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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUERRERO

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

LICENCIATURA: HISTORIA

ALUMNO: SEBASTIÁN PANTALEÓN ESPINOZA

PROFESOR: CESAR CORRALES

TEMA: LA IGLESIA EN EL NUEVO MUNDO

UNIDAD DE APRENDIZAJE: HISTORIA COMTEMPORANEA DE


AMERICA LATINA

CHILPANCINGO, GRO. A 26 DE ABRIL DEL 2018

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INDICE

INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

ACTIVIDAD MISIONERA EN AMÉRICA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

LA EVANGELIZACIÓN DE LAS INDIAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

LA IGLESIA COMO INSTITUCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6

LOS EFECTOS DE LA IGLESIA A FINALES DEL SIGLO XVIII. . . . . .7

CONCLUSIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8

BIBLIOGRAFÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

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En este breve trabajo se hace mención de la iglesia y para poder entender el
establecimiento y la organización de la Iglesia católica en América es necesario,
en primer lugar, considerar las condiciones en que se encontraba la península
Ibérica en ese momento. Simplificaríamos mucho si identificáramos la Reconquista
directamente con el modelo general de la cruzada, pero, como ésta'; tenía la
misma mezcla de empresa laica y de objetivo religioso. Después de la llegada de
Colón al Nuevo Mundo, los Reyes Católicos a una legitimación de los derechos
que reivindicaban sobre un continente sólo conquistado o explorado parcialmente,
estaban obligados a promover la conversión de los habitantes de las tierras recién
descubiertas y a proteger y mantener a la iglesia militante bajo el Patronato Real.

La Corona de Castilla asumió el control de la vida de la iglesia, La corona se


reservaba el derecho de presentar candidatos para los nombramientos
eclesiásticos en todos los niveles y se responsabilizaba de pagar los salarios y de
construir y dotar catedrales, iglesias, monasterios y hospitales con los diezmos de
la producción agrícola y ganadera. La Iglesia de América tenía asignada una
misión práctica: activar la sumisión y la europeización de los indios y predicar la
lealtad a la corona de Castilla. Cualquier resistencia por parte de la Iglesia al
cumplimiento de esta función se consideraba un problema político y como tal era
tratado.

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ACTIVIDAD MISIONERA EN AMÉRICA

Para muchos, el Nuevo Mundo era la oportunidad ofrecida por la Providencia para
establecer el verdadero reino evangélico o pura cristiandad.

John Leddy Phelan ha destacado las influencias milenaristas en los trabajos del franciscano
Jerónimo de Mendieta, por ejemplo.1 Hombres como fray Juan de Zumárraga, primer
obispo y arzobispo de México, don Vasco de Quiroga, fray Julián Garcés y el
mismo fray Bartolomé de las Casas estaban profundamente influidos por el
espíritu humanístico de Erasmo y por la Utopía de Tomás Moro.

Los jesuitas fueron creados en 1540, fue su intervención en América. Soñaban


con implantar un cristianismo libre de los errores que desfiguraban la fe en
Europa. Su impulso utópico floreció plenamente en el siglo xv, con lo que ellos
llamaron las reducciones indias (especialmente en Paraguay). Su deferencia hacia
Roma y su marcada estructura jerárquica se ajustaban también al modelo de cristianismo
decretado en el Concilio de Trento (1545- 1563).2

Constituyeron la reserva estratégica de la Iglesia, facilitando hombres para el


trabajo misionero en la frontera cada vez que se abrían nuevas zonas de
colonización. En el caso de los jesuítas, a la evangelización se unía su importante
contribución en el campo de la educación.

Se ratificaba la decisión de los misioneros, éstos viajaban a Sevilla más tarde a


Cádiz o al Puerto de Santa María, a Jerez de la Frontera o Sanlúcar de
Barrameda, donde esperaban la autorización de la Casa de Contratación para
embarcar. También tenían que esperar el barco que iba a transportarlos al Nuevo
Mundo.

1
Marcel Bataillon, «Evangélisme et millénarisme au Nouveau Monde», en Courantsreligieux et humanisme a
la fin du xv' et au debut du xvf sueles, París, 1959, pp. 25-50; J. L. Phelan, The millennial kingdom of the
Franciscans in the New World, Berkeley, 19

2
M. Bataillon, «D'Erasme á la Compagnie de Jésus: protestation et intégration dans la Reforme catholique
au xvie siécle», Archives de la Sociologie des Religions, 1967, pp.

4
Desde la segunda mitad del siglo XVII encontramos una variante al menos en lo
que concierne a los franciscanos. En la península Ibérica se fundaron colegios
misioneros con la intención de formar jóvenes que desde el principio de su carrera
religiosa planeaban trabajar en América o África. Un ejemplo era el célebre colegio
de Escomalbou, fundado en 1686 por el gran misionero de Nueva España Antonio
Llinás.

EVANGELIZACIÓN DE LAS INDIAS

Se consolidaron las estructuras eclesiásticas, y se dejó la vida de la Iglesia


ampliamente en manos de los clérigos, situación agravada en América por el
complejo de superioridad racial que determinaba la conducta de la mayoría de los
colonos, laicos o clérigos. La evangelización de las Indias se vio afectada en
sentido negativo por las tendencias que ratificó el Concilio

Aunque no existían entonces protestantes en América, las procesiones, la


veneración a los santos, las devociones a las ánimas del purgatorio y las
indulgencias, por ejemplo, eran características destacadas del cristianismo en la
Indias. En cierta medida se exaltaban los cargos externos e institucionales sobre
la experiencia personal. Sólo después de que se hubo abierto tan
espectacularmente el horizonte geográfico y humano se dio cuenta la Iglesia de la
labor evangelizadora que se le pedía en el Nuevo Mundo.

Una vez que se hubo establecido la autoridad española, entraron en escena las
órdenes misioneras para evangelizar los pueblos conquistados. A su vez, los
frailes estaban respaldados por la espada represiva de la autoridad. De este
modo, primero vino la conquista militar y política, a la que siguió después la
conquista espiritual.

Hablar de los mendicantes en la evangelización de América es hablar de las


cuatro grandes órdenes franciscanos, los primeros en llegar a México (1524) y

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Perú (1534), dominicos, agustinos y mercedarios, cuya labor era visible en la
estructura de cualquier ciudad de la Hispanoamérica colonial. La orden tejía
rápidamente gran cantidad de lazos a todos los niveles de la sociedad local
órdenes terceras, cofradías, legados testamentarios, arriendos del patrimonio
conventual, capellanías, escuelas, familias cuyos hijos profesaban en el orden,
culto en el templo, festividades patronales.

Finalmente, sería útil destacar algunas individualidades representativas del primer


siglo de evangelización, siempre que tengamos presente que no pueden
representar todo el amplio espectro del primer cristianismo en América. Bartolomé
de las Casas, fraile dominico (1484-1566), fue obispo de Chiapas de modo
efectivo durante sólo un año (1545-1546), fue tomar conciencia de la realidad de
América en 1514.

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LA IGLESIA

COMO INSTITUCIÓN

Las diócesis se establecían como consecuencia de las conquistas militares o, ya


muy avanzadas el período colonial, del crecimiento de la importancia económica
de ciertas regiones. La primera diócesis, Santo Domingo, se creó en 1504; hacia
mediados del siglo XVI

Existían ya casi la mitad de las diócesis, al tiempo que la ocupación básica del
territorio efectivamente colonizado por España ya había tenido lugar en esa fecha.
No sólo se establecieron relativamente pocas diócesis después de 1600, sino que
ninguna constituyó un centro principal de la organización eclesiástica. En sí mismo
constituía un centro administrativo autónomo: sacramentalización, nombramientos,
función judicial de la Iglesia. A responsable del trabajo misionero, de la legislación
sinodal y de la formación de los seminaristas.

Relación con la autoridad civil, presentaba candidatos para los nombramientos,


actuaba junto con la estructura administrativa civil en todos los niveles y estaba
encargado de ejecutar las leyes que emanaban de las autoridades políticas el
Consejo de Indias, el virrey y la Audiencia.

La multiplicación de las diócesis representó la proliferación de centros de actividad


e iniciativa eclesiásticas y de responsabilidad para la empresa colonizadora de
Castilla. En cada diócesis, el obispo trabajaba en estrecha relación con el capítulo
catedralicio, que asumía la administración en caso de una vacante prolongada;
esto ocurría a menudo en las sedes americanas por causa de muerte o traslado
del prelado.

El órgano central de la diócesis era el seminario, con su doble función en


potencia, como colegio-albergue para estudiantes universitarios de humanidades y
teología y como seminario para la formación del clero. La parroquia arraigó en
América junto al episcopado con éste, representa a la Iglesia fuera de los muros

7
de los conventos (cuando, como ocurría a menudo, las propias parroquias se
confiaban a los frailes).

La extraordinaria importancia de las órdenes religiosas a la hora de llevar el


cristianismo a Hispanoamérica. La gran masa del clero secular era moral e
intelectualmente decadente y su trabajo era difícil de coordinar. Las parroquias
asumieron el trabajo de trasplantar y conservar la fe de la comunidad española.3

LOS EFECTOS DE LA IGLESIA REGALISTA A FÍNALES DEL SIGLO XVIII

Conflicto ideológico, con profundas repercusiones políticas y eclesiásticas, tuvo


lugar en la América del siglo XVIII. Ya hemos visto que como resultado de una
serie de concesiones pontificias la corona ejercía el patronato sobre la Iglesia en
Hispanoamérica desde el siglo XVI.

La doctrina jesuítica llegó en cierto momento a convertirse en sinónimo de


presunta deslealtad hacia la corona y hacia los derechos que ahora reclamaba: se
ha alegado la doctrina tomista sobre los orígenes populares de la soberanía,
presentada por ejemplo por Francisco Suárez y Juan de Mariana como una causa
de tal sospecha; pero la tradición escolástica era común a toda la Iglesia.

La campaña antijesuítica estaba declarada de forma clara desde mediados del


siglo XVII. Cualquier táctica imaginable fue desplegada contra ellos. Finalmente,
Carlos III, atendiendo a sus ministros jansenistas, descargó todo el peso de sus
recelos y sospechas en la Pragmática Sanción de 27 de febrero de 1767, por la
que, siguiendo el ejemplo de Portugal (1759), expulsaba a todos los miembros de
la orden de sus dominios, tanto en Europa como en América.

3
Constantino Bayle, El clero secular y la evangelización de América, Madrid, 1950; Pedro Borges, Métodos
misionales en la cristianización de América, Madrid, 1960.

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La ofénsiva regalista, desembarazada ya de la Compañía de Jesús, buscaba
ahora colocar el aparato eclesiástico bajo un control estatal aún más rígido. El
concilio de México no se mostró muy deferente con el monarca y, de hecho, pidió
al papa que convirtiera a todos los jesuítas en parte del clero secular. Con más
frecuencia, sin embargo, constituían una especie de clero de segunda clase, relegado a remotas
parroquias rurales y que contaba con escasas perspectivas de promoción.4

Los pocos sacerdotes que lucharon o simpatizaron con los rebeldes lo hicieron por
necesidad. En cambio, del lado contrario el aparato clerical identifica su destino
intuitivamente con el de la minoría blanca y se deja manipular por el poder civil
como instrumento de pacificación, (fue el, sometimiento) de los no blancos. La
tajante división entre los dos bandos aporta una nueva evidencia de que la Iglesia
estaba allí para servir al estado colonial más que a los indios.

4
Werner Promper, Pnesternot in Lateinamerika, Lovaina, 1965, pp 107-117, Juan Álvarez Mejía, «La
cuestión del clero indígena en la época colonial», Revista Javeriaría, 44 (1955), pp. 224-231, 245; (1956), pp.
57-67, 209-219, Juan B. Olaechea Labayen, «Sacerdotes indios de América del Sur en el siglo xvm», Revista
de Indias, 29 (1969), pp 371-391, ídem , «La Ilustración y el clero mestizo en América», Misstonalia
Hispánica, 33 (1976), pp 165-179, Guillermo Figuera, La Formación del clero indígena en la historia
eclesiástica de América, 1500-1810, Caracas, 1965.

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CONCLUSIÓN

Hay varios aspectos en los que algunos no estarán de acuerdo de cómo fue la
evangelización de los indígenas de Nuevo Mundo si la iglesia fue factor para llegar
a un punto fue primero fue una conquista militar y política que después de eso
llevaría a cabo la conquista espiritual a los indígenas tuvieran una religión católica
por parte de los misioneros que en aquel tiempo eran los franciscanos, dominicos,
agustinos, que eran lo que se encargan de hacerlos católicos, la iglesia tuvo
influencia hacia ellos, lo con la nueva doctrina de los jesuitas. La evangelización
fue primordial para los reyes católicos y para la Corona Española que con la
evangelización y tener una colonización de los indígenas. Hay mucho todavía que
estudiar para llegar a una verdad clara que fue que paso con la evangelización de
los indígenas la muerte de millones de ellos por parte de los españoles que
llegaron con sus epidemias al nuevo mundo, casi acabar con todo la población y
quedado algunos. Se entiende que la evangelización solo fue para que tuvieran
una religión y para salvar su alma pero no a ellos de la explotación de los
españoles en las minas y matándolos llevando a todo a una civilización de la
Nueva España.

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BIBLIOGRAFÍA

Pierre Channu. historia de america latina, francia, paris, 1994, edi, editorial de buenos aires. p185-
187.

Marcel Bataillon, «Evangélisme et millénarisme au Nouveau Monde», en Courantsreligieux et humanisme a


la fin du xv' et au debut du xvf sueles, París, 1959, pp. 25-50; J. L. Phelan, The millennial kingdom of the
Franciscans in the New World, Berkeley, 19

M. Bataillon, «D'Erasme á la Compagnie de Jésus: protestation et intégration dans la Reforme catholique au


xvie siécle», Archives de la Sociologie des Religions, 1967, pp.

Constantino Bayle, El clero secular y la evangelización de América, Madrid, 1950; Pedro Borges,
Métodos misionales en la cristianización de América, Madrid, 1960.

Werner Promper, Pnesternot in Lateinamerika, Lovaina, 1965, pp 107-117, Juan Álvarez Mejía, «La
cuestión del clero indígena en la época colonial», Revista Javeriaría, 44 (1955), pp. 224-231, 245;
(1956), pp. 57-67, 209-219, Juan B. Olaechea Labayen, «Sacerdotes indios de América del Sur en
el siglo xvm», Revista de Indias, 29 (1969), pp 371-391, ídem , «La Ilustración y el clero mestizo en
América», Misstonalia Hispánica, 33 (1976), pp 165-179, Guillermo Figuera, La Formación del clero
indígena en la historia eclesiástica de América, 1500-1810, Caracas, 1965.

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