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Representación artística de la Vía Láctea. Los puntos azules y verdes indican las
medidas de las distancia.
ROSA M. TRISTÁN
MADRID.- Quien tenga miedo a la velocidad, que se
agarre: la Vía Láctea gira 160.000 kilómetros por hora
más deprisa de lo que se pensaba hasta ahora. Ese
aumento de velocidad, respecto a la estimación
anterior, implica que su masa es un 50% más
grande de lo que señalaron investigaciones anteriores
y que, por tanto, es más probable que colisionemos
con nuestra vecina, la galaxia Andrómeda. Eso sí, en
un futuro que está aún muy lejano. «Gracias a este trabajo, nuestra galaxia ha dejado de
ser la hermana pequeña de su familia», ha señalado Mark Reid, del Centro de
Astrofísica de Harvard-Smithsonian.
Estos nuevos datos significan que la Vía Láctea se mueve en su órbita a la vertiginosa
velocidad de 965.000 kilómetros por hora, según se ha logrado observar desde una de
sus esquinas, que es donde se encuentra el Sistema Solar donde se ubica la Tierra, es
decir, a 28.000 años luz de su centro galáctico.
Debido a su gran capacidad para lograr imágenes de gran detalle -lo que se logra
midiendo las ondas con rayos infrarrojos-, los investigadores han desarrollado un
programa de medición. Sus resultados han sido presentados en la reunión anual de
la Sociedad Americana de Astrofísica, celebrada estos días en Long Beach (California).
Los astrónomos observaron que había regiones de una prolífica formación de estrellas
en toda la galaxia. En algunas de estas zonas, encontraron moléculas de agua que emiten
radiaciones monocromáticas: son como el haz de un láser, pero en microondas y se
denominan másers cósmicos. Estos másers son detectables por el VLBA.
Con esta técnica, descubrieron que las distancias diferían mucho de las anteriores
mediciones, en ocasiones hasta las doblaban. Encontraron también que las áreas de
estrellas en formación que albergan los másers son las que «definen los brazos en
espiral de la Vía Láctea», como añadía su colega Mark Reid.
¿A qué velocidad nos movemos por el Universo?
Toda carrera comienza por la salida así que, para emprender una loca carrera por el
Universo hay que escoger un buen punto de partida. Les recomiendo uno estupendo: el
sillón más cómodo que tengan en su casa. Agárrese porque ¡comenzamos el viaje!
Cómodamente sentados, miramos a nuestro alrededor, y, comparado con las paredes y
demás objetos que nos rodean, nosotros y nuestro sillón estamos inmóviles. Así pues,
nuestra velocidad de partida es ¡cero!
He aquí algunos ejemplos: una persona que esté en Ushuaia, en Tierra de Fuego, la
población más al sur de Argentina, describe alrededor del eje terrestre una
circunferencia de unos 3.700 km de radio cada día y la recorre a 962 km/h. Otra persona
que viva un poco más al Norte, en Punta Arenas (Chile) por ejemplo, se mueve a 1.000
km/h, nosotros, en Madrid, describimos una circunferencia más amplia y nos
desplazamos a 1280 km/h. Para terminar con estos ejemplos, las que van más rápido son
aquellas personas que describen la circunferencia más grande en 24 horas, es decir los
que se sitúan muy cerca del Ecuador , así, si usted nos escucha desde Quito, Ecuador,
sujétese bien al sillón porque se mueve a la escalofriante velocidad de 1670 km/h en
números redondos. ¡Más rápido que el sonido!
Las galaxias, al menos varios millones de ellas en el espacio alrededor de la Vía Láctea,
se mueven en su conjunto en una dirección concreta del Cosmos. En 1987, un grupo de
siete astrónomos que han recibido el nombre de guerra de “Los siete Samuráis”, versión
japonesa anterior a la famosa película “Los Siete Magníficos”, midió el movimiento
coordinado de varios millones de galaxias a nuestro alrededor. Los Siete Samuráis
llegaron a la conclusión de que el conjunto, la Vía Láctea entre ellas, se mueve a la
tremenda velocidad de 600 km/s, es decir, 2.160.000 kilómetros por hora.