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Trastorno

Soy adulto, ¿puedo tener déficit de


atención?
Yomaly Almonte
Santo Domingo

El trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) es un problema neuroconductual que se


caracteriza por un patrón de falta de atención sostenida y un comportamiento de impulsividad o
hiperactividad.
Durante mucho tiempo, todos, cuando escuchamos este diagnóstico, lo asociamos con un trastorno
propio de la infancia o la adolescencia, ya que es en esta etapa cuando se detecta el mayor porcentaje
de casos. Pero ¿qué sucede si no fue diagnosticado en la infancia o persiste durante la edad adulta?
Los síntomas pueden estar presentes en aproximadamente 60 % de los casos al llegar a la vida adulta
y expresarse de forma diferente que en la niñez: hay una notable disminución de la hiperactividad y
el núcleo del trastorno radica en la incapacidad para controlar los impulsos e inatención de manera
más persistente.
Existe una grave alteración para concentrarse y prestar atención, la. La incapacidad general para
mantener la concentración en algo se refleja en la dificultad para llevar un trabajo a término, ya que
lo realiza de manera desorganizada con gran incapacidad para mantener y finalizar un proyecto. Sus
logros académicos son inferiores al resto, lo que le produce una alteración al cumplir las metas a
corto y largo plazo.
El aumento de la distracción hace que olvide las cosas fácilmente y como consecuencia pierda
objetos, no cumpla con las actividades cotidianas, falte a reuniones o eventos importantes y tenga
dificultad para escuchar y recordar instrucciones. Esto se refleja más en las actividades que requieren
mayor nivel de atención en el tiempo, llevando a los afectados a ser personas inconstantes y con falta
de credibilidad ante los demás, ya que lo consideran desinteresados, distraídos y, por ende, poco
fiables.
El grado de impulsividad que manejan no les permite tener relaciones sentimentales permanentes,
les cuesta concentrarse en sostener una conversación por largo periodo de tiempo; pierden el control
con mucha facilidad, algo que les ocasiona conflictos en el entorno familiar y social; tienen historias
de grandes problemas en el tránsito, conducen de manera temeraria, presentan falta de tolerancia al
estrés manifestado por irritabilidad y mal genio.
El individuo puede tener actividades todo el día, horarios sobrecargados y elegir oficios que le
permitan mayor actividad, convirtiéndose en adicto al trabajo.
El intenso descontrol comportamental provoca efecto multiplicativo para una disfunción social,
individual o familiar importante, lo que conllevaría a una vida cargada de frustraciones.
La mayoría de las veces resulta complicado llegar a un diagnóstico durante la vida adulta, ya que los
síntomas pueden coexistir con otra comorbilidad psiquiátrica como uso y abuso de sustancias,
trastorno de ansiedad y depresiones reactivas como consecuencia del bajo nivel de autoestima
asociado con la alteración de su rendimiento.
Es imprescindible, si estamos frente algunos de los síntomas descritos, acudir a un especialista
calificado en busca de ayuda.

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