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DIDIER ;\N.ZIÉU ·· ANGELO BEJARANO ~


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ARGENTINA
COLOMBIA ·

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PARTE II

RESISTENCIA Y TRANSFERENCIA
EN LOS GRUPOS

l ANGELO BEJARANO
l. INTRODUCCIÓN: LA PERSPECTIVA
PSICOANALÍTICA APLICADA A LOS GRUPOS

1. Especificidad de los fenómenos inconscientes


en los grupos

Junto a múltiples trabajos que estudian los puntos


comunes entre dinámica de grupo y cura psicoana-
lítica individual, existen otros, más escasos, que in-
vestigan las caraterísticas específicas de la vida gru-
pal. Entre éstos, consideramos que los más repre-
sentativos son los de la escuela kleiniana inglesa (que
puso el acento en la regresión en los grupos y, corre-
lativamente, en la angustia de tipo "psicótico" -per-
secutoria y depresiva- que se desarrolla en ellos),
escuela en la que se inscribe la tan original investi-
gación de Bion ( Bion, W. R., 1961); por otra parte,
en Francia, y más recientemente, podemos mencionar
las contribuciones de J. B. Pontalis ( 1963) y del
C.E.F.F.R.A.P.1.
· Se han señalado semejanzas llamativas entre psi-
cología individual grupal -ya lo hizo Freud desde
1912 ( 4 d )-, semejanzas valederas en tanto que el
1 Cercle d'Études Fran9aises pour la Formation et la Re-
cfierche Active en Psyc1wlogie [Círculo Francés de Estudios
para la Formación y la Investigación Activa en Psicología],
en el que la experiencia adquirida en materia de seminarios
y sesiones de formación a través de la dinámica de grupo
permitió un cierto esfuerzo de conceptualización ( psicoana-
lítica). Fuera de textos internos, inéditos, el n9 33 de la re-
vista Perspectives Psychiatriques puede proporcionar una pri-
mera idea acerca de su enfoque.
(119)
LA PERSPECTIVA PSICOANALÍTICA 121
120 RESISTENCIA Y TRANSFERENCIA

consiste en considerar su discurso manifiesto (así co-


inconsciente actúa en toda situación y produce sus .mo su "acción") como expresión y a la vez oculta-
efectos -sin embargo, sería sorprendente que éstos miento de su discurso latente. Al igual que para el
se presentasen ·en forma idéntica en campos tan .di- · sueño (y en cura individual), se debe descifrar ese
ferentes como la cura individual y el grupo (del tipo discurso 'latente para restaurar su sentido (en este
"pequeño grupo" y "grupo de diagnóstico" en parti- caso, en su especificidad grupal) y, si corresponde,
cular). para interpretar.
Situación y "campos" diferentes que en nuestra
opinión sería útil especificar como tales -tra'l;>ajo qu,e b) En ese intervalo entre discurso manifiesto y dis-
apenas hemos comenzado en un texto anterior (Be- curso latente se deben reconocer los efectos del in-
jarano A., 1966 )- comparando algunos de los aspec- consciente, que se expresan, sin duda, en todo mo-
tos del análisis individual, de la psicoterapia analí- mento, a través del juego de los mecanismos de de-
tica individual · y de diversas técnicas grupales. Es- fensa que lo caracterizan (desplazamiento, conden-
tas diferencias se originan a la vez en factores llama- sación, proyección, denegación, inversión en su con-
dos formales ( dispositivo espacio temporal, dimensión trario) pero, más masivamente aun, y en forma más
del grupo ... ) y, dinámicamente, en la naturaleza "tratable'>, ··en situación analítica.. (estructurada por
y en los objetivos de estas técnicas, especificadas por la regla).
la regla que los funda ( sitüación analítica, g~upos
más o menos directivos, centrados en el tratamiento, e) En efecto, en situación grupal, al igual que· ~n la
en la tarea o en los problemas, etc.). cura individual, estos mecanismos, síntomas ,de los
Abordaremos entonces el presente estudio en una "conflictos defensivos" se elaboran en resistencia, que
óptica que deseamos sea científica. es decir adecua- se actualiza en la transferencia, con las formas espe~
da a su objeto, atenta a la singularidad de éste y, cíficas que asumen ambas en los grupos.
para lograrlo, que parta de los hechos clínicos. ,
d) De este modo, sin entrar especialmente, a nivel
de la ·técnica (el objetivo de este trab:tjo es funda-
2. Especificidad de la resistencia mentalmente clínico-técnico), en el examen de los
y de la transferencia en los grupos diversos tipos de resistencias, en particular según su
origen (resistencias de represión, del superyó, o mo-
tivadas en el beneficio secundario, etc.), adopta-
De ese modo, antes de estudiar las resistencias y la mos la formulación lacaniana, tan densa y feliz, . en
transferencia pondremos el acento en su especifici- nuestra opinión: la resistencia es la transferencia 2
dad en los grupos, en particular en lo que se refiere a:unque, llegado el momento, las distinguiremos.
a sus modalidades clínic;as (sin excluir algunas tenta-
tivas de conceptualización). 2 Formulación eminentemente freudiana, que rem:te no s6-
Precisando así nuestra perspectiva, para anticipar 1o a los textos en los que Freud enfoca el problema de la
en algo lo que este trabajo intentará demostrar, se- resistencia ( Freud, S., 1895, 1900, 1912, 1920, 1921, 1926 b ,
ñalemos sus ejes esenciales. 1938), sino también al origen mismo del descubrimiento clel
psicoanálisis, y que Lacan fundamenta ampliamente en ·sus
tcrits (La can, J., 1966 ) •
a) Para nosotros, la escucha analítica de un grupo
122 RESISTENCIA Y TRANSFERENCIA
LA PERSPECTIVA PSICOANALÍTICA 123

e) En otros términos, la resistencia es todo lo que


obstaculiza el trabajo de acceso al inconsciente (en mente de la clínica a la conceptualización, con la im-
la dinámica grupal al igual que en la cura individual), presión de fragmentación, de repetición que ello pue-
pero también una manifestación propia del "trata- _de provocar, pero también, así lo esperamos, de "se-
mientp",_ puesto que reemplaza la rememoración por guimiento de los hechos" y de esclarecimiento y tra-
1

la repetición y se presenta como transgresión de la bajo elaborativo de éstos.


regla: de ese modo, y clínicamente, nos vemos lleva-
dos a tratarla como resistencia de transferenciaª que
se especifica en el discurso manifiesto dirigido al
. analista (en realidad~ a la representación inconsciente
de la cual él es el objeto).

f) Es posible distinguir así resistencia y transferen-


cia. La primera es obstáculo al proceso de la cura,
transgresión de la regla, defensa contra el acceso al
inconsciente, pero, al mismo tiempo -y es eso lo esen-
cial del descubrimiento freudiano- es vía de acceso
al insconciente. Y si se actualiza en la transferencia
(llamada entonces "negativa" -o, mejor, "de efectos
negativos", como lo sugiere Lagache ( Lagache D.,
1952) en ese mismo sentido defensivo), proporciona
al analista a la vez la posibilidad del desciframiento
(a través del acceso al inconsciente que permite) y
la de la interpretaci6n ~de qicha transferencia negati-
va- que transforma esa transferencia-obstáculo en
7
"instrumento' motor de la cura.

g) En esa óptica intentaremos demostrar la especi-


ficidad, en grupo, de la resistencia (por ejemplo, en
lo referente al fenómeno del liderazgo) y de la trans-
ferencia (que opera sobre los objetos transferenciales
específicos ofrecidos por el grupo); pedimos de ante-
mano disculpas al lector por obligarlo, al igual que
nos obligamos a nosotros mismos, a pasar constante-

3 En relación con ello, coincidimos con la clasificación clí-


nica de las resistencias realizada por Maurice Bouvet ( 1958-
59), aunque omitiendo, para aligerar el trabajo, la resistencia
a "la'" traf1$ferencia tal como la describió.
EN CLÍNICA GRUPAL Í25

educador (y de "monitor". . . de las casas para la juventud)


2. RESISTENCIA Y TRANSFERENCIA ( maisons de feunes), las cualidades que exige, el aislamiento
de estos especialistas (viven en "circuito cerrado"). ¿Es una
·EN CLÍNICA GRUPAL vida sofocante? ¿Se la debe abandonar para que la supervi-
vencia sea posible?
Alguien señala que toda práctica psicol6gica "en la ciu-
dad., puede implicar también esta "sofocación", este ambiente
de "ámbito confinado" en "tareas rutinarias".
La sesión concluye con el enfoque del problema de la <
"resistencia al cambio", en relación con tareas rutinarias pero
"reconfortantes", y con la observaci6n de que el monitor
no participa en el grupo.

A. EJEMPLO 1: CASO DE LAS "NODRIZAS O DE LA


Para articular nuestras tesis esenciales, examinemos
SEPARACION" tan solo, por el momento, los siguientes elementos de
la sesión:
Se trata de un grupo de diagnóstico ( G. D.) que comprende
cinco mujeres (psicólogas todas, una de ellas se ocupa de l. El contenido ("material") está centrado en la se-
casos de menores prostitutas, otra de la colocación de bebés: paración de la madre (nodriza), la ruptura del "cor-
lo sabremos en la primer sesión) y cuatro hombres: un rné- . dón lácteo"', el abandono, el drama de los "cambios..
dico, un oficial (ambos poseen también una formación psico- (de medio) impuestos. Metafóricamente, el grupo
lógica), un ingeniero de taller y un comerciante. Un monitor,
asistido por un observador, "conduce" el grupo. expresa así su angustia (oral, persecutona, masiva),
Reproducimos a continuación el relato de la primera se- angustia cuasi-general al comienzo de un grupo .
. sión, después d~ la formulación de la regla por parte del Teniendo en cuenta el tono utilizado y la intensa
monitor:
Después de una observaGiÓn de un participante ("los hom- implicación de todos en lo que se dice, este tono con-
bres están en minoría, es inquietante") Robert, el comercian- nota el n_ivel ~~~regresión, en paJ!!cul~
te 4 propone y facilita la · presentación profesional, desempe- de los afectos. ---..------- ..--------
ñando diestramente el papel de interrogador, de vínculo. -----,. - ~ - ----- . .. -·
Se interroga también a las mujeres, en particular a aquellas
cuya especialidad fue designada. Responden de buen grado, 2. ~tran§f.erenci.a se ex.presa en y a través de la me-
citando hechos. Se expresa compasión acerca del destino, la t~tQ_~e, de . ~cuerdO con la_ escucha ana-::-·
desgracia de los niños abandonados (o que hay que retirar
de sus familias} y a los que se entrega sucesivamente a diver- ª ___
lítica, ese___iliscurso_ ~man_ifi~sto'~~ _Jª___y_~~ -opiifüi~~~Y-
sas nodrizas. ¿Existe alguna solución para este drama? ¿En qué
nivel? ¿Cuáles son sus causas? Vínculo de lactancia roto, sepa-
~ao e~~~%~. _ª~~ ~~prJmid_ql ~Lqi_~f!'.!~fJ..J..~~l1!~ .
raciones brutales, ab~ndono, dificultades de la "crianza", tra- "Es evidente que los miembros del grupo se proyec-
gedia~ originadas en esa situación: se abordan todos estos
problemas, al igual que los que conciernen a las menores tan en la situación desgraciada de los niños abando-
prostitutas (que, por lo común, tuvieron una infancia pertw·- nados que evocan. Han acudido a esta sesión para
bada [incluso forzada]) y luego sufrieron la · presión de la recibir una "formación" (un alimento, una '"crianza»)
"ley del ambiente". Se discute la dificultad del trabajo de por parte de un monitor (figura paterna) y de un
grupo ( «imago" a la vez familiar y materna), aún in-
4 Es evidente que, para respetar la deontología, los nom-
bres se presentan modificados, al igual que determinados de-
diferenciadas y frente a las que se sienten dependien-
talles., en la medida en que no perjudican al trabajo de in- tes como el niño ante la nodriza o el educador.
vP.stiaaP.Um.
1126 RESISTENCIA Y TRANSFERENCIA EN CLÍNICA GRUPAL 127

Podemos añadir que, a través de estos temas de se- ahora" (angustiosa, ya que reactiva el conflicto de-
paración, de abandono, · se expresan también los afec- fensivo: aspecto dinámico) y realiza una contraca-
tos y lª- angustia l!g_~<;l_Q~--ªL duelo que provocaría, se- texia (de intereses, de afectos- con un "quantum de
gún René Kaes ( l973b) la~p~~}~}p_ªg_{6ñ~'@._!~da ~e~ afectos" importante) mediante un desplazamiento y
sión de formación. Duelo doble, dice: en efecto, no una proyección (aspecto . económico) sobre otra cosa
se trata sólo ~e--esta reacdon,---y_~=sitl;iªªª:~-p_Q_r "los e_s: (infancia abandonada), sobre otros lugares y sobre
pecia.ful!lj-·-~1 __grµ_p~~ft~~rtiinscur~~---~~ ~~~-~ ú!_ti~_as el pasado (las tareas rutinarias, aunque familiares y
s~sion~s en las que a menudo se vive y se expr_~s-~ tranquilizadoras; la dependencia infantil, angustiosa).
con intensidad la angustia ele seQ_aracióri,--de- mu~r:t~, Existe así una conducta f6bica, con un comienzo de ·
d'e'Jiétaielaaet-oO)éto-..:..siño de- üna- reacc16n ·c reiiuelo replres'ión frente a la oemaiiaá (de formación) que
. 1~_·- 12_u~~to -que--~ª- p~~JP~~te - q'!e-_ 3:~U.~e ~:1-:_l~ atrajo_ a los participantes al igual que frente a los
sesio!l_oeQ_~ se:p~se de sus v1nculos afec!_ivos_ hª- objetivos, en la regla y el monitor que acaba de for-
bi~I_~s- temporariam-ente,e-s--·-crerfo,--pero · reactiva!J.- mularlas (sin suscitar ninguna reacción directa). El
4º2- de tocl_Q_Smoac>s~-ei-aueio 1igádo -a lapéraida --<?_h- "retorno de lo reprimido"' mediante una representa-
jet_ª1 (abaJ!_donar-a:Ja.JJ.iad.:r_~, a]j-1am1lia.T··qüé-siente ción metafórica no es en absoluto una descarga pues-
el adolescente. -- ·--· - -· - ----- - to que de ese modo el afecto es desplazado, al igual
~---
De todas maneras, la angustia y la ambivalencia en que la representación. ·
la transferencia son indicadas por los interrogantes y
anécdotas acerca de los soportes metafóricos elegidos: b) Técnicamente y teóricamente, un análisis de la·
nodrizas, educadores y "monitores" ( ... de casas de situación en términos de procesos temporales puede
la juventud -en las que se ocupan de "grupos"). _Al- llevar a la siguiente hipótesis provisoria: -~ "puesta
gunos son buenos, se dice, otros malos, e incluso ellos en situación" .(_en gruPºJ reactiva el conflicto defen-
mismos aislados, sofocados en esos ámbitos cerrados sip-;.-Ello determina una regresión y un recurso a
y en sus tareas rutinarias . .Claramente: ese monitor, defensas anacrónicas que se actualizan en la resisten-
ese grupo-ámbito serán padres (nodrizas, enseñan- cia- en este caso, a través de la evitación de la situa-
tes) buenos o malos. ¿Habrá algún peligro (de cam- ción, el aferrarse a lo familiar, el desplazamiento y la
bio -y ¿qué cambio?- puesto que se habla de "re- proyección . (resistencia de tipo histérico comparable
sistencia" al cambio) si se produce un acercamiento a la que . describe Maurice Bouvet, en la cura indi-
excesivo a ellos? vidual, partiendo de los conceptos de ''yo [moi] his-
térico", "'yo obsesivo", formulados por Federn). De
3. Es · allí donde se expresa la resistencia del grupo, todas maneras, e~o~e~1!'!.- es insuficien-
aparentemente preconsciente al final de ·1a sesión. Se·
ñalemos sus aspectos esenciales: t~_!ª d~n:i!~E}~ -~-~g~~~~~9u~-~~~~~~~en el reto!-
no:_~~J.2._!'~P_rimi_d_o · (evocaciones persecutorias de las
a) Clínicamente, existe una evitación de la situaci6n: representaciones metafóricas proyectivas, con quan-. .
después de presentaciones rápidas (en principio des- tum . de afectos importantes). En términos kleinianos,
tinadas a "trabar conocimiento" -al menos superfi- se puede plantear la hipótesis (la hemos desarrolla-:
cialmente- en .vistas de incorporarse a la situación) do en otra obra [Béjarano, A., 1971]), que esta angus-
el grupo huye ( decatectiza) esta situación "aquí y tia persecutoria suscita el mecanismo de defensa pri-

H
o-,
128 RESISTENCIA Y TRANSFERENCIA
EN CLÍNICA GRUPAL 129

mitiva de clivaje del yo -que da lugar a la escisi6n


de los objetos y, así de los objetos transferenciales. De ese modo se excluye, reprime, es decir se vive
como obfetos malos (y proyectados como tales en el
..
j

discurso metafórico) , al monitor (con "su" regla) y


al grupo ("su" grupo, como grupo de diagnóstico,
B. OBJETOS TRANSFERENCIALES "BUENOS" de formación, que incluiría monitor y observador).
Y "MALOS"
La presencia del primero, es evidente, fue escotomi-
zada. Sólo al final de la sesión alguien observará que
En este caso, la clínica más superficial señala que "el monitor no participa en el grupo" -formulación
los participantes hablan únicamente entre sí, con un cuya naturaleza proyectiva se comprende fácilmente;
gran interés mutuo (incluso ostentatorio) -como para a la vez reproche de no .participar, de excluirse
señalar que ellos, los participantes, son los obfetos (mientras que en realidad se lo excluye: todo ocurre
buenos, con exclusión, ya, del monitor (y del obser- como si esta observación señalase el temor de retalía-
vador) y del grupo (en su totalidad, y como instru- cwn, de la ley del talión), negación de su rol tal
mento de formación) . como lo formuló en la regla y, así, negación de la re-
La observación de un participante, al comienzo de gla (su rol no es el de participar, sino el de ayudar
sesión ('1os hombres están en minoría, es inquietan- al grupo a comprender lo que ocurre -a través de
te") va en el mismo sentido. Esas palabras liminares, la interpretación:). Del mismo modo, el grupo de
como lo demuestra la experiencia, tienen un gran va- diagnóstico es excluido como tal, a través de ese mis- .
lor significativo. Esta primera "afirmación" es la ex- mo mecanismo de evitación de la situación con, co-
presión de una representación perceptual que sólo mo lo señalamos anteriormente, represión de la de-
incluye a los· participantes . (que son efectivamente manda de formación (se hace algo diferente de lo
cuatro hombres y cinco mujeres) _ excluyendo así al que, a sabieridas, se quería hacer).
monitor y al observador que, si fuesen incluidos, de- Por el contrario, el mundo exterior está allí, ' pre-
terminarían que las mujeres se convirtiesen en minoría. - sente, utilizado. ¿Como objeto bueno o malo? En
Se señala· así, desde un primer momento dos~li:-~ realidad, como objeto ambivalente:
v~" (en forma implícita, y sin que se lo~ v~lva e -a Por un lado, "'buen9", puesto que reúne ·a los parti-
~endonar: hombres-1JE!j~s [ clivaje sexual: conoce- \i.l. cipantes en un interés común, los tranquiliza mediante
las tareas familiares evocadas, los recatectiza narcisís-
mos su importancia para el inconsciente] y d;lo.s..-rw- -L. ítf
sotro~ [es decir monitores-participantes] . ''Clivaje" no fltQJ.~ t ticamente (en espejo) en la atención que se prestan y
debe ·entenderse aquí en el sentido descriptivo (ni la valorizaeión de sus roles habituales (a los que se
psicosociológico) del término. La continuación mos- ·_ identifican: catexia narcisista de la profesión), los pro-
trará los aspectos tópicos (evitación-represión), diná- - tege contra los Óbjetos presentes malos (monitores,
micos (evocación de conflictos entre hombres y mu- grupo de diagnóstico) excluyéndolos, y sirve así a sus
jeres, entre niños-participantes y monitores nodrizas) defensas, les permite ajustarse, mediante éstas, a la si-
y económicos (cargas afectivas intensas) que impli- tuación; por último, este contenido les permite ex-
can. Estos clivajes son así, efectivamente, de orden presar mediante una metáfora (desplazamiento) su
psicoanalítico, sus términos son objetos de catexias temor de estos objetos malos.
y contracatexias a la vez libidinales y agresivas. Por otra parte, "malo'", en efecto, por lo que
implica ese contenido si se tiene en cuenta el des-
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...
• 130 RESIStENCIA Y TRANSFERENCIA

3. ESPECIFICIDAD DE LOS OBJETOS


plazamiento que representa. Precisemos en rela- TRANSFERENCIALES EN LOS GRUPOS Y DE
ción con ello los afectos y la reactivación del CLIVAJE DE LA. TRANSFERENCIA EN ELLOS
conflicto defensivo en juego. Los participantes ha-
blan efectivamente de sí mismos, a través del desti-
no dramático de los niños y de las menores prostitu-
tas. S_in_. qlJ.~l}edan recoQ.Q._G...~rlq, __p_rqye_gª-:g. --.~~lL!?._.
qv,~Ja situación Jil.isma. J.~2 hace__ !~yii¿_ii::.: impresiones
de alejamiento de su med101íabitual (reacción_d_e
duela,. señalada por· Kaes -con los afectos depresivos
y persecutorios que implica) tal como la viven los
bebés a los que se aleja de su madre, a los que se l. Los cuatro ·objetos transferenciales
cambia de nodriza (vínculo de lactancia roto, etc.),
y las jóvenes prostitutas perturbadas (violentadas)
En todo grupo, como acabamos de verlo (y como lo
por sus familias y luego por la "ley del ambiente"; señalaba nuestro artículo sobre el clivaje de la trans-
_qfu_ct~---X._ emoc~u~ivados p_m::_Ja__sfu¡ación y_por
ferencia en los grupos ( Béjarano, A., 1971), ~e plan-
e~maS--eL_ge.cir_J9sJ_igªcJo~__a_las_pºsi~i~nY~-_p~r­
tean así cuatro objetos transferenciales: J·

~1toril:L_y tepre~iva de la inf~ CQil, su aiig_?_sl~ -tres objetos interiores al grupo:


c~ suscitando la defensa a traves del chvaJe
del yo, que da lugar a la proyección). Los partici-
- el monitor (transferencia central);
- los otros, los participantes ( transferenciales late-
pantes no sólo se sienten abandonados, excluidos, si- rales); .
no, además, sumamente angustiados por su agresivi-
...:. el grupo como tal (transferencia grupal -reco-
dad (destructividad) así surgida (expresada median-
nocida más tardíamente, en particular por· J. B.
te su crítica de las nodrizas-educadoras, del "siste- Pontalis [1963] ) ; .·
ma": ..es todo el contexto sociológico el que está en
-y un objeto exterior: el mundo exterior del que he-
juego", dice uno y por la evitación-exclusión de los
mos señalado en este artículo el interés que existía
objetos malos, monitor y grupo, transferencia negati-
en éonsiderarlo como objeto de transferencia. El ejem-
va vivida a su vez como agresión). T~men asL_s~r-
plo que ac~bamos de mencionar lo destaca.
maltratadQ§, transfQfJJ~Ms, ___Q.~.tr..ui.g_os. Ello exp_fü~a ·
alavez la intensidad·-.de. - - los afect~
·-·- -·-~1·--------.---------- ·--- - __y_Jª g~f~ns_i:~. que
.---~-·
se ~Qp.ta. 2. AJ.gunas nwdalidades clínicas grupales de la
- Entramos así, efectivamente, en lp. transferencia y resistencia y de la transf'erencia
la resistencia de transferencia, y disponemos ahora
de elementos más precisos que nos permiten com- En ese trabajo, señalábamos también de qué forma
prender que, aunque la dinámica de los grupos pue- una investigación concerniente al clivaje de la trans-
de explicarse mediante los conceptos psicoanalíticos, ferencia sobre estos cuatro objetos transferenciales
de todas maneras los grupos presentan características podía ofrecer descripciones clínicas relativamente fi-
singulares irreductibles a la cura individual. Precise- nas. Y mencionábamos como ejemplos de estas moda-
mos desde ya una de éstas. lidades, con algunas indicaciones clínicas:

i [131]
132 RESISTENCIA Y TRANSFERENCIA ESPECIFICIDAD DE LOS OBJETOS TRANSFERENCIALES
.
133

a) la .J2.0si~.c.utaria.. en la que los tres obje- Aparentemente, así, esta delimitación de la resis-
tos interiores (monitor, grupo, los otros) son vividos tencia y de la transferencia, en sus modalidades (es-
como males, ya que el objeto bueno es proyectado tructuras) clínicas y su especificidad permite séguir
al mundo exterior (eventualmente idealizado); esta y comprender la situaci~n y, llegado el caso, inter-
estructura puede compararse con el ''supuesto básico" pretar acertadamente.
de W. R. Bion (1961) llamado "de ataque-huida".
'
b) La posición <l-_t!~siva, en la que los otros y (o) -
el grupo reciben la transferencia negativa, percibién- 3 . . Discusión.
dose al monitor como objeto bueno (incluso idealiza-
do), al igual que al mundo exterior (transferencia
positiva: +, o ambivalente: ±). Allí donde señalamos una de las características espe-
· c) La defensa maníaca, negación de la posición de- cíficas de la vida grupal en relación con la cura in-
presiva o persecutoria, en la que las proyecciones se dividual (los cuatro objetos transferenciales mencio-
invierten parcialmente en relación con las transferen- nados -que provocan clivajes y proyecciones diferen-
cias de estas últimas: es decir transferencia positiva tes y, así, resistencias y transferencias igualmente es-
sobre todos los objetos interiores, transferencia nega- pecíficas) sería sin duda interesante examinar y cri-
tiva sobre el mundo exterior -estructura que puede ticar nuestra proposición.
compararse en parte con la "ilusión grupal" descripta Sin duda, en lo que conciern~ a la transferencia
por. Didier Anzieu ( 1971 d). central, la posición del monitor parece similar a la
Podríamos añadir ahora: del analista en cura individual; sin embargo, veremos
luego que, debido precisamente a la presencia de los
d) La defesa· histérica tal como aparece en nuestro otros objetos transferenciales, las proyecciones efec-
· ejemplo 1: ''los otros'' son objeto bueno (transferencia tuadas sobre el monitor son diferentes. Del mismo
positiva), monitor y grupo objetos malos, mundo ex- modo, en el análisis individual el paciente utiliza al
terior ambivalente 5 • ·
mundo exterior como resistencia -pero él es el único
que "'se defienden de ese modo contra la situación;
5 Para precisar las ideas en el sentido de esa investigaci6n,
acerca del clivaje de los objetos y de la transferencia en los ~n gru~~~~-d~ ._U.:I!Q .re.(:!jp_~---~!¿osté!!. _y __1ª,s _Gontx_ac~
grupos, podemos resumir estos primeros resultados mediante xi::i_Lde Jos gtros _q_µQ.._r_efuer.z._~n su defensa.
el siguiente cuadro (utilizando los signos +, - y ± para · Parece más difícil asimilar estos "otros" del grupo
caracterizar a la transferencia) (cuadro simplemente indica-
tivo y . que no pretende alcanzar un rigor matemático: a los '"otros" evúcados por el paciente en la cura en
·objetos interiores Objeto exterior
la que, precisamente, son sólo evocados, mantenién-
monitor otros gruposMundo exterior dose ausentes, imaginarios, y cargados con una "rea-
l. Posición lidad'' psíquica que el analista no puede en absoluto
persecutoria
2. Posición
+ apreciar. En gr.!Jp.o Jos_Qtr.os__ s~ .. eº-9_'!1-~_!ltra~_all~,_p~~­
depresiva + + ± s~~~¿~.!_~s; hablan, responden, reaccionan ante las
3. Defensa proyecciones que se efectúan sobre ellos, proyectan
maníaca
4. Defensa
+ + + a su vez, atacan, se comprometen entre sí en alianzas
histérica + + o conflictos "reales" (el monitor puede apreciar en-
,, '
.. 134 RESISTENCIA ·Y TRANSFERENCIA
'" ESPECIFICIDAD DE LOS OBJETOS TRANSFERENCIALES 135
tonces, mejor que el analista en la cura, la parte de
realidad psíquica y la de proyecciones). siones porque tienen dificultades para vivir en grupo,
- Por otra parte, y a través de ejemplos diferentes, mientras su vida profesional los obliga a ello y en sus
veremos de qué forma la presencia de estos otros relaciones duales, o incluso en grupo reducido de tres
moviliza, reactiva, bajo forma de transferencias late- a cuatro personas, se sienten cómodos. Los monitores
rales, situaciones existenciales (infantiles incluso), n()~~can.3-:.!!_~~~ta_ regla común -pero está_!!___protegf-
vividas por los participantes, facilitando proyecciones .~ cf9~z. _por _1:!_º_lac1Q1 _QQr_~u ~lalü~~~cial en el -gr~o --
que en el análisis individual no hubiesen podido pro- y?___por ~_!_q_tro (y sobre todo), R<?.! . ~u 1-C?.I'I!l~_q!.ón_.. E~r~
ducirse (por lo menos no con tanta rapidez y tan e_~~- rQ!_y_!~ __posibilidad de__an_~Ji:z:ªr su co1_1_g_atransfe- .
intensamente); de qué forma, también, la di!!_4mi...G_ª rencia,tporJ!jo~~~~-y~~~i.!)ª ayuda del observa<lorJ 6.
g!~E~~-J~_ Q~~-ca_da J-!nQ._!.1.!iliz.~1:!~,_ ·ª _trayé_s__ ._d_e_~~: Es util retomar en dinamícfa' -ae - grupoesta expe-
~~_p_!_pye~c,~o_!!~~ --·º-:-g_~~p_laz~~iepto_s_ cliY~rS.Qs_,_ J!_ JQ..~ riencia común, vivida por todo ser humano, que con-
otros en el sentido de sus deseos_ o d~..f~~sas, de ha- siste en sentir al grupo como portador de fenómenos
. bfa!.:_~ --lqg~~- d~--hac~~l~?- h~~l~~ ~-n lµgar -~e sui generis y que lo afectan específicamente.
..!_lnQ.. Nos vemos llevados de este modo a abordar una
El ejemplo 1 ilustra ya en parte estas afirmaciones: segunda característica específica esencial: el fenóme-
en efecto, nos muestra -lo que la simple lógica per- no del liderazgo.
mite prever- de qué forma la situación _gru.p_q}___fa-_
cilita la e~ión de esta situación (en este caso a
través de las trañSferencias laterales positivas) p...or el
sim~J'L.b.echo _d_e_Ja prese:r;tc.iit_ d~_ JVl.ª-rkJ_gy¡t_q1~J}S 1e_
ales .
djf ere1!J~.diJ,__g,_!]g]íst_4. En la cura, se supone que el
paciente le habla a éste (incluso mediante las pro-
yecciones que realiza sob:r:e él) y no puede dirigirse
a ningún otro, mientras que los "otros" del grupo ofre-
cen esta posibilidad (incluida· la de hablar al obser-
vador) y, así, la de excluir, con gran facilidad, al mo-
nitor y a la regla.
Por último, el grupo mismo, como tal, es radical-
mente irreductible a la situación analítica por razones
que ·especificaremos en los capítulos ulteriores. En lo
que se refiere a su vivencia -que los participantes.
del grupo experimentan en todo momento (al igual ¡.
que todo ser humano, aun en los grupos ..naturales")
-el grupo reactit,,--a, fenómenos psíquicos específicos.
Los participantes son movilizados, precisamente, al
menos en parte, en las motivaciones que los han
atraído, por el deseo de esclarecer estos fenómenos, 6 Por ello, insistimos siempre en la necesidad de una for-
en lo que les concierne. Muchos acuden a estas se- mación muy específica de los analistas que desean "hacer
grupo" -núentras algunos se dedicaron a ello sin prepara-
ci6n, debiendo enfrentar entonces serias dificultades.
EL LIDERAZGO i37
,,
ticular a nivel de la resistencia, de la transferencia
4 EL LIDERAZGO corv10 FUNCIÓN y de la fantasía .
. · DE RESISTENCIA Y DE TRANSFERENCIA

B. EL LIDERAZGO

Sin embargo, una es.c ucha global no puede ensordecer


ni enceguecer en lo que se refiere al conocido fenó-
meno if e los diversos roles y funciones desem12_eñado~
p_QL_cl_eterminados p3rti~i_Qª-.nte~_y__q~~~-- obs~rvación
A. EL GRUPO COMO ESTRUCTURA GLOBAL de l_ª~--~n!_~ra(iCfünii_p~r..m!~~_justª'_J:Ee~J~__ Q~~~~-ª~-=-en
(Y DISCURSO GLOBAL) e~ecial la función del (de los) lídere ( s).
El e)eñlp!Orseñalá- con---nffiaeZ que- Robert, el . co-
merciante, es el que propone y facilita la presentación,
Hasta el momento hemos escuchado al grup.o como desempeñando luego con destreza el rol de vínculo,
voz única, que expresa "un" discurso manifiesto.,'!- de interrogador y orientando así al grupo a temas pro-
hemos actuado con fundamento. Por un lado, ~ fesionales. Clínicamente, Robert funciona efectiva-
camente una totalidac!L..!:!!!.~-estruetai:a- (y no una co- mente como líder y -es éste el aspecto importante-
le~iduos) y ~e -~~P~~~ª--PºI- _qtJ;a _p_ªr~e es seguiµ,o por el . grupo, en esta primera sesión por
como tal (a través del "no-sotros , de la referencia lo menos.
per:íilalleiíte al "grupo"). Por otra parte, p!!1Q!9.na__~feCl: Desde esta primera delimitación descriptiva, sabe-
tivamente como "ob~~()_: _en.._ __el. inconsc1ente__ de. -caqa mos que Robert es iniciador y !uego portador ( acuer-
~o-:~om9J~~ déiñostr_Q_J._}3. P.~!:t!alis ~ 1963); ~.n otra do del grupo) de la defensa, es decir de la resjst~J1da
o1n.·a-liemos intentado desarrollar esta idea ( Be1ar~no, (de transferenciayycle la transf_~_ren.e..ia_~?,tiv.a .. Esto
A., 1971), y añadiríamos de buen ~ra~o. que fuJ-!~iQ!ll1 se comprueba lógicamente a -partir de lo que hemos
como "imag~~(' (en el incons.cient~ mdividual -incluso señaládo (simple silogismo): la escucha global nos
colectivo- fuera de toda situación grupal). muestra la resistencia del grupo (transferencia nega-
Además, la experiencia . y la práctica nos ens~ñan tiva); la observación, aun superficial, señala que esta
que m)JCh~~r~J?.9-:-~_f>n__ gl~bales. (silen- primera sesión fue animada por un líde!; ~l lí?er, .así,
cios · risas pánico, para menc10nar solo e1emplos ~9rtago:r._g~_Ja.2es_!_~t~~-ia -ªel__g~upo. _ -
"tip~"'), q~~ tal gru12L~actúa" (se defiende, ataca, Simplemente, se debe aclarar:
se desenvuelve, trabaja) de_tal 9 !8--LQtJ:P_~~d:°, h;P!a _
con su estilQ,__filLJ_e~g_uaj~, Jllªnif!esta. un __ chma . ~s-J l. Esta función resistencial (transferencia!) del líder ·
ri"eClfico-3~ -d~~i-~~n ( 1961), debi4º-. l1_in~~!a,cci911es _in-_ se origina sin duda en su ecuación personal, en su
. dividuales constantes que --~on~!~~"!IY~.n_ J:t!_staillente_ la propio sistema de defensa, en la especificidad de su
"dinám1caé1egi:URº . resistencia en esta situación grupal; pero si "los otros'"
-Por último, acabamos de ver que una escucha ?lo- (participantes) lo siguen es por. que perciben en él,
bal (ejemplo 1) permite oír y reco~ocer contenidos · tanto consciente (a partir de sus · palabras, las posicio-
y procesos psicoanalíticamente descifrables, en par-
[ 136)
,
,, RESISTENCIA Y TRANSFERENCIA EL LIDERAZGO . 139
138

nes que adopta) como inconscientemente ( co~unica­ así, s6lo puede producir sus efectos positivos, de acue~­
do con nuestra perspectiva, si se respetan dos con-
ción de los inconscientes) que exP!esa las ¿rJt'"f!:P..'UJ!__. 4~.­
fensas de todos, en sus aspectos esencialés po(Io me- diciones.
-~fder, así, utiliza al grupo para mamfestar y a) Que sea interpretada, por el monitor o por algún
hacer eficaces sus resistencias -pero, recíprocamente, participante, en su ambivaleneia misma, en particular
los otros participantes lo utilizan, por su propia cuen- en lo que se refiere a la transferencia negativa (o po- .
ta, en el mismo . sentido. Se deduce de ello que, en la sitiva en exceso: líder hiperdependiente, que idealiza
perspectiva que hemos adoptado desde que compre~­ en exceso al monitor: resistencia análoga a la del
dimos esta .dialéctica, aunque_~--~J?~.!~~~.- ef.~c-~:-- "amor de transferencia" descripto por S. Freud
v~mente com.Q_~l _JLQ!:J__q~·()z
_ ~!:__d~~<-! 111fl:!1~fiest~, .,x. _ (1915 a).
entonces de la resistencia-;-ae tocfos moaos no se -~~~~-~-­
cQ__moperturbador, el ~n~r!iig~_~(P,e_~~: a__ -qife ~~Jp .P1l~ b) Que sea interpretable, es decir que el líder · en
de vivir de .e..sa___man_em_,_~oI!t.rªtrJ!!lS.fo:renciªlment~, .S.O".'- cuestión (incluso el grupo, habida cuenta de sus par-
bretodo cuª!!d.º se tr~ta_ _de__-qn_a__ per.sonalidad ._ qu~ - ticipantes) acepte la dinámica de grupo -en otros
~acteri~ticªs--..11~~9ides) '. si~_<?__~_<?Elº -- ~gen~ términos, no sea rebelde a toda interpretación: (es-
t~ de la resistencia ( ag~nt~---!~9g_p._ss:.~~~~~---- 9~. ~s~a fu:r:i.- tructura o carácter paranoico, etc.) -caso este últi-
. ' ~1-----::-:::J·•-.:r:-
c10n , en a meu1ua e_:Q__JJJ.l..e ....eL.gruno 1mnhc1tamente
.-- - ---r ----'- ---- .r _ . .. ... .. ~ mo que plantea el problema de las contraindicaciones
~ólicita-- De·t~l modo, la inte~preta~i6n, si. se (o de los riesgos importantes de fracaso) con parti-
·recurre a ella, debera mostrar esta alianza inconscien- cipantes semejantes.
te y, de ese modo, seguir siendo "grupal" (como lo En efecto, si no se interpreta esta funcú5n res,isten-
demostró desde 1950 ~zriel, al señalar que toda inter- cial y ambivalente del líder .(a fortiori si no es inter-
2.~~ión _d~bía reálizar~_e e_? grupo__X~,n~!~~viC!_ual-: pretable), éste caducirá efectivamente al grupo en
me_!!!~)_, ~-mar-=ae=s.e.nil~C1ª~J.?.~1Q.~J _p~1v1leg1_~-1ª.,,. .funci6n de su propia resistencia y de su propia fan-
__
__g_~ c_l_g_s_emp_e_fü\.....~L.Jíder____( comQ. .!~!~~~!!t_a~t~ -- ge _ ~-ª--- tasía, sin que sea posible superar esa situación. La
.
j~~si~t~.Pcia __Q~..Qª_d_a ._.11:~rn.__y_ º-~ to.dQs.) . · mayor parte de los monitores de grupo han tropezado
con situaciones de este tipo, sobre todo en sus co-
2. ;Es tanto menos el enemigo cuanto que la técnica mien~os. Mencionaremos dos ejemplos clínicos.
psicoanalítica se basa, fundamentalmente, en el análi-
sis de la resistencia en particular de la resistencia de
transferencia. En la'. medida en que el hder
' .l a encar- C. OTROS EJEMPLOS DE RESISTENCIA A TRA VES
na, nos permite no sólo comprenderla mejor, en sus DE LA FUNCION DE LIDERAZGO
modalidades -sino también interpretarla como tal y,
así, lograr que se convierta en el agente del progr~so
del grupo -del mismo modo en que, en la cura in- l. Ejemplo 2: caso de las ~·consultas personalel,
dividual, la transferencia (negativa, o positiva en ex-
ceso) como resistencia se convierte, una vez anali- Se trata de un grupo de diagnóstico integrado por una ma-
yoría de mujeres y de psicólogos. Jeanne acude a la primera
zada, en el motor del progreso ·de la cura. sesión con media hora de retraso, lo que ya es significativo
(en el orden de . la resistencia). Otros signos del mismo tipo:
3. La función necesariamente ambivalente del líder, no parece en absoluto molesta por su retraso, no pide perdón,

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