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I. PROPÓSITO
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lidades del o de los contratos individuales de trabajo. Pudimos ver al
estudiarlos que la relación en el caso se anudaba entre esos dos sujetos
que en lo sucesivo denominaremos en sentido lato partes, por lo menos
en cuanto atañe a la parte “trabajador”, en tanto eran personas “indi-
viduales”. Decimos en lo que atañe a la parte “trabajador” porque, en
lo que hace a la otra parte de la relación —el “empleador”— hemos
podido constatar que muy a menudo se presenta asumiendo el carácter
de unente “colectivo”, tal es el caso, frecuente en la realidad social
contemporánea, de la “empresa”. Pero, de todos modos, la relación
asume en tal situación un carácter individual, poniendo el acento única-
mente en los entes intervinientes (por lo menos en cuanto a la parte
100
Pero también puede suceder en la realidad de que se ocupa nuestra
101
noce, por lo tanto, la existencia de determinados “grupos” sociales o
102
tencia no deriva ni depende del Estado”. Parece coincidir así, curiosa-
mente, las enseñanzas
con de las Encíclicas Papales. Las mismas, en
efecto, tras
reconocer en la “persona humana” la entidad primera a
partir la cual todas
de las demás deben prepararse, la piedra básica,
la llave del arco del sistema, según autorizada doctrina, sostiene igual-
mente: “Pero la persona se realiza por sus contactos con los demás.
Los demás forman comunidades que se encontrarán en numerosas
escalas. Yendo de las más estrechas a las más amplias, considera a la
familia la base del edificio social; por encima de las familias las comu-
nidades de trabajo o profesionales; y en la cima, las comunidades
políticas”.
2
'103
al sindicato, la calificación de “grupos sociológicos sui generis”, siendo
sociológicamente “la leva y destino a unidad del homo jaber. Así como
la empresa es la aglutinante profesional, le congrega técnica y econó-
micamente, aquél le congrega política y socialmente”. 5
Adelantamos, pues, como una primera idea a propósito del dere-
cho colectivo del trabajo que nos encontramos frente a este derecho
cuando pasamos del campo de las relaciones individuales al de las
relaciones colectivas, que es un derecho de los grupos sociales de natu-
raleza sociológica, grupos integrados por los “trabajadores” en tanto
éstos son sujetos de nuestra disciplina y en tanto tales grupos actúan
como una unidad.
III. DEFINICIONES
flictos, etc. Sólo de] lado del patrono es posible que también un solo
patrono sea sujeto del derecho colectivo porque para el carácter colec-
tivo es decisivo siempre el lado obrero. Como ocurre con todo el
derecho del trabajo, también el derecho colectivo toma su nombre
y su esencia únicamente del lado de los trabajadores en cuyo interés
ese derecho existe, principalmente".
También Kaskel-Derseb lo denominan derecho colectivo y se ocu-
pan de él antes de tratar la relación individual de trabajo siguiendo así
un método distinto al que inspira al programa de nuestra asignatura.
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“El contrato de tarifa, el de las asociaciones profesionales y el de la
conciliación son las tres columnas del derecho colectivo del trabajo”. 9
En la parte quinta de esa obra, capitulo denominado “Derecho Orga-
nizador del Trabajo” desarrollan cumplidamente lo que denominan “La
idea colectiva, que caracteriza la evolución del derecho laboral moderno”
y que encuentra su expresión, desde el punto de vista personal, en
uniones de empleadores y otras 'de trabajadoreSï “En estas asociaciones
está la llave de la evolución dinámica del derecho colectivo del trabajo
en general. Sólo sobre esta base era posible el desenvolvimiento de la
idea del contrato de tarifa y el sistema de los consejos de empresa. . .
3
KASKEL-DERSCH. “Derecho del Trabajo", Roque De Palma Edi., Bs.
A5., 196], págs. 78, I y pág. 469.
9 MARIO L. DEVEALI, “Derecho Sindical y de la Previsión Social", 3ll
edic., pág. 12 y sigs.
1°
RODOLFO A. NAPOLI. “Manual del Derecho Sindical" Abeledo Pe-
rrot, Bs. As., pág. ll y sigs.
¡1 PEREZBOTHA EUGENIO. op. cit., pág. 358, N9 273.
105
Merece destacarse que, Pérez Botija se ocupa de los “Criterios
para definir el Derecho Sindical”, expresando que aún considerándolo
como parte de nuestra disciplina, su significado auténtico puede pre-
cisarse desde tres puntos de vista: 1) En sentido subjetivo, o sea como
el derecho a sindicarse o ejercicio del derecho de asociación profesional.
En este sentido el “Derecho sindical sería. pues, el poder de constituir
uniones o federaciones y aún el ejercicio de cualquier facultad sindical,
por ej.: el designar representantes en Cortes, hacer peticiones a la
Inspección de] Trabajo. .
., etc.”; 2) En un sentido adjetivo u orgánico,
consistiría en el “ordenamiento estructural de los sindicatos, en donde
se determinan sus modos de organizarse. sus competencias o atribu-
ciones, jurídicamente reoonocidas, sus formas legales de actuar”; sen-
tido éste que, según el mencionado autor, es el que asigna la 0.I.T. a
106
colectivo”, pese a no darse necesariamente la existencia del ente sindi-
cato o asociación profesional de trabajadores.
V. AUTONOMÍA“
14
Op. cit., página 12.
107
régimen fascista, en cátedras a él dedicadas exclusivamente, o también la
existencia posible de cátedras tmiversitarias que se limitaran exclusiva-
mente al estudio de este derecho colectivo del trabajo, en nada hace al
verdadero problema que interesa, o sea, el de su autonomía científica.
Razones de pura conveniencia docente, administrativa, etc. pueden ex-
olicar la separación en dos o más ramas o partes de una asignatura de
la llamada Enciclopedia Jurídica sin que afecte la unidad científica de
la misma. Lo mismo cabe decir de la así llamada “autonomía legislati-
va”, en el sentido de la también posible existencia ya de cuerpos (co-
misiones) de las legislaturas o parlamentos que, por razones de división
de trabajo, se ocuparan especial o preferentemente de la legislación en
materia sindical o de derecho colectivo del trabajo, o ya se la entienda
por un ordenamiento legislativo particular o específico que se ocupara
exclusivamente del mismo.
108
VI. PARTES o SUJETOS
cuencia, toda vez que hemos hablado del derecho colectivo como aquel
que se ocupa de las relaciones colectivas parece que no habría obstáculo
en admitir aquí la denominación de sujetos para los titulares de tales re-
laciones. Empero, este autor agrega a continuación de lo transcripto “. . .
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adaptan perfectamente a la idea de los protagonistas de este campo del
derecho colectivo del trabajo.
Por lo demás, como expresamos al comienzo de este capítulo, la
expresión “parte” parece conducir de inmediato, en derecho, al que le
asigna un sentido procesal. Por lo tanto, es en esta rama dc la Enciclo-
pedia Jurídica donde debemos bucear en procura de la precisión termi-
nológica perseguida.
Camelutti enseña: “. .precisamente porque
. la correlación entre los
dos sujetos (el autor citado se refiere en general a toda relación juridi-
ca). . .más visible cuando
es el conflicto de intereses aparece en estado
de pugna y no de quietud es por lo que en el campo del derecho proce-
sal se tiene ello muy en cuenta, dando a cada uno dc los dos sujetos
a tal correlación. Este nombre
un nombre que alude claramente es el de
"
CARNELUTI'I, "Sistema de Derecho Procesal Civil ". Edit. U.T.E.H.A.,'
Bs. A3.. T. I.. pág. 34 y sigs.
n
CARNELUTn. op. eit.. 1'. n, pág. 4 N° 120.
110
junto del personal, o el órgano representativo, coincidimos con Krotos-
chin en cuanto sostiene que, en esa hipótesis, nos encontramos en aná-
loga situación a la que se plantea en Derecho Político, en el sentido de
que el titular del “Derecho de colaboración” del personal en la empre-
sa noes cada trabajador individual, pues no se trata de un derecho in-
dividual 1°. Como sostiene el autor mencionado cuando,— como en el
caso de la ley alemana de contrato de tarifas (l949)—, se declaran “nor-
mativas” las disposiciones de una convención colectiva relativas a la or-
VII. INSTITUCIONES
a) Libertad sindical.
111
servicios que se juzguen útiles para los afiliados, la de poner en acti-
vidad los medios instrumentales idóneos con el objeto de lograr sus
112
.
des de su.aplicación_-hayque -bene_rdebidamenteen cuenta-el- grado de
--,desarrollo-social -.y económico de cada pueblo, su aplicación progresiva
..a los pueblosrquegtodavía,son dependientes y a los-qUe ya han-llegado
a gobernarse por sí mismos interesa a todo el mundo civilizado”; con-
sidera, igualmente, que “los niveles de vida, el funcionamiento normal
de la economía nacional y la estabilidad social y_ económicadependen en
gran parte de un sistema bien organizado de relaciones industriales, fun-
dado en- el reconocimiento-dela'libertad sindical”.jFinalmente,’-confor-
-
bajo de-la O.I-.T.- (1948). se aprueba 'el convenio N9 8.7 sobre libertad
sindical
»
colectiva-también
ciación ratificado por la Argentina por Decreto
r ley 11.594/56'. Y en su XXX-Vil Reunión (año 1952) el mismo orga-
nismo sanciona la Resolución sobre “Independencia del Movimiento
Sindical" que-eSpecialmente se refiere a' las relaciones que deben mediar
partidos políticos.
‘
-
entre el movimiento sindical 'y los
113
ciones, que sean verdaderamente representativas y contribuyan a un di-
recto orden de vida económico, así como también se cuenta el de par-
ticipar con la misma libertad y sin temor a represalias en dichas asocia-
ciones".
b) Coalición.
114
de un derecho (norma juridica preexistente) que. los vincula y afecta y
sobre cuyos alcances divergen; ya sea de un interés. Ese conflicto puede
permanecer como tal; las partes'están entonces en una situación “con-
flictual”, pero puede transformarse en una “controversia” si las partes
“en conflicto” someten éste a una instancia (convencional, judicial o
administrativa) para que el conflicto se “controvier-ta” y alcance solución
a través de la decisión del órgano respectivo, la que se manifiesta en tal
caso en una sentenéia, laudo o resolución. También las partes “en con-
flicto”, tras la resolución señalada, o bien sin haber recurrido a la ins-
115
“tante de que,-_en el Estado de derecho contemporáneo ¿que por defi-
r'nición y naturale’ia debe tener la pretensión de que en su- ámbito todos
.los conflictos encuentren debida dilucidación a través del ejercicio nor-
:mal de acciones, deducidas conforme'a regulación jurídica y ante órga-
nos que por su carácter —inamovilidad, especial competencia en dere-
>cho, etc.— cierta suerte de conflictos escapen a la regla y, para decidir
la solución de los mismos. se reconozca la posibilidad y aún la licitud
.del empleo de medios instrumentales que en principio parecen extra o
Contemporáneo". La
“misma, en su Capítulo II —“La Vida Económica Social- Sección II",
7116
bajo el- subtítulo :‘fAlgunos principios directivos enla vida. económico:
social”, N? 68, expresa: “Cuando. se pla‘nteanconflictos económico-sociaa.
les, se debe procurar que sean pacíficamente resueltos. Y, si se debe siem-
pre recurrir ante todo al diálogo sincero entre- las partes, la huelga,
sin embargo, aún en las circunstancia presentes, puede ser un recurso ne_-;
cesario en última instancia, para la_reivindicación de los propios derechos
y la consecución de las justas exigencias de los trabajadores. Pero seg
ha de buscar cuanto antes el 'modo de abrir nuevamente la negociación y
el diálogo conciliatorio”.
117
fuerza en todas sus formas. Mientras tanto, quede su uso-para las situa.
ciones que señala la recordada “Constitución Pastoral” del 7/12/1965.
118
tales conflictos) como en lo que atañe al aspecto constitucional. Dado
nuestro ordenamiento, se vulneraría efectivamente la división de poderes
que reconoce, raíz constitucional.
g) Convención colectiva.
que con los límites fijados en la misma ley. Tales cláusulas rigen los
respectivos contratos individuales del mismo modo que lo han'an las
disposiciones legales. Esta sola posibilidad, en atención al carácter de
las partes que la conciertan, está indicando la trascendencia de la ins-
titución examinada y la problemática que entraña. Plantea por lo pronto
la naturaleza que asume la posibilidad reconocida a las partes que la
conciertan: ¿Puede hablarse de una “soberanía profesional”? ¿Estamos
sólo ante una “autonomía profesional”? Aparte la cuestión que entraña
la admisión de una tesis pluralista en materia de “soberanía” (materia
que no tocaremos por exceder notoriamente el ámbito de la materia
y de este trabajo) es manifiesto que, por lo menos en nuestro ordena-
miento, tal tesis debe descartarse. Tanto la facultad otorgada a “las
partes” concertantes como los posiblesefectos normativos de la conven-
ción nacen única y directamente de la ley. Además, el real efecto nor-
mativo depende del acto de la “homologación”que en principio compete
a la autoridad de aplicación (poder público).
119
deltalEs acuerdos e‘n‘ eldereclio colectivodet-trabajo 'alï'decir que“. . .Lasï
partes- de» estos acuerdos interiores.'. -'. TÍ'sOnel’ patrono (dirección) porï
un lado, y el conjunto del personal, por el -'0tro,ïdicho‘ más exactamente,
los trabajadores individuales, representados por el órgano respectivo,
que la representación en la medida
ejerce en que la convención colectiva
u acuerdo
otro básico le ha conferido tal representación. Gracias a
representación,’
'
esta
adquiere carácter colectivo y los'acuerdos interiores entran en
"
el derecho-
" ’
'
VII. Cmcreus
Es
derecho de cobertura porque tiene carácter instrumental. Es
medio y no fin. Sus instituciones sólo existen “para” tutelar y robus-
tecer la- persona del trabajador, son "medios" al servicio de esa persona.
Su centro la persona del trabajador.
'
es
Este es,
'
Las instituciones
de esta rama del Derecho del. Trabajo tienden
precisamente a la tutela del hombre en cuanto trabajador. Pues no'
sólo se integra el trabajador en el respectivo gupo social respondiendo
a su'naturaleza soda! que lo lleva a la inter-dependencia, sino que. lo"
hace alinflujo de una necesidad vital: lograra través del grupo la nece-
saria au'totutela, pues al 'aerecer el' grupo las fueras individuales cada'
vez másatomhnïdas del‘trabajadorsirve“ a» éste, como se dijo‘ocn acierto
1-20
alguna vez, para emplazar con más eficPcia a la otra parte de las rela-
ciones laborales.
121
VIII. Num JURÍDICA
personería gremial.
Empero, expresa que, por otra parte, es necesario “para calificar
de público a un organismo que haya sido reconocido por el Estado como
auxiliar de éste, incorporado a la administración pública en general, y
que el Estado esté interesado directamente en las finalidades de la orga-
nización porque crea que estos fines (de carácter público) puedan alcan-
zarse por un organismo de derecho público mejor que por uno de
derecho privado. No ocurre esto con respecto a las asociaciones profe-
sionales con personalidad gremial; éstas nacen en forma de asociaciones
privadas, y tampoco mediante la concesión de aquella personalidad
se convierten en órganos auxiliares del Estado, jurídicamente, máxime
porque sus finalidades no coinciden, necesaria y absolutamente, con
las del Estado sino que bien pueden adoptar posiciones contrarias".
“La asociación profesional persigue, primordialmente, el interés unila-
teral de una parte de la colectividad y, por consiguiente, no se identi-
fica con el interés público general. La cooperación sólo impide que
el interérparticular prevalezca en perjuicio del interés mún, y tiende,
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por el contrario, a que aquel interés sea superado en favor de éste".
Además, del hecho de la existencia de un “interés público” no se sigue
que su defensa no pueda confiarse a los mismos organismos privados
que velan por éstos. En lo que se refiere a la “potestad de imperio”
que ¡deriva de la posibilidad de crear derecho objetivo para sectores
enteros de la población, “es ciertamente raro por la extensión que adquie-
re la autonomía en este caso” (sic.). “Así, pues, no sólo falta la nece-
sidad de inferir de nuestro derecho el carácter público de las asocia-
ciones profesionales, aunque gocen de personería gremial, sino que ade-
más tal conclusión sería inútil y hasta opuesta a las tendencias íntimas
del derecho colectivo del trabajo, en cuanto derecho de coordinación y
de colaboración espontánea, libre y autónoma”.
23
2‘
Entre nosotros, Deveali se ha expedido en sentido contrario.
Parte de la idea de “representación”,toda vez que es indudable que la
función de representar y defender los intereses profesionales —sobre
todos los colectivos- es una de las principales que conciernen a las
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misma profesión 'o acnían .en. la misma actividad; La .mprerentación:
de. los intereses profesionales azkctivosïen su acepción exacta, presupone;
reconocer a una asociación profesional determinada —'o. a‘ un órgamr
creado por las distintas asociaciones que existan én un momento deterv
minado-— la representación de los intereses .de todas las personas que
ejercen una misma profesión. La asociación o el órgano investido de.
esa representación-tiene‘una representación de derecho público esto es;
una represéntaciónde intereses y no meramente de voluntades”.
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