Você está na página 1de 21

LAS GRANDES

ESCULTURAS DEL

EN CHICLAYO

1|Página
TEMA :
PASEO LAS MUSAS

ARÉA :
CIENCIAS SOCIALES I

DOCENTE :
Herminio

INTEGRANTES :
Balcázar Paiva Donald Larry
Santa Cruz Neyra Evelin C.
Tantarico Flores Héctor David
Valencia Mori Arni José B.

2|Página
En la misma ciudad de Chiclayo, en el
departamento de Lambayeque, y a pocas
cuadras de su plaza central encontramos un
corredor turístico al que llaman Paseo Las
Musas. Se encuentra adornado de jardines
con bellas flores y cuyo principal atractivo es
un monumento de rotondas ornamentadas
con esculturas helénicas.

En su principio, este lugar fue construido


durante el gobierno de Arturo Castillos
Chirinos, entre los años 1994 y 1995, con la
finalidad de ser de esparcimiento familiar y
mejorar el ornato de la ciudad, sin embargo
se ha convertido en uno de los lugares
favoritos para las parejas enamoradas, pues
allí encuentran una inspiración romántica en
su agradable traza arquitectónica y botánica. El corredor turístico está inspirado
en la mitología griega, las musas representan a Helena de Troya.

Las esculturas fueron creadas por el artista Miguel A. Díaz Díaz

Las estatuas fueron restauradas en el año 2013 y antes de este proceso


tuvieron que ser revestidas de plástico durante ocho meses y el encargado del
proceso de restauración fue el artista Jorge Luis Peralta Paris.

El paseo de las Musas se encuentra entre las avenidas Garcilaso de la Vega y Balta sur.

3|Página
Cuando se llega al Paseo Las Musas, se observa primero un portal que es
sostenido por cuatro Cariátides de aproximadamente cinco metros de altura,
sobre la cual está el lema “Heroica Ciudad de Chiclayo”, un título que se le fue
dado a los pobladores que defendieron los intereses patrios durante la guerra
del pacífico.

Una cariátide (griego antiguo Καρσάηις, plural: Καρσάηιδες) es una figura


femenina esculpida, con función de columna o pilastra, con un entablamento
que descansa sobre su cabeza. El más típico de los ejemplos es la Tribuna de
las Cariátides en el Erecteión, uno de los templos de la Acrópolis ateniense en
Atenas.

Su nombre está relacionado con la antigua ciudad de Carias (Καρσές), en


Laconia, donde se celebraba una festividad de muchachas que danzaban en
honor de Artemisa Cariátide. Por otra parte, un relato de Vitruvio indicaba que
siendo esta ciudad aliada de los persas durante las Guerras Médicas, sus
habitantes fueron exterminados por los otros griegos, sus mujeres fueron
convertidas en esclavas y condenadas a llevar las más pesadas cargas. Se las
esculpe a ellas, en lugar de columnas típicamente griegas, para que estén
condenadas durante toda la eternidad a aguantar el peso del templo.3

Uno de los salones de actos más conocidos del Palacio Nacional Dominicano
lleva el nombre de Las Cariátides, puesto que alterna columnas de mármol
blanco y hermosas cariátides semidesnudas.

Si la figura es masculina, se llama atlante o telamón.

4|Página
Atenea junto a las musas, de
Frans Floris (c.1560).

En la mitología griega, las


musas (en griego antiguo
μοῦζαι «mousai») eran,
según los escritores más
antiguos, las divinidades
inspiradoras de la música y
el arte, que presidían los
diferentes tipos de poesía.
Son hijas de Zeus y se creía
que bajaban de vez en
cuando a la tierra a susurrar
ideas (aquellos que las escuchaban creían habérsela inventado ellos). Cada
una de ellas estaba relacionada con ramas artísticas y del conocimiento. En la
época más arcaica eran las ninfas inspiradoras de las fuentes, en las cuales
eran adoradas. Finalmente, alrededor de los siglos VIII-VII a. C.1 prevaleció en
todo el territorio de la Hélade la adoración de las nueve Musas, siendo
entonces Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore
y Urania, hijas de Zeus y compañeras de Apolo (Apolo salió con cada una de
las nueve musas), dios de la música y patrón de las bellas artes. El culto a las
musas era originalmente de Tracia y Beocia, y fueron de vital importancia para
el desarrollo artístico en la antigua Grecia.

Hesíodo es el primero que da los nombres de las nueve, que a partir de


entonces pasaron a ser reconocidos. Plutarco afirma que en algunos lugares
las nueve eran llamadas por el nombre común de Mneiae, „recuerdos‟.

Las nueve musas canónicas son:

 Clío  Calíope
 Talía  Terpsícore
 Erato  Melpómene.
 Euterpe  Urania
 Polimnia

5|Página
(Κλειώ, „la que ofrece gloria‟) musa
de la Historia (epopeya).

Su función era mantener vivo los


actos generosos y los triunfos.

Ripa define a Clío por medio de la


etimología: «Recibe su nombre
dicha Musa de la voz griega cleo,
que significa alabanza, o decleos,
que significa gloria y celebración
de las cosas; pues cuando canta
lo hace por medio de la gloria que
encuentran los Poetas entre los
hombres doctos, como dice
Cornuto, o también por la gloria
que reciben los hombres al ser por
los Poetas celebrados.» Por ello
se atribuye a esta Musa el cuidado
de la Historia, pues ésta consiste
en glorificar el pasado. Heródoto
dedicó cada uno de Los nueve
libros de la historia a una Musa,
siendo el primero de ellos el
dedicado a la Musa Clío.

Clío recoge el recuerdo


de la Humanidad, pues
no debemos olvidar que
es hija de Mnemósine,
que significa „memoria‟, y
que es celebrada en
los Himnos órficos como
«la que siempre se
mantiene al margen del
pernicioso olvido que
daña la mente y conserva
todo su pensamiento en estrecha relación con el alma de los mortales».

6|Página
(Πολυμνία, „la de muchos
himnos‟); musa de los cantos
sagrados y la poesía sacra
(himnos).
Se representaba vestida de
blanco.
Según Ripa, quien cita a
Hesíodo, el nombre de Polimnia
«está compuesto de la
palabra poly y la palabra mnia,
que juntas significan abundante
memoria», y la considera por
ello la Musa que preside la
Retórica, pues recuerda todos
los recursos de la lengua para
persuadir.
Sin embargo, parece mucho
más verosímil que esté
compuesto de polýs, „mucho‟,
y hýmnos, „himno, canto de
alabanza a Dios o a los dioses‟,
y así signifique „muchos
himnos‟; por ello Polimnia está
considerada la Musa que inspira
los cantos sagrados.

La
palabra hýmnos significa
también „canto nupcial‟;
de aquí su relación con
Himeneo, el dios que
preside los cortejos
nupciales. Basándose
probablemente en esta
etimología, Platón la
considera la madre del
amor terrestre.

7|Página
(Μελπομένη, „la melodiosa‟);
musa de la tragedia. La
tragedia como difícil arte que
despierta el ingenio y la
imaginación. se la representa
ricamente vestida y portando
una máscara trágica como su
principal atributo

El nombre de esta Musa


significa en griego „la que
canta‟, del verbo mélpo-,
„cantar‟, „hacer música‟; por
ello se la consideró como la
Musa que inspiró a los
hombres el canto.

Posteriormente se la identificó
con la Musa que preside el
arte de la tragedia. De esta
idea parte Ripa cuando
explica que se representa a
Melpómene «grave de ropas y
maneras por su
correspondencia con el objeto

mismo de la Tragedia,
que trata de una acción
preclara y conocida por
medio de la Historia o
de la Fama.
La misma gravedad se
la atribuye Ovidio
cuando dice: “La
Tragedia vence en
gravedad a toda clase
de escritos.”»

8|Página
(Θάλεια o Θαλία, „la festiva‟);
musa de la comedia y de la
poesía bucólica. Presidía los
banquetes y otras festividades,
otorgando dones de abundancia.
Se relaciona con la raíz thállo-,
que en griego quiere decir
„florecer, reverdecer, llenarse de
hojas o frutos‟; por ello en la
lámina la vemos en un campo,
con árboles frondosos y junto a
un arroyo. Se atribuye a Talía un
temperamento húmedo, por lo
que su inclinación natural la hace
lasciva y variable.
Se la considera la Musa que
preside el arte de la comedia,
como lo afirma Virgilio: «La
cómica Talía se alegra con la
lasciva charla.» Existe una
relación misteriosa entre la risa,
propia de la comedia, y el
nombre de Talía, que, como
hemos dicho, significa
„reverdecer‟. Sobre esta relación
escribe E. d‟Hooghvorst: «Esta
Musa de la comedia representa

los misterios bajo un


aspecto que incita a la
risa. El poeta [Virgilio] nos
dice que no se sonrojó por
habitar los bosques, lo
cual es una alusión al
aspecto grosero de
laprima materia que, en
efecto, se encuentra en
los antros silvestres […].
Talía era la Musa de la
comedia ligada a los
misterios de Baco.»

9|Página
(Ευτέρπη, „la muy placentera‟);
musa de la música, especialmente
del arte de tocar la flauta.

Se representaba coronada de
flores.

Euterpe es un nombre griego


compuesto por eu, „bien‟, y térpo-,
„sentirse alegre‟, „encantado‟,
„satisfecho‟, y se utiliza para
indicar el placer que se obtiene de
la buena y profunda erudición, ya
que ésta pule al hombre grosero y
permite que se manifieste su parte
más pura, y esto es lo que
produce la alegría y deleite. (…) La
Musa Euterpe enseña los
misterios de la purificación.
En la Antigüedad era común
coronar con flores a las Musas,
pues con ello se mostraba el
triunfo del arte deificador de las
Musas sobre el mundo grosero.

Era el arte de la
armonía, y por ello
escribe Virgilio:
«Euterpe apremia la
flauta con armoniosos
soplos.» Al fondo, al
otro lado de la lámina,
se puede ver un árbol
seco, que no ha
conocido los favores de
las Musas.

10 | P á g i n a
(Τερψιχόρη, „la que deleita en la
danza‟); musa de la danza y
poesía coral.

Representada con guirnaldas.

Por su nombre se la identifica


como la Musa de la danza, ya
que sus atributos no se
diferencian de los de sus
hermanas.

Terpsícore, Terpsikhóra,
significa „aquella que ama la
danza‟, término formado por el
verbo térpo-, „amar‟, „encontrar
placer en‟, ykhorós, „coro de
danza‟, „personajes de la
danza‟. Sobre su cabeza se
observan tres astros, pues éstos
danzan por las regiones del
universo, siguiendo la música
de las Musas, y en especial de
Terpsícore.

Pitágoras enseñaba
que al moverse los
cuerpos celestes
generaban unas voces
que se correspondían en
armónica concordancia,
y que esta música
celeste era la causa de
que el mundo se
sustentara, dándole
peso, número y medida.

11 | P á g i n a
(Καλλιόπη, „la de la bella voz‟);
musa de la elocuencia, belleza y
poesía épica o heroica (canción
narrativa), representada con una
corona de laurel y portando una
lira.

Fue madre de Orfeo y de Reso


(rey que murió en la Guerra de
Troya)

Calíope es una palabra griega y


significa „que tiene una bella voz,
que suena agradable‟, de kalós,
„bello‟, y óps, „voz, palabra‟
Calíope es propiamente la Musa
de la elocuencia y de la poesía
heroica, pues, como escribió
Virgilio, «Calíope confía a los
libros los poemas heroicos».

En algunas representaciones
aparece sosteniendo con la
diestra tres libros, la Odisea,
la Ilíada y la Eneida, los grandes

poemas heroicos de la
tradición clásica.
Homero escribió sobre
Calíope: «La Musa
inspiró al aedo que
cantase las hazañas de
héroes, de una acción
cuya fama llegó por
entonces al cielo
anchuroso.»

12 | P á g i n a
Erató
(Ἐρατώ, „la amorosa‟); musa de
la poesía lírica-amorosa
(canción amatoria).

Coronada con rosas, se la


representa portando una cítara.

Esta Musa recibe su nombre de


la palabra griega éros, „amor‟,
como lo señala Ovidio: «Ahora,
más que nunca, séme
favorable, Erato, pues tú tienes
el nombre del amor.»

La presencia de esta Musa era


invocada por los amantes,
sobre todo en el mes de abril,
pues en este momento del año
la vida se renueva sobre la
tierra y, por un acto de amor, el
espíritu fecundante del cielo
hace crecer todas las semillas
de la tierra.

Erato inspira los versos


que nacen junto al
deseo amoroso, por ello
preside la poesía lírica y
anacreóntica, aquella
que, a imitación de
Anacreonte, canta los
placeres del amor y del
vino con ligereza,
donaire y gusto refinado.

13 | P á g i n a
(Ουρανία, „la celestial‟); musa de la
astronomía, poesía didáctica y las
ciencias exactas.
Se la representa portando un globo
terráqueo, que mide con un compás.
Urania es la Musa del cielo, ya que
éste es el significado de su nombre,
del griego ouránios, „del cielo‟,
„celeste‟ en su primer sentido; en el
segundo significa „que eleva, que
lanza hacia el cielo‟.
Este doble sentido etimológico es el
que recoge Ripa al definir a esta
Musa: «La Musa de la que tratamos
es llamada Celeste por los Latinos,
pues Urano es lo mismo que el
Cielo. Y aún sostienen algunos que
recibe este nombre porque eleva
hasta el Cielo a los hombres más
doctos.» Urania acompaña el alma
del artista hacia su origen y así lo
diviniza, llevándolo al apoteosis, en
el sentido propio del término
griego: apó y théo-sis, „acción de
divinizar, deificación‟ (…)

La Musa Urania se identifica


con la Venus celeste, la que
da el amor puro; por ello
escribe Platón: «Y es éste el
Amor que es bello, el que es
“celeste”, el que procede de
la Musa Urania», y a
continuación explica que se
debe a este Amor de Urania
«incluso la ordenación de las
estaciones de los años».

14 | P á g i n a
Las Musas con Apolo, por Peruzzi.

En los poemas homéricos se considera a las Musas diosas de la música y la poesía


que viven en el Olimpo. Allí cantan alegres canciones en las comidas de los dioses, y
en el funeral de Patroclo cantaron lamentos. De la estrecha relación existente en
Grecia entre la música, la poesía y la danza puede también inferirse que una de las
ocupaciones de las Musas era el baile. Como se las adoraba en el monte Helicón
eran naturalmente asociadas con Dioniso y la poesía dramática, y por esto eran
descritas como sus acompañantes, compañeras de juego o niñeras.

El poder que se les atribuye con más frecuencia es el de traer a la mente del poeta
mortal los sucesos que ha de relatar, así como otorgarle el don del canto y darle
elegancia a lo que recita. No hay razón para dudar de que los poetas más antiguos
eran sinceros en su invocación a las Musas y que realmente se creían inspirados por
ellas, pero en épocas posteriores, al igual que en la actualidad, tal invocación es una
mera imitación. (Véase «Funciones en la literatura» más adelante).

Al ser diosas del canto, están naturalmente relacionadas con Apolo, el dios de la lira,
quien también instruía a los bardos y era mencionado junto a ellas incluso por
Homero. En épocas posteriores Apolo es situado en muy estrecha relación con ellas,
pues se le describe como jefe del coro de las Musas con el epíteto Musageta
(Μοσζαγέηης).

Otra característica más de las Musas es su poder profético, que les pertenece en
parte porque eran consideradas como ninfas inspiradoras y en parte por su relación
con Apolo, el dios profético de Delfos. De ahí que instruyeran, por ejemplo, a Aristeo
en el arte de la profecía.

Como los poetas y los bardos obtenían su poder de las Musas, y aunque la idea más
general es que, como las demás ninfas, eran divinidades virginales, algunos eran con
frecuencia llamados sus discípulos o hijos:

15 | P á g i n a
 Lino es llamado hijo de Anfímaro y Urania, o de Apolo y Calíope, o de
Terpsícore;

 Jacinto, hijo de Píero y Clío;

 Orfeo, de Calíope o Clío;

 Tamiris, de Erato.

Tres musas en un bajorrelieve de Mantinea


atribuido al taller de Praxíteles, siglo IV a. C.

Aunque las musas no tienen ciclo legendario propio, sí se les atribuyen algunos mitos
menores:

 Marsias era un pastor frigio (en otras versiones, un sátiro) que desafió a Apolo
a un concurso de música. Había encontrado un aulos inventado por Atenea
que ésta había tirado porque le hacía hinchar sus mejillas. Apolo tocó su lira y
Marsias esta flauta, y ambos lo hicieron tan bien que ni Midas, al que habían
invitado como juez, ni las Musas pudieron decretar un vencedor. Entonces
Apolo retó a Marsias a tocar el instrumento del revés: él giró su lira y tocó, pero
el aulos no podía tocarse del revés. Entonces las Musas declararon vencedor a
Apolo, pero Midas objetó contra este veredicto. Las Musas estaban en mayoría
y se negaron a ceder. Apolo, para castigar a Marsias por su soberbia y audacia
al retar a un dios, le ató a un árbol y lo desolló vivo, dando su sangre origen al
río Marsias (en otras versiones, los faunos, los sátiros y las dríades le lloraron
tanto que fueron sus lágrimas las que engendraron el río). Seguidamente tocó
la cabeza de Midas, y las orejas de éste crecieron hasta ser como las de un
burro.

 Las Piérides eran nueve doncellas hijas del rey Píero de Pieria, en Tracia, muy
hábiles en el arte del canto que, orgullosas de su talento, desafiaron a las

16 | P á g i n a
Musas. Las ninfas del Parnaso fueron nombradas como jueces, y como era de
esperar fallaron a favor de las Musas. Estas castigaron a las Piérides
transformándolas en urracas, tornando así sus voces en graznidos.

 Tras ser asesinado por Dioniso, las Musas recogieron los trozos del cadáver de
Orfeo, hijo de Calíope, y los enterraron al pie del sagrado monte Olimpo, donde
se dice desde entonces que los ruiseñores cantan con más dulzura que en
ningún otro lugar.

 Tamiris, legendario cantor hijo de Filamón y la ninfa Argíope, desafió a las


Musas, exigiendo de salir vencedor unirse sucesivamente con las nueve. Las
Musas vencieron, y cegaron a Tamiris por su hibris.

 Las Sirenas, que igualmente se atrevieron a competir con ellas, fueron privadas
de las plumas de sus alas, que las propias Musas se pusieron como adorno.

La palabra griega mousa es un sustantivo común además de un tipo de diosa:


significa literalmente „canción‟ o „poema‟. La palabra deriva probablemente de la raíz
indoeuropea *men-, que es también el origen del griego Mnemósine, del latín Minerva,
y de las palabras castellanas mente y museo. O, alternativamente, de *mont-,
„montaña‟, debido a su residencia en el monte Helicón, que es menos probable en
significado, pero más probable lingüísticamente.

Las Musas eran por tanto las personificaciones y las patrocinadoras de las
representaciones de discursos en verso o mousike (de donde proviene «música»),
„arte de las Musas‟. En el periodo arcaico, antes de que los libros estuviesen
ampliamente disponibles, esto incluía casi todas las formas de enseñanza: el primer
libro griego de astronomía, por Tales, estaba escrito en hexámetros dactílicos, igual
que muchas otras obras de la filosofíapresocrática. Tanto Platón con los pitagóricos
incluían explícitamente la filosofía como un subgénero de mousike. Heródoto, cuyo
principal medio de expresión era la recitación pública, llamó a cada uno de los nueve
libros de sus Historias con el nombre de una musa diferente.

Para el poeta y legislador Solón, las Musas era «la clave de la buena vida», pues
traían tanto la prosperidad como la amistad. Solón buscó la perpetuación de sus
reformas políticas a través del establecimiento de la declamación de su poesía
(completada con invocaciones a sus Musas prácticas) por parte de chicos atenienses
en los festivales de cada año.

Las Musas son invocadas típicamente al principio, o cerca, de un poema épico o


historia clásica griega. Servían de ayuda a un autor, o como auténtico orador del que

17 | P á g i n a
el autor no era más que la voz. Originalmente la invocación a las musas era una
indicación de que el orador se movía en la tradición poética, de acuerdo a las
fórmulas establecidas.

Algunos ejemplos clásicos son:

Comencemos nuestro canto por las Musas Heliconíadas, que habitan la montaña
grande y divina del Helicón, donde forman bellos y deliciosos coros en la cumbre,
lanzando al viento su maravillosa voz, con himnos a Zeus, portador de la égida, a
Hera, a Atenea, a Apolo, a Artemisa, a Poseidón,a Afrodita, y a la restante estirpe
sagrada de sempiternos inmortales. Este mensaje a mi, en primer lugar, me dirigieron
las diosas, las Musas Olímpicas, hijas nacidas del poderoso Zeus: Clío, Euterpe,
Talía, Melpóneme, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Calíope (...) ¡Tan sagrado es
el don de las Musas para los hombres! ¡Salud, hijas de Zeus! Otorgadme el hechizo
de vuestro canto.

El Valle de las Musas visto desde el monte Helicón.

La adoración de las Musas señala originalmente a Tracia y Pieria sobre el monte


Olimpo, desde donde fue introducido a Beocia, de tal forma que los nombres de las
montañas, grutas y fuentes relacionados con su culto fueron igualmente transferidos
del norte al sur. Cerca del monte Helicón, se decía que Efialtes y Oto (los Alóadas) les
ofrecieron los primeros sacrificios, y en el mismo lugar había un santuario con sus
estatuas, las fuentes Hipocrene y Aganipe (por la que a veces eran llamadas
Aganípedas), y sobre el monte Leibethrion, que está relacionado con el Helicón, había
una gruta consagrada a ellas. Se decía que Píero, un macedonio, fue uno de los
primeros en introducir la adoración a las nueve Musas desde Tracia a Tespias, al pie
del Helicón. Allí había un templo y estatuas, y los tespios celebraban un solemne
festival de las Musas en el Helicón, llamado Museia (Μοσζεῖα). El monte Parnaso

18 | P á g i n a
estaba de igual forma consagrado a ellas, con la fuente de Castalia, cerca de la cual
tenían un templo, y la cueva Coricia, por las que eran a veces llamadas Castálidas,
Corícideso Coricianas.

Desde Beocia, que se convirtió por tanto en el centro de adoración de las nueve
Musas, se extendió más tarde en las regiones adyacentes y más distantes de Grecia.
Por esto se encuentra un templo de las Musas en la Academia de Atenas; se les
ofrecían sacrificios en Esparta antes de ir a la batalla; en Trecén, donde su culto fue
introducido por Ardalo, se les ofrecían sacrificios junto con Hipnos, el dios del sueño;
en Corinto tenían consagrada la fuente Pirene, la fuente de Pegaso; en Roma tenían
un altar en común con Hércules, quien también era considerado un Musageta, y
poseían un templo en Ambracia adornado con sus estatuas.

La adoración a las Musas solía estar también relacionado con el culto heroico de
poetas: tanto la tumba de Arquíloco en Paros como las de Hesíodo y Tamiris en
Beocia albergaban festivales en los que las declamaciones poéticas eran
acompañadas de sacrificios a las Musas.

Los sacrificios que se les ofrecían consistían en libaciones de agua o leche y de miel.
Las diversos epítetos con las que eran designadas por los poetas proceden en su
mayor parte de los lugares que les estaban consagrados o en los que eran adoradas,
aunque algunos aluden a la dulzura de sus canciones.

Cuando Pitágoras llegó a Crotona, su primer consejo a los crotonienses fue construir
un altar a las Musas en el centro de la ciudad, para impulsar la armonía cívica y el
aprendizaje.

La biblioteca de Alejandría y su círculo de investigadores se formaron alrededor de un


Mouseîon („museo‟ o altar de las Musas) cercano a la tumba de Alejandro Magno.

Muchas figuras de la Ilustración buscaron restablecer un «Culto a las Musas» en el


siglo XVIII. Una famosa logia masónica en el París prerrevolucionario era llamada Les
Neuf Sœurs („nueve hermanas‟, es decir, nueve Musas), y a ella asistieron Voltaire,
Benjamin Franklin, Danton y otros personajes influyentes de la época. Un efecto
secundario de este movimiento fue el uso de la palabra museo (originalmente, „lugar
de culto a las Musas‟) para referirse a un lugar destinado a la exhibición pública de
conocimiento.

La genealogía de las Musas no es la misma en todas las fuentes. La noción más


común es que eran hijas de Zeus, rey de los olímpicos, y Mnemósine, diosa de la
memoria, y que nacieron en Pieria (Tracia), al pie del monte Olimpo, por lo que a
veces se les llamaba Piérides, pero algunos autores como Alcmán, Mimnermo y
Praxila las consideraban más primordiales, hijas de Urano y Gea. Pausanias explica
que había dos generaciones de Musas, siendo las primeras y más antiguas hijas de
Urano y Gea y las segundas de Zeus y Mnemósine.

19 | P á g i n a
Otras versiones afirmaban que eran hijas:

 De Píero y una ninfa pimplea (por lo que a veces se les llama Pimpleas o
Pimpleides) a la que Cicerón llama Antíope;
 De Apolo;
 De Zeus y Plusia;
 De Zeus y Moneta, probablemente una simple traducción de Mnemósine o
Mneme, de donde son llamadas Mnemónides;
 De Éter y Gea.
 Se considera a Eufeme nodriza de las Musas y al pie del monte Helicón su
estatua aparecía junto a la de Lino.

En las obras de arte más antiguas se encuentran sólo tres Musas y sus atributos son
instrumentos musicales, tales como la flauta, la lira o el barbitos.
En el arte romano, renacentista y neoclásico, cada una de las nueve Musas recibían al
ser representadas en esculturas o pinturas atributos y actitudes diferentes, en función
de la disciplina artística o científica con la que eran asociadas, lo que permitía
distinguirlas:
En algunas representaciones las Musas aparecen con plumas sobre sus cabezas,
aludiendo a la competición con las Sirenas. También aparecían en ocasiones
acompañadas de Apolo.

20 | P á g i n a
Feliz aquel a quien aman las musas. Dulce fluye de su
boca la palabra.
¡Salve, hijas de Zeus, y honrad mi canto, que yo me
acordaré de otro canto y de vosotras!
(Himno Homérico a las Musas y a Apolo)

21 | P á g i n a

Você também pode gostar