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Tema I y 2 Contencioso Administrativo

Los procedimientos administrativos. Fundamentación constitucional y legal. Ley


Orgánica de Procedimientos Administrativos. Fundamentación constitucional y
legal. Ámbito de aplicación. Contenido. Los actos administrativos a los fines de la
Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. Concepto. Clasificación. Validez
e invalidez. La revisión de los actos administrativos. La revisión de Oficio.
Convalidación. Revocación. Declaración de nulidad absoluta. Corrección de
errores materiales de cálculo. A instancia de parte. Recursos administrativos.

Fundamentación constitucional y legal.


La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 137, establece
de forma expresa el principio de legalidad aplicado a los órganos del poder público al
expresar que es la Constitución y la ley las que definen las atribuciones de los órganos
que ejercen el Poder Público, a las cuales deben sujetarse las actividades que realicen.
Del mismo modo en el artículo 334, primer aparte especifica que todos los jueces o
juezas de la República están en la obligación de asegurar la integridad de la
Constitución. De allí que las actividades contrarias a derecho estén sometidas tanto al
control jurisdiccional como de la Jurisdicción Contencioso Administrativa conforme al
artículo 259, el cual expresa que la jurisdicción contencioso administrativa corresponde
al Tribunal Supremo de Justicia y a los demás tribunales que determine la ley. Los
órganos de la jurisdicción contencioso administrativa son competentes para anular los
actos administrativos generales o individuales contrarios a derecho, incluso por
desviación de poder; condenar al pago de sumas de dinero y a la reparación de daños y
perjuicios originados en responsabilidad de la Administración; conocer de reclamos por
la prestación de servicios públicos y disponer lo necesario para el restablecimiento de
las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad administrativa.

Ahora bien en cuanto a la Fundamentación Legal, se tiene a la Ley Orgánica de


procedimientos Administrativos, que regula aspectos sustantivos de la relación de la
administración con los particulares, dicha ley tiene por finalidad de regir la actuación de
la Administración Publica Nacional tanto central como descentralizada.

La Ley Orgánica de procedimientos Administrativos (LOPA), fue promulgada


el 1 de Julio 1981, publicada el mismo día, aunque entro en vigencia en el 1 de enero de
1982. Esta ley orgánica regula los principios fundamentales que rigen el actuar de la
administración; por tanto tiene fuerza derogatoria sobre las disposiciones de otras leyes
posteriores que regule la materia específica que ella contiene en sus principios
fundamentales; así tenemos que todas las materias contempladas en la LOPA, son de
aplicación preferentes a las leyes especiales, a excepción de aquellas a las cuales la Ley
hace la expresa salvedad de que es la ley especial la que debe aplicar, conforme a lo
establecido en el articulo 47 que expresa . . . “ Los procedimientos administrativos
contenidos en leyes especiales se aplicarán con preferencia al procedimiento ordinario
previsto en este capítulo en las materias que constituyan la especialidad” .

De la norma se colige que solo se refiere a lo estipulado en el primer capitulo de


la LOPA, al procedimiento ordinario, y no con respecto a las otras normas del
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procedimiento administrativo reguladas en los demás capítulos ( II al IV del titulo III, y


con respecto al titulo IV) las cuales regirán en todo caso, aun frente a las normas
previstas en leyes especiales.

Ámbito de aplicación.

Se encuentra contemplado en el:

“Artículo 1. La Administración Pública Nacional y la Administración


Pública Descentralizada, integradas en la forma prevista en sus respectivas
leyes orgánicas, ajustarán su actividad a las prescripciones de la presente
ley.

Las administraciones Estadales y Municipales, la Contraloría General de la


República y la Fiscalía General de la República, ajustarán igualmente sus
actividades a la presente ley, en cuanto les sea aplicable.”

Este articulo nos habla de dos órganos distintos: de la administración central a que la
trata como La Administración Pública Nacional por error, (error conceptual aclarado
reiteradamente por la jurisprudencia CSJ/SPA: 26-10-86, RDP, 28-87). Y la
administración descentralizada, que a la fecha no estaba determinada.

Este articulo en su parágrafo único mezcla instituciones de sistemas administrativos


distintos, (entres territoriales: Estadales y Municipales, y órganos de rango
constitucional: la Contraloría General de la República y la Fiscalía General de la
República; que gozan de autonomía funcional, no ubicados en la administración
centralizada, ni descentralizada; porque no están subordinados a estas). En cuanto al
termino “, en cuanto les sea aplicable.”, según Brewer Carias, ello se refiere a las
normas que contengan y reglamenten garantías constitucionales, mención aclarada por
la jurisprudencia de manera reiterada del alcance del aparte único del articulo 1 de la
LOPA. Declarando la aplicación imperativa de las disposiciones de la LOPA que
constituyan regulación de garantías constitucionales a las administraciones públicas
Municipales.

Contenido. La ley regula cuatro aspectos fundamentales con relación a la


administración y a los particulares.

• Determina una serie de potestades administrativas y establece una serie de deberes y


obligaciones de los funcionarios y por la otra regula una serie de derechos de los
particulares frente a la administración. O sea las situaciones jurídicas de los
particulares y de la Administración Pública.
• Regula el acto administrativo, es decir, el resultado concreto de la actuación de la
administración cuando la misma decide produciendo efectos jurídicos, regula el
mismo en sus requisitos los cuales debe cumplir la actuación de la administración a
los fines de su validez y de la legalidad. Igualmente regula los efectos de los actos,
la forma de su revisión, tanto de oficio como por vía de recurso y también la forma
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de expresión de los mismos establece los efectos derivados del silencio


administrativo.
• Regula el procedimiento administrativo.
• Prevé las vías de revisión de los actos administrativos en sede administrativa, es
decir, el sistema de los recursos, de reconsideración, de revisión, jerárquico
impropio, que pone a disposición de los particulares para lograr, a través de la
impugnación una rectificación de la administración.

Los actos administrativos a los fines de la Ley Orgánica de Procedimientos


Administrativos. En el capitulo II de la LOPA, se define lo que se entiende por acto
administrativo, al especificar que se entiende por acto administrativo, a los fines de esta
Ley, toda declaración de carácter general o particular emitida de acuerdo con las
formalidades y requisitos establecidos en la Ley, por los órganos de la administración
pública. Criterios. Según Araujo (2007), el artículo anterior ofrece diferentes criterios,
en efecto 1. El criterio material, relativo a la manifestación de voluntad contentiva de
declaraciones de carácter general como de carácter particular, 2. Criterio formal,
emitido de acuerdo con las formalidades y requisitos establecidos en la Ley, y 3.
Criterio Orgánico, por los órganos de la administración pública.

Para Brewer Carias (2010), acto administrativo, es toda manifestación de voluntad de


carácter sublegal, realizada primero por los órganos de Poder Ejecutivo, es decir por la
Administración Publica, actuando en ejercicio de la función administrativa, de la
función legislativa y de la función jurisdiccional, segundo por los órganos del Poder
Legislativo (de carácter sublegal), actuando en ejercicio de la función administrativa y
tercero por los órganos del poder judicial, actuando en ejercicio de la función
administrativa y de la función legislativa, en todos estos casos expone, la declaración
de voluntad constituye un acto administrativo cuando tiende a producir efectos jurídicos
determinados, que pueden ser la creación, modificación o extinción de una situación
jurídica individual o general o la aplicación a un sujeto de derecho de una situación
jurídica general.

Clasificación de los actos administrativos

1) Actos Administrativos según sus efectos.


a) Actos Administrativos de efectos generales y de efectos particulares, en primer lugar,
según el carácter normativo o no normativo de actos administrativos, estos se clasifican
en actos de efectos generales y actos de efectos particulares. Puede decirse así, que la
Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos acoge una primera forma de
clasificación de los actos administrativos según sus efectos, en el sentido de que
clasifica los actos administrativos en actos normativos (de efectos generales) y en actos
administrativos no normativos (de efectos particulares).
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Esta es la clasificación que de acuerdo a lo establecido en la Ley Orgánica de la Corte


Suprema de Justicia, permite distinguir los actos administrativos de efectos generales de
los actos administrativos de efectos particulares. Los primeros son aquellos de
contenido normativo, es decir, que crean normas que integran el Ordenamiento Jurídico;
en cambio, los segundos, los actos administrativos de efectos particulares, son aquellos
que contienen una decisión no normativa, sea que se aplique a un sujeto o a muchos
sujetos de derecho. La Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos puede decirse
que identifica los actos administrativos de efectos generales, con los que ella califica en
el Artículo 13 como "actos o disposiciones administrativas de carácter general" y los
actos administrativos de efectos particulares a los que la misma norma califica como
actos administrativos "de carácter particular".

En esta norma, al prescribir que un acto administrativo de carácter particular no puede


vulnerar lo establecido en una "disposición administrativa de carácter general, lo que
está señalando es que un acto de efectos particulares (de contenido no normativo) no
puede vulnerar un acto normativo o de efectos generales, acogiéndose, en este Artículo
13, el principio de la inderogabilidad singular de los reglamentos o de los actos
administrativos de efectos generales. Por tanto, puede decirse que, en el artículo 13 de la
Ley está la clave para clasificar los actos administrativos, según su contenido o efectos
según que sean normativos o no normativos, identificándose los actos de efectos
generales, es decir, de contenido o carácter general, con los actos normativos, y en
consecuencia los actos de efectos particulares o de contenido o carácter particular, con
aquellos que no tienen contenido normativo.

b) Actos Administrativos generales e individuales: la Ley Orgánica acoge la


clasificación de los actos administrativos, según sus destinatarios, al distinguir los actos
administrativos generales de los actos administrativos individuales. Los actos
administrativos generales son aquellos que interesan a una pluralidad de sujetos de
derecho, sea formado por un número indeterminado de personas o un número
determinado; en cambio, los actos administrativos individuales, son aquellos que
interesan a un solo sujeto de derecho. Esta distinción estimamos que se acoge en el
artículo 72 de la Ley Orgánica al exigirse que también sean publicados en la Gaceta
Oficial de la República de Venezuela, aquellos actos administrativos que interesen a un
número indeterminado de personas, que no sean necesariamente actos normativos o de
carácter general.

Es decir, esta norma establece indirectamente la diferencia entre el acto de efectos


generales o de contenido normativo y el acto general, el cual aun cuando pueda no tener
contenido normativo, interese a un número indeterminado de personas. En estos casos,
el acto es general porque interesa a un número indeterminado de personas, y no porque
tenga necesariamente un contenido normativo. Por supuesto, también el acto general no
normativo, puede tener por destinatarios a un número determinado de personas. El acto
individual, al contrario, es el acto destinado a un solo sujeto de derecho, el cual es,
además, un acto de efectos particulares, de acuerdo a la clasificación anterior.
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2) Actos Administrativos según su contenido.

a) Actos definitivos y actos de trámite: En primer lugar, puede distinguirse el acto que
pone fin al asunto administrativo, en cuyo caso sería un acto definitivo, del acto de
trámite, que no pone fin al procedimiento ni al asunto, sino que, en general, tiene
carácter preparatorio. Esta clasificación de los actos administrativos según el contenido,
se deduce de los Artículos 9, 62 y 85 de la Ley.

En efecto, el Artículo 9 establece un principio general, y es que todos los actos


administrativos de carácter particular, es decir, de efectos particulares, deben ser
motivados, salvo los actos de simple trámite. Distingue aquí, por tanto, la Ley, el acto
administrativo de trámite, el cual se opone, por supuesto, al acto administrativo
definitivo. En definitiva, la distinción, según el contenido de la decisión, se refiere a que
el acto administrativo definitivo es el que pone fin a un asunto y en cambio, el acto
administrativo de trámite, es el de carácter preparatorio para el acto definitivo.

b) Actos creadores de derechos o que establecen obligaciones: Otra distinción que la


Ley prevé respecto de los actos administrativos y que también se refiere a su contenido,
es la que se refiere al acto creador de derechos subjetivos o de intereses personales y
legítimos a favor de los particulares, regulados en los Artículos 19, ordinal 2 y 82 de la
Ley, y al acto administrativo que no crea derechos o intereses personales,
legítimos y directos a favor de particulares, también regulado en esos mismos Artículos
19, ordinal 2 y 82 de la Ley. Asimismo, según el contenido, la Ley establece la
posibilidad de que se trate de actos que en lugar de crear derechos a favor de
particulares, lo que establezcan sean obligaciones a cargo de particulares, y así se los
regula en el Artículo 70 de la Ley.

3) Actos administrativos según la manifestación de voluntad.

a) Actos administrativos expresos y tácitos, La manifestación de voluntad que produce


el acto administrativo, conforme al Artículo 18, debe ser expresa y formal, conteniendo
el acto una serie de requisitos que deben manifestarse por escrito. Por tanto, el acto
administrativo que regula la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, en
principio, es un acto administrativo expreso formalizado según el Artículo 18. Sin
embargo, la Ley admite la figura de la manifestación de voluntad tácita de la
Administración, derivada del silencio administrativo.

Así se establece expresamente en el Artículo 4 de la Ley Orgánica, cuando se prevé que


en los casos en los cuales un órgano de la Administración Pública no resolviera un
asunto o un recurso dentro de los lapsos que prevé la misma Ley, y que están
consagrados para los asuntos o peticiones en los Artículo 5, 60 y 67 y en materia de
recursos administrativos en los Artículos 91, 94 y 99, se considera que ha resuelto
negativamente pudiendo el interesado intentar el recurso inmediato siguiente. Por tanto,
la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en el Artículo 4, consagra el acto
administrativo tácito de contenido negativo, derivado del transcurso del tiempo, es
decir, del silencio administrativo.
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4) Actos administrativos según su impugnabilidad.

Los actos administrativos firmes, El acto que no es firme es el que puede ser
impugnado, sea por vía administrativa a través de los recursos administrativos
regulados en el Artículo 85 y siguientes, sea por vía contencioso-administrativa. En
cambio, el acto firme, es el acto que ya no puede ser impugnado por las vías ordinarias
de recurso, y sobre el cual el único recurso que cabe, es el recurso de revisión. En ese
sentido, el Articulo 97 de la Ley, al regular el recurso de revisión, señala que éste sólo
procede contra los actos administrativos firmes, es decir, contra aquellos que no fueron
impugnados en su oportunidad, y que vencidos los lapsos de impugnación, son actos
administrativos inimpugnables.

5) Actos administrativos según su ejecución.

Por último, también en materia de clasificación de los actos administrativos, debe


señalarse una clasificación según la ejecución y así se distingue el acto material de
ejecución, del acto administrativo formal. El Artículo 78 de la Ley, en efecto, habla de
actos materiales de ejecución que puedan menoscabar o perturbar los derechos de los
particulares, los cuales no pueden realizarse sin que exista previamente un acto
administrativo que sirva de fundamento a dichos actos materiales. Puede decirse en este
sentido, que el acto material de ejecución previsto en el Artículo 78, se identifica con el
acto de ejecución que regula el Artículo 8 de la Ley.

Validez e invalidez de los actos administrativos.

Para que el acto administrativo sea totalmente válido debe adoptarse conforme a los
principios de separación de poderes, de legalidad, de respeto de las situaciones jurídicas
subjetivas y de responsabilidad, principios estos que constituyen los fundamentos del
Estado de Derecho, a los cuales debe someterse la actividad de la Administración.
Cuando ésta, en ejercicio de sus potestades actúa en desconocimiento de algunos de
dichos principios, sus decisiones serán susceptibles de ser recurridas en vía
administrativa o contencioso administrativa por transgredir el ordenamiento jurídico
dentro del cual debe desenvolverse y dependiendo de la gravedad del vicio que
comporten podrán ser declaradas nulas o anulables.

ELEMENTOS ESTRUCTURALES DEL ACTO ADMINISTRATIVO.

Se pueden distinguir los siguientes elementos del acto administrativo:

• La competencia, prevista en los artículos 18 ordinales 1, 2, 7 y 8 y 19 ordinal 4 de la


LOPA. La forma en su concepción general, atiende a dos aspectos: La forma como
expresión de la voluntad de la Administración, prevista en los artículos 9 y 18 de la
LOPA; y, el procedimiento administrativo, previsto en los artículos 5, 19 ordinal 4,
48, 67 y 70 de la LOPA.
• El fin, establecido en los artículos 206 de la Constitución y 12 de la LOPA.
• El objeto, regulado en los artículos 18 ordinal 6 y 19 ordinal 3 de la LOPA.
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• La causa, consagrada en los artículos 18 ordinal 5, 62, 89 y 19 ordinal 2 de la


LOPA.
• La discrecionalidad, proporcionalidad y adecuación, señalados en el artículo 12 de
la LOPA.
El vicio en el cumplimiento de alguno de estos elementos estructurales afectan la
legalidad de los actos administrativos y por ende su validez.
Los vicios de los actos administrativos, pueden ser clasificados en dos categorías: En
primer lugar vicios invalidantes y en segundo lugar, vicios intrascendentes.

Los vicios invalidantes se pueden producir como consecuencia de un vicio de nulidad


absoluta o de nulidad relativa.

En el primer caso, cuando el vicio entraña la nulidad absoluta se esta en presencia de un


vicio que conduce a una ineficacia intrínseca e inmediata; no subsanable y en
consecuencia imprescriptible; que tiene efectos frente a todos (CFC-SPA 11-12-35; 4-4-
38).

En el segundo caso, cuando el vicio supone la nulidad relativa o anulabilidad, nos


encontramos ante un vicio que supone una ineficacia extrínseca y potencial; que se
puede subsanar, por el transcurso del tiempo o por la propia actividad de la
Administración y sólo tiene efectos frente a los interesados (CSJ-SPA 26-7-84).

Con la promulgación de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, sólo se


consagró la categoría de los vicios invalidantes en sus dos maneras de manifestación,
los vicios que comportan la nulidad absoluta y los que producen la nulidad relativa.

Los vicios de nulidad absoluta se encuentran previstos en los cinco supuestos


taxativamente establecidos en el artículo 19 de la LOPA, siendo en consecuencia de
carácter excepcional; mientras que los vicios de nulidad relativa o anulabilidad, de
conformidad con el artículo 20 de la LOPA, son todos los demás vicios que pueden
producir la extinción de los efectos de los actos administrativos y que no comportan la
nulidad absoluta. (CSJ-SPA 14-5-84).

Los vicios intrascendentes - en nuestro derecho- son obra de la jurisprudencia de los


tribunales de la jurisdicción contencioso administrativa.

LOS VICIOS DE ANULABILIDAD DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS.

Para analizar los vicios que pueden afectar los actos administrativos, se estudiara la
manera como surgieron los elementos estructurales del acto administrativo.

En cuanto al elemento competencia, que puede ser afectado por el vicio de


incompetencia. Se tiene, que si la incompetencia es "manifiesta" se esta en presencia de
un vicio de nulidad absoluta (art. 19 ord. 4 LOPA); por argumento en contrario, en
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cualquier otro caso, - cuando la incompetencia no es "manifiesta"- el vicio de


incompetencia es de nulidad relativa (art. 20 LOPA).

En cuanto al elemento forma. Si se produce una ausencia total y absoluta de


procedimiento estaremos ante un vicio de nulidad absoluta (art. 19 ord. 4 LOPA); pero
si el acto no cumple las formalidades establecidas en la Ley (art. 18 LOPA) o el
procedimiento se ha desarrollado parcialmente (art. 19 ord. 4 LOPA), el acto se
encontrará viciado de nulidad relativa (art. 20 LOPA).

En cuanto al elemento fin. La potestad administrativa debe ejecutarse de conformidad


con los fines previstos en el ordenamiento jurídico; si la actividad administrativa se
aparta del fin que la justifica, se produce el vicio de desviación de poder. Este es un
vicio de anulabilidad (art. 20 LOPA), pero que - a diferencia de los otros vicios de
nulidad relativa- no puede ser convalidado (CSJ-SPA 31-1-90).

En cuanto al elemento objeto del acto administrativo, se tiene que cuando se encuentra
afectado de ilegalidad o de imposibilidad en su ejecución, se halla viciado de nulidad
absoluta (art 19 ord.3 LOPA); fuera de estos dos supuestos, cualquier otro vicio que
presente el objeto constituye un vicio de anulabilidad (art. 20 LOPA).

En quinto término, surgió el elemento causa del acto. Según Farías Mata, se produce el
vicio de nulidad absoluta en el elemento causa, cuando la Administración resuelve un
caso precedentemente decidido con carácter definitivo, que ha creado derecho o
intereses a los interesados (art. 19 ord. 2 LOPA); si no se cumplen los requisitos
previstos en el artículo 18 ord. 5 de la LOPA, produciéndose un falso supuesto de hecho
o de derecho; o la violación de los artículos 62 y 89 de la LOPA, que implican la
violación del principio de globalidad o exhaustividad de la decisión administrativa, nos
encontraremos frente a un vicio de nulidad relativa (art. 20 LOPA).

En cuanto al elemento elemento discrecionalidad y los principios de proporcionalidad y


adecuación de la decisión prevista en el artículo 12 de la LOPA, que no estando
expresamente incluidos en los supuestos taxativos del artículo 19 de la LOPA, al ser
infringidos conducen a la anulabilidad del acto (art. 20 LOPA).

En cuanto a cualquier otra ilegalidad invalidante que se produzca en un acto


administrativo, que no este sancionada por una norma constitucional o legal con la
nulidad absoluta (art. 19 ord. 1 LOPA), puede producir la nulidad relativa, según lo
dispone el artículo 20 de la LOPA. (CSJ-SPA 14-5-85; 9-3-87).

Establecido lo anterior podemos señalar que algunas de las características de los vicios
de nulidad relativa o anulabilidad, son las siguientes:

• La nulidad relativa puede ser convalidada (art. 81 LOPA).


• La nulidad relativa no permite solicitar la suspensión de efectos del acto
administrativo (art. 87 LOPA).
• La nulidad relativa puede ser total o parcial (art. 21 LOPA).
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• La nulidad relativa no puede ser declarada si el acto originó derechos subjetivos


o intereses personales, legítimos y directos (art. 82 LOPA). (CSJ-SPA 19-10-89;
11-8-93; CPCA 22-4-85).
Los actos viciados de nulidad relativa pueden ser revocados en cualquier momento por
la administración (art. 82 LOPA).
El acto administrativo que tenga un vicio de nulidad relativa, es decir, que sea anulable,
si crea derechos a favor de los particulares y ha quedado firme (por haberse vencido los
lapsos para impugnarlos en vía administrativa o jurisdiccional), es un acto irrevocable
por la Administración y si esa revocación se produce, el acto revocatorio estará viciado
de nulidad absoluta (arts. 11, 19 ord. 2 y 82 LOPA). (CSJ-SPA 14-5-85; 9-3-87)

Tema 2. La revisión de los actos administrativos. La revisión de Oficio.


Convalidación. Revocación. Declaración de nulidad absoluta. Corrección de
errores materiales de cálculo. A instancia de parte. Recursos administrativos

Una de las potestades de que goza la Administración dentro del derecho administrativo
es la potestad de auto tutela, la cual ha sido definida por la Sala Político Administrativa
de la Corte Suprema de Justicia, como la realización de los intereses propios de la
Administración, sin acudir a los tribunales, resolviendo los conflictos potenciales o
actuales, que surgen con respecto a otros sujetos de derecho, en relación con sus actos o
pretensiones.

La potestad de autotutela tiene su justificación en la satisfacción del interés general y


presenta dos modalidades: La autotutela de primer grado o potencia, que se produce en
vía declarativa o ejecutiva; y, la autotutela de segundo grado o potencia, denominada
reduplicativa, y que es ejercida por la Administración cuando revisa un acto
administrativo en vía recursiva o rogada; cuando ejerce la potestad sancionatoria y
cuando aplica el solve et repete.

Esta potestad cuando se ejerce en su modalidad reduplicativa y más específicamente de


revisión de los actos administrativos, se puede manifestar de diferentes maneras, según
sea el vicio que afecte al acto cuya validez se cuestiona.

La autotutela de la Administración es una regla que no puede ser derogada sino a través
de norma expresa (CSJ-SPA 4-7-90). En los casos en que la Administración efectúa la
revisión de un acto administrativo, surgido de un procedimiento constitutivo o
recursivo, debe pronunciarse sobre todos los asuntos que sean oportunos para la
resolución del caso sometido a su consideración, aun cuando no hayan sido alegados
por los interesados (art. 89 de la LOPA). Esta norma siempre debe ser tenida en
consideración a los efectos de tomar una decisión en la que efectivamente se garantice
la salvaguarda del interés general que tutela la Administración, sin menoscabar los
derechos de los administrados.
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La Administración en ejercicio de la potestad de autotutela tiene los siguientes poderes:

• La potestad de convalidación, que le permite a la Administración, en cualquier


tiempo, dictar un nuevo acto administrativo para subsanar los defectos de un acto
anterior anulable (art. 81 LOPA). La convalidación esta referida a hechos, actos o
situaciones jurídicas anteriores cuya existencia y efectos se encuentran afectados por
circunstancias que vician su validez. El acto administrativo convalidatorio puede
tener efectos retroactivos por la naturaleza misma de su función, en la medida en
que no perjudique intereses o derechos de terceros (CSJ-SPA 11-3-83). La potestad
convalidatoria sólo procede frente a actos administrativos afectados de nulidad
relativa (CSJ-SPA ET 7-2-91; CPCA 8-11-93), salvo que el acto sea anulable por el
vicio de desviación de poder (CSJ-SPA 31-1-90). Esta potestad la puede ejercer la
Administración de oficio o a instancia de parte, en virtud del ejercicio de los
recursos previstos en la Ley. En los casos de los vicios de anulabilidad, si el vicio
afecta sólo una parte del acto administrativo el resto del mismo, en lo que sea
independiente, tendrá plena validez, según lo dispone el artículo 21 de la LOPA
(CSJ-SPA 14-8-91) (5), siendo posible la subsanación de la parte anulable.

• La potestad de revocación (arts. 82 y 90 LOPA), habilita a la Administración para


extinguir del mundo jurídico, en todo o en parte, en cualquier tiempo los actos
administrativos, por razones de oportunidad y conveniencia, siempre que dicha
revocación no afecte los derechos subjetivos o los intereses personales, legítimos y
directos, que dicho acto haya generado a los particulares. (CSJ-SPA 26-7-84; 14-5-
85; 20-10-88; 14-8-91; CPCA 14-12-89). Esta potestad la puede ejercer la propia
Administración autora del acto o el respectivo superior jerárquico (art. 82 LOPA).
Aun cuando un acto administrativo se encuentre afectado de anulabilidad o de
nulidad absoluta -vicios que afectan la validez del acto-, la Administración en
ejercicio de su potestad de autotutela puede revocar dichos actos por razones de
mérito, independientemente de los vicios que padezcan.

• La potestad de anulación, implica la declaración de invalidez de un acto y la


extinción de sus efectos jurídicos. La potestad de anulación la puede ejercer la
Administración de oficio o a instancia de los particulares, mediante la acción de
nulidad; en uno u otro caso esta potestad es ejercitable en cualquier tiempo cuando
el acto se halla afectado de nulidad absoluta (art. 83 LOPA). Esta potestad, le ha
sido otorgada a la Administración, de manera ilimitada en el tiempo, cuando se
encuentre en presencia de un vicio de nulidad absoluta (CSJ-SPA 14-5-85; 14-8-91).
Si el acto está afectado por un vicio de anulabilidad, sólo podrá ser anulado siempre
que el acto no sea firme y no haya creado derechos a los particulares.

• La potestad de rectificación supone el ejercicio de la autotutela administrativa para


efectuar correcciones de errores materiales o de equivocaciones de cálculos o
cuentas, que no afectan la validez del acto y en consecuencia su pervivencia. Esta
potestad se puede ejercer en cualquier tiempo de oficio o a instancia de parte (art. 84
LOPA).
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• La corrección de errores materiales, significa rectificar las equivocaciones que la


Administración pudo haber cometido; la rectificación material de errores de cálculos
o aritméticos no implica una revocación del acto en términos jurídicos; el acto
rectificado tiene el mismo contenido después de producida la corrección, cuya única
finalidad es eliminar los errores de transcripción o de cuenta y así evitar cualquier
posible equívoco; tiene pues, la rectificación carácter estrictamente material y no
jurídico, lo que justifica que para llevarla a cabo no necesita sujetarse a solemnidad
procedimental ni límite temporal alguno (CPCA 9-6-88), la corrección de un error
material no genera un nuevo acto administrativo en el sentido de modificar su
esencia y contenido (CPCA 1-12-88).

• La potestad de rectificación de la Administración, como medio de revisión de un


acto para constatar los errores materiales o de cálculos es distinta de la potestad de
revisión para determinar la validez del acto o para privarle de efectos. La relevancia
de esta distinción viene dada porque un acto afectado de ilegalidad no puede ser
rectificado. La rectificación implica la corrección o enmienda de los errores
materiales, que permite darle exactitud y precisión al acto; pero en ejercicio de esta
potestad, no puede plantearse de ninguna manera el análisis de cuestiones de
derecho como lo constituye la constatación de la existencia de un vicio de nulidad
relativa o absoluta, que si tienen incidencia sobre la validez del acto. La potestad de
rectificación de la Administración esta supeditada a la simple corrección de errores
materiales o de cálculo, que surgen en forma notoria y manifiesta del propio acto,
sin estarle permitido al órgano administrativo realizar modificaciones que afecten el
contenido o esencia de lo decidido, en consecuencia, la rectificación no supone ni
siquiera una revocatoria parcial del acto corregido.

• La potestad de confirmación (CSJ-SPA 16-10-86), consiste en que la


Administración corrobore o constate la validez del acto recurrido y al concluir que
es válido proceda a su ratificación. La confirmación implica la ratificación de la
declaración de verdad y certeza contenida en el objeto del acto y en consecuencia,
una revalidación o reafirmación de la plena validez del acto administrativo
preexistente (art. 90 LOPA). Cuando un acto administrativo padece algún vicio de
ilegalidad no puede ser confirmado, pues si el vicio es de nulidad radical será
absolutamente imposible su confirmación; y si el vicio es de nulidad relativa, habrá
que subsanarlo produciendo un acto no confirmatorio o ratificatorio, sino un acto
nuevo sanatorio de aquel cuya revisión ha sido solicitada.

• La potestad de modificación (CSJ-SPA 16-10-86), supone que la Administración en


ejercicio de su potestad revisora puede cambiar el objeto de los actos por ella
dictados (art. 90 LOPA). La modificación está íntimamente ligada al deber de
decidir sobre todos los asuntos que se sometan a su consideración dentro del ámbito
de su competencia o que surjan con motivo del recurso a resolver (art. 89 LOPA).
Conforme a lo expuesto la Administración puede modificar el objeto de un acto
administrativo por razones de oportunidad y conveniencia o por razones de
legalidad, siempre y cuando el acto recurrido sólo este afectado de nulidad relativa.
Tema I y 2 Contencioso Administrativo

• La potestad de reposición (art. 90 LOPA), le ha sido otorgada a la Administración


con la finalidad de que anule el procedimiento administrativo que ha sido mal
sustanciado o tramitado y ordene su nueva tramitación a partir del momento en que
se cometió el vicio en la forma, vicio este cuya transcendencia o relevancia ha
influido en la decisión final, por representar una vulneración efectiva, real y
transcendente de las garantías jurídicas de los particulares (CPCA 31-5-84; 17-10-
85; 19-6-86; 12-2-87; 13-7-87; 11-11-93). La reposición permite que se subsane la
indefensión que se le creó al particular y va a permitir dictar un nuevo acto
administrativo perfectamente válido y sin vicios, que pueda alcanzar su fin. En tal
virtud, ante la existencia de un vicio de nulidad absoluta en las formas del acto
administrativo, la Administración siempre debe anular el acto y ordenar la
reposición al estado en que se subsane el vicio constatado; y si se determina la
existencia de un vicio de nulidad relativa en las formas del acto, la Administración
podrá reponer el procedimiento administrativo sólo cuando considere que es
necesario para subsanar dicho vicio, pero de ser posible la subsanación sin tener que
acudir a la reposición procederá a convalidar la omisión o trámite incumplido sin
decretar la reposición.

Los modos de extinción de los actos administrativos

La extinción de los actos administrativos se produce como consecuencia de la cesación,


agotamiento, consumación o eliminación de los efectos jurídicos que produce el acto
administrativo, es decir, supone su desaparición del mundo jurídico. La extinción de los
actos administrativos se puede producir por distintas circunstancias. Ello conduce a
analizar cuáles son los supuestos que conllevan a tal extinción de los actos
administrativos.

a) El cumplimiento del objeto: Los actos administrativos se extinguen cuando se cumple


o agota lo dispuesto en el acto, es decir, el efecto práctico que persigue la decisión
administrativa. Ello implica la desaparición del objeto y evidentemente supone una
extinción de pleno derecho. En principio, todos los actos administrativos están llamados
a cumplirse íntegramente en los términos establecidos en el propio texto, es decir, en el
tiempo y forma previstos en el mismo, lo que produce que una vez que se materializan
las consecuencias jurídicas en ellos dispuestas, se extinguen de manera natural. Ello sin
ninguna duda permite apreciar que se trata de actos administrativos eficaces, eficientes,
económicos, que logran plenamente su finalidad.

En este sentido se puede mencionar como ejemplo, que el acto administrativo mediante
el cual se otorga la cédula de identidad a una persona, surte sus efectos durante el
tiempo que la ley le otorgue vigencia y permite la plena identificación de la persona que
la porta, ante todas las autoridades públicas y personas privadas. Pero existen casos en
los cuales los actos administrativos se extinguen sin que se llegue a cumplir su objeto.
Existen casos en los cuales los actos administrativos se extinguen total o parcialmente
por motivos distintos a su agotamiento o cumplimiento efectivo. A ello se hará
referencia a continuación.
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b) El decaimiento: Ello supone la extinción del acto administrativo por la producción de


un hecho sobrevenido. Ello ocurre cuando se produce una imposibilidad física o jurídica
de poder cumplir el efecto práctico dispuesto en el acto administrativo, producto de la
ocurrencia de un acontecimiento posterior a su emisión. En este caso el acto
administrativo se extingue no por la voluntad de la Administración, del destinatario o
por simple agotamiento de sus efectos, sino por un hecho posterior o sobrevenido a su
emisión, que ha producido la desaparición de los presupuestos fácticos o jurídicos que
lo justificaron.

En la doctrina científica, Sayagues Laso considera que el decaimiento se puede producir


en tres circunstancias:

1. Como consecuencia de la desaparición del presupuesto de hecho indispensable para


la validez del acto administrativo.

2. Por una derogación de la norma jurídica, legal o reglamentaria en que se fundamenta


el acto administrativo, siempre que la misma sea indispensable para su validez.

3. Cuando se produce una modificación del régimen legal, que se transforma en un


impedimento para el mantenimiento del acto administrativo.

Algunos ejemplos pueden servir para ilustrar tal situación: La designación como
Secretario de Estado de un funcionario que al momento de su designación ostentaba la
nacionalidad del país y luego la pierde conforme a los procedimientos legales, produce
como consecuencia que por una situación producida con posterioridad, el acto
administrativo de designación en el cargo se extinga por estar fundamento en una
circunstancia fáctica exigida por el ordenamiento jurídico para su validez y que ha
desaparecido sobrevenidamente. Otro caso podría ser, que el acto administrativo de
proclamación de una persona como Alcalde de la localidad en la cual residía, para el
momento de la postulación y elección puede decaer como consecuencia del hecho que
mientras se desempeña en el cargo, el referido funcionario abandone por un período
superior al legalmente permitido la localidad donde reside y en consecuencia se
producirá la pérdida de la investidura.

También puede producirse el decaimiento, cuando se impone la sanción de suspensión


de un funcionario por un período determinado y mientras se encontraba cumpliendo la
sanción, éste fallece o que encontrándose en plena ejecución de la sanción, entra en
vigencia una nueva ley que no tipifique como infracción la conducta en virtud de la cual
se impuso la sanción, en cuyo caso debe aplicarse la nueva ley retroactivamente y se
producirá como efecto, la extinción del acto sancionatorio por haber perdido su
fundamento jurídico.

c) La expiración del plazo: Se produce la extinción cuando el objeto del acto


administrativo determina que éste surtirá efectos dentro de un plazo determinado, una
vez transcurrido ese plazo, se extinguirá el acto por cesación natural de sus efectos. Se
puede considerar como ejemplo, un acto administrativo que autoriza la importación de
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un producto determinado, como puede ser el pescado, mientras dura el período de veda
generada como consecuencia de una contaminación en el mar. Una vez finalizado el
plazo durante por el cual se autorizó la importación, no se podrá continuar importando
el pescado, al menos legalmente. El acto administrativo que concede la licencia de
conducir tiene una vigencia temporal, que una vez finalizada deja de producir efectos y
por tanto, no se debe continuar conduciendo hasta que no se produzca la renovación de
dicha licencia.

d) La renuncia o rechazo: Supone que el sujeto destinatario de un acto administrativo


que lo favorece por crearle, reconocerle o extinguirle una situación jurídica
determinada, manifiesta de manera expresa su voluntad de declinar el ejercicio de los
derechos que el acto le concede o reconoce y procede a notificarlo a la autoridad
administrativa, sin que sea necesaria la aceptación de ésta para que produzca efectos la
renuncia o rechazo. Un ejemplo de ello podría darse cuando la empresa operadora para
prestar un servicio público participa en un procedimiento administrativo de licitación
pública y obtiene la buena pro para la celebración de contrato de concesión, no obstante
haber ganado la licitación, decide libre y voluntariamente renunciar al acto
administrativo que le otorgó la buena pro, bastando para extinguir el acto administrativo
respecto a ella, la simple comunicación formal y expresa a la autoridad administrativa.

e) La caducidad: Ésta constituye un modo de extinción de los actos administrativos


válidos y favorables, en virtud del incumplimiento de las obligaciones que éstos le
imponen al destinatario. La caducidad debe producirse por un incumplimiento grave,
previamente establecido en la ley, pues ésta constituye una declaración sancionatoria de
la Administración, como consecuencia del no cumplimiento de las obligaciones
contempladas en el ordenamiento jurídico por el administrado, quien posiblemente no
ha cumplido por haber incurrido en dolo o culpa. En algunos ordenamientos jurídicos se
condiciona la actuación de la Administración destinada a declarar la caducidad, a que se
haya producido la mora en el cumplimiento, previo el requerimiento de la autoridad
administrativa, la cual deberá producirse una vez vencido el plazo inicial y a que se
haya producido la extinción de un plazo suplementario razonable, que deberá otorgar la
autoridad administrativa.

A título de ejemplo se puede señalar, que cuando se autoriza a un operador económico


en el sector de las telecomunicaciones a la prestación de un servicio de difusión, con
sujeción a los horarios y contenidos establecidos en el ordenamiento jurídico, en caso
que el mencionado operador incumpla los horarios infantiles o juveniles y trasmita
programación para adultos fuera de los horarios reservados para ello, podrá ser objeto
de una declaración de caducidad de la autorización –siempre que así lo contemple el
respectivo ordenamiento jurídico-, que extinguirá dicho acto, el cual deberá producirse
previa la sustanciación del procedimiento administrativo.

f) La prescripción: Esta institución establecida en el ordenamiento jurídico también


puede constituir un modo de extinción de los efectos prácticos que persigue el acto
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administrativo, por el simple transcurso del tiempo, sin que se haya producido la
ejecución material expresada en el contenido del mismo.

Una vez transcurrido el lapso de prescripción deberá ser alegado por el interesado a la
autoridad administrativa, para que ésta constante la procedencia o no de la declaración
requerida y en caso que se hayan producido los supuestos de prescripción, debe
proceder a declararla por razones de seguridad jurídica. Debe distinguirse claramente
entre la prescripción de la acción, que consiste en la consecuencia jurídica que otorga la
ley, al tiempo transcurrido para que la autoridad administrativa actúe a los fines de
constatar determinados hechos o de establecer la ocurrencia de una infracción del
ordenamiento jurídico y que se distingue de la prescripción de la ejecución del acto
administrativo, que opera una vez que transcurre o se vencen los plazos máximos
establecidos en la ley para dicha ejecución.

Un ejemplo de prescripción de la ejecución de un acto administrativo, es cuando luego


de tramitado un procedimiento administrativo se impone una sanción de multa y una
orden de demolición de una construcción ilegalmente realizada, pero transcurren los
plazos establecidos en la ley para su ejecución, sin que la autoridad administrativa
proceda al cobro de la sanción por vía de intimación administrativa o judicial y sin que
se ejecute la orden de demolición. Una vez verificados los plazos legales sin que se haya
ejecutado la sanción, el interesado podrá acudir ante la autoridad administrativa e
invocar la prescripción extintiva de la obligación y la autoridad pública deberá constatar
que se encuentran dados los supuestos para proceder a declarar la prescripción, lo que
producirá una extinción del acto administrativo sancionatorio.

g) La revocación: El acto administrativo puede ser extinguido del mundo jurídico


cuando la Administración considere que existen razones de oportunidad y conveniencia
que así lo ameritan, siempre que éste no haya creado derechos o intereses. La
revocación constituye una declaración de la autoridad administrativa que puede producir
la extinción del acto administrativo de manera total o parcial, por sustitución del acto
original por uno nuevo o simplemente estableciendo la extinción sin emisión de un
contenido cuyo efectos prácticos sustituyan al acto administrativo revocado. La
revocación supone la extinción de un acto administrativo plenamente válido y eficaz o
potencialmente anulable, pero que al modificarse las circunstancias que lo provocaron
se torna inconveniente continuar manteniendo la vigencia y ejecución del acto
administrativo. Por tanto, la revocación consiste en un nuevo acto administrativo que
extingue la ejecución del anterior, a partir del momento en que se produce y hacia el
futuro, lo que implica que no afecta las consecuencias jurídicas producidas válidamente
por el acto administrativo original mientras estuvo vigente.

Como ejemplo se puede señalar que cuando la autoridad competente en materia de salud
autoriza la comercialización de un medicamento, que cumple con todas las exigencias
científicas y sanitarias para el consumo humano y luego en ejercicio de su competencia
de policía administrativa, determina que el mismo ha producido una reacción alérgica o
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está produciendo efectos secundarios en quienes lo consumen, puede por razones de


salud pública proceder a la revocación de la autorización de comercialización.

Otro ejemplo sería que justificado en una grave crisis que afectase la economía del país,
en un momento determinado y de conformidad con la ley, la autoridad en materia
monetaria dictara un acto administrativo que estableciera un régimen de restricción del
comercio de divisas. Ahora bien, una vez que las autoridades competentes adoptan las
medidas necesarias y es superada tal crisis económica, resultaría inoportuno e
inconveniente mantener la restricción del comercio de divisas, en virtud de lo cual
deberá proceder la revocación del acto administrativo que estableció dicha restricción.

h) La anulación administrativa: Es una forma de extinción de los actos administrativos


por razones de ilegalidad, que debe ser declarada por la autoridad administrativa,
cuando determine que la decisión por ella dictada o por otra autoridad administrativa
inferior contraviene el ordenamiento jurídico y en consecuencia, en virtud de su
obligación de actuación con sometimiento pleno a la Ley y al Derecho, debe proceder a
declarar la nulidad y en consecuencia a formalmente extinguir el acto administrativo,
evitando que siga produciendo efectos lesivos a la esfera jurídica de sus destinatarios o
incluso de terceros. Tal declaración de extinción por razones de ilegalidad se puede
producir por iniciativa de la propia autoridad administrativa, conforme a los supuestos
contemplados en el ordenamiento jurídico o se puede llevar a cabo por instancia de la
persona interesada.

i) La declaración del órgano jurisdiccional: Los jueces en ejercicio de la función


jurisdiccional, a instancia de los interesados pueden declarar que un acto administrativo
contraviene el ordenamiento jurídico, porque desconoce o lesiona derechos individuales
o colectivos de los particulares y en tal caso pueden establecer tanto la declaración de
nulidad total o parcial y por ende la extinción o cesación total o parcial de sus efectos
jurídicos, como la consecuencia de tal declaración hacia el pasado o hacia el futuro.
También podrá producirse la extinción de los efectos jurídicos de un acto administrativo
por declaración jurisdiccional, cuando la Administración Pública autora de un acto
favorable para los interesados, constate que dicho acto es lesivo del interés general y
previa declaratoria de lesividad en sede administrativa, acuda ante los órganos
jurisdiccionales para que éstos declaren la anulación y consecuente extinción de los
efectos del acto administrativo.

j) La expropiación: En principio, sólo los actos administrativos válidos y eficaces


pueden generar derechos e intereses a sus destinatarios; sin embargo, en determinados
casos establecidos en el ordenamiento jurídico los actos potencialmente inválidos, por
estar afectados de vicios de anulabilidad también pueden crear derechos o intereses. En
estos casos, por exigencia constitucional –en Venezuela- los actos administrativos
creadores de derechos o intereses sólo pueden ser extinguidos mediante la expropiación
de los mismos, lo que exige que la extinción de tales actos, se justifique en una causa de
utilidad pública o interés social establecida en la ley, que deberá ser declarada por la
autoridad administrativa que dicta el decreto de afectación, así como del consecuente
Tema I y 2 Contencioso Administrativo

proceso judicial que debe culminar con una sentencia que declare la procedencia de la
expropiación y ordene la justa indemnización .

Recursos administrativos

Conforme lo expresa el artículo 85 de la LOPA, Los interesados podrán interponer los


recursos de reconsideración, jerárquico y de revisión, contra todo acto administrativo
que ponga fin al procedimiento, imposibilite su continuación, cause indefensión o lo
prejuzgue como definitivo, cuando dicho acto lesione sus derechos subjetivos o
intereses legítimos, personales y directos. (Legitimación activa).
Todo recurso administrativo deberá intentarse por escrito y en el se observarán los
extremos exigidos por el artículo 49 de la LOPA. El recurso que no llenare los
requisitos exigidos, no será admitido. Esta decisión deberá ser motivada y notificada al
interesado. El error en la calificación del recurso por parte del recurrente no será
obstáculo para su tramitación, siempre que del escrito se deduzca su verdadero carácter.
(ART. 86 LOPA).

El recurso de reconsideración, procederá contra todo acto administrativo de carácter


particular y deberá ser interpuesto dentro de los quince (15) días siguientes a la
notificación del acto que se impugna, por ante el funcionario que lo dicto. Si el acto no
pone fin a la vía administrativa, el órgano ante el cual se interpone este recurso, decidirá
dentro de los quince (15) días siguientes al recibo del mismo. Contra esta decisión no
puede interponerse de nuevo dicho recurso. (Articulo 94 LOPA).

El recurso de reconsideración procede, sólo contra los actos administrativos de efectos


particulares, definitivos y que aún no sean firmes. Así se deduce del artículo 85 de la
LOPA, en concordancia con lo previsto en el artículo 94 eiusdem. Además el acto
recurrido puede o no ser un acto que cause estado, ya que el recurso de reconsideración
puede intentarse, por ejemplo, contra un acto administrativo que haya agotado la vía
administrativa: Un acto de un Ministro, por ejemplo, como lo regula la LOPA.

Conforme al artículo 91, en el recurso de reconsideración, cuando quien deba decidir


sea el propio Ministro, así como el recurso jerárquico, deberán ser decididos dentro de
los noventa (90) días siguientes a su presentación.

El recurso jerárquico, procederá cuando el órgano inferior decida no modificar el acto


de que es autor en la forma solicitada en el recurso de reconsideración. El interesado
podrá, dentro de los quince (15) días siguientes a la decisión que decida no modificar el
acto , interponer el recurso jerárquico directamente para ante el ministro. El recurso
jerárquico podrá ser intentado contra las decisiones de los órganos subalternos de los
institutos autónomos por ante los órganos superiores de ellos. Contra las decisiones de
dichos órganos superiores, operará recurso jerárquico (recurso jerárquico impropio) para
ante el respectivo ministro de adscripción, salvo disposición en contrario de la ley.
(ARTS. 95 Y 96 LOPA).

El acto recurrido en vía jerárquica debe ser también un acto definitivo, que ponga fin al
asunto, pero más que acto definitivo, tiene que ser un acto que decida no modificar un
acto anterior, cuando ha sido pedida la reconsideración, es decir, realmente, es contra la
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negativa del funcionario a reconsiderar su propio acto definitivo, contra el cual procede
el recurso jerárquico conforme lo regula el artículo 85 de la LOPA.

El recurso de revisión, será decidido dentro de los treinta (30) días siguientes a la fecha
de su presentación. (ART. 99 LOPA)

REFERENCIAS

− Allan R. Brewer-Carías (2010), El Derecho Administrativo y la ley Orgánica de


procedimiento Administrativo. Principios del Procedimiento Administrativo.
Colección estudios Jurídicos nro. 16. Editorial jurídica Venezolana, Caracas.

− Allan R. Brewer-Carías, Los actos administrativos normativos como fuente del


derecho en Venezuela, con especial referencia a los reglamentos ejecutivos.
http://www.allanbrewercarias.com/Content/449725d9-f1cb-474b-8ab2-
41efb849fea2/Content/II,%204,%20605,%20Los%20actos%20administrativos%
20como%20fuente%20de%20derecho%20Foro%20Iberoamericano%20Panam
%C3%A1,%20sept%202009.doc).pdf

− Víctor Rafael Hernández-Mendible LOS VICIOS DE ANULABILIDAD EN EL


DERECHO ADMINISTRATIVO SUMARIO.
− http://www.zur2.com/fcjp/articulos/vrhm99.htm

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