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La Otra Orilla

Cristóbal Deffit

Derechos Reservados ISBN 980-396-178-0


Bala-da
Cuando yo empuñe el revolver, amor
no me vengas con fiesta, ni me acerques al niño
No me sonrías, ni me bajes la vista
No me sirvas.
Colocarme a Sinatra, a Armstrong, a los Rolling Stones
no me calma, ni a la vieja Edith Piaf
ni a esa adolescente llamada Shakira.
Si me buscas la lengua, cuando tengo en mi dedo el gatillo
no me des la espalda - dejándolo así- moviendo caderas
No te calles, en soberbia retirada
Dime lo que te pasa, Desnúdate
descuelga esa pierna, baja el codo
Yo sabré bajar mi arma, irme contigo a la ducha
No se te ocurra invitarme a beber
se me han ido unos cuantos por mi ligereza.
Cotidiano
No oigo otra voz que la del Barrio, la del vecino
Adiós a los grandes salones, a las exclusivas residencias
¡Ay de los tristes suburbios, de las grises intrigas clasistas
como de mi triste perro malandro!
No oigo otra música que la del Barrio
la que no me deja dormir los viernes y sábados
quienes se empeñan en que odie a Barreto
a Ismael Rivera y a Héctor -con los otros ya me he peleado –
sobre todo, con esa que ponen a las 3 a.m. En los años 1600…
Sin embargo, me dejo llevar por el barro
por los palos de agua sobre el techo de asbesto
bajo el sol que me hincha como un pan, dentro de casa
desde donde bien temprano puedo ver
las muchachas menudamente vestidas
tender sus ropas, regar las plantas:
¿Cómo está señor Alfredo?
mientras yo bebo café y limpio mis armas
Oigo el parte de guerra del hampa
de inocentes caídos por no haber hecho nada
del policía que mata y del traficante que salva
Oigo la dulce voz de los niños, terrosa
quienes suben el cerro hacia la escuela
como si fueran al cielo cada mañana y como castigo divino
por la tarde, vuelven a sus casas
Recorro las calles del Barrio, sus esquinas
veo los chicos llevar sus gorras, sus sonrisas
su seriedad como consigna, el intercambio de una mirada
por una vida, por unas piernas, por un vehículo o un arma
por un paseo de unas horas
Oigo en la noche el cuchillo, la bala
la gata siendo apareada, hollando mi techo
Oigo a mis vecinos buscar la perpetuidad, de sus almas
ardorosamente, con gritos, con angustiosa rabia
Yo, mirándome al espejo, culmino, cada noche
siguiendo a mi viejo ventilador, aspa y aspa, en sus giros.
Contiguo
Había una delgada sábana curtida entre su respiración y la mía
y la de Flora, su mujer, cuando iba cada 15 días
la de aquellos chicos asustadizos
a quienes sometía con una daga
Ninguno de los dos rezábamos
nuestro saludo era árido
Yo evitaba mirarle, por desprecio
mientras él más me veía, por provocación
Comíamos aparte, cuando él lo hacía
yo me salía para no escucharle engullir sus alimentos
pero me quedaba con valor ante sus aires y silencio
Era una fina tela descolorida
la que separaba mis libros del zumbido de sus visitas
de sus hermanas mascando chicle, pareciendo cínicas, atrevidas
muchachas ruines que me odiaban
a quienes yo, no sé por qué, le recordaba su desamor
Era un mantel donde los bárbaros, parecía que habían expuesto sus heces
A nadie se le ocurría quitarlo
sólo a través de éste nos comunicábamos
hasta que un buen día, grato, dejé de escucharle
sin explicación, sin preguntar.
Ninguno de los míos vino a verme
nunca se enteraron que estuve allí
compartiendo ese manchón de tela
que algunas veces, creo que era verde.
Ahora
Apréstate a caminar
Hoy es cuando puedes descifrar lo que no pudiste ayer
Pon atención, no es escarbes, no rememores
Los recuerdos te impiden dormir, entretejen la red
Los sueños, sueños son
Déjalos fluir en su cascabel, no invadas tu recreación
El parque no requiere de celador,
la conciencia es una cinta roja
las ovejitas que la saltan son de cartón.

El Muro
La vida está al otro lado de la pared, siempre lo ha estado
-Nunca has podido. Tú eres así-
De este lado lo mismo es
Es algo denso, gelatinoso
helado y a la vez pegajoso, a la vez sofocante
Dormimos amorochados, unos sobre otros
No importa a quién pisamos, mientras dormimos
-lo que mayormente hacemos – buscando acomodo
donde poner el jarrón partido
De este lado todo es evento, retrato y foto
El mejor beso, el peor regalo, botón y encaje, zurcido
En el trópico se apelmazan los cadáveres, a orillas de playa
-Es el paisaje- decimos
mientras los niños cubren de arena los cuerpos
o juegan con la pelota a la ladilla
Los niños hacen sus casas, que el mar acaba por llevarse
Así esperamos nosotros que un día llegue una ola y nos levante
Cuando eso ocurre, la mortandad no tiene límite.
X-Men
Nunca he hallado una mujer que me guste toda
Siempre hallo algo que aborrezco en ella
cejas, vicio, adorno, coquetería y recato, que al principio adoro
Red de fondo, discreto tongoneo empalagador que termino odiando
-Somos tantos los incautos-
Algunas, de plano, las objeto
Cortés, las hago pasar
Así ellas lo han hecho conmigo: macho y hembra
Siempre hay algo intercambiable
una parte cruda, cruel, que sabe a carne, a sopa, a pastel
Por esto las busco a todas, una por una
¡Ay de mí, de aquellas que entran de lleno en mi vida!
-corrijo- en mi corazón. El suspiro cuenta
Eso que repudio en ellas, al final me contenta y apena
aflojo las cuerdas, no las suelto, doy una vuelta.
El poeta Freud
Un amigo -a quien quise- una vez me confesó:
Es tu esposa tu madre, tu papá, sólo es tío
tu hermana una envidiosa que planea castrarte
Porque tú, aunque no lo creas, lo tienes bien grande
por eso tus hijos te temen, te respetan y adoran
Es tu espada signo de amparo
Sin embargo siempre has dudado
hubo una parte de tu pasado, cuando te aislaron
-fue dura la humillación- abusaron de ti
A esa edad los niños olvidan
aunque más tarde hayas dado paso a esa furia absurda
ese odio loco por imponerte en tu barrio
Tú en el fondo estás asustado
No quieres saber quién eres tú
Eres igual a tu padre. Vas a enfermar, vigila tus sueños…
Desde aquella tarde, mi amigo y yo, nos hicimos inseparables
Yo disfrutaba de su poesía, era fantástico para la intriga
Al hombre vulgar lo enloquecía.
Ruta 505
Llevo un sombrero negro, alto, de copa, una burbuja
Ando por calles de arriba abajo, viajo en los buses a diario
y no por subirme a ellos frecuentemente
dejo de sentir que irrumpo, importuno
Mis Buenos días no convencen -No sé qué quieren-
No vendo cosas, me visto bien
dos que contestan cubren el bulto
-Es el apremio- me digo
Me escurro en el bamboleo
apenas veo trozos de tela
De pie, miro las manos, las cabelleras
le invento rostros y ocupaciones
Nunca volteo de sopetón hacia los lados
me incomodo si alguien lo hace conmigo
Los niños son mi locura, mis caramelos
ellos buscan todo con sus manitas
haciendo muecas y dando gritos
Soy su juguete preferido -mira por la ventana- cuida su madre
Hay otros que francamente son un tormento
a algunos ancianos provoca oírlos
Han tamizado su sufrimiento
en sus palabras logro apaciguar mi angustia, me alegro
y algunas veces los acompaño en la tertulia hacia ningún lado
Nunca averiguo hacia dónde van
siempre me quedo dormido
En ocasiones disfruto la radio, alguna canción que lloro
mientras me dejo llevar, callado.
La Musa
Está visto, ningún poeta se salva
Su anhelo de inmortalidad lo engaña
el deseo de purificar su alma lo delata
esa llorantina tonal al disertar, su cháchara
envidiada por políticos y jefes de Estado, por los profetas de antaño
sólo alcanzada por los mártires y héroes
quienes no hablan
sólo su herencia que se cobija y da las gracias.
El poeta, hijo de raza noble
-Rimbaud es un camuflado- de sangre azul que no pasa
Todo lo que toca lo llena de magia
es elegido para verlo todo, para luego ir a contarlo a otras casas
-Por esto muere el malandro y el policía, aunque les encanta –
El poeta se gana la vida en el chisme
raramente lo matan, siempre consigue escaparse
Pero, no es un gato cuando lo lanzan
no suele caer sobre sus patas
Su objeto de conquista –el mismo- lo hace ver débil
afeminado para algunos, para otros de un estilo viril, visceral
es su limitación que imanta y rechaza
El infeliz o afortunado poeta, estuviera conforme
a salvo, si lo leyeran y recordaran.
El honor del poeta es su palabra, es su bandera
quien ose cuestionársela será su enemigo
su verdugo y tal vez su guía
Entre humillación y humildad, girará su vida
Los aplausos y las bambalinas, realmente lo envenenan
Las mujeres, si son hombres, los enferman y reaniman
El poeta y el Poder se coquetean
pero si alguno se entrega al otro, ambos se inmolan
en su propio deseo de permanencia.
La iglesia odia al poeta, sus santos, lo echa de sus misas
lo condena al oprobio de las penitencias
mientras el pueblo, cuando lo reconoce
lo alza en hombros, lo aclama
le permite algunos insultos, pequeñas excentricidades
que después agradecerán las muchachas
aunque ningún padre de familia lo quiera ver unido a su casa.
Espantapájaros
Alguien cuando niño nos acobardó
nos encalambró el alma
a cuenta de protección y cariño
Así se lo transmitimos a nuestros primos
a nuestros amigos del barrio
Bajo esa lección crecimos
a fuerza de codazos y mordiscos
De grandes, como para caer bien alto del piso
sometimos a otros niños, tal vez nuestros hijos
Por el bien de ellos los encarrilamos -la senda del juicio-
como nosotros lo fuimos
por alguien de quien nunca supimos
si acaso que nos daba miedo
No podrían ser nuestros padres
ni nuestros abuelos, menos el buen vecino
-Ellos jamás se meten en eso-
Nadie que nos amara lo habría hecho
tal vez alguien enfermizo, quien nos dijera
–ese fui yo- quien le torciera el cuello a los polluelos
algún loco que halló el susto y le dio gusto, placer
retroceder ante el abismo
quien con ello obtuvo juguetes, más tarde vacas
tierras, sexo, fichas y mucho respeto
Un ejemplo de belleza y comercio, de mundo.

Vértigo
Ninguna ilusión como la recaída para retraernos
para envolvernos en una burbuja
–Huevo que rueda por la calzada-
La verdad, nunca hemos terminado de caer por primer vez
Cuando llegamos aquí –que no es mucho decir-
nunca hallamos el fondo
Somos puro desmoronamiento, galleta y turrón
Quien lo hace, de seguro germina
La recaída es un modo de hablar
una expresión fatigosa, reiterada
que tiende a debilitarnos en penoso abandono
La ilusión del piso es la peor
produce toda esa sensación
de que hemos estado en algo y se nos escapa.
El Nudo
Por las mañanas, luego de bañarme
pienso que ese día puedo morir
Busco mi mejor ropa interior –limpia-
Tal vez por ello mi estómago y mi uretra se resienten tanto
mis innumerables vueltas al baño antes de salir
por fin, la proximidad de algo definitorio, lo decisivo
mi nudo, mi polvorín, me hace sucumbir
Si salgo antes que ella, tiendo mi cama, salgo
salgo ahogado en perfume, oliendo a cremas y desodorante
con la imagen mía de los cuatro ángulos
Por cuatro veces estás bien: mente, alma cuerpo y espíritu
Hago unas maromas pugilísticas
Omito santiguarme –mi madre está viva- beso a mis hijos
Si ella está, ni la toco
no sea que despierte al dragón y me calcine antes de irme
por secarme la última gota de veneno
las pocas fuerzas que permitan mantenerme en pie
para despedirme hacia un rumbo
del que quizás nunca regrese.
El Impermeable
Antes de salir a la calle, a trabajar
uno de los dos –quien se queda-
toma la precaución de chupar al otro,
de amasarlo al horno
de lamerlo cual caramelo, de los pies al pelo
Se lo saliva bien, envuelto con una firma en el cuello
en un brazo, en el muslo –no está de más-
No hay que confiarse de los gritos
Si los ojos quedan bizcos, es un logro sin precedentes
una garantía envidiable, que a quien sale de último
lo hace caminar seguro, con orgullo
–No importa lo lejos que vayas
al menos por hoy eres mío o mía-
Si se nos ocurre morirnos ese día,
sería una inmejorable impronta
una postal para toda la vida
El agradecimiento es mutuo, somos lo que esperábamos
No es recomendable salir juntos cuando pasa esto:
se empalaga uno
Pero no siempre se tienen los mismos ánimos
y el oficio suple unos minutos
así surgen los hijos del gallo en su patio
Ella lo sabe, toma sus prevenciones,
se duchan –no sé cuánto más hacen-
En nuestro caso comer bien, es suficiente ,
vestirnos nos dará otro semblante
Ella y yo, antes de salir al mundo,
fraguamos una vacuna antivirus
un bloqueo al mutante, que cada día ha de renovarse.
Duplex
Lo mejor para dormir, lo ergonómico, lo yoga
es un cuerpo de mujer
sus almohadas, su rumor, su aliento
la playa, o las dunas de su cabello
la batea en que se mecen sus olas
La cama es importante, las sábanas, un cojín
Pero un cuerpo de mujer, es esencial
No sé cómo hace ella para echarse sobre mí
y derramarse con esa mano extendida de auxilio
crispada al colchón, y la otra, incriminándola
encogida sobre algo, el puchero de su boca
Ella, aterida, contra la pared del cerro
sin jamás caerse
por lo más empinado que yo esté
He de estar indispuesto para espantarla
Algo me ha de doler
No soporto ver sus escombros allá abajo
recogidos: un montoncito exánime a mis pies
esparciendo cenizas.
La Piel
Dicen por ahí que el cuerpo se me va
el ojo se me sale
mientras hablo o camino
que escucho voces -Coro de ángeles-
y converso a mitad de calle
que espero una mujer en terrenos baldíos
lejos de las paradas y de los comercios
y más lejos aún de los parques
Que les sonrío a los niños
a sus tiernas edades les hago guiño
acariciando sus partes, ganando el descuido
que me babeo por ellos
y no soporto la mirada de un hombre
–de uno que ladre-
Que hiedo, que mi ropa es repugnante
que los autobuses pasan de largo
para no incomodar a sus pasajeros
pues mi conversación acerca de la vieja ciudad
de los antiguos gobiernos, agota
No soportan mi estilo de sentarme
como lo ha de hacer un caballero
un anciano que tiene sus modales y recuerdos
que le intimida el bullicio
que a sus años siente frío en los huesos
y sin embargo puede saludar lo nuevo
en la ternura de un niño.

Tambores
Negra, ven acá, hazme caso
Sígueme, empaca tus cosas
A este desierto absurdo
ningún hombre después de mí vendrá
-¿me oyes bien?-
Ningún blanco como yo te sabrá amar
ningún negro sabe lo que yo
Viajaremos a Suramérica, allá seremos iguales
bailaremos la Salsa o el Son
De ese ritmo latino saldrán nuestros hijos
muertos de risa
Serán tuyos también
Aprenderemos una lengua en común
desde allá podrás escribir a tus hermanos
que puedes andar con tu tigre tomada de la mano
con tu vellocino dorado
Allá nuestros curas se casan, no da asco
Hay vehículos que suplen a estos pobres caballos
el agua llega por tubos y no por sus cabezas
estas la usan para sonreír todo el tiempo
Tienen un juego que le llaman Monopolio
donde los mismos siempre gana
Son muy vistosos, para ellos todo es revolucionario
Se alegrarán de conocernos
son cariñosos y apasionados
Por todo se bañan, el agua abunda
algunas veces los inunda
Hay quienes se pintan
Por cualquier motivo marchan
son chismosos –te entretendrás-
Con la autoridad y los malandrines, podrás entenderte
Si pagamos, no te sacarán por los cabellos de la casa
Con mi dinero allá, Negra, seremos felices
Podrás gritar cuanto quieras
golpearme si lo deseas, si se te antoja
aunque allá como aquí
puedo desaparecerte sin que nadie lo sepa.
El hijo de Zeus
Padre, vengo a tu templo a contarte
Soñaba que era un superhéroe
Me encontraba dando un banquete
Yo podía volar de un lado a otro
me hallaba con las más bellas chicas
–eso fue lo que siempre oí de ti-
En un antojo me aparté para ver al resto de los invitados
que se entretenían en mi estancia
Fui a saludarles –eh, aquí está el superior-
para que vieran lo distinto que era de ellos
lo inatrapable, lo inasible
Subí a lo alto del cielo
desde allí pude divisar que en mi alberca
Debido a un juego, varias personas se ahogaban
quedando atoradas al otro lado de la fuente
Como un ángel bajé, vestido de blanco
Al borde del estanque luché por quitarme el reloj
que no me lo había regalado mi madre, ni mi esposa
pero como era un sueño ellos podrían esperarme
La verdad es que no sabía si el que cargaba, era el automático
el vulnerable al agua, el más costoso, el de oro
o el de batería, resistente a las profundidades
Entré al agua, pero al contacto ya no era un hombre
ni supernada, sólo una dama
la madre que hacía esfuerzos por rescatar a su hija
quien desesperada pedía auxilio desde el otro lado
Oí dentro de mí un razonamiento
–¿pero esta Vieja, no sabe que es inmortal?
¿Por qué no se mete bajo el agua y la salva?-
Quise volver a ser yo, el superhéroe
romper con mis manos la brecha
Recordé que en los momentos de apremio mi voz
era la de esa niña y la de su madre, la mía
Nunca pudo ser la tuya, padre, porque no te conocí
no estuviste allí cuando necesité de tu imagen
Esto me hizo despertar
Además, por dos detalles importantes que hacían increíble la historia
Uno, ¿cómo era que había entrado allí la chica
si mi mano difícilmente cabía por la rendija?
Dos, ¿cómo, desde el otro lado lleno de agua
ella podía comunicarse, gritar y escuchársele?
Por ello prefiero las niñas, sus maneras
excluyo a los chicos, en quienes no me confío
Porque tú me negaste, padre
Los ahogo antes de que vengan al mundo
Amo a todas las mujeres, sin dejar ninguna de lado
sintiéndome seguro entre ellas
e infeliz cuando se distancian para saludarme
¡OH, padre, cómo me ha costado ser hombre entre los mortales
en este tortuoso desastre
después que de tu reino me has echado
sin dignarte a escucharme!

La Figura
Todo ser que se haga pasar por niño -no siéndolo-
merece mi desconfianza y desprecio
Entre ellos los gatos
que imitan el llanto de las criaturas para atraer a los incautos
en especial las jóvenes madres
quienes corren a albergarles
a servirles leche para socorrerles
Mientras estos felinos lamen complacidos
examinan el lugar, para luego caminar estilizados
recorriendo sus dominios
Sólo los sorprende que consigan otro dueño
uno como ellos
así sea de humano su cuerpo
En la primera pelea se sabrá el resultado
La imbecilidad de los perros no cuenta.
Alquimia
Estoy tratando de cambiar la química de mi corazón.
El odio en que se mece
crea una sustancia insostenible
Mantenerse en pie, con eso allí dentro
no deja límite, rebasa
En principio uno lo oculta con envidias
con maquillajes, nauseas y caprichos
con poemas, fantasías y sueños
que comenta y comparte, examina y justifica
Todo análisis es intento de salvarse
-Ey, no soy yo, es el de la esquina-
La nobleza y el crimen tienden a emparentarse, algo sutil
La belleza se trastoca en maldad
Sin darte cuenta amanece, como cae el telón, anochece
Comienzas a maldecir, el vituperio
es sólo simple estornudo
-No soy un maldito- te dices
hasta que lo vas asimilando
y se convierte en tu razón de ser
El odio como el amor es destructivo
sólo que éste crea una escuela de terror
En privado uno se escucha
-Me quiero como morir-
El dolor para el amor es otra cosa
es lo que trato de entender pacientemente.

El Faro
En ocasiones me pregunto
¿qué me despierta y me levanta cada vez?
Cuando niño uno lo hace sin sospecha
hasta que presencia algún crimen
y el estupor se cuela por nuestras rodillas
Cada día se suman los desafortunados
Hay quien piensa que mezclarlos los ayuda, los enseña
-Así aprenden de política-
Como quieran, la Patria, la grande
es un trapo pasado por un pozo de sangre
lo demás es chisme, caravana, marcha
Pero, ¿qué lo hace a uno levantarse, discurrir?
Uno habla lo que siente, eso se espera
si duda, uno se calla, ya no decide tanto
Con el trato uno capta que ello es trampa
en persona y manada esto se aprende
No hay espacio ni lugar donde asirse
Más allá del vértigo y de los sueños
se halla la verdad de todo esto
Es un gran vacío y libertad
a los cuales me empeño en poner límites
En ello ha de consistir este ejercicio
de pararse a trabajar al menor aviso.

En tu ausencia, Amelia
La quise, mucho
pero aquello que tanto me gustaba
francamente hoy lo detesto
La quiero lejos de mí, la aparto
como cuando uno se libera de la esperanza
como cuando con toda razón se mata
Esa parte intelectual, competitiva
su dulzura a flor de labios
la seriedad con que me mantenía a raya
fue el sutil dardo de su emboscada
-A mí no podrás tenerme- eso emanaba
Pez que imanta, manta ralla
Pintor y fotógrafo al fin, la llevé a mi casa
En mi sala la mostré
para estrenarla con mi familia, con mis amigos
confiado la paseé por la cocina
y de ese calor se corrió a mi cama
Instalada allá, comencé a saber de ella
de sus investigaciones, estudios y pesquisas
Su trabajo, horribles persecuciones que no pude
sinceramente, no pude comprender
¿Cómo aquella hermosa mujer, lunática, conmigo quería casarse?
La quise, y ahora la amo con todas mis fuerzas.
Rancheras y Vaqueros
Una vez que se ha estado en la cama con ella
después que se le ha querido como se puede
en la desmesura de nuestras fuerzas, al marcharse
uno debe cuidarse de no dejar entreabierta la puerta
-No importa quién venga-
Por más que se objete, o hechos los tontos, los serios
en un tris estaremos de vuelta
Los argumentos que demos del recuerdo y del olvido
la prenda, el insulto, el período
serán evidentes debilidades
Con un solo gesto seremos suyo, para lo que quieran
si acaso, podremos sacar la cabeza para respirar
En lo adelante tendremos su olor
Por envidia, sus amigas nos coquetearán
–no es el juguete que ella se cuelga-
son sanguinarias con sus souvenir
Nos exhiben como carne de cañón
La violencia física a la que nos exponen
siempre nos ha confundido
Nos llamamos guerreros, valientes, brutales
cosa que ella aprueba con su silencio
–Soy tu esclava, mi negro-
De ello nos damos cuenta ya tarde
cuando ya no queda otro camino.

Enemigo Nº Uno
Hay un ejército importante, de ustedes
que ha sido maltratado, vejado
malquerido en su amor propio
que se reúne, al menos una vez al mes
en torno a una mesa
y al calor de una botella de vodka
nos despelleja y vitupera
¡Qué no dicen de nosotros, el enemigo
de nuestra prepotencia y oprobio
quienes les robamos el candor, su fe
para ser remplazados por el chisme
ese suceso que apura el trago o el jalón del cigarrillo
que se comprime ahíto
todo un diamante en vilo
todo un cuchillo adentro, en una balada de amor
entonada por un afeminado, a quien su padre no crió
a quien ustedes siempre identifican consigo
pues aunque canta con voz de hombre
el tipo es una dama!
Un número importante de ustedes
nos ha abandonado por completo
prefiere acariciarse en nuestra ausencia
sin la brusquedad de no tomarlas en cuenta
de no atenderlas cálidamente
por suponernos montados en yeguas salvajes.

Luna Negra
Todos buscamos en la vida un secreto
que nos haga y destruya a la vez
de un golpe, de un solo sablazo
de unos lazos agudos, candentes
Nuestra vida es parirlo a fuerza de espera, de rito
Aquello que nos derribe marchando
echando los dados de un tiro
indolentes experimentados
El lunar nunca deja de sorprendernos
sin embargo, a él nos debemos
Lo ocultamos por gusto
nunca queremos abrirlo de un todo
prefiriendo pensar que todos así lo tenemos
que viajamos igual hacia un mismo destino
Siempre hemos deseado morir
morirnos a cada rato
a cada salto de agujas sobre el disco
la mecha común del recuerdo
el limbo de cera que es hueso, de pie o acostados
aguardando el tiempo para ser agitados
para ser prendidos en el delito
el arpón entre amigos
el cordón entre esposos e hijos
el susurro del nieto al abuelo
Al través de esta vela zarpamos
simulando unos cuerpos, un brujo.

Robinson
A comienzos de este siglo, difícilmente
el naufragio se refiere a que te pierdas
en una isla del Atlántico o del Pacífico
Hoy ello nos suele ocurrir
en la aparente paz de nuestra casa
a golpe de 1 o 3 de la madrugada
cuando acostados planeamos una ruta placentera
De pronto nos vemos instados
por las olas de las sábanas y el clima
a un peñón de árida tierra
Sucede que en el sueño
los cambios de control o de mando
a menudo nos traen cierta turbulencia y
si el Sujeto se asusta y pierde la confianza
sobreviene el accidente, la caída
luego se aterriza, se sulfea aguas arriba o abajo
de pecho, de espalda, de caderas
rodilla con rodilla, de cabeza
Este hecho no es exclusivo de quienes viajan solos
en ocasiones es nuestra compañía
quien nos arroja por la borda
o es quien nos rescata entre sus brazos
y con afecto nos da la bienvenida
como que a veces nos despertamos
con un Viernes que no amamos, o sí
en un mundo apartado e inhumano.
Decir Algo
He escuchado grandes palabras
como niño, hembra, flor y ventana
Como he oído sonar otras
francamente huecas
como esencia, conciencia, justicia y alma
Otras, que después de la pasión
nos desencantan, nos desinflan
ellas son patria, guerra, crimen y audacia
Hay otras de una insipidez
como soledad, casabe, marihuana y agua
Hay palabras de gran sustancia como sal
sexo, rabia, casa, melaza y salsa
Hay de las que no entiendo nada
vida, dios, salud y muerte
Hay otras plenas de aburrimiento como lo son
cigarrillo, martillo, intelectual y porvenir
Están las palabras, para mí, graves
serias, de un claro oscuro, profundo e inminente
como libertad, albedrío y montaña
Para finalizar, hay otros vocablos que cansan
hacen daño como la intolerancia
rosario, deber, dictado y copia
Sin embargo hay unas palabras mágicas
como recuerdo, sonrisa, olvido y campana.
Astros y Estrellas
No pienses- dice el brujo
Está oscuro
enciende un tabaco o su pipa, aspira
Siento la nube de humo
Lanza unos dados
unas piedras o unas cartas y escupe
oigo chasquidos, balbuceos
Me da una palmada en la cara, despierta
-que el sueño se vaya- sentencia
Con estarme tranquilo tengo.
El camino está lleno de piedras
Se me ocurre decir que hay desiertos
que es hermoso pasearse por ellos
Me regaña, no se está hablando de eso
Es mi alma un vaso de agua
precipicio, una roca cayendo, dislocada
Le pregunto si hay un fondo y me contesta
El que quiero, es imposible
Caeré aún después de muerto
cual viajero errante, eterno
sin llevarme nada conmigo
Mareado me retiro.
Tonterías
Sólo el torpe necesita de leyes
que ha sido zarandeado
una y mil veces, una noche
quien requiere de una prueba fehaciente
de una tesis, de argumentos y menciones
de una orden para actuar
Sólo el torpe dice que decide
que es su gusto lo que elige
y se mata lenta, rápidamente
Sólo él lleva su rosario de cruces
dora su píldora, frota su gema
esperando que le abran la puerta
que lo inviten a la fiesta, que le digan
–este es tu trabajo. Hoy comienzas-
Sólo él manda, siempre enseña
Sólo el torpe va a la mesa
se sienta y espera a que le sirvan.

Orgánico
Estuve en la casa del terror
El olor nauseabundo congelaba mi olfato
lienzos pintarrajeados derrumbaban las paredes
representando escenas e imágenes aberrantes
gente grotescamente desnuda
el piso infectado de plaga activa
Ignoro la circunstancia de que yo pernoctara en esa estancia
en un catre, con tres personas más
durmiendo con tres mujeres en perfecta incomodidad
A media noche
lidiando con una que se enrollaba como un caracol
cual piedra en mitad de la cama
de mi estómago descompuesto de un todo
y qué decir de mi corazón
que sufría el recinto en amarga humillación
En el fragor de la madrugada
me decía con agónica insistencia
Así no se puede vivir.

Prisma
Me he entrevisto congelado ante los míos.
–Mi carroza-
en una nube compacta de hielo
bajo un frescor alucinante
El enigma, si hay uno
es ese respiro mentolado, esquimal
invadido por la luz
que se atornilla de ventana en el semblante
eclipsado en la pupila por una mariposa.

Amago
Me he imaginado,
¿qué tal me vería de loco
parado en la esquina, astroso
hablando solo, riéndome, descalzo
sobándome la frente, reconviniéndome
mientras me rasco allá abajo
con mi olor propio
caminando por la plaza
mientras llueve, patinando, divertido
gozándome de que no haya niños, ni palomas
ni energúmenos que hacen vida murmurando
Tal vez no tendría un espacio
no sería el loco del puente, ni del abasto, ni del malecón
pero sí de la plaza, de los cines
Recogería los diarios dejados y cazaría asteriscos
Lloraría por los aplausos
Pediría velando
No sabría, como ahora
por qué lo haría
pero lo haría encantado
Me gustaría hacer de cuenta que hago mercado
conduzco un coche de comida, imaginario
que miro precios, marcas
echando pestes por el maltrato
Sería tímido, cauto
Nunca atravesaría una conversación
No avisaría con tos
Me orinaría allí mismo
antes que cruzar un discurso empalabrado
No haría caso a la autoridad
continuaría mi paso, esperando el dardo.

Mientras
Hoy me dejas y me enfrento a otro momento sin ti
otros lugares sin tu olor a aserrín de vinagre con trigo
Tal vez me recuerdes ahora mientras voy en el tren
cuando veo el pasar de la casa
y las cosas que hay en mí de ti
vallas y calles que me atraviesan
el final de la autopista
Tal vez me pienses mientras te acuestas
y me tocas cuando te arropas
como lo hago yo ahora
como algo que estuvo y se reitera
e igual se suelta mientras suspiras cual delfín o ballena
Eso que duele y se transforma
en un punto negro que anula
remontándose a unas escenas
a unas imágenes que se congelan y queman.

La Voz
Mi lengua se duele de ser voz, mensaje
Se abstiene de sabores
se cuida de mi pecho
de mi sangre y de sus venas
Mi voz duele, zumba
dentro y fuera de mi cabeza
Irrita, rompe mis ideas, mis cristales
Hace que mis sentimientos no cumplan
no asuman, no acudan a su hoguera
Mi voz todo lo desarma
mi nombre y el tronco que la infecta.

Siluetas
Sí, yo me recuerdo en la fiesta contigo
tu ser fulgurante danzando entre máscaras
y yo haciendo comparsa en tu harén
Yo me recuerdo reír, saltar
mecerme contigo en las calles y cuartos de hotel
buscando en el ocio tu nácar
tus alias, tu apodo entre amigas
Yo me recuerdo siguiendo tus pasos de arena
las puertas que abrías
mis vueltas de borrón y cuenta nueva
Sobre todo, recuerdo mi pena sintiéndote a solas
chorreando en la culpa
ajustando tus cosas de manera obsesiva.

Una Aguja en el Corazón


Ella no me dice nunca que me quiere
solo la veo sonreírme, acercándose
tomando tequila conmigo
quitarse la ropa ante mí con toda naturalidad
mordisqueando mi pecho como un gran reptil
Solo la veo mirarme como lo hacen los criminales
darse la vuelta y luego contonearse
dejándome exánime
con la estela brillante de su negra cabellera
No sé si me ama
aunque se cuelga a mi cuello y brazos de manera constante
arrebatos que no dejan de sorprenderme
de indicarme que algo le ocurre conmigo
Me pregunto si ella iría al río y allá, con tierra
lavaría mi ropa con sus manos
Si me permitiría realizar en su cuerpo desnudo el ritual
los conjuros que hace la gente ociosa
Probarla de todas las formas posibles
hasta llevarla a ese placer y dolor
que desmaya, que vence
Partirle el alma para hacerla mi esclava, mía
Y al fin poderle escuchar allá abajo
en el fondo del hueco de mi corazón
que sí está conmigo.

A Karolix Zambrano

Un Hombre se solicita

Ando buscando un novio para mi amiga Silvia


uno que la quiera como es ella de loca
con sus cabellos alfilerados
con su mirada infinita girando como la luna
arrastrando sus pantalones como una sirena
y esos suéteres tortugas que tan bien le quedan
Uno que la lleve a pasear
y le escuche lo que tiene de sí
hasta hacerla aullar
que la acompañe en su herida, que la cure toda
Un hombre que la derrumbe
que arrase con ella
que la lleve con suavidad intempestiva hacia la bruma
a la espuma de una playa distendida
donde ella pueda flotar bajo un tranquilo cielo
y allí en ese olvido de todo
él cual tiburón le muestre su sonrisa halagadora
ésa que la inste al peligro de ser otra persona
¡Cómo se contentaría
su frente transparentaría ese lunar emocional
subiría el mentón y en la mirada
tendría esos flecos de carnaval
que ella despliega cuando está eufórica!
Comenzaría a golpear a sus amigos con ternura
en vez de fumar aplaudiría
porque ya más nunca como mujer estaría sola
Sé bien que ese hombre vive
que está cerca de ella
dándole vueltas y que ella
no lo ve comprando cosas
alquilando películas violentas
Sé bien que hay una ventana para mi amiga Silvia
donde podré encaramarme, subirla a mis hombros
para que pueda verle y enamorarse de ese hombre
de una vez por todas.

El Dado
La causa de este cuerpo es el contacto
el tuyo con el mío
el de lo otro que pasa como un mar
Como mi alma su forma, su drama
aquello personal, circunstancial
La luz, ese espíritu burlón que me levanta
que me conmina a andar.

Hongo
Hoy comienzo a verte desde afuera
desde el afuera que me asignas
aunque es la misma locura
sentir y pensar que se está adentro
al calor de una sombra púrpura
Sólo ahora lo comprendo
A ese lugar distante me has condenado
Un hombre como yo no merecía otro trato
alguien que lo quiere todo
no conoce de recato
de espacios ni de tiempo
Eso una buena mujer no lo tolera
por mucho que nos ame, que nos adore
No lo soporta
Al principio le parecerá intenso, febril, alucinante
pero llega un momento humano en que el animal se agota
Ella necesita recortar su falda
ajustar su cola, tomar el té, pasear la mascota
Lo que ella se tarde, es su problema
Mientras, uno tiene que descargar las maletas
silbar, mirar la luna, o en todo caso
ella nos envía una amiga para que nos entretenga
Este último servicio, entre risas, uno no se lo explica.

Crepúsculo
Sabroso preguntar y luego hacer la siesta
pasear por el jardín tranquilamente
El sueño viene siempre colgado de respuestas
La máscara es un juego, un baile de figuras
una danza impecable llena de miradas
El sueño es el balcón donde todo pasa
y se sueltan las manos
de los dados que lanzan.

La que se fue a donde falta


Al fin hoy recoges tus cosas y me dejas
descansas de mi mala cara y de mi risa
de mi perra loca que te pone a limpiar de madrugada la sala
de mis nostálgicas borracheras con Diana
la del piso de abajo, la que se menea cuando pasas
Mis golpes fueron simples sacudidas
caricias que hoy te despiertan
–Tú no eres gafa-
Recuerdo el pollito que hacías en la cama, la ranita
aquel grillo que se subía a mi espalda
Bajo las sábanas, ¡cómo inventabas!
Prefieres buscar tus maletas después
mientras yo esté fuera
Para barrer de tu presencia lo que amas
los CDs que nada más a ti te gustaban
las novelas rosa y el odioso Kafka
tus absurdas pinturas
aquellos cursis poemas regados en la computadora
que seguro extrañaré como esa explicación
del porqué no bajabas la palanca de la poseta
con tu jajajá desdeñoso, el hermetismo de tu ira
El recuerdo de tus lágrimas suplirá mi alcohol
serás mi botella que nunca acaba
como este suspiro, esta balanza que me hace decir
–Hoy por fin te marchas-
y me ocupo acá afuera para no volver a casa.

El Doble
El haber sido otro que no me esperaba
contento me despierta
No me importa si cometí un crimen
si fui incesto, homosexual o sí asisto a una catástrofe
–lo que se desea es indicio de un rechazo-
El temor como mis deseos me dicen
Ser otro en el sueño es para mí una aventura
levantarme bañado en sudor, ansioso
vigilante, ir al espejo a curarme
tocar mis partes
Haber sido amputado es una experiencia única
Magnífica la condena, con su juez inmutable
La culpa y su absolución, dan cuenta de mis excesos y límites
Cuantos soy, no me importa
Saludo a todos en mi cama
los atiendo sin sospecha
Su visita no me inmuta, que entren,
que tomen lo que quieran
que me tomen por asalto
que me castiguen o me salven
Soy suyo con ternura
Mis amigos muertos, bienvenidos
podemos llorar y reír nuevamente
pasear una vez más
Extraordinaria la ira, la calumnia
para columpiarse en su parque
El escarnio es un baño irrechazable.

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