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Academiejaar 2012-2013
Camille Duquet
Promotor: Prof. Dr. Renata Enghels
Primero, quiero agradecer sumamente a mi director de tesina, Prof. Dr. Renata Enghels. Sin la
ayuda de ella, no podría haber escrito esta tesina. Es ella que ha despertado en mí la pasión
por la lingüística española en primer lugar. Los dos años pasados, cuando estuve a escribir mi
tarea de investigación y mi tesina, siempre podía contar con ella cuando tuve dudas o
preguntas. Sus comentarios detallados y ideas interesantes me han ayudado increíblemente
mucho. Además, sus observaciones siempre fueran constructivas, lo que me dio la confianza
necesaria para terminar este trabajo de manera satisfactoria.
En tercer lugar, quiero dar las gracias a mis amigas y compañeras de clase, particularmente a
Charlotte Dugardyn, Emilie Mouton y Lara Custers. El trabajar juntos alivió el trabajo y las
pausas divertidas me dieron las ganas de seguir. Además, ellas siempre tenían confianza en mí
y en mis capacidades, mismo si yo la había perdido.
Quiero también agradecer sumamente a mis padres por haberme dado la oportunidad de
estudiar y de ahí perseguir mis sueños y también por haber respectado mis frustraciones y
decepciones circunstanciales. Igualmente doy las gracias a mi hermana que siempre preparó
comida deliciosa para mí cuando estaba a realizar mi tesina. De esta manera no perdí tiempo y
siempre podía trabajar con nuevas fuerzas.
Por último, quiero agradecer a mi novio, Neil Delarue. Me estimuló cuando fue necesario y
me dio tiempo cuando fue posible. Además, sé que no siempre estoy agradable cuando tengo
estrés y quiero entonces agradecerlo sumamente por su paciencia y su amor eterno.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ..............................................................................................................................1
1.4.5 La gramaticalización...........................................................................................................9
Segunda parte: análisis de las extensiones metafóricas y metonímicas relativas a cuatro lexemas
somáticos .......................................................................................................................................... 39
5.4 La frente.................................................................................................................................. 47
CONCLUSIÓN ................................................................................................................................ 82
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................................. 85
INTRODUCCIÓN
La lengua es más que un mero instrumento de comunicación. La lengua hablada, o sea el
lenguaje, es un organismo vivo que está en permanente interacción con sus hablantes, los
seres humanos. Desde muy pronto, surgió la lingüística para dedicarse al estudio de la lengua.
Dentro de la lingüística han surgido muchas corrientes diferentes que todas estudian
diferentes partes de la lengua y que dan una visión particular. La semántica es una de las
partes de la lengua que ha recibido menos atención, visto que el significado es algo muy
difícil para estudiar. Sin embargo, recientemente muchas corrientes se han dedicado también a
este componente de la lingüística. La lingüística cognitiva es una de las corrientes que
investiga el componente semántico y que conoce mucho éxito hoy en día, basándose en la
tesis de que el lenguaje forma parte de la cognición humana. Muy importante para los
lingüistas cognitivos es el lenguaje figurado y en particular la metáfora y la metonimia, que
no se consideran meros recursos retóricos, sino que según los cognitivistas "permiten la
articulación de nuevas ideas y facilitan la comprensión de conceptos (Pérez, 2010: 165).
Además, la lingüística cognitiva ha constatado que estas extensiones semánticas se basan
frecuentemente en el cuerpo humano y todo lo que se relaciona con la experiencia corporal.
Este hecho, que se llama la corporeidad, es de la mayor importancia para el estudio presente.
En cuanto a las partes del cuerpo, la cabeza constituye la parte más importante,
alojando el cerebro y cuatro de los cinco sentidos. Como parte esencial del cuerpo humano,
constituye una fuente ideal para el lenguaje figurado, y es esto que investigaremos en el
estudio actual. Es decir, nos dedicamos a un análisis pormenorizado de las extensiones
semánticas de cuatro lexemas somáticos que pertenecen al campo léxico de la cabeza, a saber
cabeza, cara, rostro y frente. Analizamos más particularmente las extensiones metonímicas y
metafóricas y las locuciones formadas a partir de los cuatro lexemas. Ya existen muchos
estudios cognitivos que tratan de partes del cuerpo, pero falta un estudio que compara
particularmente los lexemas perteneciendo al campo léxico de la cabeza. Además, el análisis
presente enriquecerá el conocimiento sobre los lexemas somáticos, de manera que llegaremos
probablemente a constataciones interesantes y nuevas.
Entonces, perseguimos dos objetivos fundamentales. Primero, intentaremos comprobar
la teoría de la metáfora y la corporeidad que nos ha sido sugerido por la lingüística cognitiva.
Segundo, queremos descubrir ciertos aspectos en cuanto al origen y el funcionamiento de las
metáforas y las metonimias en la cognición humana. O sea, intentamos sistematizar las ideas
básicas del cognitivismo. Muy particularmente, queremos saber en qué medida difieren y/o
1
coinciden los lexemas investigados. Es decir, los cuatro lexemas designan partes del cuerpo
que pertenecen a la cabeza, pero ¿en qué difieren los usos figurativos relativos a estos
lexemas? ¿Saltan a la vista diferencias en cuanto a los diferentes tipos de metáforas y
metonimias? ¿Qué lexema se presta más fácilmente al uso figurativo y qué lexema prefiere el
uso literal? ¿Hay similitudes llamativas entre los diferentes lexemas y a qué se puede atribuir
estas similitudes? ¿En qué difieren los cuasi-sinónimos cara y rostro que ambos refieren a la
cara? Etcétera. A fin de realizar estos objetivos y dar respuestas a las preguntas de
investigación, proponemos un estudio pormenorizado cuya estructura precisamos a
continuación.
El trabajo actual comporta dos partes básicas, a saber una parte teórica y una parte
práctica. La primera parte describe el panorama teórico en que el estudio presente se inscribe.
Comenzamos con un capítulo introductorio que presenta las corrientes lingüísticas que tratan
de la léxica semántica. En este capítulo comentamos también las ideas principales del
cognitivismo. Prestamos una especial atención hacia la teoría de la metáfora cognitiva, que se
describe muy detalladamente en todas sus facetas en el segundo capítulo. Este segundo
capítulo concluye con la tesis de la corporeidad, constituyendo el enlace perfecto para el
tercer capítulo que resume los diferentes estudios cognitivos de partes del cuerpo.
Necesitamos este estado de la cuestión como punto de partida para la segunda parte del
estudio actual. Pasamos en la segunda parte al verdadero análisis de las extensiones
semánticas desarrolladas a partir de las partes del cuerpo, después de haber adquirido los
conocimientos teóricos fundamentales. Empezamos la segunda parte con un capítulo que
presenta la metodología aplicada, para entonces pasar a la primera etapa del análisis empírico
que consiste en un análisis lexicográfico. El sexto -y el último- capítulo comporta los datos
más importantes del estudio actual, a saber el análisis de corpus de los cuatro lexemas.
PRIMERA PARTE: PANORAMA TEÓRICO
La primera parte presenta un panorama teórico, necesario para la comprensión del sujeto en
general y la parte práctica del estudio presente en particular. Comenzamos con un capítulo
introductorio en que exponemos brevemente las diferentes corrientes importantes de la
semántica léxica. Focalizamos más en la semántica cognitiva, la corriente en que este estudio
se inscribe. El segundo capítulo elabora la tesis más importante de esta corriente, a saber la
teoría de la metáfora. Después de entrar en detalle sobre las metáforas, las metonimias y la
corporeidad, pasamos al estado de la cuestión que se presenta en el tercer y último capítulo de
esta parte teórica. En este capítulo discutimos los diferentes estudios sobre las partes del
cuerpo llevados a cabo en las últimas décadas.
1
Como la denominación hace suponer, constituye un conjunto de aproximaciones basadas en las ideas principales de la
semántica estructural. Sin embargo, la semántica generativa también desempeña un papel en la semántica neo-estructural.
Sobre todo tienen influencia las preocupaciones mayores de esta última, a saber la realidad psicológica de los análisis
semánticos y la aptitud de las representaciones formales del significado léxico. La semántica neo-estructural se ocupa
entonces de la delimitación del conocimiento lingüístico en relación con la cognición general y de la posibilidad de
formalizar el significado lingüístico. Conviene subrayar que estos paradigmas “decomposicionales” tratan de la interacción
entre lexicón y cognición en general. Como ya mencionado, este tema será tratado exhaustivamente por la semántica
cognitiva (cf. infra 1.4) y no existe una verdadera línea divisoria entre las tendencias neo-estructuralistas y las cognitivas que
surgen simultáneamente.
distinción entre la semántica y la pragmática.
Dentro de la semántica cognitiva existen tanto estudios onomasiológicos como
estudios semasiológicos, conforme al objeto de estudio. El primer tipo se focaliza en las
diferentes formas disponibles para expresar un mismo concepto mientras que el segundo tipo
se ocupa de los diferentes conceptos expresados por una sola forma. Dentro de la semántica
léxica, esta distinción corresponde respectivamente al binomio de la sinonimia y la polisemia.
Los estudios que investigan los campos léxicos de los cuasi-sinónimos quieren saber por qué
un determinado lexema se escoge y no otro, mientras que los estudios semasiológicos
examinan el uso de un lexema determinado (Glynn, 2010: 18-19).
Además, este nuevo marco teórico se caracteriza por las contribuciones siguientes, que
ilustran bien la concepción cognitiva de la lengua: el modelo de la prototipicidad (1.4.1), la
teoría de la metáfora y la metonimia (1.4.2), los "Idealized Cognitive Models" y "Frame
theory" (1.4.3) y las contribuciones al estudio del cambio de significado (1.4.4). Hemos
añadido una parte sobre el proceso de la gramaticalización (1.4.5), que constituye otro
concepto clave de la lingüística cognitiva, aunque no se menciona en Geeraerts (2009). Esta
parte se basará en el libro de Cuenca y Hilferty (1999): "Introducción a la lingüística
cognitiva". Por último, insertamos una sección que tratará brevemente de las locuciones
(1.4.6). Como el interés para este tipo de expresiones lexicalizadas surgió dentro de la
lingüística cognitiva, exponemos aquí brevemente la teoría que será importante para la parte
empírica del estudio presente.
1.4.1 La prototipicidad
En 1970, la investigadora Rosch (apud Geeraerts, 2009: 183) se dedicó al estudio
psicolingüístico de la estructura interna de categorías lingüísticas. Descubrió que estas
categorías -en especial las categorías para denominar objetos naturales- tienen un centro claro
con márgenes más bien vagos. Unos diez años más tarde los resultados de su estudio fueron
introducidos en la lingüística cognitiva. La característica más importante del concepto de la
prototipicidad es que hay grados. Es decir, no todos los miembros son igualmente
representativos para la categoría. Además, es importante saber que las categorías no se dejan
definir por una sola serie de criterios y que tienen lecturas que se solapan. Esta nueva
interpretación de las categorías lingüísticas coincide con la visión psicológica, lo que no fue el
caso con las definiciones estrictas de las categorías de antes. Como el estudio actual trata de
un análisis de cuatro lexemas que pertenecen al mismo campo léxico, es importante tener una
idea del concepto de la prototipicidad.
1.4.2 La teoría conceptual de la metáfora
No solo el grado de prototipicidad tiene una influencia en el orden interno de los significados
de una palabra–un significado menos prototípico se deriva de un significado más prototípico-
pero también pueden influir mecanismos de extensión semántica como la metáfora y la
metonimia. Es decir, se traslada el foco de interés de la estructura interna de las categorías a
las relaciones semánticas que unen las diferentes lecturas de una palabra. Se dedica sobre todo
mucha atención a la metáfora, el mecanismo por lo cual se puede entender una cosa en
términos de otra. La teoría conceptual de la metáfora, desarrollada por Lakoff y Johnson
(2007), constituye el ejemplo por excelencia de cómo los cognitivistas interpretan la metáfora
y la lengua figurada en general. Brevemente, la teoría se basa en las aserciones siguientes: la
metáfora es un fenómeno cognitivo, la metáfora se analiza como una asociación entre dos
dominios y la semántica léxica se fundamenta en la experiencia. Como la teoría de la
metáfora es muy importante para la investigación presente, estas aserciones serán tratadas en
detalle más adelante (cf. infra cap. 2).
Al estudiar los mecanismos de cambio de significado -como la metáfora y la
metonimia-, la semántica cognitiva coincide con la semántica histórico-filológica. Ambas
tradiciones adoptan una concepción psicológica de significado y se interesan en la naturaleza
dinámica del significado. Lo que distingue entonces la semántica cognitiva es que estos
mecanismos son analizados como fenómenos sincrónicos y se pierde gradualmente la visión
diacrónica de la semántica histórico-filológica. Sin embargo, la semántica cognitiva sí ha
mostrado un gran interés en la semántica diacrónica (cf. infra sección 1.4.4).
1.4.5 La gramaticalización
Es común sabido que a la forma de una palabra corresponden diferentes significados. Como
acabamos de ver (cf. supra sección 1.4.4), estos cambios semánticos se producen mediante
procesos de extensión, a saber la metáfora y la metonimia. Sin embargo, a veces hay también
cambios morfosintácticos. Estos cambios se deben a un proceso particular, llamado
gramaticalización. Desde hace mucho tiempo se ha estudiado este proceso, que constituye un
cambio desde una categoría léxica a una categoría gramatical. Este re-análisis se ve por
ejemplo en la locución prepositiva de frente a, que consistió originalmente en una
preposición, un sustantivo y otra preposición.
Sin embargo, desde los años setenta, se ha renovado el interés en la teoría de la
gramaticalización dentro de la lingüística cognitiva. Se ha constatado que la gramaticalización
no sólo se caracteriza por un proceso de re-análisis, sino también por un proceso de
atenuación. Es decir, tiene lugar un cambio desde categorías que tienen rasgos léxicos
inherentes a categorías menores con significados no propiamente léxicos. En otras palabras, el
proceso de gramaticalización constituye una modificación gradual de un elemento, que ataña
tanto a aspectos formales, como a aspectos funcionales y semánticos. La forma
gramaticalizada se caracteriza por ser semánticamente más vacía, con una posición más fija y
una forma más compleja. Lo que hace la gramaticalización un punto clave de la lingüística
cognitiva es el hecho de que la metáfora y la metonimia también pueden intervenir en este
cambio lingüístico. La metáfora se relaciona entonces con el cambio analógico que se
produce, mientras que la metonimia corresponde al re-análisis. Esta constatación será
importante para la parte práctica en que también miramos expresiones gramaticalizadas
basadas en metáforas o metonimias (cf. infra sección 6.4). Como muchos lexemas somáticos
dan lugar a casos de gramaticalización, volveremos a este proceso en el capítulo siguiente (cf.
infra sección 2.3).
2
La primera edición de este libro considerable fue publicado en 1980, sin embargo, para el estudio presente
consultamos la versión española que se publicó en 2007.
cognitiva, afirman entonces que la mayor parte del sistema conceptual humano es de
naturaleza metafórica (2007: 40). Es decir, la metáfora y la metonimia son conceptos mentales
específicos que influyen la manera en que uno piensa, habla, siente y razona en la vida
cotidiana (Geeraerts, 2009: 214; Gibbs, 2006:3; Yu, 2003: 28). Gutiérrez Pérez (2010: 83)
añade que la metáfora y la metonimia "son conceptuales por naturaleza y se manifiestan a
través de expresiones lingüísticas."
Geeraerts (2009: 204-206) indica tres rasgos que demuestran esta naturaleza
conceptual. Primero, la metáfora y la metonimia no son ítems léxicos individuales, sino que
constituyen un patrón. Podemos explicar esta característica mediante un ejemplo concreto de
la metáfora conceptual:
(1) La discusión es una guerra. (Lakoff y Johnson, 2007: 40; Kövecses, 2010: 6)
Para hablar sobre una discusión, se utilizan lexemas que pertenecen al campo léxico bélico:
vencer (la discusión), destruir (el argumento), disparar etc. Entonces, cuando se utiliza una
metáfora conceptual, no se trata de un solo ítem léxico, sino de un conjunto de palabras.
Segundo, las imágenes metafóricas no pertenecen a una clase cerrada, sino que pueden
utilizarse creativamente. Hay expresiones convencionalizadas, que pueden ser extendidas de
manera no convencional (cf. supra sección 1.4.4), como lo muestran los ejemplos (2a) y (2b):
(2a) to walk on cloud nine (ser muy feliz) (Geeraerts, 2009: 205)
(2b) You may be walking on cloud nine now, but (...). (Geeraerts, 2009: 205)
Por último Geeraerts menciona el hecho de que patrones metafóricos también ocurren fuera
del contexto lingüístico. En el mundo extralingüístico (europeo), las personas levantan por
ejemplo el pulgar para indicar que algo les gusta o está bien. Eso coincide con la metáfora
conceptual ‘happy is up’ (cf. infra sección 2.2.1.2).
3
Esta definición ha sido objeto de mucha crítica, porque la palabra 'dominio' no es un concepto muy bien
delineado. Por eso, se ha propuesto otra definición, que se basa en la prototipicidad. Ésta define la metáfora y la
metonimia en relación con la frecuencia con que aplican los principios de la categorización. Sin embargo, la
primera definición es la más simple y popular dentro de la semántica cognitiva y por eso la aplicamos en el
presente estudio.
Ahora que sabemos lo que son la metáfora y metonimia, intentamos hacer una
distinción entre estos fenómenos conceptuales muy similares.
4
Por motivos prácticos, presentaremos en la parte práctica (cf. infra cap. 6) los casos claros de metáforas y
metonimias y explicamos cada vez por qué son metáforas o metonimias.
metáfora, o sea la función que tiene la metáfora en la mente de la gente.
En lo que sigue, entraremos más en detalle sobre los tres tipos distinguidos dentro de
la clasificación funcional.
2.3 Corporeidad
El cuerpo es un objeto único en la experiencia humana, disponiendo sobre acceso dual: es
posible verlo y tocarlo, pero también se lo puede sentir en su propia carne. Así, cuando uno
tiene frío, le duele la cabeza o goza de una comida rica, sabe que su cuerpo constituye la
fuente de estos sentimientos y que él es la única persona capaz de experimentarlos. Esta
relación íntima con nuestro cuerpo y la omnipresencia de las experiencias corpóreas en
nuestra vida también explica la posición central que ocupa el cuerpo en nuestra cognición y,
por consiguiente, en el lenguaje humano (Cuenca y Hilferty, 1999: 17; Enfield et al., 2006:
138; Gutiérrez Pérez, 2010: 13). Una definición apropiada de la corporeidad es la que da
Gibbs (2006: 1): "Embodiment in the field of cognitive science refers to understanding the
role of an agent's own body in its everyday, situated cognition."
Como estas ideas con respecto a la corporeidad no han originado dentro del campo de
la lingüística, conviene examinar brevemente el contexto en que han surgido, a saber la
filosofía. Olza Moreno (2011: 30) indica que el concepto nasce dentro de la corriente
fenomenológica encarnada, más específicamente dentro de la corporalización transcendental.
Esta corriente ya consideró la mente como algo corporalizado pero concilia esta idea con la
idea de la transcendentalidad5. El hecho de ser un sujeto corporal tiene un impacto de manera
directa en la percepción humana: "Toda percepción exterior es inmediatamente sinónima de
cierta percepción de mi cuerpo, como toda percepción de mi cuerpo se explicita en el lenguaje
de la percepción exterior" (Merleau-Ponty apud Olza Moreno, 2011: 30). Esta idea también
surgió dentro de otras corrientes filosóficas, a saber las aproximaciones más naturalistas.
Como menciona Quaeghebeur (apud Moreno, 2011: 31), éstas se pueden denominar teorías de
la corporalización empírica. Estas teorías se basan en las ciencias experimentales para definir
la corporalización y se concentran en los condicionamientos fisiológicos que subyacen al
conocimiento humano (Olza Moreno, 2011: 31). Se puede concluir entonces que ambas
corrientes que tratan de la corporalidad, afirman que "en la vida del ser humano, la mente y el
mundo se convierten en uno en el cuerpo perceptivo" (Quaeghebeur apud Olza Moreno, 2011:
31).
La idea de que el cuerpo desempeña un papel primordial en la cognición del hombre,
ha tenido su reflejo en la lingüística cognitiva. La teoría conceptual de la metáfora, en la que
el capítulo presente y este estudio en general se basan, asegura que la semántica léxica se
fundamenta en la experiencia (cf. supra sección 1.4.2). Como lo ha constatado Pérez Paredes
(apud Martin, 2012: 35):
"El cuerpo humano se vincula directamente con nuestra experiencia sensorial, pues
mediante el cuerpo conocemos la realidad, nos relacionamos con otras entidades,
experimentamos el tacto, los sabores, percibimos visualmente las entidades que nos
rodean, diferenciamos olores y los asociamos con determinadas situaciones o eventos."
Johnson (apud Maalej, 2004: 54) lo explica de la manera siguiente:
"the centrality of human embodiment directly influences what and how things can be
meaningful for us, the ways in which these meanings can be developed and articulated,
the ways we are able to comprehend and reason about experience, and the actions we
take."
En otras palabras, conceptualizamos el mundo, basándonos fundamentalmente en nuestro
5
Como Moreno (2011:30) explica, esta corriente defiende el carácter irreductible de la autonomía del sujeto, que
puede modelar y alterar conscientemente sus relaciones con el mundo en el que está integrado. Esta
transcendentalidad se opone a la reducción del individuo a un mero objeto natural más. Sin embargo, como la
corporeidad es aquí lo más importante, no vamos a entrar en detalle sobre este aspecto de la corriente.
propio cuerpo y en la manera en que éste funciona e interacciona con el mundo. Es decir, la
mente humana tiene carácter corpóreo, de manera que nuestro sistema conceptual se basa
frecuentemente en características compartidas de nuestros cuerpos y los alrededores en que
vivimos (Lakoff y Johnson apud Maalej, 2004: 55). Lakoff y Johnson añaden que la
estructura de nuestros pensamientos viene de la naturaleza de nuestro cuerpo (apud Yu, 2003:
14). Sin embargo, la experiencia humana no solamente modela la cognición del hombre, sino
también el lenguaje y en particular la lengua figurada y la metáfora (Geeraerts, 2009: 207).
Como señala Olza Moreno (2011: 25), dentro de la lingüística cognitiva, se ha vinculado el
pensamiento figurativo a la corporeidad de nuestra experiencia física. Lakoff y Johnson
(2007: 159) lo formulan de la manera siguiente: "(...) los conceptos que se usan en
definiciones metafóricas para definir otros conceptos (...) corresponden a tipos naturales de
experiencia." Como el lenguaje y el pensamiento metafórico se basan en la corporeidad,
muchas metáforas tienen dominios fuentes basados en la experiencia corpórea (Al-Adaileh y
Abbadi, 2012: 78). Esta aserción nos conduce a la pregunta por qué el cuerpo humano
constituye un dominio fuente ideal para la metáfora y la metonimia.
Como indica Olza Moreno (2011: 38), los hablantes muestran un claro
antropocentrismo en la elección de los dominios que sirven para las metáforas y las
metonimias. Dingemanse (2009: 2130) añade que las partes del cuerpo son utilizadas
frecuentemente para hablar sobre otras cosas por causa de una estrategia comunicativa, a
saber el recurrir a bases comunes para que la comunicación sea afortunada. En cuanto se
considera el cuerpo como la base de la experiencia y, por consiguiente, de la cognición y del
lenguaje, se entiende que los hombres comparten estructuras conceptuales, puesto que la
semejanza entre nuestros cuerpos resulta siempre mayor que la diferencia. Como lo explican
Cuenca y Hilferty (1999: 17), los lexemas somáticos son estructuras conceptuales
compartidas que el lenguaje utiliza para la intercomprensión entre las personas. Las partes del
cuerpo son de hecho basamentos comunes por excelencia. Geeraerts (2009: 207) indica que la
línea de investigación que se focaliza en la corporeidad se inspira en la direccionalidad de la
metáfora, planteada por Lakoff y Johnson. Este fenómeno implica que no solo se comprende
un concepto en términos de otro (cf. supra sección 2.1.2), sino que también se estructura
conceptos vagos en términos de conceptos más concretos y bien delimitados (Geeraerts, 2009:
207; Gutiérrez Pérez, 2010: 43-44). Esta direccionalidad es otra explicación del hecho de que
el cuerpo humano constituye un dominio fuente ideal para las metáforas que se basan en la
experiencia, estructurando conceptos abstractos (Geeraerts, 2009: 207; Kövecses, 2010: 18;
Yu, 2003: 13). Kövecses (2010: 18) lo confirma, diciendo que utilizamos el cuerpo en
metáforas no sólo porque el hombre lo conoce mejor, sino también porque es un concepto
bien delimitado. Sinha y Jensen (2000: 20) dicen similarmente que la experiencia corpórea
estructura dominios no corpóreos a través de la metáfora.
Un concepto abstracto que se conceptualiza por ejemplo frecuentemente a través de
metáforas basadas en el cuerpo es la emoción (Maalej, 2004; Urios-Aparisi, 2010: 181). La
razón por esta conceptualización se explica mediante la proposición siguiente de Lakoff y
Johnson (apud Maalej, 2004: 52): "When a cause produces an effect, it is common to find the
effect physically near the cause." En otras palabras, se puede percibir el efecto de la emoción
a través del estado físico que se produce en el cuerpo humano:
(25) Tiene la cabeza caliente. (Gutiérrez Pérez, 2010: 82)
Como indica Gutiérrez Pérez (2010: 82), se utiliza los efectos fisiológicos que se ve en el
cuerpo para representar la emoción.
No obstante, no solo las partes mismas del cuerpo son dominios fuentes ideales, sino
también las experiencias corporales. Cuando por ejemplo el hombre mueve en el espacio,
experimenta algo con el cuerpo, por lo que también se utiliza como dominio fuente los
movimientos que el hombre hace. Como menciona Johnson (apud Gutiérrez Pérez, 2010: 13),
el hombre tiene un cuerpo que está relacionado con el mundo, de modo que nuestra
conciencia y racionalidad están ligadas con nuestras orientaciones corporales y las
interacciones en el entorno y con el entorno. Visto que estos movimientos son experimentados
en la propia carne, resultan muy adecuadps para el lenguaje figurado, como en el ejemplo
siguiente:
(26) The clock stands on the mantle. (Gibbs, 2006: 174)
En ejemplo (26), el movimiento corporal 'to stand' se utiliza para hablar sobre un objeto, de
manera que todo el mundo sabe cómo el reloj se coloca. Es decir, utilizamos la estructura del
cuerpo humano para reflejar la estructura del mundo que nos rodea. Esta estructura consiste
en tres ejes, a saber el eje vertical (cabeza a pie), horizontal (derecho a izquierda) y el eje de la
parte delantera a la parte posterior (Skara, 2004: 183). Como indica Skara (2004: 187), el
esquema vertical surge de las percepciones y acciones que experimentamos cotidianamente,
como por ejemplo estar de pie, subir, etc. Además, las correlaciones entre experiencias
sensomotrices y experiencias subjetivas constituyen la base de una gran parte de las metáforas
(Kövecses, 2010: 116). Conviene considerar la metáfora 'more is up', en que se combina la
experiencia sensomotriz -el movimiento ascendente- con la experiencia subjetiva -la idea de
la cantidad. Similarmente, en la mayoría de las lenguas, lo que ejerce autoridad y/o respecto
está arriba, mientras que una posición débil o un sentimiento desesperado se expresa mediante
el concepto 'abajo':
(27) to hold one's head up (Skara, 2004: 187)
(28) to keep one's head down (Skara, 2004: 187)
Además, es importante darse cuenta de que la experiencia espacial se basa en mayor parte en
el eje del cuerpo que va de la parte delantera a la parte posterior del cuerpo. Es que nos
movemos más bien hacia adelante en vez de atrás y gran parte de los sentidos se sitúan en la
parte delantera de nuestro cuerpo. Es decir, comunicamos e interaccionamos con el mundo
utilizando esta parte delantera. Como explica Skara (2004: 186), la parte delantera es la parte
consciente y racional de la mente y también se relaciona con la cara. La cara es la sede de
muchas emociones, como por ejemplo miedo y dignidad. Consecuentemente, las culturas
occidentales proyectan esta parte delantera metafóricamente sobre el futuro, el progreso, la
dignidad, el comportamiento franco, la visión, etc. Los ejemplos siguientes ilustran
respectivamente el comportamiento franco, la dignidad, la visión y el futuro (Skara, 2004:
186):
(29) to one's face
(30) he was afraid to lose face
(31) let's face it
(32) the whole future is in front of him
En el análisis de corpus (cf. infra sección. 6.3.2) averiguamos si el lexema cara en español
tiene usos metafóricos similares. En resumen, podemos concluir que las partes del cuerpo se
utilizan para conceptualizar tanto el mundo no humano como el mundo humano interior, a
saber las estructuras mentales que solo se hacen significativas en relación con las partes del
cuerpo como el corazón, la cabeza, la cara, etc. (Skara, 2004: 189).
Conviene mencionar que muchos sustantivos que indican partes del cuerpo humano se
han gramaticalizado a lo largo del tiempo y forman ahora parte de expresiones locativas
(Cuenca y Hilferty, 1999: 167). Cuenca y Hilferty (1999: 167) explican que se trata de
conceptos concretos, vinculados al cuerpo humano, que se utilizan para expresar,
metafóricamente, conceptos espaciales. De esta manera, frecuentemente dan lugar a
locuciones prepositivas, como por ejemplo en la frase siguiente:
(33) Todavía tenemos que buscar una destinación cara a nuestro viaje de verano.
Esta constatación será muy importante para el análisis de corpus y conviene entonces
guardarla en mente.
Capítulo 3: Partes del cuerpo
3.0 Introducción
Ahora que comprendemos lo que implica la teoría de la metáfora y en particular la
corporeidad, conviene ver cómo se aplica esta teoría. Es decir, en este capítulo repasaremos
los estudios encontrados que tratan más específicamente del tema de las partes del cuerpo. Es
importante saber lo que ya se ha escrito dentro de este campo, para entonces suplir y
enriquecer estos estudios con los datos del estudio presente. Primero, repasamos un conjunto
de estudios que tratan de partes del cuerpo en lenguas no-indoeuropeas (cf. sección 3.1). En
estos estudios se verifica cómo las partes del cuerpo se conceptualizan en lenguas poco
conocidas. En segundo lugar, discutimos los estudios de partes del cuerpo en lenguas
indoeuropeas y/o bien conocidas (como el español). Estos estudios se subdividen en estudios
interlingüísticos (cf. sección 3.2) y estudios intralingüísticos (cf. sección 3.3). El primer tipo
compara dos o más lenguas, en cuanto al uso de metáforas y metonimias con base en palabras
somáticas. El segundo tipo de estudios -en que el estudio actual se inscribe- trata de entender
cómo una lengua particular conceptualiza el mundo en términos de partes del cuerpo
utilizadas en el lenguaje figurativo.6 Son más interesantes los estudios que tratan del español,
sin embargo incluiremos algunos estudios de otras lenguas, visto que estos estudios también
pueden perfeccionar nuestros conocimientos de la corporeidad. Además, nos permiten
aprender más sobre el campo léxico que nos interesa, a saber la cabeza y sus partes.
6
Resumimos en líneas generales los estudios interesantes, pero si plantean particularmente algo sobre una de las
cuatro palabras que nos importan -a saber cabeza, cara, rostro y frente- lo mencionaremos. Conviene señalar que
nos focalizamos más bien en los objetivos y los resultados de los estudios y no tanto en la teoría en que se basan,
visto que se trata de estudios cognitivos basados en la teoría de la metáfora ya expuesta. Sin embargo, si los
estudios o bien tienen un punto de vista remarcable o contradictorio, o bien añaden algo interesante a la teoría
existente, evidentemente lo mencionaremos.
3.1.1 Terrill (2006) ha investigado los lexemas que designan partes del cuerpo en Lavukaleve,
una lengua papúa de las islas Solomon. Son interesantes los términos somáticos porque
pueden revelar algo sobre cómo funcionan las relaciones partitivas en las lenguas no indo-
europeas. En Lavukaleve se puede expresar relaciones partitivas (parte-todo) mediante el
lexema lafa (parte), como por ejemplo en la frase O-na lafi lafa tula ro o-fou-re (Yo meto una
parte pequeña de agua dentro). Otra manera de expresar una relación partitiva en esta lengua
es mediante una construcción posesiva: Lakea la tail ga o-fongasara-n fi lei (The ladder is on
the wall of the house). Sin embargo, los términos somáticos no entran en relaciones partitivas.
Es decir, los hablantes no expresan las relaciones partitivas entre partes del cuerpo. No se
puede utilizar lafa en combinación con partes del cuerpo, ni es posible utilizar una
construcción posesiva en que una parte del cuerpo es poseído por otra parte del cuerpo. Es
posible decir en Lavukaleve que una parte del cuerpo pertenece a alguien, pero no se puede
hablar sobre una parte del cuerpo como parte de otra parte del cuerpo. Los hablantes
entrevistados no aceptan por ejemplo la relación partitiva entre cabeza y cuerpo. Es decir, no
es posible decir que la cabeza es poseída por el cuerpo. No obstante, eso no quiere decir que
los hablantes de Lavukaleve niegan que el cuerpo tenga partes. Falta evidencia lingüística que
indica cómo los hablantes estructuran el dominio semántico del cuerpo de manera partitiva.
Lo que es más interesante con respecto al estudio presente es la manera en que los
hablantes de Lavukaleve conciben la cabeza y la cara y sus partes. La palabra que se utiliza
para referir a la cabeza, a saber vatu, incluye para algunos hablantes la cara, mientras que para
otros incluye todos las partes arriba del cuello salvo la cara. En cuanto a la cara, Lavukaleve
tiene el término femi que se puede utilizar para designar diferentes partes de la cara. Esta
palabra puede referir a la área total de la frente hasta la barbilla, o bien incluye toda esta área
salvo la barbilla o bien la área total sin la frente. Sería interesante examinar en el análisis
lexicográfico (cf. infra cap. 5) si el lexema español cabeza también tiene estas dos
acepciones: la parte superior del cuerpo y la parte superior y posterior del cuerpo, sin la cara.
Similarmente, averiguaremos si cara y rostro tienen acepciones en que refieren a la parte de
la cara sin la barbilla o la frente.
Otro estudio que trata de la categorización de partes del cuerpo es el de Majid (2006),
que investiga una lengua hablada en Pakistán e India, a saber el Punjabi. Aunque el cuerpo es
algo universal, la conceptualización del cuerpo presenta muchas diferencias entre las
diferentes lenguas del mundo. El estudio en cuestión mira cómo los hablantes conceptualizan
las relaciones entre las partes del cuerpo. Se ha estudiado detalladamente las palabras para
referir a la cara. Las palabras muu, mukhRa, bUttha, butthii y cehra refieren cada una a la área
de forma óvala en la parte delantera de la cabeza, excluyendo las orejas y el cuello. Sin
embargo, el término muu es más ambiguo visto que puede designar la cara pero también solo
la boca. A pesar de esta ambigüedad, este término es el que se utiliza más frecuentemente en
la lengua cotidiana para referir a la cara. La palabra mukhRa solo se utiliza por gente de
mayor edad, mientras que la palabra cehra -que pertenece al dialecto Urdu-, se utiliza por los
jóvenes. Buttha y butthi tienen una connotación más bien negativa. Se dice por ejemplo
Sajida ne bUttha phUlaia hoia va (la cara de Sajida es hinchada) para indicar que esta
persona está de malas. Se utiliza entonces metafóricamente la forma de la cara para referir a
una emoción. En la parte práctica (cf. infra sección 6.3.2), averiguamos si el lexema cara en
español tiene un uso metafórico similar.
3.1.2 Levinson (2006) describe en su artículo la terminología que se usa para describir partes
del cuerpo en Yélî Dnye, una lengua papúa hablada en la Isla Rossel. Se ha constatado que
muchas de los lexemas somáticos en Yélî Dnye son palabras compuestas. Además, las partes
del cuerpo se pueden subdividir en dos tipos significativos. Primero, hay un subsistema que
divide el cuerpo en nueve partes mayores: a saber la cabeza, el cuello, dos miembros de
arriba, el torso, dos muslos y dos partes inferiores de la pierna. Segundo, hay partes del
cuerpo que se describen como superficies designadas, como por ejemplo el vientre y
colecciones de características de una superficie, como por ejemplo la cara. Los lexemas
somáticos no tienen extensiones figurativas mayores, pero sí utilizan términos de otros
dominios, como por ejemplo el dominio animal en el lexema refiriendo al hombro que
significa literalmente 'cabo del ala'.
Una constatación interesante en cuanto al campo léxico investigado en el estudio
presente es que existen términos para designar la cabeza (mbodo) y la frente (kwódo), pero no
existe una expresión simple para referir a la cara. Se utiliza entonces un compuesto (kwódo
ng:oo dmi) para designar la cara que consiste en los lexemas para frente, 'hole' y 'bundle'. Este
último lexema sirve como indicador de la clase a que el compuesto pertenece. Se utiliza pues
metonímicamente un compuesto que incluye una parte de la cara para referir al todo. Además,
el lexema que designa la frente incluye las sienes y lo que también merece atención es la
polisemia del lexema que refiere a la cabeza. En Yélî Dnye, el lexema que designa la cabeza
no se utiliza para referir a un líder o un jefe y tampoco para referir al principio o el primer
lugar, etc. Averiguaremos en el análisis lexicográfico en español si frente incluye las sienes o
no y también si cabeza tiene las acepciones refiriendo a un líder o al principio de algo (cf.
infra cap. 5).
Gaby (2006) ha estudiado el léxico somático de una lengua australiana, a saber el
Kuuk Thaayorre. Las asociaciones metafóricas entre partes del cuerpo quedan claras al
estudiar el proceso de la derivación de palabras somáticas complejas de palabras somáticas
simples. Es decir, es posible ver las asociaciones hechas entre partes del cuerpo en los
términos compuestos, como ilustraremos abajo. Además, la mayoría de las palabras somáticas
tienen funciones muy extendidas, como por ejemplo la descripción de objetos inanimados,
relaciones de parentesco, emociones, tiempo y espacio. En la parte práctica averiguamos si los
lexemas somáticos estudiados también presentan estas funciones diversas. El Kuuk Thaayorre
no tiene un término simple para referir a la cara. El lexema que designa la cara consiste en el
compuesto del término para nariz (koo) y el término para día (miing). Se supone que este
compuesto se ha formado cuando el término para nariz todavía designó la parte alta de la cara.
Probablemente, el Kuuk Thaayorre tuvo antes el término kaa para referir a la parte alta de la
cara y thaa para referir a la parte baja de la cara. Ahora los significados de estos dos lexemas
se han especializado para referir respectivamente a la nariz y la boca. Entonces, queda claro
por qué se utiliza un compuesto con koo/kaa para referir a la cara. No obstante, es más
problemática la combinación del término para la nariz con el lexema que refiere al día.
Infelizmente, ni los hablantes mismos, ni la autora proponen una explicación adecuada. La
palabra para designar la frente también consiste en un compuesto de koo en combinación con
la palabra para casco (rirkr). Esta relación queda más clara: la frente puede entenderse como
el casco de los ojos o toda la parte alta de la cara. La mayoría de los términos para designar
partes de la cara son entonces compuestos, formados con koo, que significa hoy nariz (y antes
la parte alta de la cara). Se utiliza entonces una metonimia para referir a la cara y sus partes,
tal como en Yélî Dnye.
3.1.3 De León (1992) estudia el proceso de gramaticalización de las partes del cuerpo en
Tzotzil. El estudio focaliza más particularmente en la emergencia de términos locativos a
partir de unas palabras que designan partes del cuerpo. El Tzotzil pertenece a la familia de las
lenguas mesoamericanas que se caracterizan generalmente por la falta de preposiciones. En
vez de preposiciones, estas lenguas recurren frecuentemente a nombres relacionales y/o
locativos que derivan de partes del cuerpo humano y animal. De León (1992) compara el
Tzotzil con otra lengua, el Zapotec, en que las extensiones semánticas de palabras somáticas
solo se basan en el cuerpo humano cuando está en posición vertical. Como vimos (cf. supra
sección 2.3), la corporeidad se basa por mayor parte en el egocentrismo del hombre. Por eso,
se denomina la parte más alta de un objeto la cabeza y la parte delantera es la parte que mira
al locutor. Sin embargo, en Tzotzil las palabras para designar partes del cuerpo no se basan en
el cuerpo humano en posición vertical. Es decir, las extensiones locativas no se basan en la
perspectiva del locutor, sino que se centran en el objeto. Solo se utilizan por ejemplo los
términos para la frente y la espalda cuando el objeto tiene la asimetría intrínseca de
frente/espalda y no por ejemplo cuando se trata de un cubo. Además, el Tzotzil dispone de un
lexema que designa tanto la frente como la cara y la cumbre (ba(il)), tres conceptos
relacionados. Similarmente, el lexema que refiere a la cara (sat(il)) se utiliza también para
referir al ojo. En cuanto a la gramaticalización, el lexema ba que designó antes la frente y la
cara se ha gramaticalizado para tener ahora tres significados locativos, a saber encima, frente
y sobre. Es decir, hoy en día este lexema ya casi nunca se utiliza para referir a estas partes del
cuerpo, sino que refiere a la región más alta en una línea vertical y/o la región frontal o
superior de algunos objetos, como por ejemplo la cumbre de un acantilado. Además, la cabeza
es la parte del cuerpo que se ha gramaticalizado más frecuentemente en Tzotzil. Al examinar
cómo estos lexemas se han gramaticalizado, salta a la vista la correlación entre las partes del
cuerpo y sus posiciones en expresiones locativas. No se utiliza por ejemplo una parte del
cuerpo que se sitúa abajo, como el pie, para referir a la cumbre de un objeto. La
gramaticalización se basa entonces en un tipo de metáfora. Averiguaremos más tarde (cf. infra
sección 6.3) si esto se dará también en español, aunque probablemente no en el sistema de las
preposiciones, pero sí en las extensiones metafóricas a las que se prestan las partes del cuerpo.
El segundo estudio que trata de la gramaticalización de partes del cuerpo es lo sobre la
lengua llamada Mordvin, realizado por van Pareren (2013). Esta investigación describe
algunos procesos de gramaticalización a partir de lexemas somáticos que se encuentran en
Mordvin. Muchos de estos lexemas se han desarrollado para tener una referencia espacial. Lo
más interesante de este estudio es lo que se ha constatado sobre la palabra que designa la
cabeza, a saber pra. La referencia a la cabeza no se pierde, pero la palabra se desarrolla
sintácticamente para referir al espacio también. De esta manera refiere tanto a la cabeza como
a la cumbre de objetos paisajísticos y al fin o la parte extrema de objetos animados e
inanimados. Además, el lexema que significa cabeza se utiliza como pronombre reflexivo y
refiere entonces metonímicamente a la persona. En general, se ha constatado que la
gramaticalización desde una parte del cuerpo a una referencia espacial consiste en la
aplicación de una relación metonímica entre la parte del cuerpo y el objeto inanimado.
Entonces, el lazo con la corporeidad queda claro: nos basamos en nuestro propio cuerpo y la
experiencia corporal para referir a conceptos y sus posiciones en el espacio. En la parte
práctica (cf. infra sección 6.4) vemos cómo los lexemas somáticos españoles que
investigamos se han gramaticalizado.
3.2.1 Stepien (2007) ha investigado las extensiones metafóricas y metonímicas de cinco partes
del cuerpo -a saber la boca, la cara, la mano, el ojo y el pie- en la fraseología española y
polaca. Se distingue entre metonimias gestuales, metonimias conceptuales de órgano por
función, metonimias conceptuales de órgano por persona y algunas metáforas conceptuales.
Sin embargo, el foco está en las metonimias, ciertamente cuando hablamos sobre lo que
concierne a la cara. Las expresiones metonímicas encontradas que se han desarrollado a partir
de cara se pueden subdividir en metonimias conceptuales de órgano por función y
metonimias conceptuales de órgano por persona. Es decir, se trata de metonimias télicas
(función) y metonimias partitivas (relación parte-todo) según la terminología adoptada en el
estudio presente (cf. supra sección 2.2).
Las expresiones españolas que caben dentro de este primer grupo, a saber las
metonimias télicas, son las siguientes: cara a cara, cara empedrada, mirarle a la cara a,
poner la cara colorada a, poner la cara larga y tener mucha cara. Cuando se dice algo a
alguien cara a cara, la conversación es muy abierta y directa. Una persona con cara
empedrada es alguien que tiene una cara marcada por haber tenido la viruela o mucho acné.
Cuando se pone la cara colorada a alguien, se hace sentir vergüenza a alguien. Alguien que
pone la cara larga, está de morros. En la metonimia tener mucha cara, cara refiere a coraje.
En polaco, se ha encontrado expresiones muy similares. Mencionaremos aquí sus equivalentes
españoles acompañados por los significados entre paréntesis: cara a cara (frente a otra
persona); cara de piedra (sin manifestar emociones); mirar a la cara (franqueza); enrojecer
en la cara (tener vergüenza); alargada cara (manifestando tristeza) y por último cambio algo
a alguien la cara (cambiar de emoción). En estas expresiones, la cara refiere a la expresión de
emoción, una de las funciones más importantes de la cara. En cuanto a las metonimias
partitivas que utilizan una parte para referir el todo, a saber la cara para designar la persona,
se ha encontrado las expresiones españolas cara nueva y cara conocida. Las expresiones
polacas encontradas son: nueva cara (persona desconocida) y no ver cara humana (no ver a
nadie). Solo la primera frase coincide con la expresión en español.
3.2.2 Otro estudio interlingüístico muy interesante sobre las metáforas del cuerpo, es el que ha
llevado a cabo Gutiérrez Pérez (2010). El objetivo de este estudio fue mostrar cómo los
hablantes de cinco lenguas diferentes -a saber el inglés, el español, el francés, el alemán y el
italiano- conceptualizan el mundo que nos rodea, utilizando metafóricamente las partes del
cuerpo. Este estudio interlingüístico intenta demostrar el valor cognitivo de la metáfora, al
comprobar que existe un pensamiento abstracto común en todas esas lenguas. Para alcanzar
este meta, se ha tomado el dominio fuente 'cuerpo humano' y se ha examinado
consiguientemente a qué dominios meta se aplica. Con eso forma parte de los estudios
cognitivos novedosos que parten del punto de vista de que los términos somáticos son una
fuente productiva para sentidos figurados, en lo que el estudio actual se inscribe también. En
el capítulo anterior vimos que los lingüistas cognitivos descubrieron que el lenguaje tiene una
base corporal. Los estudios de este tipo corroboran entonces la tesis de la corporeidad.
El estudio de Gutiérrez Pérez se divide en dos partes: la primera parte estudia algunas
expresiones metafóricas con partes del cuerpo en las cinco lenguas a partir de un cuestionario
La segunda parte contiene un estudio minucioso de una parte específica, a saber el corazón, a
partir de un análisis de corpus. Esta primera parte -más interesante para el estudio presente-
consiste en un cuestionario sobre un conjunto de metáforas que se distribuyen en inglés y que
los hablantes de las cinco lenguas diferentes tienen que traducir a su lengua materna. Un
ejemplo concreto es por ejemplo la metáfora 'the Head of State'. Las traducciones muestran
que en las cinco lenguas se utiliza el lexema que designa la cabeza para referir a la persona
más importante en la jerarquía política.
Al estudiar las expresiones metafóricas con las partes del cuerpo, Gutiérrez Pérez ha
llegado a algunas conclusiones interesantes. En general, se puede concluir que el lenguaje
figurado está basado en la experiencia corporal y que el cuerpo humano sirve entonces como
dominio fuente ideal para conceptualizar varios dominios meta. Como ya constatamos en la
parte que trata de los estudios no-indoeuropeos (cf. supra sección 3.1), la orientación espacial
es una de las extensiones metafóricas más comunes en cuanto al cuerpo humano. Vimos que
las extensiones semánticas de los lexemas somáticos en Zapotec solo se basan en el cuerpo
humano cuando está en posición vertical, que es el modelo de la posición humana prototípica,
en que la parte más alta de un objeto se denomina la cabeza y la parte delantera siempre mira
al locutor. Similarmente, existe en español un gran número de expresiones relacionadas con la
experiencia de la orientación vertical y de frente, de ahí la relación entre cara y delante y
cabeza y arriba: dar la cara, encabezar, etc. Esta tendencia de utilizar el cuerpo humano
como estructura para designar partes de objetos inanimados es algo universal.
Además, es interesante mencionar aquí la constatación que muchas metáforas tienen
una base metonímica. La expresión perder la cabeza es un ejemplo del tipo de la metáfora
que se basa en la metonimia. La conceptualización metafórica de volverse loco está
metonímicamente representada por la cabeza, que simboliza la pérdida del sentido de la
realidad. Tenemos que guardarlo en mente a la hora de describir los usos metafóricos y
metonímicos en el análisis de corpus (cf. infra cap. 6). Otra constatación interesante es que las
partes del cuerpo que desempeñan un papel relevante en la actividad corporal se utilizan más
para las metáforas. De ahí que la cabeza, la mano y el corazón se utilizan más frecuentemente
que por ejemplo las aletas nasales.
En cuanto a las similitudes y discrepancias entre las cinco lenguas se ha constatado
que hay muchas similitudes, lo que apunta hacia una motivación universal para el origen de
las metáforas corporales. Esta motivación es probablemente atribuible a una serie de
estereotipos interlingüísticos universales relativos al cuerpo. Podemos relacionar estos
universales al fenómeno de la corporeidad, que inunda la mente y el lenguaje humano, siendo
cosa universal. Intentaremos corroborar esta hipótesis en la parte práctica a partir de los datos
de corpus del español. Sin embargo, también existen diferencias muy remarcables y la
variación aún es mayor cuanto más se distancian las metáforas corporales de la experiencia
física. Estas diferencias se deben a las idiosincrasias de las lenguas diferentes. Gutiérrez Pérez
concluye que la concepción universal del cuerpo humano es más poderosa que las diferencias
culturales. Sin embargo, para estudiar las metáforas corporales, se tiene que tener en cuenta la
mente y la lengua por un lado y la cultura por otro lado. Como explica Gutiérrez Pérez, la
mente, el cuerpo y la lengua constituyen el ser humano y la cultura lo condiciona
externamente.
3.3.1 El primer estudio examina los proverbios constituidos por lexemas somáticos que
refieren metonímicamente al comportamiento, las acciones y los estados del hombre en el
árabe de Jordania, llevado a cabo por Al-Adaileh y Abbadi (2012). Se han estudiado entre
otros los lexemas somáticos que refieren a la cabeza y a la cara. Se ha constatado que la
cabeza es uno de los dominios fuente esenciales para caracterizar el estado y el
comportamiento humano. Lo que resalta es el hecho de que los proverbios basados en la
cabeza tienen un sentido más bien negativo. En el análisis de corpus averiguaremos si las
expresiones metonímicas encontradas en español también son predominantemente negativas
(cf. infra sección 6.2). Repasamos brevemente algunas metonimias encontradas. Someone's
head getting big (rasuh bikbar) refiere por ejemplo metonímicamente a alguien que está
arrogante. En neerlandés en cambio se utiliza el lexema que refiere al cuello para expresar
este sentido. Otro proverbio más bien negativo es off the top of someone's head (ʤawab min
rasuh) que se utiliza para referir a alguien que dice algo que no es muy pensado. Beat your
head against the wall (xalleeh yðˁrub rasuh filheitˁ) simboliza una persona quien no está
satisfecha después de muchas explicaciones, disculpas, etc. por otra persona o alguien que
pierde tiempo con algo desesperado. Mediante el proverbio never set your head against
someone's head (la thutˁ rasak fi ras flan) uno puede dar el consejo a otra persona de no
hacerse el oponente de otra persona más poderosa. Queda claro que estas expresiones indican
el lazo entre la cabeza y algo negativo.
Los proverbios metonímicos desarrollados a partir de la cara también son frecuentes
en el árabe de Jordania. De nuevo, la mayoría de estos proverbios tiene una interpretación más
bien negativa. Cuando alguien dice que someone has been eating my face (akal wiʤhi), está
harto de que la otra persona continúe rogándole algo. Similarmente, con el proverbio someone
should not be given face (ma binʕataˁ wiʤih) se aconseja que mejor no se establezca una
amistad con la persona en cuestión, visto que ésta se mete demasiado en los asuntos ajenos.
Otro proverbio metonímico con sentido negativo es someone face stops the livelihood
(wiʤhuh bigttˁaʕ irrisig), que describe pesimistas que desaniman otras personas. No obstante,
esta parte del cuerpo se presta también a extensiones metonímicas más bien positivas, como
por ejemplo el proverbio your face and not the moonlight (wiʤhak wala dˁaw ilgamar) que se
utiliza al hablar contra una persona querida que ha regresado después de mucho tiempo. Este
proverbio quiere decir que la presencia de la persona a que se dirige es mejor que la luz de la
luna. Sin embargo, estos proverbios con interpretación positiva constituyen la minoría.
3.3.2 Olza Moreno7 se ha dedicado a diferentes estudios por lo que concierne al lenguaje
figurativo y las partes del cuerpo. En el artículo "On the (meta)pragmatic value of some
Spanish idioms based on terms for body parts" (2011a) lleva a cabo un análisis de proverbios
españoles meta-pragmáticos que se basan en lexemas somáticos. Lo que nos interesa
particularmente, es que los valores de estos proverbios se asocian con las bases metafóricas y
metonímicas que han desempeñado un papel en la gramaticalización de los proverbios. Se ha
analizado treinta ejemplos de proverbios que incluyen lexemas somáticos, a saber nariz,
mano, corazón, lengua, boca, cabeza, oído, pie, barba, cara, ojo y pelo. Damos algunos
ejemplos de lo que ha constatado Olza Moreno en cuanto a los proverbios que parten de
cabeza y cara y las bases metafóricas y metonímicas. Estos lexemas aparecen
respectivamente en los proverbios apostarse la cabeza, jugarse la cabeza, dejarse cortar la
cabeza, no caber algo en cabeza y con qué cara. En los tres primeros proverbios se concluye
por ejemplo que la cabeza- como una de las partes más importantes del cuerpo humano- se
utiliza como una "garantía" metafórica que representa el carácter verídico de las palabras del
hablante:
(35) [S]í me juego la cabeza a que aquel carpintero era Eustaquio. (Moreno, 2011b:
3054)
El segundo estudio de Olza Moreno (2011b) incluido en este estado de la cuestión,
cubre más importancia dentro de este capítulo, visto que trata extensamente del campo léxico
que nos interesa, a saber la cabeza y sus partes. El estudio se focaliza en las expresiones que
tienen como dominio fuente lexemas somáticos y como dominio meta el lenguaje mismo.
Uno de los objetivos de Olza Moreno es arrojar conclusiones acerca del valor figurativo más
sobresaliente en la conceptualización metafórica y metonímica del lenguaje. Olza Moreno
(2011b) concluyó que en general las partes del cuerpo están muy presentes en la
conceptualización figurativa del lenguaje. La parte del cuerpo que se utiliza más
frecuentemente es la cabeza, visto que ahí se sitúan los principales órganos de la articulación
y la recepción discursivas. Otras partes del cuerpo que son muy utilizadas son la cara y la
frente, prominentes en la descripción figurativa de la actividad lingüística.
Como la cara y también la frente, siendo parte de ella, constituyen el punto de contacto
fundamental entre los hablantes, las fraseologías basadas en estos lexemas tratan de la
descripción de la interacción verbal entre los hablantes. Una constatación interesante en
7
Por motivos prácticos no incluimos en esta sección los detalles de casos particulares respecto a los lexemas
cabeza, cara y frente visto que esta información coincide en parte con la información proporcionada en la parte
empírica (cf. infra cap. 6).
cuanto a estas fraseologías es que son frecuentemente transparentes. Es decir, la motivación
semántica de las expresiones articuladas en torno a frente y cara queda clara. Además, se ha
constatado que estas partes se asocian a la identidad y la voluntad del hombre, como por
ejemplo en salvar la cara que significa 'mantener a salvo la dignidad personal'. Existen entre
otros también fraseologías que expresan acciones que se pueden realizar figuradamente sobre
la cara o la frente de alguien. Es decir, actúan sobre la imagen personal y social de la persona
y en la mayoría de los casos se trata de enfrentamientos verbales, como por ejemplo la
expresión echar a/en (la) cara que se utiliza para indicar que se reprocha algo a alguien.
En cuanto a las fraseologías desarrolladas a partir de cabeza, Olza Moreno (2011b)
indica que la mayoría se basa en el hecho de que la cabeza es el contenedor del cerebro y
puede significar entonces intelecto y pensamiento, como en cabeza cuadrada, que indica una
mentalidad poco flexible o imaginativa. Además, la mayor parte de las fraseologías se basa en
las acepciones figurativas, o sea metafóricas y metonímicas, de la cabeza. Comparamos más
tarde los resultados del estudio presente con las constataciones hechas aquí (cf. infra cap. 6).
3.4 Resumen
En conclusión, resumimos brevemente lo que los estudios presentados han descubierto en
cuanto a las partes del cuerpo y la lengua. Primero, es interesante notar que tanto la formación
de palabras para referir al campo léxico de la cabeza, como la gramaticalización de estas
partes se basan en asociaciones metafóricas y metonímicas. En cuanto a la gramaticalización,
se ha constatado que se utiliza frecuentemente partes del cuerpo y su respectiva posición para
referirse al espacio. En segundo lugar resulta muy interesante que el campo semántico -muy
rico - del cuerpo humano sirve como un dominio fuente ideal para conceptualizar varios
dominios meta, de los que los más relevantes son la localización, la orientación y las
emociones. Salta a la vista que predominan como dominio fuente las partes del cuerpo que
tienen una función relevante para la condición humana, tal como la cabeza. Además, es
importante guardar en mente que muchas metáforas tienen una base metonímica y que
entonces la distinción entre ambos procesos no siempre resulta clara como ya indicamos en la
parte sobre la metáfora y la metonimia (cf. supra sección 2.1.3). Luego observamos que
ambos procesos de extensión son importantes en la formación de locuciones, aunque se
manifiesta una preferencia clara por la metonimia. Por último podemos constatar que los
estudios comentados aquí corroboran la tesis de la corporeidad, que parece ser algo universal.
Este estado de la cuestión servirá como punto de partida del estudio presente en que
averiguaremos las constataciones previas. Intentaremos completar la investigación de los
lexemas somáticos, centrándonos en las extensiones metafóricas y metonímicas generales de
los lexemas que pertenecen al campo léxico de la cabeza. Además, perfeccionaremos el
análisis de este campo léxico con la adición de la palabra rostro, que aún no ha sido objeto de
estudio en ningún de los estudios mencionados.
Segunda parte: análisis de las extensiones metafóricas y
metonímicas relativas a cuatro lexemas somáticos
La segunda parte del estudio presente constituye un análisis pormenorizado de las extensiones
semánticas de cuatro lexemas somáticos, a saber cuatro partes relacionadas a la cabeza:
cabeza, cara, rostro y frente. Con este análisis, el estudio actual se inscribe claramente en la
corriente de estudios de corporeidad que han surgido dentro de la lingüística cognitiva.
Recordamos, por un lado, que los cognitivistas estiman que la metáfora y la metonimia no
constituyen meras figuras poéticas, sino que funcionan como elementos centrales de la
cognición humana. Por otro lado, sugieren que el hombre construye su realidad a partir de sus
propias experiencias físicas, de manera que el cuerpo humano resulta imprescindible para la
buena comprensión de diversos conceptos. Estas premisas nos conducen a los objetivos del
análisis llevado a cabo en este estudio.
En primer lugar, examinamos en qué medida se comprueba la teoría de la metáfora
cognitiva, que acabamos de describir ampliamente en la primera parte. Es decir, queremos
comprobar hasta qué punto la experiencia corporal interviene en la categorización reflejada
por el lenguaje. Queremos investigar cómo la lengua española conceptualiza el lenguaje en
términos corporales a través de extensiones metafóricas y metonímicas. Segundo,
profundizamos el conocimiento sobre la polisemia, y sobre todo el uso figurativo, de los
términos somáticos relacionados a la cabeza: cabeza, cara, rostro y frente para completar y
perfeccionar el estado de la cuestión (cf. supra cap. 3). Queremos saber en qué medida los
cuatro lexemas difieren o se parecen en cuanto a las extensiones metafóricas y metonímicas.
¿Qué lexema se utiliza más frecuentemente en metáforas y/o metonimias y qué lexema
favorece más bien el uso literal y por qué? ¿En qué difieren los usos figurativos de los cuatro
lexemas, perteneciendo todos al campo léxico de la cabeza y por qué? ¿Hay diferencias
notables en cuanto a los diferentes tipos de metáfora y metonimia y qué sería la razón? ¿Se
puede considerar cara y rostro sinónimos o cuasi-sinónimos y en qué difieren? ¿Hay
similitudes llamativas en cuanto al uso figurado de los cuatro lexemas diferentes y qué sería la
idea subyacente? Antes de responder a estas preguntas de investigación mediante el análisis
de corpus, cabe precisar la metodología que seguimos en el estudio presente.
Capítulo 4: Corpus y metodología
En el capítulo introductorio del panorama teórico (cf. supra sección 1.4) ya se indicó que la
semántica cognitiva focaliza en el lenguaje, o sea el uso de la lengua. Como indica Glynn
(2010: 10), el lenguaje -constituyendo el punto de partida para la investigación lingüística- es
un fenómeno muy complejo. Además, el significado es inherentemente subjetivo y muy difícil
de observar y analizar (Glynn, 2010: 10). En otras palabras, el uso de métodos cuantitativos
para investigar la semántica léxica no va por descontado (Fischer, 2010: 44).
Consiguientemente, los lingüistas cognitivas han intentado desarrollar una metodología
conforme al objeto de estudio de la semántica léxica. Como el estudio presente se inscribe en
la semántica cognitiva, se adopta la metodología empírica con arreglo a esta corriente
detallada en el capítulo presente.
La investigación empírica del significado se hace con base en un corpus que
proporciona los datos necesarios del lenguaje. Como señala Fischer (2010: 46), el corpus sirve
para investigar el uso de un determinado lexema a fin de estudiar el significado del lexema.
Conviene guardar en mente que el corpus analizado nunca puede ser representativo de una
lengua pero sí es más representativo y fidedigno que un solo interlocutor (Glynn, 2010: 12).
Como plantean Gries y Divjak (2010: 336), la naturaleza, el alcance y el número de los datos
son objetivos a pesar de que la clasificación de los datos no siempre lo es. En otras palabras,
el significado -un fenómeno subjetivo- puede ser investigado de manera objetiva mediante los
datos del corpus. Sin embargo, se utiliza también la introspección para proponer las hipótesis
que se corroboran después mediante el corpus (Glynn, 2010: 16). Es decir, la introspección -
que es imprescindible en el estudio del significado- se acompaña por datos objetivos para
consolidar las hipótesis formuladas por el investigador.
Para alcanzar la meta principal del estudio presente -aportar y analizar una muestra del
carácter corpóreo de la lengua española- nos focalizamos en cuatro lexemas que designan
partes del cuerpo que refieren a la cabeza o se sitúan en ella: la cabeza, la cara, el rostro y la
frente. Sin embargo, no tomamos en consideración el lexema faz, otro cuasi-sinónimo de cara
y rostro, porque ya casi no se usa hoy día. Este campo léxico es muy interesante porque
constituye la parte más importante del cuerpo humano. Investigamos en particular las
extensiones semánticas, a saber las metáforas y las metonimias, desarrolladas a partir de estos
lexemas somáticos con que nos situamos claramente dentro de los estudios onomasiológicos.
Además, conviene subrayar que los lexemas que investigamos son sustantivos y no por
ejemplo verbos, porque esta clase de nombres está mal representada dentro de los estudios de
la semántica léxica (cf. supra sección 1.4).
Sin embargo, como los lexemas analizados pertenecen al mismo campo léxico es
esencial tener una idea concreta de los significados distintos, o sea la polisemia, de cada
lexema. De esta manera, el estudio presente cabe tanto dentro de los estudios de sinonimia
como dentro de los estudios de polisemia. Para la continuación del estudio será entonces
imprescindible presentar ante todo un resumen de los significados diferentes.
Consiguientemente realizaremos -como primer etapa- un análisis lexicográfico a base de los
cuatro diccionarios siguientes:
- DUEA: Clave (2013): Diccionario de uso del español actual (en línea).
- DUE: Moliner, M. (1998): Diccionario de uso del español, Madrid: Gredos.
- DRAE: Real Academia Española (2002): Diccionario de la lengua española (en línea)
- DEA: Seco et al. (1999): Diccionario del español actual, Madrid: Aguilar Lexicografía.8
A partir de este análisis lexicográfico, establecemos la acepción primaria -no figurativa- y
también las diferentes acepciones figurativas, o sea las extensiones metafóricas y metonímicas
de cada lexema. Además de eso, indicaremos en breve la etimología de cada lexema,
basándonos en el diccionario etimológico siguiente:
- DCECH: Corominas y Pascual (1983): Diccionario crítico etimológico castellano e
hispánico, Madrid: Gredos.
En otras palabras, enumeraremos e ilustraremos las acepciones mencionadas por los cuatro
diccionarios que consideramos más fundamentales. Además, a la hora de estudiar las
extensiones metafóricas y metonímicas, conviene partir de una descripción sistemática de los
significados de cada lexema. Por esa razón incluiremos al final del análisis lexicográfico un
cuadro con el análisis componencial (cf. supra 1.4.3) en el cual distinguimos entre semas
descriptivos y semas funcionales. A través de este análisis componencial es posible acceder
fácilmente a los matices que impregnan el significado y que pueden ser la base para las
extensiones figurativas. Este cuadro servirá entonces de punto de partida para el análisis
empírico. En el análisis lexicográfico no incluiremos las locuciones mencionadas por los
diccionarios, porque son muchas. Solo discutiremos las locuciones encontradas y lo haremos
en detalle en el análisis de corpus (cf. infra sección 6.4).
En la segunda etapa de la parte empírica nos servimos del Corpus de referencia del
español actual (CREA), establecido por la Real Academia Española. Este corpus electrónico
nos proporciona ejemplos del lenguaje cotidiano como aparece tanto en la prensa como en la
8
Por motivos prácticos, referimos desde ahora a los cinco diccionarios de la manera siguiente: DUEA, DUE,
DRAE, DEA, DCECH
literatura y el lenguaje oral. Para el estudio presente, analizaremos 200 ejemplos por lexema,
la mitad sacada de la prensa y la otra mitad de la literatura. De los ejemplos literarios, la mitad
consiste en ejemplos de temas diferentes y la otra mitad proviene de novelas. Excluimos de
nuestro estudio los ejemplos de otros países hispanohablantes, focalizando solo en España.
Introducimos las demandas cabeza*, cara*, rostro* y frente*, para tener tanto formas
singulares como formas plurales. El ideal es investigar el período de 2003 a 2005. Sin
embargo, por un problema de alta frecuencia limitamos el período del lexema cara a un año, a
saber de 2004 a 2005. Rostro y frente presentan problemas de baja frecuencia y por eso
extendimos el período para estos lexemas. La demanda frente* aún es más problemática por
tener una forma masculina y femenina y muchas locuciones espaciales, como por ejemplo
frente a, de frente, etc. Nos limitamos a la forma femenina que refiere a la parte del cuerpo y
incluimos unos ejemplos por locución, pero no todos. Es decir, si por ejemplo nos damos
cuenta de que ya incluimos 20 ejemplos de la locución preposicional frente a, ya no la
incluimos porque el lexema siempre tiene la misma acepción en este uso fijo. Así podemos
incluir más ejemplos de otros contextos para que tengamos un conjunto más variado.
Para procesar todos estos ejemplos (800 en total), utilizamos el programa Access. En
este programa, creamos una tabla en que insertamos todos los ejemplos y un formulario en
que los analizamos consiguientemente. Antes de analizar, determinamos los diferentes
parámetros de análisis, a saber: "ejemplo", "fuente corpus", "sustantivo", "número", "uso
literal/figurado", "metáfora", "tipo metáfora", "metonimia", "tipo metonimia", "semántica
referente", "palabra referente", "colocación", "palabra colocación", "locución", "tipo
locución" y "sema". Para el campo "uso literal/figurado", se puede elegir entre "literal",
"figurado" o "?" si el ejemplo no es claramente literal o figurado. En los campos "metáfora" y
"metonimia", se tiene las opciones "+" (sí), "-" (no), o "?" (casos ambiguos). Los diferentes
tipos de metáforas son: "estructural", "orientacional" o "ontológica" y los tipos de metonimia:
"partitiva", "télica" o "operacional". Sin embargo, a veces no es claro qué tipo es o dos tipos
son posibles, y entonces la opción "?" es adecuada. En el campo "sema", se puede introducir
los semas establecidos en el análisis componencial (cf. infra sección 5.5). La semántica del
referente puede ser "humano", "animado", "inanimado", "colectivo", "abstracto" o "?" y
mencionamos también qué es el referente en "palabra referente". Muchas veces, los
sustantivos analizados aparecen en colocación con otros lexemas, que pueden ser del tipo
"sustantivo", "verbo", "adjetivo", "participio", "adverbio", "preposición", o la opción "/" si no
hay una verdadera colocación. El lexema en cuestión se introduce por supuesto en "palabra
colocación". Por último, disponemos del campo "locución" en que indicamos si es una
locución (forma gramaticalizada) o no. En "tipo locución" distinguimos entre locuciones
"verbales", "prepositivas", "adjetivas", "adverbiales" y "nominales". Aunque la clasificación
de los ejemplos es más bien subjetiva, intentamos corroborarla mediante datos objetivos, tal
como "semántica del referente" o "colocación".
Capítulo 5: Análisis lexicográfico
Antes de pasar al análisis de corpus, conviene presentar el análisis lexicográfico de los cuatro
lexemas somáticos que investigamos, a saber cabeza, cara, rostro y frente. Como ya indicado
en el capítulo anterior, hacemos un resumen de la polisemia de cada lexema a base de cuatro
diccionarios descriptivos y un diccionario etimológico. Sin embargo, no se trata de una
comparación entre los diccionarios, sino que nos focalizamos en lo que tienen en común. Es
decir, este resumen incluye los significados más importantes e interesantes que aportan juntos
los diferentes diccionarios, excluyendo las locuciones que incluiremos en el análisis de corpus
(cf. infra cap. 6). Investigamos primero el lexema más general, o sea el hiperónimo del campo
léxico, a saber el lexema cabeza. Después pasamos a cara y rostro que abarcan una gran parte
de la cabeza, o sea toda la parte delantera. Durante este análisis ya intentaremos hacer una
distinción provisional entre estos dos lexemas que son cuasi-sinónimos. Como ya indicado en
la introducción de la segunda parte, esta distinción será investigada detalladamente en el
análisis de corpus (cf. infra cap.6). Terminamos con la investigación léxica del lexema frente
que refiere a una parte específica de la cara, a saber la parte por encima de los ojos.
5.1 La cabeza
El lexema cabeza proviene del lexema latino capita, que es la forma que sustituyó a caput
(cabeza). Este lexema refiere a la parte superior del cuerpo humano, donde se sitúan los
órganos de cuatro de los cinco sentidos, a saber la vista, el oído, el olfato y el gusto. En esta
parte se encuentran además muchos centros nerviosos y -quizás lo más importante- el cerebro.
Con este significado cabeza se utiliza también para la parte correspondiente de los animales:
(36) Los toros tienen cuernos en la cabeza. (DUEA)
Cabeza también puede designar la parte superior y posterior del cuerpo humano, tal como
constató Terrill en cuanto al Lavukaleve (cf. supra sección 3.1.1). La parte designada con
cabeza comprende entonces desde la frente hasta el cuello, excluyendo la cara:
(37) Se ha dado un golpe en la cabeza. (DUE)
De nuevo se puede aplicar este significado también al dominio animal.
Según dicen los diccionarios, esta parte del cuerpo se utiliza también para referir a la
parte extrema o superior o al principio de una entidad inanimada, una extensión semántica que
también ocurre en algunas lenguas no-indoeuropeas (cf. supra 3.1):
(38) Una vez cortada la planta, había que desgranarla, es decir, separar las cabezas de
los tallos. (DEA)
Otro significado de cabeza es 'inteligencia, capacidad intelectual humana, talento o
pensamiento':
(39) Tienes muy buena cabeza para las matemáticas. (DUEA)
Cabeza puede referir también a una persona o un individuo. No obstante, según
mencionan los diccionarios, este uso se restringe a un contexto específico, a saber el de
reparto o distribución en que cabeza va precedido por la preposición por:
(40) Habiendo solo hijos o nietos de hermanos, la herencia se deferirá por cabeza.
(DEA)
Este significado se puede aplicar también a animales, en particular a una res, o sea un animal
que pertenece a un ganado, como en el ejemplo siguiente:
(41) Tenía un rebaño de doscientas cabezas. (DUEA)
Otro significado es la en que cabeza refiere a la parte más importante en una
colectividad, o sea una persona o sea una cosa. Cuando se aplica a personas, también puede
ser la persona que tiene mayor responsabilidad y/o mayor autoridad en el grupo:
(42) La cabeza de la Iglesia católica es el papa. (DUEA)
El último significado fundamental es él en que cabeza designa la persona que está en
primer lugar, como por ejemplo en una serie o un grupo:
(43) Como medio centenar de nombres son demasiados para copiar aquí la lista grande
edilicia, quede el alcalde en cabeza, y cerrando filas, el nombre preclaro de don
Francisco Ruano. (DEA)
5.2 La cara
El DCECH indica que el lexema cara viene de la palabra griega kára, que significa cabeza.
Este lexema se desarrolló metonímicamente a través de los años para designar una parte de la
cabeza. El significado primario de cara es 'la parte delantera de la cabeza de las personas,
donde están los ojos, la nariz, la boca, etc.' La cara abarca entonces también algunos órganos
de los sentidos, pero -a diferencia de la cabeza- no incluye el oído, visto que solo se trata de la
parte anterior de la cabeza desde el principio de la frente hasta la punta de la barbilla:
(44) La cara de su hija no podía verla bien. (DEA)
Este significado también se aplica a la parte semejante de algunos animales:
(45) El mono escondió su cara cuando aparecen los turistas.
Contrariamente a lo que constató Terrill (cf. supra 3.1.1), en español el lexema para cara no
excluye generalmente la barbilla y/o la frente.
Cara también puede referir a la fisonomía o los rasgos de la cara, con que se identifica
a una persona, de ahí que la cara es una parte muy importante:
(46) Soñó que el Tentador, tan parecido de cara a Cayetano, peleaba con un ángel de
rostro feo, como el de Carlos. (DEA)
La fisonomía de la cara también se puede entender como el conjunto de las facciones y la
expresión natural de la cara, que dan a una persona de que se trata el aspecto que se expresa:
(47) Una cara simpática (DUE)
Este significado también se aplica a cosas y cara refiere entonces a la manera de presentarse
una cosa, por la cual produce cierta impresión, como en la frase siguiente:
(48) Las uvas de este año tampoco traen buena cara. (DEA)
Otro significado, muy parecido al significado anterior, es él en que cara refiere a una
expresión de la cara. Se difiere del significado anterior por no ser la expresión natural de la
cara, sino que refiere a un gesto que denota cierto estado de ánimo, de salud o cualquier otro
estado físico:
(49) Tienes cara de no haber dormido. (DUE)
Cara también puede significar 'persona' -tal como lo hace cabeza- o 'presencia,
aparición de una persona'. Este significado se combina frecuentemente con adjetivos como
nueva o conocida:
(50) Hay caras nuevas. (DRAE)
Por último, cara puede designar 'superficie' o 'parte delantera' de algo. Este sentido es
muy amplio y se puede aplicar a diferentes cosas. En relación con objetos, cara refiere a la
parte frontal o la parte que se considera el lado principal:
(51) la cara de una lámina (DRAE)
En relación con edificios, cara refiere a la fachada, como en el ejemplo siguiente:
(52) La puerta del garaje está en la cara norte del edificio. (DUEA)
Cuando se trata de objetos planos (18) o cuerpos geométricos (19) que no tienen una parte
delantera destacada, cara puede referir a cada uno de los lados:
(53) Cabría en una hoja de papel escrita por las dos caras. (DUE)
(54) Un cubo tiene seis caras. (DUEA)
Un contexto muy específico es cuando se habla sobre monedas. En este caso, la parte que se
denomina cara es la parte en que se encuentra la cabeza de una Alteza Real:
(55) El dibujo del hexagrama se forma tirando 6 veces 3 monedas. Se da el valor de 2
a la cara y el valor de 3 a la cruz. (DEA)
5.3 El rostro
El lexema rostro tiene una polisemia menos extendida que los dos lexemas anteriormente
discutidos. Etimológicamente, rostro proviene de la palabra latina rostrum, que significa 'pico
u hocico', derivado del verbo latino rodere (roer). No sorprende entonces que el significado
antiguo de rostro fuera 'pico u hocico puntiagudo de un animal', un significado que los
diccionarios todavía mencionan como primario:
(56) Este pájaro tiene el rostro aplastado. (DEA)
Este significado también es aplicable a objetos y rostro se refiere pues a una cosa en punta,
como por ejemplo el espolón de una nave:
(57) Las naves romanas llevaban un fuerte espolón o “rostro” en la proa para embestir
a las naves contrarias. (DEA)
Desde el siglo XI rostro comenzó a referir a la parte anterior de la cabeza humana o de
la de algunos animales, igualándose a cara:
(58) Metió las manos en el agua del pilón y las llevó después al rostro. (DEA)
Se menciona en el DUE que todas las frases hechas formadas con cara también pueden
formarse con rostro, por ejemplo volver el rostro en vez de volver la cara. Sin embargo, estas
frases van cayendo en desuso.
Tal y como cara, rostro puede referir a la fisionomía de la cara y por consecuencia
también a cierta expresión o gesto del rostro:
(59) Catalina se la tendió [la carta] a su hermano... y leyó en su rostro, mientras él lo
hacía en el papel, su desilusión y dolor. (DEA)
5.4 La frente
Como señala el DCECH, frente proviene del latín frons, frontis (la frente). Esta parte del
cuerpo refiere a la parte superior de la cara, desde el borde de las órbitas hasta la inflexión en
que comienza la cabeza y comprimida entres las sienes:
(60) Me restregué el sudor de la frente. (DEA)
Constituye entonces el hipónimo del campo léxico de la cabeza, que es el hiperónimo.
Frente se aplica también a la parte correspondiente de ciertos animales:
(61) Más arriba, encima de los segundos cuadrúpedos, hay dos águilas, que desgarran
la frente de estos con su afilado pico. (DEA)
En esta parte de la cara no se encuentra ningún órgano de sentido, pero sí se puede
considerar la frente como el contenedor del cerebro y por eso también puede significar
'pensamiento' o 'mente':
(62) Habían pasado demasiadas cosas por mi frente desde aquella mañana.
(DEA)
Además, el DRAE menciona dos significados particulares e interesantes para el
estudio presente, a saber 'cara' y 'parte delantera de una cosa'. En el sentido de 'cara', frente
refiere más bien al semblante o la fisionomía de la cara, como se ve en el ejemplo siguiente:
(63) Este hombre tiene frente serena. (DRAE)
Refiriéndose a la parte delantera de una cosa, parece mucho a cara. En este
significado, frente distingue la parte delantera de los lados del objeto. Los otros diccionarios,
a saber el DUEA, el DUE y el Seco, atribuyen estos significados a la forma masculina del
lexema.
Por último, el DRAE indica que frente también puede referir a la parte blanca que se
deja en el principio de una carta o un documento. Como mencionado en el DUE, frente se
emplea entonces en la expresión al frente, con que se designa la colocación de lo escrito antes
del texto:
(64) Lleva al frente unos versos de Dante. (DUE)
5.5 Resumen
Presentamos aquí un cuadro en que resumimos todas las acepciones establecidas en el análisis
lexicográfico. De esta manera, la polisemia de los cuatro lexemas queda más clara.
inteligencia,
capacidad
acepciones intelectual fisonomía de la fisonomía de la pensamiento o
figurativas humana, talento cara cara mente
(metáforas y o pensamiento
metonimias)
expresión de la expresión de la
cara cara
persona o
persona o
presencia de una
individuo
persona
parte extrema/
superficie o
superior o parte delantera
parte delantera cosa en punta
principio de una de una cosa
de una cosa
cosa
persona/ parte
más importante
en una parte blanca que
colectividad se deja en el
principio de una
persona que está
en primer lugar carta o un
documento
res
semas
parte del cuerpo parte del cuerpo parte del cuerpo parte del cuerpo
descriptivos
parte de la cara
parte superior y
parte superior parte anterior de parte anterior de
anterior de la
del cuerpo la cabeza la cabeza
cabeza
la vista, el oído,
la vista, el olfato la vista, el olfato
el olfato, el
y el gusto y el gusto
gusto
semas
aloja el cerebro aloja el cerebro
funcionales
para ver para ver para ver
para para
representarse representarse
(en público) (en público)
Este análisis componencial ya sugiere algunas pistas interesantes para el análisis de corpus.
Primero, repetimos que todas las partes que examinamos se relacionan con la parte superior
del cuerpo, o sea la cabeza, lo que posiblemente origina usos metafóricos y metonímicos
paralelos interesantes. Segundo, vimos que rostro y cara tienen exactamente los mismos
semas. No obstante, como la lengua es un sistema económico, estos lexemas probablemente
darán lugar a algunas metáforas y metonimias distintas. En el análisis de corpus intentaremos
por consiguiente averiguar estos matices. Cabeza y frente también presentan semas iguales,
aunque en menor medida que cara y rostro. Veremos en el análisis de corpus si estos semas
originan metáforas y metonimias paralelas. Además, como frente es el hipónimo del campo
léxico, es de esperar que este lexema presenta menos usos figurativos que los demás lexemas.
Estas pistas serán desarrolladas en detalle en el capítulo siguiente.
Capítulo 6: Análisis de corpus
6.1 Los significados literales
En la primera parte del análisis empírico, hacemos una breve discusión de los significados
literales de cada lexema que encontramos en el corpus. El análisis lexicográfico ha sido el
punto de partida para determinar estos significados y ahora verificamos si los diccionarios
corresponden a las ocurrencias y frecuencias observadas en el corpus. Sin embargo, la
ausencia de algunos significados en el corpus no significa necesariamente que este significado
no se utilice, visto que solo investigamos unos 200 ejemplos por palabra. En cambio, el
corpus sucinto sí puede darnos una buena idea de los significados más frecuentes y
contemporáneos. Además, prestamos atención a la frecuencia del uso literal de cada palabra
dentro del corpus, visto que esta frecuencia puede llevar a algunas constataciones interesantes
en cuanto a las diferencias entre los lexemas estudiados. Porcentualmente, resalta que la mitad
de los ejemplos sacados del corpus tratan de usos literales de los lexemas.
6.1.1 La cabeza
El lexema cabeza tiene un sentido literal en 43,5% de los ejemplos del corpus. Cuando
comparamos los ejemplos encontrados con las acepciones literales constatadas en el análisis
lexicográfico, vemos que coinciden muy bien. Cabeza se utiliza para referir tanto a la parte
superior del cuerpo humano (1-3) como a la parte similar de animales (4-5):
(65) (...) Cesare Lombroso publicó numerosos artículos y libros describiendo cómo
por las características físicas externas -forma de la cabeza, distancia entre ojos, cejas,
nariz, palmas de las manos...- se podía determinar quién era o iba a ser un criminal y
hasta el tipo de crimen concreto que iba a cometer. (CREA, libros, 2003)
(66) La frenología se hizo muy popular, porque cualquiera podía conocer los rasgos de
la personalidad de otro simplemente tocándole la cabeza. (CREA, libros, 2003)
(67) Y no son los únicos: balletas ecológicas, aparatos moulinex, masajeadores contra
el dolor de cabeza, grifos y hasta boquillas para convertir las latas de refrescos en
botellas al uso. (CREA, prensa, 2004)
(68) Una vez limpias y sin cabeza, distribuimos las brecas, bien abiertas, en una
bandeja antiadherente. (CREA, libros, 2004)
(69) Lavamos la trucha; desechamos la cabeza, los intestinos y las espinas.
(CREA, libros, 2004)
Tal y como lo indican los diccionarios, cabeza también puede designar exclusivamente
la parte superior y posterior del cuerpo humano, como en los ejemplos siguientes:
(70) Es el caso de la última noticia sobre la actriz y cantante estadounidense Liza
Minelli, que tuvo que ser ingresada en un hospital de Nueva York tras caerse de la
cama y sufrir un golpe en la cabeza. (CREA, prensa, 2004)
(71) Los funcionarios de la Administración que sigan la recomendación oficial de
ingreso temporal en los conventos del país deberán raparse la cabeza, vestir las túnicas
de color azafrán, meditar y realizar las mismas actividades que los bonzos auténticos.
(CREA, prensa, 2004)
En estos ejemplos, se refiere más bien al occipucio que a la cabeza entera, excluyendo la cara.
Un contexto especial es la lengua de fútbol en que la cabeza también puede
interpretarse como refiriéndose a la frente, visto que los futbolistas tienen que utilizar esta
parte de la cabeza para dirigir el balón:
(72) Una cesión de cabeza de Sastre a Roberto a la que éste no llegó abrió el marcador
del Decano, inofensivo hasta ese momento. (CREA, prensa, 2003)
(73) Voronin remata de cabeza al larguero, Samuel despeja hacia su propia
portería y Berbatov marca a placer. 1 - 1. (CREA, prensa, 2004)
En estos casos, cabeza se utiliza metonímicamente para referir a la frente. No obstante,
categorizamos este uso como literal, ya que se trata de una expresión fija para indicar que se
utiliza la cabeza y no por ejemplo el pie o la pierna.
En algunos ejemplos, la cabeza se opone claramente al pie, tratándose de dos
extremos. La cabeza se sitúa en el extremo superior y los pies en el extremo inferior respecto
al cuerpo humano:
(74) Si estuviéramos en el planeta rojo, la diferencia de temperatura entre nuestros pies
y nuestra cabeza sería de 15ºC. (CREA, prensa, 2003)
(75) En cambio, su amiga Sarra, de 15 años, cubierta igualmente de la cabeza a los
pies, se descubre como una yudoka. (CREA, prensa, 2004)
6.1.2 La cara
En el 29,5% de los ejemplos encontrados, cara se utiliza literalmente. Los diccionarios
mencionan como acepción literal 'la parte anterior de la cabeza humana y de la cabeza de
algunos animales'. De verdad, el corpus muestra ejemplos de cara en este significado literal -
por la mayor parte con referente humano:
(76) Dos enormes anillos negros son los culpables de que a Nicolas Cage le mires
primero una mano y luego la cara, una cara de inestable atractivo que, de vez en
cuando, repite cierto gesto de extrañeza. (CREA, prensa, 2004)
(77) También la epidermis de cara y cuello puede mostrar un ligero oscurecimiento
sobre el tono habitual. (CREA, libros, 2004)
(78) Como mucho haberme traído aquí, pero me engañó con su cara bonita: los
hombres guapos parecen también inteligentes, parecen románticos e inteligentes y
sensibles porque son guapos, pero (...). (CREA, libros, 2004)
Solo encontramos un caso en que cara refiere a la cara de un animal:
(79) Le pregunto si está seguro de que era una lechuza y no, por ejemplo, un
mochuelo, que se le parece bastante, y responde que está seguro de que no era un
mochuelo porque tenía la cara blanca y rojas y grises las plumas del dorso y de las
alas. (CREA, libros, 2003)
En algunos ejemplos, cara se utiliza para hacer una distinción clara entre la parte
anterior de la cabeza por un lado (80 y 82) y la parte posterior de la cabeza por otro lado (81 y
83):
(80) Se aplicarán dos veces al día (mañana y noche), extendiéndolas uniformemente en
una fina capa después de lavar la cara con jabón neutro. (CREA, libros, 2004)
(81) No hay que lavarse la cabeza durante la menstruación, pues hace que la sangre se
vaya a la cabeza y se corte la menstruación. (CREA, libros, 2004)
(82) Cerca de 15 padres han sacado a sus hijos del centro al sospechar que "les
golpeaban en la cara por no comer" (CREA, prensa, 2004)
(83) Se protegían con sus cajas, pero conseguimos una asestando un duro golpe a la
cabeza de uno con la culata de un rifle. (CREA, libros, 2003)
6.1.3 El rostro
El uso literal de rostro es todavía más frecuente que el de cabeza con un 62% de las
ocurrencias analizadas. El significado literal que aparece en el corpus es 'la parte anterior de la
cabeza humana':
(84) Sacó fuerzas de flaqueza: lo que podía parecer un cuerpo demasiado enjuto pasó a
considerarse como el colmo de la elegancia y su rostro de líneas rectas y boca grande,
ya tan habitual para los espectadores, llegó a simbolizar refinamiento y talante
aristocrático. (CREA, libros, 2002)
(85) Elvira da un paso hacia atrás, justo cuando la guardiana golpea la alambrada con
su palma izquierda, a la altura del rostro de Elvira. (CREA, libros, 2002)
(86) Su padre sintió su nerviosismo. La congestión de su rostro le alarmó. (CREA,
libros, 2002)
No obstante, no hemos encontrado casos en que rostro refiere a la parte anterior de la
cabeza de animales y tampoco en que refiere al pico u hocico de un animal. Eso no quiere
decir que no existan, pero puede indicar que estos usos de rostro son más bien antiguos y
poco frecuente en el lenguaje actual.
Tal como cabeza se opone a pie, buena parte de los ejemplos encontrados muestran el
uso de rostro oponiéndose claramente a cuerpo, las dos partes que forman juntos el cuerpo
humano:
(87) Su cuerpo recuerda al de la madre, Jane Birkin. Su rostro es la imagen del padre,
Serge. El talento, de ambos. (CREA, prensa, 2003)
(88) De manera similar, si una parte del cuerpo se entumece o si una parte del rostro
se cae, deberían pedir ayuda médica inmediatamente", afirma Hurwitz. (CREA,
prensa, 2003)
(89) Balzac estaba acomplejado debido a su figura poco heroica, caracterizada por su
pequeña estatura, cuerpo rechoncho y rostro de rasgos corrientes. (CREA, libros,
2002)
Lo que resalta es que rostro aparece en muchos ejemplos en variación con cara, sin
mostrar clara distinción en cuanto al significado:
(90) La cara de Rossi no guarda relación con ningún canon clásico ni moderno. Nariz
ganchuda, boca torcida, ojos asimétricos... Pues bien, con ese rostro difícil ha
conseguido no sólo actuar en películas sino incluso desfilar en pasarelas
internacionales y hacer de modelo para publicidad. (CREA, libros, 2002)
(91) "La cara es una zona delicada. Si se produce un rechazo, las deformidades en el
rostro del paciente serían mayores de las que se querían solucionar", dice Matesanz.
(CREA, prensa, 2004)
El ejemplo siguiente muestra un uso particular de rostro, que no hemos encontrado
con cara:
(92) Calvo y embutido en su bata blanca, oculta su rostro (se sabe que poco
agraciado) tras una tupida barba. (CREA, prensa, 2003)
En este ejemplo, se puede interpretar rostro como refiriéndose a una parte particular del
rostro, a saber la parte desde la nariz hasta la barbilla, cubierta por la barba (cf. infra sección
6.2.3). Este sentido parece mucho al sentido que tiene el rostro en Lavukaleve (cf. supra
sección 3.1), refiriéndose a la cara, excluyendo la frente.
6.1.4 La frente
Con el 68%, frente es la palabra que más se utiliza literalmente. Además, como vimos en el
análisis lexicográfico (cf. supra cap. 5) frente solo tiene un significado literal: la parte
superior de la cara, desde el borde de las órbitas hasta la inflexión en que comienza la cabeza
y comprimida entres las sienes. Este sentido se aplica tanto a seres humanos (93-95) como a
animales (96-97):
(93) Jaime besará a su hermana en la frente antes de dar la orden de comenzar a
caminar. (CREA, libros, 2002)
(94) Mercedes le aprieta la mano y le seca el sudor de la frente dándole ánimos: -
Anda hija, que ya está aquí, tienes que empujar. (CREA, libros, 2002)
(95) Ella acude a la llamada retirándose el mechón que le resbala en la frente y se
junto a la chimenea encendida para aprovechar un poco de calor mientras pregunta:
(...) (CREA, libros, 2002)
(96) (...) en quienes efectivamente se realiza este fuerte impulso que hace brotar un
cuerno en la frente del animal y le hace ser un caballo con un cuerno blanco en la
frente, (...) (CREA, prensa, 2004)
(97) Era un perro esbelto, no muy grande, con el pelo blanco, una mancha en la frente
y el rabo espeso. (CREA, libros, 2002)
Cuando el contexto es violento y se trata de disparos o golpes, se utiliza
frecuentemente frente en vez de cabeza o cara, ya que puede ser mortal una bala cuando da
con esta parte de la cabeza:
(98) El lunes, a las tantas de la madrugada, a una joven le dispararon en medio de la
frente mientras paseaba con el novio por el barrio de Su Eminencia. (CREA, libros,
2003)
A veces no solo se refiere a la parte superior de la cara, sino a la zona superior de toda
la cabeza, donde se colocan las prendas de cabezas:
(99) [E]n cambio está en ella triunfante vestido con larga y rica túnica, y con una
corona en su frente. (CREA, libros, 2002)
(100) Sí, volvía a saludarla calándose el sombrero en la frente. (CREA, libros, 2002)
En estos casos no se utiliza cabeza, porque evidentemente la prenda de cabeza no cubre toda
la cabeza, como sí es el caso en el ejemplo siguiente:
(101) "Hay sobresaltos y diversión. Comienza cuando en el despacho de un abogado
entra un tipo con un calzoncillo en la cabeza". (CREA, prensa, 2003)
Sin embargo, esta sentido no es consistente y cabeza se utiliza igualmente para referir a la
parte superior, o sea el contorno de la cabeza a la altura de la frente:
(102) (...) en el que una niña, con un bandana en la cabeza, avala un determinado
eslogan publicitario. (CREA, prensa, 2004)
6.2.1 La cabeza
Cuando miramos los diferentes tipos de metonimias, vemos que la metonimia télica es más
frecuente, representando el 85,4% de las metonimias con cabeza. El 14,6% de las metonimias
con cabeza pertenece al tipo partitivo. Con cabeza, no encontramos casos de metonimias
operacionales.
6.2.2 La cara
Con el lexema cara, la metonimia télica es más frecuente con el 51%, mientras que el 16,5%
de las metonimias encontradas con cara son del tipo partitivo. Solo un 6% de las metonimias
con cara consiste en metonimias operacionales. Los demás ejemplos fueron difíciles de
clasificar.
6.2.3 El rostro
De las metonimias con rostro, el 62% es de tipo télico. Es decir, la mayoría de las metonimias
con rostro utiliza este lexema para referir a una de las funciones del rostro. El 30% de las
metonimias con rostro son metonimias partitivas pero no encontramos metonimias
operacionales con rostro.
6.2.4 La frente
La metonimia operacional es el tipo de metonimia que encontramos más frecuentemente con
frente, constituyendo el 54%. Un tercio (33%) de las metonimias con frente son metonimias
partitivas, mientras que el 13% de las metonimias con frente constituye metonimias télicas.
persona
la parte por el todo persona persona persona
parte frontal
pensar expresar
su función expresar pensar
ver ver
su posición oposición oposición
Podemos concluir que cara es el lexema somático relativo a la cabeza que se presta más
fácilmente al uso metonímico. En cuanto a los diferentes tipos de metonimias, tanto cara,
como cabeza y rostro prefieren las metonimias télicas. Es decir, los semas funcionales de la
cabeza y la cara parecen ser las bases más importantes para el uso metonímico.
Contrariamente a los demás lexemas, frente se utiliza más frecuentemente en metonimias
operacionales.
Cuando comparamos los cuatro lexemas, vemos que presentan unas similitudes
llamativas. Los cuatro lexemas se utilizan para referir a una persona, lo que contradice el
análisis lexicográfico (cf. supra cap. 5) en que vimos que solo cabeza y cara se utilizan para
referir a una persona. Vemos también que cara y rostro se utilizan en metonimias télicas
paralelas, por la función compartida "expresar", y cara y cabeza aparecen ambos en
metonimias télicas en que refieren a la vista. Además, la frente y la cara se sitúan ambas en la
parte anterior de la cabeza que sirve como lugar de oposición y esta función da lugar a
metonimias operacionales similares. La cabeza y la frente por otra parte también coinciden en
un uso metonímico, a saber la metonimia télica que se basa en el sema funcional "pensar",
visto que ambas partes alojan el cerebro.
Al revés, también hay diferencias importantes que merecen nuestra atención. En
cuanto a las metonimias partitivas, en que los cuatro lexemas refieren a una persona, hay una
diferencia en el uso de los lexemas. La diferencia se sitúa en el hecho de que la cabeza se
utiliza más bien en contextos de distribución, en que es más fácil contar la cabeza. La cara y
el rostro, al revés, se utilizan para referir a la persona en contextos en que es importante ver la
cara para identificar a la persona, como en grandes grupos. Además, solo encontramos
metonimias que se basan en la vista con cara y cabeza, mientras que rostro también tiene este
sema funcional (cf. supra sección 5.6). El rostro tiene un uso metonímico en que refiere a una
parte específica de la cara, una extensión semántica que la cara no tiene.
6.3.1 La cabeza
Parece que la posición de la cabeza frente al entorno se presta muy fácilmente al uso
metafórico, visto que las metáforas orientacionales constituyen el 71% de las metáforas con
cabeza. Las demás metáforas con cabeza (el 29%) son metáforas estructurales.
6.3.2 La cara
La gran mayoría de las metáforas con cara es de tipo estructural (el 86%). Al cambio, la
metáfora orientacional con cara no es muy frecuente, constituyendo el 14%.
6.3.4 La frente
Las metáforas encontradas con frente son muy limitadas y se restringen a metáforas del tipo
orientacional.
expresar expresar
Lo que resalta cuando miramos las ocurrencias de los lexemas, es que cabeza, como
hiperónimo del campo léxico, se presta más fácilmente al uso metafórico. La frente, al revés,
tiene muy pocos usos metafóricos. En cuanto a los diferentes tipos de metáforas, es notable
que cabeza y frente se utilicen predominantemente en metáforas orientacionales. Las
posiciones de estas partes son más importantes. Al revés, cara y rostro se utilizan más
frecuentemente en metáforas estructurales. Es decir, con cara y rostro, las funciones y la
forma son esenciales para desarrollar extensiones metafóricas. Además, salta a la vista que en
general la metáfora orientacional -que se basa en la posición- da frecuentemente lugar a
expresiones y locuciones. O sea, las posiciones de las partes del cuerpo se prestan muy
fácilmente a la gramaticalización. Las metáforas estructurales, al cambio, tienen referentes
inanimados o abstractos, pero en general no se gramaticalizan.
Cuando comparamos los cuatro lexemas, vemos que presentan menos similitudes en
cuanto a los usos metafóricos que a los usos metonímicos. Cara y rostro se utilizan
igualmente en metáforas estructurales que se basan en el sema "expresar". Estas metáforas
con cara y rostro se aplican a cosas más bien abstractas. No obstante, como parte
identificadora, cara suele emplearse con cosas inanimadas, mientras que rostro se utiliza más
bien con conceptos más abstractos. Los demás lexemas no presentan similitudes ni diferencias
llamativas, visto que los usos metafóricos distintos son imputados a diferencias obvias entre
las diferentes partes del cuerpo.
9
Por motivos prácticos no enumeramos todas las locuciones encontradas, sino que haremos un resumen
representativo por palabra. Para un análisis más pormenorizada de las locuciones, es aconsejable la obra de Olza
Moreno (2011a y b).
locuciones que funcionan como preposiciones constituyen el 22% y presentan además casos
claros de gramaticalización (cf. supra sección 1.4.5), en que una parte del cuerpo se utiliza
metafóricamente para referir a la orientación de algo o alguien.
6.4.1. La cabeza
Tanto la acepción literal como algunas acepciones figurativas sirven como punto de partida
para la formación de las locuciones con cabeza. La mayoría de las locuciones con cabeza son
del tipo verbal, constituyendo el 65%. Las locuciones adverbiales representan el 30%,
mientras que las locuciones nominales solo abarcan el 5%. No encontramos locuciones
prepositivas con cabeza.
6.4.1.1 La cabeza es la parte superior del cuerpo del hombre y de muchos animales
En la locución verbal romper la cabeza ("descalabrar"), cabeza se utiliza literalmente:
(151) Los padres conocieron entonces, siempre según la versión de estas antiguas
empleadas, cómo sus hijos eran obligados a comer los alimentos que vomitaban bajo
amenazas y gritos como "te voy a romper la cabeza". (CREA, prensa, 2004)
En el ejemplo siguiente, cabeza refiere a la cabeza de un animal, mientras que la locución en
su conjunto tiene un referente humano y significa que la persona hace cosas
desordenadamente:
(152) Corriendo como pollo sin cabeza, llegué a mi objetivo para, pobre de mí,
comprobar que las restricciones de agua en la costa habían comenzado. (CREA,
prensa, 2004)
La locución nominal cabeza de turco significa "persona sobre la que se hace recaer
una culpa compartida por varios" (DUEA). En esta locución, cabeza refiere meramente a la
parte superior del cuerpo humano, mientras que el significado de la locución nominal tiene
una explicación histórica.
(153) Las responsabilidades no sólo fueron del capitán Stavridis, ni de un práctico
poco respetuoso con un reglamento que raras veces se lleva a rajatabla, meras cabezas
de turco de una larga historia de desastres anunciados. (CREA, prensa, 2003)
6.4.2 La cara
Las locuciones con cara son formadas tanto a partir de la acepción literal como a partir de
algunas acepciones figurativas. Las locuciones prepositivas forman la mayoría de las
locuciones con cara, constituyendo el 44%. También frecuentes son las locuciones verbales
que constituyen el 38%. Las locuciones adverbiales y nominales son menos frecuentes con
cara y abarcan respectivamente el 13% y el 5%.
6.4.4 La frente
Las locuciones que se forman a partir de frente, se basan tanto en la acepción literal como en
algunos usos metonímicos pero no en las metáforas con frente. La mayoría de las locuciones
con frente constituye locuciones adverbiales, abarcando el 59%, mientras que las locuciones
verbales y prepositivas solo constituyen respectivamente el 24% y el 18%. No encontramos
casos en que frente aparece en una locución nominal.
6.4.4.1 La frente como parte superior y anterior de la cabeza humana y de algunos animales
Hay locuciones verbales en que frente mantiene la acepción literal, como en los ejemplos
siguientes:
(186) En este punto, el otro -flaco, barba recortada, vestido de oscuro, aspecto antiguo-
había vuelto a decirle algo al oído, y el compañero alzó un dedo admonitorio,
frunciendo la frente exactamente igual que Robert de Niro en las películas de
gangsters. (CREA, libros, 2002)
(187) [E]l curtido periodista arruga la frente intentando acercar el recuerdo y me
asiente con un prolongado silencio… (CREA, libros, 2000)
Consideramos fruncir/arrugar la frente locuciones verbales en que se refiere a la parte
superior de la cara, desde el borde de las órbitas hasta la inflexión en que comienza la cabeza
y comprimida entres las sienes. No obstante, de manera indirecta también refieren
metonímicamente a la mente, visto que uno frunce o arruga la frente cuando se piensa.
6.4.4.5 En un caso muy particular la locución verbal darse en frente refiere al acto de
emborrachar a alguien:
(198) Cuando llegamos al restaurante, me llamó la atención que Helio San Miguel
tenía dos botellas envueltas en papel de periódico y me temí que la primera nos daría
en la frente.
Esta locución proviene probablemente del hecho de que uno siente el alcohol en la cabeza, en
particular en la parte superior de la cabeza, cuando bebe mucho.
6.4.5 Resumen y conclusiones
su función, su función,
base pensar pensar
metonímica
su función, ver su función, ver
En cuanto a las frecuencias, resalta que rostro se presta muy poco a locuciones, mientras que
cara se presta más frecuentemente a locuciones. Podemos concluir también que -de acuerdo
con lo que constatamos en el estado de la cuestión (cf. supra cap.3)- las metonimias sirven
más frecuentemente como base de las locuciones somáticas. De estas bases metonímicas, la
posición es el sema que se utiliza por los cuatro lexemas para la formación de las locuciones.
Se puede confirmar entonces que las extensiones locativas -tal como en Tzotzil (cf. supra
sección 3.1.3)- se basan en la posición de las partes del cuerpo. Además, como vimos en la
parte sobre los estudios de partes del cuerpo (cf. supra cap.3), el uso de lexemas somáticos
como preposiciones es general. Las locuciones prepositivas corroboran esta constatación, a
excepción de cabeza, que no se presta a este tipo de locuciones.
Hay algunas similitudes que merecen ser mencionadas. Muchas locuciones con cara y
frente se basan en el hecho de que estas partes funcionan como lugar de oposición, lo que
también tiene que ver con la posición. Además, refiriendo metonímicamente a la persona, se
prestan a locuciones muy similares: cara a cara y frente a frente. Los lexemas cabeza y
frente, aparecen en locuciones similares con base metonímica, visto que estas partes
comparten la función "pensar". Cabeza y cara también tienen un uso paralelo en cuanto a las
locuciones que se basan metonímicamente en la vista.
Rostro aparece en locuciones que se acercan a algunas locuciones con cara, a saber las
locuciones en que la cara se usa por su posición y por el sema "identificar". Por lo demás, el
lexema cara parece haber desarrollado extensiones semánticas que rostro no tiene.
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