Boston, una semana más tarde Cinthia escribió dos cartas a su
hermano Julius. Susan también escribió le tres cartas. Juan Lucas apareció
en la casa muy fino y muy serio también. Susan llamó por teléfono y Juan
Lucas viajó a Boston llevándose a Santiago. Julius entre tanto, pasó las
horas con la señorita Julia quien le preparaba para la primaria.
126
Carlos fue a recogerlo. Ya en la casa, Vilma se puso a llorar y prometió
no ver más a Palomino. Julius contó su encuentro con el pintor, luego lo
que fue a ver a los mendigos. Dijo también que si no fuera por la monja
que le retuvo hubiese vuelto ya hace rato. Volvió también la señorita Julia.
Julius falló en un ejercicio y recibió un pellizco, al escuchar el llanto de
Julius vino la cocinera y se quedó durante toda la clase. La maestra
empezó a enseñarle con suma delicadeza hasta cuando se equivocaba
hasta le enseñó un poemita para el día de la madre.
127
pandilla de la Pepa. Julius a diferencia de los demás niños no entregó el
lapicero de Cinthia ni tomó como ídolo a la Pepa. Por eso, fue revolcado a
patadas en el suelo. Cuando ya el 98% de los niños integraban la pandilla
de la Pepa y resultaba aburrido pegar a los mismos, llegó Arzubiaga que
levantó una piedra. Pepa no pudo hacer lo mismo y se convirtió e uno más
del montón. A diferencia del primer líder, Arzubiaga no era belicoso, nunca
pegaba a nadie y eso era el problema. Un día, Julius le pidió que lo pegara
a Gómez un cholón bruto; pero él no le hizo caso.
Arzubiaga no cumplía los mínimos requisitos para ser malo, pero nadie
pudo con él. Hasta el gordo Martinto fue tumbado fácilmente. Este gordo
por esa época era el mejor amigo de Julius, por eso, un día lo desafió a un
duelo con espadas de madera. Así pasaron mucho tiempo. El gordo
tratando de volarle las orejas y Julius tratando de desinflarlo. Una tarde,
Silva cargó un pedrón y se le puso a Arzubiaga. El atrevido, que era rubio
y tenía cara de gato malo, había pegado a Ramírez, a King, el
norteamericano, y a Rafaelito Lastarria, primo de Julius. Como había
retado, Arzubiaga lo esperaba macanudo en el recreo. Silva estaba más
gato y malo que nunca, mientras que Arzubiaga con una calma que daba
coraje le preguntó por qué quería pelear y le hizo más preguntas. El gordo
Martinto se desesperaba porque no quería que se acabara el recreo sin la
pelea. Después que Silva le dijera mariconcito, ambos retantes se vinieron
abajo. Arzubiaga, con suma tranquilidad apretó el cuello de Silva
preguntando si se rendía. Hasta que se escuchó un gemido afirmativo.
Arzubiaga estaba en tercero y era el ídolo de Julius.
El padre del gordo tenía una hacienda extensa cerca a Lima. Lugar
ideal para que el gordo se revolcara a sus anchas. Un día invitó a Julius.
Ambos corretearon casi todo el día y regresaron inmundos a San Isidro.
Allí entablaron una lid. El gordo ya le había volado diecinueve veces la
oreja derecha y Julius había logrado pincharle la panza once veces.
Martinto arriconó poco a poco al orejón hasta tumbarlo. Entonces, Julius
recordando lo que había visto en un a película, cogió un puñado de arena
y arrojó a los ojos del gordo que ya se le venía encima. Martinto lo
persiguió llorando por todo el jardín hasta que lo alcanzó y le dió un
puñetazo en el ojo. Hubo lío de madres.
Además de este incidente hubo otro más ese año. Todos los niños
traían sendas pelotas, pero ocurre que el colegio era pequeño y
terminaban rompiendo vidrios de las ventanas. Y para peor de males, el
gringo King, hijo de un embajador norteamericano, nunca comprendió el
fútbol a la peruana. Por eso, en lo mejor del partido cogía la pelota con las
128
manos, corría como un loco y se metía al arco gritando goool.
El local nuevo del colegio andaba viento en popa, mientras la
construcción del nuevo palacio que el terreno de Juan Lucas cerca al polo,
no. Eso porque ni Juan Lucas, ni Susan ni el arquitecto de moda se ponían
de acuerdo en el plano. Pusieron cimiento para la construcción del colegio
de las monjitas. Hubo misas y rezos. El pobre Julius no se daba abasto para
tanta avemaría. A fin de año, Julius terminó entre los primeros de su clase.
La madre superiora le colgó una medallita. Santiago y Bobby como
siempre habían aprobado apenas. Por ser uno de los mejores de la clase,
Julius tenía que participar en el recital de piano. Su maestra era una
monjita linda y con pecas llamada Mary Agnes.
Cuando Julius tenía siete años, después de tantos saltos mortales Bobby
por fin logró acercarse a la canadiense. Se bañaban juntos cual si fueran
Tarzán y Jane. Ambos nadaban pegaditos como si fueran a encontrarse con
un cocodrilo que un día apareció y era Julius. Se acercó a preguntarle la
hora, por mocoso y cocodrilo se ganó un tremendo cocacho de un Tarzán
avergonzadísimo.
129
cachetadas hasta que fueron descubiertos por la Zanahoria. Cuando llegó
el día de la confirmación, todos se morían de miedo. Temblaban cuando les
llegaba el turno. Se tenían todos la lista de los pecados y no faltó quien los
había enumerado. Al final hicieron unos propósitos de enmienda decisivos
y definitivos. Entre otras cosas: nadie más desearía que San Martín, el
chancón de la clase, se enfermara o se equivocara alguna lección, nadie
más desearía que la Zanahoria se resbalara en la escalera y se le viera el
calzón.
Llegó el día de la primera comunión y como regalo de su padrino Juan
Lucas, Julius recibió un juego de lapiceros Parker de oro, aunque él quería
una pistola para matar al diablo. Así pasó otro año escolar. Julius quedó
segundo de su clase. Bobby aprobó apenas y Santiago por mucho
mercedes, mucho plancito, mucha enamorada fue desaprobado. Ahora
tenía que irse a los Estados Unidos.
El colegio grande por fin se terminó. Ahora hasta Gumercindo Quiñones
tenía una cochera. Todo era nuevo y limpio pero semanas después el
gordo Martinto ya había escrito VIVA MARTINTO en una pared.
Cierto día, Susan había comprado una puerta viejísima de un convento
en demolición. Pidió ayuda a los sirvientes para bajar la puerta inmunda y
podrida. Incluso ella misma la cargó. Y en ese trajín fue que sintió un
hincón terrible en el brazo y antes de desmayarse alcanzó a ver al autor:
un alacrán. Luego vino un médico. Juan Lucas casi vestido para la ocasión,
comprobó que aunque envenenada Susan seguía linda. Por esa época
también le había dado a Susan darse a los repartos parroquiales. Visitaba
barriadas inmundas. Julius se propuso acompañarla un sábado por la
tarde, pero el golfista le interrumpió mandándolo a bañarse y a dormir al
mocoso del cuerno. Mientras Susan linda y Juan Lucas elegante se fueron a
bailar. Susan llevaba una vida intensa. Se levantaba temprano para llevar
a Julius a la misa. Luego volvía y tomaba desayuno con Juan Lucas a quien
le leía el periódico en voz alta. Eran contadas las noticias que le
interesaban al golfista: algún ministro nuevo y amigo suyo, si Eisenhower
seguía jugando golf y las crónicas taurinas provenientes de España y lo
demás nada. Pues, aun hombre tan elegante y millonario como él nunca
se le habla sobre el sufrimiento y pobreza de la gente, porque eso es feo,
lo más horrible y nauseabundo. Susan le contó sobre un pobre del
hipódromo y al toque Juan Lucas le hizo stop con la mano. Una lágrima
inesperada resbaló por la mejilla de la bella Susan. Julius presenció la
escena.
En la tarde, el golfista y la linda se fueron al hotel Bolívar a buscar a
unos amigos panameños. Bobby comió con Peggy, la canadiense, por
teléfono y Julius comió solo. Vino un periodista de asuntos sociales a
130
entrevistar a Susan sobre sus acciones altruistas. Susan convenció a Juan
Lucas para asistir a una misa. Allí el golfista estaba tan aburrido y cuado
ya terminaba la misa, el padrecito cantor lo exhortó para que ayude con la
colecta dominical. El elegante lo hizo, sin querer, muerto de vergüenza y
odiando toda labro filantrópica.
131
Pericote Siles quien se había declarado a Susan antes de que se case con
Santiago, luego antes de la boda con Juan Lucas. Susan, linda como
siempre lo rechazó como todas las mujeres a quienes se había declarado.
Se acercó a Susan quien le presentó a Julius que rechazó la mano de
Pericote. Los tres comieron butifarra.
En el barrio Marconi que quedaba al lado del Country Club, las chicas
se pelearon con los chicos por culpa de Carmincha, que se había
enamorado perdidamente de un gringuito. Los únicos que no pelearon
eran Manolo y Cecilia que seguían besándose, justo cuando un niño
blanquinosito, nerviosito, orejoncito y muy flaquito pasaba por su lado en
ropa de baño. Cecilia y Manolo pretendía que el gringo se fijara en
Carminacha, pero, ese todo el día saltaba más alto en la piscina hasta que
132
un día cuando también cayó Carmincha el gringo la elevó en sus hombros.
Luego la piscina se clausuró y mañana todo el mundo al colegio.
Como todos los años los Arena llegaron inmundos. Cano(nuevo amigo
de Julius)estaba tristísimo. Martinto había desaprobado el año y ya no
recordaba que Julius fuera su amigo. Sánchez Concha llegó enorme. Del
Castillo estaba muy rubio y Julius también había crecido pero estaba muy
desgarbado. Bobby ahora estaba interesado en una chica de Villamaría
que conoció en Ancón. Por decisión de su madre, Julius tenía que estudiar
piano con una profesora alemana. Morales armó el equipo del Inmaculado.
Sánchez Concha era el capitán. Julius también estaba en el equipo pero
no de arquero como él quería sino de winger. Los entrenamientos se
hacían por las tardes bajo la vigilancia de la madre Mary Joan, la monjita
fitbolista recién llegada. Tres semanas más tarde, Sánchez Concha le
volvió a pegar a Del Castillo, luego a Zapatero, Espinoza, De los Heros y a
Julius a quien le sacó la mugre. Ocurre que él estaba contando sobre su
profesora de piano diciendo que era nieta de Beethoven y Sánchez
Concha lo desmintió. Insultándolo incluso con lo de su padrastro.
133
Un zambo de 35 años apellidado Del Castillo vino al colegio como
fotógrafo oficial. La Madre Superiora lo hizo traer para que tomara fotos a
los niños como recuerdo para que ya de viejitos se lo muestren a sus
nietos. La Madre Superiora siempre hacía bromas y todos los niños se
rieron hasta Sánchez Concha pero cambió de rostro inmediatamente
porque Fernandito seguía con la cara seria y furiosa. Del Castillo fotógrafo
después, de una semana trajo las fotos y vendió a los niños. Todos
compraban contentos para mostrársela a mamá, pero ocurrió algo grave
que afectó mucho a Sánchez Concha. Sucede que, como nunca,
Fernandito sonreía en la foto de oreja a oreja, mientras que Sánchez tenía
la cara de uno que estaba a punto de ir al baño.
Juan Lucas y Susan que estaba más linda que nunca, se habían ido a
Madrid a adorarse. Allí en el hotel Ritz recibieron un cable del arquitecto
que decía:“Todo listo para la mudanza”. Volvieron entonces pronto y lo
primero que escucharon fueron las quejas del chofer en contra de Bobby.
Cano, amigo de Julius, vivía con sus abuelita y no tenía tanto dinero, así
no pudo poner nada a la alcancía que traía la monja futbolista. Por eso
Fernandito le pegó con su guante de béisbol.
Es que Julius tardaba en llegar a sus clases por ver a la bonita. Julius se
preguntó que por qué nunca se cruzó en el camino con los tantos alumnos
de la nieta de Beethoven. Un reglazo en la muñeca dada por la profesora
le volvió en sí. Julius tomó la firme decisión de conocer bien al viejito sabio
y enseñarle a la niña bonita el buen camino. La maestra le dijo que pasado
mañana no habría clases para Julius porque había recital sólo con los
mejores alumnos. La clase terminaba, Julius salió y esperó al alumno
siguiente y puntual de su maestra. Del alumno puntual ni sombra.
Después de un ratito regresó a la sala de sus clases, rarísimo: la maestra
había apagado las luces que iluminaban a los pianos. Julius tosió y
carraspeó. Julius dijo al viejito calvo que la maestra era la nieta de
Beethoven y este se rió más. Le preguntó en qué trabaja y el viejito
respondió: filatelia. Julius que no entendía la última palabra recordó que en
Estados Unidos quedaba Filadelfia y qué tenía que ver eso con el viejito
“Yo colecciono estampillas” dijo el viejito, felizmente. ¿Y la viuda de
Montepío? Y el viejito se rió más. A pedido del anciano Julius le compró un
periódico. El viejito decidió probarle a Julius sobre la mala y loca que era
Frau Proserpina y que no era ninguna nieta de Berthoven. Julius y el viejito
ingresaron al famosísimo concierto de piano de los mejores alumnos. El
piano tocado por ellos sonaba como nunca.
Al llegar a la puerta quiso dar marcha atrás, pero el viejito calvo y sabio
estaba decidido a todo. Hasta le cogió la mano para darle coraje. Julius vio
las cuatro bancas de siempre, todo oscuro, sólo los pianos bien iluminados
y el que la tocaba era nada menos que la misma Frau Proserpina, la nieta
de Beethoven. No había ningún mejor alumno más. Julius perdió el
equilibrio y casi se va de narices al piso.
La maestra dejó de tocar. Era el intermedio, escuchando varios ruidos
se acercó a la puerta y descubrió al viejito y al niño orejón espiándola. A
Julius le canceló las clases para siempre y al viejito le recriminó. Y este se
puso a llorar porque ahora le botaría del cuartucho que lo subalquilaba.
Llegaron Juan Lucas y Susan que con el mechón para arriba y atrás,
estaba más linda. Venían en una carroza jalada por unos caballos.
Apurados porque seguro, su amigo embajador ya los estaría esperando.
Julius al escuchar desde su cuarto los pasos de los caballos se asonó a la
ventana para mirarlos. Los reyes bajaban. Al ver la carroza nuevecita,
Julius recordó el antiguo palacio y los disparos que hacía a los sirvientes
desde allí. Pero volvió a su edad actual y dijo ¿Mami?, y Susan linda le dijo:
“Bájate, darling”. El amigo embajador de Juan Lucas era enano. Había
llegado de Buenos Aires donde fue embajador y antes de visitarlos en
Lima se fue hasta su hacienda en Trujillo. Enorme de torso y chiquito de
piernas no dejaba de asombrar a Julius más por la cara seria y amargada.
Era además calvo. Amigo y compañero de Juan Lucas desde el colegio.
Seis años embajador en Argentina. Se llamaba Fernando Ranchal y Ladrón
de Guevara. Julius tenía que irse pero esa mirada, ese rostro lo tenían
preocupado. Las había visto en algún sitio. El amigo lanzó un piropo a la
antigua usanza a la mujer de Juan Lucas. Susan linda dejó caer íntegro el
mechón para ocultar la sonrisa, aun así seguía linda.
136
algún acontecimiento o personaje que los hubiera impresionado
últimamente. Les recomendó los temas, podían redactar incluso de su
mejor amigo “o de su peor enemigo”, pensó Julius para sí. Al día siguiente
Julius fue el primero y el voluntario para leer su composición, Pero la
huachafa le dijo momento porque Espejo hacía bulla y ante todo
disciplina.
137
energúmeno, Susan le dijo ¡Darling!, ¡Darling! Juan Lucas, ¿Qué pasa
muchacho? La decidida se cruzó con Bobby que seguía gritando. Se calmó
un poco y le preguntaron qué pasaba, pero Bobby, no dijo ni pío. Juan
Lucas tenía sus sospechas. Por eso, ordenó distribuir todos los wiskys en
los lugares estratégicos para que Bobby cayera a la tentación y se lo
bebiera.
139
Juan Lucas y el crítico taurino Romero decidieron ir a Ecuador junto con
Susan. Sólo a ver torear a Briceño. El viaje fue una decepción. El gordo
Romero enfermó. En Quito Susan estaba más linda. Hasta allí Bobby le
escribió una carta pidiéndoles permiso para su fiesta de promoción. El
golfista y su esposa se rieron. Retornaron a Lima.
Llegó el día de la fiesta. Faltaba apenas tres horas para el inicio. Bobby
estaba feliz. La Decidida corrió a encender las luces que iluminarían la
gran fiesta de promoción. Apretó el botón, pero se escuchó chic y unas
chispas salieron de todos enchufes. El fluido se fue. Ya anochecía y Bobby
se largó gritando que quería luz en cinco minutos. El hijo del electricista
que era de la misma edad de Bobby pero más alto y agarrado salió en
defensa del padre. Bobby lo midió y se retiró diciendo: “contigo, dónde y
cuándo quieras”. Andaba tan furioso porque aún la orquídea no llegaba de
Ucayali. Julius por nada del mundo quería perderse la fiesta, así que se
alistó. Los músicos llegaron y empezaron a instalar los instrumentos. Julius
se acercó al piano y empezó a tocar. Eso enojó Bobby que lo prohibió y lo
ordenó desaparecer. Julius se retiró diciendo que los buenos pianos no
olían a orines de gato y salió disparado. Bobby también, para matarlo pero
allí le esperaba el hijo del electricista mascando chicle. Bobby se paró
apenas y le repitió: “contigo, dónde y cuándo quieras”. Los invitados ya
estaban y la orquídea no llegaba, le reclamó al golfista y éste le dijo que
esperara. La orquídea llegó. Una hora más tarde Bobby partía en un Jaguar
a recoger a Rosemary. Antes advirtió a Julius con romperle la cara si es que
asomaba por la fiesta. Pero Julius se puso su ternito, se peinó y hasta usó
la corbata de Bobby, era su primera fiesta juvenil, habrían chicas
dispuestas a bailar y él estaba contento porque bailaría con una de ellas.
Y así lo hizo. Los empleados a escondidas veían todo, gozando. Julius
luego se retiró. Ya en su cuarto no dormía con la bulla, por eso, empezó a
comunicarse con Cinthia. Pasaron los días y Bobby le propuso algo a Julius:
“Si me das la plata de tu alcancía yo te digo a quien voy a tirarme esta
noche”, Julius que no entendía nada, respondió ¡No!
140
Lester Lang IV. Saludó a todos incluso a Julius, “orejas” le dijo. Santiago y el
norteamericano protagonizaron miles de borracheras y orgías en Lima.
Bobby estuvo con ellos. Lester hasta se enamoró de Delfina y esta lo
rechazó. Una noche que regresaban de Ancón a toda velocidad, el carro se
salió de la pista. Felizmente no pasó nada. Ante tanto desenfreno, la
Decidida opinó que Susan no cumplía su deber. Por fin los visitantes
partieron. Bobby tenía que prepararse para la universidad.
141
4. JUAN LASTARRIA: Gordito cursilón. Tío y padrino de primera
comunión de Julius. Su mujer Susana aunque prima de Susan era
horrible, por eso Lastarria tenía querida.
5. MORALES: Entrenador de fútbol del Colegio Inmaculado que formó
la selección de dicho centro.
6. LOS ARENAS: Hermanos que siempre venían sucios al colegio.
7. LA PEPA: Alumno del Inmaculado que a la llegada de Julius había
formado su pandilla y cobraba cupos, a los que no eran de su
pandilla los masacraban.
8. ARZUBIAGA : Alumno del Inmaculado e ídolo de Julius en el colegio
acabó con la pandilla de la Pepa. Nunca fue malo, sino pacífico.
9. SILVA: Compañero rubio de Julius con cara de gato malo, que un día
retó a Arzubiaga pero le fue mal.
10. EL GRINGO KING : Hijo de un embajador norteamericano.
Nunca entendió el fútbol a la peruana y en pleno juego se
equivocaba y lo confundía con el fútbol americano.
11. EL GORDO MARTINTO: Amigo de Julius. Por mucho tiempo se
pasaron juntos tratando de cortarse la oreja y /o desinflarse.
12. CANO: Compañero y amigo pobre de Julius que fue pegado por
Fernandino Ranchal y Ladrón de Guevara. Vivía con su abuelita y
pretendió vengarse de Fernandito.
142
16. BERTHA: Nana anciana de Cinthia, antes fue de Susan hasta que
se fue a Londres. Murió después de Santiago padre.
CLASE MEDIA:
24. EL ARQUITECTO DE MODA : Jovencito brillante a quien le
faltaba vivir un poco todavía. Se enamoró de Susan que estaba linda.
Bailó toda la noche con él. Fue quien diseñó el nuevo palacio.
Amaba tanto a Susan que al no ser correspondido se consiguió una
novia, la Susan disminuida, quien de dio un hijo.
143
28. EL PADRE BROWN: Cura inglés que prepara a Julius y a sus
compañeros para la primera comunión.
29. FRAU PROSERPINA : “Nieta de Beethoven” según el golfista
que en un solar viejo enseña a Julius a tocar piano. Le pega cuando
se equivoca. Al final resultó ser una vieja avara y medio loca.
TIEMPO: Desde los cinco hasta los once años. Así, los dos tiempos
pertenecen a la primera infancia de Julius que pasa en el palacio viejo y
en Chosica, y a la segunda infancia del protagonista lo que pasa en el
colegio, en el hotel del Contry Club, en la academia de piano y en el
palacio nuevo. La infancia de Julius finaliza en las puertas de la
pubertad con una toma de conciencia de la sexualidad.
144
Narrar el crecimiento y desarrollo (entre aventuras y desventuras de
la etapa escolar) de un niño rico hasta la toma de conciencia de su
mundo y la sexualidad.
Refrir que la aristocracia es dominado por los bellos y ricos, donde
los pobres y sus acciones son feos y nunca tienen la razón.
Mostrar las vivencias, conductas y afectos de los sirvientes de la
clase alta.
H.MANEJO LINGÜÍSTICO:
El lenguaje que Alfredo Bryce Echenique, notable narrador peruano, usa
en “Un Mundo para Julius” es claro y humorístico, mezclado
magistralmente con algunas jergas inglesas como “Darling” y también
con la jerga infantil, juvenil y la de los sirvientes.
J. ESTRUCTURA EXTERNA:
La magistral novela “Un mundo para Julius” está presentada en cinco
capítulos, y cada uno con su propio título.
Primer capítulo titula “El palacio original”. Se divide en cinco
secciones.
145
Segundo capítulo titula “El colegio”.Se divide en tres secciones.
Tercer capítulo titula “Country Club” se divide en tres secciones.
Cuarto capítulo titula “Los grandes” no tiene secciones.
Quinto capítulo, titula “Retornos” consta dos secciones.
146
de, por ejemplo, la distanciación hallada en «Con Jimmy, en Paracas» y la libertad formal que, por Cortázar, había
practicado en ese cuento, lo que suponía el alejamiento de la trama a lo Montherlant; del mundo adolescente
descubierto en «Las notas que duermen en las cuerdas» y que se abría, con la decadencia de la oligarquía, a los
relatos de La felicidad ja ja ; de la práctica del tiempo que le llegaba de Proust, el flujo de conciencia de Joyce y el
poderoso diálogo de Hemingway, que se unían a una variadísima galería de voces y perspectivas desde las que
se retrataba el mundo de la oligarquía, contemplado unas veces con nostalgia, en otras ocasiones con alguna
simpatía, y por momentos con cierta agria y no disimulada queja. Pero lo importante, junto al humor, la nostalgia y
otros gustos, resultaba el perfilado de los personajes, que convertían a los espacios retratados en un universo
abigarrado, atractivo y extraordinariamente vivo a pesar de la distancia existente, fundamentalmente económica,
con el lector, como a éste le recordaba en alguna ocasión el narrador en una prueba de vigorosa oralidad.
1. CONCEPTO:
Es una corriente literaria que surge y se desarrolla en los países
hispanoamericanos durante el siglo XX, el fin es mostrar mediante la
narrativa la inmensidad, misterio, peligro y vivencias que se operan en
la selva enmarañada del continente hispanoamericano.
2. CARACTERÍSTICAS:
La temática principal es la relación dicotómica del HOMBRE con la
NATURALEZA en la selva amazónica.
Muestra las inclemencias, mitos, misterios, espantos, peligros, flora
y fauna en la selva llamada también catedral verde.
Señala que el espacio geográfico determina la conducta y
temperamento del hombre selvático.
Revela o muestra al mundo una realidad y espacio original, nuevo,
propiamente hispanoamericana.
Las acciones abarcan un espacio limitado: la región selvática.
Denunciar los conflictos políticos, sociales, culturales y económicos
suscitados en la selva.
3. REPRESENTANTES:
Rómulo Gallegos (venezolano) con “Canaima”.
José Eustasio Rivera (colombiano) con “La Vorágine”.
Arturo Hernández (peruano) con “Sangama”.
Ciro Alegría (peruano) con “La Serpiente de Oro”.
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Mario Vargas Llosa (peruano) con “Pantaleón y Las Visitadoras” y “El
Hablador”.
“LA VORÁGINE”
A. CRONOLOGÍA DEL AUTOR:
148
de artículos en “El Nuevo Tiempo” de Bogotá, bajo el título "Falsos
Postulados Nacionales". En estos artículos, Rivera denunció todo
tipo de irregularidades, especialmente en la contratación del
oleoducto Cartagena-Barrancabermeja. Estas denuncias, que
involucraban desde el presidente Pedro Nel Ospina hasta el
exministro Esteban Jaramillo, provocaron un gran escándalo en el
Congreso y en el país entero.
1926: Apareció la segunda edición corregida de “La Vorágine”, y Rivera
empezó a escribir su segunda novela “La Mancha Negra”, perdida
años después en Nueva York.
1928: Viajó a Cuba, a representar a Colombia en el Congreso
Internacional de Inmigración y Emigración de La Habana. En Nueva
York, buscó las conexiones necesarias para pasarla al cine, sin
resultados positivos a causa de sus exigencias nacionalistas. Más
adelante, publicó la quinta y definitiva edición de “La Vorágine”,
con más de tres mil correcciones.
1928: El 1 de diciembre, a los 40 años de edad, José Eustasio Rivera
murió en su apartamento de la calle 73 en Nueva York, de muerte
misteriosa. Llegado a su país natal su cuerpo embalsamado recorrió
sin descanso, durante un mes y nueve días, distintos lugares:
primero en la Sixaloa de la United Fruit Company, luego en el vapor-
correo Carbonell González, por el río Magdalena, y al final por el
ferrocarril central, recibiendo en cada puerto y en cada pueblo los
homenajes que nunca recibiera en vida.
1929: El 9 de enero fue enterrado en el Cementerio Central de Bogotá.
OBRAS PRINCIPALES:
– “Tierra de Promisión” (Poemas, 1921).
– “La Vorágine” (Novela, 1924).
B. CONTEXTO SOCIOCULTURAL:
El historiador y antropólogo colombiano, Roberto Pineda Camacho, en
un artículo titulado: “El Caucho y el Proceso Esclavista” y publicado en la
revista “Credencial Historia” en Bogotá Colombia en Abril del año 2003.
Nos narra la historia de la explotación cauchera: Según él: “Un censo del
año 1849 estimaba la población de esa zona en tres grupos sociales: los
"racionales" o “civilizados”—como se designaba a los funcionarios,
comerciantes y colonos— de esta región que sumaban 242 personas; los
indios "civilizados", nativos que influidos por las misioneros católicas y los
colonos abandonaban su cultura para adoptar la citadina, llegaban a
16.549; y por último los nativos, calificados en los textos censuales
149
como:"salvajes", "antropófagos" e "irracionales", que eran grupos cuyo
número desconocían los mismos censadores. Eran los witotos, muinames,
mencas, carijonas, cubeos, tucanos, boras, etc.
Acabado la quina en dicha selva vino el boom del caucho. Hubo una
creciente demanda de caucho natural por parte de las grandes industrias
de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otros países europeos. La
masificación del neumático para bicicletas y luego su aplicación a gran
escala en la industria automotriz, telecomunicaciones (cables submarinos),
medicina y hasta en los zepelines, dispararon, hasta enloquecer, su
demanda.
Hacia 1907, La Casa Arana cambió su razón social por Peruvian Amazon
Company, con sede en Londres y cuyos dueños eran norteamenricanos e
ingleses.
150
al látigo, expuestos a hambrunas y a las pestes provocadas por las
precarias condiciones de trabajo, entre otras formas de represión. La huída
era penalizada con la muerte. Debían hacer penosas travesías llevando
grandes y excesivos cargamentos de caucho hacia los centros de acopio. A
cambio se les entregaban ciertas mercancías a precios exorbitantes, e
incluso recibían una lata de carne por toda una jornada el trabajo.
C. TRAMA ARGUMENTAL:
“Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna, jugué mi corazón
al azar y me lo ganó la violencia. Nada supe de los deliquios
embriagadores, ni de la confidencia sentimental, ni de la zozobra de
miradas cobardes. Más que el enamorado fui siempre el dominador cuyos
labios no conocieron la súplica. Con todo ambicionaba el don divino del
amor ideal, que me encendiera espiritualmente, para que mi alma
destellara en mi cuerpo como la llama sobre el leño que la alimenta. Alicia
fue un amorío fácil; se me entregó sin vacilaciones, esperanzada el amor
que buscaba en mí”; de esta manera el poeta bohemio Arturo Cova, nos
introduce a la vorágine de su vida sentimental con Alicia, muchacha con
la que huye de Bogotá para evitar que sus parientes la casen a la fuerza
con un viejo terrateniente al que no quiere. Ya en Casanare, Cova empieza
a ser invadido por un leve arrepentimiento: “Saciado el antojo, ¿Qué
mérito tiene el cuerpo que a tan caro precio adquiriste?” se pregunta Cova
en una noche de insomnio. Desde Bogotá muy extrañado su amigo le
escribe una carta avisándole que allá se armó un gran escándalo social y
que la justicia le está buscando. Esta noticia le hace pensar que quizá
fuera mejor regresar y eso le propone a Alicia. Ella se enoja y le reclama
entre enojada y llorosa: “¿Para qué me trajiste? Porque la idea partió de ti.
¡Vete, déjame! ¡Ni tú ni Casanare merecen la pena!”. En el camino se
toman con un hombre llamado Pepe Morillo Nieto, quien después de
ganarse la confianza de los fugitivos, huye en la oscuridad de la noche
151
robándoles el caballo de Arturo. Más adelante se encuentran con un
hombre semicano y rechoncho quien dice ser el general Gómez y Roca.
Alegando conocer a Alicia de niña, se toma la libertad de acariciarla
libidinosamente, provocando la reacción de la muchacha y de Cova, quien
lo golpea con los zapatos de Alicia hasta hacerlo perder el conocimiento.
152
vaqueros se emborrachaban con el licor que les vendían los secuaces de
Barrera; pero el más juerguero de todos era el viejo Zubieta, dueño del
hato quien se emborrachaba y perdía en el juego de los dados, fuertes
cantidades de dinero jugando con Barrera, quien no era más que un
conocido asesino, ladrón, traidor y traficante de personas para trabajos
en las caucherías de selva adentro.
153
sospecha que en las noches viene a la casa un hombre en caballo y
entra al cuarto de Griselda. Una tarde, llevado por los celos, Cova se
emborracha y golpea a Griselda a quien acusa de alcahuetear a Alicia con
Narciso Barrera. Ella no niega ni afirma la acusación. Entonces, ebrio aún
va a “Hato Grande” en busca de Barrera. Allí juega a los dados con el
Viejo Zubieta y con Barrera. Se produce entonces una discusión y
posterior pelea entre Barrera y Cova, resultando herido de un balazo en el
brazo Cova. La pelea fue porque Barrera hacia trampas y ganaba de esa
forma. Pero felizmente es curado y cuidado por Clarita, una prostituta
oriunda de Ciudad Bolívar, Venezuela y conviviente del viejo Zubieta.
155
esclaviza de generación en generación. El viejo Silva ha trabajado en las
peores condiciones para aquel bandido durante dieciséis años de miseria.
Silva cuenta además como su hija, María Gertrudis, había fugado con un
miserable que la engañaba. Su extensa relación incluye también la fuga
de su pequeño hijo, Luciano, quien al ver que su padre no le hacía caso
cuando lo prevenía del mal hombre que cortejaba a su hermana, optó
también por irse del hogar. Durante años el viejo Silva ha estado tras las
huellas de su hijo, a quien ha buscado por toda la selva, sufriendo los
vejámenes más inhumano y crueles que le hacían sus patrones en las
caucherías. Balbino Jácome, un viejo a quien se le secó la pierna derecha
por la mordedura de una tarántula, resume la vida de explotación que
llevan los caucheros: “...peones que entregan kilos de goma a cinco
centavos y reciben franelas a veinte pesos; indios que trabajan hace seis
años, y aparecen debiendo aún el mañoco (palmito) del primer mes; niños
que heredan deudas enormes, procedentes del padre que les mataron, de
la madre que les forzaron, hasta que las hermanas que les violaron; y que
no cubrirán en toda su vida porque cuando conozcan la pubertad, los solos
gastos de su niñez les darán medio siglo de esclavitud”.
Una mujer llamada Zoraida Ayram, compró al viejo Silva, por dos mil
soles y se lo llevó a Iquitos; allí se entera el pobre viejo que a su hijo
Luciano a quien le había buscado soportado todo tipo maltratos porque
era el único familiar que le quedaba le cayó un árbol encima causándole
la muerte, minutos antes del encuentro con su padre. La narración del
viejo Silva hace reflexionar a Cova, quien, por medio del dolor, se siente
unido a aquel hombre que ha sufrido tanto: “¡Y pensar que tantas gentes
en esta selva están soportando igual dolor!”, se dice Cova a sí mismo. Al
poco rato Arturo Cova sufre un ataque de espanto que lo lleva a correr
como un loco por entre la tupida selva. Veterano en esas cosas, Clemente
Silva logra calmarlo hasta hacerlo volver en sí:“Por primera vez, en todo su
horror, se ensanchó ante mí la selva inhumana; árboles deformes sufren el
cautiverio de las enredaderas advenedizas, que a grandes trechos los
ayuntan con las palmeras y se descuelgan en curva elástica, semejantes a
redes mal extendidas, que a fuerza de almacenar en años enteros
hojarascas, chamizas, frutas, se desfondan como un saco de podredumbre,
vaciando en la yerba reptiles ciegos, salamandras mohosas, arañas
peludas”, medita Cova aún turbado.
Agotados por el intenso trajín, Cova y los otros continuaron por aquella
vorágine verde que emergía ante ellos colosalmente; tratando de
sobrevivir al ataque de las hormigas carnívoras, que nacen quién sabe
dónde y, que al venir al invierno, emigran para morir, barriendo todo a su
156
paso. “Avispas sin alas, de cabeza roja y cuerpo cetrino, que se imponen
por el temor que inspiran su veneno y su multitud; toda guarida, toda
grieta, todo agujero; árboles, hojarascas, nidos, colmenas, sufren la
filtración de aquel oleaje espeso y hediondo, que devora pichones, ratas,
reptiles y pone en fuga pueblos enteros del hombre y de bestias”. Días
después, Cova, Silva, Fidel y Correa, llegan a Guaracú donde se hacen
pasar por caucheros, allí encuentran a Zoraida Ayram y al brazo derecho
del Cayeno, el temido “general” Aquiles Vácares. La llegada de estos
extraños crea la desconfianza en ambos fascinerosos quienes, si bien les
dan cierta libertad, los tienen como si fueran prisioneros; poco después,
Clemente Silva y el mulato Correa, parten con el pretexto de que traerán
un cargamento de caucho con el cual piensan pagar a Zoraida y a Vácares
por la libertad de ellos y de los hombres que quedan; pero en realidad,
están llevando una carta para el cónsul de Colombia a quien le piden que
interfiera por ellos.
157
comerciante que es, sólo por reprimir la competencia, mas como le
quedan competidores en siringales y en barracas, ha resuelto
exterminarlos con igual fin y por eso va asesinando a sus mismos
cómplices. La narración de Ramírez, sumada a del viejo Silva, cae como
plomo hirviente sobre el alma de Cova: “Calamidades físicas y morales se
han aliado contra mi existencia en el sopor de estos días viciosos”, se
decía a cada instante. Arturo, a pesar de la repulsión que siente por la
obesa Zoraida, tiene que satisfacer los requerimientos sexuales de la
cuarentona mujer, pues, sabe que negarse, pone en peligro su vida como
de sus compañeros y sus planes de fuga.
En una de esas sesiones amorosas, Cova descubre que Zoraida lleva
puesta los zarcillos de Griselda; el hecho evidencia a Cova y a Franco de
que Griselda debe hallarse cerca, y por ende, también Alicia. Es Franco
quien encuentra a Griselda confundida entre un grupo de indios que
transportaban caucho de los depósitos de Zoraida Ayram con destino a un
puerto clandestino. Trabajo le costó a Franco reconocer a su concubina;
“¡Tan espectral, tan anémica, tan consumida!”, le decía a Cova. Este
mientras tanto, había perdido las esperanzas de que el anciano Silva
regresara; o que en el mejor de los casos, el cónsul, al leer su carta,
replicara que su jurisdicción no alcanzaban a esas latitudes. Zoraida
confiesa a Estévañez Ramírez que el Cayeno y su gente llegarán en
cualquier momento y que sospecha de Arturo y sus amigos. Cova
presintiendo el peligro que acecha a él y a los otros, declara que el cónsul
es amigo suyo y que ya se encuentra en camino de Guaracú para poner fin
a los desmanes que allí están sucediendo.
Al ver que Zoraida y el Vacarés se asustan ante tal declaración, Cova
logra que ésta acceda a que él pueda entrevistarse a solas con Griselda.
Esta confiesa a Cova que huyó de “La Maporita”, porque estaba cansada
del maltrato que Franco le daba continuamente. En cuanto a Alicia, Barrera
había contado a ésta sus relaciones con Clarita. Alicia, dolida y celosa,
había decidido huir con Griselda al amparo de Narciso Barrera, como para
vengarse de la infidelidad de Cova, que nunca había sido amante de
Barrera. Pero ahora Alicia se hallaba en Yaguaraní por obligación de
Narciso Barrera, quien al intentar forzarla sexualmente, había recibido de
la muchacha ocho rajaduras en pleno rostro.
Antes de partir en busca de Barrera, hacía tierras de Yaguanarí, Arturo
Cova contrae el temible mal de beriberi, lo cual hace más doloroso su
viaje. Momentos antes se había despedido de Ramírez que había decidido
pasar sus días metido en aquella selva infernal: “El que dejó sus lares por
conquistar a la fortuna no debe tornar pidiendo limosna; por aquí siquiera
158
nadie conoce mis vicisitudes, la miseria torna aspectos de obligatoria
renunciación. Vete, la vida nos amasó con sustancias disímiles; no
podemos seguir el mismo camino, si algún día ves a mis padres, cúrate de
decir dónde estoy”, le dijo a Cova, su amigo Ramírez.
A los pocos días, Alicia dio a luz a un pequeño sietemesino, fruto de sus
amores con Cova. “Anteanoche, entre la miseria, la oscuridad y el
desamparo, nació el pequeñuelo sietemesino. Su primer queja, su primer
grito, su primer llanto fueron para las selvas inhumanas. ¡Vivirá! ¡Me lo
llevaré en una canoa por estos ríos, en pos de mi tierra, lejos del dolor y al
esclavitud...!”. Encontrándose en el barracón de Manuel Cardoso, donde le
vendrá a buscar Silva, en un cuaderno de contabilidad Arturo Cova
empieza a escribir esta su historia conmovedora. Entre emocionado Cova
exclama: “¡Ya no existe el enganchador! ¡Lo maté! ¡Lo maté!”
Enterado que el viejo Clemente Silva aún está vivo, Cova le deja una
nota. “Don Clemente: Sentimos no esperarlo en el barracón de Manuel
Cardoso. Aquí, desplegado en la barbacoa, le dejo este libro, para que en
él se entere de nuestra ruta por medio del croquis imaginado que dibujé.
Cuide mucho esos manuscritos y póngalos en manos del Cónsul, son la
historia nuestra, la desolada historia de los caucheros... Viejo Silva: nos
situaremos a media hora de esta barraca, buscando la dirección del caño
Marié, pro la trocha antigua. Caso de encontrar imprevistas dificultades, le
dejaremos en nuestro rumbo grandes fogones. ¡No se tarde! ¡Sólo
tenemos víveres para seis días! ¡Acuérdese de Coutinho y de Souza
159
Machado! ¡Nos vamos, pues! ¡En nombre de Dios! ”
160
5. DON RAFO: Hombre mayor de 60 años, comerciante viudo en la
zona de Casanare que había sido amigo del padre de Cova.
6. CLEMENTE SILVA: Anciano que encarna a la víctima de la vil
explotación del hombre por el hombre en las caucherías de la selva
colombiana. Ha perdido a su mujer, su hija e hijo. Al final de la
historia busca sin éxito a Cova y sus compañeros. Es también el
eterno buscador.
161
14. ANTONIO CORREA: Hijo de Sebastiana, cuadrado de espaldas,
fornido de pecho, trabajador modesto que acaompaañ su jefe Franco
en esa travesía de la selva.
162
– Técnica onírica.
– Narrador protagonista, (yo) e interno o intrínseco.
– Flash Forward.
– Iceberg.
– Narrador Editor.
H.MANEJO LINGÜÍSTICO:
Rivera José Eustasio en su novela “La Vorágine”, utiliza un lenguaje
culto, poético y pasional mezclada con escasas expresiones típicas o
modismos del hombre de la selva.
En ese trajín por la selva, el escritor fue encontrando una a una a sus
personajes. A muchos los vio y habló. De otros oyó contar sus vidas
turbulentas, sus hazañas, las facetas patológicas de su crueldad o el
misterio y silencio que siguieron a su doloroso extravío en ese infierno.
J. ESTRUCTURA EXTERNA:
“La Vorágine” consta de tres partes sin capítulos internos y señalados
con letras.
164
ejército peruano. Por entonces, la zona estaba en disputa entre las repúblicas de Colombia y
del Perú, de manera que la ocupación de facto era también una manera de reafirmar
derechos de soberanía.
Arana organizó en dos grandes distritos su compañía, cuyos centros principales era los
barracones del Encanto y La Chorrera. Del primero dependía la extraccción del caucho en el
río Caráparaná y sus principales afluentes. La Chorrera, a su vez, tenía jurisdicción sobre
todos los barracones de los ríos Igaráparaná y Cahuinarí y sus principales afluentes.
La explotación del caucho natural se organizó en diferentes secciones vinculadas entre sí por
trochas y caminos, o por río. En cada una de estas secciones o barracones vivía un capataz
con un grupo de "racionales", y algunos "muchachos de servicio", jóvenes indígenas al
servicio de los caucheros. Existía también un pequeño grupo de gentes de color traídas de
Barbados, que hacían de vigilantes y cocineros, entre otras labores.
De cada una de estas secciones dependían diversas comunidades indígenas, las cuales a
través de su jefe o capitán se encargaban de extraer el caucho y llevarlo cada 15 o 20 días a
la sección. El barracón estaba conformado por casas de pilotes con techos de palma, en las
cuales vivían los capataces y su personal. En la parte baja de la casa se guardaba el caucho,
mientras era transportado a La Chorrera o al Encanto, desde donde se desplazaba por río a
Iquitos o Manaos. En el ámbito del campamento también sobresalía el cepo, y la casa de
muchachos, una especie de maloca donde éstos residían.
Hacia 1907, La Casa Arana era percibida como un modelo de empresa, y en efecto ese
mismo año cambió su razón social por Peruvian Amazon Company, con sede en Londres.
Arana no sólo era un prospero cauchero, sino un verdadero hombre de patria. En Colombia,
sin embargo, la imagen de la Compañía había sido cuestionada desde años atrás, cuando los
caucheros colombianos habían solicitado de forma reiterada la protección del gobierno
colombiano para defender sus intereses, vulnerados, según su punto de vista, por los
atropellos de la mencionada Casa, que no había escatimado esfuerzo alguno para forzarlos a
vender sus propiedades o a abandonar sus negocios.
Se dice, con razón, que el gobierno, presidido por el general Reyes, miraba un poco
despectivamente la situación como "cosas de caucheros", y uno de sus altos funcionarios
representaba los intereses de la Casa en Bogotá.
1. CONCEPTO:
Es una corriente literaria que surge y se desarrolla principalmente en
Argentina entre los años 1780 – 1930 y trata de las vivencias del
gaucho y se dio en la poesía, la novela y el teatro.
2. CARACTERÍSTICAS:
Su personaje principal es el gaucho, hombre típico, experto en el
arreo de ganados, doma de potros y manejo del lazo y boleadora o
liwi en las pampas argentinas de Mendoza, Córdoba, Tucumán, etc.
Muestra los usos, costumbres, tradiciones, vivencias, amores y
padecimientos del gaucho.
165
Recrea de manera fiel posible los sentimientos y pensamientos del
gaucho.
Usa el lenguaje típico del gaucho.
Tiene una tendencia política en defensa del gaucho.
3. REPRESENTANTES:
EN POESÍA:
Bartolomé Hidalgo (uruguayo) con “Cielitos y Diálogos Patrióticos”.
Hilario Ascasubi (argentino) con “Paulino Lucero”.
José Hernández (argentino) con “Martín Fierro”.
EN NARRATIVA:
Domingo F. Sarmiento (argentino) con “Facundo”.
Benito Lynch (argentino) con “El Inglés de Los Güesos”.
Leopoldo Lugones (argentino) con “La Guerra Gaucha”.
Ricardo Güiraldes (argentino) con “Raucho”.
EN DRAMA:
Florencio Sánchez (argentino) con “M’ hijo el Dotor”.
Juan Moreira (argentino) con “El Amor de la Estanciera”.
OBRAS:
– “Cuentos de Muerte y de Sangre” (cuento,1915)
– “Raucho” (novela, 1915)
– “Rosaura” (novela, 1922)
– “Xaimaca” (novela, 1923)
– “Don Segundo Sombra” (novela, 1926)
– “Seis Relatos Pequeños” (cuento, 1929)
B. CONTEXTO SOCIOCULTURAL:
Al fin del siglo XIX en América Latina la vida ejemplar fue la vida
urbana, donde vivía la gente de origen española (europea en general). Ese
tipo de vida fue la vida “normal” -en el sentido de modélica- del país, la
vida que determinaba la cultura dominante. Los del campo, los indios, los
mestizos, los afrolatinomericanos, fueron considerados de la clase baja,
casi no humana. La causa de esa cultura baja empezó cuando vinieron los
españoles a las colonias españolas de América Latina. Ellos construyeron
las ciudades para ser centros de la economía, lugares de negocios.
167
Crearon pequeñas réplicas de su propio país. Ciudades construidas con el
mismo modelo para el desarrollo que se usaba en España. La gente que
vivía fuera de las ciudades era nada más que la mano de obra o peor,
gente que no participaba en la colonización sino continuaba practicando el
mismo modelo de vida agraria que han practicado durante miles de años.
C. TRAMA ARGUMENTAL:
168
En un pueblo no especificado de la pampa Argentina que bien podría
ser San Antonio de Arico, de casas chatas distribuidas en cuarenta
manzanas y separadas por calles siempre paralelas o perpendiculares
vivía un muchacho a quien sus conocidos le llamaban indistintamente
guacho. Cuando ya tenía catorce años, un día se fue al río a pescar
bagrecitos para luego cambiarlos al pulpero de “La Blanqueda” por
golosinas, cigarrillos u otros centavos. Aquel día, ya en el río que dividía al
pueblo, el muchacho no recordaba cuantos años tenía cuando fue
separado de la mujer a quien siempre había llamado “mamá”, para pasar
a vivir con dos mujeres desconocidas y un vecino de quien conservaba un
vago recuerdo. Las primeras le dijeron que debía llamarlas Tía Asunción y
Tía Mercedes. Mientras el vecino se llamaba Fabio Cáceres. No exigió del
guacho trato alguno; pero siempre lo trataba con cariño y le obsequiaba
ropa y algunas otras cosas, pues, parecía ser un hombre acomodado.
Llegado a los doce años, Don Fabio se mostró más que nunca su
protector, pero su soledad se hizo mayor, porque ya la gente se había
cansado algo de divertirse con él, y él no se afanaba tanto en
entretenerlos. Un día, el guacho decide huir de la casa en que vive con sus
presuntas y rezongonas tías, ya que éstas pronto se aburrieron de aquel
jovenzuelo inquieto y ladino, a quien regañaban el día entero, poniéndose
de acuerdo solo para decirle que estaba sucio, que era un atorrante, y
para culparlo de cuanto desperfecto sucedía en la casa. Esta situación
inconveniente hace que él huya rumbo a la pampa infinita. Allí sin destino
fijo, ve aparecer y aproximarse a un jinete vestido a la usanza gaucha y
montado en su caballo. El encuentro fue fugaz, pero muy significativo para
el muchacho huérfano. “Inmóvil, miré alejarse, extrañadamente
agrandada contra el horizonte luminoso, aquella silueta de caballo y
jinete. Me pareció haber visto un fantasma, una sombra, algo que pasa y
es más una idea que un ser, algo que me atraía con la fuerza de un
remanso, cuya hondura sorbe la corriente del río”. Tras esta desaparición
por la pampa, el muchacho la sigue hasta llegar a un pueblo. En una riña
que don Segundo Sombra sostiene con un delincuente llamado Burgos, el
guacho, único testigo de aquel pleito, queda admirado por la destreza
mostrada por el viejo gaucho, así como su caballerosidad e hidalguía para
169
perdonar la vida al vencido.
170
suspicacia. Ello motivó que Don Segundo Sombra dijera alguna vez. “Antes
de callarse, más bien se le va a hinchar la trompa. Es de la misma ley que
los loros barranqueros”. El guacho comprendió con esas sabias palabras,
que antes de estar alardeando de ser un resero, tenía que aprender a
carnear, enlazar, domar, pialar, correr como gente en el rodeo, hacer
riendas, bozales y cabestros, lonjear, sacar tientos, echar botones,
esquilar, bolear y tantas cosas más. Don Segundo, viendo que todos los
arrieros se divertían de las inexperiencias del novato le dijo: “gueño. Yo te
voy ayudar para que no andes sirviendo de diversión a la gente. Aquí
naides nos va a ver y va hacer lo que yo mande”. Ése fue un gran secreto
que uniría fuertemente al guacho con Don Segundo.
171
otros muchos sitios que los vieron pasar cubiertos de tierra y barro, a la
cola de un arreo. En estos interminables trajines, Don Segundo Sombra fue
revelándole la admirable facilidad para relatar cuentos, que sirvió para
agigantar más la admiración de su “ahijao”. En el pueblo de Navarro, el
Gaucho obtiene buenas ganancias en la pelea de gallos; más adelante
topan con Pastor Tolosa, gaucho veterano que tenía la cicatriz de un tajo
que le cruzaba la frente. Don Segundo Sombra le había hecho en el rostro
muchos años antes. Se despidieron con un abrazo y prosiguieron maestro
y discípulo el largo camino de vicisitudes que aún les aguardaba. En un
rodeo el Guacho hubo de enfrentarse a un fornido toro que ya le había
herido uno de sus caballos. Si bien el toro muere en el enfrentamiento con
el osado muchacho, éste terminó la contienda con un brazo fracturado. De
regreso al rancho el Galván, el patrón, al verlo lastimado le dijo: “ya has
corrido mundo y te has hecho hombre, gaucho. El que sabe los males de
esta tierra por haberlos vivido, se ha templado para domarlos”. En el
rancho de don Calendario, el Gaucho se restablece con la ayuda y los
cuidados de otra chinita simpática llamada Paula, quine será su segunda
enamorada. Este hecho provoca los celos de Numa, un muchacho medio
opa, quien se bate con el Gaucho. Este último, a pesar de tener un brazo
en cabestrillo, logra darle un tajo en la frente, poniendo fin a la riña.
Arrepentido de lo sucedido, el gaucho deja a Paula a pesar suyo y se
reúne con Don Segundo Sombra y asisten a una carrera de caballos donde
el audaz ahijado pierde trescientos sesenta y cinco pesos y cinco caballos;
pero la mala suerte queda atrás, cuando después de cuatro días de
marcha, llegan a la estancia de
don Juan, donde luego de
domar doce caballos, son
recompensados con dos de
ellos. Don Juan viendo la
destreza del Gaucho para la
doma, le pide que se quede
como domador oficial, pero el
muchacho, al ver que el empleo
es sólo para él, se niega, pues,
no quiere separarse de su
padrino. Prosiguen su camino y
presencian una pelea entre dos
hombres por una mujerzuela, el
Gaucho queda estupefacto al
ver morir a uno de ellos víctima
de una certera puñalada en el
tórax, mientras que Don
172
Segundo Sombra ni se inmuta ante tan espectáculo, como quien dice “de
la muerte no voy a pasar, y la muerte ni me asusta, ni me encuentra
arisco”.
Pero llegó el día en que el Gaucho recibiría el golpe más duro d su vida.
Aquel día en que don Segundo Sombra se decidió a partir, pues, él estaba
hecho para irse, siempre, y tres años de permanencia inútil, lo habían
saturado de inmovilidad. Lo siguió hasta la pampa infinita donde lo vio
alejarse por la lomada y desaparecer seguro para siempre. El Gaucho dio
vuelta a su caballo y lentamente, se para las casas. Se fue, “como quien
se desangra”.
173
D.PERFIL PSICOSOCIAL DE LOS PERSONAJES:
1. DON SEGUNDO SOMBRA: Es un gaucho, un hombre de carta
cabal. Su pecho era vasto, las coyunturas huesudas, las manos
gruesas y cuerudas como cascarón de peludo. Su tez era aindiada,
sus ojos ligeramente levantados hacia las sienes. Su indumentaria
era de gaucho pobre. Un simple chanchero rodeaba su cintura. Era
un hombre de nobles sentimientos y de una sólida moral, era
práctico y paciente.
175
Señalar que la ausencia de la figura paterna perjudica la definición
de la personalidad del hombre, ya que no existe una figura
paradigmática.
Demostrar que la tierra es el alma y la vitalidad de los hombres de la
pampa; el gaucho no existiría fuera del campo.
La importancia de la educación formal y la alfabetización para el
gaucho.
El crecimiento, madurez y aprendizaje por parte del protagonista.
Proponer la “civilización” del gaucho mediante la educación formal
de tendencia europea.
Narrar el abandono, la orfandad y falta de afecto y figura paterna del
guacho, que lo encuentra en su padrino y maestro Segundo Sombra.
Relatar el éxito personal y económico de Fabio Cáceres ex gaucho y
ahora hacendado leído y escribido.
Señalar cómo el gaucho por más ilustrado y rico no olvida su pasado
pobre y a sus amigos de verdad en la pobreza.
H.MANEJO LINGÜÍSTICO:
El lenguaje que utiliza Güiraldes es culto y popular; entre estos lo más
notables es el regionalismo pampeano, es decir, las expresiones o
modismos más usuales de los gauchos reseros y granjeros como:
“Güena animalada”. “Bien arreadita”. “Es ponderao pa’l trabajo”, etc.
176
permaneció hasta su fallecimiento a los ochenta y cinco años en 1936.
J. ESTRUCTURA EXTERNA:
Externamente la novela “Don Segundo Sombra” tiene 27 capítulos
enumerados con cifras romanas y cada uno con título.
E internamente según el crítico literario, doctor Alberto Blasi, “Don
Segundo Sombra” se divide en tres secuencias:
Secuencia 1: La niñez del resero Fabio Cáceres.
Secuencia 2: Las actividades del raserito en la pampa, bajo la tutela de
don Segundo Sombra.
Secuencia 3: Ingreso a una nueva forma de vida (la educción formal)
por parte del gaucho.
177
Don Segundo Sombra, un maestro
Desde el primer encuentro Fabio lo pinta como un fantasma o "sombra" huidiza.
"Me pareció haber visto un fantasma, una sombra, algo que pasa y es más una
idea que un ser..." Esa admiración incondicional del primer encuentro se
acentuará cuando la vida de Fabio comience a transitar junto a la del gaucho.
El apellido de Don Segundo da una clave para ubicarlo en la mente de Fabio. Y
también en la de Ricardo Güiraldes. Estamos ante un gaucho idealizado, suma
de todas las virtudes del hombre rural en su "esencialidad". Aunque debemos
señalar que los críticos literarios de la izquierda argentina, no vacilarán en
decir, con dictámenes sociológicos dignos de análisis, que Don Segundo es la
visión nostálgica y elegíaca de los hacendados oligárquicos, separados, tanto en
la realidad, como en la literatura gauchesca, de un personaje combativo,
luchador, reivindicativo, como Martín Fierro. Ante la obra santificada por
Lugones, el mismo Borges ha sostenido, siempre, una actitud de significación
personal ambivalente. Desde no considerar al poema como la máxima obra
nacional, hasta la sentencia irónica de su paradoja de que, al fin de cuentas,
Fierro es un gaucho desertor y "homicida".
Fabio, el discípulo
Hay momentos en que Fabio evoca los singulares días de su infancia y va
reconociendo su transformación en gaucho; su indumentaria y la posesión de su
caballo, son un testimonio. La metamorfosis es atribuida a Don Segundo, que en
el término de cinco años ha hecho de él un hombre. Guiándolo en el
conocimiento de las tareas rurales, como resero, baquiano y domador. Pero el
aprendizaje no se cierra en lo material. Se amplifica moral y espiritualmente en
la formación de un carácter y de una límpida conducta hacia la vida.
Alcanzándole "resistencia y entereza en la lucha", "fatalismo en aceptar sin
rezongos lo sucedido", "fuerza moral ante las aventuras sentimentales",
"desconfianza para con las mujeres y la bebida", la alerta y "la prudencia entre
los forasteros"...y "la fe en los amigos".
1. CONCEPTO:
El crítico literario mexicano, Antonio Castro Leal, en su libro “La Novela
de la Revolución Mexicana” dice: “Se entiende por novela de la
Revolución Mexicana al conjunto de obras narrativas… inspiradas en las
acciones militares y populares, así como en los cambios políticos y
sociales que trajeron consigo los diversos movimientos (pacíficos y
violentos) de la Revolución”.
2. CARACTERÍSTICAS:
Se dio preferentemente en la novela.
Caracteriza y retrata de cuerpo entero a los involucrados en la
revolución: sus pasiones, sus anhelos y sus ideas.
Las novelas tiene un carácter autobiográfico, puesto que, los mismos
autores fueron protagonistas de la revolución.
Mostrar la manera improvisada como los grupos rebeldes fueron
formándose para la revolución.
Reflejar la manera cínica de actuar de los políticos oficiales de
entonces y su falta palabra ante sus ofrecimientos al pueblo.
Narrar con crudeza la violencia sangrienta que se apoderó de los
estados mexicanos.
Señalar que la revolución mexicana se originó de la injustita social,
el hambre y el olvido por parte de los corruptos gobernantes de
turno.
Mostrar los intereses personales que motivaban a los caudillos de la
Revolución.
3. REPRESENTANTES:
Mariano Azuela con “Los De Abajo”.
Martín Luis Guzmán con “Memorias de Pancho Villa”.
Mauricio Magdalena con “El Resplandor”.
José Rubén Romero con “La Vida Inútil de Pito Pérez”.
179
Gregorio López y Fuentes con “Mi General”.
“LOS DE ABAJO”
A. CRONOLOGÍA DEL AUTOR:
180
1938: Publica “San Gabriel de Valdivias, Comunidad Indígena”.
1939: Publica la novela “Regina Landa”
1940: Publica la novela “Avanzada”.
1941: Publica la novela “Nueva Burguesía”.
1942: Publica la biografía “El Padre Agustín Rivera”.
1943: El 8 de abril, es nombrado miembro del Colegio Nacional.
1944: Publica la novela “La Marchanta”.
1946: Publica la novela “La Mujer Domada”.
1947: Publica “Cien Años de Novela Mexicana”.
1949: Publica la novela “Sendas Perdidas”. Recibe el Premio Nacional de
Artes y Ciencias.
1952: Muere el gran escritor mexicano Mariano Azuela, el 1 de marzo.
OBRAS:
– “María Luisa”.
– “Mala Yerba”.
– “Sin Amor”.
– “Los de Abajo”.
– “Los Caciques”.
– “Domitilo Quiere Ser Diputado”.
– “El Camarada Pantoja”.
– “La Mujer Domada”.
– “Cien Años de Novela Mexicana” (ensayo).
B. CONTEXTO SOCIOCULTURAL:
Hasta el año 1900
México era país de
dos clases sociales:
Una minoría
privilegiada de
caciques que
poseían no sólo las
tierras sino eran los
únicos que accedían
a la educación, la
cultura, la tecnología
y el progreso; y la
otra clase, la
mayoritaria excluida,
desfavorecida y
analfabeta: los
campesinos. Los
181
gobernantes de turno siempre han hecho más para los caciques y casi
nada para el pueblo. Frente a esta realidad lacerante en 1910 en México
estalló una serie de luchas y revueltas conocidas como revolución
mexicana, que intentaron transformar el sistema político y social instituido
por Porfirio Díaz que se había mantenido en el poder durante más de
treinta años. La revolución mexicana, que contribuyó a formar el México
contemporáneo, no tuvo un carácter homogéneo, sino que consistió en
una serie de revoluciones y conflictos internos, protagonizados por
distintos jefes políticos y militares que se fueron sucediendo en el gobierno
de la nación. Fue iniciada por Francisco Madero, en el norte, en Chihuahua,
Pascual Orozco y Francisco (Pancho) Villa, con unas tropas improvisadas,
empezaron a asaltar las guarniciones gubernamentales; y en el sur, en
Morelos, Emiliano Zapata llevó a cabo una sangrienta campaña contra los
caciques locales. Otros focos revolucionarios destacados fueron Sonora,
con José María Maytorena, y Zacatecas. Poco a poco se fue hundiendo el
régimen de Díaz, cuyo ejército, dirigido por envejecidos militares, no supo
hacer frente a las guerrillas revolucionarias. En la primavera de 1911, tras
la caída de Ciudad Juárez, Díaz se vio obligado a renunciar y entregar el
poder a Madero.
C. TRAMA ARGUMENTAL:
Es el año de 1913 en el Ranchito Limón de Moyahua: “El cuartito se
alumbra por una mecha de sebo. En un rincón descansaban un yugo, un
arado, un otate y otros aperos de labranza. Del techo pendían cuerdas
sosteniendo un viejo molde de adobes, que servía de cama y sobre
mantas y desteñidas hilachas dormía un niño”. Allí un hombre comía de
cuclillas tortillas y tacos. De pronto se escuchó un ruido de pasos de
caballos en el pedregal cercano y un perro blanco y gordo llamado Palomo
empezó a ladrar. La mujer de la casa, intuitivamente sugirió al hombre
182
esconderse. Este tranquilo terminó de comer. Luego se acercó al cántaro
y tomándolo con sus dos manos bebió el agua. Seguidamente se puso de
pie. Ciñó una cartuchera a su cintura y cogió su fusil y su cuerno.
Demetrio Macías dijo a su mujer que estos regresarían pronto con más
gente. Luego, ordenó a su mujer que se fueran donde sus padres. La mujer
no quería, pero luego aceptó. Salieron juntos ella con el niño en los brazos.
Luego tomaron direcciones opuestas. Él con dirección a las altas cumbres
y ella para abajo. Cuando arribó a la cima miró con dirección a su casa.
Ardía porque los federales la habían quemado.
184
y que lo vigilaran Pancracio y El Manteca y que luego verían qué hacer con
él.
Anastasio Montañés
estaba platicando con
Demetrio Macías de cómo
era muy inteligente el curro
y de lo bueno que era saber
leer. Entonces Anastasio le
dice a Demetrio que como
se van a presentar con
Natera y con tan poquitos
hombres. Macías le contestó
que su idea era cómo la de
Crispín Robles: llegar a los
pueblos llevándose caballos
185
y armas cuantos encuentran, liberar presos y así armarse de más hombres
y en poco tiempo ser muchos más. En eso entran Luis y otros para
informarse de la partida y del día. Demetrio dice que se van el día
siguiente y entonces La Codorniz propone una fiesta de despedida y todos
aceptan. Después Luis Cervantes en una vereda se encuentra con Camila
la que estaba enamorada de él y le dice que ya se van a ir y le empieza a
encandilar con el jefe Demetrio Macías y el dinero que pronto tendrá.
Camila cuando escucha a Luis se hecha a llorar y desaparece de ahí.
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El asalto a la ciudad de Fresnillo Zacatecas fue un éxito revolucionario.
Demetrio explicó a Anastasio y Pancracio lo fácil que fue tomar esa plaza.
Al anochecer Demetrio se acordó de Camila y le dijo a Anastasio que
volvieran al ranchito por ella; ya que se había enamorado profundamente
de ella. Anastasio sólo dijo que cuando quisiera iban al ranchito. Cuando
estaba reunida la gente de Pánfilo Natera y del coronel Macías se empezó
a comentar que Pancho Villa (legendario revolucionario mexicano) iba para
ese lugar. La gente de Natera empezaron a contar a los de Macías las
hazañas de Villa y todo lo que había logrado conseguir. La gente de Macías
y de Natera sufrieron una emboscada y Luis Cervantes sin darse cuenta
apareció solo con Solís y entre la lluvia de balas. Después la gente de
Macías fue por los federales hasta la cumbre de una ladera donde dar un
paso falso era morir, pero felizmente arribaron a la cima y acabaron con
los federales de esa ladera.
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monta. Por su parte Margarito dijo que iba a matarse porque un querubín
(la novia de Cervantes) no le hacía el más mínimo caso. Ese día en la
noche, Demetrio Macías borracho fue a buscar a la novia de Cervantes
porque se le había antojado, pero al verlo todos lo detuvieron y lo
desarmaron para que no matara a La Pintada que trataba de impedir que
Macías lograra su propósito. Lograron dormir a Macías y en la mañana
siguiente Luis fue a buscar a su novia y La Pintada le dijo que la había
aconsejado para que se fuera y ella lo había hecho. Demetrio partió rumbo
a Moyahua y cuando iban llegando le dice a su gente que van a visitar a
don Mónico “un amigo que lo quiere mucho” y que les dará comida. Don
Mónico no es sino el perverso cacique que se apoderó de todos los
terrenos en Moyahua en cuya siembra explotaba a muchos campesinos de
manera prepotente y abusiva. Macías era el claro ejemplo de esa injusticia
por eso es que en busca de venganza y justicia se alió a las filas del
general rebelde Victoriano Huerta. Participó en varias escaramuzas y
batallas con gran heroísmo y éxito pasa ascender de grado militar.
Cuando Macías y su gente arribaron a la casa de don Mónico nadie les
abre la puerta, por eso, de un balazo Anastasio abre la puerta. Entraron y
sólo vieron mujeres con niños a las cuales las obligan a dar unos cuantos
billetes y armas a base de amenazas de cateo. Cuando vieron lo poco que
les dieron Macías ordenó cateo de la casa y encontraron a don Mónico
encerrado en un guardarropa y con un fusil. Este, al verse descubierto le
pidió a Demetrio Macías que no le hagan nada a él y a su familia. Que si lo
que quieren es dinero que se lo lleven. Macías decidió perdonarlo y se fue.
Pero antes mandó el encierro del cacique. Cuando salieron todos de la
hacienda de don Mónico afuera los aguardaba mucha gente pobre
esperando que Macías les diera algo de lo que sacaran de la propiedad de
don Mónico. Al ver que no traían nada le dijeron a Demetrio que saque
algo y éste sin más explicaciones ordenó el incendio de la c asa del
cacique. Luego se retiraron, ante la muerte de uno de sus soldados que
quiso contradecirlo.
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a la muchacha con Macías quien amanece gozando de la ingenua
chamaca.
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cuenta como nunca de que ya nadie se acordaba de ellos ni de sus
triunfos.
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universitarios, su modo de hablar es un español más “correcto”, con
un léxico muy amplio. Se desempeña como médico de la tropa de
Macías.
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16. MARIA ANTONIA: Prostituta coja y amiga íntima de “La Pintada”.
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Narración lineal.
Narrador externo omnisciente.
Monólogo interior.
Cajitas chinas.
Racconto.
Flash back.
Relato directo o periodístico.
H.MANEJO LINGÜÍSTICO:
Mariano Azuela en su novela “Los de Abajo”, utiliza un lenguaje culto,
popular y con una maestría inserta el lenguaje regional mexicano.
Ejemplo: los cuicos, milpa, chile, petate, güero, jacal, tequila,
chaparra, mezclado con palabras de contexto militar y bélico como:
plomazo, fusilen a ese mocho, correligionario, disparen, alto al fuego,
¡Viva Demetrio Macías!, etc.
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incomprendida que, si sabía soNreír para matar, sabía también sonreír
para morir. En Guadalajara nos llamaban convencionistas: pero un día
que amanecimos en Lagos y nos dijeron que ya éramos villistas. Así
como se cambia la etiqueta de una botella. Dos capítulos en lagos.
Otros dos en Tepatitlán. El general Medina no se sentía seguramente
muy a gusto cerca de Francisco Villa y le prometió recuperar
Guadalajara con el puñado de sus hombres… pero en el combate de
Guadalajara cayó gravemente herido Manuel Caloca. Un muchacho de
quince años que se había ganado su grado de coronel como los
machos.”
J. ESTRUCTURA EXTERNA:
La novela “Los de Abajo” está presentada en tres partes:
La primera parte contiene 21 capítulos;
La segunda parte, catorce capítulos
La tercera parte siete capítulos.
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