Você está na página 1de 12

OBJETO: INTERPONE RECURSO DE APELACIÓN JERÁRQUICA

PARANÁ, 29 de junio de 2018

Señor Gobernador de la

Provincia de Entre Ríos

Cdor. Gustavo Bordet

RAMIRO J.H. PEREIRA, abogado, constituyendo domicilio legal en calle


Panamá N° 540 de Paraná, ante Ud. me presento y muy respetuosamente DIGO:

PERSONERIA

Que tal como acredito con el acta poder que se acompaña a la presente, soy legal representante
de la Sra. MARIEL VIVIANA GONZÁLEZ DNI N° 16.787.207 domiciliada realmente en calle
Fraternidad N° 1617 de la ciudad de Paraná, actuando en nombre de su cónyuge ANTONIO
MARIA DANIEL VITALE (o VITALI) DNI N° 14.160.430, del cual es apoderada general, conforme
copia simple del poder general de administración y disposición que es acompañada a la
presente.-

OBJETO

Que invistiendo tal calidad vengo a interponer Recurso de Apelación Jerárquica contra la
Resolución N° 2696 dictada el 14/06/2018 por el Presidente de la Caja de Jubilaciones y
Pensiones de Entre Ríos y notificada en la misma fecha, solicitando deje sin efecto la misma.

Asimismo, vengo a manifestar que mantengo la medida cautelar que fuera presentada por ante
la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Entre Ríos en fecha del 12/06/2018, peticionando se
disponga el pago al Sr. Vitale o Vitali DNI N° 14.160.430 de una prestación equivalente a la que le
corresponde por jubilación ordinaria común, hasta tanto se resuelva en sede administrativa la
tramitación de su jubilación. Tal tramitación no está agotada en razón de la interposición del
presente recurso.

Ello conforme los hechos y derechos que se expondrán seguidamente.-

PROCEDENCIA DEL RECURSO – MANIFIESTA ILEGITIMIDAD DEL ACTO RECURRIDO

El acto administrativo recurrido resulta un paradigma de la arbitrariedad, es decir, de las


decisiones del poder público basadas en la mera voluntad del decisor y no en la normativa y la
adecuación razonable de los hechos a tales normas.

El imperio de la ley surge precisamente para que los ciudadanos no estemos merced a la mera
voluntad o gracia del poderoso sino sujetos a pautas razonables fijadas de antemano por el
legislador.

En el caso, resulta manifiesto el apartamiento del presidente de la Caja de la normativa que


regula la materia, al punto que omite considerar un primer dictamen y fuerza un segundo
dictamen, en el cual incluso se le advierte al presidente de la Caja que el criterio seguido por la
Fiscalía de Estado es contrario al criterio impuesto por el presidente del organismo previsional
entrerriano.

Todo ello hace que resulte procesdente que el Poder Ejecutivo revoque la resolución recurrida al
realizar el control de legitimidad del acto, por las razones en que seguidamente se abundará.-

De la errónea valoración de las pruebas. De la arbitrariedad del acto administrativo del


organismo provincial.-

Resulta cuanto menos sorprendente que la resolución hoy en crisis prescinda de valorar pruebas
documentales elementales agregadas al expediente administrativo en que tramitó la solicitud
del beneficio jubilatorio, y que el razonamiento jurídico desplegado por el organismo, al parecer,
no logró hacer desaparecer por cuanto las he tenido a la vista.

Esta omisión que en verdad importa un hacer “como si” no existiera lo que es de hecho existe,
transforma la conclusión del organismo en un acto incomprensible y técnicamente, arbitrario.

En efecto, de los considerandos de la resolución atacada se advierte que el argumento


jurídico central sobre el cual pivotea el rechazo de la prestación reside en desconocer el acto
administrativo de reconocimiento de servicios emanado de la ANSES.

Esto, so pretexto de que ha sido un reconocimiento “ilegítimo” (sic) puesto que el organismo no
requirió “las pruebas necesarias para acreditar la efectiva prestación de servicios que se
reconocen” (sic) y que ello ha sido “en violación de normativa vigente” (sic).

Que este razonamiento merece reproches jurídicos desde diversos puntos de vista, en especial,
desde el sistema de reciprocidad pero de esto me detengo en apartados posteriores.

El primer reproche, surge del apartamiento del contenido de este expediente, es decir, de ese
desconcertante apartamiento en el que incurre el organismo al desconocer que el Sr. Vitale sí
aportó prueba de los servicios con aportes reconocidos por la ANSES y que por lo tanto el acto
administrativo del organismo nacional ha sido fundado y ajustado a la norma vigente.

La documental obra a agregada a fs. 30, 31, 32, 33, 34 y 35 del expediente en el cual tramitara la
solicitud de jubilación, consiste en:

copia fiel del Título Analítico emitido por el Bachillerato Tecnológico “José Martí” de Paraná de
donde surge que el título obtenido por el Sr. Vitale ha sido “Bachiller Técnico en la Especialidad
Electricidad”;

constancia de incumbencias extendida por el CGE;

declaración de dos testigos;

Que para valorar esta documental se hace necesario mencionar que la actividad declarada por
el Sr. Vitale en la ANSES fue como maestro particular o de apoyo o como la identifica el
organismo nacional, “OTROS PROFESORES PARTICULARES”, actividad que en la liquidación SICAM
se identifica con el código “746”.

Que efectivamente la normativa de ANSES exige, desde un tiempo a esta parte, la presentación
de pruebas cuando se declaran servicios autónomos para hacer valer en otros regímenes que
exijan requisitos de edad o servicios inferiores al régimen nacional. Esto surge de la Resolución
D.E.-Nº 555/10, la cual se ocupa de detallar de manera no taxativa cómo se pueden acreditar un
sinfín de tareas autónomas.

Concretamente para las tareas autónomas desplegadas como profesor particular, la resolución
N° 555/10 explicita en el apartado IX dedicado a la prueba de actividades autónomas no
regladas que estas se pueden probar adjuntando el título obtenido para ejercer su actividad o
fotocopia del mismo; constancia del pago de impuestos o tasa relacionada con su actividad;
constancias de inscripción en censos nacionales, provinciales o municipales; constancia de
actividad declarada al inscribir a sus hijos en establecimientos educacionales; constancia de
actividad declarada en centros hospitalarios o sociedades, constancia de actividad declarada al
gestionar créditos; constancia de actividad declara al salir o entrar del país, etc.

Esta enumeración de posibles pruebas para actividades autónomas no regladas se ejemplifica en


30 ítems, a los cuales remitimos por razones de brevedad ya que lo que aquí interesa dar cuenta
es del carácter enunciativo de la enumeración.

Posteriormente, y dado que se facultó a la Gerencia Diseño de Normas y Procesos dependiente


de la ANSES para dictar las normas de procedimiento y disposiciones aclaratorias de la
Resolución D.E.-N Nº 555/10, el organismo nacional emitió la Circular 33/11.

En el anexo I de dicha circular -que consta de más de 40 hojas- se reitera pero de manera más
detallada y precisa que cuando se declaren actividades como “OTROS PROFESORES
PARTICULARES”- código de actividad 746- la prueba a presentar será “TÍTULO HABILITANTE PARA
EJERCER SU ACTIVIDAD O FOTOCOPIA DE LA MISMA” u otras, como por ejemplo, constancia de
haber presentado a rendir examen a alumnos en escuelas o academias.

Que como se advierte de estas consideraciones, el Sr. Vitale declaró haber prestados servicios
como profesor particular y acompañó, conforme las exigencias apuntadas, el título habilitante –
obrante a fojas 31- y a mayor abundamiento acompañó constancia del CGE - obrante a fs. 30-
donde se precisa que dentro de las incumbencias del título “Bachiller Técnico en la Especialidad
Electricidad”, se encuentra la de desempeñarse como maestro particular y que no existe
regulación de dicha actividad por parte del estado, es decir, se trata de una tarea autónoma no
reglada.

Que posteriormente y sobre la base de esto, el servicio jurídico de ANSES considerando,


encontró ajustado a derecho la pretensión del Sr. Vitale por lo que aconseja reconocer los
servicios autónomos declarados, tal como se desprende del dictamen suscripto por la Dra. Batto,
obrante a fojas 40 de este expediente.

Que es sobre la base de todos estos antecedentes y fundamentos que la ANSES finalmente emite
el acto administrativo que reconoce las tareas autónomas, por lo que no se puede poner en tela
de juicio que el organismo nacional emitió un acto ilegitimo por falta de pruebas.

Que para resaltar lo insostenible de la conclusión del organismo que se ataca no puedo dejar de
mencionar que a fs. 79 obra dictamen del servicio jurídico muy diferente al de fs. 113 que es el
finalmente sustenta la decisión final de este organismo aunque curiosamente ambos dictámenes
obran confeccionados por el mismo funcionario de esta Caja, el Dr. Sergio Colja.

En efecto, en el primer dictamen, que es el obrante a fs. 79, se reconoce que “el presente caso
reúne los extremos legales previstos en el art. 36, inc. b), 39 y 41 de la Ley N° 8.732. En
consecuencia, esta área legal entiende procedente aconsejar CONCEDER el beneficio
solicitado…”

Es precisamente esta la interpretación que entendemos ajustada a derecho y que debió haber
conducido, en forma inmediata, a una resolución que otorgue el beneficio pero en lugar de ello
se continuó con un proceso laberíntico en el cual se emite nuevo dictamen – el de fs. 113-, y
amparo judicial mediante, se rechaza la jubilación.

Entre uno y otro dictamen transcurrieron unos seis meses sin que pueda advertirse en qué se
modificó en dicho lapso la situación de revista previsional del Sr. Vitale o el marco jurídico
normativo aplicable al caso. En rigor, ni la situación fáctica ni las normas cambiaron.

Que finalmente y más allá de estas últimas consideraciones, entiendo que el acto administrativo
del organismo provincial se aparta de prueba contundente que obra en el expediente
administrativo y que resulta ajustada a las exigencias de la normativa nacional vigente, por lo
cual el acto recurrido queda configurado como manifiestamente arbitrario, inadmisible en un
estado de derecho, por lo que debe revocarse.-

Del rol de la Caja de Jubilaciones y Pensiones en el marco del Convenio de Reciprocidad


instituido por Decreto - Ley N° 9.316/46.-
Más allá de que entiendo que las consideraciones ya apuntadas son suficientes por sí solas para
revocar el acto atacado, no podemos dejar de considerar que además de actuar a contramano
de la evidencia también lo hace a contramano del sistema de reciprocidad al que adhirió.

En efecto, señor gobernador, desde el momento que una persona computa a los fines
jubilatorios, como en el caso de del Sr. Vitale, servicios con aportes a la ANSES y otros a una Caja
provincial, resulta de aplicación el Régimen de Reciprocidad Jubilatoria estatuido por el Decreto-
Ley Nacional N° 9316/46 por lo que se impone la consideración de este esquema para resolver la
pretensión.

El “régimen de reciprocidad” establecido por el mencionado decreto permite precisamente


computar los servicios prestados en diferentes tiempos y sumar las remuneraciones percibidas
en períodos sucesivos o simultáneos, en actividades amparadas por dos o más regímenes de
previsión, con el objeto de permitir el reconocimiento de un beneficio tal como si la totalidad de
dichos servicios y remuneraciones hubieran sido prestados y percibidos dentro de un solo
régimen. La finalidad del sistema es obviamente beneficiar al afiliado permitiéndole el cómputo
de servicios mixtos y sus remuneraciones para alcanzar una prestación previsional (Cfr. Bernabé
M. Fiorincino. Legislación Provincial vs. Reciprocidad Jubilatoria. Publicado en Revista de
Jubilaciones y Pensiones).

Corresponde delimitar entonces, a la luz de este Decreto Ley N° 9.316/46, cuál el rol a
desempeñar por cada una de las cajas intervinientes advirtiendo desde ya que el organismo
previsional ha obrado más allá de las facultades que le fueran conferidas, apartándose no sólo
de la letra escrita de normas vigentes sino de los principios y garantías que inspiran el Derecho
de la Seguridad Social, por lo que la Resolución Nº 2696 también desde este punto de vista debe
ser revocada.

De acuerdo al sistema implementado por el mencionado decreto cada uno de los organismos
previsionales intervinientes está llamado a desempeñar una función específica de acuerdo a sus
propias normas. Presupone al menos una caja “reconocedora” y una caja “otorgante”.

Si bien el decreto ley N° 9.316/46 no define a la caja reconocedora, la doctrina especializada la


define como “aquella Caja que aplicando sus normas propias, admite que en su ámbito un
afiliado que ha prestado servicios y ha efectuado aportes por un tiempo determinado a fin de
que este lo haga valer ante la Caja otorgante para obtener una prestación previsional”. En otras
palabras, “las cajas reconocedoras habrán de verificar y certificar el tiempo de servicios con
aportes a su régimen de acuerdo a las normas establecidas en su propio ámbito” (Cfr. CANDIOTI,
Mariano y DE FEO, Armando F.J; “Reciprocidad Jubilatoria”, 1° ed., Santa Fe, Rubinzal Culzoni,
2013).

Así quedó establecido en el art. 1 de dicho decreto ley que declaró computables en cada uno de
los regímenes precitados a “...los servicios prestados sucesiva o simultáneamente, bajo el
régimen de una o de diversas secciones o cajas, previo reconocimiento de los mismos por la
sección o Caja que corresponda...”.
Por su parte, a la caja otorgante – rol desempeñado en nuestro caso por el organismo provincial-
le corresponde aplicar “las disposiciones orgánicas que la rijan, a los efectos de la determinación
del monto de la prestación, considerando todos los servicios y la totalidad de las
remuneraciones percibidas, como prestadas y devengadas bajo su propio régimen” (Cfr. art. 7
decreto -ley N° 9.316/46).

Es decir, a la caja otorgante es la que asume el pago íntegro de la prestación y lógicamente se


crea una ficción porque para otorgar el beneficio “debe considerar los servicios prestados y las
remuneraciones percibidas bajo otro régimen como si hubieran sido prestados y percibidas en el
propio.”

Ahora bien, en el marco del decreto-ley N° 9.316/46 y, más precisamente, en virtud de lo


dispuesto en el art. 7 antes transcripto la Caja otorgante del Beneficio, es decir la caja pagadora
del beneficio, utilizará sus propias normas en lo que refiere a la determinación del monto de las
prestaciones a abonar, pero esto nada tiene que ver con la cuestión del reconocimiento de los
servicios prestados bajo la órbita de otra caja (que es la reconocedora), que en cuanto al
beneficio futuro, sólo se encarga justamente de reconocer los servicios, y de la ficción de
transferir los aportes a la caja otorgante.

En el caso de marras, al tratarse de servicios autónomos, no cabe duda que quien debe efectuar
el reconocimiento es ANSES y no la Caja de Jubilaciones y Pensiones de la Provincia.

A este último organismo de previsión le corresponde aplicar las disposiciones orgánicas que la
rijan exclusivamente a los efectos de la determinación del monto de la prestación pero nada
tiene que ver con la cuestión del reconocimiento de los servicios prestados bajo la órbita de
otra caja -la reconocedora- que, como se viene de explicar en el párrafo precedente, es la única
competente para efectuar el reconocimiento de servicios interesado.

Asimismo también se deriva del art. 7 del referido decreto ley que la caja otorgante de la
prestación no puede discriminar entre los servicios provinciales y los servicios nacionales para
computar la antigüedad necesaria a los fines de acceder a una prestación previsional, como
tampoco para determinar el cálculo de los haberes de la prestación.

Esa discriminación entre los servicios propios y los ajenos persiste desde que no considera los
servicios transferidos por la ANSES como propios de su régimen, ni les confiere igual trato, sino
que por el contrario privilegia aquellos servicios propios de la Caja provincial para acceder a los
beneficios que otorga, como así también para determinar el haber mensual de los mismos.

Que, finalmente, debemos destacar que el art. 32 de la Ley N° 8.732 expresamente prevé que se
considerarán para el cómputo de servicios, aquellos fehacientemente reconocidos en cualquier
caja o sistema incluido en el régimen de reciprocidad, requisito que se verifica en este
expedientes desde que el reconocimiento de servicios de la ANSES se ha efectuado
correctamente y respetando sus normas internas (resolución N° 555/10 y circular 33/10) y que
fueron detallas al comienzo.
De la supremacía de las reglas de coordinación por sobre las leyes provinciales.

Finalmente, y siguiendo también en este punto a la doctrina especializada, el tema de la


reciprocidad jubilatoria regulado por el dec. Ley 9316/46 –como la regla de la caja otorgante que
forma parte de la misma- son normas nacionales que mantienen supremacía sobre las
provinciales por cuanto integran el Estatuto Federal al cual deben subordinarse las disposiciones
de las provincias adheridas al sistema (Cfr. Jauregui, Guillermo. “La regla de la caja otorgante”,
publicado en Revista de Jubilaciones y Pensiones on line).

El carácter federal de la jubilatoria no necesita mayores demostraciones si tenemos en cuenta


que esta regula los casos en los cuales los afiliados han prestado servicios en jurisdicciones
distintas, las provinciales y la ley nacional.

Este predominio también se explica desde la encuentra su lógica jurídica en el hecho de que,
precisamente, se trata de normas organizativas cuya función es decir y establecer cómo se
vinculan los distintos regímenes previsionales cuando un sujeto está comprendido por varios de
ellos.

Por otro lado, se precisa que la adhesión que formulan las provincias no es a una ley, sino a un
régimen, a un sistema en su totalidad. Es decir, la adhesión no lo es al decreto ley N° 9.316/46
sino al régimen de reciprocidad.

Esta tiene dos consecuencias importantes: por un lado implica que toda modificación que
practique el Estado Federal, como conductor del sistema, y en la medida que subsista la
adhesión, alcanza a los organismos provinciales sin necesidad de aceptación o suscripción de un
nuevo convenio. Por otro lado, y esto es especialmente relevante para dirimir la cuestión acá
planteada, si la dirección del sistema de reciprocidad incube al Estado Federal, entonces toda
norma o disposición provincial que, en contradicción con el Decreto- Ley N° 9.316/46 y sus
disposiciones complementarias, regule situaciones previsionales en las que deban ponderarse
servicios, aportes o remuneraciones comprendidos en varios organismos adheridos al sistema
deviene inválida.

Determinada así la jerarquía normativa del Decreto-Ley N° 9.316/46 por sobre la legislación
provincial, propio es señalar que aquella disposición normativa declaró computables para la
obtención de las distintas prestaciones establecidas en los regímenes de cada una de las cajas,
los servicios prestados sucesiva o simultáneamente, bajo el régimen de cada una de ellas, previo
reconocimiento de los mismos por la sección o Caja que corresponda.

El acto administrativo que aquí impugnamos y entendemos debe ser revocado deviene invalido
por ser una norma (en este caso individual) que se aparta del régimen de reciprocidad al que la
misma provincia se encuentra adherida en tanto desconoce servicios que fueron correctamente
reconocidos por la caja a la que le correspondía hacerlo, es decir, a la ANSES apartándose así del
art. 1 del decreto ley que hemos transcripto.
Por lo dicho hasta aquí el acto administrativo del organismo previsional provincial
instrumentado mediante la resolución es arbitrario por aparte de constancias documentales
que están agregadas a este expediente, traduce un ejercicio indebido de las facultades que le
fueran conferidas en el marco del régimen de reciprocidad apartándose así de normas de
jerarquía superior, resultanto por todos estos reproches un acto administrativo inconstitucional.

No se puede desconocer que las recopilaciones de jurisprudencia administrativa y judicial están


plagadas de casos donde el ingenio de los funcionarios provinciales brilla en el esfuerzo por
burlar las reglas del sistema de reciprocidad para eludir el pago de una prestación de jubilación.
Esto es lo que el organismo previsional expresa cuando argumenta que, el conceder el beneficio
jubilatorio solicitado, le causará un “perjuicio irreparable”.

Y si bien como todos sabemos a nadie le agrada pagar la cuenta, priorizar elementos
económicos por sobre un análisis jurídico del caso y en definitiva, por sobre un recto
entendimiento del Régimen de Reciprocidad acordado y regulado por Decreto- Ley N° 9.316/46,
sin dudas es una resolución errada de este caso particular.

La variable económica puede ser considerada para la modificación o el resideño de otras


políticas de seguridad social, pero mientras las normas sean estas, entonces cabe apartarse de
las mismas, puesto que ello importa la vulneración de derechos de jerarquía constitucional como
lo son, justamente, los derechos de la seguridad social aquí en juego.-

PRUEBA

Se ofrece la siguiente:

DOCUMENTAL

Poder especial otorgado por la Sra. Mariel Viviana González a favor del abogado Ramiro J.H.
Pereira.-

Copia simple del poder general amplio de administración y disposición conferido por el Sr
Antonio María Daniel Vitale a favor de su cónyuge Mariel Viviana González, otorgado en
instrumento público suscripto por la Escribana Verónica Beatriz Torqui.-

Cédula de la Resolución N° 2696 dictada el 14/06/2018 por el Presidente de la Caja de


Jubilaciones y Pensiones de Entre Ríos, notificada en fecha del 14/06/2018 por el agente
notificador Héctor R. De María.-

Resolución N° 2696 de fecha 14/06/2018 dictada por el Presidente de la Caja de Jubilaciones y


Pensiones de Entre Ríos.-

Copia simple del dictamen jurídico suscripto por los Dres. Fernando M. Jurado y Sergio G. Colja
en el expediente NUC N° 259300, obrante a fs. 79 y a fs. 79vta. escritura de puño y letra del
Presidente de la Caja de Jubilaciones de fecha 19/02/2017 ordenando actualización del informe
de cómputos.-

Copia simple del dictamen jurídico suscripto por el Dr. Sergio G. Colja en el expediente NUC N°
259300 de fecha obrante a fs. 113 y vta.-

Copia simple del escrito de medida cautelar administrativa presentado en fecha del 12/06/2018
ante la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Entre Ríos.-

EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO EN LA CAJA DE JUBILACIONES Y PESIONES DE ENTRE RÍOS

Solicito se libre oficio a la Caja de Jubilaciones y Pensiones a los fines que remita las actuaciones
administrativas en la cual tramita la medida cautelar presentada por esta parte en fecha del
12/06/2018.-

DERECHO

Fundo la presente en lo dispuesto en los arts. 32, 36 y concordantes Ley N° 8.732; arts. 15 tercer
párrafo, 65 y 82 inc. c) de la Constitución Provincial; arts. 14 bis, 17 y 31 Constitución Nacional;
art. XXIII Declaración Americana de los Derechos y los Deberes del Hombre; art. 17 Declaración
Universal de los Derechos Humanos; art. 21 Convención Americana de Derechos Humanos; arts.
9 y 11.1 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.-

MEDIDA CAUTELAR

La medida solicitada resulta procedente toda vez que el Sr. Vitale (o Vitali) aportaba su sueldo al
mantenimiento de su familia, complementándose sus ingresos con los de su esposa. Que al
haber sido declarado cesante su esposa debe cubrir con su sueldo de docente una estructura de
gastos que exceden sus posibilidades.

Qué asimismo, mientras se discute en sede administrativa la solicitud de jubilación ordinaria


común se hace necesario garantizarle ingresos a la cónyuge de Vitale quien se encuentra privado
de su libertad.

Ahora bien, en relación al cumplimiento de los requisitos propios de este tipo de medidas,
fundamos la presente en:

A. VEROSIMILITUD EN EL DERECHO:

En el presente caso, el derecho por el cual se pide protección cautelar reúne con creces los
requisitos de una medida precautoria.

En efecto, la pretensión de esta parte tiene apariencia de buen derecho, toda vez que al
momento de iniciar el trámite jubilatorio exhibía cumplir con años de aporte y edad para
acceder al beneficio de la jubilación ordinaria común, de acuerdo a lo establecido en la Ley N°
8.732. Si a ello agregamos la vigencia del derecho de propiedad y las garantías instituidas por el
orden jurídico a fin de evitar el despojo, cabe considerar que este requisito luce debidamente
cumplimentado.

A tal efecto basta la lectura del primer dictamen jurídico de la Caja de Jubilaciones y Pensiones –
el cual se acompaña en copia simple detallado como documental N° 6- en el cual se aconseja la
concesión del beneficio jubilatoria.

Ello contrasta con el forzado segundo dictamen, en el cual se aconseja desestimar el beneficio al
no reconocerse los servicios de la ANSES. Este último dictamen es suscripto por el mismo jefe del
área central jurídica de la Caja, Dr. Sergio G. Colja, quien había suscripto el primero de los
dictámenes, favorable al otorgamiento del beneficio. Ahora bien, en este segundo dictamen el
propio Colja expresa que “debo aclarar a esa Presidencia que sin perjuicio de vuestra directia al
Área de Cómputos referida a la exclusión y cómputo de los servicios nacionales, la Fiscalía de
Estado, mediante diversos antecedentes (“CUESTAS, MARIA CRISTINA / DECRETO N° 3430/14
MT.”, entre otros) ha resuelto la presente cuestión ordenando incluir dichos servicios nacionales
reconocidos por ANSES, a pesar de la oposición de éste Organismo Previsional a su inclusión”.

Es decir, se trata de la sola voluntad del Presidente de la Caja, en oposición al dictamen


primigenio de dicho organismo y al criterio de la Fiscalía de Estado.

La jurisprudencia entrerriana tiene dicho que "… el fumus bonis iuris no implica que deba estarse
en presencia de una acreditación exhaustiva del derecho invocado, sino que sólo bastaría la
apariencia de que dicho derecho le asiste al peticionante de la medida, debiendo ser ello
sumariamente justificado o evidenciarse -porque no se trata de una prueba plena y concluyente-
de las constancias de autos. Si bien no cabe el examen de certeza del derecho, conforme lo exige
el código del rito es menester acreditar prima facie la verosimilitud del mismo, no habiendo
quedado cumplimentada tal carga en el sub examine con la simple invocación efectuada en el
escrito promocional pero sin adjuntar ningún elemento, que aún en forma superficial o
periférica pueda corroborar los extremos puestos de manifiesto” (STJER, “Ultra Grain Cía.
Cerealera S.A. c/ Municipalidad de Villa Hernandarias s/ Demanda Contencioso Administrativa
s/Incidente de Medida Cautelar de No Innovar”; sentencia del 16-3-2005).

En tal sentido, la verosimilitud del derecho no solo es apariencia de buen derecho, sino que lo
que surge a la vista del juzgador como aparente, también lo es jurídicamente, pudiendo
preverse, según un cálculo razonable de probabilidades, que en la decisión de fondo se declarará
el derecho en sentido favorable a aquel que solicita la tutela cautelar por parte de la autoridad
administrativa.-

B. PELIGRO EN LA DEMORA E IRREPARABILIDAD DEL DAñO:

El peligro en la demora se justifica en que la privación de todo ingreso al Sr. Vitale por su
cesantía en razón del sumario administrativo que fuera instruido en el Poder Judicial, hace que
su familia no pueda sustentarse económicamente.

Ello así por cuanto los ingresos de la Sra. González no alcanzan a cubrir los gastos ordinarios.

Ello surge del simple cotejo de las documentales N° 4 y 7 –haberes de Vitale y de González,
respectivamente que fueran acompañadas al escrito peticionando medida cautelar.

Siguiendo a Mairal, “la irreparabilidad está relacionada con el hecho mismo que el acto vulnera y
habrá perjuicio irreparable con la ejecución del acto administrativo que frustre el derecho
subjetivo del interesado, sin que a este le quede una vía apta de conseguir la reparación debida.
La locución “daño irreparable” significa que el daño que causa el acto no puede ser reparable,
con independencia de la reparación material que pueda o no obtenerse” (Héctor Mairal,
“Control Judicial de la Administración Pública”; Depalma; Bs. As.; 1984; T. II; pags. 818 a 827).

En el mismo sentido, la jurisprudencia local ha venido estableciendo que “ella exige (cfme.: art.
29º, C.P.A.) la sumaria acreditación del derecho invocado, la posibilidad de grave perjuicio o de
pérdida o frustración del derecho y la urgencia de la prevención requerida y, tratándose de una
medida extraordinaria y de excepción, impone una interpretación - naturalmente - restrictiva
que requiere, cuanto menos, la existencia de una decisión administrativa que lesione, altere o
ponga en peligro un derecho subjetivo de carácter administrativo de los ocurrentes, quienes a su
vez, deben dirigir específicamente la medida contra dicho acto” (cfme. S.T.J.E.R., 8/6/94, in re:
"VILLAGRA", L.A.S., Secc. Judicial, Año 1994, T.I, fº 217; reiterado en "VAGO", L.A.S., Secc.
Judicial, Año 1999, T. V, fº 850)

Por último, también se ha dicho que "Más aún, no cabe tampoco disponer la cautelar en
cuestión si se tiene en cuenta que no se verifica la existencia de alguna causal o circunstancia
que impida una reparación ulterior si aquella hipotética sanción en definitiva fuera ilegítima, o
que permita vislumbrar una ilusoriedad en el cumplimiento del pronunciamiento jurisdiccional
que pudiera recaer en el contencioso administrativo, frustrando los derechos del interesado."
(STJER; “Roman, Roberto Ricardo c/ Estado Provincial s/ Medida Cautelar de Prohibición de
Innovar"; 6-8-2001).

C. CONTRACAUTELA:

A los efectos del otorgamiento de la medida interesada se ofrece caución juratoria, y/o personal,
por la suma que el Sr. Presidente de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Entre Ríos estime
procedente y/o conveniente, u otra que entienda que mejor garantiza la responsabilidad que
correspondiere en materia de costas y/o daños y perjuicios que pudiere ocasionar la medida, en
caso de haberla requerido sin derecho.-

PETITORIO
Por todo lo expuesto de Usted solicito:

Téngase por interpuesto formal recurso de Apelación Jerárquica contra la contra la Resolución N°
2696 dictada el 14/06/2018 por el Presidente de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Entre
Ríos, solicitando deje sin efecto la misma.-

Tenga por presentada y ofrecida la prueba detallada en el punto IV.-

Tenga por mantenida la medida cautelar, conforme se detalla en el punto VI del presente.-

Oportunamente, haga lugar a la presente concediendo la jubilación ordinaria común al Sr.


Antonio María Daniel Vitale (o Vitali).-

Proveer de conformidad, SERÁ JUSTICIA.-

Você também pode gostar