LA NIEVE

Determinar el origen etimológico de la palabra nieve es sencillo, ya que

claramente procede del latín. Concretamente deriva de “nix, nivis”, que, a
su vez, emana del griego “nifás”. Este puede traducirse como “copos de
nieve”.

Nieve es el nombre que recibe el agua

congelada que, en estado sólido, cae de
las nubes debido a un fenómeno de la
meteorología. La nieve se compone de los
cristales helados reunidos en copos que, al
descender sobre la superficie terrestre,
cubren todo de un manto blanco.
La caída de nieve se conoce como nevada. Este fenómeno es frecuente en
muchas regiones que se caracterizan por tener bajas temperaturas, al
menos durante la temporada de invierno. Las nevadas, cuando son
abundantes, pueden dañar la infraestructura de una ciudad y obligar a
interrumpir las actividades cotidianas.
Una de las particularidades de los cristales que componen la nieve es que
tienen una estructura fractal. Los fractales son formas geométricas que
se reiteran a distintas escalas, generando un efecto visual muy curioso.
Muchas ciudades tienen a la nieve como principal argumento para atraer
el turismo. Es que la nieve permite practicar deportes como el esquí o
el snowboard, además de producir paisajes muy pintorescos. Es
frecuente que las personas, por otra parte, se diviertan jugando guerras de
nieve (arrojándose bolas de nieve a modo de entretenimiento) o creando
muñecos con el agua congelada. Por ejemplo: “Estas vacaciones vamos a
ir a ver la nieve a la Patagonia”, “Mirta siempre espera que comience la
temporada de esquí para viajar a los Alpes y disfrutar de la nieve”.
Sin embargo, como decíamos líneas arriba, la nieve también puede
producir daños en las viviendas, el cableado eléctrico y
las telecomunicaciones, lo que hace que se convierta en un potencial
problema, sobre todo en las regiones más carenciadas: “Un temporal de
nieve dejó incomunicado a una población de montaña en la cordillera”.
No podemos pasar por alto tampoco que el término nieve se usa con otros
significados, en diversos rincones del planeta. Así, por ejemplo, en países
como Puerto Rico y México se emplea como sinónimo de helado.

En un lenguaje coloquial además se suele utilizar como sinónimo de

cocaína.

Existen, de igual modo, términos de más de una palabra que emplean la

que ahora estamos analizando, como sería el caso de los siguientes:
• Pozo de nieve. Este viene a ser una excavación de ladrillo y piedra que se
construía con el claro objetivo de poder guardar en ella toda la nieve caída
para luego su agua ser utilizada en épocas de verano, donde las lluvias
escasean.
• Cañón de nieve. En las estaciones de esquí, en épocas donde no se
producen muchas nevadas, se suele recurrir a este dispositivo que lo que
hace es lanzar nieve artificial a las pistas para que así se puedan seguir
practicando deportes como el esquí o el snowboard.
• Bola de nieve. Este término tiene dos significados diferentes. Así, por un
lado, se usa para referirse a un asunto que se ha complicado en exceso.
Mientras, por otro, es el nombre con el que ha sido “bautizado” un
arbusto también conocido como mundillo, que es propio de España y que
destaca por sus enormes flores blancas.