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Exterior
Regione © de esta edición: Proyecto Un mar de sueños / Progetto Un mare
Embajac di sogni (coordinador: Loris Romagnoli; secretaría: Arci
de Cultv Solidarietá Cesenate,Via Ravennate 2124 - 47020 Martorano di
y de las
Cesena (FC), Italia; e-mail: cesena@arci.it), gracias a un acuerdo
Instituci
Países \ con Ediciones Siruela, S. A. y César Palma, poseedores del © de la
interesa edición Siruela en dos volúmenes, Madrid 1994-1995.
Deseam
separa 5 Proyecto gráfico de Patrizia Croatti
estos lit Primera edición: Diciembre 2001
vez má;
Traducción de César Palma
recíproc
la coopi ISBN 88-88405-04-6 Edición de Danilo Manera
vestidos viejos que están en el baúl del desván para no
gastar el que llevas puesto. Ella, que te quiere ver pobre y
zarrapastrosa, abrirá el baúl y dirá: "Sujeta la tapa". Y tú la
sujetarás y, mientras ella esté hurgando por dentro, vas y
sueltas la tapa de golpe, y así se partirá el cuello. Hecho
L A GATA CENICIENTA esto, bien sabes que tu padre sería capaz de falsificar
moneda por complacerte, de modo que tú, cuando te
Sabed, pues, que había una vez un príncipe viudo que acaricie, ruégale que me haga su mujer, y así, bendita seas,
tenía una hija tan amada que no veía sino a través de sus has de convertirte en la dueña de mi vida".
ojos. Le había puesto una maestra que le enseñaba a hacer Cuando hubo escuchado esto, a Zezolla le pareció que
el punto encadenado, el punto de aguja, los flecos y los cada hora duraba mil años y, una vez cumplido a pies
dobladillos, y le mostraba un afecto que no se puede juntillas el consejo de la maestra y pasado el luto por la
expresar con palabras. Pero habiéndose el padre casado desventura de la madrastra, empezó a meterle en los cascos
recientemente con una colérica, malvada y endiablada al padre la idea de que desposase a su maestra.
mujer, esta maldita empezó a cogerle inquina a la hijastra y Al comienzo el príncipe lo consideró una broma, pero
a ponerle mala cara, a torcerle el gesto y a mirarla con unos tantas teclas tocó la muchacha que al final dio con la
ojos que causaban espanto, hasta el punto de que la pobre precisa, y así él se plegó a las palabras de Zezolla y se
chica se quejaba siempre a la maestra del mal trato de la maridó con Carmosina, que era la maestra, y se celebró una
madrastra y le decía: "Oh, Dios, ¿por qué no habrás sido tú gran fiesta.
mi madrecita, tú que no paras de hacerme mimos y Pues bien, mientras los esposos se dedicaban a retozar,
caricias?". ocurrió que un día Zezolla se asomó a un balconcillo de su
Y tantas veces le repitió esta cantinela que logró meterle casa, donde una palomita, que había llegado volando hasta
un moscardón en la oreja, hasta que aquélla, cegada por el un muro, le dijo: "Cuando se te antoje algo mándalo pedir a
diablillo, le dijo una vez: "Si haces lo que te sugiere esta la paloma de las hadas de la isla de Cerdeña, y al punto lo
cabeza loca, me convertiré en tu madre y te querré como a tendrás".
la niña de mis ojos". Se disponía a seguir hablando cuando Durante cinco o seis días la nueva madrastra prodigó a
Zezolla (así se llamaba la muchacha) le dijo: "Perdóname Zezolla toda clase de mimos, cediéndole en la mesa el
por dejarte con la palabra en la boca. Sé que me quieres, así puesto de honor, dándole los mejores bocados, vistiéndola
que calla y sufficit: enséñame el arte, pues yo vengo del con las ropas más hermosas; sólo que, transcurrido un
campo; tú redactas y yo firmo". corto espacio de tiempo, lo mandó todo al diablo y se olvidó
"Sea", respondió la maestra, "atiende bien, abre los oídos por completo del favor recibido (¡oh, triste el alma que
y el pan te quedará blanco como las flores. En cuanto tu posee mala dueña!) y comenzó a encumbrar a seis hijas
padre salga, dile a tu madrastra que quieres uno de esos suyas que hasta ese momento había mantenido ocultas; y
tanto hizo que el marido les cogió simpatía y apeó de su una vez que les hubo encomendado a su hija, pidió que le
corazón a su propia hija, al extremo de que Zezolla, mucho enviasen algo.
a lo primero, y nada luego, acabó pasando del dormitorio a Y hete aquí que salió de la caverna una hermosa joven,
la cocina y del dosel al fogón, de los fulgores de seda y oro que parecía un confalón, y le dijo que agradecía a su hija la
a los harapos, de los cetros a los espetones. Y no sólo mudó buena memoria y que por su amor le deseaba felicidad.
estado, sino además nombre, y así de Zezolla pasó a ser Diciendo estas palabras le dio un dátil, una azada, una
llamada Gata Cenicienta. vasija de oro y un mantel de seda, y agregó que el dátil era
Ocurrió entonces que el príncipe, habiendo de ir a para ser plantado y las restantes cosas para cultivarlo y
Cerdeña por asuntos relacionados con su estado, antes de cuidarlo. El príncipe, maravillado de estos obsequios, se
partir preguntó una a una, a Imperia, Calamita, Fiorella, despidió del hada y regresó a su tierra, donde a su llegada
Diamante, Colombina y Pascarella, que eran las seis entregó a todas las hijastras lo que le habían pedido, y
hijastras, qué deseaban que las trajese a su regreso. Y una finalmente a su hija el regalo que le había enviado el hada.
le pidió trajes lujosos, otra adornos para el pelo, ésta afeites Y ella, que no cabía en sí de gozo, plantó el dátil en un
para la cara, aquélla juguetes para pasar el rato, y, en fin, bonito tiesto, lo escardaba, lo regaba y con el mantel de
quien una cosa y quien otra. Por último, y casi por burla, le seda lo secaba día y noche, hasta el punto de que en cuatro
dijo a su hija:"¿Y a ti qué te gustaría?".Y ella:"Tan sólo que días, habiendo alcanzado la estatura de una mujer, salió, de
me encomiendes a la paloma de las hadas y le pidas que me él un hada que le dijo: "¿Qué deseas?". Zezolla le respondió
envíe algo; y, si esto olvidas, que tú no puedas andar ni que deseaba salir alguna vez de casa, pero no quería que
hacia adelante ni hacia atrás. Recuerda bien lo que te digo: sus hermanas lo supiesen. Y el hada respondió: "cada vez
arma tuya, manga mía". que te plazca, acércate al tiesto y di:
El príncipe partió, resolvió sus negocios en Cerdeña,
compró lo que las hijastras le habían pedido y se olvidó de ¡Dátil mío dorado,
Zezolla; pero cuando embarcó y estando ya las velas con la azada de oro te he labrado,
desplegadas, no hubo manera de conseguir que el buque con la vasija de oro te he regado,
dejase el puerto y parecía como si lo frenase la rémora. El con el mantel de seda te he secado,
patrón del buque, que estaba casi deseperado, se fue a Desnúdate y vísteme a mí!
dormir por el cansancio y en sueños se le apareció un hada,
que le dijo: "¿Sabes por qué no podéis sacar el buque del Y cuando desees desvestirte troca el último verso y di:
puerto? Porque el príncipe que está a bordo no ha Desnúdame y vístete tú".
mantenido una promesa que le hizo a su hija y se ha Llegó por fin un día de fiesta y las hijas de la maestra,
acordado de todas salvo de la de su propia sangre". El todas despimpolladas, aderezadas, enjalbegadas, repletas
patrón se despertó y le contó el sueño al príncipe, que, de tintillas, arreos y perifollos, todo flores y olores, rosas y
confuso por su falta, marchó a la gruta de las hadas, donde, cosas, salieron en fila de casa. Y Zezolla se acercó al punto
a su planta y, dichas que hubo las palabras que le había calabaza, una con la plancha para los bucles, una con el
enseñado el hada, apareció ataviada como una reina y colorete, una con los broches, una con los vestidos, una con
montada en una jaca, rodeada de doce pajes acicalados y la diadema y los collares y, cuando acabaron de ponerla
peripuestos, y así fue adonde habían ido las hermanas, a las hermosa como un sol, la montaron en un carruaje de seis
que se les cayó la baba ante la belleza de tan corceles acompañado por palafreneros y pajes en librea y,
resplandeciente paloma. no bien llegó al mismo lugar en el que había estado en la
Quiso la suerte que a ese mismo lugar acudiese el rey, fiesta anterior, atizó estupefacción en el corazón de las
quien, a la vista de la extraordinaria belleza de Zezolla, hermanas y fuego en el pecho del rey.
quedó prendado y ordenó a su criado más fiel que se Pero cuando se marchó y el criado salió en su
informase sobre aquella bellísima criatura, que averiguase persecución, para que no la alcanzara arrojó un puñado de
quién era y dónde vivía. perlas y alhajas y, mientras aquel hombre de bien se detenía
El criado al momento se puso a seguirle los pasos; pero a recogerlas, pues no eran cosas que pudiesen despreciarse,
ella, que había descubierto el acecho, arrojó un puñado de ella tuvo tiempo de llegar hasta su casa y de desvestirse
monedas de oro que a tal objeto se había hecho dar por el como siempre. El criado volvió cabizbajo ante el rey, y éste
dátil. El criado, deslumhrado por las monedas, se olvidó de dijo: "Por el alma de mis muertos, si no me la encuentras
seguir a la jaca por apropiarse del oro, y así ella entró de un juro que te doy una solemne paliza y tantas patadas en el
salto en su casa, donde, desvestida que se hubo de la culo como pelos tienes en la barba".
manera que le había enseñado el hada, llegaron los Llegó la nueva fiesta y, salido que hubieron las hermanas,
mostrencos de sus hermanas, que , para que se derritiera de Zezolla volvió al dátil y, repitiendo las palabras del hechizo,
envidia, le hablaron de todas las cosas bonitas que habían fue vestida soberbiamente y montada en un carruaje de oro,
visto. a cuyo alrededor iban tantos criados que parecía una puta
El criado, mientras tanto, había vuelto a presencia del rey sorprendida y perseguida por los esbirros en el paseo. Y,
y le había contado el asunto de las monedas. Irritóse éste, cuando hubo maravillado y despertado la envidia de las
le dijo que por cuatro reales cagados había malbaratado su hermanas, se marchó, seguida otra vez por el criado del rey,
placer y que a cualquier precio debía descubrir, en la que esta vez se cosió con hilo doble al carruaje. Ella, al ver
próxima fiesta, quién era esa hermosa joven y dónde se que no se despegaba de su lado, dijo: "¡Arrea, cochero!", y
ocultaba tan hermoso pajarito. al punto el carruaje se lanzó a correr a toda velocidad, tanta
Llegó, pues, el día de la próxima fiesta y las hermanas que a ella se le cayó un chapín, la cosita más deliciosa
salieron de lo más engalanadas y peripuestas, dejando a la jamás vista. El criado, incapaz de alcanzar el carruaje, que
despreciada Zezolla junto al fogón. casi volaba, recogió el chapín de suelo y se lo llevó al rey, al
Pero en seguida ésta se acercó al dátil, le dijo las palabras que le contó lo que le había sucedido.
consabidas y hete aquí que aparecieron un montón de Y éste, con el chapín entre sus manos, dijo: "Si los
doncellas: una con un espejo, una con el frasco de agua de cimientos son tan hermosos, ¿cómo será la casa? ¡Oh, bello
candelera, soporte de la vela que me consume! ¡Oh, trípode sentarse donde vos coméis".Y replicó el rey:"Que ella ocupe
de la hermosa caldera en la que hierve la vida mía! ¡Oh, el primer lugar de la lista, pues así me place" Al fin se
bellos corchos prendidos al sedal de Amor con el que han marcharon y al día siguiente regresaron todos, y con las
pescado esta alma! ¡Ea, os abrazo y os estrecho y, si no hijas de Carmosina llegó Zezolla; y el rey, apenas la vio,
puedo llegar a la planta, he de adorar las raíces; si no puedo tuvo la sensación de que era ella la deseada, pese a lo cual
tocar los capiteles, beso las basas! Habéis sido cepas de un se hizo el desentendido.
blanco pie y ahora sois cepos de un corazón negro. Por Empero, cuando hubieron acabado de rechinar las
merced vuestra, aquélla, la que tiraniza mi vida, medía un muelas, llagó la prueba del chapín, el cual, no bien fue
palmo y medio más, y por merced vuestra así aumenta en acercado al pie de Zezolla, se lanzó solo, como el hierro
dulzura mi vida, mientras os contemplo y os poseo". atraído por el imán, a calzar aquel huevecillo pintado de
Dicho lo cual llama al escribano, convoca al trompetero y, Amor. El rey, al ver esto, fue corriendo a estrecharla entre
tuturutú, manda publicar un bando: que todas las mujeres sus brazos y, sentándola bajo el baldaquín, le ciñó la corona
del país acudan a una fiesta pública y a un banquete que se a la cabeza y mandó a todas que le hiciesen homenajes y
le ha antojado celebrar. Y, llegado el día fijado, ¡oh mi bien, reverencias como a su reina. Las hermanas, lívidas de
qué comilona y qué festejos hubo! ¿De dónde saldrían envidia, incapaces de aguantar esta aflicción de sus
tantas monas de Pascua y turrones, de dónde los estofados corazones, marcharon a la chita callando a la casa de .su
y las albóndigas, de dónde los macarrones y los ravioles? madre, admitiendo, a su pesar, que
Pues había tal cantidad de cosas que hubiera podido
saciarse un ejército entero. más puede la hermosura
Acudieron todas las mujeres, las nobles y las innobles, las que billetes y escrituras.
ricas y las miserables, las viejas y las jóvenes, las bien
parecidas y las feas; y, cuando terminaron de manducar, el
rey, hecho el prosit, fue probando el chapín a cada una de
las invitadas para ver a cuál de ellas se ceñía como un
guante, y así, por la forma del calzado, dar con quien
andaba buscando. Pero no halló ningún pie que calzase
bien y poco le faltó para volverse loco.
Con todo, luego que mandó guardar silencio a todo el
mundo, dijo: "Volved mañana para hacer una nueva
penitencia conmigo; ahora que, si me queréis bien, no dejéis
a ninguna mujer en casa, sea quien sea". Y dijo el príncipe:
"Tengo una hija, pero está siempre cuidando el fogón,
porque es desdichada y de poca monta, y no merece

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