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Tribunal : 1º Juzgado Civil de Depal

Rol : C-1-2018
Caratulado : “Pérez con I. Municipalidad de Independencia.”
Cuaderno : Principal

EN LO PRINCIPAL: Contestan la demanda; EN EL PRIMER OTROSÍ:


Acompaña lista de testigos; EN EL SEGUNDO OTROSÍ: Acompaña documentos
con citación; EN EL TERCER OTROSÌ: Patrocinio y poder.

S.J. L Civil de DEPAL (1º)

GONZALO ANDRÉS DURÁN BARONTI, alcalde, en representación de ILUSTRE


MUNICIPALIDAD DE INDEPENDENCIA, en los autos caratulados “PÉREZ
con I. MUNICIPALIDAD DE INDEPENDENCIA.”, Rol Nº C-1-2018, a US.,
respetuosamente digo:

Que, en virtud de la resolución de fecha 04 de julio del presente año y estando


dentro de plazo, vengo en contestar la demanda civil deducida por don Ignacio
Roberto Pérez Ibañez, y desde ya, solicitamos que ella sea rechazada en todas
sus partes, con expresa condenación en costas, en fundamentos de hecho y de
derecho que se exponen a continuacion:

I. Antecedentes

La Ilustre Municipalidad de Independencia contaba con un contrato con la


empresa Aseo y Mantención Herrera Limitada, el cual había terminado poco
tiempo atrás, sin embargo una vez terminado el contrato en mención; se
encargó un estudio a CONAF que revisó los árboles de toda la comuna, el cual
finalizó con fecha 31 de junio de 2014. En este, se señalaba que los árboles
estaban en perfecto estado, aun cuando se estableció que requerirían una
supervisión periódica, frente a lo cual se designó un funcionario para el efecto.
En el entendido que el accidente ocurre solamente tres dias después de la
emision de dicho informe, no existe por parte de la parte demandada negligencia
alguna en su deber de servicio, materializada en autos en la revisión periodica
de dichos arboles.

II. Excepciones y defensas.


Sin perjuicio de lo ya expresado, venimos en oponer a la demanda de
autos las siguientes excepciones y defensas:

1. No concurren en la especie todos los presupuestos copulativos de la


responsabilidad extracontractual del Código Civil subjetiva o por culpa.

2. No hubo ninguna actuación u omisión de parte de la Ilustre Municipalidad


de Independencia que haya determinado o generado algún daño a las
actoras, esto porque la demandada cumplio debidamente con su deber de
servicio encargandole la labor de estudio a CORFO, la cual emitio un
informe con fecha 31 de junio de 2014 el cual declaraba que sobre el buen
estado de los arboles, indicando solamente una revision periodica.

Además de los argumentos ya esgrimidos, cabe mencionar que en cuanta los


perjuicios que se han demandado en contra de la Ilustre Municipalidad de
Independencia, no existe ninguna prueba contundente y determinante para
la avaluación precisa y concisa de los mismos y, además, la pretensión resulta
absolutamente desproporcionada en mérito de los documentos que,
supuestamente, acreditan los daños sufridos por la actora.

3. Respecto del daño moral demandado por los demandantes

El actor en autos demanda, por concepto de daño moral la suma de


$150.000.000 (ciento cincuenta millones de pesos). Dicho monto se
fundamenta, de acuerdo a lo descrito en el libelo de demanda, en “los
consistentes ataques de pánico y otras dolencias mentales que impiden salir
a la calle por períodos prolongados de tiempo al demandante, afectando la
vida profesional y laboral, sino que además dañando severamente los lazos
sociales a los cuales todo ser humano, en el contexto de una sociedad y el
convivir con otros, tiene derecho”.

Aun cuando la pérdida de un familiar cercano como lo es un hijo, un padre o


un cónyuge (como ocurre en autos) es un golpe muy fuerte, en el caso en
cuestión, la pretensión indemnizatoria que se ha ejercido se sustenta, en gran
parte, en la afectación psíquica sufrida .

De este modo, US. deberá determinar en la sentencia, para acceder a la


pretensión indemnizatoria solicitada, que si efectivamente han sufrido una
aflicción por la muerte de la Sra. Teresa Palmilla Cordovez. Si esto no es
debidamente establecido en el proceso, la acción impetrada deberá ser
rechazada en todas sus partes. Lo cual será de cargo del demandante.

No hay ninguna prueba esclareciente que permita establecer que los actores
efectivamente han sufrido un daño por los montos reclamados

Si bien la jurisprudencia ha entendido que debe indemnizarse “todo daño”


proveniente de un cuasidelito, también es cierto que en el caso de autos al
solicitar los actores la suma total de $150.000.000, ello excede con creces en
una petición reparativa.

En efecto la indemnización del daño moral, así como también la del daño
emergente y lucro cesante, tiene un alcance reparativo del efectivo daño
causado, de modo de dejar a la víctima indemne frente al perjuicio sufrido.

Si bien es cierto que no se puede avaluar en dinero el sufrimiento de una


persona con suma alguna, no es menos cierto que cualquier cantidad que se
pida no puede convertirse en fuente de lucro desmesurado o excesivo, más
allá de lo razonable, atendidas las particulares circunstancias de la víctima de
dicho daño.

Por lo anterior, de accederse a una indemnización por daño moral en favor


del demandante, ella debe ponderarse en atención al real y efectivo
sufrimiento, dolor, pena, menoscabo emocional que les ha afectado. La
indemnización por daño moral no puede, en ningún caso, ceder a una
situación especulativa por un hecho de suyo lamentable.

Sobre el particular, además, hay que tener en consideración que el


demandante, como señalamos, no ha acreditado de manera concreta y
fehaciente el supuesto daño moral sufrido. Aun cuando se trata del daño
moral, cabe señalar que éstos no son evidentes, ya que todo perjuicio como
tal es excepcional y, en consecuencia, de aplicación restrictiva.

Quien quiera alegar un daño está obligado a probarlo. Mayor razón en el caso
del demandante que a partir del accidente señala que supuestamente sufre
alguna alteración de tipo psicológica que, por esa calidad, debe acreditar, por
los medios legales de prueba, que efectivamente se le ocasionó tal perjuicio
y que en el presente caso, no se ha hecho.

Cabe señalar que una boleta de honorarios de una consulta psicológica no


corresponde al medio probatorio idóneo para acreditar tal afección psíquica,
debido a que estas podrían corresponder a consultas asociadas a cuadros de
afección psicológica que tuvieran como causa traumas anteriores, coetáneos
e incluso posteriores al accidente. En el mismo sentido, es posible verificar
mediante el examen de dicha prueba que la diferencia entre las fechas del
accidente y la atención psicológica recibida es considerablemente amplia, lo
que impide verificar una relación directa de causalidad entre el hecho dañoso
y el perjuicio moral. Es por eso, que no resultarían lo suficientemente
concluyentes para comprobar a ciencia cierta el detrimento psicológico
argumentado por la contraria.

De hecho, la reciente jurisprudencia de la E. Corte Suprema ha ratificado este


principio, señalando:

“Cuarto: Que es conveniente dejar asentado que el daño moral debe ser
probado por quien lo reclama, puesto que se hace necesario demostrar el
efectivo detrimento psicológico que un hecho dañoso como el que se ha
descrito pudo producir en la víctima. En efecto, quien pretende atribuir
responsabilidad extracontractual debe demostrar sus supuestos y uno de ellos
es el daño, con arreglo a lo previsto en la regla del onus probandi prevista en
el artículo 1698 del Código Civil, cuyo alcance es extensivo a la materia de
que se trata.”

Este criterio ya había sido asentado con anterioridad por el Máximo Tribunal,
ya que estableció:

“Que de esta manera se cometió error de derecho al presumir el daño moral


demandado por la actora, error que resulta substancial en lo decidido, por
cuanto de no haberse incurrido en él, necesariamente la demanda habría sido
desestimada, al haberse desechado con antelación la prueba testimonial por
estimar que los testigos no daban razón suficiente de sus dichos, de manera
que al no haber otro medio de prueba que analizar el daño no se demostró;”.

De este modo, si los demandantes no logran probar el daño moral sufrido, la


pretensión indemnizatoria deberá ser rechazada en todas sus partes, con
expresa condenación en costas.

Fuera de la falta esclareciente de prueba, digamos por último, que los montos
demandados por cada uno de los actores civiles son abiertamente excesivos,
y no aparecen justificados bajo ningún concepto.
4. En cuanto al daño emergente demandado

El demandante en autos, por concepto de daño emergente, reclama la suma


de $23.400.000.- (veintitrés millones cuatrocientos mil pesos) que según sus
dichos corresponde al valor total del auto siniestrado y lo relacionado con el
tratamiento médico al cual tuvo que someterse el actor.

En efecto, recordemos que para que un daño sea indemnizable debe ser
cierto, y no meramente hipotético como ocurre con lo demandado.

Para determinar el monto a indemnizar por este concepto, no basta


simplemente especular, como lo hizo el actor en la demanda, debido a que no
se considera el valor real del vehículo afectado por la caída del árbol

Hay que tener en cuenta los factores que inciden en la determinación del
precio de un producto: el IVA y el valor real al tiempo de la venta en relación
al valor real del auto al momento de accidente.

Por un lado cabe señalar que el pago del IVA corresponde al cargo que debe
pagar el adquirente de un bien al momento de la compra, por lo que parece
irrisorio que este impuesto se traspase a mi representada y deba ser
soportado eventualmente por motivo de indemnización.

Por otro lado, nada acredita que el valor real al momento del accidente sea
tal. Esto, debido a que el auto fácilmente podría haber presentado cualquier
tipo de deterioro al tiempo del accidente y que esta parte desconoce. Además,
por las fluctuaciones económicas y el paso del tiempo, el valor de los
automóviles va disminuyendo del valor real de compra que se pagó en un
inicio.

En razón de lo expuesto, ademas es relevante señalar que no se condice el


monto total al que asciende el daño, con la descripcion que le sigue, en el
sentido que los montos no concuerdan, resulta absolutamente improcedente
el monto total reclamado por concepto de daño emergente que presume el
actor.

POR TANTO;
En mérito de lo expuesto, normas legales citadas, y de conformidad a lo
señalado en el artículo 309 y siguientes del Código de Procedimiento Civil,

PEDIMOS A US. tener por contestada la demanda de autos y negarle lugar en


todas sus partes, con expresa condenación en costas.

PRIMER OTROSI: Acompaña Testigo, con citacion:

1. Andrés Hurtado Salinas, funcionario encargado de la Dirección de Aseo


para verificar los árboles de la comuna.

SEGUNDO OTROSÍ: Solicito a S.S tener por acompañados, con citacion, los
siguientes documentos:

1. Estudio de la CONAF de fecha 31 de junio de 2014.


2. Sumario administrativo No 9543 de la municipalidad en contra de Andrés
Hurtado Salinas
3. Mandato judicial que firmó el alcalde en la Notaría Avello Concha el día 7
de junio de 2018 y según se lee de la copia tiene repertorio 2334-2018.

TERCER OTROSÍ: SÍRVASE S.S.Tener presente que designo como


patrocinante y confiero poder, a la Abogada habilitada para el ejercicio de la
profesión Doña CLAUDINA CORDERO NÚÑEZ, cédula nacional de identidad
N°19.286.672-3, al abogado FELIPE ALAMOS MUMBRU cédula nacional de
identidad Nº 19.078.051-1, al abogado CAMILO ZEPEDA OVALLE cédula
nacional de identidad Nº 18.638.782-1, al abogado JUAN PABLO VELASQUEZ
VILLAR cédula nacional de identidad Nº 19.244.661-9, al abogado MARCO
HERNANDEZ ROMAN cédula nacional de identidad Nº 18.890.460-2.
Domiciliados para estos efectos en calle Quito 43-A, comuna de Santiago, Región
Metropolitana, a quienes confiero las facultades de ambos incisos del artículo
7mo del Código de Procedimiento Civil y podrán actuar conjunta o
separadamente, e indistintamente en estos autos, durante toda la secuela del
juicio, con las mismas facultades, y que firman en señal de aceptación.

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