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nero” no es sino una abstracción que resulta del estudio del conjun-
to de características que se observan en la existencia histórica de
obras individuales derivando en un conocimiento crítico y teórico
(Viëtor, 500). Es imposible detenernos en los muchos aspectos, tanto
generales como específicos acerca del ensayo, y sólo aplicaremos
los conceptos más pertinentes para nuestro estudio.
La “Carta de Jamaica” presenta una complejidad histórica par-
ticular. Recordemos que no se conserva el original, y circula la
leyenda de que la versión conocida y que siempre aparece en las
antologías u obras completas del Libertador, es una traducción al
español de un impreso en inglés, que primero apareció publicado en
Kingston, Jamaica. En general, la crítica ha buscado argumentos
para disipar esta leyenda, establece Francisco Cuevas Cancino,
pero según este crítico, es posible certificar la hipótesis de que la
versión conocida, la que publicaron en español por primera vez
Yáñez y Mendoza, en 1833, es una probable retraducción del inglés
al español (1975). En rigor criticado, cabe decir que la versión ori-
ginal en español de la famosa carta sigue siendo tema de debate, lo
cual configura una ambigüedad muy particular con respecto a la
aparición del ensayo en nuestras letras, en las dimensiones históri-
cas y literarias.
Lo más frecuente es que de este texto se elaboren resúmenes o
descripciones de su contenido, y la consecuente síntesis del pensa-
miento bolivariano, así como la nota sobre algunos rasgos de su
estilo. Sin embargo, como destaca Cuevas Cancino (18), se ha in-
currido en una desatención intelectual, ya que se ha declinado “es-
tudiar cada una de las partes de la Carta, y permitimos que la gloria
del autor se extienda hasta sumergir todo el documento en una
vaga luminosidad”, sin “señalar sus oscuridades [ni] penetrar sus
aparentes contradicciones”. Se omite precisamente el estudio de la
forma operativa que construye, y, con ello, la filosofía que erige, así
como el hecho particular histórico que corresponde a la Carta, y el
problema de su existencia o realidad como hecho literario.
Es pertinente describir ciertas de las condiciones históricas en
que se escribe el texto, para intentar ahondar en algunas caracte-
rísticas que presenta en tanto escrito estructurado. Se recuerda
52 Blanca M. García Monsivais
hace hasta trece citas de diferentes autores: las más de ellas corro-
boran sus afirmaciones; otras son ilustrativas de su pensamiento; y
una, por último, apunta evidentemente que Bolívar acepta la conca-
tenación de argumentos elaborados ya” (35).
En los once apartados que conforman el texto, se puede hablar
de una estrategia retórica en que se revela una cierta dinámica
intelectual que reproduce ciertas experiencias, tanto en el orden
racional como en el orden vital. Es decir, aplicando lo dicho por
Adorno (“El ensayo como forma”, 1962) sobre el ensayo, ésta es
una manera de reproducir un continuo develamiento de significa-
ciones encapsuladas en los fenómenos y circunstancias. Al res-
pecto, es particularmente relevante el individuo que se revela en el
texto, sujeto a la contingencia de las circunstancias y la propia sub-
jetividad, pero creándose, por así decir, en el quehacer objetivo de
la lucha política de emancipación.
Mencionaremos otro aspecto más que es de lo más importante
para señalar su carácter de ensayo. Si bien en la Carta Bolívar
empieza agradeciendo el interés de su interlocutor por “las desgra-
cias con que ha sido oprimida [mi patria] por sus destructores espa-
ñoles”, también expresa la dificultad de satisfacer, aunque sea en
poco, la solicitud de informarle sobre los acontecimientos más im-
portantes de las naciones americanas, a pesar de que ello es tam-
bién de gran interés para él mismo. Esto se debe, y lo cual tiene la
mayor importancia, repito, a que no existe el conocimiento necesa-
rio sobre esta América, según destaca el mismo Bolívar, y faltan
“documentos y libros”, insiste en señalar. Expresa, éste es un “in-
menso hemisferio” (45); “país tan inmenso, variado y desconocido
como la América”. Precisamente, tratar de explicarlo y describirlo,
de acuerdo a sus “más sinceros pensamientos y [...] vehementes
anhelos” (43), es donde reside lo que viene a constituir el asombro-
so carácter multifacético de esta carta. Bolívar contesta elaboran-
do, dice, conjeturas, ya que no hay casi documentos sobre la reali-
dad americana. Ofrece datos estadísticos aproximados según se
conocen en la época, pero también se permite detallar, expresa,
según sus propias observaciones. De este modo, especifica acerca
del estado político de las naciones siguiendo el orden de los aconte-
La “Carta de Jamaica” de Simón Bolívar 57
BIBLIOGRAFÍA