ENSAYO SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO, CIBERCULTURA Y EDUCACIÓN
El ser humano es netamente social, para el desarrollo de su vida es
imperativa la comunicación, misma que se atañe al contexto y época. Es así como en la antigüedad la comunicación se hacía por medio de señales de humo, sonidos de tambor, correspondencia, voz a voz; sin embargo, hoy por hoy después de la implementación de la red, y su posterior masificación como medio de comunicación y participación, es posible relacionarnos con diferentes personas y contenidos, permitiendo el desarrollo de la llamada “sociedad de conocimiento”.
En ese mismo sentido, se alude que la sociedad mencionada generó a nivel
mundial un cambio de paradigma, en la manera en cómo nos comunicamos y cómo obtenemos la información. En ese orden de ideas, los seres humanos que tienen acceso a la red, pasaron de ser unos simples receptores de información, a ser generadores de la misma, y multiplicadores de esta, acuñando lo anteriormente mencionado en un término llamado “Prosumidores”.
En efecto, el campo de la educación no es ajeno a este cambio de
paradigma que trajo la red, es así como la academia ha encontrado en ella su mejor aliada, y la utiliza como instrumento en los procesos de enseñanza - aprendizaje.
En este propósito, la academia ha utilizado la red como herramienta en los
nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje; puesto que los estudiantes se sienten identificados, cautivados, seducidos, con las nuevas tecnologías, y estas últimas les permiten hacerse participe de su proceso de enseñanza y aprendizaje, rompiendo definitivamente con ese modelo educativo conductista, convirtiéndolo en uno de corte más constructivista, el cual se vuelve más atractivo para el estudiante.
Significa entonces que, es el docente quien tiene la facultad de motivar,
vincular a sus estudiantes en la cultura digital; sin embargo la pregunta que surge a este nivel es ¿cómo se haría eso?., Pues es evidente que, si el docente utiliza una herramienta digital para realizar diferentes actividades académicas y solicita a sus estudiantes el uso de las mismas, matizando la obligatoriedad anteriormente mencionada con las ventajas que ofrecen estas; estos últimos se verán cautivados y motivados para utilizarlas en sus diferentes actividades académicas, masificando así el uso de las mismas.
Con referencia a lo anterior, hace muchos años, en el marco de la
educación tradicional, se decía “amén” a todo lo que decía el profesor, pero hoy por hoy, el estudiante mediante este instrumento informático puede corrobar, desvirtuar o aumentar la información dada por este, generando así una cultura cibernética que vele por el uso adecuado de la información, y de esa manera estimular el uso masivo de estas herramientas con fines académicos.
Como puede observarse, la revolución digital o también llamada tercera
revolución industrial ha permeado la vida de los seres humanos, haciéndolos dependientes de ella, en todos los aspectos incluyendo el ámbito académico, por tal razón resulta imperativo que todas las personas que estén en ámbitos estudiantiles logren la aprehensión y utilización de esta con fines educativos para mejorar los procesos que allí se tejen, como son enseñanza y aprendizaje.
En efecto las personas encargadas de masificar el uso de las redes
sociales como instrumentos académicos son los docentes, quienes utilizan estas con el fin de acercarse más a los estudiantes, usando las redes sociales con el fin de lograr la sinergia necesaria para la aprehensión de los conocimientos de una manera didáctica, y de esa manera favorecer el uso masivo de estos medios por parte de los estudiantes.
De los anteriores planteamientos se deduce que, el ser humano es social
por naturaleza, es decir necesita interactuar con sus semejantes. En ese orden de ideas el hombre ha creado diferentes medios de comunicación que favorecen las interrelaciones entre los mismos, y dentro de esa amplia gama de herramientas se encuentran las redes sociales, las cuales propician el ambiente idóneo para el intercambio de información y generación de información.
Con base en lo anteriormente mencionado y refiriéndonos al ámbito
educativo, estas redes permiten generar conocimiento en un ambiente mediado por la tecnología, puesto que su papel es unificador; entendido esto desde el punto de vista de los actores que participan en este ámbito, como son el docente, cuyo rol es servir de guía al estudiante, orientándolo en la consecución de material idóneo y pertinente; y el del estudiante como constructor de su propio aprendizaje. Lo anterior genera un proceso más amigable entre profesor y alumno, puesto que utilizan el mismo idioma informático, permitiendo la individualización de la enseñanza y mejoría de la relación ya mencionada.
Hechas las consideraciones anteriores, surge la pregunta de ¿cómo usar
didácticamente las redes sociales en las prácticas docentes? Esta es la pregunta del millón, en la cual varios docentes se encuentran sumergidos todos los días, puesto que, todos los días salen nuevas herramientas, sin embargo el quid del asunto es que, los estudiantes antes, durante y después de la clase se vean motivados a utilizar las redes con fines académicos, para lo cual es menester utilizar actividades que atraigan la atención de los estudiantes, y que permitan desarrollar la inteligencia colectiva, mediante actividades colaborativas, cuya característica sea la celeridad en la consecución y desarrollo de contenidos; a su vez la retroalimentación como conclusión del proceso enseñanza – aprendizaje mediado por las redes sociales.
En el orden de ideas anteriores, las actividades anteriormente mencionadas
deben tener la característica principal de la accesibilidad, que sean motivantes, amigables, es decir que, en el caso de los estudiantes dicha información sea interactiva, amigable, colaborativa por supuesto, y que además que esté al alcance de un dedo “usando el celular o Tablet”, o un “clic” usando el computador; todo lo fomentado por el docente, quien es el encargado de incentivar a el estudiante a utilizar dichas herramientas.
En ese mismo orden y dirección, el uso de estas herramientas informáticas
permite la interacción entre los tres saberes debido a que, los mismos convergen en los ejercicios que utilizan este medio “redes” como instrumento de enseñanza y aprendizaje. El saber con la información pertinente adquirida y compartida en las diferentes plataformas informáticas “redes”, el saber hacer, cuando se ponen en práctica los diferentes aprendidos, y por si fuera poco el saber ser, que a pesar de que el estudiante está al frente del computador que no emite normas, existe implícitamente un comportamiento ético con respecto al uso de la información que permea estas actividades académicas. Finalmente, desde todas las aristas, el uso responsable de las diferentes redes sociales con fines académicos, da la bienvenida al cambio de paradigma en la educación, fomentando la interacción entre los estudiantes, fortaleciendo la relación docente – estudiante, estudiante – sociedad, y por si fuera poco docente – docente, puesto que son estos últimos los que deben estar en constante proceso de aprendizaje para orientar a sus alumnos.
BIBLIOGRAFÍA
Cultura participativa, además según Jenkins permiten una mayor
interactividad o participación de los sujetos JENKINS, Henry: Convergence Culture. La cultura de la convergencia de los medios de comunicación. Paidós, Barcelona 2008, 301 pp. ISBN: 978-84-493-2153-5
La palabra prosumidor –en inglés, prosumer–, es un acrónimo que procede
de la fusión de dos palabras: “producer” (productor) y “consumer” (consumidor). El concepto “prosumidor” fue anticipado por Marshall McLuhan y Barrington Nevitt, quienes en el libro Take Today (1972), afirmaron que la tecnología electrónica permitiría al consumidor asumir simultáneamente los roles de productor y consumidor de contenidos. Islas Carmona, J. (2008). El prosumidor. El actor comunicativo de la sociedad de la ubicuidad (Doctorado). Universidad de La Sabana.
“La cultura de la convergencia de los medios de comunicación" de Jenkins,
Henry CIC. Cuadernos de Información y Comunicación, vol. 15, 2010, pp. 319-320 Universidad Complutense de Madrid Madrid, España.