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AIRE, SUELO
Sólo muy poca agua es utilizada para el consumo del hombre, ya que: el 90 % es agua de mar y
tiene sal, el 2 % es hielo y está en los polos, y sólo el 1 % de toda el agua del planeta es dulce,
encontrándose en ríos, lagos y mantos subterráneos. Además el agua tal como se encuentra en
la naturaleza, para ser utilizada sin riesgo para el consumo humano requiere ser tratada, para
eliminar las partículas y organismos que pueden ser dañinos para la salud. Y finalmente debe
ser distribuida a través de tuberías hasta tu casa, para que puedas consumirla sin ningún
problema ni riesgo alguno.
La contaminación del agua por tuberías de desechos debe ser controlada de alguna manera.
El déficit local y regional de agua es debido, sobre todo, al aumento de las necesidades
surgidas del desarrollo económico y de la explosión demográfica. El hombre ha utilizado el
agua para fines cada vez más numerosos, y su dependencia de ese elemento no ha hecho más
que crecer.
El recurso agua es cada vez más apreciado, tanto para uso doméstico industrial o agrícola. Su
escasez, sobre todo en las zonas áridas y semiáridas, la sitúan como prioridad vital para el
desarrollo de las poblaciones: "si no hay agua, no hay vida". Muchos son los programas
emprendidos para el uso racional del vital líquido; sin embargo; gran parte de ellos adolecen
de objetividad, ya sea por su difícil aplicación o por el elevado costo que representan; es más,
se ataca el problema desde puntos de vista sofisticados (se piensa que el modelo más
complicado es el mejor); sin embargo existen oportunidades valiosas que están a nuestro
alcance, que solo requieren ser visualizadas, un tratamiento técnico simple y "conciencia de
todos".
Cada uno de nosotros continuamente estamos generando un promedio de 1.4 kilos de basura
al día. La fabricación de envases implica un gasto de energía y materiales que proviene
de recursos que no son renovables, como el petróleo y los minerales. Nuestras opciones
son: reducir el uso de empaquetados y reciclar el papel y el cartón, el vidrio y el plástico.
Cuando enciendes la luz o el coche en un país que genera energía mediante el consumo de
carbón o petróleo, estás contribuyendo a liberar dióxido de carbono a la atmósfera, agravando
así los problemas ambientales. Además el uso de otras fuentes de energía, entre ellas
la energía solar, la eólica y la de las mareas, así como el aprovechamiento de la energía
geotérmica ayudan a evitar la contaminación.
CUIDADO y CONTAMINACIÓN DEL SUELO:
La clave en la relación entre el suelo y el cambio climático es la materia orgánica del suelo, que
es el fundamento de la vida, especialmente la vida vegetal, ya que a través de ella se unen los
nutrientes al suelo, garantizando así su disponibilidad para las plantas.
Asimismo, mantiene la estructura del suelo, mejora la infiltración del agua y disminuye la
evaporación, y así aumenta la capacidad de retención de agua y evita la compactación.
La materia orgánica del suelo es la segunda reserva de carbono más grande del planeta
después de los océanos.
Si se liberara a la atmósfera sólo una pequeña fracción de esa cantidad, se correría el riesgo de
acabar con todos los ahorros que otros sectores de la economía mundial están logrando para
contener la emisión de gases efecto invernadero. Desafortunadamente, este no es sólo un
escenario teórico.
Los cambios en los patrones de precipitaciones y el aumento de las temperaturas medias por
el cambio climático también están jugando un rol importante en este sentido. Un aumento en
la temperatura global acelera las pérdidas de carbono de los suelos, lo que eleva la
concentración de dióxido de carbono en la atmósfera.
El cambio climático pondrá más presión sobre la calidad del suelo y aumentará el riesgo de la
desertificación y de degradación de los suelos, esto ya está afectando varias regiones de
nuestro planeta.