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TEMA PRINCIPAL:

Diseño de estrategias para promover el comportamiento ético, por ejemplo,


no propiciar las evasiones fiscales.
BREVE HISTORIA DE LOS IMPUESTOS EN GUATEMALA

Un domingo de 1983 el Jefe de Estado general Efraín Ríos Montt, anunció al país
la modificación de impuestos y creación del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA),
con esto pretendía enfrentar la crisis económica, pero también cumplir las
condiciones del Fondo Monetario Internacional, sobre un préstamo de estabilización
concedido un año atrás. El IVA fue del diez por ciento (72-83/julio 11/1983). Días
después el general Ríos fue relevado del cargo por el general Mejía Víctores, que
redujo el IVA al siete por ciento. Él también intento mejorar los ingresos para corregir
el déficit fiscal (Decretos 25-85 y 30-85 8/abril/1985), que incluyeron impuestos
específicos a la exportación del café, gravamen selectivo al consumo, reformas al
impuesto sobre la renta, etcétera. Al final fueron derogados por presiones
sectoriales y para el gobierno era más importante asegurar la transición.

El licenciado Vinicio Cerezo asumió la Presidencia (1986) y ejecutó el Programa de


Reordenamiento Económico y Social (PRES). Un año después puso en práctica la
Reorganización Tributaria incorporando parte de los decretos derogados en 1985.
Posteriormente el IVA se modificó al diez por ciento (1994) y al 12 por ciento (2001).

Álvaro Colom (2010) consideró una reforma fiscal. El Instituto Centroamericano de


Estudios Fiscales (Icefi) propuso al respecto “Diez claves para un pacto fiscal”:

1) Aprovechar oportunidades de cambios en la correlación de fuerzas internas


para impulsar un pacto social sobre política fiscal.
2) Contar con una organización o arreglo institucional bien definido para
impulsar el proceso, con credibilidad técnica y política…
3) Incluir, desde el principio, a los partidos políticos y al poder Legislativo en el
proceso de negociación,…
4) Fundamentar el proceso en un enfoque holístico y de largo plazo,…
5) Definir una estrategia de consulta bien definida y clara que no solo asegure
tomar en cuenta diversos intereses sino también darle legitimidad al
proceso…
6) Establecer una relación positiva, de aliados con los medios de comunicación
para apoyar el proceso.
7) Socializar la información y estudios sobre el tema,…
8) Implementar técnicas de negociación flexibles,…
9) Compensar las asimetrías en la capacidad de negociación mediante mayor
acceso a información,… y
10) Asignar suficiente tiempo para la construcción de capacidades y para la
negociación… (Artículo Inseminando el debate fiscal. Mérida. 2010) ¿Siguen
siendo válidas la diez propuestas?
¿QUÉ ES LA EVASIÓN DE IMPUESTOS?

Un fenómeno muy extendido

La evasión de impuestos o evasión fiscal, es un acto ilegal que consiste en ocultar


bienes o ingresos con el fin de pagar menos impuestos.

Por lo general es algo que casi todos relacionamos con personas ricas y famosas.
Seguramente le vendrán a la memoria historias de artistas, políticos o gente de la
alta sociedad que fueron noticia porque se descubrió que poseían cuentas
millonarias en bancos suizos o en paraísos fiscales.

Pero la evasión de impuestos es una práctica mucho más habitual y cercana de lo


que pudiera pensar. Lejos de la repercusión mediática de los grandes casos de
corrupción, se producen a diario multitud de ejemplos en nuestro entorno más
cercano. Tal vez le suenen casos como éstos:

Primer ejemplo:

El fontanero que viene a instalarle su flamante grifería nueva al terminar su trabajo


le pregunta: ¿quiere que le haga una factura? Usted le dice que no es necesario y
a cambio él le hace una pequeña rebaja en el precio.
Acaba de participar en un doble delito de evasión de impuestos. Por un lado, el
fontanero no declarará este ingreso y no pagará los correspondientes impuestos.
En este caso concreto sería el impuesto de sociedades (si el fontanero tiene su
propia empresa) o el que grava la renta de las personas físicas (si es un profesional
independiente). Por otro lado, tampoco le estará cobrando el correspondiente
impuesto sobre el valor añadido (llamado también impuesto sobre el valor agregado
o IVA) que posteriormente tendría que haber liquidado con la hacienda pública.

Segundo ejemplo:

Al comprar una vivienda, usted paga una cierta cantidad en efectivo al vendedor.
Esta no la declararán en la escritura de compra-venta. Es lo que popularmente se
llama “escriturar por menos importe”. Esta es una práctica bastante extendida en
algunos países y muchas veces notarios y gestores inmobiliarios hacen la vista
gorda ante lo que en realidad no es más que una práctica de evasión de impuestos.
En este caso el fraude también es doble: usted pagará una cantidad inferior de IVA
o impuesto sobre transmisiones, al declararse un importe de compra inferior al real.
El vendedor por otro lado, declarará una cantidad menor en el impuesto sobre el
incremento del patrimonio, que grava el beneficio procedente de la venta de la
vivienda.
Tercer ejemplo:

El simpático vendedor de cd’s piratas que anuncia los últimos éxitos musicales en
cualquier esquina de su ciudad, no sólo está cometiendo un delito contra la
propiedad intelectual. Además no está declarando los ingresos que obtiene por esta
actividad. Obviamente tampoco le está cobrando el IVA que le aplicarían en
cualquier tienda de discos legalmente establecida.

Cuarto ejemplo:

Durante unas vacaciones en México, usted compra 3 botellas de Tequila como


obsequio para sus hermanos y su cuñado. Tras aterrizar de nuevo en el aeropuerto
de su país y recoger su maleta, decide salir por la puerta en la que está indicado
“nada que declarar”. Acaba de cometer un acto de contrabando, que no es más que
otra forma de evasión de impuestos. Seguramente en su país usted sólo podría
haber ingresado 1 botella de bebidas alcohólicas de alta graduación sin declarar.
Tendría que haber pagado impuestos por las otras dos (normalmente derechos de
aduana o impuestos especiales sobre el alcohol).

Quinto ejemplo:

El señor Sánchez tiene una pequeña empresa que se dedica a importar un producto
de consumo desde China. El artículo esta gravado con un 5% de derechos de
aduana (aranceles) a la importación en su país. El señor Sánchez ha descubierto,
que existen productos muy similares que sólo están gravados con un 3% de
aranceles. Decide hablar con su agente aduanal y pedirle que declare la importación
como si se tratase del producto más favorable. Este accede ya que es una
mercancía muy similar y no prevé que la inspección de aduanas le vaya a poner
problemas.

Debido a la dificultad de clasificar los productos en sus correctas partidas


arancelarias (número que identifican cada mercancía a efectos de aduanas), en
muchos países las autoridades aduaneras aplican una política de “manga ancha” y
no suelen sancionar pequeñas incorrecciones. Esto es aprovechado por muchas
empresas para clasificar las mercancías en partidas diferentes (aunque parecidas),
para conseguir un ahorro de impuestos. De nuevo se ha cometido un fraude
relacionado con los derechos de aduana.

La evasión de impuestos no sólo es practicada por particulares y profesionales


independientes. Igualmente las empresas y compañías multinacionales recurren a
prácticas de este tipo, aunque suelen utilizar sistemas más sofisticados que tratan
de dar un “barniz” de aparente legalidad a sus operaciones.
Sexto ejemplo:

Así por ejemplo las autoridades tributarias de algunos países han detectado que
existen sociedades que dotan provisiones para hacer frente a pérdidas en
inversiones realizadas en el extranjero, que en realidad nunca se han
producido. Una provisión consiste en que una empresa retiene parte de los
beneficios obtenidos, o sea no los reparte entre sus accionistas, al prever que existe
un riesgo importante de sufrir pérdidas por alguna inversión u operación en marcha.
Estas cantidades son consideradas como un gasto y como tal no tributan a efectos
de impuestos. En los casos mencionados la supuesta “inversión” en realidad no
existe, sino que se deposita el dinero en sociedades poco transparentes radicadas
en paraísos fiscales. Estas empresas no producen ni beneficios ni pérdidas, ya que
no llevan a cabo ninguna actividad o negocio. Son constituidas con la única finalidad
de poder justificar la supuesta inversión y poder después dotar la provisión alegando
un posible riesgo de pérdidas. De este modo se difiere el pago de impuestos. Se
trata de un clarísimo acto de evasión de impuestos, aunque sumamente difícil de
demostrar por las autoridades tributarias.

Como ha podido observar, la evasión de impuestos no es algo relacionado sólo con


grandes fortunas y parajes exóticos. Es una práctica muy extendida que está
además profundamente arraigada en muchas de nuestras sociedades. Evitarla en
su origen es enormemente complejo. Es imposible controlar millones de pequeñas
transacciones, realizadas en muchos casos en los despachos y casas particulares.
Es por ello que los esfuerzos se dirigen sobre todo hacía la concienciación
ciudadana, mediante campañas publicitarias, y en el control de los flujos de dinero
y los movimientos bancarios.

En el marco de esta estrategia los gobiernos, muchas veces alegando la necesidad


de detectar operaciones financieras relacionadas con el terrorismo o el narcotráfico,
están aumentando la presión sobre los paraísos fiscales y los bancos para tratar
de conseguir que reduzcan su nivel de confidencialidad y secreto bancario. De
hecho, en la mayoría de los países, esto es una realidad que ya se está produciendo
hoy día. Las autoridades tributarias tienen fácil acceso a la información personal de
las cuentas bancarias y en muchos estados los bancos están obligados a informar
sobre transacciones que excedan de una determinada cantidad.

Por último, cabe destacar la diferencia entre la evasión de impuestos y la elusión


fiscal. Esta última no es un delito, ya que consigue evitar el pago de impuestos
únicamente a través de medios legales.
Elusión Fiscal
La Vía para No pagar Impuestos

La elusión fiscal consiste en evitar o retrasar el pago de determinados impuestos, utilizando


para ello mecanismos y estrategias legales. Cuando los legisladores redactan una ley, tratan
de hacerlo con la máxima precisión posible. A pesar de eso, no es infrecuente que se
produzcan ambigüedades en los textos legales, que dan lugar a diferentes interpretaciones.
La ley puede entrar en conflicto con otras normas ya existentes o pueden surgir situaciones
nuevas que no estaban previstas ni reguladas. Esto último es lo que se conoce como un vacío
legal.

Por otro lado, las normas tributarias de los distintos países del mundo no son uniformes en
absoluto. Mientras que en los paraísos fiscales los impuestos son prácticamente inexistentes
(al menos para los no residentes), algunos estados del norte de Europa aplican a sus
ciudadanos y empresas gravámenes cercanos al 50%.
Lo mismo ocurre con la legislación económica y mercantil. Si decide constituir una sociedad,
adquirir una propiedad o realizar una inversión en el extranjero, se encontrará con trámites y
costes muy distintos dependiendo del país que elija para hacerlo.
Sacando partido a estas diferencias normativas y aprovechando los vacíos legales existentes,
en muchos casos es posible reducir sustancialmente o incluso evitar el pago de impuestos de
manera legal.

La elusión fiscal puede ser practicada por cualquier persona, que cuente con un
asesoramiento legal y tributario adecuado. Pero son las multinacionales y entidades
financieras las que por lo general más se benefician de ella, al disponer de la estructura
internacional y los recursos necesarios para poner en marcha auténticas estrategias
de ingeniería fiscal

Como hemos dicho, la elusión fiscal no es un delito, pero es fácil comprender que no es vista
con agrado por las autoridades tributarias. Al fin y al cabo por culpa de ella éstas pueden
llegar a perder una parte importante de su recaudación. Por ello no es de extrañar que traten
de combatirla con todos los medios a su alcance.

Las principales actuaciones están dirigidas a eliminar posibles vacíos legales que favorezcan
la elusión. Esto se consigue bien modificando la ley original o complementándola con
reglamentos de carácter administrativo. Algunos países van mas lejos y han establecido
normas generales anti-elusión. Son conocidas bajo las siglas GAAR (General Anti-
Avoidance Rules). Las aplican países como por ejemplo Canadá, Australia o Nueva Zelanda.
Otros estados, si bien no disponen de una norma general, sí han promulgado numerosas
leyes anti-elusión o anti-paraíso (fiscal).

Estas medidas son generalmente muy criticadas por la comunidad económica y financiera.
Es así porque en el afán de poner freno a la elusión fiscal, muchas veces se dañan intereses
comerciales y se atenta contra la libertad de inversión y la libre circulación de capitales.
Así por ejemplo, si es usted accionista de una sociedad radicada en un paraíso fiscal, los
beneficios de esta sociedad en muchos países serían considerados como ingresos personales.
Esto es así incluso si decidiera no repartir dividendos y por tanto no repatriar estos beneficios
a su país de origen. Estaría entonces obligado/a a reportarlos en su declaración de impuestos
y tributarían a un tipo impositivo mayor que si estuvieran sometidos al impuesto de
sociedades. Es decir, tendría que pagar más impuestos por sus beneficios en el extranjero que
si estos se hubieran producido en su propio país, lo que es a todas luces una discriminación.
Incluso desde el punto de vista jurídico es una medida discutible, ya que no tiene en cuenta
el hecho que una sociedad es una persona jurídica distinta a su propietario o accionista.

La eficacia de este tipo de medidas también resulta cuanto menos dudosa. Teniendo en cuenta
que los paraísos fiscales cuentan con legislaciones especiales que no obligan a revelar la
identidad de los propietarios y accionistas de las sociedades, éstos en muchos casos
simplemente han optado por la ocultación de sus operaciones.

Las Autoridades por otro lado defienden la legitimidad de las medidas contra la elusión fiscal,
argumentando que son necesarias para impedir abusos. Entienden que una serie de
actuaciones encadenadas, aun siendo todas legítimas, pueden llegar a constituir delito si son
de naturaleza “artificial” y tienen como único fin evitar el pago de impuestos. Por ello tratan
de adivinar la intención que se esconde detrás de las operaciones económicas y actuar en caso
de sospecha. Sea como fuere, se trata de un terreno espinoso en el que es muy complicado
encontrar el equilibrio entre control fiscal y libertad de empresa.

Por último conviene señalar que la elusión fiscal no debe confundirse con la evasión de
impuestos (o evasión fiscal), que sí es un delito. Si bien, en teoría son actuaciones muy
diferentes, en la práctica la línea que separa a la una de la otra a menudo no está tan
claramente definida y no es extraño que evasión y elusión fiscal se acaben entremezclando.
¿Qué es el Blanqueo de Capitales?
Donde y Cómo se Lava el Dinero Negro

El blanqueo de capitales, también llamado lavado de dinero o lavado de activos, es una


actividad ilegal que consiste en disimular el origen de fondos procedentes de actividades
ilícitas o de naturaleza criminal. Las actividades delictivas más habituales que precisan del
blanqueo de capitales son la prostitución, el narcotráfico, el tráfico ilegal de armas, el
terrorismo y en general cualquier otro sistema basado en el fraude o la extorsión. En
ocasiones, también se incluye en la lista a la evasión de impuestos, aunque no es exactamente
el mismo caso, ya que el dinero que se defrauda al fisco normalmente procede de actividades
legales.

Atendiendo a la clasificación que hace el GAFI o Grupo de Acción Financiera Internacional


(en inglés FATF), que es el organismo más relevante en la lucha contra el blanqueo de
capitales, podemos distinguir tres fases en el ciclo del lavado de dinero:

1. fase inicial o de colocación

Esta primera fase, que normalmente se lleva a cabo cerca del lugar en donde se comenten las
acciones delictivas, consiste en introducir en el sistema financiero el dinero obtenido con la
actividad ilícita. Esto se realiza de muy diversas maneras, aunque el denominador común es
que el capital ilícito se fracciona en cantidades menores, que se van introduciendo al sistema
bancario poco a poco.

La forma más sencilla de blanqueo de capitales es tan simple como ir depositando importes
pequeños en múltiples cuentas bancarias. Al tratarse de movimientos poco relevantes, estos
normalmente no levantarán las sospechas de las entidades bancarias, ya que se trata de
cantidades que se encuentran muy por debajo del límite a partir del cual el banco tiene
obligación de reportar o verificar el origen de los fondos.

Otra manera habitual de lavar dinero es mediante la compra de instrumentos financieros


como cheques de caja u órdenes de pago (money orders), las cuales se pueden adquirir
pagando en efectivo, a veces incluso en oficinas de correos o en tiendas. Estos documentos
después se depositan en bancos situados en países alejados del origen del negocio ilícito.
Un canal relativamente reciente es servirse ciertos sistemas de pago y monedas virtuales
utilizadas en Internet. Normalmente no es necesaria la identificación del cliente para abrir
una cuenta de moneda virtual y su compra-venta se produce mediante cambistas de diferentes
países. Esto hace muy difícil rastrear las transacciones, ya que son en gran parte anónimas y
se producen a través de diferentes intermediarios.

Un método más sofisticado que suelen emplear las bandas mafiosas para el blanqueo de
capitales, consiste la utilización de negocios “tapadera”. Estos normalmente pertenecen a
sectores en los cuales se maneja gran cantidad de dinero en efectivo, como el pequeño
comercio, la hostelería (bares y restaurantes) o la construcción. Declarando unos importes de
ventas superiores a las que se producen realmente y pagando a proveedores en efectivo, sin
factura, resulta sencillo inyectar dinero negro en el negocio. Este se mezclará con los ingresos
legítimos procedentes de las ventas reales. Los negocios “tapadera” pueden pertenecer a la
propia organización mafiosa o, en otros casos, ser subcontratados a terceros a cambio de una
comisión. Este tipo de fraude es enormemente difícil de detectar, ya que es casi imposible
controlar las pequeñas ventas en efectivo que se producen en una tienda o un restaurante. A
no ser que el negocio declare unos beneficios muy por encima de los normales, raras veces
levantará sospechas.

2. fase de difuminación o estratificación

Una vez que el dinero negro se ha colocado en el sistema financiero, comienza la segunda
fase del proceso de blanqueo de capitales. El objetivo de la misma es difuminar cualquier
relación de los fondos con su fuente de origen. Para ello los “blanqueadores” realizan
numerosas transferencias a través de cuentas situadas en diversos puntos del globo, compran
y venden productos de inversión o realizan transacciones comerciales ficticias, valiéndose de
facturas falsas y empresas situadas en paraísos fiscales, constituidas para tal fin. Con estas
técnicas es sumamente complejo seguir el rastro del dinero, el cual se pierde entre una maraña
de movimientos bancarios y transacciones que se reparten a lo largo y ancho del globo.
Obtener información de gran variedad de bancos y jurisdicciones, algunas con un nivel de
opacidad importante, se convierte en una tarea casi imposible.

3. fase de integración

Tras haber difuminado cualquier relación del dinero con su origen y fuente de obtención, se
pasa a la última fase del blanqueo de capitales, llamada de integración. Es cuando los fondos
obtenidos con la actividad ilícita vuelven a su propietario y entran de nuevo en la economía
real. Existen diferentes medios para realizar esta integración: mediante la inversión en
negocios legítimos, a través de la adquisición de propiedad inmobiliaria o mediante la
adquisición de bienes de lujo u objetos de arte, entre otros. El sector inmobiliario es
especialmente atractivo, ya que permite una especulación muy lucrativa y en general está
muy vinculado al poder local, lo que facilita a los delincuentes la creación de lazos estrechos
con la política. Para ganarse el respeto de la comunidad tampoco es infrecuente que realicen
obras benéficas o participen en proyectos sociales.

Dónde se lleva a cabo el blanqueo de capitales

Tradicionalmente la comunidad internacional ha venido considerando a los paraísos fiscales


como principales responsables del lavado de activos. ¿Pero es esto cierto? En parte sí y en
parte no. Si bien es de dominio público que la legislación de muchas jurisdicciones
offshore tradicionalmente ha favorecido este tipo de actividades delictivas, las cosas han
cambiado bastante en los últimos años. Lejos quedan ya los tiempos en los que se podía
acudir con un maletín lleno de billetes a un banco offshore y depositar el dinero sin mayores
preguntas.
Las entidades bancarias situadas en paraísos fiscales, aplican exactamente las mismas
políticas contra el lavado de dinero como el resto de los bancos. La mayoría de las
jurisdicciones offshore han restringido el uso de las acciones al portador y firmado tratados
de asistencia mutua en temas legales con otros países. Son los llamados "mutual legal
assistance treaties" o MLAT. Estos acuerdos contemplan el intercambio de información en
todos los casos de delitos graves, como terrorismo o narcotráfico. No suelen sin embargo
considerar a la evasión fiscal un delito grave, por lo que normalmente no está cubierta por
estos tratados.

Es cierto que se sigue permitiendo el uso de accionistas o directores fiduciarios (nominees)


que ayudan a ocultar la identidad de los propietarios reales de las empresas; pero esto también
es legal en países como Estados Unidos o el Reino Unido, respetables miembros de la OCDE.
Es más, el propio GAFI reconoce que el lavado de dinero se produce prácticamente en
cualquier lugar del mundo. De hecho, el blanqueo de capitales que se lleva a cabo en las
jurisdicciones offshore, probablemente se explique más bien por su condición de importantes
centros financieros que su propia condición de paraísos fiscales.

Como sostiene el GAFI, el blanqueo de capitales no sólo existe en los centros financieros
offshore, sino también en los grandes centros bancarios y de negocios mundiales. La enorme
cantidad de transacciones que se producen en estas urbes financieras hace que las
transacciones resulten mucho más discretas y desde luego menos sospechosas a ojos de las
autoridades que otras, en las que intervienen paraísos fiscales.

Pero no sólo los grandes centros financieros sirven de lavandería a los delincuentes, también
muchos negocios y por supuesto mercados inmobiliarios de todo el mundo. Así, por
mencionar un ejemplo, son más que notorios los casos de blanqueo de capitales en la Costa
del Sol española. El afincamiento de mafiosos de toda Europa, que invertían en bienes
inmobiliarios, hizo que el sector subiera como la espuma. Todo ello con el aplauso de los
ciudadanos que celebraban la creación de miles de puestos de trabajo creados por la
construcción y las autoridades locales que miraban para otro lado, mientras se llenaban los
bolsillos. El que esté libre de culpa que tire la primera piedra…

El lavado de dinero, como se ha visto a lo largo del presente artículo, es un fenómeno


sumamente complejo. La dificultad de discernir negocios legítimos de los que no lo son, los
intereses económicos que hay en juego y la compra de conciencias por parte de los
delincuentes lo convierten en uno de los delitos más difíciles de controlar y erradicar.

¿Qué medidas tomar? ¿Debe eliminarse el secreto bancario y cualquier medida de


protección de la privacidad en nombre de la lucha contra el blanqueo de capitales? ¿Dónde
acaba el combate contra la delincuencia y empieza la intrusión en la vida privada y la
intimidad de las personas? Existen opiniones para todos los gustos y el debate entre
detractores y defensores de ambas es cada vez más intenso. Lo cierto es que el dinero negro
sigue fluyendo y cada día encuentra nuevas y sofisticadas vías para introducirse en nuestro
sistema económico.
Las cinco estrategias favoritas de los ricos
para evadir impuestos
Empresarios, deportistas, músicos, actores, financistas forman parte de esta élite mundial
que elude por todos los medios posibles el cumplimiento de sus obligaciones impositivas.

En los años 70, Mick Jagger se mudó primero a Francia y luego a EE.UU. para huir de los altos impuestos en
su país natal.
La multa de más de US$2.500 millones que tiene que pagar el banco Credit Suisse por
ayudar a multimillonarios de los Estados Unidos a evadir impuestos ha dejado al desnudo
la compleja trama de abogados, banqueros, contadores y cuentas secretas que aceita el
delito fiscal a nivel global.

El impacto económico-social de estas maniobras no es marginal. Se estima que el monto


total de la evasión fiscal equivale a cinco veces el tamaño de la economía global y es un
factor de peso en la creciente desigualdad mundial.

Segun un informe, las 91.000 personas más ricas del planeta controlan una tercera parte de
la riqueza mundial (y dan cuenta de la mitad de los depósitos en paraísos o guaridas
fiscales) y unas 8,4 millones de personas –un 0,14% de la población mundial– tiene el 51%
de la riqueza.

La evasión fiscal no hace más que profundizar esta brecha.

Estas son las cinco vías favoritas de los multimillonarios para pagar menos y acumular más:

1. Subdeclaración impositiva
El monto a pagar al fisco depende de la declaración impositiva. El primer paso de toda
evasión es subdeclarar las ganancias obtenidas.

Patrick Stevens, director de Política Impositiva del Chartered Institute of Taxation del
Reino Unido, organismo que prepara a todos los funcionarios impositivos del país,
identifica dos momentos en este primer paso.

"Por un lado la persona declara menos de lo que gana. Por la otra, esconde la diferencia, de
manera que la Autoridad Impositiva no pueda rastrearla", señaló a BBC Mundo.

Para hacerlo tienen una red profesional muy aceitada que, según críticos como James
Henry, de la Universidad de Columbia, se han convertido en una parte estructural del actual
sistema financiero.

"Es una industria interna dedicada a la evasión fiscal y el potenciamiento de la ganancia


financiera. Hay acá una contradicción entre el circuito del dinero financiero abocado a la
multiplicación y el del fisco, que tiene que recaudar para hacerse cargo del funcionamiento
de una nación, desde las autopistas hasta la salud y la educación", indicó a BBC Mundo.
2. Registrar empresas en "guaridas" o paraísos fiscales
En su estudio "The price of offshore revisited" (El precio real de las Guaridas Fiscales")
James Henry calcula que hay cuando menos unos US$21 millones de millones en estas
"guaridas fiscales" (traducción literal del término original en ingles "Tax Haven"), suma
aproximadamente semejante al PIB de Estados Unidos y Japón, es decir, de la primera y
tercera economías mundiales.

Uno de las guaridas favoritas de este dinero son las Islas Caimán, que tienen 85 mil
compañías registradas: más compañías que población.

Desde los años 70 el mundo se ha ido poblando de estas guaridas. Con poco más de
300.000 habitantes, las Bahamas tienen 113.000 compañías: una firma cada tres habitantes.

En las Islas Caimán o Bahamas no se hacen muchas preguntas para la creación de una
compañía.

"Un millonario en Estados Unidos monta lo que llamamos una compañía fantasma en una
guarida fiscal, con la que lleva adelante transacciones usando precios falsos para transferir
dinero a estos lugares, donde no paga impuestos", indicó a BBC Mundo Henry.

Estas compañías fantasmas abundan. El mismo Barak Obama suele citar en sus discursos el
caso del edificio Ugland en las Islas Caimán, que es sede de 18.000 firmas.

El presidente estadounidense no necesitaba apuntar tan lejos con el dedo. En el noreste de


su propio país, el estado de Delaware cuenta con una población de 917.000 personas y
945.000 compañías.
Y el mecanismo se ha convertido en un clásico de la evasión.

El portal de análisis financiero Fútbol Finanzas publicó recientemente una lista de lujo de
jugadores que usaron técnicas similares en los últimos 20 años.

Desde el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, hasta leyendas del deporte como el
brasileño Roberto Carlos, el portugués Luis Figo y el búlgaro Hristo Stoichkov formaban
parte de la lista.

3. Testaferros
Una manera de invisibilizar el rastro de la persona en cuestión es nombrar a un testaferro
que actúa como presunto propietario del bien o compañía.

"Se puede nombrar a un testaferro por razones legítimas, por ejemplo, para no atraer
publicidad sobre la inversión en cuestión en el caso de alguien que está en la mira público.
Mientras se informe a las autoridades impositivas no hay evasión. El problema empieza
cuando no se informa, porque entonces lo que se está haciendo es pagar impuestos por una
masa menor de dinero", señala Stevens.

No es necesario para este propósito que la compañía y el testaferro operen desde una
guarida fiscal. Ambos pueden actuar en el mismo país donde tributa el multimillonario en
cuestión.

Una variante de esta situación es el fideicomiso o Trust, un antiguo instrumento legal


inglés, en el que el dueño de un bien cede el control de ese bien –sea una empresa, un
cuadro o un palacio– a alguien para que lo administre en beneficio de un tercero.

"Los beneficiarios de esta cesión se pueden multiplicar al infinito. Puede ser la esposa, los
hijos, tíos, primos, etc. Por las reglas internas impositivas en Estados Unidos, estos
fideicomisos pueden enviar del extranjero parte de este dinero sin pagar impuestos", explica
Henry.

Esto facilita el movimiento de grandes masas de dinero que con frecuencia atraviesan una
compleja red de fideicomisos, firmas fantasmas y testaferros que logran el principal
objetivo del evasor: borrar el rastro.

Es equivalente al "nada por aquí, nada por allá" de un mago.

4. Fijar residencia en otro país


Los países con bajos impuestos suelen ser los favoritos de músicos, artistas y deportistas.

En los 70 fue el cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger, quien fijó residencia primero
en Francia y luego en Estados Unidos para huir de los entonces altos impuestos británicos.

En diciembre de 2012, el actor francés Gerard Depardieu renunció a la ciudadanía francesa


en protesta por los altos impuestos que proponía el gobierno de Francois Hollande, se mudó
a Bélgica y obtuvo un pasaporte ruso, donde hay un impuesto único del 13%.

"Desde ya que una persona puede elegir el país que quiera para vivir. Si decide irse a un
país para pagar menos impuestos es su derecho. Lo que es ilegal es decir que vive en un
país para pagar menos impuestos cuando en realidad vive en otro con una carga impositiva
más alta", señala Stevens.
Es lo que pasó con el tenista alemán Boris Becker.

Becker declaró a las autoridades alemanas que había vivido en Mónaco entre 1991 y 1993
cuando, en realidad, había estado en Munich.

El tenista terminó pagando US$3 millones en deuda impositiva con sus correspondientes
intereses.

5. Aprovechar vacíos legales


La red de asesores y especialistas que rodean a los millonarios son expertos en encontrar
vacíos legales de los sistemas impositivos.

En muchos casos no se trata de evasión fiscal sino de elisión fiscal, un mecanismo


perfectamente legal: todos tenemos derecho a pagar menos impuestos siempre que lo
hagamos dentro de la ley.
Las exenciones y deducciones impositivas que ponen en práctica los gobiernos para
estimular las economías o la donación a organizaciones caritativas suelen ofrecer
excelentes oportunidades.

Este mayo un juez británico dictaminó que el cantante inglés Gary Barlow, cuya riqueza
está estimada en unos US$80 millones de dólares, había invertido en 51 sociedades
financieras creadas exclusivamente para pagar menos impuestos.

Las organizaciones caritativas suelen ser otro vehículo de evasión.

"En Estados Unidos hay un millón de fundaciones privadas que tienen exenciones
impositivas. ¿Alguien sabe qué hacen? Ha habido una explosión de ellos y nadie las audita
como corresponde", señala Henry.

El futuro
Los problemas fiscales que tienen todos los países desarrollados y la fragilidad del sistema
financiero internacional han colocado a la evasión impositiva en el ojo público, centro de
un debate global.

La multa a Credit Suisse ha sido presentado como un gran triunfo del fisco estadounidense
y hasta como el fin de la era del secreto bancario suizo, uno de los pilares de todo este
sistema.

Según Henry el acuerdo alcanzado es, en realidad, un gran triunfo del banco.

"El Credit Suisse no fue obligado a relevar el nombre de ninguno de los evasores. Con lo
cual el secreto bancario quedó en su lugar. Nadie en su actual estructura directiva tiene que
renunciar, no han perdido la licencia para operar en Estados Unidos. Si quiere más pruebas
de que ganó el banco, fíjese en su valor bursátil: aumentó en un 1,5%. EL negocio sigue
intacto. El gran desafío ahora para este banco y el actual sistema financiero internacional es
conquistar China y el conjunto de Asia", indicó Herny.

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