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DIA 1º

TEMA: Una mujer

Nuevo milenio: ¿el de la mujer? ¡El mundo de la mujer!, tan pisoteado y tan desconocido, tan en boca de
todos y tan inexplorado. ¡El mundo de la mujer!: una dignidad y una belleza que luchan por salir a la luz...
¡El mundo de la mujer!: rostro de Dios para la humanidad. ¡Todo un reto!
Nuevo milenio: Tiempo para la denuncia de los viejos esquemas de desigualdad e injusticia desde el
hombre hacia la mujer. Tiempo de reconocimiento de todos, y de modo especial, de todas las que han
apoyado a lo largo de los siglos la incorporación de la mujer a un proyecto de igualdad. Una de ellas, Edith
Stein, decía: “La vocación y la misión de la mujer consiste en llevar a plenitud los valores humanos”.
En dieciocho países de entre los más pobres del mundo sólo una de cada ocho niñas va a la escuela.

POEMA
Dios no había concluido el universo; y en el sexto día Dios la creó MUJER.
Y dijo Dios: Te daré un corazón compasivo; un espíritu libre para volar junto a los pájaros; un cuerpo para
que ofrezcas vida a este mundo. Te daré sabiduría para conocer grandes verdades; coraje para salir de la
opresión; fuerza para mover montañas. Te daré delicadeza para besar la tierra; pasión para incendiar el
mundo; visión para respetar la tierra que te formó. Te daré naturaleza alegre para bailar con los niños;
sonrisa para llenar los valles; lágrimas para lavar el dolor. Te daré manos para trabajar y amar; intuición
para conocer lo desconocido; deseos de ser aquello para lo cual fuiste creada. Y Dios dijo: ¡MUJER, yo te
creé a mi imagen y semejanza! ¡Y TÚ ERES MUY BUENA!

TEXTO BIBLICO

"Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar
a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción" (Gal 4,4-5).

REFLEXION
Dios puso sus ojos en una mujer. La encontró en medio de su pueblo, yendo y viniendo al pozo en busca
de agua, poniendo detalles de limpieza y belleza en el hogar, conversando con sus vecinas y vecinos de
las noticias de cada jornada. La encontró enamorada de José. La encontró abierta y disponible para un
encuentro en el corazón, llena de esperanza por las promesas hechas al pueblo.
Dios puso sus ojos en una mujer. La encontró, como a todas las mujeres de aquel tiempo, marginada por
la sociedad, la religión y la ley, y la levantó despertando en ella y en ellas su riqueza y originalidad, su
creatividad y belleza.
Dios puso sus ojos en una mujer y rompió una vez más los esquemas. Quiso que naciera de ella la Vida.
Dios buscó un corazón abierto de mujer para derramar su amor.
Dios buscó unas manos vacías de mujer para ser acogido.
Dios buscó unos oídos atentos de mujer para poner en ellos su palabra.
Dios buscó unos ojos limpios de mujer para mostrarse en ellos.
Dios buscó una mujer para llenarla de gracia y convertirla en don para todos.

ORACION
“Te doy gracias, María, porque te atreviste a tomar la vida con las dos manos. Gracias porque fuiste
valiente, gracias por no tener miedo, gracias por fiarte del Dios que te estaba llenando del Dios que venía,
no a quitarte nada, sino a hacerte más mujer” (J.L. Martín Descalzo).
DIA 2º
TEMA; Dios entra en la historia

En la historia está el ser humano. Ahí, en medio. Como un misterio. ¿Qué es lo que esconde dentro? Todos
vienen llamando a su puerta.
Viene veloz el mundo de Internet buscando nuevos usuarios de la red. Se acerca avasallador todo el
mundo de la propaganda, buscando nuevos clientes para sus productos.
Viene Dios, buscando amigos. Rompe barreras, acorta por el amor toda distancia. Se acerca despacio,
desde abajo. Le brota un grito en las entrañas: "Creo en la mujer, creo en el hombre". ¿Qué voces
oiremos? ¿A quiénes daremos cabida en nuestro corazón? ¿Quién respetará el misterio de cada persona?
¿Quién contará con la libertad del ser humano? ¿Quién pensará que la verdad no se impone sino por la
fuerza misma de la verdad? Un millón de niñas y adolescentes se incorporan cada año al ejercicio de la
prostitución.

Relato: “El Señor ha susurrado algo al oído de la rosa, y he aquí que se abre a la sonrisa;
Ha murmurado algo a la piedra, y la ha convertido en piedra preciosa.
Y cuando dice también algo al oído del sol, la mejilla roja del sol se cubre de eclipses.
Pero, ¿qué habrá susurrado el Señor al oído del ser humano?: Amor y misericordia”.

“La Palabra vino a su casa y los suyos no la recibieron.


Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios” (Jn 1,11-12).

Dios entra en la historia de María, y a través de ella en la historia de la humanidad, porque María recoge
como en un cuenco todas las esperanzas y anhelos del pueblo.
Dios entra como un peregrino, como un buscador. Dios mira, toca; su rostro se vuelve hacia María.
María está a la espera. Como el centinela que aguarda la aurora. Su casa siempre está abierta, dispuesta
a la acogida, aunque quien viene le cambie los planes.
Con María el mundo, también nosotros, queda abierto a la ternura, a la contemplación y al encuentro con
Dios.
Al entrar Dios en nuestra vida se abre para nosotros una propuesta: “Tu palabra sería la segunda palabra
y ella recrearía el mundo estropeado, como un juguete muerto que volviera a latir súbitamente. Tú
pondrías en marcha, otra vez, la ternura” (P. Casaldáliga).
Palabra de la Iglesia: “María, que... se ha encontrado en el centro mismo de los inescrutables caminos y
de los insondables designios de Dios, se conforma a ellos en la penumbra de la fe, aceptando plenamente
y con corazón abierto todo lo que está dispuesto en el designio divino" (RM, 14).
Si eres mujer: Únete a María. Descubre cómo Dios te plenifica. Hazte presente en el mundo, sin miedo,
sin complejos. Ofrece gratuitamente tu belleza. Hay heridas que sólo la belleza puede curar.

Si eres hombre: Contempla a la mujer con los ojos de Dios. No veas este despertar de la mujer en el mundo
como una amenaza contra el hombre, tampoco como una moda. Presta tu apoyo a la liberación de la
mujer. Es el mejor canto a Dios, que dignificó tanto a María.

Seas lo que seas, vive la presencia de la mujer y del hombre en el mundo como una reciprocidad de dones,
como una tarea común para construir la nueva humanidad.
DIA 3

Tema: 3 ¡Alégrate!

El mundo está lleno de saludos. Saluda, cada amanecer, la luz al mundo y todo se llena de colorido.
Saludan los pájaros desde los aleros de los tejados ofreciendo conciertos gratuitos. Se saludan los que
viven en familia, los niños que van al colegio y los ancianos que pasean en el parque.
El saludo es un arte; es una forma de entrar con belleza en la vida de los demás. ¿Cómo será el saludo de
Dios? El saludo de Dios es alegre, es una invitación a la felicidad. "Es una blasfemia predicar a un Dios que,
si no existiese, haría sentirse al hombre más realizado y feliz" (Cortés). Y es un escándalo que en nombre
de Dios los pueblos se saluden con bombas.
La tristeza de los que pierden la tierra en que han nacido, el dolor de todos los que sólo saludan la libertad
desde la lejanía de los sueños, las injusticias cometidas con los más pequeños y excluidos, están esperando
el saludo gozoso y liberador de Dios.

Reflexión:

"Dios sonríe, dice la Escritura. Y con ello afirma que incluso la más pequeña sonrisa pura y delicada, que
brota de no importa dónde, desde un corazón recto, ante cualquier tontería de este mundo, refleja una
imagen y un rayo de Dios. Es una señal de Dios vencedor, señor de la historia y de la eternidad, del Dios
cuya sonrisa nos demuestra que todo en definitiva es bueno" (Rahner). "El fundamento último de la alegría
es el amor. Dios ama: por eso es capaz de reír. Dios ríe en los que aman. A través de sus manos Dios habla
y desde el fondo de sus ojos, sonríe a la tierra" (Khalil Gilbran)

"Alégrate... Ella se conturbó por estas palabras y se preguntaba qué significaría aquel saludo" (Lc 1, 28-
29).
Dios se hace uno de nosotros y, en el seno de María, aparece Jesús, la alegría del mundo.
Dios se presenta como una alegría para el ser humano y no como una carga y una obligación. Así comienza
el Evangelio. Así se quebranta la vieja e inacabable tristeza del mundo.
Dios se acerca con alegría y genera vida, crecimiento, esperanza. Por eso "Quienes de veras aman a Dios,
todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen" (Teresa de Jesús).
Ya no hay que hacer nada para ganarnos a Dios, él se nos da como regalo. La vida cristiana es un camino
de alegría.
Palabra de la Iglesia: "María... ofrece una visión serena y una palabra tranquilizadora: la victoria de la
esperanza sobre la angustia, de la comunión sobre la soledad, de la paz sobre la turbación, de la alegría y
de la belleza sobre el tedio y la náusea" (Marialis Cultus, 57).

ALÉGRATE, MARÍA, LLENA DE GRACIA

Somos dichosos porque somos llamados a la vida.


Somos dichosos porque el Padre nos amó primero y ama más a los más pobres.
Somos dichosos porque Dios Padre y Madre, es mejor de lo que nos imaginamos.
Somos dichosos porque Jesús se ha empeñado en un proyecto de familia para la humanidad.
Somos dichosos porque el Espíritu alienta siempre la fiesta de la ternura y de la bondad.
Somos dichosos porque, como a María, Dios nos saluda cada día con el gozo.
DIA 4

5. ¡Llena de Gracia!

Para muchos de nuestros contemporáneos la oferta de satisfacción que presenta la sociedad actual
cuenta más que las promesas que hace la religión. El consumo, el bienestar y el confort tienen más influjo
que la gracia.
Por otra parte, sigue vigente la opinión de "para enriquecer a Dios debe empobrecerse el hombre!; para
que Dios sea todo, debe el hombre ser nada"! (Feuerbach).
¡Cómo se hará hoy el Espíritu del Señor un hueco en nuestro mundo para hablar al ser humano de paz de
justicia, de salvación y amor!
¡Cómo recogerán los hombres y mujeres esta oferta de plenitud de Dios para pasar del escepticismo y de
la defensa de los propios intereses a una vida de generosidad a favor de los demás!
"El porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones
para vivir y razones para esperar" (GS, 31)

Relato:
"Un día Dios llamó a tres personas y les regaló a cada una un pequeño frasco que contenía el perfume de
la Vida Eterna.

La primera de ellas, abrumada por tal regalo del mismísimo Dios, fue corriendo a por una cadenita de oro
para colgarse el pequeño frasco del cuello. Eso le recordaría a Dios y le haría tenerlo siempre presente.
La segunda marchó deprisa a su casa, derramó el perfume en un recipiente y comenzó a analizar su
composición química hasta obtener la fórmula. Se la aprendió de memoria e hizo que los demás también
se la aprendieran para que supieran en qué consistía el perfume de la Vida Eterna.

La tercera persona abrió el pequeño frasco y vació todo el perfume sobre su cabeza y se marchó a
perfumar el mundo".

Llena de gracia... Ella se conturbó por estas palabras...


El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios" (Lc 1,28-30).
Llena de gracia... es el nombre propio que Dios da a María. Llenos de gracia... es el nombre que Dios nos
da a cada uno.
Llena de gracia significa llena de Dios, llena del reino, llena de todos los preferidos de Jesús.
De la gracia brota el agradecimiento; la vida del cristiano se convierte en eucaristía, en entrega generosa
de la vida.
La gracia, que trabaja nuestro corazón, sale afuera y se convierte en anuncio gozoso de Jesús al mundo.
DIA 5
6. ¡El Señor está contigo!

El mundo del tercer milenio está lleno de excluidos. Esta es una de las mayores denuncias a una sociedad
que se construye sobre el orilla miento de los débiles.
"Las culebras sólo muerden a los descalzos" (Monseñor Romero) y los descalzos son voz profética que
llama a las puertas de la Iglesia y grita: ¿Dónde y con quién estás? ¿Qué haces con la luz?
Sin embargo, el Espíritu que sopla donde quiere, suscita hoy personas que abren los ojos y el alma, abren
las puertas y las ventanas, abren el corazón para estar con los excluidos de tierra y dignidad, de pan y de
paz.
Todos los que abren los brazos a la solidaridad, los que ponen sal y luz en la oscuridad y el sinsentido, son
la mejor continuación de María, la mujer que se estremeció cuando Dios le dijo que estaba con ella,
cuando todo un Dios miró su pequeñez.

Canción:

Existe un lugar donde la vida comienza con un beso en los labios, donde se visten de ternura las palabras.
Existe un lugar que todos conocemos, donde espera siempre un gran amor, es el cielo que llevamos
dentro.
Un lugar llamado... corazón (Fábrica de sueños)

"El Señor está contigo. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo...
Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús" (Lc 1,28-29.31).

Frente al deseo de "ser uno mismo", María es la mujer que acepta "ser desde otro". Esta aceptación la
lleva al gozo y a la libertad. María es imagen de la Iglesia, que no sabe vivir sin su Señor.
El saludo de Dios tiene una hermosísima traducción y concreción siempre que un ser humano le dice a
otro: "Estoy contigo"; cuando se reinicia el diálogo entre los pueblos, y se acortan las distancias; cuando
entre los hombres y mujeres de todos los mundos se establece un guiño de complicidad y las manos se
unen en proyectos de solidaridad. .
Dios está con el mundo, comprometido con todos los seres humanos. Por doquier ha dejado sus huellas.
María le ha abierto el espacio para que pueda plantar su tienda. En ella comienza la Iglesia, en la que Dios
habita.
Mirando a María, sabemos que somos lugar para Dios. Mirando a Dios, sabemos que somos lugar para
todos los excluidos. "Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura, y yéndolos mirando, con
solo su figura, vestidos los dejó de hermosura" (Juan de la Cruz).
Palabra de la Iglesia: "Ella, la mujer nueva, está junto a Cristo, el Hombre nuevo, en cuyo misterio
solamente encuentra verdadera luz el misterio del hombre, como prenda y garantía de que en una simple
creatura, es decir, en Ella, se ha realizado ya el proyecto de Dios en Cristo para la salvación de todo el
hombre" (Marialis Cultus 57)

DIA 6
El Espíritu sobre ti
Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones están produciendo una auténtica
revolución en nuestros días. Se está configurando una nueva manera de ser y vivir en el mundo. Se está
gestando un "hombre nuevo".
Pero tanta novedad puede aplastar al ser humano si se le impone desde fuera, como si fueran aguas
torrenciales, y no le brota del corazón.
Por ello, también hoy, no estamos lejos de las palabras de san Agustín: "Heme aquí, convertido en un gran
problema para mí mismo".
Y no estaría mal hacer nuestras las palabras del Principito: "Erase una vez un Principito que vivía en un
planeta poco más grande que él, y que necesitaba un amigo..." ¿Sabremos, en esta hora, dejarnos llevar
por el Espíritu para encontrar la vida y ofrecer la vida a todos?

Relato:
El Espíritu te escogió a ti, te quiso a ti, María.
Y tú, María, escoges a un niño pobre, nos escoges a nosotros para extender la vida
y el gozo de Dios en este mundo sorprendente de las nuevas tecnologías de la información y las
comunicaciones.
- "Sabe y ten entendido... tú el más pequeño de mis hijos, que soy la Virgen Santa María...
Deseo que se me erija un templo, donde mostraré a Jesús a las gentes en todo mi amor personal, en mi
mirada de compasión..."
- Pero el obispo no cree la historia del muchacho:
- "Niña mía... no me creyó; quizás piensa que es invención mía...
Te ruego, Señora y Niña mía, que confíes el encargo a una persona importante...
porque yo soy un hombre del campo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy hoja... y tú, Niña
mía, me envías a un lugar por donde ni ando..."
- Pero la Señora responde: "Es necesario que seas tú el elegido para ayudarme.
Escucha y ten entendido, hijo mío, el más pequeño, que no se turbe tu rostro ni tu corazón...
¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra?...
¿No estás por ventura en mi regazo, en el hueco de mi manto?
¿Qué más has menester?" (Relato de Guadalupe).

"El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios" (Lc 1,35).

El Espíritu viene siempre a animar la vida de la humanidad. Es un despertador de vida. No pretende alejar
a los hombres y mujeres de la vida de cada día. A María la hizo más mujer, más vecina, más cercana a la
situación de su pueblo, más creyente, madre..
El Espíritu nos ayuda a hacer un buen planteamiento de la vida. Nos da la fortaleza para afrontar la realidad
que nos toca vivir y para hacernos cargo de todos los que, también en esta época de profundos cambios,
quedarán tirados en las orillas de los caminos. A María le ayudó a aceptar su pobreza y a convertirla en
un canto y en una buena noticia para todos los pequeños del mundo.
El Espíritu ensancha nuestro corazón y lo abre a la comunión, convirtiéndonos en huéspedes los unos de
los otros, unas razas de las otras, unas religiones de las otras. A María la hizo madre de Jesús, y él trajo
muchos comensales a su mesa: los pobres y los ricos, los hambrientos y hartos, los humildes y soberbios,
los poderosos y los débiles. Y a todos supo decirles María su palabra.
DIA 7

8. ¡Fiat! ¡Hágase!

Las manos del alfarero buscan el barro para trabajarlo. La semilla busca la tierra para que estalle dentro
la vida. La palabra sale corriendo buscando un corazón que la acoja. Dios busca al ser humano; espera que
éste responda.
¿Qué pasa con el barro cuando no se deja modelar? ¿Qué pasa con la Palabra cuando no es recibida?
¿Qué pasa cuando Dios está a la puerta y nadie le abre?
Pero, ¿qué sucede cuando alguien dice "sí" a Dios? Entonces se cumple la promesa: "Mi Palabra no volverá
a mi vacía" (Is 55,101-11). Entonces, la tierra se llena de vida.

Poema:

"El Padre abre sus manos, y el Verbo vuela a tu arcilla;


y el espíritu de Amor te fecunda con su Vida.
Eres la esclava de Dios, eres Tierra prometida;
eres Nueva Humanidad donde ha llegado el Mesías.
Alégrate, Virgen pura, Vaso de cristal, María,
donde lo humano y divino se hacen al hombre bebida".

"María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? El ángel le respondió: El
Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer
será santo y se le llamará Hijo de Dios...

Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 34-38).
Hágase. Y la Palabra se hizo carne en la tierra de María.
Hágase. Y el mundo dejó espacio al rostro de Dios plasmado en una mujer.
Hágase. Y, en María, lo femenino se convirtió en lugar de encuentro, de autocomunicación de Dios en el
mundo. Y apareció en todo su esplendor la acogida y la entrega, la sensibilidad para captar el misterio de
Dios, la ternura hacia todo lo que está vivo pero necesita madurar.
Hágase. Y María entabló un diálogo íntimo con la palabra, la guardó en el corazón; gracias a María la fe
echó raíces profundas en la condición humana.

Palabra de la Iglesia: "María ha pronunciado este fiat por medio de la fe. Por medio de la fe se confió a
Dios sin reservas y se consagró totalmente a sí misma, cual esclava del señor, a la persona y a la obra de
su Hijo. Y este Hijo... lo ha concebido en la mente antes que en el seno: precisamente por medio de la fe"
(RM, 13).

MADRE DE TODOS LOS HOMBRES, ENSEÑANOS A DECIR AMEN.


DIA 8
. María en camino

La vida tiene su morada en el corazón, pero se asoma a los caminos. Y ahí se hace encrucijada, encuentro
de unos con otros, historia.
El ser humano es peregrino en busca de nuevas fuentes para su sed. En los caminos escucha las pisadas
de otros caminantes.
Hoy camina la mujer. Frente a toda crisis de cansancio y de muerte, aparece la mujer como signo de vida,
como aliento.
La salvación del mundo pasa por la mujer. Hoy camina la mujer con el respeto y el cuidado de la vida, la
sensibilidad y la ternura, la solidaridad y la colaboración, la paz y la belleza.
"María es modelo e icono plenamente realizado que antecede con su luz al Pueblo de Dios que peregrina,
como signo de esperanza y de consuelo" (LG 68).

Relato:
"Cuenta la historia que un monje, Demetrio, recibió un día una orden tajante: debería encontrarse con
Dios al otro lado de la montaña en la que vivía, antes de que se pusiera el sol. El monje se puso en marcha,
montaña arriba, precipitadamente. Pero a mitad de camino se encontró a un herido que pedía socorro. Y
el monje, casi sin detenerse, le explicó que no podía pararse, que Dios le esperaba al otro lado de la cima
antes de que atardeciese. Le prometió que volvería en cuanto atendiese a Dios. Y continuó su precipitada
marcha. Horas más tarde, cuando aún el sol brillaba en todo lo alto, Demetrio llegó a la cima de la montaña
y desde allí sus ojos se pusieron a buscar a Dios. Pero Dios no estaba. Dios se había ido a ayudar al herido
que horas antes se cruzó por el camino. Hay, incluso, quien dice que Dios era el mismo herido que le pidió
ayuda".

"En aquellos días, se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa,
a una ciudad de Judá" (Lc 1, 39).

María se puso en camino hacia la casa de su prima, en camino de fe y amor, de confianza y servicio. Así
de sencillo, así de profundo.
Percibió una necesidad concreta en Isabel y encaminó hacia allí sus pies. Se hizo samaritana.
Caminó, consciente del fruto que llevaba en su vientre. Avanzó en la peregrinación de la fe.
Durante el camino fue reflejando la luz de Cristo en cada etapa, en cada palabra, en cada mirada. Como
nueva arca de la alianza, todo lo fue sembrando de serena alegría. "Yo acariciaba mi seno para tocarle,
porque El estaba allí al tiempo que en todas partes. Cuando yo respiraba, respiraba El; cuando yo bebía,
bebía también el autor del aire, del agua y de la sed. Cuando yo me alimento Dios de mi vida, ¿sostengo
yo tu sangre o tú la mía?" (Martín Descalzo)

Palabra de la Iglesia: "María, es la Virgen oyente, que acoge con fe la Palabra de Dios: fe, que para ella fue
premisa y camino hacia la Maternidad divina... esto mismo hace la Iglesia que escucha con fe, acoge,
proclama, venera la Palabra de Dios y la distribuye a los fieles como pan de vida" (Marialis Cultus 17).

SE LEVANTO MARIA Y SE PUSO EN CAMINO HACIA LA MONTAÑA


MAGNÍFICAT, ANIMA MEA.
DIA 9
Encuentro de dos mujeres

El ser humano tiene vocación de encuentro. Y los pueblos y las culturas. Pero la geografía está llena de
heridas; son los desencuentros.
Tras cada desencuentro, se traza una frontera, se construye una muralla.
No se sabe cómo, pero la vocación de encuentro, en pequeños gestos, vuelve a germinar, a menudo en
el corazón de los más jóvenes, y las distancias se acortan, brota el diálogo, se da la comunión. 50 millones
de indígenas de todo el mundo tienen su futuro seriamente amenazado por la destrucción de las zonas
donde tradicionalmente habitan. ¿Por qué caminos misteriosos conduce el Espíritu al mundo de hoy a
una experiencia de unidad?

Parábola:
"Un hombre era dueño de un hermoso jardín donde los niños se encontraban a sus anchas para correr y
saltar. Pero éste era un hombre de corazón duro. Le dolía que los niños disfrutasen de la belleza de su
jardín. Esto fue lo que hizo: lo rodeó de una pared muy alta para que los niños no pudiesen entrar. Pero
sucedió que cuando las plantas dejaron de escuchar las risas de los niños dejaron también de florecer. Se
secó el follaje de los árboles. El invierno se prolongó como nunca antes lo recordaba y parecía que la
primavera no volvería jamás. El hombre se sentía muy triste, como si una gran pena anegase su corazón.
Las noticias de lo sucedido llegaron a un hombre muy sabio de la comarca. Vino donde él y le dijo: Tengo
un solo consejo que darte y si lo sigues, tu jardín volverá a lucir como antes. El hombre repuso: Escucho
tu consejo y lo seguiré de inmediato. Este fue el consejo: Derriba las paredes y deja que los niños jueguen"
(Limardo).

"Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño
en su seno Isabel quedó llena del Espíritu Santo y exclamó a gritos: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito
el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a
mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirán
las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" (Lc 1, 40-45)

La casa de una mujer se convierte en lugar de encuentro. El saludo fue una semilla de paz sembrada en la
mañana.
Dos mujeres se buscaron y encontraron al Dios de la vida en sus corazones. Las dos se anuncian
mutuamente el evangelio de la salvación. Esta vivencia del Espíritu compartida es lo que de verdad y
radicalmente transforma sus vidas.
El encuentro en la sencillez y la verdad termina en gozo y en novedad. Isabel y María cantan y se llaman
la una a la otra con un nombre nuevo. El misterio de Dios se hace presente en la humildad. El misterio de
Dios se convierte en canto en un clima de humildad.
"En cuanto María acogió en sí esa gran obra de Dios, tuvo y mantuvo un tal sentimiento de sí, que no se
elevó por encima del más pequeño hombre de la tierra. Hay que celebrar el espíritu de María
maravillosamente puro que, mientras se le hace un honor tan grande, no se deja tentar, sino que, como
si no lo viera, permanece en el camino justo" (Lutero).

Palabra de la Iglesia: "María aparece como Virgen orante en la visita a la madre del Precursor donde se
abre su espíritu en expresiones de glorificación a Dios, de humildad, de fe, de esperanza" (Marialis Cultus,
18)
DIA 10
El Magníficat: Un Canto lleno de futuro

"Si se calla el canto muere la rosa. ¿De qué sirve la rosa sin el canto? Es el canto la luz sobre los campos,
iluminando siempre a los de abajo" (Guarany) .
Un gozo: encontrar en el camino de la vida rostros iluminados, con ganas de vivir, con canciones en los
labios. "La gloria de Dios es que el hombre viva" (San Ireneo). La verdadera canción nunca se aleja de la
vida ni del bien del ser humano.
Una denuncia: "Los cristianos tienen muy poca cara de redimidos" (Nietsche).
Una tarea: compartir y cantar profundamente "los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de
los hombres de nuestro tiempo" (GS 1).
Un pozo de aguas inagotables: Dios es amor, se entrega por amor, no tiene otros intereses que los
nuestros, no sabe comerciar con nosotros porque nos lo ha dado todo.

Poesía

Estamos otra vez en el Principio y nace el mundo, nuevo, del seno de tu Gracia, hermosamente grande y
sin fronteras. ¡Que callen los profetas fatídicos! Cabemos todos juntos, hermanos, en la mesa que el Padre
ha abastecido. ¡Que calle todo miedo para siempre! Estamos otra vez en el Principio
y ha empezado tu era: ¡Por derecho de Madre tú patentas la luz amanecida! (Pedro Casaldáliga)

"Proclama mi alma la grandeza del Señor. Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la
humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en
generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, -como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre" (Lc 1,46-56).

Dios es alegre. Y el diálogo con él, también. La alegría se refleja en las canciones que acompañan la vida
de cada día. El canto del Magnificat es el espejo del alma de María. Y en el alma lleva grabadas la ternura
y la compasión de Dios hacia los más pobres.
La alegría la encontramos en lo más profundo del manantial, donde Dios es Dios. María se abre al misterio
de Dios y es tanta la alegría que siente al ver cómo es Dios que no puede hacer otra cosa que cantar con
júbilo. Su canción es una gran noticia para toda persona.
La canción es como un resplandor de profecía para el mundo. Dios toca las heridas y las sana. A María
Dios la ha mirado en su pequeñez, ha tocado y besado su pobreza. En ella se anuncia la buena nueva del
Evangelio, se adelantan las bienaventuranzas de Jesús.

Palabra de la Iglesia: "El cántico de la Virgen, al difundirse, se ha convertido en oración de toda la Iglesia
en todos los tiempos" (Marialis Cultus, 18).

DIA 11
11. El Magníficat: Un Canto lleno de futuro
"Si se calla el canto muere la rosa. ¿De qué sirve la rosa sin el canto? Es el canto la luz sobre los campos,
iluminando siempre a los de abajo" (Guarany) .
Un gozo: encontrar en el camino de la vida rostros iluminados, con ganas de vivir, con canciones en los
labios. "La gloria de Dios es que el hombre viva" (San Ireneo). La verdadera canción nunca se aleja de la
vida ni del bien del ser humano.
Una denuncia: "Los cristianos tienen muy poca cara de redimidos" (Nietsche).
Una tarea: compartir y cantar profundamente "los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de
los hombres de nuestro tiempo" (GS 1).
Un pozo de aguas inagotables: Dios es amor, se entrega por amor, no tiene otros intereses que los
nuestros, no sabe comerciar con nosotros porque nos lo ha dado todo.

Poesía

Estamos otra vez en el Principio y nace el mundo, nuevo, del seno de tu Gracia, hermosamente grande y
sin fronteras. ¡Que callen los profetas fatídicos! Cabemos todos juntos, hermanos,
en la mesa que el Padre ha abastecido. ¡Que calle todo miedo para siempre! Estamos otra vez en el
Principio y ha empezado tu era: ¡Por derecho de Madre tú patentas la luz amanecida! (Pedro Casaldáliga)

"Proclama mi alma la grandeza del Señor. Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la
humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en
generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, -como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre" (Lc 1,46-56).

Dios es alegre. Y el diálogo con él, también. La alegría se refleja en las canciones que acompañan la vida
de cada día. El canto del Magnificat es el espejo del alma de María. Y en el alma lleva grabadas la ternura
y la compasión de Dios hacia los más pobres.
La alegría la encontramos en lo más profundo del manantial, donde Dios es Dios. María se abre al misterio
de Dios y es tanta la alegría que siente al ver cómo es Dios que no puede hacer otra cosa que cantar con
júbilo. Su canción es una gran noticia para toda persona.
La canción es como un resplandor de profecía para el mundo. Dios toca las heridas y las sana. A María
Dios la ha mirado en su pequeñez, ha tocado y besado su pobreza. En ella se anuncia la buena nueva del
Evangelio, se adelantan las bienaventuranzas de Jesús.

Palabra de la Iglesia: "El cántico de la Virgen, al difundirse, se ha convertido en oración de toda la Iglesia
en todos los tiempos" (Marialis Cultus, 18).

DIA 12

12. El Dios de María


Son más los que salen cada mañana a buscar el rostro de Dios, que los que descubren cómo Dios trata
amorosamente de abrirse paso hasta el corazón humano.
Dios sigue siendo bandera discutida. Unos dicen: "Para enriquecer a Dios debe empobrecerse el hombre;
para que Dios sea todo, debe el hombre ser nada" (Feuerbach). Pero otros, contemplando a Jesús dijeron:
"Siendo rico, se hizo pobre por nosotros, para enriquecernos con su pobreza" (San Pablo).
Algunos lo ven como un ser lejano, distante, ajeno al bien de los hombres y mujeres del mundo. Pero
otros descubren que su gozo y su gloria se realizan con más plenitud allí donde de modo más verdadero
y auténtico se realiza nuestra humanidad.
Más que señor es servidor de sus criaturas: "La ternura de Dios es tan grande que se entrega al alma como
si él fuese su siervo y ella fuese su Señor" (San Juan de la Cruz).

Relato:

"El sacerdote preguntó a María, la resucitada:


- ¿Viste a Dios?
- ¡Sí! ¡Eso... no se olvida!
- ¿Cómo era Dios?
- ¡Alegre! (Martín Descalzo)

"Su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación...


Se alegra mi espíritu en Dios , mi salvador" (Lc 1, 46.49-50).

Cuando decimos que Dios es santo queremos decir que Dios es amor. Y en el amor él da siempre el primer
paso. Cuando el amor llamó a las puertas del corazón de María, el Espíritu se hizo en ella plenitud de
gracia, el Padre presencia de amor, y el Hijo carne de su carne.
Cuando decimos que Dios es misericordioso queremos decir que nos ama hasta el extremo. María dejó
hablar a Dios en su vida, y Dios se hizo cercano. Apareció la vida y se hizo visible el Amor.
Cuando decimos que Dios es salvador queremos decir que nos cura las heridas y nos capacita para amar.
Si amamos nos convertimos en creadores, en personas libres. María salió del encuentro con Dios más
nueva, más libre, con más capacidad de crear, más llena de esperas.
Cuando nos alegramos en Dios estamos diciendo que él es la fuente de nuestra vida, su sentido más
profundo. María, mujer-testigo de Dios, pone flores en nuestra ventana y nos recuerda que Dios entra en
la historia para quitar peso a todo oprimido y embellecer la vida de todo ser humano.

Palabra de la Iglesia: "La Virgen María ha sido propuesta siempre por la Iglesia a imitación de los fieles...
porque en sus condiciones concretas de vida ella se adhirió total y responsablemente a la voluntad de
Dios; porque acogió la palabra y la puso en práctica; porque su acción estuvo animada por la caridad y por
el espíritu de servicio; porque fue la primera y la más perfecta discípula de Cristo" (Marialis Cultus, 35).

DIA 13
13. El nacimiento de Jesús
Qué milagro esconde la tierra, que se agrieta por la sed y se abre para que en ella se asome en todo su
esplendor la vida! ¡Qué milagro encierra la historia al esconderse en ella, como un misterio, la hermosura
de Dios! ¡Qué gran misterio envuelve y penetra al ser humano como para que el salmista exclame
sorprendido: "¿Qué es el hombre?" (Sal 143).
Nace el riachuelo del manantial escondido en la montaña. Nace la flor de la semilla caída en la tierra. Nace
un niño y todo lo embellece. ¡Nace Dios hecho niño y el amor entra en la historia!
Todo lo que nace es frágil, está expuesto al peligro. ¡Qué dolor cuando la vida, apenas nacida, es
abandonada! ¡Qué oscuridad cuando la luz es escondida! ¡qué tristeza cuando lo nuevo es pisoteado!
Jesús de Belén, fruto bendito de María de Nazaret, nos invita a reafirmar nuestras convicciones a favor de
la vida
Testimonio:
"La vida me había tirado por tierra, pero el encuentro con Jesús me ha dado fuerzas para retormarla otra
vez agradecida... He aprendido a amar la vida desde que sé para qué vivo" (Edith Stein)."Jesucristo es el
centro de la historia y del universo; él nos conoce y nos ama, es compañero y amigo de nuestra vida... Yo
nunca me cansaría de hablar de él; él es la luz, la verdad, más aún, el camino, y la verdad, y la vida; él es
el pan y la fuente de agua vva, que satisface nuestra hambre y nuestra sed; él es nuestro pastor, nuestro
guía, nuestro ejemplo, nuestro consuelo, nuestro hermano" (Pablo VI).
"Mientras estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito,
le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue" (Lc 2, 6-7).
María mira emocionada a Jesús niño. Con ella contemplamos al que es la Vida.
María envuelve a Jesús en pañales. Con ella cuidamos toda vida.
María acoge en su corazón, junto a Jesús, a muchos nombres. Con ella aprendemos a levantar las vidas
caídas.
María pone en un pesebre al Salvador. Con ella colocamos en cada corazón la bendición y la ternura de
Dios.
María, puesta en manos del Espíritu, permanece siempre abierta a la acción creadora de Dios. ¡Bendita
tú, María, mujer, lugar de maternidad, campo en el que la vida emerge y todo lo embellece!
Palabra de la Iglesia: "Y ahora es a vosotras a las que nos dirigimos, mujeres de todas las condiciones... En
este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu
del Evangelio podéis ayudar tanto a que la humanidad no decaiga... Estáis presentes en el misterio de la
vida que comienza... Nuestra técnica corre peligro de convertirse en inhumana. Reconciliad a los hombres
con la vida" (Mensaje del Concilio Vat II a las mujeres).

DIA 14

4. Los humildes van a Belén


¿Adónde van hoy los humildes de la tierra? ¿Hacia dónde encaminan sus pasos? ¿Quién les dará acogida,
compartirá con ellos el pan y la palabra? ¿Quién se dejará enseñar por su capacidad de asombro?
No siempre los caminos más trillados conducen a los manantiales. A veces hay que rastrear caminos
humildes, escondidos. Ellos pueden transformar el mundo, porque desde abajo se intuye lo esencial.
Lo mismo pasa en la vida. No siempre las personas que más brillan son las que conducen a la meta. A
menudo es el corazón de las gentes pobres el que mejor refleja el rostro de Dios.
Cuando contemplamos el peregrinar de los humildes de la tierra, qué lejos quedan esos planteamientos
que te llevan a Dios y te alejan de los hombres.

Experiencia de vida:
Raimunda es madre de cuatro hijos. El padre casi nunca aparece por casa. Ella vive en una casa que no
tiene ni suelo, ni paredes, ni tejado. El suelo es de tierra, que no está nivelada. Las paredes son un entresijo
de palos con barro y latas. El tejado está hecho con ramas y hojas de cañas, con un plástico encima, que
casi sólo sirve para quitar la luz del sol. La lluvia pasa y moja todo. La casa no tiene puerta, solo tiene dos
agujeros desprotegidos para entrar y salir. El viento frío de las noches pasa libremente. Todo muy pobre,
como en la cueva de Belén. Ella acaba de dar a luz a su hijita, mientras la mece dice: "Esta niña tiene cuatro
madres. Me tiene a mí. Tiene a esa (y señala a la abuela). Tiene a aquélla (y señala a la comadrona) y tiene
a la de arriba (y señala al cielo)".
"Los pastores se decían unos a otros: vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor nos ha
manifestado.
Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre" (Lc 2, 15-16).
Llegaron los pequeños a Belén y pasó como con los pájaros del cielo, que cantan y vuelan, pero no
defienden su música o su belleza.
Llegaron los humildes a Belén y en aquella pobreza vieron a Dios hecho niño, transparente como el aire,
alegre como el agua limpia.
Llegaron los pobres de la tierra y al ver a Jesús, tan como ellos, les salió por los ojos el asombro y bailaron
danzas teniendo entre sus brazos a la Gracia.
Y nosotros, peregrinos de tantos caminos, nos sentamos junto a José y María para respirar la paz de Jesús
y escuchar la música universal del amor

DIA 15
15. María presenta a Jesús
La fuente ofrece el agua, la tierra entrega su hondura, el árbol regala su fruto. ¿Qué da el ser humano?
María presenta lo nuevo. Ofrece en gratuidad a Jesús, como luz y salvación. Sólo quien aprende a regalar,
siente en su interior la fuente escondida de la que brota todo don.
El silencio de Dios es el fenómeno más fuerte de Occidente. Presentar a Dios es el mayor servicio al mundo
de hoy. "La nueva evangelización, como la de siempre, será eficaz si sabe proclamar desde los tejados lo
que ha vivido en la intimidad con el Señor" (Juan Pablo II).
Parábola:
"Un monje andariego halló, en uno de sus viajes, una piedra preciosa, y la guardó en su talega. Un día se
encontró con un viajero, vio la joya y se la pidió. El monje se la dio sin más. El viajero le dio las gracias y
marchó lleno de gozo con aquel regalo inesperado de la piedra preciosa que bastaría para darle riqueza y
seguridad todo el resto de sus días. Sin embargo, pocos días después volvió en busca del monje
mendicante, lo encontró, le devolvió la joya y le suplicó: Ahora te ruego que me des algo de mucho más
valor que esta joya, valiosa como es. Dame, por favor, lo que te permitió dármela a mí " (T. de Mello).
"Unos magos de oriente... entrando en la casa; vieron al niño con María su madre" (Mt 2,11).
"Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a
Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor" (Lc 2,22-23).
María nos presenta a Jesús y la cruz o el amor aparecen en el horizonte.
María nos presenta a Jesús y aparece junto a nosotros la sorpresa de un Dios que camina a nuestro lado.
María ofrece a Jesús a todos los pueblos: se hace negra, se hace gitana, se hace india, se hace china... se
hace mujer de pueblo.
María se hace peregrina con el pueblo que camina hacia el reconocimiento de su dignidad humana y su
filiación divina.
María, en cada una de las ermitas donde se se venera su imagen, se hace lugar de encuentro; en torno a
ella la fe se hace cultura.
El pueblo sencillo y pobre ha sabido reconocer en María el rostro materno de Dios, de un Dios
misericordioso que oye el clamor de los necesitados y se abaja y acerca a su dolor.
Palabra de la Iglesia a María: "Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre" ¿Qué otra cosa puede y
quiere darnos María sino a Jesús? ¿Qué otra cosa puede darnos sino la gracia? Se multiplica el gozo
cuando nos comunica el mejor fruto de su vientre. Queremos ver a Jesús. Muéstranos en tus ojos a Jesús.
Queremos contemplar en tus ojos la belleza de Cristo. Muéstranos a Jesús para verlo cara a cara. No te
pedimos nada más, ni salud, ni buena suerte, ni riquezas ni abundancia de la tierra. Sólo queremos mirarte
y pedirte que nos muestres en el brillo de tus ojos a Cristo, al Cristo que llevas dibujado en tus entrañas
de madre.
DIA 16
16. Una luz para todos
No son muchos, pero lo hay. Son hombres y mujeres, perdidos aquí y allá, que dialogan diariamente con
Dios, se acercan al Evangelio como quien va a beber de una fuente, buscan el silencio y el abandono
confiado en Dios. Ellos y ellas son una luz en medio del mundo.
Muchos de ellos son laicos. Son una vocecita de Dios en medio del silencio. Con imágenes vivas del
Evangelio, son sal de la tierra, luz del mundo. A pesar de las dificultades, ponen en marcha pequeñas
estructuras, desde donde se alza una voz contra el hambre y la injusticia, y donde siempre está la puerta
abierta para la acogida. En torno a estas personas, verdadera luz abierta a todos, se nota un especial
cuidado de la vida.
Testimonio. "Raúl Follerau
solía contar una historia emocionante: visitando una leprosería en una isla del Pacífico se sorprendió que,
entre tantos rostros, muertos y apagados, hubiera alguien que había conservado unos ojos claros y
luminosos que aún sabían sonreír y que se iluminaban con un "gracias" cuando le ofrecían algo. Entre
tantos cadáveres ambulantes, sólo aquel hombre se conservaba humano. Cuando preguntó qué era lo
que lo que mantenía a este pobre leproso tan unido a la vida, alguien le dijo que observara su conducta
por las mañanas. Y vio que, apenas amanecía, aquel hombre acudía al patio que rodeaba la leprosería y
se sentaba enfrente del alto muro de cemento que la rodeaba. Y aparecía durante unos cuantos segundos
otro rostro, una cara de mujer, vieja y arrugadita, que sonreía. Entonces el hombre comulgaba con esa
sonrisa y sonreía también. Luego el rostro de mujer desaparecía y el hombre iluminado, tenía ya alimento
para seguir soportando una nueva jornada y para esperar a que mañana regresara el rostro sonriente. Era
-le explicaría después el leproso- su mujer. Cuando le arrancaron de su pueblo y le trasladaron a la
leprosería, la mujer le siguió hasta el poblado más cercano. Y acudía cada mañana para continuar
expresándole su amor. Al verla cada día, comentaba el leproso, sé que todavía vivo" (Martín Descalzo).
"Siméon, movido por el Espíritu Santo, vino al templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para
cumplir lo que la ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, según
tu palabra, puedes dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvación, la que has
preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel...
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; nos se apartaba
del templo, sirviendo a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma
hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén" (Lc 2,27-32.
36-38). (Lc 2,22-23).
Palabra de la Iglesia: "La Iglesia, guiada por el Espíritu, ha vislumbrado, más allá del cumplimiento de las
leyes relativas a la oblación del primogénito y de la purificación de la madre, un misterio de salvación; ha
visto proclamada la universalidad de la salvación... ha percibido en el corazón de la Virgen que lleva al
Niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, una voluntad de oblación que transcendía el significado
ordinario del rito. De dicha intuición encontramos un testimonio en el afectuoso apóstrofe de sn
Bernardo: 'ofrece tu Hijo, Virgen sagrada, y presenta al Señor el fruto bendito de tu vientre. Ofrece por la
reconciliación de todos nosotros la víctima santa, agradable a Dios" (Marialis Cultus, 20).
DIA 17
17. Una espada en el horizonte
Cuando menos lo esperamos el dolor y la injusticia aparecen en el recodo del camino. ¿Qué hacer
entonces? ¿Por qué nuestra vida se desorienta tanto?
"En todas partes donde haya conflicto, allí donde os encontréis frente a un adversario, triunfad sobre él
por el amor".
"En el testimonio de los mártires encontraremos la esperanza y la fuerza para abrir caminos nuevos".
Testimonio "No le dejan a una desarrollarse ni opinar: le cierran los caminos, se siente una amarrada; la
van enfermando; se siente una presa. ¿Será por desquite, por miedo a que los abandonemos cuando una
se supera?... A saber..." (Una mujer de El Salvador).
"Simeón les bendijo y dijo a María, su madre; "Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel,
y como signo de contradicción" -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al
descubierto las intenciones de muchos corazones" (Lc 2, 34-35).

Y ante María apareció la noche. Las palabras de un anciano se la hicieron presente.


La espada, todas las espadas, se le clavaron dentro. El sufrimiento del mundo se le puso delante. ¿Cómo
seguir creyendo en la luz? ¿Cómo seguir empeñada en la tarea de los profetas, que es la de Dios, de
cambiar las lanzas en podaderas, las espadas del mundo en arados?
En la noche, María echó mano de la palabra de Dios guardada en el corazón, se acordó de la fidelidad del
Señor de la Alianza. María, en la noche, en todas las noche, miró a su Hijo, contempló la luz. Y emprendió
decidida los caminos de la paz.
En la noche, a María se le hizo un poco más visible la cruz, la de su hijo, la del Reino, la del proyecto del
Padre. Y María continuó diciendo "sí".
Palabra de la Iglesia: "María, presente en la Iglesia como madre del redentor, participa maternalmente
en aquella "dura batalla contra el poder de las tinieblas" que se desarrolla a lo largo de toda la historia
humana... María ayuda a todos los hijos -donde y como quiera que vivan- a encontrar en Cristo el camino
hacia la casa del Padre" (RM, 47).

MADRE DE LOS CREYENTES QUE SIEMPRE FUISTE FIEL: DANOS TU CONFIANZA, DANOS TU FE
"Señor, nuestra tierra es sólo un astro pequeño, perdido en la inmensidad del universo. Tarea nuestra es
hacer de ella un planeta donde no vivamos atormentados por las guerras, ni torturados por el hambre y
el terror, ni desgarrados y divididos por ideologías, razas o color de la piel. Danos acierto y valentía para
poner desde hoy manos a la obra con el fin de que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos puedan un
día llamarse con orgullo seres humanos" (La rezan los creyentes en las Asambleas de la ONU)."Odio las
maldades de los hombres, pero a ellos no los puedo odiar" (Abbé Pièrre)
DIA 18
18. Emigrante con los emigrantes
Los egoísmos humanos, la persecución de la verdad, la imposición de los dominadores, la carestía de la
vida, el hambre... han provocado a lo largo de la historia un interminable desfile de exilios, deportaciones,
persecuciones ideológicas, campos de refugiados, colonias de emigrantes, etc.
María, José, Jesús no fueron extraños a todo esto. También a ellos les tocó marchar con lo puesto a tierra
extraña. Y hoy, en un mundo con tantos millones de refugiados, exiliados, perseguidos, emigrantes
forzosos... no podemos dejar de pensar en ello. Porque en ellos también hoy Jesús sigue huyendo,
emigrando, refugiándose, exiliándose...
Da miedo mirar a nuestro alrededor, porque da miedo implicarnos en lo que vemos: "De los más de dos
mil millones de niños que viven en el mundo, ocho de cada diez malviven... Al finalizar el milenio había en
el planeta seis mil doscientos millones de habitantes. De éstos, tan solo mil doscientos viven en el mundo
desarrollado. El resto, malvive en el subdesarrollo". Pero no puede haber justicia si no somos capaces de
ponernos en lugar del otro.
Relato: La ciudad del otro lado
Un ermitaño del monasterio de Esceta se aproximó al Abad Teodoro.
- Sé exactamente cual es el objetivo de la vida. Sé lo que Dios pide al hombre y conozco la mejor manera
de servirlo. Y a pesar de eso, soy incapaz de hacer todo lo que debería estar haciendo para servir al Señor.
El abad Teodoro permaneció un largo tiempo en silencio. Finalmente dijo:
- Tú sabes que existe una ciudad al otro lado del océano. Pero aún no has encontrado el barco, no has
subido tu equipaje y no has atravesado el mar. ¿Por qué estar hablando de ella, o de como debemos
caminar por sus calles?
- Saber el objetivo de la vida o conocer la mejor manera de servir al Señor no basta. Pon en práctica lo
que estás pensando y el camino se mostrará por sí mismo.
"El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma contigo al niño y a su madre
y huye a Egipto; y estáte allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle". El se
levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes"
(Mt 2,13-15).
José y María compartieron totalmente el camino de su Hijo. No se rebelaron sino que se abandonaron y,
en silencio y paz, comenzaron su viaje al extranjero.
José y María caminaron entre penumbras tras el rostro de Dios y sus designios. Creyeron con todo su ser
y esperaron en silencio la Palabra que diera luz a su caminar.
En Egipto fueron desconocidos, uno de tantos extranjeros, sin tierra, sin sitio, sin casa. A la espera de que
alguien compartiera con ellos la palabra, la sonrisa, el agua y la información adecuada.
Enséñanos, María, a mirar al desconocido con amor, a recibirle con nuestros brazos abiertos, desarmado
DIA 19
19. Jesús se pierde
De repente solo vemos lo nuestro, lo que tanto aparece en los telediarios: el mundo partido en dos
mitades cada vez más alejadas entre sí, la tierra cada vez más deteriorada por el abuso, la abundancia y
perfección técnica de los medios de comunicación junto a la pobreza de mensajes que decirnos unos a
otros. Y entonces preguntamos, ¿dónde está Jesús? ¿dónde se ha perdido? ¿dónde ha quedado su
proyecto? Cuando al ser humano se le arrebata la dignidad y los derechos básicos … ¿quién le devuelve a
su rostro la luz y la esperanza?
De repente también, un día nos damos cuenta de que Jesús se nos está escapando del alma, de que se
está apagando la luz que durante años nos había iluminado.¿Qué hacer en medio de la oscuridad de su
ausencia? Todo parece envuelto en el silencio.
Ante nosotros aparecen los que abandonan desilusionados, o los que sin esperanza, se lanzan a buscar
los despojos. Pero también aparecen los testigos de la búsqueda en la noche. Ellos son luz cuando Jesús
se pierde: “Buscando mis amores / iré por esos montes y riberas / ni cogeré las flores / ni temeré las fieras
/ y pasaré los fuertes y fronteras” (San Juan de la Cruz).
Parábola “Un poderoso sultán viajaba por el desierto, seguido de una larga caravana, que transportaba
una pesada carga de riqueza en oro y objetos preciosos. A mitad del camino, cercado por el fuego de los
arenales, un camello, extenuado, cayó para no levantarse. El arca que transportaba sobre sus espaldas,
crujió y se deshizo dejando esparcidas sobre las arenas joyas y brillantes. El príncipe, no teniendo con qué
recoger el precioso caudal, hizo un gesto entre displicente y generoso, invitando a sus pajes y criados a
guardarse lo que cada uno podía cargar sobre sí. Mientras éstos se abalanzaban con avidez sobre el rico
botín para buscar entre los granos de arena otros granos que brillaban un poco más, el príncipe siguió
adelante su camino por el desierto. De pronto, escuchó los pasos de alguien que caminaba a sus espaldas.
Se volvió y advirtió que era uno de sus pajes que le seguía, jadeante y sudoroso. - Y tú –le preguntó-, ¿no
te quedas a recoger nada? - El joven respondió con sencillez llena de distinción: - Yo sigo a mi rey”.
“Cuando le vieron quedaron sorprendidos y su madre le dijo: Hijo, ¿Por qué nos has hecho esto? Mira, tu
padre y yo, angustiados te andábamos buscando. El les dijo: ¿Y por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo
debía estar en la casa de mi Padre? (Lc 2,48-49).
La pérdida de Jesús desencadena en José y María una búsqueda apasionada. Recorren los caminos,
preguntan a la gente, vuelven atrás. Sin él no tenía ningún sentido seguir adelante. Cuando perdemos a
Jesús entramos en la noche.
Cuando por fin lo encuentran no entienden lo que les dice. Se sorprenden ante las palabras del hijo. Pero
no se desmoronan ni abaten sino que las guardan cuidadosamente en su interior.
Jesús pronuncia ante ellos la primera palabra que ha recogido el Evangelio: “Mi Padre”, una palabra
fundamental para Jesús. Jesús se debe a su Padre y al proyecto del reino. Toman la actitud de los pobres
y llenos de paz se preguntan: ¿Qué quiere decirnos con esto? ¿Qué querrán decir estas palabras? De este
modo sus pensamientos van siendo penetrados por el esplendor de esa palabra.
Así, guardando en el corazón las palabras de Jesús, permanecen abiertos al misterio. ¡Dichosos los que en
medio de la oscuridad siguen caminando al encuentro del Señor!
DIA 20
20. María, discípula de Jesús
¿A quién seguir en estos comienzos del s. XXI? ¿En quién depositar la confianza? El Papa Juan Pablo II, en
un encuentro con los jóvenes, se atrevió a soñar un mundo de personas seguidoras de Jesús. Seguir a
Jesús es dejarle espacio para que pueda transformar nuestra vida.
Con todos los seres humanos formamos un pueblo de peregrinos. Mientras caminamos, escuchamos las
pisadas de tantos hombres y mujeres que, de diferentes maneras, sienten la sed y se ponen en camino
en busca de los manantiales.
El Espíritu, que está presente en toda la creación y en todos los pueblos, nos empuja a caminar con los
ojos abiertos, con capacidad para las sorpresas, porque nada de lo que ya hemos vivido agota lo que Dios
ha preparado para los que lo aman.
Alentados por el Espíritu hacemos nuestros “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los
hombres de nuestro tiempo… Todos son a la vez gozos, esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos
de Cristo” (GS 1.34).
Testimonio: “Esa es vuestra tragedia. ¡Olvidáis! ¡Olvidáis al Dios que hay en vosotros! ¡Queréis olvidar! El
recuerdo implicaría el alto deber de vivir como un hijo de Dios... ¡Es mas fácil olvidar, convertirse
solamente en un hombre… ¡Vivir negando la vida! (Eugene O´Neill).
La verdadera dicha de María está en la fidelidad a la palabra oída y escuchada en el corazón. La experiencia
de la santidad consiste en escuchar y practicar lo que Jesús le pide.
María aprendió a seguir a Jesús, haciendo el camino con él, paso a paso. Se vinculó incondicionalmente a
la persona de Jesús, a su estilo de vida. No se concibió nunca al margen de él.
María aprendió a seguir a Jesús junto con otros seguidores. Ella “avanzó en la peregrinación de la fe y
mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz” (LG 58), por eso puede alentar ahora a todos los
peregrinos.
Palabra de la Iglesia: “Pero a la bendición proclamada por aquella mujer respecto a su madre según la
carne, Jesús responde de manera significativa... Quiere quitar la atención de la maternidad entendida sólo
como un vínculo de carne, para orientarla hacia aquel misterioso vínculo del espíritu, que se forma en la
escucha y en la observancia de la palabra de Dios” (RM, 20). “María era dichosa, porque antes de llevarle
en su seno llevaba ya en su espíritu al Maestro...” (San Agustín).
Padre nuestro, tu palabra nos hace salir de nuestra tierra, tu aliento nos acompaña en el camino. Tú nos
abres el oído para oír a Jesús, nos invitas a seguir sus pisadas. María nos precede en el camino, lleva
encendida la antorcha de la fe. Viene con nosotros una gran comunidad de hermanos y hermanas, que tú
nos has regalado para hacer en iglesia el camino. Los dones con que tu Espíritu embellece a cada uno, son
compartidos por todos en una mesa común. Con los mejores hijos de la iglesia decimos: “Gocémonos
Amado y vámonos a ver en tu hermosura, al monte o al collado, do mana el agua pura. Entremos más
adentro en la espesura”.
DIA 21
21. Haced lo que Él os diga
• Sedentarios o nómadas, ¿cómo colocarnos en la vida? El nómada busca fuentes para su sed. Para dar
con ellas necesita señales que le guíen por el buen camino. ¡Qué alegría para cualquier peregrino
encontrar quien le oriente en cualquier encrucijada!
• La vida está llena de señales, pero la prisa y el agobio nos impiden verlas. Los acontecimientos de cada
día, las personas, los sentimientos que pueblan el corazón, todo son señales. Hacen falta ojos limpios para
descubrirlas, para descifrarlas.
• Hay muchas personas que vagan sin sentido; no saben dónde ir. Hay también pueblos enteros que no
saben qué hacer para salir del pozo de las deudas, de la violencia, de la corrupción generalizada, de las
mil formas de pobreza. ¿Quién les mostrará caminos nuevos?
• María está colocada en las encrucijadas de los caminos como una señal de esperanza. A todos los que
preguntan les orienta por la senda de la vida, les invita a hacer lo que diga Jesús.
• Un tercio de la población del mundo sigue sin tener acceso a una educación básica, según un informe
de la UNESCO.
“A un maestro de oración le preguntaron por qué necesitaba orar. El maestro respondió: Para poder
apreciar las cosas que sólo se ven con los ojos del corazón. Las estrellas no se ven durante el día, pero eso
no significa que no existan. A Dios se llega cuando le preparamos el camino para que Él se manifieste. La
realidad transparenta al Señor pero hay que estar despiertos y preparados para contemplar su presencia”.
“Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: No les queda vino. Jesús le contestó: ‘Mujer, déjame, todavía
no ha llegado mi hora’. Su madre dijo a los sirvientes: ‘Haced lo que él diga’” (Jn 2,3-5).
• María es la mujer de comunicación; tiene los ojos abiertos para ver las necesidades, abre con delicadeza
caminos hacia Jesús.
• María conoce la novedad que lleva Jesús consigo y quiere que el vino de su amor y alegría alegren la
fiesta cansada de la humanidad.
• En las palabras de María se asoma la esperanza de la humanidad; en su confianza total en Jesús todos
somos invitados a acoger la indicación del que nos guía siempre hacia la vida.
Palabra de la Iglesia: “El hecho de Caná de Galilea nos ofrece como una predicción de la mediación de
María, orientada plenamente hacia Cristo y encaminada a la revelación de su poder salvífico” (RM, 22).
“Siembren también la fe de Cristo entre sus compañeros de trabajo, obligación que tanto más urge cuanto
que muchos hombres no pueden oír hablar del evangelio ni conocer a Cristo más que por sus vecinos
seglares” (AA, 21).
María, mirada atenta al sufrimiento de las gentes, danos ojos y corazón nuevos para la compasión. María,
faro luminoso en todos los caminos, guía nuestros pasos hacia Jesús. María, experiencia gozosa de la
novedad de Jesús, dibuja en nuestras vidas el Evangelio.
ÇDIA 22

22. María en la Cruz


• Estamos ante la cruz, misterio tremendo que nos cuesta entender. ¿Por qué la cruz? ¿Por qué está tan
presente la cruz? ¿Por qué Dios no nos ha salvado de otra manera?
• La cruz, objeto de adorno para algunos, es para muchos una experiencia de dolor que humilla mucho,
es una necesidad de ayuda para no caer en la desesperanza, es una oportunidad, en el mejor de los casos,
para mirar a Jesús crucificado, al Salvador del mundo.
• Hay millones de seres humanos clavados en la cruz. El hambre, la incultura, la esclavitud, la injusticia
son cruces demasiado pesadas que oscurecen todo paisaje y lo convierten en panorama desolador. Pero
sin quitar ni un ápice a este drama, hay algo que hace que la noche no sea tan oscura, es la presencia de
hombres y mujeres junto a las cruces de sus semejantes.
• Hay un terremoto, donde sea, y allí aparecen gentes dispuestas a levantar escombros. Hay una guerra,
donde sea, y allí van personas dispuestas a curar toda herida, también las del alma. Cuando junto a un
dolor, cualquier dolor, hay alguien al lado, todo parece distinto. Dios pensó también que si él era clavado
en la cruz, todo podía ser distinto para el mundo.
Relato. “Un hombre tenía entre sus manos unas semillas. Las apretaba fuertemente entre sus puños y se
decía: ‘Son mías y las voy a retener para siempre’. Otro hombre tenía también unas cuantas semillas y se
decía: ‘Son mías, pero me voy a desprender de ellas’. Cavó en la tierra y las sembró. Poco después, de las
semillas sembradas aparecieron primero unos pequeños tallos, luego hojas y después espigas y granos. El
hombre que apretaba entre sus puños las semillas porque quería retenerlas, fue poco a poco
perdiéndolas, hasta que al fin se quedó sin nada” (Limardo).
“Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María
Magdalena. Jesús viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer,
ahí tienes a tu hijo”. Luego dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora el discípulo la
acogió en su casa” (Jn 19,25-27).
María despliega lo mejor de su ser de mujer estando cerca de Jesús crucificado. María, como tantos, se
pone en lugar del que sufre. Jesús es la cruz de su cruz. María, estando junto a la cruz, oye la palabra de
amor más fascinante que se ha dicho en la historia y se le hace grande el corazón, le nace una vocación
de maternidad para toda la Iglesia. Junto a la cruz empiezan a asomar las señales de la vida. La casa del
discípulo, la Iglesia, se hace casa de acogida y de comunión. Allí es acogida María, allí están todos los que
se ponen junto a la cruz y, por eso, son presencia comprometida de Dios con el mundo.
Soliloquio orante de María. Te llevan al monte, a la cruz, al ridículo. Desde ahí todo lo ves, a todos ves.
Ofreces tu vida hasta el extremo, para que el mundo tenga vida abundante. Tú eres, hijo mío, la presencia
siempre desafiante del Espíritu, apuesta inequívoca por el amor. No han podido amordazar tu voz. Tus
brazos extendidos abrazan a todos, tus ojos siguen mirando a todos con cariño, tu corazón abierto sigue
comunicando vida. Tú cuerpo es perfume derramado. Un centurión exclama: ‘Verdaderamente este
hombre era Hijo de Dios’. Me alegro. La última palabra la tiene Dios, la tiene el Amor, la tiene la Vida. La
última palabra la tienes tú, Jesús.
DIA 23
23. El silencio de la espera
• La vida de las personas está tejida de pequeñas esperas. La puerta de cada casa se queda abierta cada
noche para recibir en la mañana como un regalo, la respiración, la salud, las voces amigas, el pan...
• La humanidad está a la espera. A veces la esperanza sufre derrotas, pero sobre todo despojo se levanta
una y otra vez la vida y se abre la esperanza. Hay muchas historias de esperanza sembradas en los
corazones, aunque a menudo sean semillas humildes y estén escondidas en lo cotidiano de la vida.
• En este camino, Dios es compañero del ser humano y también espera una nueva humanidad. Y ha puesto
sus manos junto a todas las manos para que florezca el futuro.
• Vivir la vida para esperar, a la vez que se construye el futuro, es un regalo que el Espíritu deposita en
cada pueblo y en cada corazón. “El porvenir de la humanidad está en manos de quienes sean dar a las
generaciones venideras razones para vivir y razones para esperar” (GS 31).
• Aumenta la violencia de género en El salvador .Las víctimas de violencia de género menores de 18 años
van en aumento, un 15,4% más en 2014 con respecto al año anterior, pero lo más preocupante es la falta
de percepción entre los jóvenes de la violencia de control y la asunción de peligrosos estereotipos
machistas entre la población joven.
Testimonio.
“Los tiempos difíciles exigen hombres fuertes; es decir, que vivan en la firmeza y la perseverancia de la
esperanza. Para ello hacen falta hombres pobres y contemplativos, totalmente desposeídos de la
seguridad personal para confiar solamente en Dios, con una gran capacidad para descubrir
cotidianamente el paso del Señor en la historia y para entregarse con alegría al servicio de los hombres
en la constitución de un mundo más fraterno y más cristiano” (Eduardo Pironio).
María es la mujer de la esperanza. Todo su ser se abrió a la acción de Dios. José es invitado a pasar del
temor a la esperanza. Más allá de la muerte, María espera en la actuación de Dios. Mientras llega la luz,
se mantiene como centinela aguardando la aurora. La esperanza alcanza todas las rendijas del corazón de
María, donde han penetrado la pena y la tristeza. Ahí, en su fondo, el gozo empieza su camino para
terminar explotando con un Aleluya gozoso que se oirá en toda la humanidad.
Tu corazón está silencioso, ama en silencio. Te has asomado al brocal de la cruz, donde se ha escondido
el rostro de tu Hijo. Acostumbrada a saborear en el silencio lo de Dios, para dar una oportunidad al amor,
te callas ahora en lo más hondo. Silencio no es ausencia, es tu forma de implicarte en lo que ha sucedido.
¿Cómo es tu diálogo con Jesús en el silencio? ¿Qué le dices al Hijo de tus entrañas? Sus gestos, su palabra,
su mirada… se te metieron muy en los adentros. ¿Cómo entrar en esa hondura y estar cerca? ¿Cómo callar
contigo y esperar que la luz venga pronto y la palabra? Ayúdanos, María, a estar contigo. A una espera
insospechada nos invitas, tu corazón se convierte en casa abierta, para ver el milagro de la luz. Contigo,
juntos, en iglesia nos reunimos, en soledad sonora estamos todos. La espera se hace grande por
momentos, la alegría se escapa ya de sus mazmorras. ¡Cristo viene, lleva, resucita!
DIA 24

24. La alegría de la Pascua


• ¿Quién hará brotar la alegría honda en el corazón humano? ¿Quién alentará la esperanza en la vida de
cada día? ¿Quién dará respuesta a la sed de agua viva que mana en el interior del ser humano?
• La resurrección es la explosión de alegría, de luz, de color, del Dios de la Vida, que hace nuevas todas
las cosas.
• En la Pascua de Jesús se manifiesta la ternura entrañable de Dios, Padre-Madre; se dibuja la humanidad
nueva inaugurada por Jesús, y se estrena cada día el canto nuevo del Espíritu.
• María nos invita a tener una nueva forma de mirar, de oír, de gustar, de ser. Por su maternidad, su
historia es la nuestra, su camino el nuestro, su pascua la nuestra.
• Melisa Guevara tiene 14 años es una chica de palabra, vive en la ciudad de La Plata, Argentina. Tiene
preocupaciones solidarias: le da la merienda a más de 20 niños de su barrio y no siempre tiene los medios
necesarios para que todos tengan su vaso de leche.

Texto bíblico “De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: “Alegraos”. Ellas se acercaron, se postraron
ante él y le abrazaron los pies. J esús les dijo: No tengáis miedo: id a comunicar a mis hermanos que vayan
a Galilea; allí me verán” (Mt 28, 9-10).
REFLEXION
- María nos abre caminos de alegría y de solidaridad.
- María nos enseña a amar con ternura entrañable, a sufrir con serenidad, a servir con alegría, a esperar
contra toda esperanza, a gustar la alegría del Espíritu.
- María nos acompaña en el camino de la Pascua y nos enseña a sentirnos pobres y felices, serenos y
fuertes, alegres y llenos de esperanza, para gritar: ¡Resucitó de veras, mi amor y mi esperanza!
Palabra de la Iglesia “Entre tanto, la Madre de Jesús, de la misma manera que ya glorificada en los cielos
en cuerpo y alma es la imagen y principio de la Iglesia que ha de ser consumada en el futuro siglo, así en
esta tierra, hasta que llegue el día del Señor (cf., 2 Pe 3,10), antecede con su luz al Pueblo de Dios
peregrinante como signo de esperanza y de consuelo” (LG 68).

María de Nazaret, cantadora del Magníficat, servidora de Isabel: ¡quédate también con nosotros, que está
por llegar el Reino!; ¡quédate con nosotros, María, con la humildad de tu fe, capaz de acoger la Gracia;
con el Verbo que iba creciendo en ti, humano y Salvador, judío y Mesías, Hijo de Dios e hijo tuyo, nuestro
hermano, Jesús (Pedro Casaldáliga)
DIA 28
28. Madre de la vida
• Los medios de comunicación reflejan multitud de situaciones de muerte, que se hallan presentes en la
realidad cotidiana. ¿Cómo se abrirá paso el deseo de la vida en medio de tanta herida?
• Dios siempre está a favor de la vida. En Jesús, que nos amó hasta el extremo y en el Espíritu, dador de
vida, la vida se recrea constantemente.
• Hombres y mujeres trabajan cada día a favor de la vida, entonan canciones de vida. Cuando lo hacen se
parecen a Dios, hacen presente a Dios.
• María, es el rostro materno de Dios que refleja la ternura entrañable, la misericordia sin límite, la
compasión delicada que vela todo sufrimiento humano.
• La humanidad explota los recursos del planeta Tierra sin control ni mesura. En un reciente informe
titulado “Planeta Vivo”, se advierte de la decadencia generalizada de la naturaleza y sus recursos y se
afirma que en la actualidad el hombre utiliza un 20 por ciento más de los bienes y servicios que el planeta
puede proporcionar.
Lucero del alba, luz de mi alma, santa María. Virgen y Madre, hija del Padre, santa María. Flor del Espíritu,
Madre del Hijo, santa María. Amor maternal sel Cristo total, santa María
“Establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando
tú la hieras en el talón” (Gn 3,15). “El dragón estaba enfrente de la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a
tragarse el niño en cuanto naciera. Dios a luz un varón, destinado a regir todas las naciones... Y la Mujer
huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios” (Ap 12,4-5).
La vocación de toda mujer es la de proteger, cuidar y acompañar la vida, sobre todo en aquellas
situaciones en las que se siente más amenazada y desprotegida. Humanamente hablando, lleva las de
perder, casi siempre. Pero Dios se pone siempre del lado de la vida, para derrotar la fuerza del mal y de la
muerte. Y así lo débil vence a la fuerza. María representa la esperanza de vida que existe en el corazón de
todo ser humano, a todas aquellas personas que dan testimonio del bien en la vida, que luchan para que
la vida pueda vencer a las fuerzas del mal.
Palabra de la Iglesia “Jesucristo con su muerte redentora vence el mal del pecado y de la muerte en sus
mismas raíces... La que como “llena de gracia” ha sido introducida en el misterio de Cristo para ser su
madre... por medio de la Iglesia permanece en aquel misterio como “la mujer” indicada por el libro del
Génesis (3,15) al comienzo y por el Apocalipsis (12,1) al final de la historia de la salvación. Según el eterno
designio de la providencia, la maternidad divina de María debe derramarse sobre la Iglesia” (RM, 24). “Al
hombre contemporáneo, frecuentemente atormentado entre la angustia y la esperanza, postrado por la
sensación de su limitación y asaltado por aspiraciones inconmensurables, turbado en el ánimo y dividido
en el corazón, la mente suspendida por el enigma de la muerte, oprimido por la soledad mientras tiende
hacia la comunión, presa de sentimientos de náusea y de hastío, la Virgen María, contemplada en su
vicisitud evangélica y en la realidad ya conseguida en la ciudad de Dios, ofrece una visión serena y una
palabra tranquilizadora,

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