Estamos ante la novela de la vida a través de cuyas
páginas García Márquez va descubriendo ecos de personajes e historias que han poblado obras como "Cien años de soledad", "El amor en tiempos de cólera", "El coronel no tiene quien le escriba" o "Crónica de una muerte anunciada" y que convierten "Vivir para contarla" en una guía de lectura para toda su obra, en acompañante imprescindible para iluminar pasajes inolvidables que, tras la lectura de estas memorias. (1) Los textos que Gabriel García Márquez ha reunido en este libro fueron escritos por el autor con la intención de ser leídos por él mismo en público, ante una audiencia, y recorren prácticamente toda su vida, desde el primero, que escribe a los diecisiete años para despedir a sus compañeros del curso superior en Zipaquirá, Estos discursos del premio Nobel nos ayudan a comprender más profundamente su vida y nos develan sus obsesiones fundamentales como escritor y ciudadano: su fervorosa vocación por la literatura, la pasión por el periodismo, su inquietud ante el desastre ecológico que se avecina, su propuesta de simplificar la gramática, los problemas de su tierra colombiana o el recuerdo emocionado de amigos escritores como Julio Cortázar o Álvaro Mutis, entre otros muchos. (2) Tras enterarse de la muerte de su padre en enero de 1979, el escritor supo que tendría que escribir sobre él. «Pensé: mi padre ya no está, y si no hago algo de prisa, su vida entera se desvanecerá con él». Y así fue que empezó a escribir La invención de la soledad, que, como él dice, fue el comienzo de todo. Entre la memoria, el ajuste de cuentas y la investigación de la «novela familiar», esta obra se divide en dos partes: la primera, en «Retrato de un hombre invisible» se nos descubre el misterio de un asesinato ocurrido en la familia sesenta años antes, un episodio que permite sospechar las claves del frío carácter del padre muerto; y la segunda, en «El libro de la memoria» Auster encadena la reflexión acerca de su rol de hijo con su propia paternidad y la soledad (¿orfandad?) del escritor. «Una emocionante reflexión sobre la paternidad y sobre la muerte, sobre el ejercicio de la memoria y de la escritura», Miguel Sánchez-Ostiz. (3) Las mujeres representan hoy “la mitad más uno” de la sociedad argentina, pero han cargado y cargan con buena parte del peso de la historia del país. Como protagonistas en todos los aspectos construyeron su identidad a través del trabajo, la cultura, los debates, las luchas políticas y sociales, la vida familiar, barrial y colectiva. Un papel que, por lo general, suele negarse o limitarse a la mención de unas pocas figuras a la hora de escribir la historia, en la medida en que estas mujeres se hayan destacado en tareas, roles, profesiones u oficios definidos como “masculinos”. (4)
Bibliografía 1. Márquez GG. Vivir Para Contarla.
2. Márquez GG. Yo No Vengo a Decir un Discurso; 2016.