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TEMA N°4:
LA DUDA METODICA
QUITO –ECUADOR
LA DUDA METODICA
Para Descartes, la tarea de la filosofía consiste, sobre todo, en descubrir la verdad. Y esa
verdad consiste en algo, una proposición que sea indudable y absolutamente evidente. De
este modo, hace de la duda su método, la duda metódica mediante la cual irá despejando
dudas sobre el conocimiento, hasta hallar aquello sobre lo que no sea posible dudar. El
propósito es dudar de todo aquello que no sea absolutamente evidente. Se trata de barrer todo
lo que no sea seguro, hacer limpieza y poder reconstruir un nuevo edificio sobre los
escombros del anterior, sobre bases más firmes y sólidas, dado que ha puesto a prueba su
resistencia a la duda.
Así, el punto de partida consiste en sospechar de la verdad de todo cuanto se presente como
información sobre el mundo, para deshacerse así de las creencias infundadas, pero para ir
también más allá con la intención de no dejar nada en pie hasta alcanzar alguna idea clara y
evidente por sí misma. Como él mismo cuenta, estudia en los libros antiguos y clásicos, busca
dentro de los que forma parte del amasijo cultural de su época algún vestigio de evidencia,
alguna verdad en la que apoyarse, pero no halla nada que pueda sustentarse por sí mismo.
A pesar de entrar así en la corriente del escepticismo habitual en su época (Montaigne, La
Motte le Vayeur), no cabe decir de Descartes que pueda ser considerado un escéptico en toda
regla, precisamente porque su escepticismo sólo es una vía de acceso a la verdad, a la cual
nunca renuncia.
La duda es método, se constituye como un paso previo para lograr el conocimiento y un
perfecto método para evitar errores y prejuicios. Para ello, el método de la duda se constituye
como un escepticismo radical, la duda hasta el límite de lo posible, comenzando por todo lo
que forma parte de las creencias habituales, excluyendo del campo de la verdad aquello que
ofrezca el menor flanco a la duda. El criterio cartesiano de la duda metódica es precisamente
que todo aquello que albergue un resquicio de duda acabe condenado a la duda absoluta.
Primero toma casi por falso lo probable, para luego repudiarlo como absolutamente falso,
para obtener al menos la certeza de que no existe la certeza absoluta (aunque sea ésta la que
Descartes busca afanosamente).
La duda es un método que nos libra “de toda suerte de prejuicios y nos prepara un camino
muy fácil para acostumbrar nuestro espíritu a desligarse de los sentidos; por último, es causa
de que no sea posible que luego dudemos nunca de las cosas que descubramos que son
verdaderas”. Descartes duda para luego obtener un conocimiento cierto; es un cortar por lo
sano para hallar los límites de la verdad, buscando lo que puede no ser verdad. (Pradas, 2014)
-Principio de duda o evidencia sistemática: No aceptar como verdadero algo hasta que se
compruebe con evidencia - clara y distintamente - aquello que es realmente verdadero. Con
la duda sistemática, se evita la prevención y la precipitación, aceptándose como cierto lo que
sea evidentemente cierto.
(1596/03/31 - 1650/02/11)
En 1649 Descartes fue invitado a la corte de Cristina de Suecia en Estocolmo para dar a la
reina clases de filosofía. Todo parecía irle bien si Cristina no hubiera insistido en hacer que
le enseñara filosofía a partir de las cinco de la mañana en un aposento grande y frío. Descartes
era demasiado bien educado para quejarse de esta desagradable circunstancia, aunque
siempre odiaba el frío y rara vez se levantaba antes del mediodía. Después de tres meses de
estas espantosas clases antes del amanecer, enfermó de gravedad y murió el 11 de febrero de
1650 de una enfermedad respiratoria, que probablemente fue pulmonía. 17 años más tarde,
su cadáver volvió a París, donde fue sepultado sepultura en la Abadía de Saint-Germain-des-
Pres. (Ramirez, 1999)
Discours de la méthode pour bien conduire larasons y cherché la vérité dans les Sciences
(Discurso del método para la buena conducción de la razón y buscar la verdad en la ciencia),
Descartes propone básicamente cuatro reglas que precisa seguir en la captura de la verdad.
1. No aceptar nunca como verdadero lo que con toda evidencia no reconociese como tal; es
decir, se evitará cuidadosamente la precipitación y los prejuicios, no dando cabida en los
juicios sino a aquellos que se presenten al espíritu en forma tan clara y distinta que no sea
admisible la más mínima duda. (Regla de la evidencia)
2. Dividir cada una de las dificultades que hallase a mi paso en tantas partes como fuere
posible y requiriera su más fácil solución. (Regla del análisis).
3. Ordenar los conocimientos, empezando por los más sencillos y fáciles, para elevarme poco
a poco y como por grados hasta los más complejos, estableciendo también cierto orden en
los que naturalmente no lo tienen. (Regla de la síntesis)4. Hacer siempre enumeraciones tan
complejas y revistas tan generales que se pueda tener la seguridad de no haber omitido nada
(regla de la prueba) La duda metódica cartesiana es la más conocida:
Cogito ergo sum cuyas interpretaciones han sido enigmáticas en cierta medida: je pense,
donc je suis, el término je pense pudiera categorizarse como je suis une chose qui pense
einterpretarse como "yo soy una cosa que piensa", el asunto es ir del je pensé "yo pienso"
al je pense "pienso", y "luego" donc "por lo tanto en un lenguaje matemático ( que al
parecer personal es el más indicado), je suis "yo soy " ó je suis "existo", "yo pienso, luego
yo existo" o "pienso por lo tanto existo" o " yo soy una cosa que piensa, y luego soy" o
"yo pienso luego soy" y finalmente "piensoluego existo".
El Discurso propone un método y un criterio de verdad que son herederos de las matemáti-
cas. Descartes cree que de esta forma todas las ciencias conseguirán una certeza semejante.
La matematización es una característica que desde entonces ha impregnado casi todos los
ámbitos de la ciencia occidental: Lo real es lo matematizable.
Los descubrimientos en las ciencias y sus aplicaciones técnicas han sido tales que la fe en la
religión se ha sustituido por la fe en la ciencia. Descartes creía haber puesto las bases ciertas
para abordar ese desarrollo científico en el que él mismo participó.
La Segunda parte del Discurso deja claro que es verdad lo que mi criterio racional decide
que es verdad. Probablemente, pocas afirmaciones tan contundentes y con tantas
consecuencias se han hecho en la historia del pensamiento. Ahora bien, Descartes no
defiende un subjetivismo relativista, sino racionalista. La razón es la misma en todos los
hombres. Es ahí donde se encuentran las raíces del individualismo del que tanto se critica a
la sociedad moderna; pero también es ahí donde la reivindicación de la igualdad de
derechos para todos los seres humanos ha encontrado uno de sus fundamentos. (Gámez,
2013).
La verdad y el genio maligno
Hay otras ideas cartesianas que vuelven una y otra vez. Por ejemplo, la sospecha de que la
realidad en la que creemos no sea tal, sino una mera ilusión de los sentidos, ha sido
retornada por varias producciones cinematográficas. El argumento de la indistinción entre
sueño y vigilia se refleja en la producción española de Alejandro Amenábar Abre los ojos. El
director nos presenta el tormento en el que vive el protagonista, incapaz de distinguir
cuándo está despierto y cuándo sueña.
El argumento del genio maligno es actualizado en Matrix, producción que nos describe un
mundo habitado por hombres que, creyendo conocer el mundo a través de los sentidos,
realmente sólo reciben impulsos eléctricos controlados por un poderosísimo sistema
informático. Es decir, un genio maligno, reinterpretado como un inmenso ordenador, los
engaña, convirtiendo la realidad digital en la realidad que se impone.
Establece un método deductivo, con el objetivo de crear una situación de legitimación social
para la ciencia y establecer un método válido para todos los científicos.
La nueva ciencia está basada en la experiencia y la creación de un modelo matemático. A
demás, Descartes, propone 4 principios del método cartesiano:
Evidencia: no aceptar como verdadero nada que pueda ser falso (considerar
provisionalmente falso).
Tomando en consideración los cuatro principios del método cartesiano notamos que son
importantes cada uno de ellos en los procesos jurídicos ya que se trata de encontrar por
medio de ellos la verdad de los hechos en casos concretos. Es así que en juicios y procesos
legales debemos ir desde la evidencia pasar por los otros tres principios dudar para poder
llegar a la verdad, evitando de esta manera cometer equivocaciones en casos judiciales.
Podemos señalar también que este sistema es empleado en la creación de las leyes,
constituciones, generar jurisprudencia.
En la Ciencias Sociales: La influencia del método cartesiano va más allá de una simple duda,
los cambios sociales se han dado desde el principio de los tiempos y todos han sido
productos del pensamiento de individuaos que como descartes dudaron de la posibilidad
de generar cambios dentro de las sociedades y vemos como hoy en día dichos cambios se
han dado, aunque en muchos de los casos no son lo que se esperaba.
EJEMPLOS:
1 . “Para seleccionar algunas manzanas buenas en un cesto dudoso, es preciso vaciar todo el
cesto”, “del mismo modo que para enderezar un bastón torcido, le se retuerce en sentido
contrario.”
Descartes propone la duda, pues, para encontrar, al final del camino, algo que sea indudable,
una verdad evidente por sí misma; sobre todo, una verdad sobre el mundo que posea la
evidencia y la claridad de las verdades matemáticas. Esta maniobra, este volcar el cesto de
las manzanas, como si todas fueran podridas, para ver si alguna puede salvarse, tiene
consecuencias de cara a la realización posterior de la filosofía cartesiana, es decir, en su fase
reconstructiva de ese mundo que ha echado por los suelos. Estas consecuencias pueden
sintetizarse de esta manera:
2. ¿Cómo podemos fiarnos de los sentidos, si alguna vez nos han engañado? Efectivamente,
¿nunca te han engañado tus sentidos? Si por ejemplo introduzco un lápiz en un vaso de
agua, éste parece que se dobla por efecto de la refracción, pero no es así.
Bibliografía
La Filosofia . (2018). Obtenido de https://filosofia.laguia2000.com/historia-de-la-filosofia/la-duda-
metodica
Pradas, J. (2014). Filosofia para la buena vida. Obtenido de Filosofia para la buena vida:
http://phylosophyforlife.blogspot.com/2014/11/descartes-y-la-duda-actualizacion.html