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UNIVERSIDAD DE CIENCIA Y TECNOLOGIA

UCYT

ASIGNATURA DE PSICOLOGIA CLINCA

TEMAS:
- Errores que debemos evitar a la hora de realizar una
Entrevista
-Técnicas utilizadas en la Entrevista psicológica
- La Entrevista de Historia Clínica,

ESTUDIANTE
EDMUNDO SALVADOR FLORES

MANAGUA, NICARAGUA 08 DE JULIO 2018


Los 13 Errores más comunes de un psicólogo/a durante la terapia
¿Cuáles son los errores más comunes que puede cometer un psicólogo/a
durante una terapia? Hacer terapia es algo complejo y sobre todo al
principio, cuando aún no se tiene experiencia. Si conoces los errores más
habituales que se cometen en terapia, podrás anticiparte a ellos y a la vez,
potenciar y mejorar tus habilidades terapéuticas. Descubre en este artículo
cuáles son las 13 cosas que nunca debes hacer durante una terapia.

Sobre todo, al principio, cuando aún estés dando tus primeros pasos como
terapeuta, cometerás muchos errores. Algunos de ellos serán meras
equivocaciones o despistes. Sin embargo, otros serán más importantes y
tendrán mucha más repercusión para ti como profesional.

No quiero generarte miedos o que este artículo se convierta en una fuente


de inseguridad. Al contrario. Espero que este artículo sea una linterna en la
oscura noche que en ocasiones es la práctica clínica de la psicología.

Me gustaría que analizases cada uno de los errores de la guía y, sobre todo,
que los reflexiones y veas si estás cometiendo alguno de ellos, porque sin
duda, éstos son los errores más comunes que un psicólogo puede cometer
durante la terapia.

Recuerda, ¡no te sientas mal o con inseguridad si cometes estos errores!


Aprende de ellos y estoy seguro de que te convertirás en un/a terapeuta
realmente excepcional.

Los 13 Errores más comunes de un psicólogo/a durante la terapia


Estos errores son los que, a lo largo de mis años de experiencia, he visto
que se repiten más a menudo entre los psicólogos/as. No obstante, tanto si
acabas de sumergirte en el mundo de la terapia como si llevas años
ejerciendo, este artículo te podrá resultar muy útil para conocer y
enfrentarte a los errores más comunes que un psicólogo/a puede cometer
durante la terapia.

Error 1 | No ajustar bien la relación terapeuta-paciente


La relación entre un psicólogo/a y su paciente es un aspecto fundamental
de cara a la terapia. Establecida de una forma correcta, esta relación, así
como las características del terapeuta, pueden favorecer mucho el efecto
de la terapia. No obstante, la personalidad del terapeuta no actuaría por sí
sola en el éxito de la terapia, sino que actuaría con el resto de los factores
de la terapia (Pharees, 1997).
La Línea de Implicación Óptima (LIO)

Es importante tener en cuenta que para lograr que dicha relación sea
potenciadora necesita establecerse de una forma adecuada. Para ello, es
fundamental mantenerse en lo que he denominado “La Línea de
Implicación Óptima”.

La Línea de Implicación Óptima es un espacio imaginado en el que la


relación de implicación entre tu paciente y tú es óptima para la efectividad
de la terapia. Al traspasar dicha línea (hacia una mayor o menor
implicación) se corre el riesgo de estropear dicha relación. Además, cuanta
mayor distancia, mayores serán esos riesgos.

Éste es un ejemplo gráfico que he elaborado para explicar mejor la LIO.

Por tanto, el error que puedes cometer en este primer punto es rebasar la
línea hacia un lado o hacia otro, dando lugar a dos posibilidades, con sus
respectivas consecuencias.

Implicarte mucho con tu paciente

Se trata de establecer una relación terapeuta – paciente demasiado


cercana y con un alto nivel de implicación emocional. Y por supuesto, no
se trata de que el paciente no te importe, sino de que te importe
demasiado.
Con esto no quiero decir que no se pueda abrazar a un paciente en un
momento determinado o que no seas cercano/a, sino que recuerdes que
la vuestra es una relación profesional, y para que funcione, han de marcarse
unos límites.

En caso de que esta relación sea demasiado estrecha, podrían aparecer,


además de la pérdida de efectividad de la terapia, algunas de estas
consecuencias:

 Subjetividad: Perderás objetividad en todos los aspectos.


 Transferencia: Te afectará demasiado lo que le pase a tu paciente y
te llevarás sus problemas a tu casa.
 Protección: Evitarás decir o hacer cosas que le puedan hacer daño.
 Difuminación: Perderás directividad y los roles de terapeuta y
paciente se difuminarán.
 Cuestionamiento: Es más que probable que tu paciente empiece a
cuestionar tus decisiones o pautas.

Mostrarte muy distante con tu paciente

En el lado contrario se encuentra la baja implicación emocional, o lo que es


lo mismo, una relación entre terapeuta y paciente demasiado distante.

Si la implicación demasiado alta podía suponer un problema, la distancia


emocional hacia tu paciente le mostrará y le dejará claro que no te importa
en absoluto. En la terapia, la intimidad, la sensibilidad o la calidez son
aspectos fundamentales y si careces de ellos ten por seguro que tu paciente
acabará por abandonar la terapia.

Uno de los principales factores que diferencian a los terapeutas exitosos de


los que no lo son es su interés en las personas y su compromiso con el
paciente (Swenson, 1971).

Error 2 | Juzgar las creencias de tu paciente


No hace mucho tiempo, durante una clase sobre habilidades de terapia,
dos alumnos realizaban un role-playing en el que uno de ellos hacía de
terapeuta y el otro de paciente. El que hacía de psicólogo tenía que
gestionar una situación en la que el paciente manifestaba creencias y
pensamientos claramente racistas y xenófobos con los que parecía sentirse
muy a gusto. El terapeuta se pasó toda la práctica trabajando dicha
creencia.
Al acabar, me preguntó que tal lo había hecho y le respondí que muy bien
en cuanto a la ejecución, pero que los psicólogos no somos quién para
juzgar si lo que piensan nuestros pacientes está bien o mal. No obstante,
esto no implica que no puedas ayudarlo a reflexionar sobre los pros y los
contras o sobre las consecuencias que puedan acarrear.

El trabajo de un psicólogo/a consiste en ayudar a su paciente a trabajar


aquellos pensamientos, conductas o emociones que le hagan sufrir o le
generen un gran malestar, no en cambiar aquellos pensamientos,
conductas o emociones que nosotros/as, como terapeutas, consideremos
que son equivocados.

Esta es una pequeña prueba a la que expongo siempre a mis alumnos/as


para que comprueben la importancia de aceptar los pensamientos de los
pacientes sin poner por delante lo que nosotros pensamos o creemos
acerca de ello.

Los principales componentes de la aceptación incondicional (Bados y


García, 2011) hacia los pacientes son estos:

 Compromiso hacia el paciente: se trata de que dediques tu tiempo,


tus habilidades y tus esfuerzos a comprender y ayudar a tu paciente.
 Esfuerzo por comprender: escuchar, preguntar o interesarte por tu
paciente para entender su punto de vista.
 Actitud no valorativa: consiste en que el paciente perciba que se le
acepta incondicionalmente como persona, sin emitir juicios de valor

 Error 3 | No practicar la escucha activa

Cuantas veces en mi vida habré oído (seguro que tú también) aquello de


“yo valdría para ser psicólogo/a porque sé escuchar muy bien” … cientos o
quizás miles. El caso es que, como todo mito, una pequeña parte es verdad.

Y la verdad es que no basta con saber escuchar para ser terapeuta, pero sí
que es fundamental dominar la escucha activa.

Si no escuchas lo que te dice tu paciente, malamente podrás saber lo que


le pasa, por qué le pasa o cómo ayudarle. Por eso, será fundamental que:

 Prestes atención e interés a lo que el paciente te está comunicando


tanto a nivel verbal y no verbal como actitudinal.
 Proceses la información y separes lo importante de lo que no lo es.
 No oigas lo que quieres oír, sino lo que el paciente intenta decir.
 Devuelvas respuestas de escucha tanto verbales como no verbales
para que el paciente sepa que lo has escuchado activamente.

También existen unas habilidades de escucha mucho más complejas y que


habrás de dominar tarde o temprano. Son estas:

 Clarificación: cuando le pides a tu paciente que te aclare el


significado de un mensaje vago o implícito.
 Síntesis: consiste en que resumas la sesión mediante el uso de la
paráfrasis y/o el reflejo.
 Paráfrasis: resumir o recapitular de forma organizada el mensaje de tu
paciente.
 Reflejo: cuando expresas los sentimientos implícitos y explícitos de tu
paciente.

Error 4 | Hablar mucho (o poco) de tus cosas y de ti mismo/a


El tema de las autorrevelaciones es uno de los más controvertidos dentro de
la psicología. “¿Le digo a mi paciente cosas sobre mí o evito cualquier tipo
de información? “.

Recuerdo que en la carrera siempre nos decían que hablar sobre nosotros o
revelar cualquier tipo de información sobre nuestra vida era
contraproducente para la terapia y que ante la insistencia del paciente
debíamos responder remarcando la importancia de hablar de él/ella y no
de nosotros.

Hoy día, y dada mi experiencia profesional, pienso muy diferente.

Para lograr que una persona se abra y se dé a conocer de una forma sincera
y transparente es fundamental que tú hagas los mismo, porque de lo
contrario se generará una situación de desequilibro de confianza y en
consecuencia, una baja implicación emocional.

No obstante, si hablas demasiado sobre ti estarás cometiendo un grave


error, porque la terapia es de tu paciente, no para ti y, por tanto, no es un
lugar para que hables de ti mismo/a o de tus problemas. Las
autorrevelaciones deben ser un ofrecimiento controlado de información.

Un estudio experimental de Barret y Berman en 2001, reveló que los


pacientes en la condición de mayor autorrevelación del terapeuta
mejoraron más, al menos a corto plazo, e informaron de un mayor agrado
hacia el terapeuta que los pacientes que estaban en la condición de
autorrevelación limitada.

Además, las autorrevelaciones tendrán estos efectos positivos sobre la


terapia:

 Lograrás autorrevelaciones recíprocas por parte de tu paciente.


 Aumentará la confianza de tu paciente hacia ti.
 Serás visto de un modo más cálido y cercano.
 Mejorará la efectividad de la terapia.

¿Qué se puede revelar durante la terapia?

 Hablar sobre tu experiencia profesional.


 Tu edad, estado civil o número de hijos.
 Cómo has manejado ciertos problemas y opiniones.
 Sentimientos positivos respecto a tu paciente.
 Lo que sucede en la terapia.
 Sentimientos negativos (con menor frecuencia).
 Información sobre tus creencias religiosas o sexuales (con menor
frecuencia).

Error 5 | Decirle a tu paciente lo que tiene que hacer


Sin duda, este es uno de los errores más comunes que un psicólogo puede
cometer en terapia y, además, es una de las habilidades terapéuticas que
me resultan más interesantes.

El error habitual que suelen cometer los y las profesionales de la psicología


cuando empiezan a hacer terapia es llevar al paciente por un camino
determinado, sin tener en cuenta sus decisiones. Es decir, decirle al paciente
lo que tiene que hacer.

La clave fundamental es que guíes a tu paciente hacia el camino que


él/ella quiera seguir.

Si le dices a tu paciente lo que tiene que hacer y no sale bien, corres el riesgo
de que te eche la culpa de que haya salido mal. En cambio, si haces las
veces de guía, es menos probable que algo salga mal y aun saliendo mal,
estarás exento de responsabilidad o culpa, dado que la decisión la tomó tu
paciente.
Es habitual que tu paciente te pida que le digas lo que tiene que hacer ante
un determinado problema o decisión, para saber cómo responderle puedes
leerte este artículo:

El grado de directividad de la terapia

Bien es cierto que la directividad es una de las bases fundamentales en


muchas de las terapias actuales, pero al igual que con la LIO, tanto el
exceso como el defecto suelen ser perjudiciales para la efectividad de la
misma.

Si diriges en exceso, dificultarás que tu paciente aprenda a ser más


autónomo a la hora de enfrentarse y solucionar sus problemas. Si no diriges
nada la sesión, estarás privándolo de la ayuda que necesita para resolver
sus problemas. Por tanto, es realmente importante que regules de forma
adecuada el grado de directividad que muestras durante tus terapias.

La directividad viene definida por el grado en que se dan instrucciones, se


proporciona información y retroalimentación, se hacen preguntas para
obtener información, se ofrece ayuda específica, se estructuran y delimitan
tareas, se anima a realizarlas, se desafían las ideas del paciente, etc. (Bados
y García, 2011).

No obstante, el grado de directividad puede variar en función de alguno de


estos aspectos:

Error 6 | No mostrarte auténtico/a en terapia


Recuerdo que hace años le comentaba a un amigo mío que el lugar en el
que más me sentía “yo mismo” era en la consulta, haciendo terapia. Allí me
encontraba con la posibilidad de ser auténtico.
La autenticidad implica ser uno mismo/a, comunicar los propios
sentimientos y experiencias internas. Por tanto, si te muestras poco
auténtico/a, si enmascaras tus sentimientos u opiniones, si blandes sonrisas
forzadas y utilizas frases poco espontáneas o con doble sentido, estarás
alejándote claramente de la autenticidad y de ti mismo/a.

Beck et al. (1979/1983) han señalado que un terapeuta ha de conjugar la


sinceridad con el tacto, la diplomacia y la oportunidad para no perjudicar
al cliente o a la relación terapéutica.

La clave para trabajar la autenticidad reside en saber qué decir, cómo


decirlo y en qué momento concreto hacerlo.

Si no te muestras como eres, no serás tú. Y si no eres tú, dudo que puedas
hacer un buen trabajo en la consulta. No obstante, no debes olvidar que
la espontaneidad total tampoco es adecuada.

Error 7 | Sentir lástima por tu paciente


A priori, podría parecer que la pena o la lástima hacia una persona son
sentimientos positivos, sanos e incluso adaptativos. Sin embargo, no siempre
lo son.

En uno de mis primeros casos como psicólogo, atendí a una mujer que
mostraba síntomas claramente depresivos. Después de unas semanas y de
haber avanzado bastante en la terapia, empeoró. No sabía lo que ocurría,
así que decidí invitar a su familia a terapia. Al investigar con la familia, me di
cuenta de que ésta ejercía una influencia negativa sobre la paciente.

El caso es que la paciente tenía la sensación o percibía que “daba lástima”


a sus familiares, porque estos repetían continuamente aquello de
“pobrecita”, “ay, dios mío como está”, etc. lo que alimentaba su idea de
que estaba mal, que seguía igual que siempre, que lo suyo no tenía
solución… Al trabajar este tipo de discursos en el entorno familiar pude
observar una clara mejora en la paciente.

Lógicamente, este no era el único factor que influía en el pronóstico de mi


paciente, pero sí que era un factor relevante en el mismo.

En consulta te encontrarás con pacientes que te cuentan cosas realmente


tristes y dolorosas y estoy seguro de que tu primera reacción es sentir y
mostrar pena o lástima por ellos. ¡Y es normal que ocurra! pero aún así,
puede que tenga consecuencias negativas cercanas a las de la paciente
que te contaba más arriba. Por eso, es importante que desde hoy empieces
a trabajar la compasión.

La compasión consiste en participar del sufrimiento del otro, es decir, que la


persona que la siente, hace todo lo posible para eliminar o mitigar el
sufrimiento del otro de una forma activa.

Como terapeuta es importante que actúes y que no te muestres pasivo ante


el sufrimiento de tu paciente, por ello, como te digo, será fundamental que
desarrolles la compasión (Gilbert, 2009):

1. Atendiendo al sufrimiento de tu(s) paciente(s).


2. Desarrolla la empatía hacia el otro entendiendo su sufrimiento.
3. Siente simpatía hacía tu paciente.
4. Potencia la compasión mediante conductas que palien su
sufrimiento.

Error 8 | Obviar la alianza terapéutica


Este error consiste, ni más ni menos, en centrarte demasiado en las
técnicas que debes usar, en la evaluación, lo que debes hacer, etc. y obviar
al paciente y/o tu relación con él.

Es habitual que, sobre todo al principio, dediques mucho tiempo a diseñar y


planificar tus sesiones (lo que resulta muy positivo, por cierto) para
sentirte más seguro/a o con una mayor sensación de control ante la terapia.
Pero precisamente, será ese intento de controlar la situación, lo que podrá
debilitar la alianza entre tu paciente y tú.

Por tanto, en terapia, además de dominar las técnicas y herramientas que


brinda la psicología, habrás de esforzarte por construir una buena alianza
terapéutica, ya que ésta es, sin lugar a duda, un predictor positivo del éxito
en la terapia (Keijsers, Schaap y Hoogduin, 2000).

La alianza terapéutica es un pacto implícito entre tu paciente y tú (como


terapeuta) cuya meta es lograr la consecución de los objetivos
terapéuticos. Para lograr que esta alianza terapéutica sea adecuada es
importante que tengas en cuenta estos 3 aspectos o componentes de la
alianza:

 Vínculo emocional positivo entre paciente y terapeuta.


 Acuerdo mutuo sobre las metas de la intervención.
 Acuerdo mutuo sobre las tareas terapéuticas.
Por último, quiero que tengas en cuenta que la alianza terapéutica no es
algo que se establece una vez y ya está, sino que se trata de un proceso
continuo y por tanto, será fundamental que atiendas de forma habitual a
cómo se desarrolla para que puedas mantenerla, mejorarla o repararla en
caso de que se haya visto dañada.

Error 9 | Ser excesivamente subjetivo/a


Siempre me llamó la atención esa frase de “yo no creo en la Psicología”,
como si la psicología fuese una cuestión de dé o una especie de tarot del
comportamiento humano. No entiendo cómo en el año 2017 alguien puede
hacer semejante alarde de ignorancia y quedarse tan “pancho”.

Dentro de la afirmación “yo no creo en la Psicología” va implícita una


creencia subjetiva que obvia totalmente la realidad objetiva de que la
Psicología es una ciencia, más o menos exacta, pero una ciencia, al fin y al
cabo, y eso es innegable.

Por otra parte, un nivel subjetividad aceptable sería aquel en el que una
persona dice que la psicología no le ha resultado efectiva o en el que dice
que no le ha sido de gran ayuda, lo que a su vez es muy aceptable e
innegable.

La terapia tiene un cierto componente de arte y en ella, las características


personales del terapeuta y la subjetividad son un componente
imprescindible. Ahora bien, eso no quiere decir que la objetividad haya de
ser deslegitimada.

Es un hecho demostrado que la terapia cognitivo-conductual tiene una alta


eficacia, y pese a quien le pese, eso es así y si pones en duda este hecho,
quizás estés cayendo en la subjetividad absoluta. No obstante, ello no
quiere decir que no puedas abrazar otra corriente o que otra sea más
adecuada para ti o incluso, más efectiva. El caso es que la TCC sí lo es, y de
nuevo, eso es innegable.

En este punto, la clave reside en mantener un equilibrio aceptable y lógico


entre los hechos objetivos y tu propia visión de las cosas, teniendo en cuenta
que lo importante no es tener la razón, sino lograr que tu paciente se sienta
mejor y evolucione positivamente.

Error 10 | No tener en cuenta el momento de la terapia


“Si abres una puerta, tienes que estar seguro/a de que podrás cerrarla
después”.
Esta es una frase que suelo repetir a menudo para ejemplificar
la importancia del momento de la terapia o más bien, del momento en el
que se encuentra el paciente dentro de la terapia.

Cuando hablo de “abrir una puerta” me refiero a profundizar en los


sentimientos y emociones de tu paciente. Me refiero a que, si entras en lo
más profundo de la mente, en los recuerdos mejor guardados, en los
esquemas o en las creencias o valores más profundos de tu paciente, tienes
que estar seguro/a de que podrás controlar o, mejor dicho, gestionar
adecuadamente dicha circunstancia.

El caso es que si no tienes en cuenta el momento en el que se encuentra el


paciente dentro de la terapia a la hora de profundizar, lo más probable es
que ocurra alguna de estas tres cosas:

1. Profundizar antes de tiempo: tu paciente se sentirá intimidado o


amenazado porque no estás siguiendo sus tiempos, poniéndose a la
defensiva y, casi con toda probabilidad, cerrándose en banda ante
cualquier pregunta que invada su intimidad.
2. Esperar demasiado para profundizar: si esperas demasiado es
probable que tu paciente se oponga a que profundices,
principalmente porque habrá notado mejorías y no querrá abrir
aquellas puertas que le pueden hacer sentir de nuevo malestar.
3. No llegar a profundizar: en este caso tu paciente no será tan
consciente de este hecho, pero lo más probable es que se quede con
una sensación de que la terapia ha sido demasiado superficial y por
supuesto, con una sensación de que le quedaron cosas por decir
sobre sí mismo/a.

Esta es una de las habilidades terapéuticas más complejas y además


requiere de una gran experiencia para ejecutarse adecuadamente.

Ajustar el nivel de profundidad

La clave para ajustar el nivel de profundidad y el momento del


paciente radica, principalmente, en convertirlo en un objetivo o meta
común. Además, el hecho de hablarlo con el paciente y establecer un
acuerdo mutuo, favorecerá sobremanera la alianza terapéutica. Este podría
ser un ejemplo de cómo ajustar la profundidad:

Terapeuta: Bueno A., llegados a este punto creo que sería importante que
hablásemos de la relación que mantienes con tus padres y de los problemas
que ello te ocasiona. Se que para ti puede ser difícil o incluso doloroso hablar
sobre temas tan íntimos, pero creo que será algo fundamental para que
empieces a sentirte mejor. Te propongo que empezamos hablando de tu
madre, por ejemplo. ¡Ah! Si en algún momento te sientes incómodo o no te
ves preparado para hablar de algún tema házmelo saber e iremos un poco
más despacio.

Error 11 | Usar un lenguaje demasiado técnico


Esta es una de esas cosas que nunca he entendido: ¿por qué los
psicólogos/as usamos un lenguaje técnico con nuestros pacientes?

Lo cierto es que en la literatura (principalmente sobre la TCC) se suele hacer


mención al hecho de que el terapeuta debe ir introduciendo el “lenguaje
de la psicología” en el discurso natural del paciente en terapia con el fin de
que eso potencie su autoconomiento o su entendimiento sobre lo que le
ocurre, y la verdad es que me parece una idea genial.

No obstante, eso no significa que desde el primer momento sea adecuado


hablar a tu paciente con un lenguaje demasiado técnico. Es más, lo más
probable es que tu paciente no entienda lo que estás diciendo.

He visitado webs en las que el psicólogo o la psicóloga describía sus servicios


usando términos como “Uso la Terapia Cognitivo Conductual”, “sigo los
principios fundamentales de Terapia Sistémica” o “Me baso en el modelo
ABC”. Y encima sin explicar lo que era una cosa u otra.

La realidad es que la gente de “a pie” no sabe lo que es la TCC, ni la Terapia


Sistémica y menos aún en que consiste el Modelo ABC y es que no tiene por
qué saberlo. Los pacientes hablan en términos de “estoy nerviosa”, “me
siento deprimido”, “duermo mal”, “necesito ayuda” o “quiero ser más feliz”.

Una de las claves para conectar con una persona consiste en hablar “su
idioma”. Si no traduces los conceptos de la psicología a términos que tu
paciente pueda entender, no los entenderás y en consecuencia puede que
no mejore, que no entienda lo que tiene que hacer, que abandone la
terapia (o que directamente no vaya nunca), que se sienta molesto… Lo
que tengo claro es que no sacará nada positivo de ello.

Error 12 | Ser demasiado rígido/a


Hay una cita célebre de Eurípides que dice que “lo esperado no sucede, es
lo inesperado lo que acontece” y desde mi punto de vista refleja muy bien
lo que ocurre en una consulta de psicología.
La idea de la perfección, la planificación desmesurada o el elevado control
de la terapia no suelen ser buenos aliados del psicólogo. Es más, como ya
dije más arriba, puede debilitar la alianza terapéutica.

No obstante, puede que la idea de improvisar o de no planificar algunos


aspectos de la terapia te parezca extraña, pero lo cierto es que la
flexibilidad y la improvisación son habilidades terapéuticas útiles y
extremadamente importantes en consulta.

Pero ¿por qué digo extremadamente importante? Imagina lo siguiente:

Llevas dos semanas planificando la próxima sesión con tu paciente y te has


percatado de un par de cosas sobre su comportamiento que te han dado
pistas para seguir avanzando en el proceso. Te preparas la sesión, la
estudias, piensas qué técnicas usarás… y cuando llegas a terapia tu
paciente te revela una información muy importante sobre la que no tenías
conocimiento. ¿Qué haces? ¿Sigues tu planning o por el contrario te
adaptas e improvisas?

La improvisación, usada con cautela y con medida es sin duda una de las
mejores bazas que puedes tener para tu día a día en la consulta, dado que
te dotará de flexibilidad, espontaneidad, naturalidad… y, sobre todo, se
convertirá en un recurso muy práctico cuando ocurra lo inesperado.

Por último, y parafraseando a Shakespeare, te diré que la clave de la


improvisación reside en que “las improvisaciones son mejores cuando se las
prepara “.

Error 13 | No aceptar las “derrotas” profesionales


“A veces las personas no quieren cambiar. Otras, simplemente no se
encuentran en el momento adecuado para hacerlo”.

Acepta que no siempre podrás ayudar a tus pacientes a ser felices o a


sentirse mejor consigo mismos.

Acepta que eres una persona que siente y padece y que se equivoca y no
un Superman o una superwoman a los que todo le sale bien.

Técnicas utilizadas en la Entrevista psicológica

 Técnica de la observación: buena concentración, vivacidad y


agilidad mental.
 Técnica del eco: repetir en forma interrogativa palabras claves de la
conversación.
 Técnica del silencio: técnica de presión.
 Técnica de juego de papeles: simular una situación, role play.
 Técnica de confrontación.
 Dejar que el entrevistado establezca el rapport.
 Técnica del uso del agrado.
 Técnica del uso del desagrado.
 Técnica de presión emocional.
 Técnica de presión del tiempo.

LA ENTREVISTA DE HISTORIA CLINICA


I. Estructura de la entrevista

Apoyándose en la teoría de la praxis la entrevista clínica inicial se compone


de las siguientes partes:

1. Recepción y saludo. –Duración de 5 a 20 segundos–

2. Datos básicos y establecimiento de empatía o rapport –Duración de 2 a


3 minutos–

3. Psicograma: ¿Con cuántas personas vive? De cada una tomar los


siguientes datos:

•Nombre propio (sin apellidos)


•Parentesco
•Edad
•Ocupación
•Escolaridad
•Carácter o manera de ser (en dos o tres palabras) –Duración de 2 a 4
minutos–

4. Motivo de la consulta: ¿Qué es lo que le decidió a venir con un psicólogo?


–Duración menos de 3 minutos–

5. Exploración del cuadro clínico (síntomas o preocupaciones: inicio,


intensidad, precisión semántica o cualitativa, duración, frecuencia,
asociación con acontecimientos o situaciones) –Duración entre 3 y 10
minutos–

6. Historia directa de la dinámica del cuadro clínico (antecedentes,


evolución de las relaciones en conflicto desde su origen, búsqueda de las
dinámicas que provocaron directamente el cuadro clínico anterior). –
Duración entre 5 y 15 minutos–

7. Historia general o contexto de vida.

a) Exploración de etapas generales de la vida buscando elementos


relacionados con el cuadro clínico: primera infancia (0 a 6años); segunda
infancia (6 a 12 años); adolescencia (12 hasta independencia económica si
la hay); adultez joven (hasta los 40 años); adultez madura (40 a 65-70 años);
senectud (más de 70 años). –Duración entre 10 y 20 minutos–
b) Exploración del significado dinámico-casual de etapas especiales:
cambios de casa, matrimonio, primer hijo, cambios de trabajo, pérdidas o
ganancias emocionales importantes, etc. –Duración entre 10 y 20 minutos–
c) Exploración muy general de la historia de los padres o sus equivalentes.
–Duración entre 5 minutos–

8. Explicación de conclusiones al paciente:

a) Cuáles son las causas evidentes de su problemática


b) Cuáles son factores hipotéticos que intervienen en la problemática
c) Cuáles son los elementos favorables desarrollados por el paciente que
copensan los factores negativos
d)Qué elementos de la dinámica de vida del paciente han sido o pueden
ser positivos para la salud mental del paciente
e) Retroalimentaciones del paciente y aclaraciones de sus dudas–Duración
5 a 15 minutos–

9. Explicación de pronósticos probable a partir dela dinámica de vida


actual

a) Sin ayuda profesional terapéutica


b) Con ayuda profesional terapéutica
c) Retroalimentaciones y aclaraciones de dudas del paciente.
–Duración entre 5 y 10 minutos–
10. Generación de 2 a 6 propósitos inmediatos por escrito
–Duración entre 2 y 5 minutos–

11. Despedida y cobro de honorarios (1 o 2minutos)

Total de duración mínima: 54 minutos


Total de duración máxima: 110 minutos (1 hora, 50 minutos)
Duración promedio: 1 hora 22 minutos.
Las duraciones son indicativas y no prescriptivas, por lo que pueden variar
en cada caso.

II. Características de un buen entrevistador clínico

1. Su voz es serena, audible y segura.


2. Su posición corporal refleja seguridad, profesionalismo y serenidad.
3. Sus movimientos son seguros, profesionales y serenos.
4. Establece rapport o empatía con naturalidad y agilidad en forma
oportuna.
5. Mantiene contacto visual con el paciente más del80% del tiempo, sobre
todo al principio de la entrevista.
6. Toma los datos básicos completos, con precisión y agilidad.
7. Recaba con precisión y agilidad, en forma horizontal, el psicograma.
8. Pregunta con naturalidad y precisión qué es lo que hizo que el paciente
decidiera acudir a consulta psicológica.
9. Evitar hacer preguntas sugeridas.
10. Evitar repetir preguntas que ya han sido respondidas.
11. Razona sus preguntas pero no titubea o genera silencios prolongados.
12. Se expresa con precisión y lenguaje accesible para el paciente.
13. Promueve que el paciente se explaye suficientemente en sus respuestas.
14. Se muestra comprensivo de los sentimientos, pensamientos y acciones
del paciente.
15. Evita refutar agresivamente u ofender al paciente.
16. Evita con habilidad y prudencia que el paciente se extienda
innecesariamente.
17. Mantiene el control y ritmo de la entrevista (evita que el paciente sea el
que determine unilateralmente los puntos a tocar, que salte de uno a otro,
o se extienda demasiado).
18. Aprovecha el tiempo recabando información sin perder serenidad y
naturalidad.
19. Después de preguntar el motivo de la consulta, sus preguntas son lógicas
para explorar factores hipotéticos que podrían intervenir directa o
indirectamente en el cuadro sintomático, considerando también los Criterios
de Salud Mental.
20. Hace preguntas sistemáticas procurando abordar en forma concreta
(pide corregir los discursos abstractos o generales) las experiencias del
paciente en una etapa/aspecto de su vida.
21. Muestra sistematicidad para abordar las áreas y etapas de la vida del
paciente según el grado de cercanía o pertinencia al cuadro
sintomatológico.
22. Explora sistemáticamente la presencia de factores físico-biológicos que
puedan estar participando en el cuadro de síntomas.
23. No preguntar aspectos de la vida íntima de los pacientes que no sean
realmente necesarios para la comprensión del caso.
24. Retroalimenta o consolida las expresiones verbales espontáneas del
paciente que significan ideas o propósitos activos para superar la dinámica
que mantiene el cuadro clínico.
25. No adelanta recomendaciones, consejos o propuestas que no se basen
en una exploración clínica suficiente.
26. Explica claramente al paciente las conclusiones a que ha llegado al final
de la entrevista.
27. Explica la perspectiva que el caso tendría sin el apoyo psicoterapéutico.
28. Explica la perspectiva el caso puede tener con apoyo psicoterapéutico,
en qué consistirá, y cuánto puede durar aproximadamente.
29. Orienta al paciente sobre posibilidades físicas, médicas, legales,
educativas, tecnológicas, sociales y económicas que puedan ser de ayuda
en su caso.
30. Evita dar consejos voluntariosos o moralistas (“cornejismo”).
31. Evita hacer sentir culpable, tonto o irresponsable al paciente.
32. Propone al paciente una lista escrita de 2 a 6 propósitos accesibles a
realizar en el plazo inmediato para iniciar el cambio en la dinámica de vida
del paciente que presuntamente está generando el cuadro
sintomatológico.
33. En común acuerdo con el paciente establece la fecha y hora de la
siguiente cita.
34. Realiza una despedida al mismo tiempo cálida, motivadora y profesional.

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