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"HOLOCAUSTO CONTRA EL PUEBLO ALEMÁN"
Se les llena la boca de agua a estos yanquis cuando dicen ser los salvadores del mundo,
la cuna de las libertades y si alguna vez tienen que obrar de forma violenta, es por
defender las estrellas y barras de su bandera, por su Patria. Los isleños enanos, anclados
en la época imperialista y feudal, por ser la madre patria, siempre han contado con el
respaldo incondicional de papá potencia y hacen lo que les da la real gana, en este caso al
servicio de Su Graciosa Majestad, con ese rictus en la sonrisa que no se sabe muy bien si
es un gesto propio de la genética mayestática de los Windsor o la consecuencia indeseada
del prurito que producen las termitas al minar la madera. Siguen odiando a Europa y al
mundo, salvo la lógica excepción de los aliados de la Commonwealth, que viene a ser algo
así como riqueza común, menuda paradoja.
Desde que pusieron los pies en América se han encargado de arrasarla, acabar con la
raza nativa y con todo lo que no les ha gustado. Sus escarceos a través del tiempo, se
pueden considerar holocaustos, pioneros de la esclavitud, invasores y un largo etc. etc.
Al acabar la II Guerra Mundial, estos angelitos fueron un verdadero ejemplo de democracia
y respeto hacia los prisioneros de guerra, eso que tanto han criticado a los alemanes y que
más bien parece una copia de las represalias de Stalin.
Pocos, o ningún país aliado, incluso organizaciones como la propia Cruz Roja, en mayor o
menor medida, están implicados en un holocausto, del que pocos hablan y todos callan, al
pueblo alemán.
Los judíos han explotado su holocausto a las mil maravillas, enfundados en pieles de
cordero como colegialas plañideras, extendieron sus redes en los países más poderosos
del mundo hasta conseguir formar su nuevo estado de Israel y ahora son ellos desde las
sombras los que tienen el poder mundial y el dinero.
Los alemanes se han conformado con guardar silencio y olvidar todo lo ocurrido, han
pagado su pecado y a qué precio, no sólo los locos responsables que al fin de cuentas era
lo que se merecían, si no también cientos de miles de vidas y lo más lamentable en
tiempos de ¿paz?.
El invierno ha sido largo y duro, el mas duro de los últimos veinte años. Las raciones de la
Werhmacht no son todo lo buenas y abundantes que habían sido, pero te han mantenido
vivo y combatiendo. La primavera llega tarde este año y lo hace acompañada por una
lluvia fría, que empapa las ruinas de Europa. Tus botas ya están viejas y tu uniforme
desgastado. El stress de la rendición y la confusión que observas a tu alrededor, hacen
que tu estomago este encogido en un puño. Pero todo se acaba, debes rendirte o te
dispararan. Esto es la guerra y el mundo real.
Has sido hecho prisionero de guerra por el ejercito de los EE.UU.. Los estadounidenses ya
han levantado unos 200 campos de internamiento a través de Alemania. Te diriges a uno
de ellos, rodeado de alambre de espino hasta donde alcanza la vista. Cada día miles y
miles de tus compañeros son encerrados en aquella especie de corral. No ves una sola
letrina, y después de tres horas caminando entre el fango causado por la lluvia, la
comodidad de una letrina puede ser la mas hermosa de las esperanzas. Atraviesas una
puerta guardada por soldados fuertemente armados y ya eres libre para moverte por el
campo e iniciar la inútil búsqueda de una letrina. Finalmente preguntas a alguno de los que
parece llevar algo mas de tiempo allí, solo para ser informado que en ese campo los
prisioneros no disponen de ese tipo de "lujos". Después de un rato, encuentras un lugar y
te pones de cuclillas.
¡Pero esto no puede estar pasando!. Existe la Convención de Ginebra y es muy clara en lo
que se refiere al trato a los prisioneros, y si no que se lo pregunten a los prisioneros
estadounidenses en manos alemanas. Todo esto solo puede ser un error... Aun eres
capaz de mantener la esperanza, en medio de la oscuridad de la noche, sin refugio que te
proteja del frío y la lluvia. Por la mañana tu ropa esta empapada y a tu alrededor, hombres
valerosos yacen en el suelo, sollozando. Camarada tras camarada, los ves morir debido a
la falta de alimentos, de agua, de un refugio con el que protegerse de las inclemencias del
tiempo. Después de semanas en esta situación, tus propias esperanzas de salir de allí con
vida se están desvaneciendo, y empiezas a ver con envidia a los que, después de haber
rendido su honor y dignidad, rinden también su propia vida. Y el tiempo continua pasando
en aquel infierno. Finalmente, lo ultimo que recuerdas es que te caíste, que eras incapaz
de levantarte y que allí te quedaste, con tu rostro hundido en una asquerosa mezcla de
barro y excrementos.
Tu cadáver será sacado del campo algún tiempo después, cuando ya este completamente
frío, trasladado a una tienda especial donde se le sacara toda la ropa. Serás rápidamente
olvidado por tus captores, y nunca será identificado, tu chapa de identificación se perderá,
y tu cadáver reposara en una fosa común, al lado de tantos de tus camaradas, cubiertos
de productos químicos para acelerar la descomposición. No serás una excepción, solo
serás uno de los aproximadamente 1.700.000 soldados alemanes capturados por el
ejercito de los EE.UU. que murieron a causa de un deliberada política de exterminio por
hambre, exposición a los elementos y enfermedades, que se llevo a cabo siguiendo las
ordenes directas del general Dwight David Eisenhower.
Un mes antes del fin de la guerra, el general Eisenhower emitió una orden especial,
concerniente al tratamiento que debían recibir los prisioneros alemanes y que el propio
general resume perfectamente en sus ordenes: "A los prisioneros no se les proporcionará
refugio, ni ninguna otra clase de comodidad".
El biógrafo de Eisenhower, aunque muy bien podría recibir el titulo de hagiógrafo, Stephen
Ambrose, el mismo de "Hermanos de sangre", que tuvo acceso a sus papeles privados,
asegura que, entre otras cosas, uno de los planes del general era ejecutar a todo el estado
mayor alemán, literalmente miles de hombres, después de la guerra. Eisenhower, según
comenta el mismo en su correspondencia, no odiaba solamente al régimen
Nacionalsocialista, ni a los pocos, comparativamente, que lo crearon y dirigían, si no que
ODIABA A TODO EL PUEBLO ALEMÁN, COMO RAZA. Y fue una cuestión personal el
intentar matar al mayor número posible de ellos, sin distinguir siquiera entre civiles y
militares.
Los planes de Eisenhower eran, por supuesto, totalmente ilegales, además de indignos y
miserables, bajo las leyes internacionales, por lo que ordeno, el 10 de Marzo de 1945, en
un comunicado firmado por el mismo, que todos los prisioneros alemanes de guerra que
fuera posible, debían ser designados como "Fuerzas enemigas desarmadas"(a partir de
ahora Fed). Ordeno que esta categoría de prisioneros no debía considerarse amparada
por la Convención de Ginebra y que no se les debería proporcionar ni agua, ni alimentos,
ni ninguna clase de asistencia medica. Tampoco se le permitió a la Cruz Roja acceder a
los campos donde las tropas clasificadas como Fed permanecían retenidas, ya que bajo
esta categoría, la Cruz Roja no tenia derecho ni jurisdicción sobre estos prisioneros.
Meses después del fin de la guerra, los campos de Eisenhower para las Fed aun estaban
en funcionamiento, obligando a los hombres a permanecer allí, bajo unas terribles
condiciones, pero negando que fueran prisioneros de guerra.
Tan pronto como la guerra acabo, el general George Patton, también del ejercito de los
EE.UU., simplemente dejo a los prisioneros libres, para que intentaran regresar a sus
hogares tan pronto como les fuera posible. Cuando Eisenhower se entero, dicto ordenes
especificas para el general Patton, ordenándole que pasara a todos los prisioneros que
todavía mantuviera bajo custodia a la categoría de Fed, de manera inmediata. No es raro,
conociendo un poco el carácter del general Patton, que este ignorara totalmente las
ordenes de su superior y continuara "a lo suyo". Su ejercito fue el único que puso en
libertad a un numero significativo de soldados al finalizar la guerra. Otros como el general
Omar Bradley o el general J.C.H. Lee, habían ordenado que los prisioneros fueran
liberados pasada una semana desde el fin de la guerra. Sin embargo, ordenes del mando
Aliado, firmadas por el propio Eisenhower el 15 de Mayo de 1945, dieron al traste con
estas iniciativas.
El libro "Other losses"(Otras perdidas), de James Bacque, llego en 1989 a manos del
periodista canadiense, Peter Worthington, del "Ottawa Sun". Sorprendido por el contenido
del libro, inicio su propia investigación, que le llevaría a publicar un articulo el 12 de
Septiembre de 1989, en el cual se incluían las siguientes afirmaciones: "...es duro llegar a
la conclusión de que Dwight D. Eisenhower fue un criminal de guerra de inmensas
proporciones. Su política hacia los prisioneros de guerra, causo mas bajas al ejercito
alemán durante la paz, que las que se le habían causado durante toda la guerra en el
Frente Occidental. Durante años se le ha echado la culpa a los rusos de la muerte de
estos casi dos millones de prisioneros. Pero ahora sabemos que nadie había escarbado lo
suficiente".
Este año se celebre el 107º aniversario del nacimiento en Denison, Texas, del hijo de
Jacob David Eisenhower y su esposa Ida. En los EE.UU. son muchos los que están
deseosos de poder celebrar el cumpleaños de este "Patriota Americano". El senador
Robert Dole, ha propuesto que el aeropuerto de Washington, ahora llamado "Dulles", pase
a llamarse "Eisenhower". El United States Mint, el equivalente a nuestra Casa de la
Moneda, esta desarrollando una moneda conmemorativa de un dólar de plata para
celebrar el centenario, y que se venderá a veinticinco dólares. Solo se fabricaran
4.000.000 de unidades y en las revistas para veteranos se promocionan bajo el eslogan:
"Recuerda el hombre....Recuerda aquellos tiempos". Simplemente nauseabundo.
Pero algunos veteranos no van a comprar el dólar de Eisenhower. Dos de ellos son el
coronel James Mason y el coronel Charles Beasly, pertenecientes al cuerpo medico del
ejercito de los EE.UU. y que en 1950 publicaron uno de las primeras denuncias contra los
"campos de la muerte" de Eisenhower. Entre otras cosas dijeron lo siguiente: "Apretujados
para intentar entrar en calor, detrás del alambre de espino, eran una visión sobrecogedora.
Casi 100.000, demacrados, apáticos, sucios, con la mirada perdida, vistiendo sucios
uniformes grises, hundidos hasta los tobillos en el barro... el mayor problema era el agua, y
eso que el Rin fluía libre y a rebosar a unos pocos cientos de metros".
Otro veterano que tampoco comprara ninguna de los "dólares de Eisenhower" será Martin
Brech de Mahopac, Nueva York, un semiretirado profesor de filosofía en el Mercy Collage
de Dobbs Ferry. En 1945, Brech era un soldado de dieciocho años destinado en la
Compañía "C" del 14º Batallón de Infantería, asignado como guardia en el campo de
prisioneros de Andernach, a orillas del Rin. Hizo estas declaraciones para el programa de
radio Spotlight, el 12 de Febrero de 1990: "Mis protestas por el trato que se le estaba
dando a los prisioneros fueron recibidas con indiferencia o con hostilidad. Entonces
cuando trate de entregar algunas de nuestras raciones a los prisioneros a través de la
alambrada, fui severamente advertido de que nuestra política oficial era no alimentarlos
adecuadamente. Se me amenazo con la cárcel y un capitán me advirtió que me dispararía
si volvía a verme pasándole comida a los alemanes... Algunos de los prisioneros eran solo
muchachos de unos trece o catorce años... otros eran ancianos que habían sido reclutados
en el ultimo momento... Me resultaba fácil comprender por que el peso medio de los
presos en Andernach era de cincuenta kilos... fui amenazado en varias ocasiones...Sin
embargo, esto me ha liberado, ahora puedo ser escuchado y contar las terribles
atrocidades de las que fui testigo como guardia en uno de los "campos de la muerte de
Ike"...a orillas del Rin".
1944: Eisenhower le dice al embajador británico en Washington que 3.500 oficiales del
estado mayor alemán deben ser "exterminados". También le comenta que esta a favor de
la ejecución de unos 100.000 alemanes prominentes. Poco después le escribiría a su
esposa, Mamie: "Dios, odio a los alemanes ¿Porque?, Por que el alemán es una bestia¡".
Eisenhower llegaría a decir que estaba avergonzado de llevar un apellido de origen
alemán.
17 de Abril de 1945: Los EE.UU. abren el gigantesco campo de Rheinberg, con casi cuatro
kilómetros de diámetro, carece de suministros o refugio de cualquier clase. Como en otros
campos "a orillas del Rin" abiertos a mediados de Abril, no contaba con letrinas ni con
suministro de agua. En algunos de estos campos había tantos hombres retenidos, que ni
siquiera podían tumbarse. En Camp Kripp, cerca de la ciudad de Remagen, el medio
americano Charles von Luttichau, asombrado por las condiciones existentes fue a quejarse
a un oficial americano, este le contesto: "Olvídate de la Convención de Ginebra. NO
TENÉIS NINGÚN DERECHO".
Finales de Abril de 1945: Heinz Janssen, describe de esta forma la situación en ese
momento en el campo de Rheinberg: "Hombres amputados tirados en el barro, empapados
y congelados. Solo el cielo sobre nosotros, día y noche, yacemos desesperados en
Rheinberg, esperando la muerte en nuestros agujeros".
Mayo de 1945: La Cruz Roja Americana informa que mas del 98% de los soldados
estadounidenses capturados por los alemanes volverán a casa sanos y salvos, gracias en
gran parte a los envíos de alimentos que la propia Cruz Roja Americana realizo durante
toda la guerra y que siempre fueron rápidamente distribuidos por los alemanes.
2 de Junio de 1945: La oficina de los Aliados encargada del control de los prisioneros de
guerra en Europa emite dos informes. Uno de ellos, el ultimo de una serie de informes
diarios indica que en esos momentos mantenían 2.870.400 prisioneros bajo custodia. El
otro, el primero de una serie de informes semanales, con la misma fecha que el anterior,
indica solamente 1.836.000 prisioneros. En un momento dado a mediados de Junio, los
prisioneros indicados en las listas de suministro de raciones era de 1.421.559, a pesar de
que algunos altos oficiales de los EE.UU., como el general J.C.H. Lee, aseguraban que el
numero total podía rondar los 4.000.000 de prisioneros. Esta más que extraña contabilidad
continuo siendo la norma en todo el ejército de ocupación estadounidense a lo largo de
1945. El propósito aparente de todo esto era ocultar el número de muertes en medio de
una maraña de cifras y estadísticas.
4 de Agosto de 1945: Eisenhower ordena que todos los restantes prisioneros alemanes
sean privados de sus derechos y reducidos a la categoría de "Fed".
30 de Agosto de 1945: Max Huber, presidente de la Cruz Roja Internacional, escribe una
punzante carta al Departamento de Estado de los EE.UU., sobre las interferencias que los
propios estadounidenses estaban causando en los esfuerzos por alimentar a los
hambrientos ciudadanos alemanes. Algunos meses mas tarde, una evasiva nota, firmada
"Eisenhower", llego a Washington, afirmando falsamente que jamás se había prohibido la
entrega de alimentos por parte de la Cruz Roja a los prisioneros o a los ciudadanos
alemanes. Mientras cientos de vagones cargados con alimentos ya en descomposición,
estaban siendo enviados de vuelta a Suiza.
Finales de Agosto de 1945: A estas alturas, más de 2.000.000 de alemanes han estado
bajo custodia de los EE.UU. y ya han sido liberados, incluidos miles de curas, funcionarios,
médicos y profesores.
11, 13, 14, 15 y 20 de Octubre de 1945: El "The New York Times" publica un reportaje
sobre los "campos de la muerte" de uno de sus reporteros estrella, Drew Middleton, que ni
de lejos se acerca a la verdad. Entrevistado por James Bacque en 1988, Middleton
admitiría que ni siquiera se había molestado en visitar ni uno de los cincuenta campos de
prisioneros que su país tenía establecidos en un radio de unos 25 kilómetros desde la
mesa de su propio despacho en Frankfurt.
Diciembre de 1945: Eisenhower regresa a su país y el ejército de los EE.UU. autoriza que
el primer envío de ayuda humanitaria entre en la zona de ocupación americana.
1947 - 1950: Casi todos los archivos e información sobre los campos de prisioneros es
destruida. El gobierno de la Alemania Occidental concluye que 1.700.000 soldados
alemanes, que se sabe que sobrevivieron a la guerra, han desaparecido.
Los Aliados occidentales culpan de ello a los soviéticos.
1960 - 1972: El Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, bajo la dirección de Willy Brandt,
subvenciona todo tipo de publicaciones negando las atrocidades cometidas sobre los
prisioneros de guerra alemanes y el elevadísimo numero de fallecidos.
1980: El Comité Internacional de la Cruz Roja se niega a abrir sus archivos para que
James Bacque y otros estudiosos, investiguen los crímenes cometidos por los Aliados.
Hasta el día de hoy, esta sigue siendo la política oficial del C.I.C.R., que mantiene un
absoluto silencio sobre este tema, y eso pese a las visitas documentadas que realizaron
Pradervand y otros delegados de la Cruz Roja a los campos de prisioneros.
link: https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=0VFm59V9y80
http://es.metapedia.org/wiki/Campos_de_la_muerte_de_Eisenhower
http://www.fpp.co.uk/History/General/Bacque/Brech2002.html
http://bitacorapi.blogia.com/2009/110201-los-campos-de-la-muerte-de-eisenhower-el-
ultimo-secreto-sucio-de-la-segunda-guer.php
http://yahel.wordpress.com/2012/07/14/aleman-holodomor-la-atrocidad-europea-de-la-que-
usted-nunca-ha-oido-hablar/
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Fuentes de Información - El Holocausto silenciado... de alemanes