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Ejercicio: Estudio de casos para identificar dolor y daño Psicológico

Instrucciones: Lee el siguiente caso y selecciona al final si se trata de un Daño Psicológico o si se trata de
un caso de Dolor Psicológico.

CASO 1

Julio, joven de 19 años, encuentra que su novia está saliendo con su mejor amigo, y, tradicionalmente
tímido e inseguro, en lugar de enfrentar la situación, prefiere encerrarse en su casa y no salir a ningún
lado. En esos momentos se convence de que no vale nada, sufre el dolor físico – emocional, abandona
sus actividades productivas, e incesantemente se repite a sí mismo que nunca ha servido para nada y
que jamás volverá a confiar en nadie.

DOLOR PSICOLOGICO

Ejercicio: Estudio de casos para identificar dolor y daño Psicológico

Instrucciones: Lee el siguiente caso y selecciona al final si se trata de un Daño Psicológico o si se trata de
un caso de Dolor Psicológico.

CASO 2

Silvana, de 18 años, enfrenta una situación nada fácil para ella: descubre que su novio, en los seis meses
que llevan juntos, ha tenido relaciones afectivas con tres chicas más. Ella confiaba ciegamente en él, su
primer y gran amor, y el impacto inicial fue devastador. Sin embargo, pronto activó sus mecanismos
para salir adelante, buscó apoyo en la gente que la quería, definió con claridad sus valores y renovó su
esperanza en confiar en alguien.

DOLOR PSICOLOGICO

Casos prácticos de terapias infantiles

Casos de terapias infantiles con alta consecución de objetivos


Sandra, 6 años. Problemas de conducta. 12 sesiones:

Los padres de Sandra vinieron a consulta preocupados por el comportamiento de su hija de 6 años.
Explicaban que S tenía una actitud desafiante y provocadora, y que no sabían cómo ponerle límites.
Estaban preocupados también porque la madre estaba embarazada y no sabían cómo podría reaccionar
S con la llegada del nuevo hermanito.

Los principales problemas se daban a la hora de vestirse, en las comidas, la hora del baño y de ir a
dormir. Evaluando el tiempo de calidad (el tiempo de jugar con S y estar con ella haciendo las
actividades que ella deseara, como ir al parque, jugar a algún juego, hablar con ella...) que pasaban con
su hija, vimos que por las rutinas establecidas y el trabajo casi no tenían este tiempo de calidad.

“Tiene 6 años y no sabemos cómo ponerle límites!”

Les prescribimos un cierto tiempo de calidad diario, explicándoles antes, la necesidad de afecto y
nutrición emocional que los niños necesitan para su correcto desarrollo en todos los ámbitos
(emocional, afectivo, cognitivo...) Y a la vez, diseñamos un sistema de puntos para casa, donde se
premiaba a S por las conductas deseadas (vestirse sola y en un tiempo determinado, no levantarse
durante las comidas, ir a dormir a una determinada hora, etc...) Poco a poco se comprobó la hipótesis de
que lo que S buscaba en realidad era el afecto y la atención de sus padres mediante conductas negativas
para llamar la atención de éstos de una manera rápida.

Se respondió muy bien tanto al tiempo de calidad como al sistema de puntos y tanto su estado anímico
como el ambiente general de casa mejoraron significativamente. Poco a poco, se fueron reduciendo las
conductas a trabajar mediante el sistema de puntos hasta llegar a la eliminación de éste, pues S cada vez
obedecía más a sus padres sin la necesidad de ser premiada, gracias a la atención y afecto de éstos.
Cuando nació el hermanito recomendamos a sus padres la implicación de S en los cuidados de su
hermano, dándole el rol de hermana mayor y manteniendo siempre su tiempo de calidad.

Aleix, 9 años: Problemas con el sueño y miedos nocturnos. 15 sesiones:

Una psicoterapia infantil muy exitosa ya que hacía 5 años que los padres sufrían ansiedad y malestar por
culpa del mal dormir que les provocaba la fobia de su hijo a la oscuridad.

Cabe decir que propusimos trabajar básicamente con la madre, que era la persona que pasaba más
horas con Aleix. A éste le vimos en 6 sesiones intercaladas con la madre, en las que le proponíamos
ejercicios tranquilos de autoconfianza general y de pruebas de resistencia a la oscuridad, dándole unos
premios sus padres, premios siempre de refuerzo emocional.

"Parece increíble que con tan pocas sesiones hayamos eliminado el problema que arrastrábamos desde
hacía tantos años"
Con la madre trabajamos estrategias de refuerzo hacia el hijo y de humor en la situación de miedo.
También enseñamos a complementar los autoregistros y las pruebas y experimentos a realizar ellos y el
hijo respecto a los ruidos y la oscuridad.

Tanto la madre como Aleix y la familia en general estaban muy motivados y predispuestos a colaborar y
solucionar el problema y éste es uno de los elementos más importantes, con los cuales conseguimos la
eliminación total de la fobia y los problemas del sueño de Aleix.

Carles, 6 años. Sensibilidad, inseguridad y timidez. 37 sesiones:

Uno de los casos más largos de psicoterapia infantil o crecimiento personal que hemos tenido en
PSIGMA Barcelona.

Carlos viene llevado por su padre con un problema de sufrimiento y angustia debido a su gran
hipersensibilidad. No presenta problemas de relación en su casa o en la escuela pero sufre mucho por
todo y principalmente por lo que ocurre a otras personas, a los niños y niñas de la clase e incluso a
cualquier cosa que vea y él perciba injusticia o sufrimiento por parte de otras personas.

"...de ejercicios prácticos y de simulación de situaciones, técnicas del intercambio del rol o de debate

de situaciones propias"

El trabajo se inicia explicando la estructura de la personalidad del niño a sus padres para diseñar un plan
psicoterapéutico adecuado y consensuado. A partir de entonces las sesiones son sólo con Carles y se
trabaja, a través de ejercicios prácticos y de simulación de situaciones, técnicas del intercambio de rol o
de debate de situaciones propias transmitidas a otras personas. También se elaboran aucas y dibujos
con sopas de letras y frases relacionadas que provocan a Carles un cambio progresivo en la forma de
percibir la realidad que había construido hasta entonces, aprendiendo a relativizar y a relajarse más en
las situaciones y problemas de su día a día.

Aprovechamos para decir, a través de este ejemplo terapéutico, que la infancia es la época más
importante de nuestra vida, la que nos marca y nos prevé el futuro emocional, en la que construimos la
realidad y la relación con nuestro mundo y en la que creamos la mayor parte de autoconceptos que
arrastraremos toda la vida; por esto es muy importante valorar siempre una ayuda de psicoterapia
infantil o de mejora de las capacidades, personalidad y habilidades del niño/a.
Raúl, 11 años: Cansancio y bajo rendimiento escolar. 11 sesiones:

La madre acude con el niño a sesión, preocupada por la insistencia de los profesores en que Raúl, un
niño siempre brillante en los estudios, habría bajado mucho en su rendimiento escolar.

Se evalúan posibles problemáticas relacionales, familiares, médicas, escolares y cognitivas del niño y no
se observa alteración alguna. Cuando entramos en el área de las motivaciones, ilusiones y estrés,
observamos que es donde se encuentra la causa de su cansancio.

"...en el área de las motivaciones, ilusiones y estrés observamos que es donde hay la causa..."

La terapia psicológica la desarrollamos trabajando con los padres la sobrecarga de actividades y de


exigencias hacia Raúl y pautando otro estilo de vida. Paralelamente entrenamos a Raúl en trucos y
estrategias para relajarse y desconectar al mismo tiempo, como técnicas de organización y de estudio.

En muy pocas sesiones Raúl mejora mucho el cansancio y queda por ver su mejora en el rendimiento
escolar, habiéndolo mejorado sensiblemente el día que cesó en la terapia, aunque le faltaba mucho para
recuperar al nivel anterior.

María, 9 años, tristeza y miedos, 7 sesiones:

Duelo y miedo a la muerte.

El motivo de demanda de los padres de María, es que desde que murió su abuelo, se muestra triste y
ansiosa. A demás, el padre sufre de epilepsia.
Se hace una valoración de María, mediante diferentes pruebas estandarizadas y con entrevista
semiestructurada, avaluando si existe sintomatología depresiva o ansiosa. No se obtienen resultados
significativos en este aspecto.

En las sesiones siguientes, se trata la vivencia de su duelo y los miedos hacia la enfermedad de su padre
mediante la reestructuración cognitiva.

Finalmente, María es capaz de entender y vivir la muerte y la enfermedad de manera natural y sin los
síntomas de ansiedad que presentaba. Los padres manifiestan que hay una mejora importante en el
estado emocional de su hija. Así que, se decide conjuntamente con los padres dar-le el alta terapéutica a
María

Joan, 9 años, trastorno de conducta, 15 sesiones:

Agresividad y celos.

Los padres de Joan consultan por los problemas de conducta de su hijo. Es un niño que se muestra
agresivo durante muchos momentos del día, también tiene una baja tolerancia a la frustración y celos
de su hermano. Se hace una valoración de conducta, cuáles son las situaciones más graves y cuáles las
conductas positivas de Joan. Una vez detectadas, se aplican diferentes técnicas de modificación de
conducta, como puede ser la economía de fichas. Esta técnica, basada en puntos, motiva mucho a Joan
para mejorar su comportamiento y los padres se muestran muy satisfechos.

A raíz de los problemas de conducta, el autoestima de Joan es muy baja. Para trabajar este aspecto, se
decide realizar un diario conjuntamente con los padres donde se describan las conductas positivas que
el niño hace, entonces lo comparten con él. Y para reducir la celosía hacia el hermano, se recomienda
que compartan momentos exclusivos con cada uno de sus hijos, dónde ellos se sientan los
protagonistas.

Con estos aspectos trabajados, hemos mejorado la conducta de Joan, y después de hacer algunas
sesiones de seguimiento, se acuerda dar la alta terapéutica, ya que los cambios persisten.
Andreu, 12 años, TDAH, 1 curso escolar:

Los padres de Andrés acuden a consulta ya que el inicio de la ESO ha comportado un descenso en el
rendimiento académico del niño.

De siempre a Andreu le ha costado concentrarse y estar atento a las explicaciones del maestro, siempre
había ido justo en los estudios pero al cambiar de la escuela al instituto, el aumento de las exigencias
escolares han repercutido negativamente en sus resultados y en su autoestima.

Se plantean reeducaciones semanales con el objetivo de:

Ayudar a Andreu a planificar su tiempo de estudio

Controlar su agenda

Llevar un ritmo regular en sus tareas escolares (anticipar exámenes, no dejar el trabajo para el último
momento)

Refuerzo específico de las materias más dificultosas

Optimizar los recursos que utiliza el niño a la hora de estudiar y aprender recursos nuevos.

Ejercicios específicos de reeducación de la atención y la memoria.

En estas sesiones también se realizan tareas para ayudar Andreu a recuperar la confianza en sus
capacidades.

Pau, 6 años, falta de autoestima, 12 sesiones:

Pau es un niño muy inteligente y al mismo tiempo muy movido. Siempre es el primero en terminar las
tareas escolares y como en ocasiones se aburre en el aula intenta jugar con sus compañeros, que
muchas veces aún no han terminado el trabajo. Le gusta mandar y cuando no consigue sus objetivos se
enfada, tira cosas al suelo e incluso se pelea con sus amigos.

Los padres acuden a consulta ya que desde la escuela se les indica que su hijo podría sufrir un posible
trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Después de la exploración realizada no detectamos
problemas atencionales, pero si mucha ansiedad y problemas de autoestima. Pau verbaliza que no
puede controlar su comportamiento y que tal como dice todo el mundo "es un niño malo".

Planteamos un trabajo tanto a nivel individual como familiar. Los padres deben ayudar a Pau a recuperar
la confianza en sí mismo y a borrar la imagen negativa que él ha creado de sí mismo. Trabajamos
técnicas para ayudarle a controlar su conducta y sus rabietas, fomentamos su autonomía y trabajamos
pautas con los padres para fomentar la comunicación positiva en la familia, la autoestima y la conducta.

Después de 12 sesiones se procede a dar el alta terapéutica ya que la frecuencia y la intensidad de las
rabietas de Pau disminuyen, en casa y en la escuela no están tan preocupados y la relación con los
iguales también ha mejorado.

Laura, 8 años, compulsiones, 12 sesiones:

Laura tiene 8 años y desde siempre ha sido muy perfeccionista y escrupulosa con su trabajo. Repasa una
y otra vez los deberes que le dan en la escuela, antes de cada control llora porque cree que nunca se
sabe lo suficiente la materia y nunca está satisfecha con sus notas que siempre superan el notable.
Además Laura cada día tiene que llamar a una compañera de la escuela para que le dicte los deberes
que hay para el día después, aunque ella ya los tiene apuntados en la agenda.

Los padres están angustiados porque creen que las preocupaciones de su hija no son realistas, el
rendimiento académico es inmejorable, ellos están muy contentos y así le hacen notar a la niña. Han
intentado detener las llamadas telefónicas con motivo de la falta de confianza de que ella haya anotado
bien los deberes, pero si no la dejan, Laura llora y llora. Cree que si un día no lleva los deberes hechos
suspenderá todo el curso, la señorita la castigará y sus compañeros se reirán de ella.

Con la ayuda de los padres y Laura preparamos un programa de exposición con prevención de la
respuesta. Se enseña a Laura técnicas de respiración y relajación y se instruye a los padres para que le
ayuden a realizar los ejercicios. Cada día cuando quiera llamar a una compañera, la familia trabaja
conjuntamente la relajación y evita que Laura haya de realizar la llamada (evitan la respuesta). Aunque
al principio la ansiedad es grande, al día siguiente Laura ve que no había motivos para preocuparse y
empieza a coger confianza en sí misma. Asimismo se trabajan en sesión sus creencias, sus miedos y el
perfeccionismo.

Casos de terapias infantiles con baja consecución de objetivos

Pol, 6 años, agresividad, 7 sesiones:

TDAH con predominancia de impulsividad- agresividad.

Pol es un niño hijo de padres separados, la madre acude a la consulta por problemas de agresividad que
presenta su hijo.

Mediante diferentes pruebas estandarizadas, se hace una valoración de las capacidades de Pol y
también avaluamos su conducta. Las pruebas indican que Pol presenta un TDAH con predominancia de
impulsividad-agresividad.

Se dan pautas a la madre para trabajar el auto control del niño. También, para poder controlar las
conductas agresivas, a veces, es necesaria una medicación, como es en este caso. Se hace una
derivación a psiquiatría.

La madre decide abandonar el tratamiento para recibir-lo en la salud pública, por cuestiones
económicas, aunque se recomienda un trabajo continuado y constante con el niño.

Miquel, 9 años, negativismo, 10 sesiones:

Encopresis, baja tolerancia a los limites y desafiante con los padres.


Miquel acude a visita inicialmente, porque sufre de encopresis a demás se muestra desafiante con los
padres. Inicialmente, se empieza a trabajar la encopresis mediante registros y dando técnicas de auto
control En las primeras sesiones, solucionamos la encopresis modificando diferentes hábitos y
realizando reestructuración cognitiva, ya que le causan rechazo los lavabos de la escuela. Una vez
solucionado este problema, van surgiendo otros problemas que estaban latentes.

Miquel, es un niño que desafía constantemente a padres y a menudo a maestros. Existen muchos
problemas de obediencia sobre todo hacia la madre. Se inicia tratamiento en estos aspectos y se dan
pautas a los padres, pero las pautas solo las aplica la madre, ya que el padre tiene un estilo educativo
muy sobre protector y cree que decirle que no a su hijo hará que este sufra.

Se detecta que el hecho de que el niño se comporte de manera desafiante es consecuencia de los
diferentes estilos educativos de los padres, donde el padre es muy sobre protector y la madre pone los
límites.

Se asesora a los padres para que estén de acuerdo en la educación de su hijo. Se intenta introducir
cambios en cuanto a la actitud sobre protectora del padre, pero no se llevan a término los consejos que
se le dan.

Finalmente, se aconseja que acudan a un terapeuta de pareja, para que ellos puedan solucionar sus
diferencias y así poder intervenir conjuntamente en la conducta de su hijo. El padre se niega a recibir
este tratamiento, así que se da por finalizada la intervención hasta que ellos estén preparados para
intervenir en el cambio de su hijo.

Casos practicos de terapias de adultos

Casos de terapias de adultos con alta consecución de objetivos

Jaume, 37 años. Trastorno Obsesivo Compulsivo. 37 sesiones:

J es un chico de 37 años, que vino a consulta angustiado por la intrusión de imágenes violentas en su
mente, aparecían en cualquier momento y no las podía controlar. En ellas, se veía a si mismo como
autor de un episodio agresivo contra alguien conocido, familiar o amigo.
A parte del gran malestar que le producía la visualización de tales imágenes, vimos que el
mantenimiento e incluso el aumento de esta producción involuntaria estaba asociado a una serie de
creencias que mantenía. Estas eran: si tengo estas imágenes significa que en el fondo quiero realizarlas;
cuantas más imágenes tenga más probabilidad tendré de perder el control y acabar llevándolas a cabo;
tener este tipo de imágenes es tan malo como hacerlo, pues desear mal a alguien es lo mismo que
hacérselo; debería ser capaz de controlar mi mente y no permitir que esto ocurra, etc.

"Si tengo estas imágenes significa que en el fondo quiero realizarlas; desear mal a alguien es lo mismo
que hacérselo; debería ser capaz de controlar mi mente y no permitir que esto ocurra…"

La solución intentada por el paciente fue la de cortar la imagen en el momento de la aparición y/o
generar una imagen positiva que contrarrestara la violenta (imaginarse abrazando a esa persona), y
centrar la atención en la posible aparición de éstas. Pero estas soluciones generaban el efecto contrario
y junto a las creencias antes comentadas, mantenían y aumentaban la producción de las imágenes
intrusivas. El tratamiento entonces fue: centrarse en discutir la veracidad y la utilidad de las creencias
mediante la técnica de la reestructuración cognitiva, y dejar las conductas de control.

Una vez realizada esta fase, nos encontramos con que las imágenes se habían reducido de manera
significativa, pero J aún sentía miedo de algunas de ellas, las referidas a las personas que más quería. Así
pues, decidimos enfrentarnos a ellas mediante la imaginación lo más real posible de las escenas
visualizadas, lo cuál permitió a J perder definitivamente el miedo a su consecución y a la aparición de
este tipo de imágenes. Al final del tratamiento el paciente afirmaba que de vez en cuando le aparecían
algunas imágenes pero que las dejaba pasar y no les daba importancia ya que sabía que no tenía
relación con ningún deseo oculto, que porque se le pasaran por la cabeza no significaba que fuera a
hacerlo y que era imposible controlar todos y cada uno de los pensamientos de su mente.

Marta, 35 años. Trastorno por atracón. 24 sesiones:

M vino a consulta quejándose de no poder hacer nada por mejorar su aspecto físico, ya que varias veces
por semana se daba atracones entre horas, a veces de cantidades elevadas y otras de menos, pero que
en total hacían que su peso fuera incrementándose poco a poco hasta llegar a un índice de masa
corporal (IMC) que ya no era saludable ni para su edad ni para su constitución física.
Explorando con M y registrando estos atracones, se dio cuenta de que usaba la comida para calmar la
ansiedad que le generaban ciertos temas. Desde ese momento, cada vez que sentía el impulso de
atracarse o de comer dulces, se preguntaba si realmente tenía hambre y si le apetecía realmente comer
aquello, o si se trataba de reducir la ansiedad, y si era así empezó a poner en práctica sus propios
recursos personales para solucionar lo que le preocupaba.

"¿Quiero comer porque realmente tengo hambre o me apetece, o para reducir mi ansiedad?"

A partir de ese momento, se ayudó a M en aquellas áreas de preocupación que ella sola no se sentía
capaz de manejar. Así, trabajamos algunas preocupaciones personales que tenía con su familia, desde la
relación con su hija a la culpabilidad que sentía por algunos hechos del pasado referentes a sus padres.
Para ello, le fue muy bien entre otras cosas, ver los errores cognitivos en los que caía a menudo y el
trabajo de la asertividad. Poco a poco sus preocupaciones se fueron reduciendo y si tenía, las iba
resolviendo por si misma de manera satisfactoria, y de rebote se redujeron las ganas de darse atracones
con la comida. Esto, junto al cambio en los hábitos alimentarios y del ejercicio físico que se le enseñaron,
hizo que fuera perdiendo peso poco a poco y que mejorara notablemente su autoimagen y sobre todo la
sensación de control sobre sí misma.

Cecilia, 21 años. Episodio depresivo + Dispareunia. 21 sesiones:

C es una chica de 21 años que consideraba que tenía un carácter difícil, pero que últimamente notaba
que se enfadaba más, se sentía más irritable, ansiosa, lloraba y le cambiaba el humor con mucha
facilidad. Durante la evaluación, pudimos observar que la sintomatología que describía respondía a un
episodio depresivo, básicamente originado porque no conectaba desde hacía tiempo con las personas
que le rodeaban, incluida su pareja, motivo por el que se habían ido deteriorando estas relaciones.

Además, con la pareja hacía meses que no tenían relaciones sexuales ya que por un lado no sentía deseo
y por el otro, sentía dolor durante las relaciones. Se vio y ella misma reconocía, que acostumbraba a
malinterpretar algunas situaciones y eso había hecho que se alejara de las personas que más quería.

"Últimamente me noto más irritable, lloro y sufro constantes cambios en mi estado de ánimo" "Hace
meses que no tenemos relaciones sexuales porque siento dolor en la penetración"
Por lo tanto, nos centramos en trabajar aquellas cosas que hacían que malinterpretara situaciones
sociales, de pareja, de familia.... ayudándola a encontrar nuevas alternativas posibles. Se trabajaron los
errores cognitivos implicados y también el perfeccionismo mediante la técnica de la reestructuración
cognitiva, pues mostraba altas expectativas que hacían difícil su cumplimiento tanto en ella como en los
demás, conduciéndola a un estado casi permanente de frustración. Poco a poco, su estado de ánimo fue
mejorando y aprendió a ver las situaciones diarias desde otro punto de vista, más empático y relajado,
lo que le permitió acercarse de nuevo a las personas con las que convivía y a su pareja.

Pero lo que no mejoraba eran sus relaciones sexuales, pues C les había cogido tanto miedo que ya no
quería ni intentarlo. Analizando como fueron las últimas relaciones, se vio que ya se encontraba inmersa
en un estado de ansiedad importante y que durante las relaciones estaba más pendiente de sus
preocupaciones personales que de la relación sexual en sí misma, por lo tanto no entraba nunca en una
fase de excitación que le permitiera una lubricación suficiente para que se diera la penetración sin dolor.
Citamos a la pareja para explicarle nuestra hipótesis, hablar abiertamente del malestar que producía el
hecho de no tener relaciones durante meses, hacer una sesión de psicoeducación sexual y explicarles el
tratamiento conductual que iban a seguir. Este consistía en ir pasando fases desde la focalización
sensorial y genital hasta la penetración completa, con una serie de hitos que deberían conseguir en cada
fase antes de pasar a la siguiente. Cuando llegó la fase de la penetración, la relación sexual resultó
satisfactoria e indolora, lo cual permitió a C acabar de perder el miedo a volver a sentir dolor y recuperó
así el deseo sexual.

Mireia, 27 años: Depresión, desorientación vital. 32 sesiones.

Mireia es una chica que vino a terapia psicológica muy desorientada; lloraba constantemente y no sabía
porqué estaba tan mal. La vida en general le iba bien, había finalizado estudios superiores, de la carrera
que ella quería, su familia la ayudaba y la apoyaba, tenía recursos económicos, amistades, etc.

Al analizar juntos su historia y situación actual fuimos encontrando el hilo del problema: estaba pasando
un cambio de ciclo vital que no encajaba; era el final de una época estudiantil en la que se había
desenvuelto muy bien, ya que es una estudiante brillante, y empezaba una nueva época, más incierta e
insegura, como es la entrada en el mundo laboral, con todo lo que esto implica.
"Estoy desorientada, lloro, sufro

y no sé qué me ocurre, necesito ayuda"

"Con la terapia psicológica estoy mucho más segura de mi misma y con un estado de ánimo más
estable"

Trabajamos aspectos como entender el porqué de sus emociones en relación a la situación que estaba
viviendo; Ella entendió qué le ocurría. A partir de aquí pudimos trabajar la aceptación de esta nueva
situación y los temores que se derivaban de ella, así como aspectos de su personalidad que generaban
más inestabilidad emocional y desánimo.

Finalizó la terapia psicológica muy satisfecha y con más recursos para poder enfrentarse a los cambios
que supone vivir.

Carme, 50 años. Depresión por muerte de su pareja en accidente. 78 sesiones.

Carmen acudió al centro de psicología de PSIGMA de Barcelona al cabo de un año de que su esposo
fuese atropellado por un coche con resultado de muerte. Presentaba una sintomatología muy depresiva,
una personalidad dependiente de base, no tenía recursos emocionales y sólo pensaba en quitarse la
vida.

"Roger, quiero morirme"

La psicoterapia consistió en trabajar el luto con estrategias cognitivas que le permitiesen ver las cosas
positivas de au vida anterior a la relación de pareja, pero también de las presentes y de las que podía
construir. Utilizamos diferentes técnicas emocionales e insistíamos mucho en las habilidades sociales, en
la sociabilización y en el listado de recursos y fortalecimiento de la autoestima y de la autonomía (cabe
destacar que siempre ha habido una personalidad muy dependiente que provocaba la mala gestión de la
muerte).

El tratamiento fue complejo, con algunos intentos de suicidio graves que provocaban recaidas.
Actualmente Carmen viene a sesiones de control y seguimiento cada 2 meses y especialmente vamos
fortaleciendo el proyecto vital y los rasgos de personalidad depresivos debidos a su personalidad
neurótica y a la alta sensibilidad y debilidad que, a pesar de haberse reducido mucho, aun perdura.

José 32 años: Hipocondría. 61 sesiones.

La hipocondría es un trastorno con entidad propia pero lo podríamos englobar dentro de los trastornos
ansiosos u obsesivos. Es un temor a tener o desarrollar enfermedades o síntomas corporales y
emocionales y se caracteriza por un estado de alerta máxima y de autoobservación constante.

José acudió a los psicólogos de Vic en un estado ansioso muy importante. Acudía constantemente a
urgencias del Hospital y tenía mucho miedo a tener un problema con el corazón o una enfermedad
grave. Durante un par de años, tanto en la salud privada como en la pública, no cesaba de hacerse
escáneres, TAGS y ecografías.

"Creo que no son normales estos latidos que oigo en el corazón y tengo que ir controlándolo"

Durante el primer año de terapia trabajamos la estabilización de la ansiedad a través de técnicas de


relajación, de confrontación cognitiva, de análisis de probabilidad y búsqueda de información y de
exposición en imaginación. Poco a poco fuimos utilizando técnicas de intención paradoja, de
reestructuración cognitiva y de exposición gradual.

Estos trastornos son muy rígidos y provocan que la persona que los sufre acostumbre a necesitar una
terapia muy larga, como ha sido el caso.

Actualmente José viene cada seis meses a PSIGMA para valorar su estado. Según él, se ha liberado de un
80% de los temores y puede hacer vida normal otra vez. Considera que es casi imposible que vuelva a
ocurrirle, ya que ha adquirido una forma nueva de pensar sobre su cuerpo y la vida.
Albert, 28 años: Ansiedad, somatizaciones, malestar general. 41 sesiones.

El paciente provenía de otra terapia de medio año de duración que no le había funcionado. Venía
deprimido y desesperanzado, creyendo que estaría mal durante toda su vida, a pesar de su juventud.

El malestar era múltiple y se manifestaba principalmente en días puntuales en que los problemas y la
ansiedad eran muy elevados. Tenía dolores por todo el cuerpo y dificultades con el sueño.

Analizamos el estilo de vida, la organización y las prioridades y no observamos nada destacable.

"Creo que tengo alguna 'tara' que provoca que me encuentre mal; ningún médico me ha encontrado

nunca nada"

Cuando miramos más profundamente el tema del sueño, observamos que, a pesar de que el paciente
dormía unas siete horas al día, consideramos que no descansaba, según su metabolismo, las horas
suficientes. Sólo este motivo hizo que nos planteásemos de probar que durmiera 9 horas al día. Al cabo
de pocas semanas, Albert se encontraba mucho mejor y la ansiedad y el malestar eran más puntuales.

Efectuamos algunos ajustes en la personalidad autoexigente y en priorizaciones vitales. Trabajando la


reflexión de ciertos aspectos, realizando terapia cognitiva, haciendo algunos cambios en temas
personales y laborales y dando más tiempo al deporte, la mejora llegó al 70%, hasta que finalizamos la
terapia por acuerdo de ambas partes y porque Albert se consideraba preparado para seguir mejorando.

Regina, 43 años. Separación conyugal. Dependencia afectiva. Alta ansiedad. 15 sesiones:

La Reina llegó a la consulta con una ansiedad muy elevada, estaba en proceso de separación de su actual
pareja y no lo aceptaba.
Explica que con la anterior pareja que tenía cuando lo dejaron pasó por la misma situación de ansiedad
extrema, miedo de estar sola y necesitaba constantemente alguien a su lado.

Es un caso de dependencia afectiva muy claro ya que al estar en pareja automáticamente bajaba la
ansiedad y no volvía a estar mal, el solo hecho de estar con alguien le daba seguridad y desconectaba las
sensaciones de malestar y vacío en ella. Lo había experimentado en diferentes ocasiones.

“No puedo vivir sin él, estoy perdida, pensaba, ahora lo veo diferente, he aprendido a tener más
recursos”

Seguimos la terapia de una manera poco lineal ya que su trabajo impedía poder tener un horario
estable, mejoró a la hora de comprender los mecanismos de la ansiedad y la dependencia, tenía más
recursos y una ansiedad menos invalidante pero no siguió la terapia el tiempo suficiente como para
poder mejorar completamente la dependencia a nivel afectivo. Le costaba mucho exteriorizar lo que
sentía y buscó una nueva pareja, así a nivel sintomatológico hubo una gran mejora pero si la pareja
tampoco funciona puede volver a recaer en un futuro.

Robert, 78 años. Problemas de memoria, 4 sesiones:

Robert pide hora de vista ya que últimamente ve que empieza a presentar ciertos problemas de
memoria. Lo lleva a su hija ya que ha tenido diferentes episodios de olvido y se ha desorientado a la
calle en dos ocasiones.

“Estoy mucho mejor que hace un mes cuando pedí visita, y me lo paso bien con los ejercicios de
memoria que hago, estoy entretenido y contento, hice muy bien de pedir ayuda profesional”

Está asustado y no sabe cómo enfocarlo. Hicimos algunas sesiones, la primera de evaluación con un
sencillo test de memoria para descartar o confirmar el diagnóstico de deterioro cognitivo, y apoyo
emocional, escuchando sus demandas e inquietudes.
En las siguientes sesiones les explico cómo hacer un programa de estimulación cognitiva con unos
sencillos ejercicios que él mismo se podía auto aplicar en casa. El Sr. Robert quedó más tranquilo y
seguro de sí mismo, con el programa de estimulación cognitiva se lo pasaba bien y estaba activo
propiciando el mantenimiento de la memoria.

Natalia, 62 años: Baja autoestima + inseguridad. 31 sesiones.

Es un motivo de consulta muy frecuente. Desgraciadamente, Natalia sufrió mucho durante su vida
porque no sabía como solucionar su inseguridad. La interfería en muchas situaciones: familiares,
laborales, ir a comprar, con los hijos y nietos...y le hacía pasar algunas temporadas con sintomatología
depresiva. Siempre se veía inferior a los demás en todo y para todo, no se valoraba nunca y siempre la
conducía a dar mucho, a no decir nunca que no y a no cuidarse.

"Los demás siempre han de ser antes que yo,

si ellos están contentos, yo también"

Cuando acudió a los psicólogos de Vic, tenía pocas esperanzas de poderlo mejorar, y más a su edad. A
pesar de ello, empezamos por el trabajo de derechos humanos, habilidades comunicativas, entreno en
aserto, crítica interior a los demás, establecimiento de expectativas y prioridades, gestión de las
relaciones, saber decir que no, reestructuraciones cognitivas....que nos dieron unos resultados que ni los
propios profesionales pensábamos obtener.

Cabe decir que la mujer sumisa e insegura que era pasó a sorprendernos a todos, organizando viajes y
estancias en balnearios ella sola y haciéndose voluntaria de una ONG en la que conoció a dos de las que
forman parte su grupo (recuperado) de amigas, La última vez que la vimos Natalia nos dijo que incluso
podía aguantar discusiones y defender su opinión ante gente de su entorno: una muestra de dignidad y
buena autoestima.
Gemma, 24 años: Timidez y fobia social. 35 sesiones.

La fobia social es un temor a la gente pero no a la cantidad sino a la observación y avaluación de esta
gente. Esconde detrás una bajo autoestima e inseguridad, así como mucha exigencia.

A Gemma este problema le provocaba un alto sufrimiento. No se veía capaz de ir a ciertas clases de la
Universidad, le ocasionaba problemas de relación con los demás y no sabía cómo aprovechar situaciones
con chicos que le interesaban. Se sentía muy débil para poder tener y mantener un grupo de amigas y
nunca se comunicaba íntimamente ni con los padres ni con los amigos.

Es estos casos la reestructuración cognitiva en el refuerzo de la autoestima y en la crítica interna a los


demás es fundamental. Trabajamos situación sociales en imaginación y en exposición en que cada
semana pautábamos pasos para ver cual sería la reacción de la gente. La confrontación siempre nos
daba una valoración positiva por parte de los demás.

"no puedo, no puedo decir nada y no sé por qué...;

estoy muy mal"

Cuando Gemma empezó a ver más características positivas de ella que negativas, se sintió cada vez más
en el mismo nivel que las demás personas y empezó a relacionarse como lo hacían los otros con ella. Se
dio cuenta de que la gente la trataba bien y fue la retroalimentación que le permitió cambiar su
percepción de debilidad social.

Actualmente, Gemma no tiene ningún problema de timidez que le afecte alguna área de su vida, si bien
continúa con timidez puntual en ciertas situaciones y días, ya que forma parte de la timidez innata o
temperamental.

Leonor, 28 años, problemas de relación con los demás, problemas con la familia de origen y celos.
Estado de ánimo bajo. 30 sesiones:
La Leonor comienza la terapia para poder trabajar aspectos que según ella no le gustan de sí misma,
quiere dedicar un tiempo a hacer crecimiento personal. Tiene una historia que se remonta a su familia
de origen, de mucha dependencia emocional, llegando a situaciones desagradables y muy tensas.

Muy joven se desvinculó de la familia para poder hacer su camino en la vida, con sus valores e
inquietudes y viviendo la vida como cree que debe hacerlo, pero este camino no le es fácil y tiene
sentimientos contradictorios y desajustados, que no le ayudan a poder disfrutar libremente de su
libertad personal.

“Es sorprendente cómo puedes ser más feliz si dedicas un tiempo a ti con una buena terapia psicológica”

Estos problemas se han manifestado con más intensidad por una ruptura con la pareja.

Trabajamos a nivel narrativo y vivencial, comprendiendo lo que le ha pasado, vamos construyendo lo


que quiere ser, y cerrando heridas del pasado. Trabajamos con para poder ampliar diferentes
situaciones conflictivas que le han sucedido y maneras alternativas de proceder, para mejorar la
seguridad y confianza en sí misma. Leonor hace el proceso poco a poco pero está muy contenta con las
mejoras a nivel anímico y a nivel de autoestima, sobre todo ve que ha crecido a nivel personal y ya no
tiene sentimientos intensos de rabia hacia la familia de origen.

Gregorio, 42 años. Trastorno bipolar. 14 sesiones:

G vino al centro desesperado por sus cambios repentinos de estado de ánimo y la intensidad con la que
los vivía sin poder controlarlo. Sabía que sufría un trastorno bipolar des de hacía muchos años y se
estaba medicando correctamente, pero nunca nadie le había hablado en profundidad de cómo
funcionaba este trastorno ni le habían dado más recursos a parte de la medicación. G tampoco
relacionaba sus altibajos emocionales con el trastorno y lo atribuía más a un “error” en su personalidad
o manera de ser, lo cual tampoco le ayudaba demasiado.

“El trastorno bipolar no se cura por el momento,


pero sí que se puede controlar y mejorar

el bienestar psicológico y la calidad de vida”

Analizamos su historia pasada y reciente respecto a sus cambios anímicos, diferenciando los
“inesperados” que pudimos atribuir a su enfermedad, y los “esperados” ya que iban ligados a
desencadenantes lógicos y no eran tan intensos como los otros. Respecto a los cambios esperados,
trabajamos algunos de esos desencadenantes (discusiones conyugales y familiares en su caso) para
manejarlos mejor. Y respecto a los inesperados, conseguimos localizar las señales previas a los episodios
depresivos o maníacos y pensamos en las estrategias que mejor le podían ir para reducir la intensidad
de estos (muchas de ellas ya los utilizaba pero no de manera consciente, y otras las generamos
entonces).

“Me pongo tan mal, que me voy al hospital para que me ingresen antes de acabar haciendo alguna
tontería”

El trastorno de G lógicamente no desapareció al finalizar la terapia, pues se trata de una enfermedad


crónica, pero sí que conseguimos controlar sus efectos, ponerle conciencia y sobre todo sentir que tenía
más control sobre sí mismo, con lo que también acabó ganando en cuanto a autoestima.

Laia, 25 años. Duelo no resuelto. 9 sesiones:

L vino a terapia muy angustiada porque aunque estaba muy bien con su pareja y sabía del cierto que le
quería, continuaba pensando en su ex-pareja con quien ya no tenía ningún tipo de contacto.

Estos pensamientos tenían un fuerte componente de rabia y de tristeza y nunca habían sido expresados,
ya que la ruptura fue muy brusca y enseguida empezó con la relación actual. A la vez se sentía muy mal
al pensar en ello, como si estuviera engañando a su pareja actual aún a sabiendas de la naturaleza de
sus pensamientos.

“Cuando estoy con mi pareja y me acuerdo de mi ex


me siento fatal, como si le estuviera engañando,

y ya sé que no, pero no puedo evitar sentirme así... ¡Necesito cerrar ese capítulo!”

Vimos claramente que no se había hecho un duelo por su ex-pareja y que teníamos que encontrar el
momento y el lugar para hacerlo. Como se sentía preparada a iniciarlo, dimos pie en la consulta para
que se diera la expresión de todos aquellos pensamientos y sentimientos, y con la realización de
diferentes tareas para casa para ayudar en el proceso. Utilizamos técnicas emocionales como las listas
de agravios, las cartas dirigidas pero no entregadas a la ex-pareja, las sillas vacías y algún que otro ritual
de cierre. Una vez hecha toda la expresión emocional, M dejó de pensar en ello y recuperó la
tranquilidad y la alegría que la caracterizaban.

Teresa, 30 anos. Baja autoestima, 18 sesiones:

T acudió a Psigma angustiada física y emocionalmente. A nivel físico sentía un ahogo y una presión en el
pecho que no comprendía y emocionalmente se sentía absolutamente perdida en su vida.

Hicimos la técnica de la externalización del síntoma y vimos que el síntoma solo se daba en situaciones
en las que T se sentía insegura, y que la función de éste no era otra que alertarla de su manera de actuar
con el fin de agradar a los demás.

“La presión en el pecho me dice que vigile con lo que digo delante de según quien para agradar...”

Corroboramos la hipótesis estudiando su historia de vida, y cuando se había sentido tranquila y segura
con los que le rodeaban o hacía aquello que le gustaba desaparecía el síntoma.

Estuvimos un tiempo trabajando la inseguridad, objetivizándola, viendo de donde venía y expresando


aquellas emociones negativas que guardaba en su interior hacia las personas que le habían hecho sentir
así. Una vez hecho esto pudo comprender a esas personas (por ejemplo a sus padres, que por
sobreprotegerla la habían invalidado continuamente), las pudo perdonar y se sintió mucho más segura
de sí misma.
El ahogo fue desapareciendo paulatinamente a medida que fuimos trabajando hasta quedar vacío, pues
ya no necesitaba ninguna alarma de protección porque se sentía segura de quién era y no necesitaba ser
nadie más que ella misma..

Ingrid, 45 años: Moobing. 22 sesiones.

El moobing es un maltrato psicológico en el ámbito laboral o académico.

Ingrid llevaba 4 años con un elevado sufrimiento ya que se jefe, empresario destacado, la sobrecargaba
de trabajo, la ridiculizaba en público y le hacía comentarios sexuales en privado que la mantenían en un
estado de ansiedad y tristeza muy peligrosos para su salud.

"no puedo más, no sé qué hacer, estoy en sus manos,...hace lo que quiere y no puedo decir nada"

Fueron claves las primeras 5 visitas, en las que, después de analizar el problema, la paciente se dio
cuenta de qué le ocurría y pudo ver que tenía muchos derechos que desconocía y, por lo tanto, que no
utilizaba.

Después del sorprendente descubrimiento, empezamos a elaborar un diseño y un plan para que
pudiese, poco a poco, cambiar la conducta y la actitud ante su jefe y compañeros de trabajo. Este nuevo
rol consistía en ser más pasiva en algunas áreas y comentados del jefe y más habilidosa y asertiva en
otras.

Obtuvimos resultados importantes ya que el jefe quedaba desorientado y percibía a "su víctima" como
más valiente que antes y progresivamente él fue molestándola menos. Como consecuencia, Ingrid no
tuvo que dejar el trabajo y pudo volver a sentirse tranquila, llevando un ritmo de trabajo correcto.
Recuperó la salud, empezó a dormir bien y su autoestima personal y laboral consiguió unos puntos que
incluso ella no recordaba haber tenido nunca.
Montse, 33 años. Dependencia emocional y baja autoestima. 6 sesiones:

Montse acude a terapia movida por la angustia que le supone tomar una decisión: acabar
definitivamente con la relación de pareja con Tom o seguir con él.

Cuando identificamos los motivos que le han conducido a este planteamiento aparecen emociones
como la rabia, la angustia y la decepción ante las faltas de respeto de Tom, la sensación de no tener voz
propia, las continuas discusiones y pocas muestras de afecto, etc.

Al indagar en los aspectos que le impiden tomar una decisión aparece un aspecto clave en el proceso de
terapia: “Me da miedo quedarme sola; sola no valgo nada”. Para Montse, decidir implicaría dejar de
tener pareja, lo que para ella significa dejar de tener valor. Esta creencia se hace evidente cuando
exploramos su línea de vida en relación a las parejas y observamos –por sorpresa de Montse- que desde
los 15 años siempre ha tenido pareja, pasando sólo 6 meses soltera.

Montse, hasta ahora, ha estado viviendo y siendo en función de los demás, subordinada a sus parejas y
siempre con una necesidad excesiva de agradar y complacer a los otros, lo que explica su inseguridad, la
frecuente presencia de sentimientos de culpa y el conflicto interno que padece: “Siento que no puedo
ser yo”.

Durante la terapia, se trabaja la toma de decisiones y habilidades sociales para pasar de una posición
pasiva a adoptar una posición asertiva; hablando, sintiendo y actuando desde el Yo. La regulación
emocional también es un punto esencial para empezar a conectar con las propias emociones,
necesidades y deseos, así como romper con aquellas creencias y máscaras que la están limitando en su
proceso hacia la autonomía.

Finalmente, Montse decide acabar con la relación de forma definitiva: “He tomado una decisión
pensando en mí, no en lo que sería sin él. Tengo que estar bien conmigo misma, ahora lo veo”. Se ha
dado el permiso para legitimarse, ser coherente consigo misma y conectar con la solitud.
Casos de terapias de adultos con baja consecución de objetivos

Carolina, 52 años. Perfeccionismo. 7 sesiones:

Carolina vino a Psigma muy preocupada y angustiada por diferentes situaciones que se iban repitiendo
en su día a día, pero sobre todo por el trabajo, donde se sentía absolutamente fuera de lugar con sus
compañeros. En casa también se angustiaba mucho, en este caso porque sentía que todo y todos tenían
que "estar en su sitio".

La gran cantidad de preocupaciones y el tiempo que invertía en ellas hacía que no encontrara momentos
para sí misma ni que quisiera tenerlos, ya que si no llegaba donde ella creía que debía llegar tampoco se
sentía merecedora de ello.

Había intentado mejorar leyendo un buen número de libros de autoayuda y asistiendo a varios talleres
de autoestima, reiki, habilidades sociales... En total, acudió a 5 sesiones, muy de vez en cuando e incluso
a veces tenía que irse 5 o 10 minutos antes porque llegaba tarde a algún sitio.

La sensación que se percibía era de desesperación después de pasar tanto tiempo buscando una
solución a sus problemas y fracasando en el intento, y venir a terapia por tanto era un nuevo intento
teñido ya de un posible sentimiento de fracaso.

Con tan solo 5 sesiones no tuvimos tiempo de profundizar en su problemática, y más cuando cada vez
que venía se sentía angustiada por un nuevo tema por el que pedía solución inmediata.

Aunque se le dijo que necesitábamos algo de tiempo para conocernos y trabajar aquello que era
realmente importante, la impaciencia generada por su gran angustia hizo que dejara la terapia; y
nuestro error quizás fue el de no poner suficiente émfasis en la necesidad de darnos el tiempo necesario
enmarcándolo en la complejidad de su situación.
Héctor, 40 años. Insomnio. 34 sesiones.

Se trata de un caso que los profesionales de PSIGMA recordamos mucho, ya que provocaba mucho
sufrimiento tanto al paciente como a nosotros.

Según Héctor, no solía dormir más de 3-4 horas al día desde hacía 5 años y sólo en algunos fines de
semana conseguía dormir 7-8 horas. No presentaba ansiedad ni depresión, ni tampoco dolores ni otras
somatizaciones debidas a trastornos psicológicos u orgánicos.

"El no pudo (o no le interesó) reconocer ni detectar problema emocional alguno"

Enfocamos siempre la terapia en Barcelona tratando el insomnio como una somatización de la ansiedad-
insatisfacción inconscientes o estrés que sufría el paciente.

El no pudo (o no le interesó) reconocer ni detectar problema emocional alguno que creímos que existían
en el ámbito laboral y de pareja, así como en la falta de suficientes gratificaciones para vivir.

Todos estos aspectos, más una personalidad muy rígida y exigente, condujeron al paciente a
comentarnos para acudir a otra psicóloga y al Dr. Estivill, para probar si le solucionaban el problema.
Una llamada de seguimiento que efectuamos una vez transcurridos 8 meses desde que abandonó la
terapia, nos comentó que continuaba igual y que las 2 terapias que había probado no le habían ayudado
a mejorar, así como que le habían diagnosticado lo mismo que el psicólogo de Barcelona.

Consideramos que a Héctor le faltaba mucha valentía e insight (introspección) para poder solucionar o
mejorar los problemas que negaba y sería entonces cuando el insomnio se eliminaría o reduciría.

No estaba suficientemente consciente ni preparado para asumir el diagnóstico que todos los centros le
efectuamos.
Manuel, 47 años: Ansiedad y depresión. 17 sesiones.

Un caso que en PSIGMA ponemos de ejemplo a mucha gente que acude a nosotros.

Manuel había llamado unos meses atrás y había venido a conocer el centro y nuestra metodología
porque ya había probado otros psicólogos y centros y no obtenía resultados. Al cabo de medio año
vuelve a contactar diciendo que quería iniciar terapia con nosotros.

En la primera sesión le valoramos el trabajo hecho anteriormente y le dijimos que había sido un trabajo
muy bueno y que el hecho de que no haya obtenido resultados seguramente será responsabilidad de él,
al no poder confiar en su propio cambio o mejora.

"nadie puede ayudarme, la psicología y la terapia

no sirven para nada"

Después de fijar objetivos concretos con un plazo de tiempo establecido en 35 sesiones, como mínimo,
debido a la problemática ansioso-depresiva que presentaba el paciente, observamos como Manuel,
sesión a sesión, se mostraba más impaciente, crítico y desconfiado hacia el psicólogo y la terapia.
Intentamos reconducirlo y explicarle que esto puede provocarle un sufrimiento crónico en su vida.

A pesar de los fracasos terapéuticos anteriores y la terapia centrada en el error que hacíamos, el
paciente abandonó la terapia en la sesión 17ª, diciéndonos que la psicología no seria para nada y que
estábamos muy equivocados.

Es importante observar como nosotros mismos, o nuestra mente, puede arruinarnos totalmente nuestra
vida y felicidad, ocasionando que nos cronifiquemos en el sufrimiento y que desconfiemos de cualquier
tipo de ayuda.

Noemí, 34 años: Fobia social y tristeza. 31 sesiones.


Otra persona con un problema de rigidez mental y exigencia muy elevadas.

Queremos comentar que en cualquier terapia psicológica o de salud los pacientes que tienen menos
paciencia y que suelen abandonar los tratamientos son los rígidos y exigentes que, sin querer
autodestruirse, van abandonando las opciones que les ofrecen la medicina y la salud actuales creyendo
que "nadie puede ayudarles" o que "son un caso perdido".

Noemí presentaba cierta tristeza y muchas dificultades para relacionarse con los demás. Se consideraba
una chica amargada con una personalidad suspicaz y crítica que la llevaba a ser muy selectiva y a no
intercambiar demasiadas palabras con nadie.

Trabajamos la fobia social con todas las estrategias eficaces de la terapia cognitiva. Trabajamos también
la parte de autoestima y de frustraciones. Con Noemí observamos una rabia y envidia importantes hacia
los seres humanos en general y, cuando intentábamos construir ideas positivas sobre éstos o la vida, se
negaba rotundamente a ello, efectuando ataques y críticas hacia el psicólogo y la terapia.

"los pacientes que tienen menos paciencia y que suelen dejar los tratamientos son los rígidos y
exigentes que, sin querer autodestruirse, van abandonando las opciones que les ofrecen la medicina y la
salud actuales creyendo que "nadie puede ayudarles" o que "son un caso perdido..."

La relación terapéutica se fue rompiendo ya que la paciente enfocó su frustración vital y terapéutica en
que no la estábamos ayudando y que le hacíamos perder el tiempo y el dinero. Abandonó la terapia a
los nueve meses de tratamiento.

Cabe decir que tal paciente participó en un grupo de fobia social muy exitoso en que los propios
miembros la definieron como negativa, amargada y muy desconfiada.

Opinamos que, a pesar de ello, Noemí, adquiriendo más conciencia de lo que le conviene para no sufrir,
algún día hará un cambio de pensamiento y estará más receptiva a la gente y a los cambios, sintiéndose
igual que ellos y, por lo tanto, satisfecha.
Francesc, 53 años. Problemas relacionales y crisis de ansiedad. 9 Sesiones

Francesc viene a terapia por primera vez con una demanda clara. Hasta el momento había intentado
hacer terapia en dos ocasiones. La primera fue para ayudar a su hijo adolescente a relacionarse con el
grupo de iguales y en la segunda ocasión hizo terapia de pareja. En ambas terapias su implicación fue
breve, ya que vino sólo dos y tres sesiones.

En esta ocasión la demanda era propia. Quería dejar de sufrir angustia, ya que se sentía inútil como
padre desde que se divorció hace 3 años. El paciente se mostraba muy ansioso, con verborrea,
palpitaciones, sudoración... hecho que dificultó las primeras sesiones de terapia, las cuales se dedicaron
a reducir la angustia con técnicas de relajación y respiración así como la elaboración de un diario de la
ansiedad. A partir de este diario se pudo observar que la mayoría de crisis de angustia se producían
después de haber mantenido contacto con la ex-mujer, y dedujo que cuando hablaba con ella, se
reactivaban los miedos como padre. En consecuencia, se trabajó en la búsqueda de la función del
síntoma a partir de la entrevista al síntoma y la externalitzación de la ansiedad.

A partir de este trabajo, junto con la línea de la vida, Francesc entendió que todas las mujeres de la su
vida (abuela, madre y ex-mujer), habían sido dictatoriales y no le permitían expresarse y actuar
libremente y que empezaba a hacer lo mismo con su actual pareja, aunque la relación era muy
diferente.

“He pasado tota la vida sin entenderme a mí mismo, pensando que yo era el bicho raro, el inútil, cuando
en realidad todo tenía un sentido y una razón de ser. Ahora entiendo porqué era tan sumiso y por eso
puedo ponerle remedio.”

Él se pensaba que con el divorcio se había liberado, pero en la terapia se dio cuenta de que aún estaba
muy unido a su ex. Así, Francesc empezó a liberar nexos que la unían a ella: el coche, los favores
personales, la falta de límites con las llamadas, el piso compartido… Al mismo tiempo, empezó a ser más
natural con su actual pareja y con sus hijos, ya que sentía una especie de deuda con ellos. Se trabajaron
los límites con los hijos y la aceptación de la etapa que están viviendo (adolescencia). Empezó a marcar
obligaciones y pudo comprobar que los hijos las toleraban muy bien. También consiguió dejar de fumar
y vivir más en pareja, siendo más natural y mostrando su opinión, sin sufrir por la reacción que pudiera
tener la pareja, y evaporándose así el miedo al abandono. Esto se trabajó con la pregunta milagro y las
preguntas escalas. Después de 9 sesiones se dio por finalizada la terapia, debido a que ya no existían
crisis de ansiedad, Francesc se había apuntado a actividades que le gustaban más, había mejorado su
relación de pareja y con sus hijos y se había distanciado de su ex.
Casos prácticos de terapias de adolescentes

Casos de terapias de adolescentes con alta consecución de objetivos

Laia, 13 años, TDAH. 2 cursos académicos:

Reeducaciones psicopedagógicas.

Laia acude a la consulta acompañada de su madre con un diagnostico de TDAH.

Su demanda hace referencia a que necesita soporte para mantener la atención durante las clases en el
instituto. Los pacientes con este tipo de trastorno, necesitan ayuda con la organización de sus estudios y
estrategias para ser capaces de mantener la atención. Así que se trabaja con ella dándole diferentes
técnicas para mantener la atención, se realiza control de agenda y se llevan a cabo técnicas de estudio,
para que ella pueda gestionar las tareas escolares y así poder asumir mejor los diferentes contenidos de
sus estudios.

Una vez aprendidas las diferentes técnicas, Laia consigue mantener un ritmo de estudio con su
correspondiente mejora de las notas, una vez afianzamos el aprendizaje, se da el alta terapéutica dando
unas pautas a los padres y a ella misma para seguir manteniendo el ritmo de trabajo.

Nil: 17 años. Conflictos de relación con sus padres. 12 sesiones:

Se trata de aquellos casos que nos gusta comentar, ya que la conflictividad era muy alta y la
desesperación de los padres y, principalmente de la madre, era muy importante.

Nil era un muchacho que contestaba mal a sus padres, se peleaba dialécticamente con ellos y les
insultaba. No hacía caso de las normas establecidas en casa y presentaba una desorientación emocional
y laboral importante.
"estoy tan desesperada que me siento derrotada, no sé que tenemos que hacer, ya lo hemos probado
todo"

Realizamos una evaluación con los padres y una con la madre sola, en la cual detectamos deficiencias
comunicativas y asertivas importantes, así como una gran dificultad de control de las emociones y el
estrés. Entonces realizamos un par de sesiones psicológicas con Nil, en las cuales se detectó una gran
queja hacia el trato y percepción de alta incoherencia e injusticia en las normas de los padres hacia él.

La terapia consistió en transmitir las inquietudes del hijo a los padres y viceversa, hecho que provocó
que los padres rebajasen su ansiedad por la situación y se aproximasen más a su hijo, reforzándolo más
y no imponiéndola tantas cosas. Comenzamos incrementando y teniendo como obligación, por parte de
los padres, la negociación con el hijo y la cesión respecto a él, para que éste aceptase también ceder y,
entonces, con menos tensión y más proximidad, pudiesen negociar, con consejos y directrices que les
recomendamos los psicólogos de Vic.

Laura, 15 años: Tristeza, somatizaciones e inseguridad. 34 sesiones:

El caso de Laura lo queremos destacar porque consiste en un sufrimiento muy característica en estas
edades. La adolescencia es una época muy compleja, por los cambios mentales, de personalidad,
sociales y corporales que se producen. Deben entenderse y asumir muchos aspectos de la vida y esto
sumerge a personas sensibles al riesgo de caer en la rareza, el miedo y la tristeza.

"La adolescencia es una época muy compleja,

por los cambios mentales, de personalidad,

sociales y corporales que se producen"

Este fue el motivo de la visita de Laura al gabinete de psicología y salud de Vic. A lo largo de su vida,
Laura ya había sido una niña con ciertos momentos de sufrimiento. Ahora era más intenso porque no
tenía ganas de ir al Instituto; muchos día no iba, sólo tenía ganas de llorar y le resultaba difícil asimilar
conflictos que se producían con las amigas. Tenía mareos, vómitos, dolores... y se había convertido en
crónico, desde hacía tiempo.
Le explicamos que tenía una personalidad sensible y neurótica y, como tal, era muy sensible a cualquier
aspecto mínimamente negativo de la vida. Trabajamos estilo de vida, cognitivo, prioridades,
expectativas, reestructuración, entreno en habilidades sociales, trabajo de autoestima, de valorar qué
debía sentir y qué no, orientación profesional y asesoramiento en relación a chicos y amigas, entre
otros.

Laura dejó la terapia cuando aún considerábamos (los psicólogos) que no había aprendido lo suficiente.
Aun así, consideramos que la mejora que experimentó en cuanto a conocer qué le ocurría fue muy
grande, cada vez somatizaba menos su sufrimiento y se le redujo la tristeza a momentos puntuales.

Creemos que fue clave el hecho de que ella supiese qué le ocurría y que pudiéramos enseñarle
estrategias para prevenir situaciones dificultosas y para controlar su sensibilidad.

Casos de terapias de adolescentes con baja consecución de objetivos

Joan, 15 años, TDAH, 1 curso académico:

TDAH con fracaso escolar:

Joan es un chico con problemas de conducta y bajo rendimiento escolar. Es hijo de padres separados.
Después de la valoración, se determina que Joan sufre de TDAH y esto hace que tenga un bajo
rendimiento escolar. A la vez, el chico ha vivido una infancia difícil, ya que ha ido pasando temporadas
con el padre y con la madre de manera inestable durante sus primeros años de vida. Así que, también
hay una afectación emocional y presenta una autoestima muy baja. Joan no tenia adquiridos unos
hábitos de estudio, y presenta sentimientos de rabia contra los de su alrededor.

Se deriva a una psiquiatra, con la medicación la conducta de Joan mejora. Aún así, se le proponen
diferentes técnicas de auto control de la conducta y también de estudio, las cuales no aplica. También se
hace asesoramiento a los padres.
Por otro lado, el padre de Joan decide llevar-lo a otro psicólogo, con el cual, se realizan diferentes
coordinaciones para trabajar en la misma línea. Joan se siente obligado a asistir al psicólogo y no es
consciente del problema ni de que debe realizar algunos cambios; las sesiones son muy poco
productivas. En ver que Joan no aprovecha las sesiones se decide a demanda de los padres, hacer un
seguimiento para ellos sin que el chico deba acudir a las visitas. Finalmente, estos se desvinculan del
servicio, aunque siguen existiendo necesidad de asistencia terapéutica

Santi, 17 anos: Depresion. 26 sesiones.

Los abandonos más comunes son por los motivos y por las problemática que os explicamos a
continuación.

Suelen ser personas pesimistas, con mucha exigencia hacia ellos mismos y ésta se traslada a la terapia.
La propia exigencia y pesimismo interactúan y provocan una espiral de sensaciones y pensamientos
negativos a lo largo de la vida y en momentos determinados explotan.

Cuando vino al centro de psicología y salud de Barcelona, Santi llevaba un par de años inhibido,
deprimido y muy aislado de amigos y familiares. Los pensamientos que tenía eran tristes, catastróficos y
creía que no lo superaría. Presentaba ideación suicida.

"¿Cuándo empezaremos a hacer alguna

cosa en la terapia?"

(Comentario de Santi en la sesión 19ª)

Trabajamos primero en darle información, explicarle el proceso y el pronóstico de lo que le ocurría (muy
importante en cualquier terapia). Entonces insistíamos en el trabajo de la autoexigencia. Cabe decir que
este tema aparece mucho como causante de la mayor parte de sufrimientos emocionales o psicológicos.
También trabajábamos con habilidades y especialmente en el proyecto vital del día a día.
El paciente, sin quererlo, buscaba más cosas, no se veía bien. Primero, naturopatía, después terapias
alternativas; entonces le recomendamos psiquiatría y fármacos.

Le advertíamos que estaba buscando la solución fuera y que no se permitía el proceso de mejora que
necesita cualquier ser humano en una depresión. El no nos hizo caso y abandonó la terapia, acudiendo a
una psicóloga de la Seguridad Social recomendada por su psiquiatra.

Es un típico caso en que todos tenemos que reflexionar acerca si es o no mala praxis profesional
recomendar cambio de terapia a un paciente que busca en los demás la solución total y rápida (varita
mágica) de su malestar y no asume gran parte de la responsabilidad que le incumbe.

Para nosotros, fue un paciente con muy mal pronóstico porque su ansiedad en mejorar le conducía
constantemente a dejar todas las terapias y profesionales y a estar cada vez peor y más desesperado.

Presentación caso clínico. Depresión

RESUMEN:

Presentamos el caso clínico de un hombre de 50 años, aquejado de una depresión grave, presentando
los siguientes síntomas: tristeza, irritabilidad, anhedonia, pérdida acusada de peso, y apetito, insomnio,
empeoramiento matutino entre otros síntomas. Analizaremos éste caso, y revisaremos su clínica y
tratamiento.

Presentación caso clínico. Depresión

Jiménez Cuadra, Enriqueta (Centro Salud Antequera el Centro)

PALABRAS CLAVE: depresión, paciente, medicina.


INTRODUCCIÓN:

efectos-depresion

Depresión. Efectos

SÍNDROME DEPRESIVO:

Éste Síndrome (1) reúne una serie de síntomas que en mayor o menor grado son comunes a todos los
trastornos de tipo depresivo.

Los síntomas han de estar presentes un periodo mínimo de 2 semanas, ya que menos tiempo puede
entrar en una tristeza normal.

Dos síntomas son imprescindibles para hablar de depresión y al menos uno de ellos ha de estar siempre
presente, para que se use éste término: el estado de ánimo depresivo y/o la pérdida de interés o
capacidad para sentir placer.

HISTORIA CLÍNICA: ANAMNESIS:

Enfermo con 50 años que presenta los siguientes síntomas desde hace más de 2 meses: Estado de
ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces.

Pérdida de placer en actividades habituales.

Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño.

Cambio grande en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso.

Cansancio y falta de energía.

Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa.

Dificultad para concentrarse. (2)


Movimientos lentos o rápidos.

Inactividad y retraimiento de las actividades usuales.

Sentimientos de desesperanza y abandono.

Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.

La puntuación siendo su puntuación máxima de 9 puntos, y la valoración cualitativa la hace el


profesional, que unido a los síntomas, se clasificó en éste caso como episodio depresivo mayor. Se
valoraron (3) los síntomas afectivos, y presentaba: rabia, angustia, miedo, irritabilidad, hostilidad, y
apatía entre otros. Presentaba un humor de tonalidad triste, aunque a veces pueda predominar la
disforia. También: palpitaciones, ahogo, sudoración, y síntomas de ansiedad. También anhedonia, que
es la perdida de la capacidad de buscar y consumir placer. Síntomas somáticos como anorexia, pérdida
de peso y dolores erráticos. A veces presentó ideas y deseos suicidas.

DIAGNOSTICO: Por el test de depresión de Golberg, y por los síntomas. Por el laboratorio: (4) existen
alteraciones de neurotransmisores, como disminución de la actividad de la serotonina y noradrenalina,
de la dopamina, acetil-colina y gaba. Alteraciones neuroendocrinas, como aumento de la secreción de
cortisol, y respuesta baja o nula al test de supresión de la dexametasona. En éste enfermo, en éstas
pruebas no se observó alteración alguna. En la Neuroimagen: aumento de flujo en regiones límbicas, y
disminución del cortex prefrontal. Se observó (electroencefalograma – EEG del sueño): Aumento de la
latencia del sueño, y disminución de la latencia Rem.

TRATAMIENTO: Se le mandaron antidepresivos, que pueden ser tricíclicos, IMAO, y RSRS, como la
fluoxetina, una en el desayuno, haciéndole constar que la acción antidepresiva tarda en alcanzarse entre
4 y 6 semanas; y que debe mantenerse el tratamiento, una vez alcanzada la respuesta, un mínimo de 6 a
12 meses, incluso a veces toda la vida, ya que sino el riesgo de recaída puede ser muy alto. En general,
los tratamientos para la depresión abarcan:

Medicamentos llamados antidepresivos.

Terapia psicológica, llamada psicoterapia.

Si usted tiene depresión leve, posiblemente sólo necesite uno de estos tratamientos. Las (5) personas
con depresión más grave generalmente necesiten una combinación de ambos tratamientos. Toma
tiempo sentirse mejor, pero generalmente hay mejorías día tras día.
Si usted es suicida o está sumamente deprimido y no puede desempeñarse, posiblemente necesite
tratamiento en un hospital psiquiátrico.

MEDICAMENTOS PARA LA DEPRESIÓN:

Los medicamentos empleados para tratar la depresión se denominan antidepresivos. Los tipos comunes
de antidepresivos abarcan:

Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), entre ellos fluoxetina (Prozac),
sertralina (Zoloft), paroxetina (Paxil), fluvoxamina (Luvox), cetalopram (Celexa) y escitalopram (Lexapro)

Los inhibidores de la recaptación de la norepinefrina (IRSN), entre ellos, desvenlafaxina (Pristiq),


venlafaxina (Effexor) y duloxetina (Cymbalta)

Otros medicamentos utilizados para tratar la depresión comprenden:

Antidepresivos tricíclicos

Bupropión (Wellbutrin)

Inhibidores de la monoaminoxidasa

Tratamiento psicoterapéutico: con terapia cognitivo-conductual. Se utilizó la psicoterapia de apoyo, en


la que se ayudó al paciente y familia, a adaptarse a la enfermedad y al medio. A los 6 meses, aunque
tuvo que seguir tomando el tratamiento bastante tiempo, el paciente mejoró mucho, sin ideas suicidas,
y desapareciendo muchos síntomas como el insomnio, la anhedonia entre otros.

DISCUSIÓN: CONCEPTO: La depresión es una enfermedad clínica severa que afecta al cerebro. Es más
que sentirse “hundido” o “triste” por algunos días. Si usted es una de las más de 20 millones de
personas en los Estados Unidos que tienen depresión, esos sentimientos no desaparecen. Persisten e
interfieren con su vida cotidiana. Los síntomas pueden incluir:

Tristeza
Pérdida de interés o placer en actividades que suele disfrutar

Pérdida o aumento de peso

Dificultad para dormir o sueño excesivo

Pérdida de energía

Sentimientos de desvalorización

Ideas de muerte o de suicidio

La depresión es una condición del cerebro. Existen muchas causas, incluyendo los genes, causas
ambientales, psicológicas y factores bioquímicos. La depresión suele comenzar entre los 15 y los 30 años
y es mucho más común en las mujeres. Las mujeres también pueden tener depresión posparto después
de dar a luz. Algunas personas tienen un trastorno afectivo estacional en el invierno. La depresión es
una parte del trastorno bipolar.

Existen tratamientos eficaces para la depresión que incluyen antidepresivos y psicoterapia. La mayoría
de las personas mejora más rápidamente (6)

epidemiologia-depresion

Depresión. Epidemiología

EPIDEMIOLOGIA:

En la población general, la prevalencia es: 2-3% hombres, 5-9% mujeres. En

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irritable (SII) es un trastorno que se caracteriza por dolor abdominal cólico, ... separados viudos y
solteros. Es más frecuente en estratos económicos bajos, si nos centramos en el trastorno depresivo
mayor no hay diferencias.

ETIOLOGÍA: Se desconoce la causa exacta de la depresión. Muchos investigadores creen que es causada
por cambios químicos en el cerebro. Esto puede deberse a problemas con los genes o se puede
desencadenar por ciertos eventos estresantes. Lo más probable es que sea una combinación de ambos.

Algunos tipos de depresión se transmiten de padres a hijos, pero ésta también se puede presentar en
personas que no tienen antecedentes familiares de la enfermedad. Cualquier persona puede deprimirse,
incluso los niños.
Los siguientes factores pueden jugar un papel en la depresión:

Alcoholismo o drogadicción.

Ciertas afecciones médicas, como hipotiroidismo, cáncer o dolor prolongado.

Ciertos medicamentos como los esteroides.

Problemas para dormir.

Hechos estresantes en la vida, como:

romper con un novio o novia;

desaprobar una asignatura;

enfermedad o muerte de alguien cercano;

divorcio;

maltrato o rechazo en la niñez;

pérdida del trabajo;

aislamiento social (común en los ancianos).

Tres veces más (7) más frecuente en familiares de primer grado de enfermos. S e suponen por tanto
causas genéticas, los familiares de primer grado tienen mayor riesgo de alcoholismo, y de trastornos de
ansiedad.

CLÍNICA:

Los síntomas anímicos son: tristeza, estado de ánimo Bajo la mayor (7) parte del día, sintiéndose vacio,
desanimado. Irritabilidad. Más frecuente en niños y adolescentes. Anhedonia: incapacidad absoluta para
experimentar placer. Incluye disminución de la libido y del interés sexual. Los síntomas somáticos:
Pérdida acusada de apetito, alteración del sueño, insomnio y empeoramiento matutino, fatiga y pérdida
de energía diaria y persistente, alteraciones sexuales, aumento de quejas físicas y trastornos
inconcretos, dolores vagos. Síntomas del pensamiento: visión negativista, pensamientos recurrentes de
muerte o ideas suicidas, ideas de inutilidad o de culpa excesivas, Síndrome de Cotard, o delirio nihilista
en que el paciente cree que carece de una o más partes del cuerpo, o que está muerto. Síntomas
conductuales: alteraciones en la concentración, atención y memoria, alteración psicomotora.

TRATAMIENTO: Antidepresivos: tricíclicos, IMAO, ISRS. Hay que tener en cuenta 2 factores, la acción
depresiva tarda en alcanzarse 4-6 semanas. Una vez alcanzada la respuesta debe mantenerse el
tratamiento de 6 a 12 meses. Tratamiento psicoterapéutico: terapia cognitivo-conductual, familiar en
niños y adolescentes. Psicodinámica, terapia interpersonal de la depresión, muy utilizada en la
psicoterapia de apoyo.

El ingreso hospitalario se efectúa, cuando hay riesgo de suicidio. Antipsicóticos en el caso de


depresiones delirantes. Terapia electroconvulsiva se usa en los cuadros catatónicos.

BIBLIOGRAFÍA:

1) Adriana P. Martinez et al, Manual AMIR PQ, Psiquiatría, pgs:18-19, editorial A. de Estudios Mir, S.L., 4
Edición 2010.

2) Depresión, Medline Plus, Enciclopedia Médica, pgas.1-4.

3) Enric Álvarez y Cristóbal Gastó, editorial Marge, pgs.: 56-58m, S. DEPRESIVA en A. P., ed. M. books.

4) Adriana P. Martinez et al, Manual AMIR PQ, Psiquiatría, pgs:18-19, editorial A. de Estudios Mir, S.L., 4
Edición 2010.

5) Depresión, Medline Plus, Enciclopedia Médica, pgas.1-6, B. Nacional de EE.UU.

6) Depresión, Medline Plus, Enciclopedia Médica, pgas.1-5, B. Nacional de EE.UU.


7) Adriana P. Martinez et al, Manual AMIR PQ, Psiquiatría, pgs:18-20, editorial A. de Estudios Mir, S.L., 4
Edición 2010.

Caso clínico. Bulimia nerviosa.

Dra. Enriqueta Jiménez Cuadra (Centro Salud Antequera)

RESUMEN:

La bulimia nerviosa se caracteriza por (1) episodios recidivantes, de comidas excesivas seguidas de
conductas compensadoras anormales, como es la provocación del vómito. Muchos pacientes con
bulimia nerviosa, tienen antecedentes de anorexia nerviosa, y viceversa. Se presenta el caso clínico de
una mujer de 27 años, con bulimia.

Palabras clave: bulimia, paciente medicina de familia

ABSTRACT: The nervous bulimia is characterized (1), recurrent episodes, of excessive eating followed by
compensating abnormal conducts, since it is the provocation of the vomit. Many patients with bulimia
nervous have precedents of anorexia nervosa and vice versa. There appears the clinical ca of 27-years-
old woman, with bulimia.

KEYWORDS: Bulimia, patient, family medicine

CASO CLÍNICO:

Paciente con 27 años, que acude en busca de tratamiento para lo que cree bulimia nerviosa, mujer de
peso normal, que refiere episodios de ingestión desenfrenada de comida. Los familiares no saben qué
hacer, por qué la bulimia nerviosa le está llevando a otras adicciones como el alcoholismo.
El trastorno suele comenzar a final de la adolescencia, (2) o a principios edad adulta, durante una dieta o
poco después, a menudo junto a una depresión. La limitación calórica autoimpuesta no supone
aumento de hambre y sobrealimentación.

Bulimia

bulimia_nerviosa_caso/bulimia_nerviosa

Paciente que en el curso de su enfermedad aparte de la bulimia, sufrió otras adicciones como el
alcoholismo, deterioro cognitivo y falta de autoestima. Llegó a un deterioro social y perdió el trabajo.
Varias veces estuvo ingresada en una clínica de rehabilitación, hasta hoy que con la ayuda y apoyo de su
familia, se va reinsertando poco a poco en la sociedad. Sufría episodios compulsivos de hambre, que le
hacían llenar la nevera.

DISCUSIÓN:

EPIDEMIOLOGIA:

En las mujeres la prevalencia permanente del Síndrome florido de la bulimia, es del 1 al 3%. Son mucho
más frecuentes las variantes del problema, como el consumo desenfrenado de alimentos, o el uso de
purgantes y laxantes que se observan en el 5-10% de mujeres jóvenes.

Vómito provocado

bulimia_nerviosa_caso/provocacion_vomito
La frecuencia de bulimia nerviosa en varones, es de menos de un decimo de la observada en mujeres. La
prevalencia de Bulimia aumentó extraordinariamente al principio de los decenios de 1970 y 1980, pero
mostró una etapa de nivelación o incluso disminuyó en los años recientes.

ETIOLOGÍA:

Es posible que sea multifactorial.

Predisposición a la obesidad.

Factores culturales.

Anormalidades de la función serotoninérgica del sistema nervioso central (SNC), que interviene en la
regulación de la conducta alimentaria, y disminuyen los mecanismos de la saciedad periférica.

CLÍNICA:

- Para no engordar la paciente se provoca el vómito.

- En las etapas de ingestión desenfrenada de alimentos, las personas con el trastorno, tienden a
consumir abundantes alimentos dulces, y con gran contenido de grasa.

- A medida que el trastorno avanza, van perdiendo el control sobre la alimentación.

- Los atracones aumentan de magnitud y frecuencia, provocados por distintos estímulos, como una
depresión o ansiedad transitoria.

- Algunos pacientes muestran trastornos graves del ánimo y la conducta, como intentos de suicidio,
promiscuidad sexual y abuso de drogas y alcohol.
bulimia_nerviosa_caso/conoce_bulimicos

TRATAMIENTO:

Puede tratarse de forma ambulatoria (3). El tratamiento de psicoterapia, el cognoscitivo-conductual, es


un tratamiento a corto plazo, de 4 a 6 meses, centrado en la intensa preocupación por la forma y el
peso, la dieta persistente, y los atracones y purgas que caracterizan el trastorno. Con éste tratamiento
se logra la remisión del 50% de los pacientes. El inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina,
(Prozac) la fluoxetina es el más eficaz para su tratamiento. La dosis recomendada es de 60 mg al día,
mayor de la que suele utilizarse en la depresión. Una minoría no responde de manera adecuada al
tratamiento.

Comorbilidad de trastornos afectivos en trastorno obsesivo compulsivo - TOC: un caso clínico.

Comorbidity of Affective Disorders in OCD: A Clinical Case.

Juan Antonio Becerra García.

Psicólogo. Master Psicología Clínica Aplicada. Doctorando Psicología. Centro Médico Castellar Salud SL.

Resumen

En la psiquiatría y psicología la comorbilidad se refiere a la presencia de más de un diagnóstico que


ocurre al mismo tiempo en un individuo. Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) pueden
desarrollar otras condiciones psicológicas que pueden existir junto con trastorno obsesivo-compulsivo.
La condición coexistente más común que afecta a las personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
es la depresión. Específicamente, en el Eje I del DSM, el Trastorno Depresivo Mayor es el desorden
comórbido más común en el trastorno obsesivo-compulsivo. En este trabajo se describe un caso clínico
en el que se presenta la comorbilidad de un Trastorno Depresivo Mayor en el curso de un trastorno
obsesivo-compulsivo (TOC), siendo el motivo de consulta la sintomatología depresiva que manifiesta la
paciente. Se recoge la principal sintomatología, una vez evaluada, y el tratamiento farmacológico y
psicológico que se inició.

Palabras Clave: Comorbilidad, Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), Depresión, Evaluación y


Tratamiento.

Abstract

In psychiatry and psychology comorbidity refers to the presence of more than one diagnosis occurring in
an individual at the same time. People with obsessive-compulsive disorder (OCD) may develop other
psychological conditions that can exist together with OCD. The most common co-existing condition that
affects people with OCD is depression. Specifically, on the DSM Axis I, the Major Depressive Disorder is
the most common comorbid disorder in OCD. In this work, a clinical case is described in which the
comorbidity of a Major Depressive Disorder is presented in the course of an OCD, being the consultation
reason the depressive symptomatology that the patient manifests. Its picked up the main
symptomatology, once evaluated, and the pharmacological and psychological treatment that began.

Key Words: Comorbidity, Obsessive-Compulsive Disorder (OCD), Depression, Evaluation and Treatment.

Introducción:

En términos generales, la comorbilidad es la presencia de dos (o más) enfermedades, de etiopatogenia y


fisiopatología distintas, en un mismo sujeto. La comorbilidad psiquiátrica sería la presencia de un
antecedente o síndrome psiquiátrico concurrente que se suma al diagnóstico principal (1), aunque para
considerar que los trastornos son comórbidos, ambos deben estar presentes como episodios con
expresión completa.

En el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) suelen aparecer comórbidos una amplia variedad de
trastornos del Eje I del DSM-IV (2-3), entre otros: Trastornos de ansiedad (fobia especifica y trastorno de
pánico), trastornos depresivos, abuso de alcohol y juego patológico, trastornos de la alimentación,
trastornos del control de impulsos (síndrome de Tourette, tricotilomania, cleptomanía), trastorno
dismórfico corporal, hipocondría, esquizofrenia, sintomatología psicótica y trastorno de
despersonalización.
De estos, la depresión es la patología comórbida más frecuente en Trastorno Obsesivo Compulsivo
(TOC), del 28-38% de pacientes con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) la padecen (2). Otros estudios
con pacientes obsesivos detectan que el 85% presentaba un estado depresivo aunque sólo un 27%
cumplían criterios diagnósticos de un trastorno depresivo, observándose que en el momento del
diagnóstico, la tercera parte de los pacientes presentaba depresión mayor (1). Otros autores estiman
que la cifra de pacientes obsesivos que cumplen criterios de Depresión Mayor oscila entre un 13-35 %
(4).

Dependiendo del momento de aparición, se pueden establecer las siguientes relaciones entre Trastorno
Obsesivo Compulsivo (TOC) y la patología afectiva: sintomatología depresiva que aparece en el curso del
trastorno obsesivo; síntomas obsesivos que aparecen en el inicio o curso de un trastorno depresivo y
episodios obsesivos periódicos, que se pueden interpretar como fases depresivas (5). Frecuentemente,
el trastorno afectivo es secundario al Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) primario, Rachman y
Hodgson informaron que un 55% de sus pacientes no presentaban un trastorno depresivo antes de
comenzar a padecer el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), mientras que muchos de esos pacientes
desarrollaron la depresión más tarde (6), para Welner y sus colaboradores, hay una probabilidad 3 veces
mayor de que la depresión siga al TOC en lugar de precederlo (7). Según Vallejo, Gastó, Cardoner y
Catalán, si se considera que los trastornos depresivos secundarios son más frecuentes en Trastorno
Obsesivo Compulsivo (TOC) que los primarios, las tasas de comorbilidad entre ambas patologías están
próximas al 57% (1).

En este trabajo se presenta un caso clínico de comorbilidad entre un trastorno afectivo secundario a un
Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), el caso cumple criterios diagnósticos de diversos trastornos,
cumple criterios para trastorno depresivo mayor y Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), siendo este
caso de comorbilidad el que con más frecuencia se da cuando en el Trastorno Obsesivo Compulsivo
(TOC) aparece concurrentemente otra patología del Eje I, según los datos anteriores, evidenciando este
caso una situación que se da frecuentemente en consulta, la de la comorbilidad psiquiátrica.

Presentación del caso.

1. Datos personales. Mujer de 43 años, casada con una hija, actualmente es ama de casa.
2. Motivo de Consulta. En los últimos meses refiere encontrarse constantemente preocupada y triste,
con muchas ganas de llorar y con dificultad para dormir.

3. Historia Clínica. La paciente ha realizado estudios escolares elementales, proviene de una familia
integrada por los padres y una hermana mayor que ella, con nivel socio-económico medio-bajo. No hay
antecedentes familiares somáticos o mentales relevantes, aunque refiere que su madre ha sido desde
siempre algo “nerviosa”. Se considera una persona responsable tanto en su hogar como en otros
trabajos que ha realizado (trabajos agrícolas, taller de confección). Siempre se ha preocupado y
responsabilizado del bienestar de su familia. Vive con su marido, de 45 años y de profesión conductor de
autobús, y su hija de 15 años.

Se define a ella misma como “obsesiva”, manifestando que esto es su gran “problema”. Durante su
niñez su madre fue mordida por un perro, recuerda que esta se mostraba preocupada por lo que
pudiera pasarle tras la mordedura, este hecho le afectó y le preocupó en gran medida. A los 6 meses de
tener a su hija empezó a sentir una “sensación de asco” ante cualquier cosa desagradable (suciedad,
basura, animales, etc.). A los dos años de nacer su hija, unas discusiones entre familiares de su marido
con este hacen que empeore y aumente la “sensación de asco”, el nerviosismo y que adelgace mucho.
No comenta a partir de esto ningún periodo en el que su malestar haya mejorado.

Lo que le ha llevado a iniciar un tratamiento ahora son las ideas de suicidio que tiene por la sensación de
impotencia que experimenta al no poder salir de su problema, el ser “obsesiva”. Manifiesta no haber
pensado en la forma de quitarse la vida, pero el tener estas ideas más frecuentemente en las últimas
semanas ha hecho que aparezca un miedo a hacerse daño a sí misma, que aumente el malestar que
experimenta por el hecho de poder dejar a su marido y a su hija solos, haciéndola sentir culpable por ser
“mala persona”, además llora frecuentemente, principalmente cuando esta sola.

Trastorno afectivo bipolar. A propósito de un caso. La señorita del lazo amarillo

María Luisa Gutiérrez López. Residente de Psiquiatría del Área Hospitalaria de Valme

RESUMEN

Las variadas formas clínicas de presentación del trastorno afectivo bipolar junto a la frecuente presencia
de comorbilidades como el consumo de tóxicos o los trastornos de personalidad, además de la escasa
conciencia de enfermedad dificultan su abordaje, el diagnóstico, diagnóstico diferencial y el tratamiento.
Se expone un caso de una mujer de 42 años ingresada en Unidad de Agudos de Salud Mental por
presentar episodio de agitación psicomotriz y trastorno de conducta con heteroagresividad física y
verbal en entorno familiar. Fue diagnosticada de Trastorno afectivo bipolar, episodio actual maniaco, sin
síntomas psicóticos (CIE – 10 F. 31.1) y trastorno comórbido; Abuso de cannabis (CIE – 10 F. 12.1).

Durante su estancia hospitalaria respondió de manera lenta pero favorable. Se instauró al inicio
tratamiento con ácido valproico y debido a la escasa respuesta presentada, se combinó con olanzapina.
En conjunción con el tratamiento psicofarmacológico se hizo imprescindible el abordaje
psicoterapéutico con elementos psicoeducativos como herramientas útiles para la prevención de
recaídas.

PALABRAS CLAVES: Trastorno bipolar, Comorbilidad, Tóxicos, Trastornos de Personalidad,


Psicoeducación

KEY WORDS: Bipolar disorder, Comorbidity, Drugs, Personality disorder, Psychoeducation

INTRODUCCIÓN

La conceptualización del trastorno bipolar ha evolucionado desde un planteamiento dicotómico, hasta


un modelo de continuum, implicando esto un aumento de las dificultades en el diagnóstico (1). El
amplio abanico de formas clínicas de la enfermedad, la complejidad en el diagnóstico diferencial, la alta
frecuencia de comorbilidad y la escasa conciencia de enfermedad, representan un importante reto para
la psiquiatría actual. El caso aquí referido es un ejemplo de cómo, en una misma paciente, se solapan
episodios depresivos y maniacos, rasgos anómalos de personalidad, abuso de tóxicos, y una evidente
negación de la enfermedad.

CASO CLÍNICO

Anamnesis

Paciente mujer de 42 años acude, acompañada por sus familiares, al servicio de Urgencias del Hospital
de Valme, por presentar episodio de agitación psicomotriz y trastorno de conducta con
heteroagresividad física y verbal en entorno familiar. Se procede a su ingreso para aclaración diagnóstica
y contención de la situación, con orientación diagnóstica de síndrome maniforme.

Antecedentes Personales

Somáticos: Paciente sana, un aborto provocado 5 años antes e intervenida por endometriosis hacía 4
años.

Psiquiátricos: A los 21 años debuta con un episodio depresivo, cuya sintomatología cedió en pocos
meses y fue tratado por Médico de Atención Primaria. Tras un segundo episodio depresivo, presenta a
los 24 años un primer cuadro maniforme que requirió ingreso hospitalario y cuya orientación
diagnóstica al alta fue de trastorno bipolar, episodio actual maniaco. Recibió entonces tratamiento con
carbonato de litio y tras el alta, se derivó a la Unidad de Salud Mental Comunitaria de referencia. Allí
realizó seguimiento de manera irregular, habiendo abandonando el tratamiento con litio hacía ocho
años.

Tóxicos:

- Fumadora habitual

- Consumo abusivo de hachís desde la adolescencia hasta la actualidad. En el primer ingreso queda
reflejado además, consumo ocasional de cocaína y heroína.

Antecedentes Familiares

Padre y hermana con diagnóstico de trastorno bipolar.

Personalidad previa
La paciente se describe como generosa, alegre y con facilidad para las relaciones sociales. A la
observación se aprecia actitud seductora, afectividad lábil y tendencia al protagonismo.

Enfermedad Actual

Estable en los dos últimos años, con buen ajuste socio-familiar y sin tratamiento, relata desde hace dos
meses aumento de la inquietud, con sensación de estar desbordada, insomnio global, disminución del
apetito y aumento del consumo de hachís. Muestra escasa conciencia de enfermedad, atribuyendo la
sintomatología a acontecimientos vitales estresantes que comienzan, según dice, cuando tenía 16 años.
Con esta edad, quedó embaraza y este hecho trajo en consecuencia un primer matrimonio fracasado y
una separación traumática. Un segundo matrimonio con intentos repetidos por tener hijos; múltiples
inseminaciones en los últimos años, un aborto provocado hacía 5 años y dos intentos de adopción. El
primer intento frustrado y un segundo, del cual se encontraban en trámites.

Según la paciente, el factor desencadenante fue la noticia, hacía 2 meses, de la necesidad de operación
de cataratas de su madre. Ello provocó un incremento de la conflictiva familiar con relación a su padre y
hermana, ambos diagnosticados de trastorno bipolar. Siendo cuidadora principal de la familia de origen
y de la nuclear, sentía como se entregaba a todos y tenía la sensación de no ser correspondida por ellos.

Su esposo e hija habían observado en los últimos meses como la paciente se mostraba irritable, inquieta
y presentaba conductas heteroagresivas físicas y verbales con la creencia además de la existencia de un
complot contra ella. Comentaban la alternancia, en el pasado, de sintomatología compatible con
episodios depresivos, con repercusión funcional parcial, seguidos sin solución de continuidad, de otros
momentos de hiperactividad, con gran capacidad para la resolución de tareas, acompañados de
disminución del tiempo de sueño.

Exploración Psicopatológica

Su aspecto es cuidado, con ligera extravagancia en el vestir, pasea por la Unidad con un bonito lazo
amarillo en el pelo. Su actitud en ocasiones disfórica y recelosa, en otras jovial y seductora. Se observa
escasa conciencia de enfermedad. Ha presentado conductas de hiperactividad y heteroagresividad física
y verbal hacia familiares.
Se muestra atenta y orientada en tiempo, espacio y persona. No se aprecian alteraciones groseras de las
funciones superiores. Dificultad en la concentración. En relación a la afectividad se evidencia
inestabilidad emocional predominando un estado de ánimo disfórico.

El lenguaje es espontáneo con excesiva fluidez. Pensamiento acelerado, saltígrado y prolijo, sin fuga de
ideas, con ideación deliroide de perjuicio referido al entorno familiar. No se aprecian alteraciones en la
propiedad del pensamiento ni en la esfera sensoperceptiva. Al respecto de la vida instintiva, no hay
ideación de muerte, ni de suicidio. Aparece insomnio global y apetito disminuido. Conductas
desinhibidas. Presentaba episodios de inquietud psicomotriz y consumo abusivo de hachís. Se había
mantenido activa laboralmente hasta el momento del ingreso.

Pruebas complementarias

Hemograma y coagulación – sin alteraciones

Bioquímica – sin alteraciones

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