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blemente la cultura española - aunque siga i Esto es todo ? Esto es todo. Entonces, el lector
siendo, comparada con la europea, bastante de buena fe, un poco desconcertado, piensa que
probretona y provinciana, di a lo que diga, el nuevo ensayo español es muy pobre, casi
pro domo suo, Julián Marias. 8.len. Ha habido, inexistente. i Todo se reduce a alguien que
decimos, novedades en la producción ensayística “se interesa por la filosofía” - y de quien yo
española, durante el último decenio. Un instru- no se que haya publicado un libro o, al menos,
mento neutro y objetivo como debe ser un ensayos importantes -, a un crítico literario -
diccionario no dejará de registrarlas, piensa el autor, éste sí, de un libro importante sobre la
lector de buena fe. Con mayor razón si el novela española en el exilio - y a un peri@
director de la publicación es Julián Marías, dista que ha escrito un libro de conversaciones
especie de Quijote “generoso, veraz y libre”, con Pío Baroja y... la historia del Café Gijón?
que ha roto más de una lanza en favor del ensayo i Flojo panorama el del joven ensayo español!
español contra quienes pretendían mantenerlo Y es en ese momento cuando el lector de buena
cautivo, oculto o silenciado. Tranquilizado por fe empieza a dudar de la “generosidad, la vera.
tamaña garantía, el lector de buena fe, que, cidad y la libertad” del director de la publica.
supongamos, se interesa por los nuevos valores ción, señor Julián Marías. Hace sus cuentas,
del ensayismo español, abre el bonito dicciona- consulta a los amigos, relee el artículo, apunta
rio de la Revista de Occidente y busca el artí- las omisiones y he aquí el resultado a que
culo “Ensayistas españoles actuales”. Helo llega.
aquí, página 254. Aunque no lleva firma, el De los tres ensayistas jóvenes citados, el único
lector piensa que el artículo ha sido redactado que merece tal nombre - aunque sea sobre
por Marías mismo, o al menos bajo su direc- todo crítico literario - y el único realmente
ción y supervisión. Bien, pero que muy bien. conocido como tal es Marra-López. Veamos
Leamos. Nombres, muchos nombres. Aparente- ahora algunos ensayistas omitidos, casi todos
mente, todos. i Todos ? Veamos. Desde 1953 han ellos autores de uno, dos o más hbros : Alberto
aparecido muchos libros de nuevos ensayistas. Gil Novales, G. Ferraté, Sergio Vilar, Raúl
Por ejemplo... i Cómo ? i No está Enrique Morodo, Elías Díaz, José Luis Abellán, Xavier
Tierno Galván, conocidísimo profesor y en- Rubert de Veniós, Luis Rodríguez Aranda,
sayista? Sin duda se trata de una errata de Antonio Jutglar, Juan Goytisolo (que no es sólo
imprenta. i Cómo podía desconocer Julián novelista), Enrique Ruíz García, E. Pinilla de
Marías a un colega suyo, casi de su generación, las Heras, Manuel Sacritán Luzón (profesor de
que cuenta ya con una producción ensayística la Universidad de Barcelona), Ignacio Sotelo,
importante en volumen y calidad? De todos JosC Aumente Baena, Ramón Tamames, Frac
modos, es raro...’ cisco Fernández-Santos ; J. A. Valente y J. Gil
Pero sigamos adelante. ¿ Posteriores a 1953 ? de Biedma (ensayistas además de poetas) ; Igna-
Ramón Xirau y Marichal en el extranjero, José cio Fernández de Castro, Manuel Tuiión de
María Castellet en España. Nombres importan- Lara, Alfonso Sastre (no sólo dramaturgo), Luis
tes sin duda : el diccionario de Julián Marías Martín Santos (que, además de novelista, ha
no los silencia. ¿ Y los más jóvenes ? “Entre los escrito ensayos importantes), Juan Fuster (que,
ensayistas más jóvenes hay que citar a Javier además de escribir en catalán, ha publicado
Muguerza, que se interesa por la filosofía, y a bastantes libros en español), Vicente Aguilera
José Ramón Marra-López, que ha cultivado el Cerni, M. Sánchez Mazas, Eloy Terrón... Tate,
cuento y empieza a destacarse como crítico tate, demasiadas omisiones para que sean todas
literario... Puede citarse entre los ensayistas a “erratas de imprenta”. El lector de buena fe se
Marino Gómez Santos; destacan entre sus resiste todavía : ¿ es posible que un ilustre
libros sus conversaciones con Pío Baroja y la liberal como Julián Marías, digno defensor del
historia y crónica del Café Gijón de Madrid”. ensayo de su generación contra los que, según
él, lo han silenciado en favor de otros géneros,
1. La “errata de imprenta” se corrige luego en silencie ahora a tantos ensayistas nuevos...?
ficha alfabética dedicada a Tierno. Pero firmada ¿ Es el Marías del artículo de Los españoles el
por Germán Bleiberg, que rectifica así la “erra-
ta” de Marías. mismo que dirige y redacta el diccionario de la
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Revista de Occidente ? i Cómo explicar tan hay que engañarse : no se trata sólo de
flagrante contradicción ? Ortega.” (Las cursivas son mías). Luego
Remontemos el hilo del tiempo, a ver si llega- insistiré cn la deshonesta amalgamas y en el
mos al ovillo de la cuestión. ¿ Como ? iTampoco increíble tartufismo patentes en este párrafo,
está Luis Araquistain ? Inexplicable omisión, muestra y sefial de la pobreza ideológica y del
porque el escritor socialista vasco era conocid provincianismo en que aún vive parte de la
dísimo y había publicado decenas de libros, la inteligentsia española, incluso la que se cree
mayoría de contextura y estilo típicamente más europea y liberal. Observemos simplemente
ensayísticos. i. No será que...? El lector tiene por ahora que en estas palabras de Marías se
una súbita sospecha : recuerda que Araquistain, cifran los dos criterios o claves principales para
escritor de tendencia marxista aunque modo descalificar a los nuevos intelectuales españoles
rada, publicó allá por el año 1934, en su revista no ortodoxos - según la ortodoxía de Marías
Leviatán, unos artículos de crítica radical, muy y de la Revista de Occidente: la crítica ideo&
dura, contra Ortega y su ideología aristocrati- gica a Ortega (Marías dice “ataques”) y el
cista, crítica que después ha repetido, muy marxismo o corrientes afines (Marías dice,
suavizada, en su libro El pensamiento español graciosamente, “extremismo”). El intelectual
contemporátzeo, de 1962. ¿ Será éste el ovillo, español que “peque” por cualquiera de estos
o uno de los ovillos, a que nos conduce el hilo lados, y más si peca por ambos, puede estar
de las exclusiones ? Así se explicaría la omisión seguro : no entrará en el cielo “liberal” del
de bastantes de los ensayistas anteriormente Diccionario de literatura. Así haya escrito diez
citados - desde Tierno Galván y Tuñbn de Lara libros de ensayos.
hasta Aumente, F. Fernández-Santos, Juan Pero continuemos con el tema de las exclusio-
Goytisolo y Martín Santos -, que sostienen nes. El lector curioso, que ha perdido ya toda
posiciones intelectuales más 0 menos radical- fe en la “generosidad, veracidad”, etc., del direc-
mente antiorteguianas o han criticado aspectos tor del diccionario, observa ahora que en al
diversos del pensamiento del filósofo madrileño. artículo sobre los ensayistas y fuera de él no
Pero aún hay más : la mayoría de los ensayistas hay lugar para ningún escritor socialista, vivo
y escritores mencionados sostienen posiciones o muerto. Veamos unos ejemplos : Jaime Vera,
marxistas o influídas por el marxismo y, en Tomás Meabe, Besteiro, Jiménez de Asúa,
todo caso, claramente socialistas; algunos son Fernando de los Ríos, Carmona Nenclares,
cristianos de tendencia crítica y revolucionaria. A. Nin, Maurín, Ramos Oliveira... Y ya citamos
Ahora bien, para el señor Marías, todo lo que antes el caso más curioso : el de Araquistain,
en el terreno del pensamiento huela a marxismo culpable sin duda del “pecado mortal” de
0, simplemente, a socialismo, no es más que... antiorteguismo. (No se diga que aquí suele
“extremismo”. Veamos sus propias palabras en tratarse de escritores políticos, porque el
otro artículo del citado libro Los españoles : diccionario incluye a otros escritores puramente
“En estos últimos años, especialmente en los políticos como... J. A. Primo de Rivera y
tres o cuatro más inmediatos a esta fecha, lo R. Ledesma Ramos.)
más valioso de la cultura española, la tradición
de sesenta años de esplendor, esforzadamente
sostenida y conservada en los últimos decenios, 2. Sin duda, para dar mayor consistencia e esta
vuelve a encontrarse asediada por dos entremis- amalgama de los “dos extremismos opuestos”
mos opuestos, que por motivos distintos tratan que “se parecen”, el diccionario de la R. de 0.
de anularla. Si se leen con atención los escritos excluye,, ademas de a los ensayistas marxistas,
marxisnzantes o socialistas, a algunos, pocos, del
de los tiempos más recientes, se advierte que otro “extremo”, como el Padre Ramírez o
para muchos esa tradición intelectual que va de Gonzalo Fernández de la Mora. Pero cabe pre-
la generación del 98 a la fecha actual es el guntarse si ello no se debe, más que a sus
posiciones integristas, a sus notorios ataques
enemigo que hay que destruir, negar, despres- contra Ortega y Unamuno. Porque otros muchos
tigiar, minimizar. Se dice que todo eso es escritores no menos integristas tienen cabida en
“impiedad” o que es “reaccionarismo”... Los el diccionario. En todo caso, ya se ve que éste
cuida, aunque tímidamente, su respetabilidad
ataques a Ortega son representativos; pero no “liberal”, centrista.
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i Otras exclusiones ? Carranque de Ríos, Joa- importantes aparecidas en los últimos años en
quín Arderíus, Manuel Andújar, Clemente todo el mundo. Pero, he aquí el quid de la
Cimorra, María, Teresa León, Ricardo Bastid, cuestión: Luis Martín Santos, además de ser
José Ramón Arana, Jesús Izcaray, José Herrera “extremista”, se permite en su novela ironizar
Petere, Clemente Airó, V. Botella Pastor, Manuel sarcásticamente en torno a Ortega. 1 Doble
Lamana, Julián Gorkín, Agustín Bartra, Eduar- pecado mortal ! Sentencia : condenado a las
do Ortega y Gasset (1 también él !), Bosch tinieblas exteriores, a la inexistencia literaria.
Gimpera, Recanséns Siches, Nicolás Sánchez- Aún después de muerto...
Albornoz, Juan Rejano, Juan Andrade, Pablo Otro botón - y ya más que suficiente para la
de Azcárate... Escritores todos que ofrecen la muestra. Artículo “Hispanistas franceses”. Más
particularidad de ser... exilados antifranquistas o menos están todos, salvo dos excepciones
o bien hombres de... izquierda (“extremistas”, notorias : Pierre Vilar y Noël Salomon. Ambos
quizá diría Marías). Señalemos de todos modos - 1qué curioso ! - de tendencia definidamente
que la responsabilidad por las exclusiones recae marxista. (Entre los hispanistas italianos, otra
aquí tanto en G. Bleiberg como en Marías : se exclusión significativa : Dario Puccini, también
trata frecuentemente de novelistas y poetas. Y “extremista”.)’
son demasiados “olvidos,” todos del mismo Enumeradas todas estas omisiones, más o
lado, para suponer que se trata de ignorancia menos importantes pero en conjunto gravísimas,
(lo que ya sería de por sí grave en los redaw añadamos que el diccionario de Marías y
tores y directores de un diccionario)3. Bleiberg muestra una “generosidad” inagotable
Pero veamos todavía otras exclusiones. Artículo para con centenares de escritores secundarios
“Novelistas españoles actuales”. ¿ Están, entre 0 insignificantes, a menudo completamente
los novelistas jóvenes, todos los que cuentan? desconocidos, cuya obra se reduce a algún que
Reconozcamos que el diccionario se muestra otro artículo o cuento publicado en revistas.
mucho más justo y ecuánime con la novela (y Basta con que un escritor o escritorcillo no sea
la poesía) que con el ensayo - lo que repre- “extremista” ni antiorteguiano para que se le
senta un vivo reproche a Marías, que, como abran las puertas del diccionario de la R. de 0.
hemos visto, se queja precisamente de ese trato ¿ Qué juicio merece este procedimiento discri-
de desfavor para con el ensayo, pero, ya se ve, minatorio ? Imagínese que, en Italia, un crítico
sólo en lo que afecta a él mismo y a sus crociano escribiera un diccionario de literatura
próximos. De todos modos, entre los novelistas excluyendo a todos los pensadores marxistas o
jóvenes faltan nombres. i Cuales ? Por ejemplo, afines (Labriola, Turati, Gramsci, Argan, Della
Francisco Candel, Daniel Sueiro, Juan Marsé, Volpe, Pacci, etc...) y a todos los que han
Alfonso Grosso, Antonio Ferres y... Luis Martín criticado a Croce desde la izquierda intelectual,
Santos. Exclusiones significativas de novelistas calificara a unos y otros de “extremistas” ansio.
que a veces cuentan con cuatro o cinco libros : sos de destruir “lo más valioso de la cultura”
todos se sitúan, si no me equivoco, a la i!aliana y, por último, tratara de amalgamarlos
izquierda. i Serán, como dice Marías, “extre- con los ideólogos fascistas como “dos extremis-
mistas” y, por tanto, no “diccionariables” ? El mos opuestos” que “suelen parecerse demasia-
caso de Martín Santos es el más grave y do” (todos los entrecomillados son de Marías).
significativo de todos : su novela Tiempo de i Qué pasaría? Sencillamente, que el crítico en
silencio es, en opinión general, posiblemente la cuestión haría soberanamente el ridículo, desa
más interesante, original e inteligente de toda
la posguerra española - algunos críticos euro-
peos la sitúan entre las obras de creación más 4. Hay otras muchas omisiones que un examen más
atento pondría al descubierto. Algunas parecen
deberse a puro y simple descuido, por muy
3. En su libro Los españoles (p. 215), Marías a6rma, garrafal que sea. Por ejemplo, en el artículo
en tono quejoso, que los escritores españoles del “Literatura mexicana actual” se olvidan tres
interior se ocupan más de los del exilio que nombres fundamentales : Juan Rulfo, Carlos
éstos de aquéllos. Y esto lo escribía años después Fuentes y Juan José Arreola, que son en opinión
de salir la segunda edición del Diccionario en general los tres mas importantes narradores
que ya se excluía a decenas de escritores exila- mexicanos vivos y se cuentan entre los más altos
dos. Curiosa ley del embudo. valores de la literatura hispánica en general.
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tiples y no sólo, por desgracia, del pasado. Nada deterioro del “prestigio” intelectual de su
hay más irritante y estúpido que las exclusiones autor”, se dedican exactamente diez líneas a
dogmáticas y sectarias, y todavía tengo vivo el exponer el pensamiento de... Marx, Engels y
escozor que me produjo un caso reciente : el de Lasalle, mientras Ortega vale... más de dieciocho
una revista comtiista francesa que, al trazar páginas. La cosa no resulta demasiado sorpren-
un panorama de la actual cultura española, dente si se estima, como hay razones para
excluía a numerosos escritores conocidos pero estimar, que Marías y ciertos “liberales”
“no afectos” (entre ellos Marías), mientras españoles de su temple llevan cincuenta años
reseñaba a otros mucho menos conocidos pero de retraso respecto del pensamiento europeo
más cercanos a la ideología de la revista. moderno. Hace cincuenta, hace setenta años, en
(Añado, para mayor claridad, que quien firma Alemania, Francia, Italia, prestigiosos historia-
esta nota no fue excluído, aunque lo hubiese dores liberales de la filosofía reservaban tam-
preferido, porque sólo se está a gusto donde bién en sus manuales o tratados un rinconcito
reina la verdad.) No y mil veces no: nada de ‘insignificante al pensamiento dialéctic*materia-
discriminaciones ni silenciamientos, vengan de lista. (Veánse los casos que circunstanciadamen-
donde vengan, de la izquierda o de la derecha, te expone Karl Korsch en su obra ikfarxisme et
de Démocratie nouvelle o de la Revista de philosophie, ahora, por fin, traducida al fran-
Occidente. Criticar honestamente, no descono- cés.) Los historiadores liberales de esta segunda
cer : he ahí la regla de toda convivencia intelec- mitad del siglo, más avisados y alerta, difícil-
tual. Guerra ideológica, sí, franca y noble, pero mente cometerán semejante pifia. Están sin
no guerrilla cabileña, no procedimientos ” inquis- duda más, mucho más, “a la altura de los
toriales”, no stalinismo de izquierda o de dere- tiempos” (Ortega) que el orteguiano Marías.
cha. Para superar el vacío de estos veinticinco Aunque sólo sea por temor a hacer el ridículo...
años últimos, los intelectuales españoles pueden
empezar por implantar entre ellos, en espera Y si Marías reserva tal tratamiento a Marx y
de que se establezca entre todos los españoles, Engels, i cómo extrañarse de que ignore olím-
una convivencia basada en la “generosidad, la picamente a los marxistas 0 marxistizantes
veracidad, la libertad”. españoles ?, ¿ cómo extrañarse de que los ful-
Julián Marías, cabileño de derecha, no parece mine con la inexistencia desde su puesto de
haber aprendido aún los modos elementales de mando del Diccionario de literatura o desde sus
la convivencia intelectual. 2 Sería demasiada libros? Comisario general, nada secreto, de la
osadía pensar en darle una beca para que verdad orteguiana, Marías ejerce sus poderes
fuera a estudiarlos en la Sorbona, en Heidelberg excluyentes con el mismo aplomo y fanatismo
o en Roma ? Pero quizá fuese dinero perdido... que los comisarios “jdanovistas” de triste
memoria.
FRANCISCO
FERNANDEZ-SANTOS
El artículo de Sastre viene pues a punto : es
ya más que hora de combatir sin miramientos
personales ni consideraciones de oportunidad
PS.Después de escrita la nota anterior, leo en a todos los “comisarios” culturales, secretos o
el n”. 18 de Cuadernos para el diálogo un inte- no, de derecha o de izquierda. La cultura exige
resante artículo, “Los comisarios secretos”, en libertad y universalismo: terminen las discri-
el que Alfonso Sastre examina algunos aspectos minaciones, acaben los silenciamientos. El
particulares de ese “cabilefiismo intelectual” a toque de atención de Sastre es saludable y
que me he referido y subraya la falta de merece aplauso. Un ligero reparo tengo, sin
auténtica crítica cultural en muestro país. Entre embargo, que hacer a su artículo : después de
otros ejemplos, Sastre cita el caso de la Historia expresar su “radical repugnancia” por toda
de Za Filosofía de Julián Marías, er. la que, “sin “presión burocrática sobre la cultura allí donde
se produzca”, en Oriente como en Occidente,
afiade Sastre que le interesa sobre todo lo que
6. Un marxista auténtico hace exactamente como ocurre aquí, en Occidente, y que, respecto de
Marx: criticar a sus adversarios ideológicos, no
desconocerlos o despreciarlos. los “modos viciosos” del mundo socialista, “los
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combatirfa - desde dentro - si, viviendo en Por otra parte, no olvidemos que aquí, en el
aquél, [se] topara con ellos”. Reserva y distin- Oeste, además de las corrientes intelectuales
ción, a mi juicio, poco felices. Porque i qué liberales o reaccionarias, hay fuertes corrientes
significa, para un intelectual, esa distinción marxistas, de tendencia variada. Y, por des-
entre Oriente y Occidente ? gracia, también entre los marxistas de Occi-
Por lo pronto, no se cierto que vivamos simple- dente se han cometido y aún se cometen aten-
mente en Occidente; vivimos - además de en tados sectarios y discriminatorios contra la
el mundo, claro es - en Europa. Y de Europa cultura, contra su integridad y su universalidad.
forma parte... el mundo socialista, Oriente. Por En mi nota cito un ejemplo concreto: podrfa
lo menos para mí, y sin duda también para citar otros, sobre todo si me refiero al pasado,
Sastre. Lo que les ocurre a los intelectuales en aún reciente, del stalinismo. No hagamos, pues,
Moscú, Varsovia o Belgrado nos ocurre también distinciones ni reservas : combatamos sin des-
a todos nosotros, exactamente igual que lo que criminaciones toda discriminación, todo secta-
les ocurre a los intelectuales de París, Londres rismo, todo “comisarismo” intelectual. Quien
o Roma. La “presión burocrática” sobre la cree en los principios socialistas, debe tener
cultura en Moscú me hace a mí, intelectual presente que el internacionalismo de la crítica
español, tanto daño como la presión tecnocrá- es corolario inexcusable del internacionalismo
tica 0 censoria1 en París 0 la presión dictatorial proletario. He aquf un ejemplo de conducta inte-
en Madrid (sin perjuicio de que sea ésta la que, lectual que los marxistas pueden dar, seguros
materialmente, me cree mayores inconvenien- de que no han de perder nada, sino al contrario.
tes). La cultura esta suficientemente universa- Estoy convencido de que esto es exactamente
lizada para que la presión anticultural en un lo que piensa Sastre. Pero quizá lo poco feliz
lado repercuta más o menos inmediata y pro- de su expresión, en este caso, ha podido crear
fundamente en todos los demás. i Qué daños cierta sombra de ambigüedad en lo que para
incalculables no habrá causado el ” jdanovismo”, él, creo, como para mí, está perfectamente
no ya solo a la cultura soviética, sino también claro.
a la cultura de Occidente ? P.-s.