Você está na página 1de 14

Afición y Música Durante el

Siglo XIX en México


por: Dra. Edelmira Ramírez Leyva (UAM-A) [*]

Durante el siglo XIX en México, los músicos <<párrafo anterior|


profesionales estaban desplazados por los
aficionados; aquellos en realidad tenían Las mujeres de clase alta tocaban “tiernas y
pocas oportunidades de sobrevivir en el viejas melodías, y sonatas entre las cuales
medio, que no era el propicio para el había una marcada predilección por las de
desarrollo profesional, pues como decía Chopin, y conciertos de la “soberana música
Altamirano: “En México, triste es decirlo, clásica”, también los personajes gustaban
pero es cierto, los artistas son parias; no de los berceuses, los nocturnos y desde
tenemos ni bastante población ni bastante luego de todo tipo de vals, aunque el
cultura para poder ofrecer a un artista un alemán estuviese de moda. También
porvenir capaz de hacerle grata la vida,” estaban las marchas, dianas, oberturas,
(Mayer 1941, 37) ya que fueron los plegarias y misas.
aficionados los que dominaron la práctica
musical hasta la segunda mitad de ese Entre los autores que se mencionan está
siglo. Chopin, Bramhs, Grieg, Beethoven, Cécile
Chaminade, Stehphen Séller, Shuman,
Wagner, Berriot y, Blüthner.

Ignacio Manuel Altamirano Fryderyk Chopin pintado por Eugene


redescolar.ilcle.edu.mx Delacroix
sapiensa.org.mx
Este auge del aficionado no se dio
exclusivamente en la sociedad mexicana, se Entre las óperas más citadas
originó en Europa y tuvo lugar “con el paso están:Carmen de Bizet, el Fausto, Manon,
de la hegemonía social de la clase Caballerí Rusticana, Los Hugonotes, la
aristocrática a la burguesa [...este proceso] Bohemia y Tristán e Isolda.
transformó también la práctica musical en
todos sus aspectos [...de esta manera] el
Algunos géneros religiosos eran importantes
cultivo de la música pasó de los aficionados
para determinadas fiestas privadas, como
imperiales, reales, o aristocráticos, a los
las bodas. Y desde luego, no faltaban los
aficionados de la burguesía, o sea: del
géneros populares.
palacio principesco al salón burlesco.”
(Otto-Mayer 1941, 20).
En Previvida (1906) de Manuel Sánchez
Mármol se puede observar la costumbre de
Sin embargo, en la Europa decimonónica se
desarrolla el romanticismo y el intercalar conversaciones sobre música, en
nacionalismo. “El Romanticismo se inicia, donde se hablaba de las preferencias de los
musicalmente hablando, en la Viena de convidados, como el siguiente diálogo entre
principios del XIX para acabar alcanzando a varios personajes invitados por una dama
Europa entera y a los puntos más de la alta sociedad de la época:
europeizados de otros continentes y se
caracterizará por los contrastes” -¿No es verdad, señor Manso, que no hay
(http://www.alipso/com/monografías como Carmen?- me interpeló la
/panorama_de-la_historia_de_la_musica/) Y si homónima de la creación de Bizet.
bien la música romántica siguió No tuve tiempo de responder, pues
evolucionando, hacia 1875, algunos todas, con excepción de María, se
compositores empezaron a componer obras apresuraron a proclamar su predilección:
en las que “reflejaban los paisajes, la que ya Fausto, que
historia y la literatura de sus países de ya Manon, oraCavallería, ora Los
origen.Esta música solía inspirarse en la Hugonotes. Para no contradecir a nadie,
tradición folklórica, y se desarrollo sobre dirigiéndome a María, díjela:
todo en Escandinavia, Gran Bretaña, Europa -¿Y usted, señorita, por quién está?
del Este y -Pues, sin entender pizca de dramática –
Rusia.”(http://www.alipso.com/monografias me respondió-, menos entiendo de
/panorama_de_la_musca/). A este tipo de música; pero a mi me encana La
música se le denominó Nacionalista. Bohemia. (Sánchez Mármol 1982, 31)

La conversación revela el conocimiento y los


gustos de la época.

La Viena del siglo XIX


www.bifurcaciones.cl
Cavalleria Rusticana
archive.operainfor.org
En México, lo europeo tuvo una gran
influencia, entre otras cosas porque:

el Porfirismo no sólo ofreció todo el país a


la inversión extranjera [...], sino que en
el ramo artístico, nos convertimos en la
calca de los modelos europeos. Es bien
sabido que Porfirio Díaz amaba todo lo
francés, que era en ese entonces el
prototipo de la moda y el arte; pero es
irónico que el avance musical francés no
se arraigara en nuestro país, los
esfuerzos del Grupo de los Seis, que no
fueron pocos, chocaron ante la tradición
de la escuela italiana, seguida por
muchos maestros del Conservatorio.”
(Andrade 1983, 184)

Porfirio Díaz
www.csgastronomia.edu.mx

Un cartel para la opera “Carmen”


syllable.rice.edu

En las fiestas particulares, que se hacían


para festejar algún acontecimiento
importante de algún miembro de la familia,
como un cumpleaños o alguna otra
celebración, la música constituía un
elemento importante, tal como lo describe
Cuellar, cuando dos estudiantes del
conservatorio son invitadas para celebrar el
cumpleaños de un coronel y la terminación
de la construcción de su casa “con este
Bellas Artes motivo habrá primero en la mañana la
www.si-educa.net bendición de la casa, luego gran comida,
desde las cinco de la tarde concierto y luego
Desde principios del siglo XIX, por los baile.”(Cuellar 1982, 62)
efectos de la lucha independentista y
Al parecer se acostumbraba invitar a
la anarquía subsecuente, así como la
jóvenes estudiantes a que dieran esos
falta de escuelas locales de música que
conciertos privados, como el caso de una
permitieran alcanzar altos niveles
profesora que ofreció “llevar a dos
profesionales a quienes desearan
jovencitas discípulas suyas que cantaban
desarrollar sus aptitudes en ese terreno,
muy bien y tenían muy bonita voz,” (Cuellar
condujeron a que prácticamente toda la
1982, 96) para el festejo de una boda.
actividad musical de mayores
aspiraciones quedara confiada a meros En los paseos al aire libre de la época, como
aficionados, entre los que –por cierto- los de la Alameda, de la entonces ciudad de
predominaban las damas que cultivaban Tacubaya, la gente iba a “aspirar el
el canto y el piano” ambiente perfumado, a dejar que el céfiro
(www.fortunecity.es/salsa/rap/552/ de sus prados acariciase sus frentes y
xix.html) jugueteando con sus cabellos, a escuchar el
murmurar de la fuente y los acordes de la
Pero aunque los intelectuales de la época se música de cuerdas que en ella se
quejaran y no sin razón, está el otro situaba.”(Guadalajara, 1984, 27)
aspecto, el de la gente común con mayor o
menor preparación musical, o incluso
ninguna, que producía y consumía su propia
música y esto habla de una inclinación, de
un gusto general del pueblo mexicano hacia
el arte musical. Al respecto Moisés González
Navarro comenta:”El gusto musical de los
mexicanos impresionaba a los extranjeros;
Lumholtz escribió alguna vez que esta
devoción por la música daba al pueblo
mexicano ”cierta gentileza y refinamiento
de modales” (González Navarro 1985, 765).

Alameda Central, Ciudad de México


www.oei.es

En Un adulterio de Ciro B. Cevallos refiere


algo de los paseos y juegos de los niños en
los jardines públicos, en donde la música
tenía repercusiones en el ánimo de las
gentes: “se veía paseando por los jardines
públicos los días de fiesta, a la horas en que
las músicas militares jubilaban el aire con
los ecos marciales de sus marchas,
alborozando a las niñeras,”(Ceballos 1982,
Interior de una casa porfiriana del siglo 18) mientras el niño jugaba “rodando un
XIX aro de alambre de hierro,” (Ceballos 1982,
www.ub.es 18) ya que al parecer era una costumbre
que las bandas militares tocasen en la
Ese gusto por la música se puede Alameda.[5]
demostrar, entre otras cosas, porque en las
casas de familias pudientes y de clase Las bandas militares se crearon al triunfo de
media se dedicaba un espacio destinado a la República en 1867
tocarse la música y desde luego a
escucharse; en tal lugar, no podía faltar el
para dotar a cada cuerpo de ejército y
piano y su taburete.(Sánchez Mármol 2007,
después a cada batallón de una música
56). José T. de Cuellar describe con claridad
militar, a imitación de las excelentes
tal espacio:
bandas que trajeron el ejército francés
expedicionario de Mariscal Bazaine y la
En la mayor parte de las casas que Guardia Imperial de Maximiliano de
prestan alguna comodidad y tienen Austria. Y surgida la banda militar
alguna amplitud hay una pieza que se mexicana, integrada por músicos
llama la Asistencia; generalmente está mexicanos seleccionados entre los
hacia un lado de la entrada y se numerosos sonadores de instrumentos
comunica por una parte con las que ejecutaban con una intuición
recámaras y por la otra con el comedor. asombrosa música difícil y de buen gusto
Los muebles que la decoran son por lo estético, fue ascendiendo súbitamente
regular los remozados, los de segunda hasta alcanzar en medio siglo prestigio y
clase y de la moda pasada; suele haber celebridad mundiales. (Campos 1928,
un piano viejo, relegado por la 200, 202)
adquisición de uno mejor para la sala. En
la asistencia se recibe a los parientes y a Rubén M. Campos advierte que la
las personas de confianza se ajustan los “formación de las bandas militares fue
criados, se reciben y se dan recados, se rápida, pues de todos los ámbitos de la
sientan las personas que esperan al año República venían excelentes músicos a
o a la señora, y hasta sirve de taller a la sentar plaza [...] La aparición de las
costurera. grandes bandas militares fue el resultado de
La asistencia es el cuartel general de la organización dada a sus respectivas
ciertas señoras mayores, visitas de la bandas por dos eminentes directores de
casa, pero que casi nunca entran a la banda, don José encarnación Payén y don
sala.(Cuellar 1982, 17). Miguel Ríos Toledano.” (Campos 1928,
200).
El instrumento preferido de los hogares
porfirianos de las clases media y pudiente, La opera durante el Porfiriato fue uno de los
fue, sin duda, el piano, que se convirtió en espectáculos más importantes, ahí se
un objeto doméstico imprescindible. reunían las clases acomodadas de la
sociedad porfiriana y en algunas ocasiones
Al parecer, las jóvenes tomaban clases algunos personajes acaparaban la atención
particulares y estudiaban en sus casas, del público tanto o más que los mismos
aunque no faltaba quien quisiera dedicarse concertistas, situación que el narrador
profesionalmente a la música estudiando en de Claudio Oronoz describe con nitidez:
el Conservatorio” (Frías 1984, 57-58)
Cuando el amante se presentaba en un
Tarea importante en los estudiantes de palco con Clara, en plena ópera, todos los
música era practicar las escalas, y a veces, anteojos volvíanse a devorar el desnudo
tales prácticas afectaban a los vecinos, busto de la hermosa, que al dejar el
como lo describe Cuellar en una de sus abrigo de pieles aparecía emergiendo del
novelas: “Después de una semana en que corpiño blondado, de la siempre negra
las dos violinistas habían hecho con sus seda que hacía resaltar la blancura mate
ingratos instrumentos más estragos que de la imperial carne de lis, marmórea,
nunca en el sistema nervioso de los carne soberbia de camelia que semejaba
vecinos,” (Cuellar 1982, 58) pues tuvieron una flor humana abierta en morbosa
que ensayar más de los acostumbrado eclosión nocturna, o una oceánida
porque iban “a tocar en un concierto las resplandeciente a quien la onda negra
variaciones de Beriot.” (Cuellar 1982, 62). ceñía intentando envolverla en un postrer
oleaje expirante, que se prendía a los
hombros en un copo de espuma y que
descendería de súbito dejándola
desnuda.(Campos 1982, 52-53)

ww
w.anromusic.com

En Los mariditos se encuentra algo de la


vida que llevaban dos jovencitas que
decidieron dedicarse a tocar el violín
profesionalmente:

Tenía Rebeca dos amiguitas [...] . En


cuanto a su ocupación, eran violinistas.
Quiere decir que aprendían a tocar el
violín en el Conservatorio, a cuyo
Director le llamaban Alfredo Ballot [1] a
secas, al señor Morales Melesio
Morales[2] y a así a todos sus superiores.
¡Vaya! Con decir que al Presidente de la
República le llamaban simplemente
Porfirio, está retratada su llaneza.
(Cuellar 1984, 57-58).

El narrador describe algo de la vida


cotidiana de estas estudiantes de música:

Se las veía todas las mañanas


invariablemente, cargando el instrumento
de Paganini en una funda de bayeta
encarnada, y seguidas, aunque cada una
por distinto rumbo por una señora, que
debía ser la mamá y en cuya fisonomía
se había quedado ya, como esteriotipada, www.sorro
una sonrisita arrancada por cada wblog.com
transeúnte que se quedaba viendo a la
muchacha y al violín. Parecía que la Por su parte, Gutiérrez Nájera escribía en el
mamá iba diciendo: ¡Figúrense ustedes diario El Partido Liberal del 22 de
que ocurrencia de mi hija tocar el violín!” septiembre de 1892, con motivo de una
Cuellar 1984, 57-58) temporada de ópera en donde señala que:
“El teatro estaba suntuosamente decorado,
había en el patio y en los palcos muchísimas
mujeres hermosas; los trajes que éstas
vestían eran espléndidos, y aunque lo que
voy a afirmar parezca un disparate, es
imposible ver y oír al mismo
tiempo.”(Andrade 1983, 129-130)

En Claudio Oronoz se describe una velada


de jóvenes músicos que se reúnen para dar
aliciente a uno de sus amigos enfermo
gravemente de tisis, así se describen ellos
mismos: “éramos tres muchachos
bohemios, incorregibles trasnochadores,
incorregibles martilleadores sobre cordajes,
poseedores del divino idioma de las notas,
en turno ante un Blüthner sollozante y
vibrátil, de nervios femeninos y neuróticos”.
(Campos 1982. 72)
Niccolo Paganini
www.sonidosysilencios.blogspot.com

Por lo que desprende del texto, las familias


no veían con muy buenos ojos que sus hijos
estudiasen el Conservatorio, en parte por el
futuro laboral incierto que les esperaba,
pues como advierte el narrador:

“Efectivamente, la violinista todavía no


prende entre nosotros, pero prenderá, Manuel Gutiérrez Nájera
seguirá lógicamente a las meseras, y www.logoslibrary.eu
debutará en los cafetines, seguirá en los
títeres y después se insertará entre los
violines del Teatro Principal. Entonces
empezará a desaparecer la sonrisita
estereotipada de las mamás, que ahora
contemplamos todavía como
mortificadas. (Cuellar 1982, 58)

También se reportan casos de jóvenes que


teniendo inclinación artística, fueron
frustrados por su familia, porque
consideraban más productivas otros oficios,
como le sucedió a Claudio Oronoz: “Su
infancia había florecido acibarada por un
enfermo ictérico [...] Quiso y pudo ser un
artista, y violaron su inclinación sagrada y
pretendieron educarlo para hacer de él un
negociante hábil. Su adolescencia
marchitóse en estudios forzados de
matemáticas, en ejercicios gimnásticos [...]
y en la dura teneduría de las cuentas de su
casa.” (Campos 1982, 38). Piano Blüthner
www.fortuna piano.com

La vida artística de los jóvenes músicos que


estudiaban o habían terminado sus estudios Y por lo que toca a la música que
era difícil, pues no había muchas disfrutaban intensamente, mencionan a los
oportunidades profesionales y terminaban siguientes autores:
aceptando trabajos donde eran pagados por
hora. (Campos 1982, 29) Uno tocaba, de Brahms, baladas y
canciones de amor; y yo soñaba mirar
Los jóvenes aficionados llegaron a ser doradas cabezas rubias de vienesas de
excelentes ejecutantes, como lo demuestra cabellos de hebras de sol, lánguidamente
Clara, uno de los personajes de la posadas en hombros de amadores
novela Claudio Oronoz, a quien el mismo dichosos... y aquellas frases
llamaba “íntimamente Du bist die Ruh, por incomprensibles para los que buscan la
la manera melancólica y magistral con que música hecha, a nosotros nos hacían
tocaba la bella canción transcrita por el soñar y meditar, sonreír y gozar...
rapsodista magiar.” (Campos 1982, 143) Otro tocaba de Grieg, el neurótico
refinado que huye de los saltos conocidos
en los intervalos y produce una música
original y extraña, por excelencia
romántica y apasionada; y yo quería
personificar esa música y no podía: no
hallaba más que dos ojos azules, de un
azul muerto, de un azul diáfano, de
mirada sideral, porque esa música es
espíritu.
Otro tocaba de Stepher Séller, el artista
niño, y aquella música blanca palidecía
en un interpretados subjetivismo
enfermo, o tomaba matices ruborosos y
ardientes, cual si una adolescencia
exquisita despertara el amor... (Campos
1982, 72)

Santiago de Masarnau por José Prieto


Marugán
www.opusmusica.com

Mayer-Serra explica la habilidad de los


aficionados señalando que: “no debe
estrañarnos que, entre los aficionados, haya
habido toda una serie de instrumentistas e
incluso compositores hábiles, en condiciones
de rivalizar con los profesionales, puesto
que, hasta el año de 1877, no existió un
plantel oficial de enseñanza de la
música.”( Mayer-Serra 1941, 16)

El mismo autor explica que los institutos


existentes:

reclutaban sus alumnos casi


exclusivamente entre el elemento
femenino de la buena sociedad, y
tuvieron, sin excepción, una existencia
poca duradera. Los más aventajados
talentos musicales aprendieron su oficio
con algún maestro reconocido o
emprendieron la tradicional peregrinación
a los grandes centros europeos de la Johannes Brahms
ópera italiana. Aunque en las
mencionadas Escuelas de Música no se Esta velada íntima, con la música citada
proporcionó una enseñanza de altos provocaba efectos duales en los jóvenes
vuelos –la gran literatura moderna de amigos, que el narrador trasmite con
piano, el instrumento predilecto de las sinceridad:
alumnas, era entonces desconocida en
México-, por lo menos, las discípulas
¿Qué nos importaba, así, el mundo? [...]
fueron puestas en condiciones de
Nos sentíamos aptos para el bien,
interpretar con destreza y pulcritud las
inclinados a la bondad, prestos a la
obras corrientes del género “de salón,” e
generosidad, altos y puros, como si
incluso, de vez en cuando, de representar
hubiéramos lavado nuestras impurezas
una ópera italiana.(Mayer-Serra 1941,
en un Jordán... y, sin embargo, a hacer
16)
caído en nuestros brazos una virginidad,
la habríamos sacrificado .... ¡Sombrío
poder el de la música! Poder que
precipita así a las bellas acciones como al
pecado, enervamiento e inconsciencia,
que necesita de la ausencia de la ocasión
para sublimarse en virtud. La música
debería se placer de intelectuales solos...
(Campos 1982, 73)

Se trasluce la sensibilidad de estos jóvenes


músicos que se transforman en una especie
de hermandad que se entrega intensamente
a su arte con sentimientos, que el autor,
Rubén M. Campos conocía ampliamente, por
nue sus estudios y la gran información que tenía
vomundo.revues.org sobre música, el texto muestra con claridad
la sensibilidad perceptiva del alma el
Al respecto cabe recordar que “en toda artista:
Hispanoamérica la enseñanza particular y la
organización de sociedades privadas La vida es de todos, el placer es de
precedió, con mucho, a la creación de todos, se vende y se compra en las
organismos oficiales dedicados a la calles, en los teatros , en las recepciones
enseñanza de la música.” [3] (Almoina 1958, galantes; está guardada la dicha en una
509). botella de vino o en una boca de coral.
Pero la felicidad exquisita de sentir y
José Tomás de Cuellar al hacer una crítica a hacer sentir el arte, está en la comunión
los jóvenes de la época, en especial a los de espíritus embebecidos en la música,
”mariditos” advierte que prefieren “a la está en la vibración del cordaje herido
carrera militar la de la música; y le seduce por un crispamiento nervioso, está en la
más el violín que un Remington.” (Cuellar interpretación de las tristezas y
1982, 14) elevaciones de esos espíritus lumíneos
que cristalizaron en un pentagrama la
Los jóvenes compositores tenían problemas armonía de las esferas de Platón...[...]
económicos para dar a conocer su música, porque aún palpita al beso de la música
si no era porque en ocasiones alguna nuestro corazón muerto por todos los
persona los ayudaba, como le sucedió a encantos, y poseemos el don preciso de
José Abreu, personaje deClaudio Oronoz de arrancar a un Blüthner los dolores que
Rubén M. Campos, quien tuvo la fortuna de devoraron a solas Brahms, Grieg y Séller.
recibir ayuda desinteresada: ( Campos 1982, 73-74).

De pronto dijo la joven viuda: -En


Guanajuato supimos que había
compuesto usted una hoja de álbum...
¿tendría usted la bondad de tocarla?.
-Es un ensayo que no vale nada, señora,
-contesté-, pero la tocaré por complacer
a usted.
Cuando dejé el piano, turbado por las
galanterías que escuchaba, la señora vino
hacia mi sonriendo y me dijo con
jovialidad y en voz baja:
-¿Por qué no la edita?...
-No he podido, señora...
Ella no respondió; continuaba sonriendo,
y lentamente salió del salón. Cuando
regresó me llamó aparte para enseñarme
unas piezas de música, y poniendo un
pwp.netcabo.pt
billete de cien peso en mi mano me dijo:
-Hágame usted el favor de aceptar para
que edite su hoja.(Campos 1982, 35-36) Los jóvenes porfirianos gozaban
ampliamente con las serenatas, eran
momentos de placer, a veces las
efectuaban después de veladas íntimas
entre amigos cercanos:
Habíamos gozado, como noche a noche,
la primicia de nuestra velada íntima, pues
en breve deberían llegar nuestros amigos
de placer, los bravos camaradas que
traían bajo sus capas españolas sus
mandolinas y guitarras para la ronda
nocturna al pie de los balcones de las
bellas. El primero que llegó fue Ariel
Verea, el caracoleador sempiterno en
briosos caballos, [...] Traía el joven una
colección maravillosa de canciones
galantes, sápidas y picantes como un
enjambre de cantáridas.(Campos 1982,
75)

Los jóvenes trasnochaban dando serenatas


ww en las zonas de San Ángel y Tizapán, y
w.noticias-oax.com.mx hablaban de ellos refiriéndose a sus locuras.
(Cf. Campos 1982, 75)
Pero el conseguir los recursos no finalizaba
el problema, pues el siguiente paso
consistía en la búsqueda de un editor que se
ajustase a los deseos y al bolsillo, y eso era
otra odisea:

Claudio me invitó a que fuéramos a


buscar un editor de música, y anduvimos
por repertorios y litografías sin quedar él
satisfecho de los modelos que nos
mostraban, ni de los precios.
-Más vale que espere usted, que
reflexione y que resuelva mañana o
pasado –Me dijo Oronoz al despedirnos. ww
Yo estaba por decidirme a hacer una w.totana.com
edición en hermoso papel glaseado; así
me quedaban veinte pesos para pagar el
En Amor de Viejo se reporta la antigua
mes que adeudaba a Casilda; pero Felipe
tradición de las serenatas, en una situación
Sánchez, que oía regocijado mi episodio
extrema, porque el enamorado es un viejo
del día, me interrumpió:
que ha perdido la cordura al enamorarse de
-¡No hombre!...!Que va usted a hacer!...
una joven:
Yo conozco un litógrafo que le hará una
soberbia edición por veinticinco pesos.
Y al día siguiente arreglamos la edición, Ese día, nuestro hombre, que raras veces
pagué un trimestre a Casilda y me quedó gastaba un real en vino, compró una caja
dinero en el bolsillo.(Campos 1982, 36- de Burdeos, y se encasquetó dos sendas
37) botellas [...] poco acostumbrado a este
género de luchas con el dios Baco, se
achispó de tal modo, que a eso de las
Pero no sólo los jóvenes padecían,
once de la noche, perdió los estribos y ya
Altamirano mencionaba que incluso:
no pesó más que en hacer locuras. A
Un músico eminente, por más grandes esas horas mandó por media docena de
que sean sus conocimientos en armonía, músicos, se puso otras dos botellas
se verá forzado a dar lecciones de piano debajo del brazo, y tomó con su tropa la
en las casas o en las escuelas de amigas, dirección de la casa de Dorotea. ¡Iba a
y recibirá una onza de oro cada darle una serenata!...
mes, cuando más. [...] Don Facundo estaba tan alegre, tan
Se venderán sus valses, sus polkas, sus rete alegre, tan subido de punto; su
danzas; pero sus óperas le producirán amor por un lado, y la música y el vino
poco porque no podemos tener un teatro por el otro, lo entusiasmaron en tan
lírico constantemente en trabajo... Para sumo grado, que se aproximó
hacerse no sólo una gran reputación resueltamente a la ventana, y... ¡Dios de
artística, sino también una fortuna, es los ejércitos! Se soltó cantando una trova
necesario volver a Europa y seguir amorosa de sus tiempos, una trova muy
luchando... Y todavía en Europa es tierna y muy llena de pasión, aunque
preciso tener mucha fortuna para también las más destemplada. (Paz
conquistar la vida independiente.[4] 1982, 45)

Pero las serenatas también se daban a los


políticos para granjearse sus favores o para
dirimir algún problema que hubiesen tenido
con ellos como sucede enReproducciones de
José Ferrel, en donde uno de los personajes
narra como cuando tuvo un problema con
Cabanillas un politiquillo local del momento,
le dio una serenata

Yo una vez creí que me plantificaba en la


calle porque se la hice gorda, de esas que
truenan y duelen mucho: no quise dar
contribución para comprarle un reloj el
día de su santo ¡figúrate! Y ya me
andaba corriendo, me tomó una ojeriza
de los diablos y yo dije ¡aquí fue
Partitura del Vals “Sobre las olas”
donde! ... Y en esas estábamos cuando
www.cervantesvirtual.com
se ofreció darle una serenata.. Ya te
acuerdas: La que le dimos el 6 de julio
Lo cierto es que en “la etapa comprendida pasado.. Por lo del Capulín. Es decir, la
entre 1790 y la segunda mitad del siglo XIX que le dieron, ¡porque yo también esa
fue testigo de la divulgación musical a vez me hice el sonso y no di ni un
través de la creación de escuelas y centavo! (Ferrel 1982, 1970).
conservatorios, de los que salieron
compositores nacionales autores de música
propia, comenzando con mucha frecuencia,
por los respectivos himnos, aspecto musical
exaltador del patriotismo”(Almoina 1958,
503)
Stephen Heller Cuarteto de emergencia
pwp.netcabo.pt

La música era importante en la sociedad


porfiriana, había gusto y conocimiento Se puede concluir, que durante el siglo XIX,
general sobre la misma. En las novelas de la la sociedad mexicana tuvo intensa vida
época se pueden detectar personajes que musical que propiciaba diversas relaciones y
son grandes especialistas en la música, en efectos en distintas actividades del
los músicos y en las ejecuciones, un acontecer diario de esa época, por lo que
ejemplo de ello es el personaje Claudio tuvo gran importancia para la sociedad en
Oronoz, quien hacía observaciones muy general. Incluso en los momentos en que
especializadas, de gran conocedor, a los debido a las circunstancias políticas,
ejecutantes, lo cual era una del autor, sociales, históricas y económicas no había
Rubén M. Campos, quien no sólo estudió instituciones públicas que ampararan la
música, sino era un gran conocedor e actividad musical, la sociedad misma generó
investigador. En su novela Claudio sus propias instancias de aprendizaje y
Oronoz se pueden encontrar múltiples prácticas musicales, lo que hizo del siglo
ejemplos, como el comentario que hace XIX una etapa en donde la música estuvo
Claudio ante la ejecución que su hermana muy viva, no tanto a nivel profesional,
hizo de Stephen Heller (Inquietud y El como en la vida diaria, que quizá por eso
Deseo): mismo fue un periodo en donde la práctica
musical tuvo un papel especial en el ámbito
[...] con su delicada percepción auditiva, doméstico, a lo que colaboró el perfil
decía que, para él, debía acentuarse más romántico idealizado del momento, que se
la agitación creciente del primer preludio, trasminó con claridad a las conductas, en
aunque sin precipitarlo, haciendo vívidos especial de los jóvenes de la época, tanto
los primeros arpegios descendentes; y el mujeres como hombres, dentro de cuyos
segundo preludio debía apasionarse perfiles románticos, la música jugaba un
intensamente en el pasaje cantable, papel esencial.
dándole una poesía imploradora, más
vehemente, insinuante con la expansión
subjetiva, hasta descansar en la postrera
frase que es un sollozante lamento de
amor. (Campos 1982, 24)

Si uno se pregunta, qué música gustaba


tocar a la gente del Porfiriato, en las
novelas de la época se encuentra la
siguiente información:

|sigue>

leor
nardo.sfasu.edu

En suma, se puede decir que durante el


siglo XIX en México la música fue parte de
la vida cotidiana de los seres que habitaron
ese espacio histórico, aunque sin unificar las
clases sociales, pues el tipo de música que
consumía y practicaba cada sector de la
sociedad, reflejaba con exactitud la clase de
donde provenía, porque eso sí, ni la música
pudo borrar la fuerte división de clases que
imperó durante el Porfiriato.

Arriba | Bibliografía

NOTAS:
[*] Dra. Edelmira Ramírez Leyva |Arriba
Es miembro del Área de Historia y Cultura en México del Departamento de Humanidades de la División de
Ciencias Sociales y Humanidades de laUAM-A.
Tiene el Doctorado en Letras por la UNAM. Realiza investigación sobre el periodo colonial y sobre la cultura en
México.
[1] Seguramente el autor se refiere a Alfredo Bablot Dölbeusse, quien nació en Burdeos, Francia. Llegó a
México en 1849, “como secretario de la cantante Ana Bishop. Desde 1881 se encargó de la dirección del
Conservatorio de Música, en la que permanece hasta su muerte,” en 1892. “ Durante su administración se
funda la orquesta de dicho establecimiento, integrada por profesores y alumnos de años superiores. También se
le debe la formación de alumnos del Conservatorio.” Enrique Cárdenas Peña, Mil personajes en el México del
siglo XIX, 1840-1870, México, Banco Mexicano Somez, 1979, p. 147. |Arriba
[2] Melesio Morales (1838-1909, fue un “músico distinguido, de notable cultura universal. Siendo
principalmente un compositor de óperas, fue un paladín de la implantación del género instrumental en México.
Compuso además de sus operas, dos cantatas, Dios salve a la Patria y A Hidalgo, una Misa de Gloria, un buen
número de música de salón, fantasías de concierto, y alguna música religiosa.”C. Chávez, “La música”
en México y la Cultura, México, SEP, 1946, 525.. Entre sus óperas más importantes destacan “Romeo y Julieta,
Ildegonda, Gino Corsini, Cleopatra, La tempestad, EL Judío Errante y Anita.”, Chávez, op. cit. , p. 524. |Arriba
[3] Almoina, op. cit., p. 507. El mismo autor señala que “en la capital azteca abundaban antes de mediar el
siglo XIX las escuela particulares de música y poco después se creaban los primeros organismos de carácter
más amplio; a más de algunas academias privadas, como la del sacerdote Agustín Caballero o la de la señorita
Luz Oropeza, en 1851 se instauró el Liceo Artístico Literario, y a comienzos de 1854 se fundaba la Sociedad de
Santa Cecilia; tres años después nacía, bajo la dirección de Antonio Barilli, la Sociedad Filarmónica de México “
p. 509. |Arriba
[4] Otto Mayer-Serra, Panorama de la música mexicana. México, El Colegio de México, 1941, p .37.|Arriba
[5] Almoina menciona que es “curioso leer un programa de los que daban las bandas militares en la Alameda
de México, por aquellos días: allí están: Tristán, marcha de Sehaki; Alzira, coro y cavatina, de Verdi; Aroldo,
polca, de Albert Haydée, obertura de Aubert, Ababel, vals de Godfrey, Sonámbulaad“ en op. cit. p. 510. |Arriba
BIBLIOGRAFÍA:
Arriba
ALMOINA, JOSÉ.
1958 “Apéndice. El movimiento musical en España e Hispanoamérica del siglo XVIII al XIX, p. 421”,
en Chantavoine, Jean y Jean Gudefroy-Demombyne. El romanticismo en la música europea. Trad. Al
español y Apéndice por José Almoina. México, Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana, 1958.
(La evolución de la humanidad. Sección cuarta: Hacia el tiempo presente. T. CXXIII: El Romanticismo
en la música europea).
ANDRADE TORRES, HONORIO JUAN.
1983 Historia de la música en México. Del Imperio al Porfirismo (1855-1900). México, Facultad de
Filosofía y Letras. Colegio de Historia, 1983.
CAMPOS, RUBÉN M.
1928 El folklore y la música mexicana. Investigación acerca de la cultura musical en México (1525-
1925). México, Secretaria de Educación Pública.
1982 Claudio Oronoz. Premiá Editora de Libros, 1982. (La Matraca, 17).
CEBALLOS, CIRO B.
1982 Un adulterio. México, Premiá Editora de Libros. 1982. (La Matraca, 23).
CUELLAR, JOSÉ TOMÁS DE.
1982 Los mariditos. México, Pemiá Editora de Libros. (La Matraca, 6).
2007 El siglo XIX. (www.fortunecity.es/salsa/rap/552/xix.htm/)
FERREL, JOSÉ.
1982 Reproducciones México, Premiá Editora de Libros, 1982. (La Matraca, 12).
FRÍAS Y SOTO, HILARIÓN.
1984 Vulcano. Álbum fotográfico. México, Premiá Editora. (La Matraca, Segunda serie, 7).
GUADALAJARA, RAFAEL J.
1984 Amalia. Páginas del primer amor. México, Premiá Editora de libros, 1984. (La Matraca, segunda
serie, 22).
MAYER-SERRA, OTTO.
1941 Panorama de la música mexicana. Desde la Independencia hasta la actualidad. México, El
Colegio de México.
2007 Panorama de la historia de la música.
(httt://www.alipso/com/monografías/panorama_de-la_historia_de_la_musica/).
PAZ, IRENEO
1982 Amor de viejo. México, Premiá Editora de Libros. (La Matraca, 15).
SÁNCHEZ MÁRMOL, MANUEL.
1982 Previvida. México, Premiá Editora de Libros. (La Matraca, 18).

Você também pode gostar