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Wilson Loor

Diego León
Gonzalo Lozano
Nayib Jiménez
Juan Aldaz
Podemos decir que la biología es una ciencia antigua, debido a que el hombre
empezó a catalogar a los seres vivos y a estudiar su estructura y función, desde
hace muchos siglos.

La biología se ha desarrollado a lo largo del tiempo, gracias a las aportaciones de


notables investigadores, que dedicaron su vida al estudio de la naturaleza. Se suele
reconocer a los griegos como los primeros biólogos. Ellos clasificaron a los seres
vivos en dos reinos: animal y vegetal. Otros biólogos podrían ser los aztecas,
quienes reflejan el estudio del medio ambiente, en su uso y los beneficios que se
podrían obtener de él. Los incas por su parte, enseñaron a los mapuches a usar la
papa y mantener el ganado de llamas y alpacas.

LA EDAD ANTIGUA (HASTA EL SIGLO V)

Hasta la época de los griegos, la Biología era de carácter popular, exceptuando


quizás los pueblos de Egipto y Babilonia, donde, en relación con la medicina y el
embalsamamiento de cadáveres, se consiguieron importantes avances en Anatomía
y Fisiología animal y humana.

Como ciencia, la Biología aparece en Grecia, siendo Galeno el primer fisiólogo


experimental; su estudio se fundamentó básicamente en nervios y vasos sanguíneos
en animales. Durante 1300 años nadie se atrevió a contradecir sus descripciones de
anatomía humana que, sin embargo, basadas en disecciones de monos y cerdos,
tenían muchos errores. Hizo esto pensando en un paralelismo entre estos animales
y el hombre.

Seiscientos años antes de Cristo, apareció en la isla griega de Cos la primera


escuela dedicada a la Medicina. En ella destaca Hipócrates quien consideraba que
las enfermedades eran procesos naturales que había que combatir ayudando a las
propias fuerzas curadoras de la naturaleza.

Aristóteles puede ser considerado como el primer biólogo. Estudió las semejanzas
y diferencias entre las diferentes especies de seres vivos y realizó una primera
clasificación, introduciendo términos como el de animales con sangre y animales sin
sangre (equivalen a los de animales vertebrados y animales invertebrados).

LA EDAD MEDIA (SIGLOS V-XV)

San Alberto Magno, realizó una clasificación de las plantas, según sus hojas y
frutos, escribió una obra sobre animales en 26 tomos, descubrió la función de las
antenas de las hormigas para su comunicación, la forma de tejer de las arañas, la
necesidad de incubación de los huevos de las águilas, etc.
Roger Bacon, fue partidario de que en la investigación científica los razonamientos
teóricos nada prueban y que todo depende de la experimentación.

LA ÉPOCA DEL RENACIMIENTO

El Renacimiento tuvo su cuna en Italia y allí donde surgieron los primeros trabajos
científicos serios, como los de Leonardo da Vinci, que extendió su curiosidad
investigadora a la anatomía humana e intuyó la larga duración de las épocas
pasadas, y los trabajos de Andrés Vesalio, que basó sus estudios anatómicos en la
disección de cadáveres.

En esta época, el aragonés Miguel Servet descubrió la circulación sanguínea y


William Harvey completó este descubrimiento y demostró el mecanismo de la
circulación sanguínea en los circuitos mayor y menor. Los siglos XVI y XVII
estuvieron muy influidos por el descubrimiento de América. Las nuevas especies
de plantas y animales polarizaron el interés de los naturalistas, entre los que
destacaron los sistemáticos John Ray y Tournefort.

Galileo Galilei fue el autor de la primera Historia Natural de América. Entre los
científicos más importantes de esta época destacan Red, que se declaró contrario
a la generación espontánea; los hermanos Janssen, que inventaron el microscopio a
finales del siglo XVI; Malpighi, que descubrió los capilares sanguíneos, los alvéolos
pulmonares, la circulación renal (pirámides de Malpighi), etc.; y Robert Hooke, que
introdujo el término célula.

Carl Linnéo estableció la primera clasificación de los organismos que no fue


superada hasta el siglo XVIII; una clasificación basándose en el concepto de
especie como un grupo de individuos semejantes, con antepasados comunes.
Agrupó a las especies en géneros, a éstos en órdenes y, finalmente, en clases,
considerando sus características.

EL SIGLO XVIII

En el siglo XVIII, la mayoría de los científicos eran partidarios de un cambio:


frente a las ideas anteriores, consideraban la ciencia como la única vía objetiva de
conocimiento. Este espíritu quedó reflejado en la Enciclopedia de las Artes y de
las Ciencias de Diderot y D'Alembert, obra en la que se resumió todo el
conocimiento científico, tanto en Biología como en las otras ramas del saber.

Entre los científicos del siglo XVIII mencionaremos a Van Leeuwenhoek,


descubridor de los protozoos y primer observador de células como los glóbulos
rojos, los espermatozoides y las bacterias; T. Needham, defensor de la generación
espontánea, y Spallanzani, detractor de la misma.
EL SIGLO XIX

Tras el siglo XVIII en el que la mayor actividad de los biólogos se desarrolló en el


campo de la sistemática, en un intento de clasificar las especies procedentes del
Nuevo Mundo, se suscitó en el siglo XIX una interpretación, basada en la razón,
tanto de la aparición de las diferentes especies como de su distribución y
parentesco. Así surgió la teoría evolucionista, uno de cuyos primeros defensores
fue el francés Jean-Baptiste Lamarck, que explicaba su hipótesis basándose en dos
principios: «la necesidad crea el órgano y su función lo desarrolla», y «los
caracteres adquiridos se heredan».

Esta teoría chocaba, por un lado, con la crítica de quienes pedían datos,
experiencias, etc., que la confirmaran y, por otro, con la opinión del francés
Georges Cuvier, considerado como el padre de la Paleontología y de la Anatomía
comparada. Para explicar la desaparición de especies que sólo existieron en el
pasado y de las cuales sólo quedan restos fosilizados suponía que hubo una serie de
catástrofes sucesivas que produjeron su extinción.

En 1859, el naturalista inglés Charles Darwin publicó El origen de las especies, que
recogió las conclusiones a que había llegado durante el viaje científico que muchos
años antes había realizado por todo el Nuevo Mundo. La teoría de Darwin se
apoyaba en dos puntos: la variabilidad de la descendencia y la selección natural o,
dicho de otro modo, la supervivencia del más apto.

Schwann y Schleiden, destacaron en Histología por enunciar la teoría celular. En


Microbiología, Pasteur (1822-1895) llevó a cabo experimentos definitivos sobre la
irrealidad de la generación espontánea, descubrió que algunos microorganismos
tenían carácter patógeno, aisló el bacilo del cólera de las gallinas, dedujo el
concepto de inmunidad y descubrió la vacuna antirrábica.

Posteriormente, Robert Koch aisló el microbio que producía el carbunco, el bacilo


de la tuberculosis y el microbio del cólera. En 1865, Josepli Lister descubrió que
la infección de las heridas se debe a las bacterias y en 1867 utilizó el fenol para
crear un ambiente bactericida en la sala de operaciones. En 1884, el médico y
bacteriólogo español Jaime Ferrán descubrió la vacuna contra el cólera. En
Fisiología destacó Claude Bernard, que puede ser considerado como el padre de la
Fisiología.

En 1865, la herencia biológica fue estudiada por Gregor Mendel, quien hizo una
serie de experimentos para estudiar cómo se heredan las características de
padres a hijos, con lo que asentó las bases de la Genética. A mediados del siglo
XIX apareció el término «ecología» para designar a una nueva rama de las Ciencias
Biológicas. Ernst Haeckel fue tal vez el primero que definió esta ciencia. El
zoólogo francés I. Geoffroy Saint-Hilaire propuso la denominación «etología» para
el estudio de las relaciones de los organismos dentro de la familia, de la sociedad
en su conjunto y de la comunidad.
EL SIGLO XX

En el siglo XX se produjo una revolución científica por la aparición de nuevos


instrumentos, como el microscopio electrónico, que ha permitido grandes avances
en Citología e Histología, como a la gran cantidad de personas y grupos de
investigación que se dedican a la ciencia en todo el mundo. Son tantos estos
avances que a continuación vamos a enumerar los más significativos:

 1905, Koch, bacilo de la Tuberculosis.


 1906, Golgi y Ramón y Cajal, trabajos en Citología.
 1911, Morgan, recombinación genética y mapas cromosómicos.
 1923, McLeod y Banting, descubrimiento de la insulina.
 1927, Muller, efecto mutágeno de los Rayos X.
 1929, Fleming, descubrimiento de la Penicilina.
 1953, Watson y Crick, estructura de la doble hélice de ADN.
 1964, Bloch y Lynen, metabolismo de lípidos.
 1987, Tonegawa, diversidad de los anticuerpos.
 1989, Altman y Cech, propiedades catalíticas del ARN.

BIOLOGÍA Y MEDICINA

Todavía se desconoce un tratamiento eficaz para los principales tipos de cáncer.


El uso indiscriminado de antibióticos ha hecho que la aparición de cepas
resistentes sea, por desgracia, muy frecuente.
Las enfermedades por deficiencia en la herencia genética son muy difíciles de
tratar mediante las terapias convencionales (fármacos). La posibilidad de sustituir
los genes defectuosos mediante la Ingeniería genética abre una ventana de
esperanza para muchos enfermos. Los trasplantes de órganos se ven limitados por
procesos inmunitarios de rechazo de los nuevos tejidos. Todavía existen
enfermedades tan comunes como la artrosis, el reuma, la úlcera, etc., para las que
por el momento no hay una terapéutica satisfactoria.

BIOLOGÍA E INDUSTRIA

En la actualidad se trabaja en fermentaciones, como la elaboración de vino a partir


del zumo de uva, la fermentación de la harina para hacer pan, la fermentación de la
leche para obtener yogur y diferentes tipos de quesos, etc.
También se trabaja en la extracción de sustancias alcaloides, vitaminas, etc., de las
plantas. En el futuro es previsible que se incremente la línea de la síntesis
artificial de sustancias orgánicas. Así se obtienen ya muchas hormonas,
antibióticos y vitaminas. El conocimiento profundo de la fotosíntesis tal vez
permita la obtención de materia orgánica a expensas simplemente de agua,
anhídrido carbónico, sales minerales y luz. Del petróleo podrían obtenerse glúcidos
y lípidos e incluso, por filtración, proteínas. El estudio sobre las posibilidades de
asimilar la celulosa en el tubo digestivo humano puede también contribuir a la
obtención de un nuevo alimento.
La célula procariota

La palabra procariota viene del griego ('pro' = previo a, 'karyon = núcleo) y


significa pre-núcleo. Los miembros del mundo procariota constituyen un grupo
heterogéneo de organismos unicelulares muy pequeños, incluyendo a las eubacterias
(donde se encuentran la mayoría de las bacterias) y las archaeas
(archaeabacteria).
Una típica célula procariota está constituida por las siguientes estructuras
principales: pared celular, membrana citoplasmática, ribosomas, inclusiones y
nucleoide.
Las células procariotas son generalmente mucho más pequeñas y más simples que
las Eucariotas.

La célula eucariota

El término eucariota hace referencia a núcleo verdadero (del griego: 'eu' = buen,
'karyon = núcleo). Los organismos eucariotas incluyen algas, protozoos, hongos,
plantas superiores, y animales. Este grupo de organismos posee un aparato
mitótico, que son estructuras celulares que participan de un tipo de división
nuclear denominada mitosis; tal como imnúmeras organelas responsables de
funciones específicas, incluyendo mitocondrias, retículo endoplasmático, y
cloroplastos.
La célula eucariota es típicamente mayor y estructuralmente más compleja que la
célula procariota.

Algunas diferencias estructurales

Pared celular

En los procariotas, es una estructura rígida que envuelve la membrana


citoplasmática, responsable de la forma de la célula y de su protección contra la
lisis osmótica.

Muchas células eucariotas poseen pared celular, aunque sean más simples que las de
las células procariotas. La pared celular de las algas y de las plantas están
constituidas principalmente por celulosa; la de los hongos por celulosa y
principalmente quitina; la de las levaduras por polisacáridos. En las células
eucariotas de los animales la membrana plasmática se encuentra recubierta por una
capa de glicocálix (substancia que contiene carbohidratos).

Membrana citoplasmática

La membrana citoplasmática de las células procariotas y eucariotas presenta gran


similitud en cuanto a función y estructura básica. Funciona como una barrera de
permeabilidad, separando el lado de dentro del lado de fuera de la célula. Está
constituida por una capa doble de fosfolípidos y proteínas, las cuales pueden estar
organizadas de diferentes formas.

En los Eucariotas la membrana contiene carbohidratos que poseen la función de


sitios receptores, y esteroless, que impiden la lisis osmótica. Muchos tipos de
células eucariotas poseen flagelos y cilios en la membrana plasmática. Esas
estructuras son utilizadas para la locomoción o para mover substancias a lo largo
de la superficie celular.

Ribosomas

En los procariotas son pequeñas partículas formadas por proteínas y ácido


ribonucleico (ARN), funcionando como lugar de síntesis protéica. Una simple célula
procariota puede poseer cerca de 10.000 ribosomas, confiriendo al citoplasma una
apariencia granular.

En los eucariotas son mayores y más densos que los de los procariotas, y se
encuentran ligados a la superficie del retículo endoplasmático rugoso y libres en el
citoplasma de la célula. Como en los procariotas constituyen el lugar de la síntesis
protéica.
Región nuclear

La región nuclear de una célula procariota difiere significativamente de la de una


célula eucariota. El área nuclear, denominada nucleoide, de una célula bacteriana
tiene una única molécula larga y circular de DNA doble, el cromosoma bacteriano,
que contiene todas las informaciones necesarias para el funcionamiento y
estructuración celular. El cromosoma procariótico está ligado a la membrana
plasmática, no contiene histonas, y no se encuentra rodeado por una membrana
nuclear.

Las bacterias pueden contener además del cromosoma, moléculas de DNA doble
pequeñas y circulares, denominadas plásmidos. Esas moléculas son elementos
genéticos extra cromosómicos, no esenciales para la supervivencia bacteriana, y
poseen mecanismos de replicación independientes del DNA cromosómico. La
ventaja de poseer un plásmido es que puede contener genes de resistencia a los
antibióticos, tolerancia a los metales tóxicos, síntesis de enzimas, etc.

La diferencia clave con la célula eucariota, es la presencia de un núcleo verdadero


en esta última. La región nuclear de los Eucariotas está envuelta por una membrana
nuclear, separando el citoplasma del núcleo.
Este núcleo es generalmente la mayor estructura celular, con forma esférica u
oval, y está envuelto por una membrana doble denominada membrana nuclear, que
contiene en su interior moléculas de ADN organizadas en cromosomas, que
contienen todas la información hereditaria.

La membrana nuclear es estructuralmente semejante a la membrana plasmática,


está conectada al retículo endoplasmático, y posee poros nucleares que permiten la
entrada y salida de substancias.
Los pasos claves de la información biológica, replicación de ADN y síntesis de ARN,
suceden en el núcleo. El ARN ribosómico es producido por uno o más cuerpos
esféricos denominados nucléolos.

Las células eucariotas apenas poseen organelas, que son estructuras


especializadas, representadas por el núcleo, retículo endoplasmático, complejo de
Golgi, mitocondria, cloroplastos, lisosomas, y centriolos.

CONCLUSIÓN
Luego de conocer la evolución del estudio de la biología y sus ramas, vemos que el
hombre, desde sus orígenes sintió curiosidad por su propia actividad vital o la de
los seres vivos que están a su alrededor.
Los cambios en la biología han sido permanentes, continuos, actualizados y no
exentos de polémicas conclusiones por sus connotaciones religiosas y de
costumbres.
Actualmente los estudios giran alrededor de estructuran tan pequeñas como la
célula, que está brindando información valiosa para el desarrollo de conocimientos
que permitirá detener el avance de peligrosas enfermedades.
Luego de realizar esta investigación, ya podemos decir cuáles son las diferencias
entre las células eucariotas y procariotas, lo cual en resumen se traduce en la
presencia o no de núcleo y de ADN y ARN.

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