Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Ricardo P. Casaroli-Marano,
Departamento de Biología Celular, Universidad de Barcelona
1. Introducción.
Estos diversos elementos ilustran bien la multiplicidad de funciones conocidas del EPR (2):
a) en el proceso visual;
- papel de pantalla opaca (melanosomas), responsable por los fenómenos de absorción y reflexión
de la luz en el interior del ojo, relacionados con los fotorreceptores retinianos. Asimismo los
melanosomas del EPR contribuyen a la absorción de energía lumínica en los tratamientos con
laser.
d) en el mantenimiento de la funcionalidad;
- tiene una alta capacidad proliferativa, ya que contribuye a la cicatrización coriorretiniana, sea ella
de forma natural o provocada terapéuticamente además de intervinir en la patogénesis de varias
patologías proliferativas intraoculares como es el caso de la vitreorretinopatía proliferativa con o sin
desprendimiento de retina (3,4).
Desde el punto de vista inmunológico, el posible papel del EPR es menos conocido. Se ha
determinado que las células del EPR en cultivo pueden expresar los antígenos de
histocompatibilidad (HLA) de clase II (DR, DP, y DQ) cuando son estimuladas por el Interferon-
(INF- ) (5). Estos antígenos no se encuentran normalmente en un ojo sano pero sí en los casos de
uveitis (6), en los que las túnicas vasculares del ojo (iris-cuerpo ciliar y coroides) presentan una
inflamación. Así, el EPR puede asegurar la presentación de antígenos para el sistema inmune. Por
otra parte, se han identificado receptores para la fracción Fc de la IgG en células cultivadas (7), lo
que supone un papel fagocitario activo que puede ser importante en las defensas locales. Por todo
ello, las células del EPR son un modelo atractivo para la investigación de la patología y
metabolismo ocular, así como un modelo adecuado para la tipificación de los antígenos de
histocompatibilidad de clase I y II de los donantes en los casos de transplantes de córnea (5,8,9).
El sistema vascular del ojo está separado de la retina neurosensorial por dos barreras anatómicas
diferentes. La primera barrera se localiza a nivel de las células del EPR, y conforma la barrera
hematorretiniana externa (BHR externa). La segunda está situada a nivel del endotelio de los
capilares retinianos (BHR interna), y aisla las capas retinianas internas. La función de estas
barreras, es la de impermeabilizar el ambiente intraocular al paso de moléculas de elevado peso
molecular (10). Las propiedades de la BHR son perfectamente comparables a las propiedades de
la barrera hematoencefálica (11). De entre sus principales funciones, se destacan (12):