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Sanación con el poder de la Alabanza (1)

Hoy comenzamos una serie de mensajes sobre el poder de la alabanza, es decir, como cuando alabamos al Señor nos abrimos a su
acción y a su poder en nuestras vidas

Seguramente la gran mayoría de nosotros damos gracias a Dios cuando algo bueno nos sucede.
Eso es muy natural y la inmensa mayoría de los creyentes lo hacen.

Pero quizá a muchos pueda parecerles algo extraño o inadecuado alabar a Dios y darle gracias cuando nos sucede algo malo, o
doloroso como una enfermedad, perder el trabajo, ser víctimas de una injusticia o atravesar serias dificultades a nivel familiar o
emocional.

Cuando este tipo de cosas nos sucede, la tendencia de la mayoría es lamentarnos, quejarnos.

¿Cuántas veces, querido hermano y hermana que me escuchas, en medio de tus sufrimientos te has quejado y has dicho frases como
esta: “Dios me abandono”, “¿Por qué me pasa esto a mi que no hago mal a nadie?”, “Que desgracia la mía”?

¿Cuántas veces en medio de los problemas familiares te has quejado diciendo: “A mi marido no lo cambia nadie” “Este hijo que
tengo no sirve para nada” “Siempre lo mismo”, o frases similares que solo dejan mas amargura y pesimismo…

Y quizás parezca lógico celebrar lo bueno y lamentar lo difícil, pero lo cierto es que la lógica mundana es muy distinta de la lógica
de la fe. Y la lógica de la fe está enraizada en la Palabra de Dios.

La palabra de Dios nos dice en Rom 8,29

“Sabemos que Dios dispone TODAS las cosas para bien de los que lo aman”

Entonces si decimos que creemos en Dios es porque el es nuestro primer amor, y si le amamos sobre todas las cosas su palabra nos
asegura que todo cuanto pasa en nuestras vidas es permitido para nuestro bien, es decir, forma parte del plan de salvación que Dios
tiene para cada uno de nosotros.

Y entonces, si esto que hoy nos sucede es para nuestro bien y salvación eterna, ¿por que mejor en vez de quejarnos y renegar de
Dios no le alabamos y bendecimos y aceptando su perfecta voluntad le agradecemos por todo cuanto permite para nuestro bien?

Muchos de nosotros

Alabar significa ensalzar, celebrar, aclamar expresando aprobación.

Entonces cuando alabamos a Dios significa que aceptamos lo que ocurre en nuestras vidas con aprobación porque reconocemos que
forma parte de su plan maravilloso para nosotros.

Alabar a Dios implica gratitud y alegría

1 Tes 5,16 nos dice:


“Estén siempre alegres, oren sin cesar y den gracias a Dios en toda ocasión; ésta es, por voluntad de Dios, su vocación de
cristianos””

La alabanza es una forma de expresarle a Dios en nuestra oración que le amamos y confiamos en El, que creemos que El todo lo
puede, que nos reconocemos sus hijos amados y que El siempre está con nosotros.

Cuando le alabamos también reconocemos que la victoria siempre será de Dios y


porque como dice Apocalipsis 17,14 el es “Rey de reyes y Señor de señores, y con él vencerán los suyos” Por eso cuando alabamos
a Dios caminamos como dice el salmista en el Salmo 18, 51 de victoria tras victoria

Cuando alabamos al Señor reconocemos que el está por encima de todo y que es mas grande y poderoso que nuestros problemas y
nos abandonamos como niños en brazos de un padre amoroso.

Ese Padre es Dios, y te ama personalmente.


Lo único imposible para El es dejar de amarte

Por eso te invito esta noche a que le alabes de todo corazón


Por eso te invito esta noche a ponerte en su presencia
Piensa por un momento en esa dificultad que estas atravesando en tu vida…
Esa enfermedad, ese problema familiar, ese problema económico...
Ese cansancio que quizás sientes en medio de la rutina de la vida,
Ese desánimo que quizá te produce ver cuan difícil se te hace comunicarte con tu esposo, con tus hijos, cuantas peleas, discordias,
cuanta incomprensión…

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