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Una conocida anécdota enhebra los orí- nociones de asistencia social distanciadas
genes de la Fundación Eva Perón con el –al menos en los enunciados aunque en
fin de la Sociedad de Beneficencia. Fue las prácticas hubo ciertas semejanzas– de
el resentimiento social de Eva Duarte de las antiguas concepciones de caridad o be-
Perón lo que habría empujado al régimen neficencia, con el firme propósito de «de-
peronista a clausurar la centenaria insti- mocratizar el bienestar», según la expre-
tución dirigida por las damas de la alta sión acuñada por Elisa Pastoriza y Juan
sociedad y a reemplazarla por una nueva Carlos Torre. Bajo este signo, y con el
bautizada con el nombre de la primera propósito de centralizar lo que se conoce-
dama. La investigación historiográfica ha ría como «ayuda social directa» que rápi-
demostrado las falacias que esconde esta damente había empezado a desarrollarse,
anécdota desplazándola del lugar de rea- el 8 de julio de 1948 surgió la Fundación
lidad al de un imaginario verosímil que de Ayuda Social Eva Perón que el 25 de
merece ser abordado como uno de los septiembre de 1950 pasó a denominarse
tantos discursos que circularon en torno Fundación Eva Perón (FEP).
a las interpretaciones sobre el fenómeno Un nuevo trabajo, La Fundación Eva
peronista. Marisa Navarro reconstruyó Perón y las mujeres: entre la provocación y
minuciosamente el comienzo del fin de la la inclusión, editado por Carolina Barry,
Sociedad de Beneficencia, bajo los decre- Karina Ramacciotti y Adriana Valobra,
tos del gobierno de facto surgido en 1943, se instala en esta vertiente historiográfica
hasta su intervención definitiva en 1946, con un doble propósito: por un lado, pro-
a pocos meses de la asunción de Juan Do- fundizar y enriquecer las interpretaciones
mingo Perón1. Las políticas sociales de los de un período tan significativo como son
gobiernos peronistas impulsaron nuevas los años peronistas; por el otro continuar
1
Navarro Marysa, Evita, Buenos Aires, Planeta, 1997, pp. 237-265.
2
Generando el peronismo. Estudios de cultura, política y género (1946-1955), Buenos Aires, Proyecto
Editorial, 2004.
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Los Hogares de Tránsito son el obje- embargo, demuestra la consolidación, por
to estudiado por el artículo de Carolina un lado, de un modelo bipolar de perso-
Barry. La autora reconstruye el funciona- nal sanitario integrado por médicos y en-
miento de los tres Hogares que se abrie- fermeras que subordinaba a las segundas a
ron en la ciudad de Buenos Aires. Con las órdenes de los primeros. Por otro lado,
este propósito indaga a sus destinatarias subraya las estrategias de empoderamien-
–exclusivamente mujeres–, las múltiples to de las enfermeras quienes supieron
causas de ingreso, y los tiempos de la per- apropiarse de su saber profesional sobre
manencia gratuita –entre ocho y quince los pacientes, de la misma manera que
días– así como también el personal que aprovecharon las oportunidades –escasas
gestiona las instituciones. Dentro de éste por cierto– que se les abrieron hacia car-
se destacaban las administrativas y las gos directivos en los centros hospitalarios
asistentes sociales, asalariadas profesiona- y en la burocracia estatal.
lizadas que se encargaban de la evaluación Omar Acha introduce la problematiza-
y seguimiento de las huéspedes, junto con ción de la presencia femenina en el mundo
las religiosas reclutadas dentro de la con- del trabajo a través de dos instituciones: la
gregación de las Hermanas del Huerto Casa de la Empleada creada bajo la égida
quienes supervisaban la cotidianeidad de Monseñor Miguel De Andrea, desta-
doméstica de los hogares y ofrecían una cado opositor católico, y el Hogar de la
sistematizada asistencia espiritual cató- Empleada dependiente de la FEP. Ambas
lica. Este aspecto le permite a la autora instituciones diseñaron las mismas estra-
constatar las complejas relaciones de cer- tegias de acercamiento a las trabajadoras:
canía que se establecieron entre la Iglesia ofrecieron alojamiento rentado –notable
y el régimen peronista. diferencia con los Hogares de Tránsito–
Si la enfermería continuó la marcha que y comedores económicos para almorzar.
desde fines de siglo XIX había iniciado ha- Según el autor, ambas se propusieron
cia la profesionalización, también avanzó «domesticar» a las trabajadoras al velar
en su feminización. Karina Ramacciotti por una sexualidad que se mantuviera
y Adriana Valobra estudian dos agencias dentro de los parámetros normativos de
que promovieron este doble proceso: la la moralidad –virginidad prematrimonial
Escuela de Enfermeras dependiente de la / sexualidad matrimonial–. Sin embargo,
Secretaría de Salud Pública y la Escuela de mientras la casa católica se alineó con un
Enfermeras 7 de Mayo, dependiente de la discurso de reticencia hacia el trabajo asa-
FEP. El artículo vuelve sobre las tensiones lariado de las mujeres, como décadas atrás
y los antagonismos suscitados entre las ya lo había planteado la Iglesia; el hogar
agencias estatales de signo peronista. Sin peronista destacó, de la misma manera
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