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EVOLUCION DE LA TIERRA

El escenario empieza hace unos 12.000 a 15.000 millones de años con el Big Bang,
una explosión incomprensiblemente grande que lanzó hacia el exterior toda la
materia del universo a velocidades increíbles. En ese momento, los restos de la
explosión, que consistía casi por completo en hidrógeno y helio, empezaron a
enfriarse y condensarse en las primeras estrellas y galaxias. En una de estas
galaxias, la Vía Láctea, fue donde nuestro Sistema Solar y el planeta Tierra tomaron
forma. La Tierra es uno de los nueve planetas que, junto con aproximadamente una
docena de lunas y numerosos cuerpos más pequeños, gira alrededor del Sol. La
naturaleza ordenada de nuestro Sistema Solar lleva a la mayoría de los
investigadores a deducir que la Tierra y los otros planetas se formaron
esencialmente al mismo tiempo, y de la misma materia primordial, que el Sol. La
hipótesis de la nebulosa primitiva sugiere que los cuerpos de nuestro Sistema Solar
se formaron a partir de una enorme nube en rotación denominada nebulosa solar.
Además de los átomos de hidrógeno y helio generados durante el Big Bang, granos
de polvo microscópicos y la materia expulsada de estrellas muertas desde hacía
tiempo formaban la nebulosa solar. (La fusión nuclear en las estrellas convierte el
hidrógeno y el helio en los otros elementos que se hallan en el universo.)
Hace cerca de 5.000 millones de años, esta inmensa nube de gases y granos
diminutos de elementos más pesados empezó a contraerse lentamente debido a las
interacciones gravitacionales entre sus partículas. Una influencia externa, como una
onda de choque procedente de una explosión catastrófica (supernova), pudo haber
provocado el colapso. Al contraerse, esta nube que giraba lentamente en espiral
rotaba cada vez más deprisa por el mismo motivo por el que lo hace un patinador
sobre hielo cuando repliega los brazos sobre sí mismo. Al final, la atracción
gravitacional se equilibró con la fuerza centrífuga causada por el movimiento
rotacional de la nube. Pero esta vez, la nube, antes extensa, había adoptado la
forma de un disco plano con una gran concentración de material en el centro
denominada protosol (Sol en formación). (Los astrónomos están bastante seguros
de que la nebulosa formó un disco porque se han detectado estructuras similares
alrededor de otras estrellas.)
Durante el colapso, la energía gravitacional se convirtió en energía térmica (calor),
lo cual hizo que la temperatura del interior de la nebulosa aumentara
espectacularmente. A estas temperaturas elevadas, los granos de polvo se
descompusieron en moléculas y partículas atómicas. Sin embargo, a distancias
posteriores a la órbita de Marte, las temperaturas probablemente se mantuvieron
bastante bajas. A 200 ºC, es posible que las pequeñas partículas de la parte exterior
de la nebulosa estuvieran cubiertas por una capa gruesa de hielo constituido por
agua, dióxido de carbono, amoníaco y metano congelados. (Algo de este material
todavía reside en los confines del Sistema Solar, en la región llamada la nube
de Oort.) La nube con forma de disco también contenía cantidades considerables
de gases más ligeros: hidrógeno y helio.
La formación del Sol marcó el fin del período de contracción y, por tanto, el fin del
calentamiento gravitacional. Las temperaturas de la región en la que ahora se
encuentran los planetas interiores empezaron a disminuir. Esta disminución de la
temperatura hizo que las sustancias con puntos de fusión elevados se condensaran
en pequeñas partículas que empezaron a unirse. Materiales como el hierro y el
níquel y los elementos que componen los minerales que forman las rocas (silicio,
calcio, sodio, etc.) formaron masas metálicas y rocosas que orbitaban alrededor del
Sol. Colisiones repetidas provocaron la unión de estas masas en cuerpos más
grandes, del tamaño de un asteroide, denominadas protoplanetas, que en unas
pocas decenas de millones de años crecieron hasta convertirse en los cuatro
planetas interiores que llamamos Mercurio, Venus, Tierra y Marte.

No todas estas masas de materia se incorporaron en los protoplanetas. Las piezas


rocosas y metálicas que permanecieron en órbita se denominan meteoritos cuando
sobreviven a un impacto con la Tierra. A medida que los protoplanetas atraían cada
vez más material, el impacto de gran velocidad de los restos de la nebulosa provocó
el aumento de temperatura de estos cuerpos. A causa de sus temperaturas
relativamente elevadas y sus campos gravitacionales débiles, los planetas interiores
no podían acumular muchos de los componentes más ligeros de la nebulosa. Los
más ligeros de estos componentes, el hidrógeno y el helio, fueron finalmente
barridos de la parte interna del Sistema Solar por los vientos solares.
Al mismo tiempo que se formaban los planetas interiores también se estaban
desarrollando los planetas exteriores (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), más
grandes, junto con sus extensos sistemas de satélites. A causa de las bajas
temperaturas debido a la larga distancia del Sol, el material del que estos planetas
se formaron contenía un alto porcentaje de hielos (agua, dióxido de carbono,
amoníaco y metano) y detritus rocosos y metálicos. La acumulación de hielos
explica en parte las grandes dimensiones y la baja densidad de los planetas
exteriores. Los dos planetas con mayor masa, Júpiter y Saturno, tenían una
gravedad superficial suficiente para atraer y sostener grandes cantidades de los
elementos más ligeros, el hidrógeno y el helio.
A medida que se acumulaba el material para formar la Tierra (y poco después), el
impacto a gran velocidad de los restos de la nebulosa y la desintegración de los
elementos radiactivos provocó un aumento constante de la temperatura en nuestro
planeta. Durante este período de calentamiento intenso, la Tierra alcanzó la
temperatura suficiente para que el hierro y el níquel empezaran a fundirse. La fusión
produjo gotas de metal pesado que penetraron hacia el centro del planeta. Este
proceso sucedió rápidamente en la escala de tiempo geológico y formó el núcleo
denso rico en hierro de la Tierra.
El primer período de calentamiento provocó otro proceso de diferenciación química,
por medio del cual la fusión formó masas flotantes de roca fundida que ascendieron
hacia la superficie, donde se solidificaron y formaron la corteza primitiva. Estos
materiales rocosos estaban enriquecidos en oxígeno y elementos «litofilos», en
especial silicio y aluminio, con cantidades menores de calcio, sodio, potasio, hierro
y magnesio. Además, algunos metales pesados como el oro, el plomo y el uranio,
que tienen puntos de fusión bajos o eran muy solubles en las masas fundidas
ascendentes, fueron retirados del interior de la Tierra y se concentraron en la
corteza en desarrollo. Este primer período de segregación química estableció las
tres divisiones básicas del interior de la Tierra: el núcleo rico en hierro; la corteza
primitiva, muy delgada; y la capa más gruesa de la tierra, denominada manto, que
se encuentra entre el núcleo y la corteza.
Una consecuencia importante de este período de diferenciación química es que
permitió que grandes cantidades de compuestos gaseosos se escaparan del interior
de la Tierra, como ocurre en la actualidad durante las erupciones volcánicas.
Gracias a este proceso fue evolucionando de manera gradual la atmósfera primitiva.
Fue en este planeta, con esa atmósfera, donde apareció la vida como la conocemos.
Después de los acontecimientos que establecieron la estructura básica de la Tierra,
la corteza primitiva se perdió a causa de la erosión y otros procesos geológicos, de
manera que no disponemos de ningún registro directo de su composición. Cuándo
y cómo exactamente apareció la corteza continental (y con ella las primeras masas
continentales terrestres) es una cuestión que todavía es objeto de investigación. Sin
embargo, existe un acuerdo general en que la corteza continental se formó de una
manera gradual durante los últimos 4.000 millones de años. (Las rocas más
antiguas descubiertas hasta hoy son fragmentos aislados, encontrados en el
noroeste del Canadá, que tienen unas fechas radiométricas de unos 4.000 millones
de años.)
El planeta tierra lentamente ha ido evolucionando y todo lo que acontece alrededor
de este planeta involucra a todo el ser humano; desde sus conflictos y sus
transformaciones. La tierra es un pequeño cuerpo que gira alrededor del sol y
presenta características diferentes a los demás planetas, cuenta con 70 % de agua
en su superficie y está en constante movimiento, estos son el de rotación (gira sobre
su propio eje) y es el causante del día y la noche y el de traslación ( gira alrededor
del sol ) y da origen a las estaciones del año.
De acuerdo con algunos científicos la historia de la tierra se divide en cinco eras
geológicas, Arcaica o Agnostozoica, Primaria o Paleozoica, Secundaria o
Mesozoica, Terciario o Cenozoico, Cuaternario o Neoceno:
Era Arcaica o Agnostozoica
Esta era es la más antiguas de la tierra, pero poco se conoce de él. Lo poco que se
conoce es que en la era arcaica fue donde empezó la formación de la tierra.
Era Paleozoica,
La era Paleozoica al principio había solo seres acuáticos, que a medida de etapas
fueron evolucionando para adaptarse en su ambiente de vida. La era paleozoica
está formado por 5 periodos: Cámbrico, de 570 millones a 505 millones de años
donde hubo vida exclusivamente marina predominan los trilobites, celenterados y
briozarios; Ordovicio, de 504 a 438 estuvieron los primeros vertebrados ( à peces
agnatos) ; Silúrico, de 437 a 408 Evolución de los peces ; Devónico, de 407 a 362
Los peces evolucionan a anfibios ; Carbonífero, de 361 a 290 Evolucionan los
gimnospermas y los réptiles ; y Pérmico, de 289 a 246 cambios climáticos algunos
mares desaparecen y emergen tierras desaparecen los trilobites.
Era Mesozoica

La era mesozoica es la cual vivieron los dinosaurios, esta era se subdivide en tres
periodos y en este mismo periodo se extinguieron los dinosaurios y gran cantidad
de animales (período Cretáceo). El periodo Triásico se extendió desde unos 248 a
213 millones de años atrás, se caracteriza por la aparición de los primeros
dinosaurios, inicialmente los dinosaurios carnívoros de pequeños tamaños. No
obstante, al final de este periodo fueron grandes dominantes en planeta por llevar a
la extinción a gran cantidad de animales; El Jurásico, desde unos 213 a 144
millones de años atrás, se asienta la gran hegemonía de los grandes dinosaurios.
Hacia el final de este periodo se fueron secando los mares dejando gran cantidad
de grietas donde fueron muriendo algunos dinosaurios en donde se formaron
deposito lo que hoy conocemos como petróleo y gas; El Cretáceo empieza hace
unos 145 millones y dura hasta 65 millones de años, es el fin de la era mesozoica
donde por causas de grandes meteoritos acabaron con la existencia de los
dinosaurios. Desde entonces el planeta como los animales y plantas han venido
evolucionando al transcurrir los años.

Era Cenozoico

Es la era geológica más reciente por la extinción de los dinosaurios. Y donde los
continentes fueron tomando su forma actual. La era cenozoico se divide en varios
periodos: el Paleoceno, de 65 a 56 millones de años es donde se fueron separando
los supercontinentes producto de grandes movimientos de tierras. Al haber
desaparecido los dinosaurios, los mamíferos empezaron a dominar la tierra y fueron
adaptándose al ambiente; el Eoceno, de 55 a 38 millones de años, en este periodo
donde se ve más reflejado la evolución de los mamíferos como los mamíferos eran
más pequeños que las formas actuales. Al final de esta época fue testigo de la
primera adaptación de los mamíferos a la vida marina.; el Oligoceno, de 37 a 24
millones de años, los dominantes de la tierra eran los mamíferos, en cual podemos
encontrar los caballos, camellos, ovejas sus antecesores y entre los primates los
lémur y el trasero que son los primeros monos viejos del mundo; el Mioceno, de 23
a 6 millones de años, en esta época aparecieron los grandes simios como el
orangután; y el Plioceno, de 5 a 1,7 millones de años, en esta era hubo movimientos
tectónicos que hicieron que se elevaran algunas sierras y cordilleras de nuestra
tierra. Ya los mamíferos se habían establecido en la tierra, también es esta era fue
apareciendo nuestro antepasado directo el Homo sapiens.

Era Neoceno
La era Cuaternario la gran conocida como la era de hielo, donde el fenómeno natural
que es importante en la tierra los “glaciares”. La era cuaternario se subdivide en 2
periodos: Pleistoceno este periodo es llamado así por la gran extensión de
glaciares en la superficie terrestre también a medida que pasaba el tiempo se fueron
extinguieron algunas especies de animales en diferentes partes de la tierra, además
había una buena vegetación. Holoceno es el periodo más reciente, que comenzó
hace unos 10.000 años. Incluso para este tiempo se estaban derritiendo una parte
de los glaciares que ocasionaron que el nivel del mar subiera drásticamente
ocasionando inundaciones en varios continentes de la tierra. Para ese entonces la
única especie humana viva era la del Homo sapiens que ya se está organizándose
como grupo social. Asimismo, los seres humanos ya estaban empezando a
aprender a cazar, pescar, a la agricultura y a la ganadería. Y a pesar que, como
periodo geológico, se extiendo hasta nuestros días.
EL SISTEMA TIERRA
El sistema Tierra tiene una serie casi infinita de subsistemas en los que la materia
se recicla una y otra vez. Un subsistema conocido es el ciclo hidrológico.

Representa la circulación sin fin del agua terrestre entre la hidrosfera, la atmósfera,
la biosfera y la Tierra sólida. El agua entra en la atmósfera por evaporación desde
la superficie de la Tierra y por transpiración desde las plantas. El vapor de agua se
condensa en la atmósfera y forma nubes, que a su vez producen precipitación que
cae de nuevo sobre la superficie terrestre. Una parte de la lluvia que cae sobre la
superficie penetra y es absorbida por las plantas o se convierte en agua
subterránea, mientras otra parte fluye por la superficie hacia el océano. El sistema
Tierra es impulsado por la energía procedente de dos fuentes. El Sol impulsa los
procesos externos que tienen lugar en la atmósfera, la hidrosfera y la superficie de
la tierra. El tiempo y el clima, la circulación oceánica y los procesos erosivos son
accionados por la energía del Sol. El interior de la Tierra es la segunda fuente de
energía. El calor que queda de cuando se formó nuestro planeta y el calor que está
siendo continuamente generado por la desintegración radiactiva impulsan los
procesos internos que producen los volcanes, los terremotos y las montañas. Las
partes del sistema Tierra están relacionadas, de manera que un cambio en una de
ellas puede producir cambios en otra o en todas las demás. Por ejemplo, cuando un
volcán hace erupción, la lava del interior de nuestro planeta puede fluir en la
superficie y bloquear un valle próximo. Esta nueva obstrucción influye en el sistema
de drenaje de la región creando un lago o haciendo que las corrientes de agua
cambien su curso. Las grandes cantidades de cenizas y gases volcánicos que
pueden emitirse durante una erupción pueden ascender a las capas altas de la
atmósfera e influir en la cantidad de energía solar que llega a la superficie. El
resultado sería una disminución de las temperaturas del aire en todo el hemisferio.
Allí donde la superficie es cubierta por coladas de lava o por un grueso estrato de
ceniza volcánica, los suelos existentes son enterrados. Esto hace que los procesos
de formación del suelo empiecen de nuevo a transformar el nuevo material
superficial en suelo. El suelo que finalmente se forma reflejará la interacción entre
muchas partes del sistema Tierra. Por supuesto, habría también cambios
significativos en la biosfera. Algunos organismos y su hábitat serían eliminados por
la lava y las cenizas, mientras que se crearían nuevos ámbitos de vida, como los
lagos. El posible cambio climático podría afectar también a algunas formas de vida.
Los seres humanos son parte del sistema Tierra, un sistema en el cual los
componentes vivos y no vivos están entrelazados e interconectados. Por
consiguiente, nuestras acciones producen cambios en todas las otras partes.
Los procesos naturales, ya sean estos de tipo geológico, geofísico, climático o
biológico, apenas si comienzan a ser entendidos a la luz de teorías innovadoras,
pero que, en definitiva, constituyen los primeros intentos de comprender los
orígenes y causas de la mayor parte de los denominados “fenómenos naturales”.
Los científicos han reconocido que para conocer mejor a nuestro planeta, debemos
imaginar cómo están interconectados sus componentes (tierra, aire, agua y formas
de vida). Esta tentativa de análisis e interpretación, corresponde a la denominada
“Ciencia del Sistema Tierra”, que considera a la Tierra como un sistema compuesto
por numerosas partes interactuantes, representadas por las cuatro capas que la
cubren a modo de manto. Ellas, por su parte, se relacionan e interaccionan en forma
armónica y ordenada.
Según Tarbuck y Ludgens (2004), los subsistemas de interés para el estudio de la
Tierra como sistema son: Atmósfera, Hidrósfera, Criósfera, Geosfera y Biosfera.
 Atmósfera: Envoltura gaseosa más externa y menos densa que rodea la
Tierra. Químicamente formada por anhídrido carbónico o dióxido de carbono
(CO2), oxígeno (O2), nitrógeno (N2), vapor de agua, ozono (O3) y otros
gases inertes, que funcionan como reactivos a las funciones vitales de los
organismos vivos. Esta envoltura se divide en Tropósfera (capa inferior),
Estratósfera (capa superior), Mesósfera (capa media), Ionósfera o termósfera
(parte superior de la mesósfera cuyo límite superior se llama tropopausa) y
Exósfera (se extiende por encima de la tropopausa).

 Hidrósfera: Extensiones de agua bajo y sobre la superficie de la Tierra. Se


reparte en varios compartimentos según el mayor o menor volumen o caudal
de agua:

1. Océanos: cubren el dos tercio de la superficie terrestre y con una profundidad


de 3.000 a 5.000 m.

2. Mares: masas de agua salada de tamaño inferior a los océanos, incluyendo


parte de estos y otros mares menores.
3. La escorrentía superficial: formada por sistema dinámico de lagos y ríos.

4. Agua subterránea: circula por medios porosos, tales como sedimentos


arenosos o sedimentos no consolidados y se almacena en acuíferos.

 Criósfera: Parte de la superficie terrestre donde el agua se encuentra en


estado sólido. Incluye el hielo de mares, lagos, ríos, glaciares y las capas de
hielo y terrenos congelados (incluyendo el permafrost). La mayor parte de la
criósfera se encuentra localizada en las regiones polares del planeta,
principalmente en la Antártida, Groenlandia y en las islas del Océano Ártico.

 Geosfera: Es un término aplicado para referirse a la forma particular de la


esfera terrestre, con ambos polos achatados, expansión del diámetro
ecuatorial e inclinación del eje terrestre dando origen al movimiento de
precesión y consecuentemente a los cambios estacionales. Se extiende
desde la superficie hasta una profundidad de aproximadamente unos 6.700
km. Se caracteriza por tener una estructura rocosa que sirve de soporte tanto
a la biósfera como a la atmósfera.

 Biosfera: También llamada -según algunos autores en la clasificación y


descripción de los niveles de organización de los seres vivos como el
ecosistema mayor. Ocupa una estructura limitada para posibilitar la
existencia de los seres vivos. Esta zona se extiende desde el suelo oceánico
y continental hasta la atmósfera.

La interacción de los subsistemas de la Tierra


Los procesos característicos entre los subsistemas y su retroalimentación
constante, se basan en modificaciones o cambios a nivel materia que es reciclada
una y otra vez. Esto se desprende de la interacción entre todos y cada uno de los
subsistemas. El máximo grado de relación con respecto a los demás subsistemas,
se encuentra en la biosfera, puesto que esta integra todos los seres vivos, al medio
físico en que habitan, y el conjunto de relaciones que se establecen entre ellos. La
tierra sólida o geósfera proporciona el sustrato y la fuente de nutrientes inorgánicos
a los ecosistemas terrestres; la hidrosfera brinda retroalimentación a los
ecosistemas acuáticos y la atmósfera interacciona con la biosfera en el intercambio
gaseoso. La biosfera a su vez puede modificar a los demás subsistemas como ha
ocurrido por ejemplo con las drásticas modificaciones en la composición de la
atmósfera. Otros ejemplos pueden ser: la regulación del clima terrestre (intervienen
todos los subsistemas especialmente la atmósfera y la hidrosfera), el ciclo del agua
(recorre la atmósfera, hidrosfera, la tierra sólida y la biosfera), los ciclos bio-
geoquímicos (los elementos van pasando de un subsistema a otro) y otros.
La atmósfera en el sistema Tierra: una de las principales acciones de la atmósfera
consiste en modular la energía procedente del sol y regular la temperatura del
planeta. La superficie del planeta se calentaría en exceso si no fuera porque cerca
del 30% es devuelta, en parte, por la atmósfera. La circulación general atmosférica
contribuye en la distribución de la energía incidente desde las zonas ecuatoriales,
hacia las zonas de latitudes más altas. Los fenómenos climáticos, la formación de
olas, las corrientes marinas y la distribución de las precipitaciones son consecuencia
directa de la dinámica atmosférica. Por otro lado, la atmósfera ejerce una acción
directa sobre las rocas mediante la meteorización y los fenómenos meteorológicos
(lluvia, viento, nieve y otros) son responsables del modelado terrestre. Respecto a
la biosfera, la influencia de la atmósfera es decisiva: las radiaciones nocivas se
filtran, la temperatura terrestre es moderada y la presencia de agua líquida es
posible.
La hidrósfera en el Sistema Tierra: para el conjunto del planeta, la hidrósfera tiene
un papel esencial en la regulación térmica, en colaboración con la atmósfera,
gracias al elevado calor específico del agua (amortigua las variaciones bruscas de
temperatura), a las corrientes marinas (redistribuyen el agua caliente hacia las
zonas más frías) y a la reflexión de las radiaciones solares por las masas de hielo
glacial. Por otro lado, el agua que circula por la superficie terrestre modela el relieve,
disuelve o disgrega muchos minerales, arrastra materiales sueltos, los transporta y
los sedimenta. Por último, el agua es fundamental para la biosfera, puesto que forma
parte de los seres vivos en una alta proporción, les aporta diversos hábitats (ríos,
lagos, humedales, mares, etc.), y mantiene la temperatura global en los márgenes
adecuados para el desarrollo biológico.
La Geósfera en el Sistema Tierra: la dinámica interna del planeta repercute en la
superficie terrestre (orogénesis, fenómenos tectónicos, …) y tiene sus efectos sobre
los otros subsistemas. Por ejemplo, la liberación de gases en las erupciones
volcánicas que modifican la composición atmosférica.
La Criósfera en el Sistema Tierra: es una parte integral del sistema climático
global, con importantes vínculos y reacciones generadas a través de su influencia
en los flujos de energía de la superficie y la humedad, la precipitación, la circulación
atmosférica y oceánica.
En los seres vivos las interacciones ocurren de la siguiente forma:
 Biosfera – Atmósfera: En esta interacción los organismos autótrofos,
mediante la respiración y el proceso fotosintético, y los organismos
heterótrofos por medio de la respiración, intercambian constantemente gases
con la atmósfera. De acuerdo a ambos procesos, los seres vivos nos
nutrimos y obtenemos energía.
 Biosfera – Geosfera: esta interacción permite a los vegetales absorber agua
y sales minerales del suelo, que junto al dióxido de carbono y a la energía
solar producen la materia orgánica, que será consumida posteriormente por
los animales. Los restos de animales y plantas terminan en descomposición
y son devueltos al suelo en forma de materia orgánica.
 Biósfera – Criósfera: gran cantidad de diferentes organismos contenidos en
la biosfera, cuentan con partes de la Criósfera para la obtención de agua y
para su lugar de hábitat. • Biosfera – Hidrósfera: permite a diversos
organismos cumplir ciclos de vida alternados, nutriéndose de materia
contenida en los ciclos hidrológicos.
 Hidrósfera – Atmósfera: la interacción se puede predecir claramente en el
ciclo del agua o ciclo hidrológico, mediante la evaporación y las
precipitaciones que con mayor frecuencia son propias de las zonas o
regiones tropicales de nuestro planeta.
 Hidrósfera – Geosfera: la hidrósfera ejerce el rol de agente geológico
externo sobre la Geosfera, modificando lentamente su relieve. Damos cuenta
de ello, por ejemplo, en el modelaje que realizan los oleajes sobre los
acantilados en las costas marinas.
 Hidrósfera – Criósfera: su relación es muy vinculante debido a que la
saturación del agua en zonas frías provoca la formación de hielos o placas
de agua helada para el sostenimiento de la vida animal propia de estas
zonas.
 Geosfera – Atmósfera: en dicha interacción parte de la energía interna de
la Geosfera es liberada al exterior como erupciones volcánicas, expulsando
materiales a la corteza terrestre y vapor de agua y gases como dióxido de
carbono a la atmósfera.
 Geosfera – Criósfera: su relación provoca movimientos de choques
deslizamientos en la corteza terrestre, formando de esta manera otras
estructuras o accidentes geográficos.
 Atmósfera – Criósfera: sus continuas relaciones hacen mantener en
equilibrio el clima global. La Criósfera tiene la función de desconectar la
atmósfera con los océanos, reduciendo así la trasferencia de humedad y
estabilizando por consiguiente las transferencias de energía en la atmósfera.

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