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Explotación

La explotación de yacimientos de gas implica la perforación de pozos y la


producción de gas.
Debido a las características del gas, los pozos perforados en un yacimiento de
gas pueden estar espaciados a una distancia de 1800m a diferencia de los pozos
en un yacimiento de petróleo, los cuales generalmente se encuentran
espaciados entre 90m y 600m.

Cuando se trata del inicio de la explotación de un yacimiento de gas es


indispensable estimar, por un lado, la cantidad de gas inicial en el yacimiento,
también llamado gas original en sitio (GOES).

Y, por otro lado, las reservas de gas que se encuentran en el yacimiento, es decir
la cantidad de gas que posee alta probabilidad (90%) de ser recuperados.

Extracción

La exploración es seguida por la extracción (o producción) del petróleo y del


gas natural. La extracción incluye:

- pozos de desarrollo (incluidos todos los preparativos para el acabado de un


pozo);

- instalaciones exteriores y procesamiento preliminar del mineral extraído;

- dotación de infraestructura.

En relativamente poco tiempo, el ser humano ha consumido gran parte de los


recursos de petróleo y de gas natural, que fueron formados a lo largo de
millones de años. A fin de que estos recursos naturales puedan utilizarse a
largo plazo, es imprescindible perseguir una política de explotación
responsable, especialmente en vista de que los yacimientos requieren eras
geológicas enteras para su regeneración. Sin embargo, experiencias en los
países exportadores de petróleo tradicionales indican que muchos de ellos
operan primordialmente en función de las cuotas de producción, lo cual lleva a
un deterioro considerable del medio ambiente. La gran demanda de energía y
la escasez de alternativas determinan en gran medida las estrategias de
explotación.

El lapso de tiempo entre la exploración y la extracción debe aprovecharse para


analizar minuciosamente los efectos ambientales que pueden surgir durante y
después de la explotación, tomando como referencia un período normal de
explotación (se calculan períodos de 15 a 25 años para campos de petróleo y
de 50 a 100 años para campos de gas). Este análisis requiere el levantamiento
oportuno de datos específicos sobre el respectivo entorno sociológico, cultural,
económico, climático y ecológico, pudiéndose obtener datos ampliamente
divergentes en los distintos países. Los resultados del análisis deben integrarse
obligatoriamente en la planificación de todo proyecto de extracción de materias
primas.

La apertura de los pozos marca el comienzo del desarrollo del yacimiento y


coincide con la dotación de la infraestructura necesaria (construcción de vías
de acceso, instalaciones de extracción en la superficie y plantas de
procesamiento preliminar, conexión a la red vial, tendido de conductos a
distancia y en el campo de explotación, etc.). En relación con los efectos
ambientales, véanse los respectivos capítulos de esta Guía (por ejemplo
"Construcción y mantenimiento de redes viales; construcción de caminos
rurales").
1. Aspectos ecológicos

La fase de extracción de todo proyecto de petróleo/gas natural comienza con la


producción regular. Los pozos de desarrollo constituyen la base de la
explotación a largo plazo, la cual se adapta a las condiciones subterráneas y se
realiza según principios científicos (geología de la producción e ingeniería de
yacimientos). Respecto al impacto ecológico, tiene validez, sin excepciones, lo
expuesto en el punto 2.2.1 respecto a la exploración.

El espacio ocupado por las instalaciones debe reducirse al mínimo,


especialmente en zonas sensibles con biotopos valiosos. Hoy en día, las
avanzadas técnicas de perforación dirigida permiten explotar varios kilómetros
cuadrados de la extensión total de los yacimientos, tanto submarinos como en
tierra firme, realizando varias perforaciones desde un solo punto. El taladrado
horizontal en el interior del yacimiento, por su parte, reduce de forma
importante el número de perforaciones.

Dado que en la actualidad las instalaciones técnicas y la infraestructura


superficial de los proyectos de petróleo/gas natural ocupan áreas relativamente
reducidas, es posible evitar la devastación y la alteración de superficies
extensas y de su respectiva flora y fauna (por ejemplo, selva tropical, tundra y
bancos de corales).

En las operaciones de extracción modernas, el diseño eficiente y los sistemas


de vigilancia automáticos con dispositivos múltiples de seguridad permiten
mantener un nivel bajo de emisiones, tanto en condiciones normales como en
casos de avería.

Los daños ambientales causados por accidentes, especialmente por derrames


de petróleo, deben limitarse mediante mandos técnicos de seguridad (por
ejemplo sistemas de cierre de válvulas). Las aguas y suelos contaminados con
petróleo deben recuperarse acelerando artificialmente la descomposición
biológica de los hidrocarburos con ayuda de agentes químico-bacterianos. La
protección de las aguas subterráneas durante la explotación no plantea
actualmente problema alguno, siempre y cuando se mantengan condiciones
adecuadas de funcionamiento en la instalación.

Para lograr un aprovechamiento racional y económico de las fuentes de


energía naturales, debe darse prioridad tanto a la conservación de los recursos
como al control de los efectos ambientales. La protección de los recursos de
petróleo y gas natural se basa en el uso selectivo de técnicas avanzadas de
explotación y en el aprovechamiento eficiente de todo el potencial energético
extraído (evitando, por ejemplo, la práctica contaminante de quemar en
antorcha los gases sobrantes que no pueden aprovecharse directamente).

2. aspectos sociológicos y económicos

La duración promedio de la explotación de un campo equivale


aproximadamente a la vida laboral de un hombre; con frecuencia,
especialmente en la producción de gas, puede ser incluso superior. Este
hecho, por sí solo, implica un gran compromiso social para los proyectos del
sector. Por consiguiente, una vez concluidas las primeras medidas de la fase
de exploración, los temas de vivienda, alimentación, educación, salud pública y
entorno cultural (incluyendo la religión) deben tener la misma prioridad que los
aspectos netamente técnicos de la extracción. Será necesario, especialmente,
evitar la formación de guetos y fortalecer las estructuras sociales tradicionales.
El proceso de industrialización debe caracterizarse por un desarrollo prudente y
permitir la integración de la herencia cultural de las sociedades autóctonas.

Técnica del fracking para la explotación del gas natural

Esta técnica funciona inyectando a las entrañas de la tierra una mezcla de


agua, arena y productos químicos que elevan la presión del gas en el esquisto,
que es la capa del subsuelo en la que se suele encontrar tan preciado
combustible, haciéndolo fracturar, (de ahí su nombre), las capas del subsuelo
hasta brotar a la superficie para ser recolectado por el ser humano.

En los Estados Unidos, se está librando una batalla tanto legal como mediática
porque el común de las personas considera que la explotación del gas
mediante esta técnica está causando graves daños. Al inyectarse esta mezcla
en el subsuelo se están presionando las capas tectónicas haciendo que los
terremotos sean más frecuentes. Viviendas, vías y demás estructuras sufren
las consecuencias de estos movimientos telúricos. Por otra parte, el agua de
consumo humano está siendo contaminada por los agentes químicos que se
utilizan en la extracción del gas y esto está afectando la atmósfera.

En Colombia no existe aún reglamentación clara sobre el fracking y existe


incertidumbre sobre cómo esta técnica de extracción de gas acabará
impactando en la sociedad y sobre cómo serán mitigados sus posibles efectos
colaterales. Lo que si es cierto es que el potencial del gas como combustible de
exportación puede lograr que en un futuro cercano EEUU no dependa de Rusia
para la obtención de Gas Natural y por ende se dé un nuevo orden económico
mundial haciendo que cada país pueda solventar sus necesidades energéticas
casi de manera autónoma.

El Fracking no se limita a obtener el Gas del esquisto sino que también puede
usarse para obtener petróleo debido a que la fuerte inyección de la mezcla
mencionada anteriormente no solo es capaz de movilizar volúmenes de gas
sino también volúmenes decentes de petróleo alojado en bolsas prácticamente
inaccesibles.

En Colombia, según la reglamentación expedida en marzo de 2014 y que se


refiere a la explotación de yacimientos no convencionales, no está claro que
estén dados ya los lineamientos necesarios para la regulación de esta práctica
así como tampoco se menciona las áreas donde se puede o no extraer el gas y
el petróleo utilizando esta técnica. Tampoco está claro cómo se dispondrán los
recursos que esta práctica genere.
Tipos de extracción y producción de gas natural.
Una vez detectada la existencia de un yacimiento y comprobado que se dan las
condiciones técnicas y económicas que hacen viable la extracción del gas
natural, se procede a la perforación del mismo. Generalmente, se utiliza una
técnica de perforación por rotación directa (es decir, la materia perforada se
traslada a la superficie a través del interior del brazo perforador). El desarrollo
reciente de las técnicas de perforación horizontal permite acceder a yacimientos
más alejados desde una misma plataforma de extracción. Los últimos avances
en técnicas de extracción se están produciendo en la naciente industria del gas
no convencional.
En los últimos años se han investigado y desarrollado, especialmente en los
EE.UU., nuevas formas de extracción de gas natural denominadas “no
convencionales” (ver Figura 3-4), en parte debido a los elevados precios de los
combustibles. Entre las principales nuevas fuentes de “gas no convencional” se
encuentran las siguientes:

 “Shale gas” (o gas procedente de pizarras y esquistos). Los


esquistos y las pizarras son formaciones minerales procedentes de
sedimentos ricos en arcillas, de grano fino pero bastante
impermeables que se almacenan en capas paralelas que suelen
contener gas natural. Las propiedades de estas rocas hacen que
sea difícil extraer el gas natural, ya que para liberarlo es necesario
fracturar la roca mediante la técnica conocida como “fracking”.
 “Tight sand gas accumulations” (o gas en arenas de baja
permeabilidad). Como consecuencia de la baja permeabilidad de
estas acumulaciones de arena, el gas natural queda atrapado en
ellas sin poder ascender a capas más superficiales. Al igual que
ocurre con el “shale gas” es necesario fracturar esta estructura para
extraer el gas, dificultando su extracción.
 “Coalbed methane” (CBM) o metano en capas de carbón. De la
misma manera que podemos encontrar el gas natural asociado al
petróleo, también podemos encontrarlo asociado al carbón.
Antiguamente esto suponía un problema a la hora de extraer el
carbón en las minas, por su peligrosidad. Actualmente se recupera
este gas liberado en la extracción de carbón y se conduce a los
gasoductos.

Figura 3-4. Producción de gas natural en EE.UU.


Fuente: Agencia Internacional de la Energía, “Annual Energy Outlook 2013”.

El éxito del shale gas en EE.UU. se debe a la conjunción de una serie de


factores, entre los que se encuentran las características geológicas del terreno,
el régimen de propiedad de los derechos minerales, la existencia de una potente
industria de servicios que lo apoya, la regulación medioambiental y la
accesibilidad a un mercado líquido y transparente. En Europa estos
condicionantes son bastante distintos, ya que, por ejemplo, en Europa los
derechos minerales son propiedad del Estado, y la regulación medioambiental
es mucho más exigente. Por ello, no es descartable un desarrollo del shale
gas en Europa, pero posiblemente llevará mucho más tiempo y será a menor
escala que en EE.UU.
Polonia es actualmente el país europeo más avanzado en la búsqueda del shale
gas y el considerado como con mayor potencial de desarrollo. Pero, después de
que en el periodo 2007-2010 se concediesen numerosas licencias de
explotación, los resultados de las perforaciones realizadas no han sido todo lo
favorables que se esperaba, y a las dificultades técnicas se unen incertidumbres
sobre una posible reforma fiscal y regulatoria, por lo que las perspectivas de una
explotación económicamente rentable del shale gas parecen reducirse.
El incremento de la oferta de gas natural provocado por esta nueva forma de
extracción está teniendo un impacto sustancial en el precio spot de gas natural
en EE.UU., que ha experimentado un importante descenso. Esto está
provocando la relocalización de industria intensiva en energía en EE.UU., que
se está beneficiando de un precio inferior no sólo de gas natural, sino también
de electricidad (al estar el precio determinado por los costes de generación de
un ciclo combinado). Este efecto llama a una reflexión a nivel europeo de la
conveniencia de explotar este recurso para incrementar la competitividad de la
economía y evitar deslocalización de este tipo de industria.

Tratamiento del gas natural.


Una vez extraído el gas natural del yacimiento mediante perforaciones de
yacimientos que se localizan en el subsuelo o bajo el mar, generalmente entre
1,5 y 4 km de profundidad, es necesario procesarlo para que pueda ser
transportado y comercializado (para lo que se agrega metil-mercaptano para la
detección de fugas e impedir su combustión espontánea).
Tanto para el transporte y distribución como para la comercialización del gas
natural deben cumplirse estándares de seguridad y calidad en las
infraestructuras y en los puntos de entrega (p.ej., filtrado de impurezas o un
determinado poder calorífico).

Además para facilitar su transporte en estado líquido deben eliminarse de la


mezcla de gas natural componentes que puedan interferir en el proceso de
enfriamiento del gas, mientras que para el transporte por gaseoducto será
conveniente eliminar compuestos corrosivos que puedan deteriorar los
gasoductos. Para ello se procede a reducir el contenido en agua y a eliminar
gases ácidos (sulfhídrico y dióxido de carbono) así como nitrógeno y mercurio,
este último con alto poder corrosivo.

En el proceso de tratamiento se separan aquellos gases, como el nitrógeno o el


CO2, que no tienen aporte energético. Seguidamente, se filtran elementos como
el propano, butano o hidrocarburos que pueden provocar accidentes durante la
combustión del gas natural. Una vez realizado este tratamiento se transporta y
distribuye a través de gasoductos o tuberías que salen directamente de los
tanques de almacenamiento, o en buques en forma licuada si las distancias a
recorrer son superiores.

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